Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 69

Jack.

Me arrastro al suelo listo para esconderme del que mató al manso de mi madre. El cuerpo me duele, me quema la infección por los barrotes sucios. —¡Agáchate Emma! — la empujo al suelo conmigo para arrastrarnos a la puerta.

Dos disparos dan justo en el lugar en el que estábamos. La jalo a mi lado y l hago un gesto que guarde silencio. Lanzan un maldito palo de hierro al suelo, hace eco junto con las pisadas del que mató al manso.

Jadeo mirando a Emma cargando su arma de nuevo. Se toca el abdomen preocupada. —No viniste por voluntad propia.

No me responde, sigue buscando cargar el arma antes de que nos atrapen. Me miro solo en una jaula con la cámara que se movió hace días, pensé que era Alexander, que vendrían a rescatarme por mi hija.

Al menos Emma. —¿Quién te trajo?

—Emilia hirió a Ethan— explica —No tuve opción, aunque si quería venir con Maya antes de...

—¿No ibas a salvarme?

—No era tan fácil Jack, las cosas afuera, no son mejores de lo que hay aquí en las jaulas en todo Londres.

—Eras la única persona que supe que lo haría Emma, necesito ver una última vez a mi hija, por favor, sácame de aquí.

—Concentrémonos en salir de este pasillo primero antes de armar un plan y encontrar a Maya, ella me dijo que irían por el lado este de la cripta de Logan.

—Mi madre vino por mí, no tú. ¿Verdad?

Sus cejas se juntan. — Emilia nos obligó a ambas, Maya no me dejaría venir contigo, la situación es que...

—Le dije a mi hermana que no hiciera estupideces, se lo advertí— me paso la mano por la cara enojado con Emilia —Algo va mal, conozco a mi madre, algo la hizo venir aquí y no soy yo, la obligó con algo.

Me quedo inmóvil recreando una escena de niño, escondido cuando el tío Logan llegaba a mi escondite. «Siempre escóndete Jack, pase lo que pase y maten a quien maten» Recuerdo las palabras de Maya, aunque siento un calor en el pecho cuando veo que se aproxima a ella.

Alza la mirada al escucharme, pero en ese momento me escondo en la oscuridad mientras Alguien aparece con su arma en la mano y se aproxima a Emma, el golpe en la cabeza la manda al suelo inconsciente.

Jadeo mirándola tirada. Arrogan las otras balas del arma al piso. Las luces de mi celda se encienden cegándome.

—¡Vete, pero hazlo ya! — Dina levanta el arma con la que la golpeo. Los pies descalzos y ese vestido de trapo que usualmente usa —Hay una salida por el corredor de lado del ala este dónde está la habitación de Alesha, Caterva solía entrar ahí, ya me encargué que no esté vigilada. El amo nos puso a todos a matar a los intrusos incluso a mí.

Miro a Emma en el suelo cuando me ofrece la mano. —¿Qué le hiciste?

—¡Te estoy dando la oportunidad de irte, aprovecha el tiroteo y lárgate de una vez de este infierno! El amo vendrá por mí, no hay tiempo.

—¿Por qué me estás ayudando cría?

—¡Ya te dije que no soy una cría, soy una mujer y es mejor que te vayas!

Las pecas se le ponen rojas por el rubor, la belleza natural que posee me emboba unos segundos. —Pero Emma...

—Escúchame Jack Roe, el amo me mando con Kyle, sabes que es como cada kray l es fie, logre escabullirme aquí, pero no por mucho— me levanta de un jalón que me saca quejidos de dolor —Si tan sólo pudiera hacer lo mismo con David, pero no salve, vete.

—No puedo dejarla aquí— me planta unos números en la mano.

—Es el número de contacto con la seguridad del primer ministro de Irlanda, descubrí que Dylan Gray les dio la ubicación a tres personas, el ministro Madden, el teniente Wall y James Lane, las coordenadas de acceso a los datos de seguridad del MI6 son estas— toma mi brazo mugriento, pienso que lo escribirá, pero me entrega un celular. —Mi trabajo con el lobo está terminado.

—¿Y qué pasa con Emma?

—¡No le debes nada a nadie eres un camaleón como yo! Entregaste a David a este infierno hasta que lo mataron, él me dijo que nunca te importó. ¡Vete ya o morirás aquí!

Miro desde lejos a Emma inconsciente, el aullido de los lobos me tiene temblando. Saco mi jeringa lentamente, la aguja contaminada de la suciedad en la que estoy encerrado caminando a la salida.

Tal cual mi madre me enseñó, jamás pensar en otros

Sobrevivir es mi único objetivo.

—No puedo caminar, me duelen mucho las piernas, creo que tengo una fractura.

—Déjame ayudarte.

Dina me carga en sus hombros es muy menuda, pero tiene buena fuerza para ayudarme a ir por el pasillo, estoy muy débil, no he comido en días, pasamos por la alcoba de Alesha, acostada tiesa en su cama. Pasamos por el escondite que usaba Caterva en tiempos de gloría de Alesha y respiro agitado viendo la salida a mi libertad, pero hay algo más.

Mi hermana está parada lejos de un todo terreno negro. —¡Rápido hermano! ¡Hay que aprovechar el maldito tiroteo para largarnos!

Dejo a Dina en el encierro y corro al auto de mi hermana camino a la libertad.

Emilia baja para ayudarme y aprovecho para mandarla al suelo con un golpe de clavícula. —¡Alexander te matará! ¡Irás a las jaulas por poner en peligro a su mujer y no es acogedor ahí!

—¿Qué carajos te pasa? — tose un poco de sangre apoyándose del espejo de la puerta para levantarse del suelo.

—¡Obligaste a Emma a venir y supongo que a mi madre también! ¿Qué carajo quieres? ¿Cuál es tu plan?

—¡Ellas ya se habían ofrecido antes, lo único que hice fue salvarte, da las gracias idiota! No nos queda nada, nuestro padre ya está muerto Jack, ella lo mató. ¿No o sabías? ¡Bennett se suicidó!

—¡No me salvaste! ¡Hiciste un intercambio como Sarah!

—¿No quieres ver de nuevo a tu hija? Te estoy dando esa posibilidad, le detectaron depresión infantil. Millie no come, ya ni siquiera habla, tiene pesadillas, a Sarah le importa una mierda su hija.

Me arde el pecho con cada apalabra. Me agarro de la puerta delantera del auto soportando el dolor. —Mi princesa— siento agolparse ardor en mis parpados y se me escapa un maldito sollozo.

Emilia me jala del cuello. —Hay que largarnos de aquí, te llevo con Millie.

—Si no fueras de mi sangre te creería una buena acción, pero no haces cosas buenas por nadie sin esperar algo a cambio ¿Qué carajo quieres?

—Si te quieres poner a hablar aquí mientras nos mata el tío Logan hagámoslo, pero sube al auto, te conviene ver lo que hay dentro. — vuelve a insistir.

—¿Qué carajo quieres de mí?

—Yo de ti nada, pero me conoces mejor que nadie— mira ambos lados. —Mi jefe te recluta a su lado y me ha pagado una buena suma por ti, súbete ya, te explicaré lo demás en el camino.

—¿Quién carajo es tu jefe? — ya no veo a Dina en la ventana, me extraña la decepción en el pecho. —¿Es Richard Madden? Nadie mediocre te convencería de hacer esto a menos que sea un político o un millonario. ¡Vete al demonio!

Se queda parada inmóvil e impaciente, escupe en el suelo cubriéndose de nuevo la cara. Creo que se va porque maldice en danés, pero en su lugar va a la puerta trasera del auto y mueve algo que no veo desde aquí, apenas puedo mantenerme en pie.

Camino de vuelta por donde vine, despacio y con la respiración cortada y el ardor por la condición de Millie maldiciendo a Sarah en mi mente. Oigo los pasos de Emilia venir detrás de mí, preparo mi jeringa sucia para clavársela si me somete.

—¿Papi? ¿Eres tú? — dice una vocecita a mi espalda.

Se me cae la jeringa al suelo y comienzo a temblar de dolor. Volteo bruscamente encontrando a mi hermana con mi hija en brazos frotándose los ojos por el sueño con un pijama rosado con pequeños cupcakes en ella, parece no reconocerme, estoy sucio, golpeado, fracturado.

—Princesa Millie.

Reconoce mi voz al instante y se remueve para que mi hermana la suelte, no le importa mi apariencia.

—¡Papi! ¡Papi! — dice impaciente. Comienzo a sentir las mejillas mojadas y hago mi mejor esfuerzo para caminar a ella, no importa el dolor. —¡Te extrañé papi! — saca el labio inferior y saca el infierno fuera de mi cuando extiende sus pequeñas manos hacia mí.

—Límpiate asno te ves fatal— Emilia me arroja un trapo húmedo, me lo paso impaciente por la cara, las manos.

El tiempo se ralentiza cuando baja a mi hija y corre los pocos pasos hacia mí, la alzo con un quejido abrazándola como si mi vida dependiera de eso. Me aprieta el cuello abrazándome con mucha fuerza.

En este momento me doy cuenta que soportaría cualquier tortura por ella.

—Mi princesa— sollozo cuando me pone las manitas en la cara y me besa la nariz y las mejillas con una pequeña sonrisa.

—Papi te hice un dibujo con el abuelo Tyler— mezcla las palabras en español. —No habla mucho.

—¿Con Tyler?

—Me regaló los pinceles del tío Bennett— sonríe volviendo a besarme la punta de la nariz, le regreso el beso en el mismo lugar. —No ha traído a Kieran conmigo, ni con Cora.

Miro a Emilia confundido sin soltar a mi hija, la mirada de mi hermana se ensombrece y niega con la cabeza. Bennett no se despegaría de la rubia ahora que Dylan es un adicto. —Yo me encargo que el venga.

—¿Y que traiga a Kieran para que Cora deje de llorar?

Mis cejas se juntan, miro a mi hermana. —¿Dónde está Bennett?

Emilia no es de mostrar emociones, pero veo como se quita la basura de una de sus botas huyendo la mirada. — Muerto— no titubea frente a Millie —Se suicidó hace poco más de dos semanas.

La miro fijamente, el amor de primos que compartían es difícil de decir, ambos fueron adictos de adolescentes, peleaban por resistir, eso los hizo como hermanos, todos nosotros somos como hermanos.

—¿Dónde quedó Kieran?

—Murió horas después junto al cadáver.

Me limpio con la mano adolorida debajo de los ojos y me pongo serio de nuevo. Miro a mi hija y vuelvo a ver dónde dejé a Emma con Dina. —¿Quién es ella? — señala a mi espalda.

Veo enojado a la cría rusa espiando como de costumbre, la detesto. —Ven aquí— le hago señales de que se acerque y Emilia ni se inmuta, esta rusa pelirroja no asustaría ni a un ratón. —Ella es mi hija Millie.

La rusa paliducha se acerca y hace una reverencia. Alzando los bordes de su vestido en respeto. Mis cejas se alzan cuando hace reír a mi hija. — Princesa Millie, soy Dina Makova.

—Tu cabello es bonito— apenas logra entender el mal ingles de mi hija, alza la mano y toma un mechón suavemente —Es bonito ¿Verdad papi?

—Muy bonita — digo por mi hija, pero la rusa se sonroja desde el cuello hasta las mejillas, repaso de nuevo las pecas que le salpican la nariz.

—Toca le cabello de mi papi, es más bonito.

—Millie yo no... no creo que deba to... — la miro con una advertencia, a mi hija se le cumple lo que pida. — Esta bien — carraspea y se acerca de nuevo a nosotros, cuando sus dedos fríos tocan mi nuca me recorre un temblor por toda la espalda con ese toque.

La rusa tiene manos suaves.

Quedamos muy cerca, casi a la misma altura, se acerca otro paso más y mete sus dedos entre mis rizos, el azul de sus ojos me deja como imbécil. —¿Es sueve el cabello de mi papi Dina?

—Muy suave Millie.

Cuando la veo relamerse los labios, doy dos pasos hacia atrás enojado por su atracción hacia mí. Es una niñata de diecinueve años, yo un hombre de treinta. —Ya vete y deja de espiarme cría, entiende que no necesito niñera.

Se asusta con mi cambio de voz. —Lo siento— se va corriendo por dónde vino, es una niñata maleducada Jack. Centro de nuevo mi atención a mi hija, la única que debe importarme no esa cría chismosa como Erick.

—Es muy bonita.

Miro a mi hija confundido y sacudo la cabeza. — Te amo Millie.

—Te amo papi.

—Recuerda pintar los muebles de tío Alexander y molestar a Tyler.

—Promesa— enreda su dedo con el mío.

Le beso las mejillas. La bajo lentamente al suelo y comienzo a cantar como Taylor Swift la tomo en un pequeño baile lento hasta que me agacho hasta quedar a su altura. —Princesa Millie, papi siempre te va a adorar.

Emilia me mira confundida cuando camino a darle a mi hija. Ella se remueve para regresar conmigo. —¡Papi! ¡Me quedo contigo!

Cierro los ojos y me hiero de la forma que ninguna tortura puede hacerlo. —¡No! — le hablo como Sarah.

Su labio tiembla y me detengo de correr a ella. Emilia la sube al auto sin que se queje y después regresa para ayudarme a caminar. —Vámonos de aquí.

—Le debo un favor a Emma y se lo voy a regresar.

—No hagas una estupidez, sabes que si regresas ahí dentro no vas vivir.

Me empuja al suelo para arrastrarme con ella a la camioneta, forcejeo, pero estoy herido, tengo mordeduras de lobo en los tobillos, Me ahorca y me jala a la camioneta, abre la puerta y me agarra cuando voy a caerme.

Ahí inyecto la maldita jeringa que guardaba como única arma.

—Ja...Jack— se tensa mirando su muslo donde la clavo, no es mucho lo que puedo hacer, un ligero adormecimiento que no afectará a Emilia de manejar.

—¡Dina! — arrastro mis pies descalzos mientras la cría rusa sale corriendo a mi encuentro para atraparme hasta no caerme. —Llévame adentro con Emma.

—No debiste volver— apoya mis brazos sobre sus hombros y nos tambaleamos dentro.

—Ella vino por mí, no puedo dejarla, un favor se paga con favor.

Miro a Emilia azotar la puerta del conductor hasta que el motor arranca. En el asiento trasero veo a mi hija con al labio todavía temblando, con la poca fuerza que tengo me volteo con Dina y alzo mi mano besando la parte inferior de mi muñeca.

El labio temblando se transforma en una sonrisa y levanta la muñeca besando en el mismo lado. El auto se va y Dina me arrastra dentro.

—Ya estamos dentro Jack.

—No deberías decirlo con entusiasmo, esto es el infierno— caigo en el piso jadeando.

—Lamento dejar a Emma, sólo quería sacarte.

—Te equivocaste al creer que la dejaría— se pone sería y no quiero estudiar esa reacción mimada de enojo, cierro los ojos agotado, aún nos falta medio camino de vuelta a mi celda debo recobrar fuerzas.

Tengo la mente en mi hija y el dolor en todo mi ser, hasta que siento unos dedos suaves pasar por mi rostro lentamente. Dina suspira y sigue su recorrido hasta que sus yemas tocan mi labio inferior.

Abro los parpados de golpe y miro mal a la cría rusa, está casi sobre mí como a horcajadas, no necesito que una niñata me ayude, tengo más de treinta y muchos menos que tenga un tonto flechazo por mi —No me vuelvas a tocar así que no soy tu mascota. ¿Entendiste?

Me enoja que se sonroje de nuevo y me enoja más aún que por más asustada que esté de mí no deja de morderse los labios, los ojos los tiene fijos en mi boca, parece no importarle los golpes.

—Que no me mires así niñata— la tomo de los hombros para zarandearla, pero me encuentro mirándole la boca unos segundos.

Me levanto confundido por mis miradas constantes a su rostro y más a su boca. —No sé de qué hablas— se hace la inocente, pero es un camaleón finge inocencia y no la tiene, aunque sea una mujer de la mafia entrenada sigue siendo una cría de diecinueve años.

—Lo sabes perfectamente y no quiero más problemas con Logan de los que ya tengo, no quiero a una de sus diversiones.

—Alesha era su diversión, yo soy la hermana de su más grande socio ruso, no soy cualquier persona aquí.

—Ni, aunque fueras la mujer en turno del líder de la organización de los treinta y siete me haría verte como algo más que la inmadura que eres.

—No soy ninguna inmadura— su tono de voz se vuelve más chillón y se pega a mí con claras intenciones de demostrarme que es una mujer madura.

La detengo a buen momento y con el enojo en toda mi cabeza la apoyo bruscamente contra una de las pardes del pasillo y me inclino sobre ella, de inmediato alza la boca gustosa. Está demente si cree que voy a besarla.

No me gustaron las cosas que hizo afuera haciendo reír a mi hija con demasiada confianza ni que Millie la sintiera bonita, aunque lo sea, pero no es atractiva. Huele a frutas, respiro hondo, me gusta el olor.

Me recuerda a Sarah.

Me aparto enojado dejándola con la boca abierta y jadeando —Ni siquiera lo pienses niñata, no va a suceder, soy un hombre maduro.

—No soy una niñata, camaleón.

Lo compruebo, la empujo a la pared, en lugar de desagradarle, su respiración se corta con nerviosismo y excitación con su poca experiencia. La empujo bruscamente de nuevo y suelta un sonido corto.

Ese gemido me recorre toda la espalda. Es masoquista. Tomo un puñado de su cabello y le alzo la cara hacia mí, apoya sus manos en mi pecho. —He estado con hombres y mujeres y tú no me atraerías ni siquiera estando desnuda.

Me aparto enojado con Dina y miro de nuevo la pulsera de Sarah, no hay otra. Me pega en el pecho casi tumbándome con su rabieta. —¡Eres un maleducado!

Es demasiado correcta. Me arrastro sin su ayuda de vuelta a mi celda dónde se quedó Emma, la herida me quema necesito agua. Miro el lugar dónde quedó la mujer del lobo y lo encuentro vacío.

Se me hela la sangre, hay un sonido que reconozco desde que estoy encerrado, se oye la respiración pesada, pero no de una persona, es de su mascota, cada que se sienta a verme dormir.

—Regresaste sobrino, pensé que habías hecho un intercambio como el de tu ex mujer Sarah — dice Logan a mi espalda.

Me giro y lo miro, está sentado en un sillón de piel con su lobo atado con la correa de su mano y whisky escocés en su otra mano, ya no se oyen disparos a fuera, mi madre debió irse.

—Si me iba, te iba a extrañar por eso volví — me encojo de hombros buscando de reojo rastros de Emma, si se escondió o si se la llevaron fuera será mejor.

Sus aplausos me confunden cuando suelta la botella de whisky y la deja en el suelo. —Conmovedor, la despedida con tu hija casi me hizo llorar — se pasa un dedo por debajo del ojo —Creí que eras más inteligente, pero estás arruinado.

—Y yo que creí que no tenías alma para llorar.

Ahoga una risa enojada perdiendo su buen humor por mi sarcasmo. —Ni muerto dejarás tu actitud desafiante y tus bromas, debiste huir con ella, porque a los que desobedecen mis órdenes les vas mal como a la querida esposa de mi hijo.

Me tenso, carajo. — ¿Dónde está Emma?

Se pasa las manos por la barbilla. — Le di un trato especial, es la esposa de mi primogénito, soy un buen padre, nadie lo puede dudar.

—Déjala ir.

Se ríe. —No, me gusta que mi casa tenga un toque femenino, Alesha está tiesa, y la rusa me molesta.

—No te conviene que él vega por ti, no conoces la magnitud de la organización de tu hijo.

—Efectivamente lo hago y dado que la mujer trae un tatuaje de lobo en su brazo eso significa que para mí organización es una enemiga — mira a mi espalda —Y a los enemigos los tratamos como mugrientos, los torturamos y los llevamos a la casa de los treinta y siete.

Escucho el jadeo a mi espalda y en un rincón veo a Emma mirando con horror a Logan por todo lo que dijo.

—Hay alguien que conoces en la casa de los treinta y siete, no estarás sola —la mira burlón.

—Yo no...

—Mataste a dos miembros de alto rango en mi organización — la interrumpe —Eres el enemigo y te tengo en mi poder, te haré pagar diez veces peor de lo que ha sufrido este biólogo aquí.

El miedo se refleja en su rostro, la preocupación se extiende hasta mis venas recordando todo lo que me han hecho aquí, no hay jeringas, ni cianuro que pueda protegernos, no tengo más opción que rendirme a mi enemigo para protegerla.

Mis rodillas ceden al suelo, Logan sonríe perverso, pongo mi rostro en suelo en total sumisión —A su servicio amo.

Alexander.

Los llantos fingidos de Sarah me hacen verla con las cejas juntas, llora por su padre y ella misma ayudó a su muerte.

Sigo dentro de la residencia Madden el memorial de Susan es una burla, Richard me ha seguido toda la noche, busco a Emma, pero tengo a agentes del MI6 sobre mí, prefiero no armar un escándalo y sigo a Richard que los ha mandado por mí.

Veo también a la rubia que más odio paseándose por los pasillos como una muerta. El vientre abultado me hace pensar en mi hermano, es lo único que queda de él. Me ve de lejos y pasea de nuevo junto a los Pitt. —Es un memorial muy aburrido sobrino— el pendejo de Erick viene a joderme.

—Será más entretenido cuando te mate a mandar frente a todos.

Palidece. —No nos pongamos agresivos.

—¿Mi señor desea algo? — pregunta Ida interrumpiéndonos —¿Planea ir por Maya?

—¿Maya? — Erick frunce las cejas —¿Qué pasa con ella?

—No, prefiero hablar con Richard sobre asuntos políticos, que Maya ella se haga cargo de Jack— asiente sin contestarle a Erick—¿Ethan no se ha comunicado contigo?

—Lo último que supe es que estaba en camino.

—Mi señor hay agentes del MI6 por toda la residencia Madden, también he visto a Sarah cubrir los perímetros— me informa el oriental cuando Erick es atacado por una mujer, si mi tía lo ve le corta las bolas, los mansos no tienen más aventuras—¿Desea retirarnos?

—Llévate a mi esposa al auto, hablaré con Richard y nos iremos juntos

Asiente yendo por Emma. Veo a los de mi seguridad, es verdad que hay demasiados agentes aquí. Hay uno de ellos que lo reconozco, pero no del MI6. La ex mujer de Jack mirarme de lejos mientras habla con la prensa, se victimiza a ser la protegida del ministro ya que su familia paterna le ha quitado a su hija tras la muerte de su padre.

Su labia es repulsiva. Camino por el pasillo hasta James habla con los empresarios ganándose la aprobación del parlamento para convertirse en teniente del MI6, Richard aceleró a tres días hábiles las votaciones.

Mientras más gente ame a Sarah más gente estará de su lado. —¿Quién es el agente que camina al lado de Sarah? — cuestiono a James.

—Es el un agente de la DEA, traté de investigar su nombre, pero no hay datos, viene con el MI6, espero que no haya más de ellos es una exageración de Richard tenerlos aquí en un memorial privado— no cuestiona en responderme ya sabe que no soy un santo en las torturas.

—Quiere llevar la delantera con Sarah porque sabe que el parlamento es fiel a los Pitt y yo soy íntimo de ellos.

Un agente se acerca a James, van al pasillo lejos dos metros, le dice algo. Richard viene hacia mí por tardar tanto en ir a su biblioteca privada. Los murmullos sobre Susan Madden se alzan.

Camino al ministro sin ningún tipo de temor, el cojo sigue bebiendo de lejos lloriqueando que mi mujer el rompió el corazón. Casi estoy cerca del ministro, pro deja de caminar cuando está cerca de Sarah y el veterano de la DEA.

Ya no veo a Ida aquí, mis asesinos me siguen de cerca, la tensión se siente e incluso el cojo se levanta. —Las cosas van a cambiar a mi modo Roe— me grita al pasar a mi lado.

James corre entre los pasillos, miro por el ventanal donde Emma está subiendo a nuestra camioneta. Los asesinos se mantienen lejos esperando por mis instrucciones. A dónde voy agentes del MI6 me siguen de cerca y de lejos. —Debe irse mi señor— dice James apresuradamente. —La DEA está aquí, el veterano no vino solo.

Camino por la puerta dónde va mi mujer y me ciega la luz blanca en mi rostro, el sonido de hélices me ensordece, hay al menos doce luces rojas sobre mi pecho, la música dentro deja de sonar, gritos desesperados se alzan cuando agentes del MI6 se dispersan alrededor.

A la par de agentes de la DEA, doce, dieciocho, veinticuatro. —¡Rodéenlo! — gritan Sarah y Dylan a la par y sus órdenes se cumplen.

De lejos veo a Richard mirar con satisfacción la escena. Erick sale corriendo por el pasillo jadeando al ver, nadie se mueve de los invitados del memorial. Mis asesinos están esperando, es una emboscada de su corrompida justicia.

—Alexander Roe, por órdenes del honorable ministro Madden y el gobierno inglés-estadounidense, estás detenido—Sarah apunta un arma en mi cabeza.

—Por liderar de la mafia de contrabando de armamento ruso contra el honorable cuerpo de espionaje inglés del MI6, por sobre control de drogas clandestinas distribuidas en Reino Unido — continua el cojo —Por la muerte del biólogo David Wall, por el falló Caribe - MI6 y por la muerte de la placa dorada del teniente David. A Wall.

—Tienes derecho y a no resistirte al arresto y finamente a cerra la maldita boca— Sarah se ve nerviosa, sabe que mi organización es poderosa.

Mis asesinos esperando, una simple señal de mi parte.

Coraline Gray sale caminando asustada hacia Dylan Gray. Veo su vientre abultado, de repente mi demencia pone al reflejo de mi hermano a su lado, el único legado que queda de Bennett Roe.

Miro a los asesinos de lejos se mueven entre la gente, Los veteranos de la DEA son demasiados, al menos disiente por mi alrededor. Palpo mi espalda, luces rojas sobre mi cabeza. Aprovecho una breve distracción y en dos zancadas tomo a la rubia por la espalda disparando al aire.

—¡Tiene a mi hermana! — grita el cojo adicto, pero cuando camina se tambalea claramente se metió anfetamina en su visita a los jardines.

—¿Es ese el que quieres que sea su teniente? ¿Un drogadicto? — me burlo con los agentes a mi alrededor.

Detienen las luces rojas, de los tres helicópteros bajan ocho agentes del MI6 de cada uno con cuerdas especializadas, mis asesinos inmovilizan a un cuarto de los veteranos de la DEA. Sarah se va sobre mí, pero se detiene cuando pongo mi arma sobre las sienes de Coraline.

—General Gray salga de las filas de agentes, no se encuentra en condiciones— de lejos veo a un superior hablar con él.

—¡Estoy en condiciones señor, es un simple mareo, además tiene a mi hermana!

—¡Agente Gray! ¡Es una orden!

No obedece la orden sigue en las filas y dispara a nuestro alrededor. Mis asesinos comienzan las cacerías desde atrás con la DEA. Empujo a Coraline a mi lado para seguirme. Mato a uno de los agentes del MI6 y otro lo estrangulo con los mulos.

—¡No le disparen a la mujer que mantiene como rehén! ¡Está embarazada, además es familiar de una placa dorada!

Veo a la rubia palidecer y la sigo llevando a mi beneficio para salir de ahí, me pasan una de mis metralletas, y mientras matan a tres de mis asesinos vuelvo con plomo la puerta de madera principal.

—¡Todos abajo! ¡El memorial de la muerta se terminó!

Los ojos de los adinerados se alzan en horror, pero ya no hace falta fingir, si la DEA está aquí, ya puedo quitarme la máscara que he llevado todos estos años. —¿Señor Roe? — Angeline se agacha protegiéndose de los disparos.

—¿Estás bien? — Erick corre con Coraline y le da una botella de agua mientras nos resguardamos dentro, mis hombres de seguridad vigilan la entrada mientras los asesinos tratan de resistir a la DEA.

Me comunico con mi hacker, me hace saber que se llevaron a mi esposa lejos de la residencia Madden hace una hora, está a salvo con Ida. James sigue dentro nos guía por la entrada sabiendo que los del parlamento lo ven.

Ya no importa que no sea candidato. Localizo mis camionetas a la entrada trasera por la carretera a Birmingham. Ethan está herido, Ida fue a localizarlo.

Camino manteniendo plomo activo, mis hombres de seguridad se mantiene al margen atacando, pero la hija del teniente Wall es como un maldito carroñero, entra por las puertas traseras de la residencia. Ruedo los ojos yendo contra ella para estabilizarla. Dejo a Coraline con Erick, la DEA no entrará si mantengo a su rehén.

—Manténganse abajo señores, están a salvo por el cuerpo aéreo de la DEA— me apunta de lejos —No te resistas al arresto, estás rodeado por más de treinta y siete miembros aéreos sin contar a los que van por tierra, tengo inmunidad en reino unido y rusia, puedo matarte si quiero.

—¿Alguien más está cansado de esta mujer? — Erick se cruza de brazos.

—Yo— susurra antigua rubia de Bennett.

Mato a dos compañeros de Sarah incluido uno de los guardaespaldas de Richard, corro por el pasillo izquierdo donde esperarán mis camionetas. Un maldito flasheo de luz me ciega en toda la instancia.

—¡Les dije de su problema de vista! — maldigo y abro los ojos mirando las luces de los motores de los helicópteros de la DEA. No veo con claridad.

—¡Alexander Roe, las armas en el suelo! — la voz del cojo mantiene a Erick pálido cuando agentes de la DEA intervienen en el interior de la residencia y recuperan a Coraline con la distracción que armó Sarah.

Mis asesinos se cubren entre la gente, saben que esa es mi orden, nadie debe verse involucrado. Miro a Erick al lado de Coraline. Dejo caer mi arma al suelo y me giro lentamente siendo rodeado por al menos veinticuatro veteranos de la DEA y agentes del MI6.

Alzo las manos en rendición. El primer valiente se acerca a colocarme las esposas. Saco mi daga y se la clavo en las sienes, me amenazan con dispararme, pero no lo harán. Los ojos del agente son un premio a las atrocidades de la mafia. Lo dejo muerto en el suelo azotándolo.

El siguiente valiente ya no se quiere acercar. El cojo camina lento a mí, aún drogado, Sarah a su lado. Me coloca las esposas en la espalda, me mantengo sereno con una calma que los acojona.

—Alexander Roe, conocido como el lobo de la mafia inglesa y danesa, estás detenido — recita Sarah. —Ya sabes tus cargos, no los repetiré.

Miro a Richard con el superior de la DEA traicionándome, pero al mudo a su lado no lo esperaba. Creí que Rebecca estaba muerta, pero cuando le entrega la orden de aprensión al cojo la miro amenazante.

—¿Qué hace ella aquí? — Erick pregunta de lejos.

—Han confesado señor Jones— le responde el cojo y se vuelve hacia mí— El esposo de tu tía Maya y su sobrina, alcanzaron inmunidad con el MI6 por entregarte con las pruebas que nos hacían falta.

—Lo siento Alexander, pero cuando me enteré de lo que eres no pude permitirlo, por orden del honorable ministro Madden iré a declarar a su juicio— dice Rebecca.

Veo a los tres traidores frente a mí. Richard, Rebecca y Tyler. Los que se fingieron estar de mi lado, por mi espalda se convirtieron en uno solo en mis enemigos. Toda esa vil miseria son mis enemigos.

Me sacan escoltado a uno de los autos todo terreno, azules del MI6. —El famoso arquitecto y empresario Alexander Roe ha sido arrestado en un operativo por el servicio de espionaje inglés MI6 y por la Administración de Control de Drogas, la DEA, en estos momentos es llevado por los veteranos de máxima seguridad— las cámaras me captan y me siguen hasta la salida hasta que Sarah los hace irse.

Seis veteranos de la DEA me arrojan al suelo y comienzan a patearme la espalda encajando sus botas en mi espalda, así como estoy esposado mientras los paramédicos sacan el cuerpo del agente muerto y los que quedaron en crisis por los disparos.

Se mofan y me azotan contra el pavimento, aprieto los dientes y dejo un rastro de sangre cuando me suben al auto. —¿Qué pasa aquí? — pregunta Sarah de lejos.

—Se quería escapar.

—Déjenme usar el taser— dice con media sonrisa a mi escolta.

—Perra— gruño cuando saca el aparato detrás de su cinturón de armas y me levantan. Las pinzas se prensan a la parte trasera de mis rodillas y la descarga desploma mi peso. Aprieto la mandíbula en el suelo.

Otras dos pinzas se prensan a mi espalda, la descarga me hace recorre las extremidades. Quedo momentáneamente mareado. Me arrastran como peso muerto quitándome el taser, la descarga fue potente. Sigo sin hablar una sola palabra.

Los helicópteros de la DEA aún sobrevuelan en la propiedad. Las cámaras harán que mi esposa lo vea, aún siento el ardo por el taser, me empujan al asiento y cuando me levanto me clavan una aguja en el cuello.

—Eres un criminal de alto riesgo, así que no nos arriesgaremos que al ponerte en tu celda mates a un agente más, quedarás sedado unas horas— el cojo saca la aguja.

Siento el adormecimiento instantáneo. —Cuando despierte, mataré a tu hermana frente a tus ojos y haré que cuando estés drogado te mates por la culpa como lo hizo mi hermano — hablo por primera vez desde mi arresto y mis palabras hacen al cojo apretar la mandíbula.

Las luces multicolores me ciegan. —¡Agente Gray unas palabras para los noticieros! — escucho en mi inconciencia.

—Está noche reformamos el error cometido en el Caribe y atrapamos a uno de los criminales más buscados del país y Dinamarca. — respira hondo —Alexander Roe, finalmente es prisionero del MI6.

Emma.

El dolor en mi cabeza es mucho, tengo la mejilla pegada al suelo sucio, ya no se escuchan disparos, estoy mareada. Está muy oscuro en la celda de Jack. Me mantengo callada para no llamar la atención de algún kray.

Aunque estoy inmóvil siento que no estoy sola, trato de controlar mi respiración, pero en cuanto siento que me acarician el rostro con demasiada delicadeza, trato de levantarme.

Las luces en la celda se encienden, son demasiado fuerte, me cubro el rostro con una mano y sigo escuchando esa respiración. Sé que no es Jack, abro los ojos y veo un par de ojos verdes.

Pero no son de Alexander.

—Hasta que despiertas— dice Logan con una mirada perversa y media sonrisa puesta en su rostro.

Mi cuerpo se congela desde los pies hasta cabeza, el miedo me paraliza. No veo a Jack por ningún lado. Ni siquiera se oye su respiración agitada. Logan tiene una botella de whisky escocés semi abierta al lado de sus pies. —No me toques — me libro de su agarre.

No veo a Ethan, ni a mis asesinos. Maya o cualquiera parece que me quede encerrada en las jaulas en lugar de Jack. Mira con atención mi tatuaje del lobo. —Esto es considerado traición en mi mafia, pero puedo tener un trato especial por ti hasta que los treinta y siete miembros se enteren que te tengo en mi poder.

Me arrastro lejos de él, más porque veo a la bestia calmada que yace a sus pies, es un lobo. —Mis asesinos están aquí.

—Si no hubiera explotado su auto te creería.

—Él va a matarte si me tocas.

—Para cuando lo haga, ya será demasiado tarde — se ríe —No sabes cuánto he esperado por ti. 


Hola sexys, 

¿Serán valientes en los siguientes capítulos?

Feliz cumpleaños a los que nacieron en octubre. 

¡Los amo tres millones!

-Karla. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro