Nota: capitulo de emoción!!!

—Pareces cachorrito esperando a su dueño—ruedo mis ojos ante sus palabras y decidí ignorarlo.

En estos últimos días trate de aceptar la idea de estar encerrada pero el solo hecho de estar recluida del mundo exterior aún se me es difícil y no me acostumbro del todo en adaptarme a este estilo de vida tan monótono. Eso no me hace estar contenta con esta situación ni con los que me rodean pero estoy enojada y algo resentida con Santiago; porque no es capaz  de tratar de comprender y ser empático con mis emociones así que el solo ignora lo que opino. Estas actitudes que él toma genera una cierta espinita en ambos.

Desde pequeña mi madre relataba que era una niña muy activa, no me quedaba quita y eso también paso en mi adolescencia. Parte de mi etapa adolescente fuí una chica rebelde pero esto era algo tan común de mi aunque mis padres se les dificultaba entenderme, uno de las cosas que más recuerdo era que después de la escuela me escabullia del camino a casa hacía diversos lugares; ya sea al cine con mis amigos o en los fines de semanas evitaba a mis padres a toda costa solo para hacer algún deporte extremo o ir de fiesta con mis amigos, todo esas actitudes cambio a raíz de los problemas que comenzó a tener mi hermana, esto me hizo abrir los ojos dándome una perspectiva diferente de la visa. Así que me obligué a dejar ese estilo de vida; por ello solo me enfoque en estudiar.

Tiempo después la realidad me golpeó nuevamente  cuando recibí la noticia de que sería madre, fue una etapa agridulce en donde el sentimiento de angustia y ansiedad no dejaron que disfrutará la etapa maravillosa como lo describen los medios de comunicación. Reconozco que durante el embarazo fue difícil quedarme sola en casa sin hacer nada, después de una extensa e intensa plática con mis padres puede experimentar nuevas cosas, como el yoga, las clases de maternidad, algunos talleres de pintura, la meditación, el correr, aprender hacer postres, etc. Me he caracterizado como una persona que le gusta mantenerse ocupada y activa. Sin embargo, eso no lo comprende Vólkov, el que no comprenda que soy una persona que le encanta estar en contante trabajo o en hacer actividades físicas me llena de frustración y estrés, el que me exija quedarme en casa solo por los estúpidos periodistas que parecen buitres las 24 horas con ese entusiasmo lleno de  morbo por conocer mi vida privada y la de mi pequeña princesa me pone de muy mal humor. 

—¿Porqué eres tan orgullosa Angie?—solo alce los hombros como respuesta, este gesto lo ponía algo irritable.

—Es en serio de que no me vas a dirigir la palabra—seguí concentrada mirando el paisaje.—Debemos hablar Angie—suspiró con cansancio.

—¿De qué deseas hablar?—el rostro de él volvió a uno muy serio, su repentino cambio me puso alerta de lo cual hizo que mi cabeza maquinaria diversos escenarios más catastrófico que el anterior.

—De los trámites para la boda y el reconocimiento de que Danielle es mi hija.

¿No les pasa tener esa sensación en el pecho de desear algo en el fondo pero a la hora que ésto se da te das cuenta que no es lo que querías en realidad? Si la respuesta es afirmativa, es lo que siento ahora ante las palabras de Santiago.

El miedo y confusión, la realidad era que yo deseaba que aquel hombre que dejó la semilla en mi útero fuera quien me dijera esas palabras; pero los deseos aveces no se cumplen. Tenía que aceptar que por lo menos le daría estabilidad a mi hija, porque tendría una figura paterna, esto me traería ventaja puesto que tendría un apoyo extra.

Tome aire ante de buscar las palabras correctas para responder, si bien no conocía del todo a Santiago ni el a mi, pero la actitud que está tomando la situación con seriedad y honestidad hacen que una parte de mi ser experimente una alegría al saber que él se preocupaba por mi hija.

—Ve al grano—respondí.

—Dentro de dos días me entregaran el certificado y la acta de nacimiento de Danielle en donde tendrá mi apellido y por lo tanto obtendrá todos los derechos como mi primogénita. En cuanto a la boda será mañana al medio día, todo está listo gracias a la ayuda de tu madre, hermana Angelina y tú mejor amiga—ese eran demasiadas cosas que procesar.

—Me siento algo conmocionada.—negué varias veces para tener la mente clara—¿En qué momento organizaste todo eso? ¡Dios mío! Es que aún no me lo creo.

—Creélo.

—¡¡No me tomaste en cuenta!!—el pegó un salto de susto ante mis palabras.

—Espera tigresa, trate de preguntarte pero me fuiste indiferente y no quisiste ni escucharme así mismo no me hablaste, así que no te pongas indignada.—señaló, mi cara está ardiendo de coraje, golpeo el suelo con mi pie a modo de berrinche puesto que él tenía la razón.

Solo por esta vez....

—Esta bien... ¿En donde será la ceremonia?—pregunté.

—En la residencia de mis padres, mañana vendrá tu madre y hermana por ti.—asentí.

—Bueno, buscaré que ponerme para mañana—me levanté del sillón.

—No te preocupes, tu amiga se encargó de elegir el vestido.

—Okey.

Horas antes de la ceremonia...

No pude dormir...

Mis pensamientos estaban en aquel hombre misterioso del bar, ¿Qué será de él? ¿Estará casado? ¿Tendrá hijos? Las preguntas no tenían respuesta, el no encontrar al padre de mi hija me generaba un estrés lleno ansiedad ante el miedo, pues un aparte de mi sentía que mi hija me juzgaría cuando se enterará de la verdad. El que ella descubrirá que fue producto de una noche de solo deseo carnal y la atracción de dos jóvenes borrachos.

Tenía demasiadas preocupaciones...

El sereno de la frialdad del ambiente se estaba impregnando en mi rostro, mi piel caliente se volvía fría, las piernas empezaban dolor por el esfuerzo de correr los cuatro kilómetros. Ya casi estaba por llegar a la casa de Vólkov, pero me detuve abruptamente ante su presencia que imponía autoridad.

—¿No es muy temprano para hacer ejercicio?— interrogó quería responder a así pregunta pero el prosiguió.—Y todavía te atreves a salir sola a correr sin ninguno de mis guardaespaldas.

—No es para tanto Santiago, tú no me dejas ir al baño sola. Ya le cansé de esto.

—NO, ÉL QUE SE CANSO SE ESTO SOY YOOO.