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CAPÍTULO 70

Maya.

Me quito los guantes reventando en pedazos el ventanal de la casa de retención de la organización de los treinta y siete, una de sus jaulas más custodiadas. Camino dentro con mi metralleta en mi mano y mis botas pisando los trozos.

Ethan a pesar de estar herido camina cerca de Emma cuando los pierdo de vista. La mitad de mis sirvientes vienen conmigo, la otra mitad se quedó cuidando a Erick y al tanto de lo que hace mi marido.

Le doy cuidado especial a mis mansos y mucho dinero, pro con él hay algo especial, no sólo es sexo y el dinero que recibe, Erick se preocupa por traerme el desayuno o desearme los buenos días por mensajes de texto, frunzo las cejas.

La primera 'docena de Krays en el pasillo de la entrada de las jaulas de peleas clandestinas nos detienen, rodean el perímetro de la izquierda, aunque somos muchos, los kray toman ventaja. — ¡Rodéenlos! ¡Es la gacela!

—¡Quiero que salga su amo! — les grito.

—¡No vas a entrar a sus jaulas! ¡Traigan a los francotiradores! ¡No dejen que ingresen a los aposentos del amo! — gritan unos inútiles.

Disparan a nuestro alrededor y cubrimos nuestras espaldas. Veo a Emma irse por otro lado. Ethan se queda tirado en el suelo, pero incluso desde ahí dispara, mato a dos kray y corro por el pasillo tumbando la cerradura de una de las puertas principales, está vacía.

Una bala roza mi chaqueta y pasa a centímetros de mi hombro. Me resbalo en la entrada, pero vuelvo a levantarme disparando al aire y a todo lo que se mueva. Salen más kray de las peleas clandestinas, tienen mejores metralletas, los mejores francotiradores traen los AR-10 en calibre, es mucho es de armamento ruso.

—¡Matéenlos!

—¿Cómo los rodeamos gacela? De la orden— dice uno de mis asesinos mientras vamos retrocediendo y Logan ni siquiera ha salido.

Se que mi hermano nos ve por sus cámaras de vigilancia y no se toma la molestia de venir a enfrentarme. Una bala alcanza a rozarme la pierna. Me apoyo en una pared viendo a los kray armados. Reconozco el lugar de tantos años. Me quedo al frente de mis asesinos.

Miro la cámara de vigilancia esperando que el Logan me vea. —¡Cúbranse! — abro mi chaleco antibalas y saco una de las granadas que armamos con el lobo. Los kray retroceden cuando sonrío de lado maliciosamente mientras le quito el seguro y lo aviento hacia ellos.

Corro deslizándome por el suelo junto a Ethan, ambos agachamos la cabeza y nos ponemos debajo de una mesa. —Cúbrete los oídos — tapo con mis manos lo mejor que puedo hasta que el sonido azota las cuatro paredes.

El golpe me empuja junto a Ethan que me sostiene contra su pecho. La explosión revienta ventanas y puertas y lanza varios kray quemados al suelo revotando en las paredes. El fuego quema la madera de todos los muebles.

Parte de los francotiradores también mueren. Se escuchan los pasos corriendo, en cuanto ha terminado la explosión dejó a Ethan en el suelo y me levanto cargando Walther WA 2000. Empiezo a vaciar el cartucho en techos y restos de puertas.

Veo a los francotiradores viniendo a cubrir al que me interesa ver. Con la explosión sale de su maldito escondite. Logan camina enojado hacia mí.

Todo el mundo puede pasar como mugrientos por la organización de los treinta y siete, menos un Roe.

—¡No importa que sea la gacela la orden del amo es matar a cualquiera de los invasores!

Ruedo los ojos y al instante mato a dos kray con una bala en sus cráneos a la entrada sin el más mínimo esfuerzo, al tercero le corto la garganta con mi daga a una distancia considerable.

Mi cabello se desordena apenas unos centímetros, me lo reacomodo y sonrío con un humor que no poseo, mi hija tomo prisionera a mi nieta para entregarla a Richard y obligarme a venir antes de tiempo aquí, sigo siendo su madre y me conocerá.

—¿Dónde está mi hijo?

—No pensé que rompieras mi ventanal hermana, fue muy costoso— sale Logan detrás, desarmado y caminando despreocupadamente sacudiendo de un lado a otro la cabeza. —Una pequeña emboscada, en mi propia casa, en mi territorio y rodeado de Krays, ¿Eres idiota?

—Debí matarte de niña, para que dejarás de joderme en el futuro.

—Pero no lo hiciste, soy tu hermano menor Maya y aun así siempre me tuviste miedo, siempre provoco lo mismo a cualquiera que me conoce, me eligieron como líder de la mafia y no a ti, aunque fuera el primogénito, porque tú no servías para eso.

Hace más de una hora vi a Emma ir por el pasillo equivocado, escondiéndose de Logan, Ethan no la siguió, tengo esperanza de que encuentre a Jack primero. — Tienes celos de que haya sido la primera mujer de los Roe, en una familia que siempre procreó hombres, a veces pienso que me temes hermano.

—Jamás le tendré temor a una mujer.

—Entonces pasaré de largo por mi hijo y te quitarás de en medio, a menos que quieras que ascienda a tu puesto matándote en tu propia casa— le apunto con la metralleta, pero siendo el maldito más perverso que conozco se ríe a carcajadas.

Extiende los brazos a su alrededor. —Adelante, gasea, estoy a tu merced, mátame.

No vacilo y quito el gatillo apuntándole, pero con dos sacadas mi hermano me detiene y me empuja contra la pared más cercana azotando mi cabeza en ella con su fuerza. Sus manos agarran mi cuello para estrangularme. Toso tratando se zafarme de su agarre, pero es fuerte y controlado.

Miro sin aire los mismos ojos verdes que compartimos, mis pulmones se secan con sus dedos cerrados en mi garganta.

Se burla a carcajadas.

Muevo mi mano por debajo de su camisa. De repente se estremece de dolor con el taser que le pongo en los testículos con una descarga muy bien proporcionada. —Hija de pe...— lo empujo lejos y tosiendo saco el mango de mi daga golpeándolo en la nuca directo al suelo.

Otro golpe con el mango de mi daga Roe en su cuello. Lo levanto contra el pilar del pasillo, azoto su cuerpo de la misma forma que él lo hizo conmigo y con su mano me somete, pero ambos tomamos ventaja de nuestros cuerpos con las rodillas. Veo las luces rojas que me apuntan a la cabeza.

—Podrán ser todos, una bola de inútiles que no pueden matarte y ni siquiera tocarte, pero se te olvida que tú y yo salimos del mismo útero. — le clavo la punta de la daga en la entre ceja mientras el me clava en la nuca la punta de su arma.

Ethan que sigue herido en el suelo, lo miro de reojo como sonríe de lado con demasiada satisfacción.

Logan y yo nos miramos fijamente, si el dispara, yo le clavo la daga y viceversa. Si ataco, morimos los dos, sabe bien como defenderse, nadie ha tenido a Logan a su merced, para matarlo, siempre que es amenazado tiene un as bajo la manga.

Igual que yo.

—Madre— la voz de Jack me desestabiliza unos segundos. —Ya me dejó ir, no tienes que matarlo, detente.

Miro de reojo a Jack golpeado y caminando lento hasta nosotros con Dina Makova ayudándolo. Logan no es el primero en quitar el arma, soy yo. Miro a mi alrededor a los kray que dejan de apuntar, no puede estar dejando salir a mi hijo de la nada.

Camino a mi hijo lentamente, pero alerta con la daga en la mano por si alguien se atreve a disparar. Jack camina lento hasta apoyarse contra mí. —Madre— jadea por la boca, esas malditas heridas están infectadas.

—Voy a saturarte la herida del brazo, te voy a esterilizar las mordidas — le toco el rostro llamando a uno de los asesinos aquí para ayudarme a llevármelo, veo a mi hermano mirarnos de lejos con media sonrisa.

—No se puede decir que soy un mal ser humano y aun así destruiste parte de mi casa.

—Gå væk mor, jeg vil ikke slå dig ihjel— Jack me susurra en ese instante aprovechando la distracción de Logan. —Emma er blevet fanget.

Se me hela el cuerpo completo. Miro a Jack con Dina Makova, conozco la cantidad de Krays que hay aquí y cuando miro alrededor son más del doble que maté con la granada. Ethan en el suelo escucha lo que dijo Jack y se levanta.

—¡Retirada! — los asesinos corren por la puerta trasera mientras los francotiradores comienzan la masacre.

—¿Qué le dijiste inútil? — pregunta Logan enojado corriendo detrás de nosotros, pero se detiene para azotar a Jack en el suelo.

La rabia crece dentro de mí, pero cuando sueltan a los lobos corro por mi jodida vida. —¡Levanten a Ethan en brazos para llevárselo!

—¡No! — con las pocas fuerzas que le quedan se jalonea. —¡Jamás dejaré a mi señora sola aquí!

—¡Nos mataran a todos! ¡Por fuera es más fácil planear que aquí! —veo como arrastran el cadáver de mi antiguo manso por el suelo.

—¡Nunca voy a dejar a mi señora! ¡Si ella va al infierno yo la sigo! — levanta débil su arma mientras lo dejamos dentro de las jaulas huyendo, más de la mitad de nosotros muere. Coro por la salida con el hombro herido.

El primogénito de Alexander está en peligro. Emma capturada y mi hijo está de rodillas en el suelo con un calibre en su nuca. Un auto se para en la entrada. Emilia trae a mi nieta en el asiento trasero dormida.

—¡Madre! — corre hacia mí. —¡Jack no quiso irse! ¡Debemos sacarlo por la parte trasera donde Caterva entraba a ver a Alesha! Tiene la culpa de esto Richard Madden quería que fuera su sirviente, eso era lo que le convenía.

Saco mi daga cuando se baja y le hago una cortada la mitad del rostro por su mejilla hasta su barbilla. Grita y se agacha para detener la sangre, le levanto el rosto y le hago la misma en diagonal.

Cualquier cicatriz de una cruz invertida en la mafia, es la señal de los traidores y no son recibidor más que para tortura, Meredith antes de morir la utilizo en maldito cadáver fue enterrada como una traidora y ahora mi hija la posee.

—Mamá ¿Qué me hiciste? — lloriquea sujetándose el rostro con la herida en todo su rostro.

—El hijo de Alexander Roe y su esposa están ahí dentro capturados. Ni todo el dinero del mundo que te hayan ofrecido por Jack será suficiente para que sobrevivas ¡Ruégales a los demonios que tu muerte en manos del lobo sea rápida!

—¿Está embarazada? — jadea mirándome con horror sin quitar las manos de su rostro.

—Vas a tener una peor muerte que Susan Madden.

—No lo sabía— llora. —Me cortaste la cara.

—Sigo siendo tu madre y harás exactamente lo que yo digo— la jalo subiéndola al auto en el asiento del copiloto.

Emma.

Me arrastro por la pared y con nauseas bebo del agua sucia que cae por una de las grietas de la pared, no quiero deshidratarme de nuevo, menos si pongo en peligro a mi bebé. Llevo horas aquí y me muero de sed. Jack tenía razón, los aullidos de los lobos del sótano son perturbadores.

Se oyen por todos lados, dice que Logan los mantiene con poca comida y los mugrientos terminan con ellos.

Me toco el vientre, agotada, las arcadas han vuelto con más fuerza, pero aquí la suciedad es mucha. Miro mi anillo de matrimonio y contengo las lágrimas, Alexander, lloro en silencio pensando en la boda, los votos y las veinticinco razones.

El tatuaje del lobo me recuerda que no pertenezco aquí, pero que tampoco soy una simple persona, dejo de llorar no quiero alterar mi cuerpo por la cosita.

No hay por dónde salir, hay unos barrotes muy pesados que sólo los abre un tal Kyle, es el kray de mayor confianza de Logan. A Jack se lo llevaron hace horas no sé dónde está. Oigo pasos fuera, el sonido de las cadenas y las llaves.

Me ciega la luz cuando se enciende, aquí toda está a oscuras. Meten un cadáver junto a mí, me tapo la boca y la nariz por el olor, los kray se van burlando de la gacela, Maya¸ vomito sobre una de las esquinas, sin poder controlar más las arcadas y me escuchan.

—Kyle, la nueva parece que se asquea por los muertos, ni se imagina como huele la alcoba del amo— se ríen y vuelvo a vaciar mi estómago.

Cierran de nuevo y mis pupilas se dilatan por la oscuridad, hace demasiado frío aquí. Hay una luz parpadeante dentro del pantalón del muerto. Me acerco con cuidado y escucho también un zumbido.

Un celular.

Lo saco con cuidado, esperando que la huella de desbloqueo sirva. No hay servicio tan abajo. No funciona una llamada de emergencia, pero en mi mente queda el número de ayuda del MI6 con satélite abierto.

Entran de nuevo y escondo en una de las gritas el celular. Veo la otra jaula, hay una persona ahí dentro, parece que está herido. —¿Mi señora?

Me levanto bruscamente. —¿Ethan? — palpo la celda susurrando.

—Mi señora— pone su mano fría por los barrotes contra la mía —Falló a misión... Maya... Jack no— jadea apenas puede hablar, recuerdo la herida que traía en el abdomen, con la suciedad de las jaulas se le infectará.

—¿Qué paso con mis asesinos?

—El auto explotó, no sé nada de Ida, pero Maya se fue y a largo plazo ella es nuestra salida cuando mi señor lo sepa— se obliga a sentarse a pesar de su dolor —Quiero que me escuche bien, nos van a someter por pertenecer a la organización del lobo, cuando hay prisioneros de una mafia enemiga son a los que peor tratan, pero quiero que cada castigo lo eche sobre mí.

—No puedes soportarlo, estás herido.

—No me importa, voy a protegerla aquí dentro, soy ex militar, mi cuerpo está acostumbrado a la jodida mierda de golpes.

—Necesito proteger a la cosita— no pienso dar detalles a alguien que pueda oírlo y decírselo a Logan. Recuesto mi cabeza en la pared— Alexander sabrá que estamos aquí y...— vuelven a encender la luz. Logan entra a la celda con una botella de whisky escocés en la mano y riéndose de nosotros.

Dos kray traen a Jack más golpeado que antes y lo tiran junto al cadáver. Se pone a jadear hasta que parece que se queda dormido por el dolor. —Mis Krays me dijeron que estás indispuesta y por eso te traje a tu guardaespaldas— Logan deja la botella de alcohol en el suelo.

Ethan me hace una señal de no responderle y me quedo callada. Mira entre nosotros y de repente ese al que llaman Kyle me abofetea. Jadeo con ardor en mi cara y me quedo mirando a la pared.

—¡Al amo le respondes cuando te habla!

—¡No toque a mi señora! — con la fuerza que le queda Ethan jala los barrotes, pero es inútil, comienza a maldecirlos en danés.

Estoy en silencio, no me muevo. Los recuerdos regresan a mi cabeza, hace un año en Trafford golpeada de la misma manera. —Te traje whisky para que relaje tu estómago. Bebe. — me ofrece Logan.

—No quiero.

—No te pegunte, te dije que bebas y te lo tragarás.

Volteo el rostro y cuando siento el golpe que me alza pienso que Seth y Jaden no eran ni la mitad de perversos de lo que es Logan. Me toma de la nuca jalando mi cabello y me levanta bruscamente abriéndome la boca.

Me tapa las fosas nasales y en la boca me vacía casi la mitad de la botella de whisky obligándome a tragar mientras jadeo por respirar, me atraganto, el alcohol quema mi garganta.

—Si yo digo bebes, lo haces— me avienta al suelo mugriento a pesar de los gritos de desesperados de Ethan. —Voy a reunir a los treinta y siete y vas a ser la burla de todos, vas a ser lo que Katherine y la propia Alesha eran.

Se sienta mirándome en el suelo, el jadeo de Jack apenas se percibe. No me gusta que los kray estén mirando mi abdomen y menos que el mismo Logan lo haga. Sigue bebiendo, me arde la cara, pero me acomodo en una mejor posición.

Miro mi anillo verde en mi otra mano. —Él va a matarte— me lo repito para mí también.

Se ríe a carcajadas, Logan no le teme a nada, ni a nadie. —Si supieras la notica que ronda por todos los medios— saca su IPhone —Te lo leeré para que no te quedes con la duda— se pone un porro entre los labios y cada calada de humo que saca me la hecha en la cara obligándome a aspirarla. —La DEA atrapó en la residencia del primer ministro de Londres al arquitecto Alexander Roe por narcotráfico de armamento, se dice que bajo la pinta de empresario estaba el líder de una de las mafias más buscadas de Europa, se dice que irá a juicio en Escocia.

—Mientes— mi respiración esta agitada —Te quieres meter en mi cabeza.

—¿Los nombres de Sarah Wall y Dylan Gray te suenan? — me toca la mejilla roja por el golpe —Ellos llevaron a cabo el operativo, pero dado que está siendo culpado por una placa dorada del MI6, será torturado, tengo un contacto con el gran ministro de Londres y cumplirá mis órdenes. Richard es un gran aliado.

Me levanto rápidamente a golpearlo en el rostro y con los puños en el pecho. —¡Maldito hijo de perra! — lo golpeo fuerte, pero me jalan atrás. —Voy a matarte— juro llorando desconsoladamente hasta que un golpe seco me deja inmóvil, Logan me revienta la nariz y me deja aturdida.

Oigo la voz de Ethan, pero no la entiendo. Siento un golpe seco en mi abdomen y otro en mi espalda. Me cubro el vientre, no siento mis manos y mi rostro menos. En el piso miro el rostro de Jack abriendo los ojos y mirando el horror.

Cierro los ojos y me quedo con Alexander hablando en Santorini con la cosita. Veo sangre en el suelo, no sé si es de mi nariz o, de otra parte. Uno de los kray me bruscamente las piernas, veo el horror como Logan se abre la cremallera de los pantalones verde militar.

—¡No a mi señora no! — Ethan golpea con fuerza los barrotes, desesperado.

El kray Kyle sólo mira de lejos, sin reírse como los demás. No me amedrento, palpo mi daga Roe con una mano detrás. Cuando está lo suficientemente cerca saco la punta por su cuello como lo hice una vez con Katherine.

—Si yo fuera tú me alejo.

—Una daga Roe— la mira, asombrado, de repente sus cejas se frunces. —¿Quién carajo te dio esa daga?

—La de Meredith, me la gané— veo el desagrado por ese nombre.

—No te la mereces eres una simple ramera calienta pollas, como ella te la ganaste con las piernas abiertas— me lame la mejilla, siento tanta repulsión cuando me besa, pero le aparto el rostro con una bofetada que me valdrá una paliza.

—Soy Emma Roe, la reina de la organización del lobo y vas a respetarme.

Las cejas de su kray se alzan, pero es el único, hay algo raro en el tal Kyle. Además de estar usando guantes cuando nadie lo hace, se comporta diferente como si trabajara para la monarquía.

Sus movimientos no son sucios ni descuidados como los de los kray. Se acerca a donde Jack está tirado, un kray entra por la otra puerta. —Mi hijo te alzó el ego demasiado, hay que someterte lindura, las mujeres no son lideres de una mafia — sonríe de lado y el parecido de los ojos no es mucho, jamás será como Alexander.

Siento manos por todos lados me arde la impotencia, pero también el dolor, están empeñados en mi vientre. —Lávenla, quiero pulirla y más con esa boca mal hablada — ordena Logan a unas mujeres de servicio. —Ella será la nueva mugrienta de servicio para que empiece con suciedad de la alcoba de Alesha.

Las mujeres me atraen, cuando me van sacando de las jaulas. Una aguja se clava en el cuello de Logan antes si quiera que me toque un pelo. Jack se agarra a su cuello con fuerza con lágrimas en sus mejillas cuando lo quitan con facilidad.

—¿Qué carajo es esto?

—Cianuro tío y espero que sepas sobre venenos y la dosis que te vas a tragar— le dice como si antes hubieran tenido esta conversación.

—¡Llama al maldito médico! — grita asustando a sus kray.

Jack me mira de lejos, pero no veo más cuando comienzan a torturarlo frente a mis ojos. Logan se retuerce tocándose el brazo derecho. Lo levantan y con gritos sale apoyándose de uno de los kray.

—¡Jack! — grito por hacer algo, pero el kray que no se ríe me detiene y me obliga a observar.

Cierro los ojos, mirando como señala su muñeca. Millie. Le abren una herida en la cabeza. Tiemblo del horror, Ethan me hace señas de no verlo por las arcadas. Sólo escucho los gritos de dolor y suplicas mientras las mujeres me llevan fuera y me meten en agua fría.

El dolor de las heridas escuece mi piel, veo moretones en ambos brazos, estas mujeres son robots que tallan la mugre de la jaula. —Trátenla como se merece, trae un tatuaje de la organización del lobo— una de ellas jala mi cabello enjuagándolo.

El tatuaje no es solo lo que provoca las humillaciones, es que sea la esposa de Alexander, tratan de quitarme mis anillos, pero me resisto, me meto en la boca el anillo verde y los otros los recojo del suelo donde los aventaron.

Las demás se ríen, hacen burla de mí por ser de la mafia contraria. Me avientan. Ni siquiera me secan. Me avientan descalza y con un vestido de trapo blanco a la habitación más alejada de la casa.

Corro por uno de los inodoros por las arcadas y tratando de sacar el alcohol de mi sistema por la salud de la cosita, Logan me hizo beber demasiado whisky. Escucho una respiración en la habitación, pero me duele vomitar. Me aferro a las baldosas. Siento tanto miedo por los golpes, si me tratan así sin saber que estoy embarazada, no quiero imaginar cuando lo sepan.

Me escupen al pasar los kray. Tengo el cuerpo molido, pero debo limpiar, me han amenazado con una paliza por cada tarea no echa.

Me limpio las lágrimas y salgo descalza hasta la alcoba. Estoy en el pozo más oscuro de la mafia. Me pongo de rodillas a limpiar. Veo un montón de cabello rojo sobre la almohada bien acomodado.

Es Alesha.

No es lo que era cuando la conocí, una mujer cara que derrochaba riqueza para humillar a cualquiera, aunque si tiene ropas limpias y la habitación no es una pocilga, esta inmóvil con los ojos cerrados en la cama.

Lo peor de todo es esa evidente cicatriz en la mejilla, es un cruce de dos cortes, ya cicatrizó. No parece la mejor arquitecta de Hilton &Roe. La miro de lejos, pasa quince minutos y veinte y nunca se mueve.

—Es una cicatriz de cruz— dice una voz a mi espalda y me sobresalto esperando un golpe.

La pelirroja que prometió ayudarnos, entra desde la terraza, veo con horror como tenemos un vestido similar y va descalza igual que yo. —La mafia se lo hace a los miembros traidores, los matan con solo verlos, se convierten en mugrientos, es como la marca de Caín para que me entiendas...

—¿Quién se la hizo?

—El amo, después de quedar en ese estado yo le supliqué que me dejara cuidarla, es mejor que estar encerrada todo el día sin hacer nada— agacho la cabeza y ella mira mi apariencia. —Tus castigos serán peores que los de Alesha o los de Jack, por llevar el tatuaje de tu organización, ruega que no vengan las torturas pronto.

—Me golpeaste y me dejaste en este infierno.

—Te ofrezco una disculpa, pero quería salvar a Jack, quería que viera a su hija una última vez, sé que mis acciones no son las correctas, pero son sinceras y si quería ayudar al lobo, le dejé el celular a Jack con las coordenadas de la anfetamina en Irlanda, pero no se fue.

Frunzo el ceño, adolorida, pero recuerdo el celular de las jaulas, escondido. — Eres demasiado correcta.

Sus pecas enrojecen con sus mejillas. Tiene las pestañas muy onduladas y los dientes perfectos. No me responde, pasa de largo y comienza a cepillar el cabello rojizo de Alesha, creo que esta por amanecer, mi cuerpo está agotado, pero no me dejan dormir, debo limpiar los suelos.

Alexander atrapado por la DEA... las lágrimas salen silenciosas, el odio a Sarah crece más y sobre todo al que era mi familia al morir Kate... Dylan, él lo encerró. No se sabe de Logan, deseo que el cianuro de Jack lo haya matado.

No puedo seguir trabajando más, me encierran de nuevo sin comer en las jaulas. Reviso si el celular sigue aquí y efectivamente, la batería es muy poca. Con miedo marco rápidamente el número de emergencia del MI6 que es el único que sirve vía satélite sin señal móvil.

—Número de emergencias de veteranos del MI6— responde una mujer.

Me lo pego a la oreja y suspiro hondo. —Agente, soy miembro de la unidad de Sarah Wall... yo... fui capturada no se si hace dos días, porque me encierran en un sótano— temo que abran la puerta.

—Dígame su número de placa.

—Once, cuatro, nueve, siete.

—¿Es parte de la unidad de Brent o Birmingham?

—Brent.

—Su número de placa no coincide con miembros activos.

—Soy miembro retirada de la unidad.

—Eso no es...

—Soy Emma Roe y estoy secuestrada y siendo golpeada, ¿Qué clase de unidad es que sólo ayudan agentes?

—¿Emma? — escucho una voz de fondo masculina.

—Señorita puedo enlazarla con emergencias porque...— escucho que le arrebata el teléfono —¿Emma? — la voz de Dylan se escucha. —¿Guapa eres tú? ¡Dijo que estaba secuestrada!¡Rastrea la jodida llamada de inmediato!

—Como ordene camaleón.

—¿Emma? Háblame.

Cuelgo la llamada con rabia, lo odio, lo odio tanto por entregar a mi marido a juicio, tengo que salir de aquí. Escondo el celular de nuevo y me quedo en oscuridad sin saber si Ethan y Jack siguen aquí.

—Come, debilucha no limpias bien— el Kray extraño me trae comida, un poco de avena con olor desagradable un vaso de agua y un plato de guisado sin sabor.

Me arrastro a la respiración jadeante y con mis piernas levanto la cabeza de Jack para darle de beber. No habla, pero bebe muy desesperado. —El a... tie...— trata de hablar, pero es inútil, no tiene fuerzas.

—Está bien, come un poco Jack, conseguiré más comida para los tres— lo calmo, pero niega quejándose y toca mi mano tembloroso. —¿Qué pasa?

—Tú... no pu... ani— le sale sangre de la boca y lo limpio con cuidado hasta que desvanece inconsciente de nuevo.

Me obligo a comer la avena por la cosita, mi estomago ruge, aunque me duele demasiado, pero no puedo detenerme, antes era sólo yo, ahora tengo algo más importante, Ethan tenía razón, la cosita hará pelear por mi futuro.

Ethan. Camino a la celda continua, pero su voz me detiene. —Ni siquiera lo piense, puedo pasar días enteros sin comer, usted es la importante.

—Al menos bebé un poco de agua.

—No, no pude deshidratarse— se oye cansado, camino a su celda y por la poca luz veo su rostro pálido. —La herida es grande— se sostiene el estómago con la mano, palpo y se siente mojado, es sangre.

— Buscaré sacarte de aquí.

—No, no se busque más castigos, estaré bien.

—No es verdad— siento una herida interna en mi pecho. —No me mientas Ethan, te lo prohíbo— cierra los ojos y veo una lagrima silenciosa resbalar por su mejilla. —Estás muy herido— no responde. —Si mueres, voy a morir detrás de ti.

—No haga locuras señora Roe.

Me levanto y lo obligo a comer, aunque yo me quede con hambre. Cuido tanto de él como de Jack por horas, so es de día todo aquí se ve oscuro. Mientras más tiempo pasa más muerta me siento por dentro.

Me sacan después de horas un par de horas de sueño y me llevan a uno de los bares que tiene su organización por la ciudad. Estoy débil, me humillan en el salón de los treinta y siete, dónde bailan mujeres. Logan no está por aquí tampoco, pero muchos hombres de la organización sí.

—Ya me sacié alguien más utilícelo— grita un anciano.

Veo caminar torpemente a un hombre robusto fuera. Viene y me tira dinero en el suelo. —Miren a la basura que me encontré aquí.

Alzo la cabeza a Sawyer, mi padre, se ve maltratado y desnutrido. —Sawyer.

—Mi hija fue con el mafioso que me encerró aquí para saciar perversiones y también te vendió, pobre estúpida— se limpia el golpe del rostro —Te venden siempre.

Kyle observa de lejos parado con los otros kray. Me levanto y cuido de no pisar los vidrios rotos. —Vete al demonio.

—Eres mugrienta, pero después será prostituta como yo— me empuja de nuevo al suelo y los miembros comienzan a burlarse de mí, me arrojan alcohol en la cara y las botellas las azotan en el piso.

—Traigan a uno de los lobos para que nos divierta "la reina", pero desnuda y si es verdad lo que nos dijo Richard y trae a un engendró vamos a sacárselo— ordena el mayor, saben de la cosita.

Me cubro el vientre con la mano y retrocedo. Sawyer vuelve a tirarme al piso. Kyle carraspea cuando comienza la música y las burlas de nuevo aventándome unos con otros hasta que de nuevo estoy con Sawyer. —No eres tan valiente sin él después de todo.

Con el puño le doy en el rostro al maldito de mi padre mostrándole mi tatuaje de lobo. —Aunque todos me escupan aquí, soy más que ellos incluso que tú— me quito el pelo sucio del rostro. —Y a todos voy a matarlos uno por uno a mis rodillas.

Kyle me mira fijamente y cuando la música empieza de nuevo, y las luces violetas rebotan en las paredes que no se distinguen los rostros, el kray sale por una de las puertas. Me arrojan botellas muy cerca de darme en el rostro. Veo la barra preparada murmuran que me harán beber de nuevo.

Los clientes fuera de la zona vip ni se percatan del alboroto, este es un barrio de baja calidad en Londres. —Tráemela de nuevo— Sawyer me arrastra hasta uno de los miembros mayores. —¿Qué sentiste cuando mataste a Katherine y a Beckham? — me besa la mejilla.

Sonrío de lado. — Satisfacción— digo y me gano una bofetada.

Viene mi siguiente reprimenda, me preparo mentalmente hasta que veo a una mujer con un lienzo en el cuello cubriendo mitad de su rostro entrar en la zona privada mirando a su alrededor y con una cerveza en la mano.

Mira la atrocidad de la mafia sin inmutarse y ellos se quedan en silencio. Atisbo un poco de su cabello rubio cenizo. —Este no es el baño de mujeres— dice decepcionada.

—No primor, estás en el lado equivocado, pero si quieres yo te llevo— la asechan como canes.

—¿Quién coño dejó pasar a los clientes aquí? ¡Sáquenla! — dice el anciano que estaba con Sawyer y dos sacan un arma para correrla lo de vigilancia, pero ella se sienta en una de las mesas con los codos cruzados todavía observando sus alrededores.

Los hombres la observan confundidos por su aparente calma. Me mira de arriba abajo. —Hola— no le veo el rostro, pero parece que sonríe.

—¿Por qué no te largas de una buena vez? Antes de que me ponga violento y te mande a uno de los contenedores de basura— se pone violento el que está en lugar de Logan, estos días que está desaparecido.

—Oblígame— se encoje de hombros.

—¿Qué te obligue? — se burla y camina hacia ella.

Temo por la mujer porque, aunque es alta, se ve un poco delgada. Lo ve venir y se levanta de su asiento aventando su cerveza al suelo. Abriendo los brazos a sus lados poniéndose a su merced. Una luz roja parpadea en la cabeza del kray y un francotirador lo mata al instante.

—Algo va con el bar, deberíamos llamar al amo— el bartender corre dentro con una cortada en el rostro, la misma que traía Alesha.

—Olvide informarlos, mis disculpas— dice la mujer rubia actuando olvidadiza —Vengo a apoderarme de este bar.

—Maldita perra, no sabes que esto es una organización de narcotráfico—comienzan a sacar armas y yo busco dónde ocultarme, un tiroteo y puedo salir mal herida, me sorprende que la mujer no deja de verme.

—Te largas o te mato. No sabes quién es el amo, ni con quien está lidiando.

Se ríe.

A cacajadas.

—Díganle a su amo, que la mafia danesa reclama lo que se le da la gana.

Escucho un jadeo y me quedo inmóvil viendo a los daneses entrar en la zona privada, hombres cubiertos hasta el rostro de negro con armas en mano matando a diestra y siniestra a los de la organización de los treinta y siete.

La mujer dispara a todo lo que se mueve es muy correcta y corre persiguiendo hasta el último de ellos. Me protejo en una de las barras. Escucho la orden de irse y corro, pero es imposible buscar la salida.

—Que todos los demás se mueran, pero agarren a la mujercita del lobo, es la bailarina favorita del amo— me jalonean a la salida.

Es la primera vez que veo temor en algunos miembros, me jalan a una de los autos verdes, mi pie se roza con uno de los cristales. La mujer se descubre el rostro, es la mujer de la residencia Madden, la mujer del tocador de damas.

Podría ayudarme está claro que soy prisionera, pero no lo hace. Sólo me deja a mi suerte.

Corro por el pasillo en busca de mi libertad, pero el bar es enorme. —Emma, hija, ayúdame— encuentro a Sawyer echo un ovillo en una esquina con las piernas lastimadas, sin poder caminar. —Por favor, no me dejes aquí.

Lo miro un solo segundo. —Púdrete— sigo corriendo oyendo sus suplicas.

Corro escaleras abajo y choco contra el pecho prominente de Logan. Viene muy bien armado, pero algo desalineado. —Hvem er denne tæve, der vil have min bar? — grita, enojado. —Maten a esos malditos daneses y tráiganme a algunos vivos para torturarlos.

Corren a por ellos. Me arrastran a los autos verdes. Veo que atrapan a dos de los daneses, en total a siete, no quiero saber lo que les espera. —¿Y tú a dónde creías que te largabas? — me encierran en la cajuela.

El bar quedó destrozado, pero al final Logan tiene prisioneros a los daneses. Me obligan a limpiar de nuevo, friego pisos con gritos sordos, sin comida, sólo alcohol en mi sistema, un dolor dobla mi abdomen a la mitad.

Mi frente suda de nuevo. La cosita. Miro a Dina en busca de ayuda, pero no puede hacer mucho, es prisionera igual que yo, aunque esté al cuidado de Alesha. Vuelvo a quejarme y la mujer que me grita llama a Logan.

—Se ha estado quejando desde hace media hora, ya no tolero sus quejidos mimados. Si me traes embarazadas, primero quítales el estorbo— lo dice sería, pero el tono es de burla.

Logan me toma de la mano del tatuaje y con la mujer me levantan para que camine detrás de ellos. —Me quiero concentrar en los daneses, no en tonterías de esta mugrienta. Hay que quitar el estorbo.

. . .

Vuelvo a estar en mi celda, me duelen las rodillas. Me quedo mirando la comida que trae Kyle, sin moverme, sólo lloro silenciosamente aferrándome a mis piernas maldiciendo la vida. Escucho que Jack se arrastra cerca de mí y sus quejidos. —¿Emma? — puede hablar un poco más.

Sigo sollozando jalándome el cabello desesperada, reprimo el grito de dolor que rasga por mi garganta mirando mi anillo verde, tiene un rastreador Siempre te voy a encontrar. Entonces ¿Por qué no ha venido por mi? ¿Y la organización? Mi espalda se sacude con demasiado dolor.

Miro los rastros de sangre en mi entre pierna y sollozo soltando el grito de dolor más fuerte de mi vida, Jack logra sentarse, su mirada es de preocupación, pero no tolero verlo he perdido toda la maldita esperanza que quedaba dentro de mí.

Alexander.

Soy sedado por un par de horas, me mojan el rostro para despertar a la luz de las cámaras de seguridad. Estoy aturdido todavía con mis extremidades adormecidas.

Soy fotografiado por la DEA en todos mis ángulos sosteniendo mi número de placa ciudadana, me quitan las pertenencias en la entrada de la prisión de máxima seguridad del MI6, incluso sin un juicio, esta detención está sobornada a favor de Richard.

Las esposas no me las quitan ni dentro de la celda y hacen bien, mataré a cualquiera que tenga enfrente, he asesinado a dos agentes del MI6 en mi captura, no correrán el riesgo.

El cojo y la ex mujer de Jack son los que tienen el placer de encerrarme, hay más de seis agentes y dos veteranos de la DEA en mi puerta. El cojo está drogado, pero no entiende razones de largarse.

—Hago justicia por mis padres finalmente— pone las manos en su cintura.

—Y yo por mi hermano David— esa mujer es un grano en las entrañas.

— Normalmente tienes algo que decir y hoy has estado muy callado— inquiere el cojo adicto.

—¿Desde cuándo se les permite a los criminales hablar con el honorable MI6? — los miro con suficiencia, incluso en una celda soy más que todos ellos, son viles criados yo soy el poderoso.

—Te rebajaran ese maldito ego, irás a juicio con toda tu maldita familia, el que Tyler y su sobrina confesarán y declaren en tu contra te hundió aquí— miro a Sarah fijamente sin responder.

—Ni todo el maldito dinero que tienes te librará del juicio.

—¿Y por qué no me quitas las esposas? — sonrío de lado. —No me voy a robar tu anfetamina, adicto.

Me jala de las solapas del maldito uniforme hasta azotarme la cara contra los barrotes de la celda. —¡No soy un maldito adicto! ¡Adicto tu maldito hermano!

—¡Dylan Gray! — el superior viene contra él.

—Señor— me suelta.

Voy a sentarme con las manos esposadas. Mi celda tiene demasiada luz, cierro los ojos, ni siquiera distingo a Sarah y no está a menos de un metro mío. El cojo sube la intensidad de la luz.

Alzo la mirada desafiante.

—Camaleón, hay una llamada del servicio de emergencia de veteranos, es un secuestro, pero no sé si debemos proceder— viene una mujer parecida a Lena, pero más alta.

—Yo estoy a cargo de las órdenes Lucy, no tienes que ir siempre con Dylan— Sarah se interpone.

—Ni, aunque tuvieras el título de teniente recibiré tus órdenes, asesina— le escupe.

Me burlo haciendo que estalle la furia de esa rubia ambiciosa. —Aunque no quieran aprenderán a respetarme, no van a cargar el título un jodido drogadicto y un prófugo de la justicia como James, yo merezco ese título, así lo quería mi padre.

Veo a dos kray pasar por las puertas traseras, no llevan uniforme verde, pero les reconozco los rostros. Erick debe estar sobornando por hacer una visita, pero no lo dejarán, estoy como criminal proceso.

No quiero que mi esposa esté alterada, necesito de una sola llamada para estar al mando de la situación, mis asesinos se infiltraran aquí mañana por la mañana, si no lo hace primero mi familia.

El cojo corre por el área de la llamada, la otra mujer se queda custodiando mi celda con su metralleta en mano. A la media hora se acerca con cuatro agentes a mi celda y un sedante en la mano.

—¿Tanto miedo me tienen que deben sedarme para entrar?

—Lo hago para que tu abogado entre, no te temo.

Me inyecta en el brazo y la dosis no es fuerte, es ligera que sólo me adormece las extremidades y me aturde un poco la cabeza mientras Erick entra en la bandeja continua a mi celda, sigo custodiado.

Me sorprende ver tanto movimiento por parte del cojo. Ordena a seis unidades por Londres.

Su mirada de terror típica no está, está involucrado en mi mafia, pero no confesaré. —Es la única visita que tienes permitida— se mantiene en tono profesional. —Mañana serás trasladado a Brent, pero intuyo que esos planes Richard los cambiará.

—Trae a Ida, es lo único que necesito.

—¡Quiero también a la unidad de Sarah conmigo!

Traga duro. —Maya ya está enterada de la situación, se pondrá en contacto contigo, peor los conservadores rusos se han reunido en Dinamarca de emergencia.

—¿Por qué?

—No es hora de visitas y los criminales procesados no lo tienen permitido— ordena el cojo y de inmediato vienen a sacar a Erick.

Me levanto y con mi rodilla bajo el muslo de Erick antes que lo saquen por mis manos inservibles. El cojo viene corriendo a sacarlo, las señales son claras no quieren informarme sobre Ida, Ethan y Maya.

—Señor Jones todo lo que diga en la base del MI6 será usado en su contra y lo arrestaremos por complicidad con la mafia para ser procesado a juicio— amenaza a mi mejor abogado.

Por primera vez veo a Erick ponerse los pantalones que le faltan y empuja al cojo. Entra Sarah a sacarlo, una alarma suena en mi cabeza por mi esposa y mi hijo.

—¡Emilia hizo que Logan secuestrará a Emma!

Me quedo parado a mitad de mi celda.

—¡Santo Dios! ¡Enciérrenlo y llamen a la unidad de emergencia! — grita Sarah al ver mi mirada.

—¡Traigan el sedante para el prisionero! — el último grito que escucho en conciencia es del cojo. 



Hola sexys. 

Los amo tres millones. 

Karla. 


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