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Capítulo 2

Mientras las llantas de aquel auto rodaban sobre la carretera, un 15 de mayo del 2015, Shadow pensaba donde dejaría a la niña, los minutos pasaban y ella más y más se desangraba hasta que llego a un hospital en el límite de Londres y Harrow.

Shadow, se detuvo y tomo el cuerpo desnudo de Clarisa y lo envolvió en un trapo sucio y mal oliente para tapar su desnudez.

-Recuerda niña, fue Shadow, quien te salvo. Tienes que vengarte de tu tío, él orquesto todo, los que te hicieron esto son, Bones, Knife y Sharper. Knife fue el que te violo-

Con pasamontañas y guantes Shadow ocultó su identidad; dejo el cuerpo de la niña frente a la puerta de emergencia del pequeño hospital. En esa localidad había una serie de pequeños hospitales, por si Anderson Craig se enteraba de la existencia de su sobrina, no le sería fácil dar con ella.

Rápidamente un oficial de seguridad del edificio escucho el chirrido de las llantas y salió a mirar que sucedía, miró a la distancia un bulto, pero de ese bulto salían unos pies desnudos, el hombre buscó al jefe de emergencia, un hombre de edad madura y una enfermera salieron con una camilla y entre los tres recogieron el cuerpo.

-Aquí doctor- Dijo el oficial.

Con cuidado el médico destapo la parte donde sobresalía una maraña de cabellos rubios y se encontró con el rostro magullado de una mujer que apenas si respiraba. Al revisar el cuerpo se encontró con el cuerpo de la niña, menuda y sangrante.

-Le han disparado doctor- Dijo la enfermera.

-Si hay que preparar la sala de operaciones- Dijo el médico.

De inmediato el personal médico corría como hormigas. La enfermera busco entre los trapos que cubrían el cuerpo señales de su identidad, pero la búsqueda fue infructuosa.

-Doctor no hay nada que la identifique-

-No, importa. Por sus heridas la querían muerta. Sólo asígnale un número-

- ¿Cómo? - Preguntó la mujer.

-Si, ponle la fecha de hoy-

Mientras tanto el médico realizo la revisión rutinaria de la paciente, para saber cómo actuar en la cirugía. Como era el jefe de emergencia, solicitó al ginecólogo, al neurólogo y al traumatólogo.

En la cirugía se enumeraron cada una de sus lesiones y agresiones, herida de bala en el abdomen, inflamación cerebral, costillas rotas y violación. Al perder mucha sangre se requirió de una transfusión de sangre. En la sala de operaciones los médicos tenían una batalla contra reloj para salvar la vida de la joven.

Después de cinco horas de batalla, los médicos lograron terminar la cirugía; el diagnostico fue reservado, la indujeron en estado de coma para que su recuperación fuese más viable. Pese a la inflamación del rostro de la joven la enfermera creía reconocer a la niña, la mujer estaba consternada; ¿Por qué tanta violencia hacia a la niña? Pronto sus dudas serían aclaradas.

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En la mansión Craig, el viejo Bain, como le decían al abuelo de Clarisa, llegaba a la mansión.

- ¿Dónde está mi nieta? - Preguntó Evan a la ama de llaves.

-No lo sé, señor. La joven Clarisa y nana no han venido todavía- Dijo la mujer.

-Eso no puede ser- El viejo Bain llamó al jefe de su seguridad y le habló.

-Señor- Dijo el hombre.

-Quiero a tus hombres buscando por toda la ciudad a mi nieta- Y así lo hizo.

-La encontrarán, señor- Dijo el hombre.

-Mujer, reúne el personal- Ordenó Bain.

-Señor, con todo respeto. Debemos obedecer al señor Anderson- Dijo la ama de llaves.

-Tu, a quien tiene que obedecer es a mi nieta. Pero mientras ella no este será a mí a quien obedezcas. Por Ordenes de Richard Craig- La mujer sorprendida se quedó ahí parada.

- ¿Vas a hacer lo que te he pedido o te despido-

-Si, sí. Ya los reúno- La mujer salió despavorida a reunir a todo el personal.

- ¿Están todos? - Preguntó Bain.

-Si, señor- Respondió la ama de llaves.

-Como sabrán hoy se le dio santa sepultura a Richard, su señor. Por orden de mi difunto yerno, yo Evan Bain, mientras mi nieta cumpla mayoría de edad y sea capaz de hacerse cargo de la fortuna Craig me obedecerán a mi o a ella-

- ¿Y el señor Anderson? - Preguntó uno de los empleados.

-Queda prohibido el ingreso de Anderson a esta propiedad. Cualquiera que no acate mis ordenes o las de Clarisa; será despedido. ¡A sus labores! - Ordeno Bain.

El tiempo pasaba y no había señal de Clarisa, ni de su nana; el viejo Bain se dirigió al estudio el cual había sido ocupado por su yerno; meditó lo sucedido a su yerno y la misteriosa desaparición de su nieta, todo señalaba en una sola dirección, Anderson Craig.

-Señor, ¿Qué hará si la joven Clarisa no aparece? -

-Buscarla. Vigila a Anderson, todo huele a que tiene las manos metidas en lo sucedido a mi yerno y en la posible desaparición de mi nieta- Y así lo hizo Datchnner.

Por otro lado, los hombres de Datchnner habían encontrado la limusina carbonizada, pero la policía metropolitana había llegado primero. Mientras uno furtivamente tomaba fotografías otro indagaba.

- ¿Qué ha sucedido? - Preguntó el hombre al policía.

-Le prendieron fuego y solamente hay un cadáver, parece de una mujer porque hay solamente un bolso- La información fue enviada a su jefe.

- ¿Saben quién es la mujer y de quien es el auto? -

-Alguien con mucho dinero. Pero váyanse ya les dije mucho- Y así lo hicieron antes de levantar sospechas.

Sin embargo, a lo lejos un auto miraba lo que sucedía.

....

-Señor, llego la información- Dijo Datchnner.

- ¿Qué hay? - Dijo Bain.

-Encontraron el auto, pero solamente hay un cadáver. Al parecer fue el de nana- Informo el hombre, enseñando el móvil para que viera las fotos enviadas por uno de sus hombres.

- ¿Qué dice la policía? -

-No saben nada, habrá que esperar. Vendrán a hacer preguntas, señor-

-Lo sé, tú te encargarás de ellos y que le den santa sepultura a la mujer. Fue una buena empleada-

- ¿Qué hay la joven Clarisa, señor? -

-Que la busquen en todos los hospitales de Londres y alrededores. También busca en edificios y bodegas abandonados. En los muelles y los bares de esa zona, alguien hablará-

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En la sala del UCI, el médico jefe de cirugía y el jefe de urgencias se preguntaban ¿Quién era la joven y por qué tanto odio hacia ella? Pese a los golpes sus rasgos son finos y delicados. Definitivamente la querían muerta.

-Doctor- Dijo la enfermera Marshall.

-Diga, enfermera Marshall-

- ¿Puedo cuidar a la joven desconocida en mi horario? -

-Puede, pero no descuide a los demás pacientes y si hay emergencias tendrá que tomar su puesto- Dijo su jefe.

-Así será- Dijo la mujer.

La enfermera cuido a Clarisa, en su mente se decía que ella conocía a la joven, pero no recordaba de dónde.

-Niña, pobre niña. ¿Quién te odia tanto para hacerte tanto mal? -

La mujer le hablaba y acariciaba la cabeza de Clarisa, ella misma se encargaba de limpiarla y curar sus heridas cuando estaba de turno.

La enfermera había creado un roll para tratar con Clarisa, si estaba de turno por la mañana la bañaba, curaba sus heridas y luego le hablaba y le lía. Si estaba de turno por la tarde revisaba sus vendajes verificando y lo habían hecho bien, le hablaba del clima lo que sucedía a fuera y le leía. Cuando estaba de noche solamente le leía alguna novela o simplemente algunas noches le ponía música clásica, para darle paz a su alma.

Clarisa en su mente era plenamente consciente de lo que sucedía a su alrededor, pero no recordaba quien era y porque estaba en ese estado. Su cuerpo le dolía tremendamente. Ella se preguntaba porque la mujer era amable con ella, al menos no reconozco su voz, no le era familiar.

Un día de tantos la enfermera Marshall, le leía el periódico a Clarisa, quien seguía en coma, se preguntaba así misma ¿Quién era ella?

-Hoy vengo a leerte el periódico- Dijo la enfermera a Clarisa. Se me ha olvidado el libro que te leía- Le fue leyendo el diario hasta que llego a la sección sociales.

-Mira, la hija del difunto Richard Craig, esta desaparecida y su familia no da información al respecto. ¡Qué pena, no! Es una joven muy hermosa- Dijo la mujer.

Internamente Clarisa oyó lo que la mujer le contaba y a su mente llegaron los recuerdos, si bien ella estaba en estado de coma su cuerpo empezó a convulsionar, producto del miedo, la ira, el dolor y el odio. Los médicos tuvieron que reaccionar de inmediato.

- ¿Qué sucedió? - Pregunto el doctor.

-Solamente le leía el periódico- Dijo la enfermera.

-Bueno, no lo hagas más- Dijo el médico.

-Si doctor- Dijo Marshall

Los días fueron pasando; el cerebro de Clarisa se había desinflamado y la habían sacado del coma, despertar dependía de ella.

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Los días siguientes el viejo Bain no pudo detener a la prensa, la policía había identificado la limosina, como propiedad de la familia Craig. Los medios aludían en referencia al sepelio del magnate Richard Craig y su extraña muerte y que se hubiese encontrado su limosina con un cadáver dentro y calcinado era sospechoso para la policía.

Los medios se preguntaban ¿Dónde estaba la heredera de Richard Craig, Clarisa Craig? ¿El cadáver encontrado era de la joven Craig? Se preguntaban los medios, la policía busco a Anderson, pero este se negó a hablar con ellos igualmente el viejo Bain. Aunque el viejo no quisiera hablar con la policía metropolitana tuvo que hacerlo.

Les explico que él suponía que su difunto yerno sospechaba de alguien, ya que hace diez años atrás había sufrido un extraño accidente con su hija, lo cual lo llevo a hacer su testamento. Lo que no se explicaba porque su nieta aun no parecía; ya que le habían informado que el cadáver en el auto era el de la nana. Luego de hablar con la policía, Evan llamó a su jefe de seguridad.

-Datchnner. ¿Qué hay de mi nieta? -

-Señor, los hombres han buscado en casi todos los hospitales, pero nada, hemos buscado en todas partes, cerca de unas viejas bodegas propiedad nuestra encontraron ropas de mujer ensangrentadas y un par de zapatos, las prendas concuerdan con las prendas que usaba la señorita Clarisa el día del funeral. Las prendas las traen de camino- Informo Datchnner.

-Que la lleven a un laboratorio y que me envíen contigo el informe. Tengo que salir de la duda. Y si la ropa es de Clarisa, quiero saber ¿Cómo llego ahí sin darnos cuenta? Si descubres que entre mis hombres y empleados me han traicionado, sabes que tienes que hacer-

Bain sospechaba de Anderson, pero no podía actuar si pruebas, también pensaba que él podría tener a su nieta; si lo atacaba de forma directa la perjudicada sería Clarisa. Constantemente sus empleados le enviaban videos y fotografías de los lugares donde se movía Anderson. <<Caerás>> Se que tus garras están en todo los sucedido, pagarás con sangre. Alguien hablara y es ahí donde te voy a atrapar la justicia la impartiré yo.

֍֍֍֍

En el hospital Clarisa iba recuperándose de a poco, una noche se encontraba sola ya que la enfermera Marshall estaba de día libre, Clarisa despertó. Todo estaba en penumbras; ya que la única luz que entraba era la que pasaba a través de la ventana, miró a todos lados sin reconocer donde estaba, hasta que recordó lo sucedido, su ritmo cardiaco se aceleró haciendo que la alarma sonara, oyó pasos y voces en el pasadizo. Por lo que se acostó nuevamente y se hizo la dormida. Las luces se encendieron.

-Debe haber tenido una pesadilla- Dijo una de las dos personas que habían ingresado a la habitación.

-Pobre chica, lo que le hicieron-

-Si, lo peor es que no han venido a preguntar por ella-

-Si, el director del hospital mañana dará el parte a la policía. Dice que la familia de ella debe de estar buscándola-

-Y también tienen que encontrar al que le hizo daño-

-Vamos o la jefe nos va a mandar de noche más tiempo-

Y así se marchan dejando a Clarisa sola. Confirmando que las mujeres se habían marchado Clarisa se incorporó, tratando de mover las piernas, pero estas no le respondían por tanto tiempo en coma. Clarisa lloraba de desesperación, cuando los médicos y enfermeras llegaban a revisarla se hacía pasar por dormida. La enfermera Marshall regresó de sus dos días de permiso, Clarisa había pasado día y noche moviendo sus piernas.

- ¿No hemos despertado aún? Sabes creo que es de mala educación no responder a las preguntas que te hacen los mayores-

La enfermera hablaba y Clarisa la escuchaba sin responder o emitir sonido alguno, hasta que el estómago de Clarisa la traiciono.

-Brrrrr-

-Alguien por aquí tienen hambre. ¿Quieres caminar? Pues tendrás que comer, el suero que tienes te ayuda a mantenerte, pero no te da fuerzas. -

Silencio, era el sonido que obtenía la enfermera, de parte de la joven, pero recordó lo que había leído en el periódico, sabía que la joven en esa cama era la heredera de un gran imperio, lo había descubierto dos semanas atrás cuando el rosto de Clarisa se había deshinchado de los golpes que le habían dado.

-Sabes, Clarisa tu tío y tu abuelo te están buscando y pronto vendrán aquí y el director ya sabe de tu identidad. El problema es ¿Cuál de los dos es él que te quiere muerta? –

-Mi tío- Salto Clarisa para que no creyera que fue su abuelo, pero de inmediato se arrepintió porque la mujer en frente suyo podría estar del lado de su tío.

- ¿Estas seguras? -

-No, no lo se. Sólo ayúdeme a salir de aquí. Por favor-

-No confías en mí, ¿Verdad? -

-Si, no confío- Respondió Clarisa.

-Lo entiendo. ¿Qué recuerdas? -

-Algo- respondió encogiéndose de hombros.

-Bueno tendrás que confiar, yo estuve el día que naciste, recuerdo a tus padres. Eran buenas personas yo trabajaba en el Maternity, donde naciste, hace quince años y un mes-

-Quiero irme hoy, ya casi puedo moverme- Dijo Clarisa.

-Salgo a las diez. Te llevaré a mi casa, no tengo hijos por lo que veremos qué podemos hacer para vestirte-

-Yo tengo tarjetas de crédito-

-Niña, te encontrarían al momento que salgas de la tienda. De todos modos, no traías nada cuando te dejaron aquí en el hospital-

-Ahora a caminar- Durante el tiempo que la enfermera estuvo con Clarisa la ayudo a caminar y a fortalecer sus piernas.

Ya faltando poco para las diez de la noche la enfermera noto como personas extrañas llegaban al área de cuidados intermedios, eran hombres vestidos con batas de médico, pero sus ropas no lo eran, pero sobre todo no los reconocía; con miedo de que fueran a matar a Clarisa se dirigió a su habitación.

-Clarisa, tenemos que irnos. Creo que han venido por ti-

- ¿Cómo lo sabes? - Dijo con miedo la joven.

-He visto hombres con batas de doctor, pero no tienen la apariencia de médicos. Voy a ponerte este vendaje-

Con el rostro vendado y en una silla de ruedas la enfermera saco a Clarisa de su habitación, la llevo a un área de que solamente el personal podía estar; ahí se cambió la ropa de hospital por la ropa de la enfermera y una peluca de cabello negro. Cuando iban de salida la enfermera llevaba a Clarisa del brazo, pero al llegar a la salida en el área de parqueo sintió como Clarisa se estremecía.

- ¿Qué pasa? -

-Ese, ese hombre es el que me hizo daño-

-Si lo es-

-Pues vamos-

Se subieron ala auto con camino a la casa de la enfermera Marshall.

֍֍֍֍

-Señor, Bain- Hablo Datchnner.

- ¿Tienes noticias de mi nieta? -

-No señor. Pero mi hombre me dice que Anderson fue llamado por el director de un hospital. Luego mando un grupo de hombres al mismo y hace diez minutos él salió con su dos de sus hombres de confianza y mi hombre hacia el mismo hospital. Al parecer le avisaron que habían encontrado a la señorita Clarisa-

- ¿Qué tu hombre me llame cuando este libre-

Tres horas después el hombre infiltrado en las filas de Anderson llamaba el viejo Bain.

-Señor Bain-

-Dime, ¿Qué sabes? -

-Al parecer si era su nieta, el asunto es que escapo y nadie la vio. El señor Craig enviará a dos de sus hombres a hablar con la enfermera que la cuidaba, al parecer todos creían que ella estaba en coma. No había indicios de que había despertado. Anderson esta furioso-

-Gracias. Sigue informando a Datchnner- Corto la llamada.

-Datchnner. Localiza a la enfermera antes que los hombres de Anderson y tráela. Ve organizando todo para hacerla desaparecer, lo más probable Anderson la hará matar-

-Así lo haré, señor- Y se marchó.

Ya pronto tendré a mi nieta...

Al día siguiente Marshall no fue a laborar en el turno de la mañana como le correspondía, sino que, pidiendo permiso a su jefatura, lo haría por la tarde, fue a las tiendas a comprar ropa para Clarisa. Adara Marshall se estaba encariñando con Clarisa le compro ropa bonita y acorde a su edad ella le preparo el almuerzo como si de su hija se tratara y después de eso se marcharía a su trabajo.

-Clarisa, si alguien toca la puerta no abras, si entran, corres este librero ahí hay un espacio algo estrecho, pero podrás esconderte. En el refrigerador hay comida solamente la calientas en el horno microondas-

-Está bien-

-En el segundo piso hay una televisión, si deseas mirarla, cierra las cortinas y ponlo lo más bajo que puedas para que nadie te oiga o te vea-

-Gracias-

Adara salió hacia su trabajo, cuando llego al área de parqueo salió del auto y antes de poder decir algo dos hombres la abordaron.

- ¿Adara Marshall? -

-Si, ¿Quién quiere saberlo? - Respondió la enfermera.

-El señor Anderson quiere hablar con usted- La mujer se estremeció al escuchar el nombre.

-No sé quiénes son ustedes y mucho menos ese señor Anderson; lo que si se es que mis pacientes me esperan-

Los hombres decididos la habían tomado por la fuerza, pero ya casi adentro del auto Adara escucho los impactos de bala y fue sacada del auto. -

- ¿Está bien señora Marshall? -

- ¿Quiénes son ustedes? -

-Ya no está segura aquí. La llevaremos a un lugar seguro-

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