CAPÍTULO 38
"Marioneta"
Emma.
—¿Perdón? — me levanto de mi lugar viendo la cara confundida del teniente.
—Richard ¿Qué es esto? ¿Una boda es tu solución a los problemas? — el teniente nos mira a los tres.
La cara de Alexander está seria clavada en el ministro, nos tomó a los tres con la guardia baja, no soy la única que escuchó una estupidez como idea.
—Mi condición de trabajar con usted fue no involucrar mi reputación en nada político— le recuerdo enojada.
—Además, conoces la situación de Dylan Gray, entró en estado de coma hace dos días, su situación es crítica y de la nada quieres una boda de ambos. — el teniente se pone de mi lado.
—Nunca dije que la boda sea con Dylan Gray— el ministro lo insta a sentarse, pero el teniente no lo hace. —La idea es que la boda sea un evento que opaque noticias y portales, a nadie le importa un agente del MI6.
Mira a Alexander y yo también lo hago. De repente el anillo me pesa en el dedo, mierda, trato de quitármelo, pero vuelve a estar apretado.
—Mira la noticia como la tengo en mi cabeza Wall, "A meses de dispararle...— No. No. No. — se convierte en su esposa" — nos sonríe a todos en su oficina —Buscamos la noticia del año por todos lados y la tenemos frente a nuestras cabezas, con el señor Roe y Emma.
Mi mirada no se despega de Alexander, porque todo lo que escucho me deja horrorizada, el teniente se mantiene a mi espalda y por un momento compartimos la mirada, la estrategia que planeamos después del memorial de su hijo, está entre nosotros.
—Emma y Alexander deben casarse por el bien de mi campaña política— dice el ministro con media sonrisa haciendo que el piso debajo de mis pies se mueva.
Alexander levanta la mirada y la clava en la mía.
—Eres la moneda de cambio Emma para que se solucionen los problemas— las palabras de Richard se me clavan en el pecho. —Incluso si los dos se están apuntando internamente con un arma, después de todo lo que sucedió.
—Ella no es un objeto para ser utilizada— apenas escucho al teniente. —¿De dónde sacas semejante barbaridad Richard? Está noticia no salió de la noche a la mañana, no tienes el apoyo del MI6 en absoluto.
—Vamos a ser claros aquí porque parece que tanto Emma como Alexander ocultaron su parte del plan y como tú y yo hemos hablado Wall, ya dejemos las máscaras de lado, si tu preocupación es la parte de la estrategia que tenías con Emma lo solucionaremos— me tenso y miro de reojo al teniente. —Alexander estaba de mi lado y Emma de parte del MI6.
Lo que me sorprende o no es que Alexander no dice nada. No es posible que sepa que estuve ocultando cosas.
—Pusimos las cartas sobre la mesa antes de empezar mi campaña política. Se necesitan marionetas, se necesitan monedas de cambio para lograr nuestro objetivo. — dice Richard.
—Yo no soy moneda de cambio de nadie.
—Por su puesto que no— el teniente me apoya. —Ni como su jefe, ni como teniente del MI6 lo apruebo.
—Ella ya dimitió de su cargo ayer y el documento que firmó al aceptar trabajar conmigo te obliga a cumplir este compromiso— mira el techo acomodándose el cabestrillo.
—El ultimo apartado dice compromiso político no una boda— no soy estúpida para firmar algo como eso.
—Para mí una boda es un compromiso político y lo cambio a mi conveniencia, cualquier persona que trabaje para mí tiene responsabilidades.
Suena a lo mismo que dijo Jack, el ministro nunca da nada gratis sin tener algo bajo la manga.
—¿Qué diablos es todo esto Richard? ¿De verdad los vas a obligar a casarse?
—Alexander va a apoyarme, ya hablé con él y está de acuerdo— esto tiene que ser una maldita mentira.
—¿Tú estás de acuerdo en que nos utilice a su conveniencia? — el de ojos verdes se limita a poner la cabeza de lado.
—Emma estás siendo irracional, te regresé tu estadía en Londres, tu imagen frente a los medios y con abogados de por medio firmaste lo que te puse enfrente — se soba las sienes
—No tienes otra opción si firmaste— Alexander se ve despreocupado.
—Prefiero el exilio que convertirme en una marioneta política.
El ministro se ríe mirándonos a ambos. —No dudo que sean los mejores jugando, pero se acabó el juego a escondidas, Emma tenía un plan con el MI6 Alexander— Alexander me mira desde su lugar. —Y Alexander tenía un plan conmigo, por un momento pensé que habían bajado la guardia en el Caribe, pero ahora me doy cuenta que no.
—¿Qué plan tenías con el MI6? — inquiere Alexander levantándose con la mano a en su espalda.
Me pongo alerta. —¿Qué plan tenías tú con el ministro? — contraataco.
Palpo a mis espaldas donde está el padre de Sarah. Esto se convirtió en un campo minado.
Entrecierro los ojos siguiéndolo con la mirada. —Emma acordó trabajar con el MI6 para entregar a Beckham y a Maya Roe al MI6. — dice el teniente.
Alexander me taladra con los ojos verdes.
—Y Alexander colaboró conmigo...
—Para matar al camaleón y a la unidad completa de Sarah en el Caribe— termina por él serio.
La unidad completa de Sarah me involucra a mí.
Lo que nos dijimos en el memorial del biólogo no fue en vano, ambos hicimos exactamente eso. La tensión en el lugar se siente hasta por parte del teniente, pero ni yo entregué a Maya ni él me mató.
Parece que Alexander se olvidó que la única forma que no lleguen a los Roe es que yo esté en el MI6.
—Pensé que esto lo habías arreglado en el Caribe Alexander, esto no está funcionando como lo planeado— el ministro lo mira. —Estamos perdiendo el tiempo en tonterías.
—Desafortunadamente— responde Alexander
—Afortunadamente Alexander, porque ahora la estrategia cambia.
—¿Qué carajo dices Richard? — el enojo del teniente es evidente.
—Los tiroteos empezaron en las bases de todo Londres porque buscaban al camaleón, pero ahora que tenemos a Beckham las cosas se calmarán. — dice el ministro como si eso explicara todo. —Lo sabías y no nos informaste.
—Siempre voy a proteger a mis agentes.
—Los ciudadanos siempre serán primero.
Casi me río de una absurda comparación que no le importó en el Caribe.
—Está es una conversación confidencial Wall y espero que siga así por la confianza de nuestros años de amistad.
—Ve al punto, sabes que soy muy leal para guardar este tipo de información.
Se sirve una copa. —A mitad de hace tres meses los tiroteos siguieron por eso quisimos capturar a Beckham en el Caribe. — explica — Mi alternativa fue llevarlo al Caribe y en la misión matarlo, pero eso fue muy vulgar y más porque tu hija logro capturar a Beckham.
—¿Dónde está tu moral en esto Richard? Te desconozco.
—La recuperé cuando Sarah me trajo a Londres a ese miserable de la organización.
El teniente se pasea por la sala desconcertado, es un hombre de honor, si alguien merece el puesto de ministro es él no el corrupto de Richard.
—Ahora lo importante es la reputación política y el plan es sencillo. Eres la marioneta que pega nuestra obra Emma. ¿Cuento con tu apoyo?
No dejo de mirarlo. Nos mentimos mutuamente, ni yo dejé de trabajar para el MI6, ni él dejó su lado con el ministro.
Yo sé porque lo hice, porque el MI6 me dio una casa cuando todo el mundo el mundo me dio la espalda, pero no soy imbécil, nunca voy a entregar a Maya y eso es lo que quiere Sara.
—¿Ibas a matarme? — le pregunto directamente.
Deja su whiskey en la mesa despreocupado. —Termina de hablar con ella, yo tengo una reunión, mis abogados van a preparar un contrato prenupcial cuando me lo órdenes. — no me responde mí.
—Te hice una pregunta— lo sigo al pasillo.
—No soy peor que tú que ocultaste tu estrategia con el teniente y Sarah, esa amenaza que hiciste en el memorial del biólogo no pensé que la cumplieras.
—Yo hice esto porque en el MI6 no hay alternativa después de la muerte del hijo del teniente, no voy a entregar a Maya y eso no te hace mejor que yo, ibas dispuesto a matar a Dylan y a la unidad de Sarah. Tú querías matarme.
Veo a la esposa del ministro en el pasillo y bajo la voz.
—¿Creíste que me iba a olvidar fácilmente de tu traición? — él no se detiene a hablar bajo. —Hiciste que perdiera la confianza hasta en mis hombres de mayor seguridad, dormí con un arma en mi cabeza todas las noches y eso es lo que yo acabo de hacerte a ti, así se siente ser traicionado
—Te salvé a mi manera y tú acabas de destruirme a la tuya.
—Nunca dije que fuera un santo. — me levanta la barbilla para que lo mire. —Pero nos vamos a unir en santo matrimonio para arreglar finalmente nuestras diferencias.
Voy por mis cosas entrando de nuevo a la oficina del ministro negándome verlos mientras paso
—Querías que te repitiera lo que te dije en el bar— lo miro conteniendo mis propias lágrimas. —Te odio, como nunca voy a odiar a nadie en mi vida.
Se queda de pie en silencio unos segundos. —Ese va a ser tu castigo entonces, casarte con el hombre al que más odias en la vida.
—¿Y cuál va a ser tu castigo?
—Verte y soportarte todos los días.
—Te creí cuando no me disparaste en el restaurante.
—Yo también te creí cuando me apuntaste con el arma.
Trato de quitarme el anillo con mucha fuerza, pero vuelve a estar apretado que me lastima el dedo. Miro al teniente y salgo con mi dignidad intacta rompiéndome sólo hasta que estoy dentro de mi Mazda.
Manejo hasta ver el puente de la Torre, ya no lloro, solo miro en silencio con Ethan a metros lejos de mí. La primera mirada que vi en sus ojos en el restaurante no fue la misma cuando me disparó.
Mi celular suena y me limpio las mejillas para responderle a Cora. —¡Dylan despertó! — casi me deja sorda por los gritos. —Estoy en el hospital, la enfermera me sacó de la habitación, pero mi hermano despertó.
—Voy en camino sexy.
—¿Está bien? Te escuchas extraña.
Creí que había salido del infierno, pero los días después de mi cumpleaños en el Caribe, solo fueron un respiro para lo que se venía. Ahora soy la publicista del ministro de Londres, la publicista de hace tres meses y está no tendrán el mismo desenlace.
—Sí.
Mentiría si dijera que todo era muy bueno para ser real. Mi mente está llena de contradicciones, no veo la propuesta del ministro de manera objetiva porque mi confianza la rompió Alexander.
Van a obligarme a aceptar ese acuerdo matrimonial, los abogados del ministro son demasiados. Soy una marioneta.
Veo a Cora dentro de la habitación de Dylan abrazándolo cuando me acerco, Sarah no está para bloquearme el paso y cuando los veo no puedo evitar ir con ellos, pero lo hago con cuidado para no lastimarlo. Jack lo hizo, nos ayudó.
Él no busca estar de parte de la organización, ni del ministro.
Cora se separa mientras le acomodo la almohada a Dylan y la enfermera le coloca un suero en el brazo.
—Me siento como si un camión me hubiera arrollado.
—Hasta que abres los ojos camaleón, es bueno verte castañita— James entra en su uniforme azul y con ojeras bajo los ojos, le hace un saludo militar que Dylan le regresa.
—Descansa hermano, no me hagas ponerme mandón mientras estoy en la camilla— le da la orden. —Necesito beber, tengo la boca seca enfermera.
—Yo me encargo. — James sale.
Cora se mantiene a mi lado mientras la enfermera termina y le cambia las vendas del brazo. Siento sus nervios ahora que Dylan recobró la conciencia. Nos mira desde la cama y se fija varios segundos en el abdomen de Cora.
—¿Puedo hablar a solas con mi hermana enfermera? — pregunta, serio.
La mujer asiente y por educación yo también salgo, aunque me quedo en la puerta mirando por las persianas blancas. Apago mi celular metiéndolo hasta el fondo de mi bolso. Veo a Alicia venir con dos cafés en la mano, me da un beso en la mejilla y le doy las nuevas noticias que Dylan despertó.
—¿Puedo verlo? — pregunta entusiasmada. —También estuve preocupada.
—Por supuesto, pero está con Cora y será mejor que hablen.
—Podemos esperar, ¿Te sientes bien linda? No te ves bien— me pasa la mano por la mejilla y le rehuyó la mirada sintiendo mientras no sentamos en la sala de espera.
Ahí Alicia me hace olvidarme unos minutos de lo que pasó mientras tomamos café. Su risa se me contagia, pero no consigo reírme.
Pasan un par de horas y Cora sigue sin salir de la habitación, Alicia se queda medio dormida en mi hombro y como no tengo apetito dejo de mi café a medias.
Me levanto a tirar la basura y por las persianas de la habitación veo a Cora dormida en el pecho de Dylan sobre la cama y a él también dormido con su mano sobre su abdomen de forma protectora, así solía dormirla cuando era niña y tenía pesadillas o miedo de la lluvia.
Sus ojos se abren y me ve por la ventana mirarlo.
Él nunca la dejaría a su suerte.
Dejan pasar finalmente a Alicia que se sonroja cuando Dylan la saluda. —Pensé que era un mito que en el MI6 te juegas la vida, pero quedaste peor que un vegetal.
—Lo hago porque la paga es buena— los dos se ríen.
—Te puedo conseguir un trabajo menos riesgoso en el club de mi prima, siempre busca a tíos así de buenos— eso lo horroriza.
—No más visitas por hoy para el paciente Gray— el médico de turno nos pide salir. —Necesita descansar y va a dormirse después de los sedantes que le administraron.
—Descansaría mejor fuera del hospital.
—Puedes quedarte en mi apartamento— ofrece Alicia.
—Lo tendremos dos días más en observación, debido a su estado delicado, si mejora haremos lo pertinente, peor por hoy no puedo dejarlo ir.
—Ya oíste camaleón, si quieres seguir mordiéndonos como perro en el MI6, mejor tomate tu leche y a dormir como niño bueno— James habla desde la puerta dónde vigila.
—Vete a la mierda— gruñe el hermano de Cora, pro segundos después le pide disculpas a la enfermera por su vocabulario.
Nos despedimos de él, soy la última, pero igual que Cora y Alicia me pasa la mano por la cara. —Duerme más, no te veo bien— pasa su dedo por mis ojeras que no tiene nada que ver con el sueño, anoche dormí perfectamente.
—No me hace falta.
—El ministro vendrá mañana a una reunión privada.
—Aun no puedes solucionar problemas del trabajo.
Si lo que viene a decirle es cobre el compromiso, ese hombre es un maldito. —Hablaré con Sarah para que cambié la cita para otro día, por hoy ya tuve suficiente con Cora, estoy muy agotado.
—Al menos abriste los ojos— le paso la mano por la frente. Jack hizo un trabajo excelente.
—No puedo dejar de pensar que seré un tío muy egocéntrico. — mira a la puerta. —¿Crees que el bebé me quiera?
—Esa conversación fue por buen lugar.
—Nunca voy a dejar a Cora.
—Ahora ella está incluida en el paquete con los Roe— bajo la mirada.
—Eso es lo que más me jode, pero voy a ser comprensivo por una maldita vez en mi vida y lo primero que voy a hacer al salir de aquí, será buscar a ese hijo de perra de Luke y darle una paliza como la que le di en el Caribe. — la intravenosa se mueve con él cuando se queja de dolor —Necesito salir ya de aquí, me estoy oxidando.
—Acabas de despertar, no te desesperes.
—Sarah me dijo que dimitiste del MI6— nos quedamos en silencio. —Te vi en televisión con Alexander Roe y el ministro Madden.
—Porque soy publicista y ahora soy la publicista privada del ministro, me ofreció trabajo y firmé un contrato— un maldito contrato —Pero de todo lo malo que pasa, lo bueno es que puedo quedarme en Londres y regresar a mi casa.
—¿No regresarás a Brent conmigo si me voy?
El anillo me pesa de nuevo. Soy una marioneta. —El ministro me contrató para cubrir la notica de la misión fallida en el Caribe y encontraron una solución, quiere que el MI6 y Hilton &Roe lo apoyen.
—Si vas a trabajar cerca de ellos puedes aprovechar para cumplir lo de buscar información que inculpe a Maya Roe.
—El plan del ministro es que eso ya no lleve a cabo.
—¿Por qué no?
—El tiempo de visita se terminó señorita.
Asiento y salgo con las chicas dejando a Dylan. No me atreví a hablarle del compromiso del ministro, el teniente lo hará.
Cuando salimos en mi Mazda vemos la camioneta último modelo de Sarah llegar. Unos piecitos pequeños bajan con un la ayuda de una niñera de mediana edad y Millie baja con un unicornio de peluche en la mano.
Sarah nos pasa por alto, pero cuando Millie ondea su mano en nuestra dirección los ojos de su madre escanean el lugar hasta que nos ve, por educación nos saluda.
La cena nos la traen del hotel. Alicia compra vino, pero como Cora no puede beber, yo bebo en su honor, me hace falta alcohol. Soy una marioneta.
—Sé que tienes algo y no quieres contárnoslo— Alicia se bebé de un solo trago su copa chocándola con el jugo de naranja de Cora.
Su humor mejoró no solo porque Dylan despertó, lo que hablaron les alivió el alma a ambos. El que no puedas confiar en nadie te abre los ojos de otra manera.
—Sólo estoy pensando en trabajo, trabajar con el ministro es peor que en Hilton &Roe.
—No creo que tengas esa cara de pena por el trabajo, yo creo que tiene que ver con el caliente Alexander Roe— ya se le aflojó la lengua a Alicia.
—Yo pienso lo mismo, pensé que cuando la viera en el Caribe querría matarla, pero no lo hizo, y yo que soy su mejor amiga no sé nada— se ríen y me da risa sin sentido.
—No la mataría, el señor Roe es empresario y no matón.
Cora y yo nos miramos. —La organización lo pide por lo que nos dijo Tyler.
—¿Qué organización? — Alicia se ve confundida.
Me sirvo otra como si nada. —Creo que me voy a casar con Alexander Roe— mi lengua también sufre los efectos del alcohol. —Soy la marioneta en la obra del ministro, necesito un buen abogado que me saque de este maldito problema.
Dejan de reírse. Cora incluso escupe el jugo en el vaso. —¿Qué dijiste?
—Que soy la moneda de cambió de Alexander Roe con el ministro, estoy pagando mi traición así— me encojo de hombros y me limpio las mejillas. —Me mintió, más bien, nos mentimos mutuamente, era de esperarse, ni yo confiaba al cien en él ni él en mí.
Alicia mira a Cora y se sienta a mi lado en el piso. —Emma, ¿Te vas a casar con el señor Roe?
—El ministro me tendió una trampa, dijo que la única condición de que yo ganara la demanda con Hilton & Roe sobre mi exilio era que hiciera una cortina de humo que tape su misión fallida en el Caribe.
—No entiendo nada— Alicia frunce el ceño.
—Como vas a entender si estás ebria— Cora deja su jugo y se sienta junto a mí. —Sexy me parece que estás soltando información confidencial.
—Quiero emborracharme para no llorar, ya me harté de llorar— Alicia asiente y me da otra copa.
—También yo.
—¿Y tú por qué?
—Porque el señor Jones tiene esposa y no soy yo— se sorbe la nariz. —¿Debería renunciar a mi trabajo?
—Sí, renuncia y que Alexander se quedé sin ejecutivos.
—Tienes razón Emma. Voy a llamar al señor Jones para renunciar ahora mismo— se levanta buscando su bolso.
—¡No Alicia! — Cora se levanta detrás de ella y le quita el celular de la mano. —¿Entonces así es como nos vemos ebrias?
—No sé, nunca nos he grabado— bebo del vaso de Alicia y un poco del jugo de Cora. Mientras Alicia se ríe sin sentido de la regañina de Cora yo miro el anillo en mi mano. —Anoche saliste como si nada— me lo vuelvo a jalar, pero me lastima.
La cabeza me da vueltas. Me recuesto en la pared bebiendo directamente de la botella. Tres meses atrás, un disparo fue suficiente para que ni Alexander ni yo volviéramos a confiar en nosotros de nuevo.
—¿Creíste que me iba a olvidar fácilmente de tu traición?
—Hiciste que perdiera la confianza hasta en mis hombres de mayor seguridad, dormí con un arma en mi cabeza todas las noches y eso es lo que yo acabo de hacerte a ti, así se siente ser traicionado.
Soy una marioneta.
—Sexy, ¿Lo que dijiste sobre la boda es verdad? — Cora viene conmigo y escucho a Alicia vomitando en el baño, parece que nos excedimos en la bebida.
Me encojo de hombros. —Voy a recostarme, mañana tengo que trabajar.
—¿Estás bien?
—Eso no importa, la función sigue si eres una marioneta.
Me tumbo en mi cama así vestida y este podría ser el momento perfecto para romperme, pero ya me cansé de llorar.
La cabeza me duele de tanto pensar ¿Mi castigo es casarme con Alexander Roe? ¿Soy la marioneta del ministro?
Nunca debieron meterse con una Brown.
Como publicista te encargas que las noticias lleguen a los patrocinadores, a los clientes, a la gente que te interesa atraer. Me levanto, pero la cabeza me da vueltas tanto que apenas logro agarrar mi teléfono.
—Alicia ven— Cora la ayuda a lavarse la boca.
—Señorita Brown ¿Todo bien? — Ethan responde casi somnoliento, no sé ni qué hora es, pero debe ser muy tarde, esta es la primera vez que parece descansar.
—Necesito que hagas algo por mí.
—Jack no puede salir más del Score para ayudar al hermano de la señorita Gray, la vigilancia la aumentó el señor Roe.
—No tienes que salir Ethan, lo único que tienes que hacer es comunicarme con el hacker de Alexander sin que él lo sepa, tiene que implantar un mensaje a un lugar al que no tengo acceso y también tienes que hacer que haya mucha gente de seguridad fuera de la residencia del ministro mañana al medio día— se me traba la lengua por el alcohol.
—¿Por qué?
—¿Confías en mí Ethan? ¿De verdad vas a protegerme a como dé lugar?
—Siempre leal a usted señorita Brown.
—No quiero ser una marioneta del ministro. Jack me lo advirtió, pero ya era demasiado tarde, me tendió una red.
—No se debe confiar en el ministro, ni siquiera el señor Roe lo hace.
—Entonces ayúdame, tu estuviste en el ejército y debes saber cómo actuar cautelosamente.
—¿Qué quiere hacer?
Estoy ebria, pero en mi mente me siento cuerda o demente.
—Quiero traer a Logan a la residencia del ministro.
〘 〙
Alexander.
Saco el arma escondida en mi lado de la cama sin la que no duermo desde hace tres meses y la que no quería que encontrara Emma.
Razón número dieciséis Le gusta bailar en las fuentes y correr por la carretera ebria. Razón diecisiete, las tostadas de crema batida.
Me mojo la cara en mi baño de lujo y me veo el collar en el pecho.
Te extrañé mi amor.
Te extrañé mi amor.
Te extrañé mi amor.
Yo también.
El reloj suena y me lo quito de la mano cambiándolo automáticamente por mi Rolex negro, ya no pienso usar porquerías.
El enojo me pone de malas, bebo más cuando estoy enojado, cuando Richard me dijo que ella se unió al teniente para entregar a Maya, me puse peor, cumplió lo que me dijo que el memorial del biólogo.
Los dos cumplimos lo que dijimos ese día.
No confiamos el uno en el otro, ni durmiendo en mis brazos lo hizo.
Yo tampoco lo hice.
El agente barato ya se está tardando en morirse, No sé dónde metió Jack las demás dosis que le iba a administrar hoy, está hablando con la mini humana por video llamada y prefiero no oír más el "tío Alexander" en grito agudo si me ve.
Bennett se fue con Octavian a llevarlo con Coraline, para que la alimente bien, la casa que le compró es una pocilga comparada a la que yo podría diseñar.
Ya vine de las jaulas y el rubio ya no me sirve para más, Un par de arreglos corporales le hacen falta, lo primero que le quitaré será el miembro. Maya me va a ayudar en la cirugía sin anestesia.
Rechazo la llamada de Caterva, seguro es para informarme lo mismo que Ida, pero ya iré al lugar más tarde, de día no se puede ir.
De todos los años que viví en Trafford lo que más me jode es haberle visto la cara al cabrón que está en el hospital, si hubiera sabido que sería un dolor rectal lo habría matado desde ahí para que no me reventara las bolas.
Me sobo la mejilla dónde Emma me dio la bofetada y llamo a mi abogado para que empiece a hacer el contrato prematrimonial.
La firma que dejé en el contrato que Richard le hizo firmar, la ligó a mí previamente. Si antes lo veía como un beneficio, después de saber que iba a entregar a mi familia al MI6, lo verá como su peor pesadilla.
—¿Estás hablando con tu abogado? — Rebecca me trae un café al despacho.
—Sí y no quiero que nadie me interrumpa.
—Como desees, pero Caterva está tratando de comunicarse contigo, al parecer hay noticias importantes.
—Tengo trabajo, mañana tengo otra reunión con Richard y después quiero que Christopher Jones haga un anuncio con la prensa, mi nombre va a estar en todos los titulares de Londres.
—¿Abrirás un nuevo hotel?
—No, es parte de la campaña política de Richard.
—¿Es buena idea que sigas promocionándolo después de lo que pasó en el Caribe? — se acerca a mi espalda y ve el documento que estoy revisando. —Es un contrato prematrimonial.
—Comunícate con Ethan, vamos a ir a ver a Caterva en una hora.
—¿Te vas a casar? ¿Ese es el negocio que te ofreció Richard? — me mira confundida —El ministro hace dos días te dijo lo que habló con el teniente, que Emma estaba involucrada en entregar a Maya, ¿Si lo recuerdas?
—Rebecca, no dejo que nadie se meta en mis negocios.
—Creo que te estás precipitando. ¿Maya sabe de esto? Porque yo hablé con ella sobre lo que nos enteramos.
—No te dije que lo hicieras.
—Lo sentí necesario para que Maya se cuide las espaldas. Si Emma ataca a tu familia, verá las consecuencias. ¿Qué es lo que tienes planeado?
—Todos se enterarán en su momento Rebecca, sólo te digo que al enemigo es mejor tenerlo cerca.
—Haces bien en ya no confiar en ella, pero Emma Brown parece una mujer peligrosa— se sienta en mi escritorio — La he visto actuar desde que me hablaste de ella y lo que me han hablado de ella debe tenerte alerta, en el evento del ministro se vio como una fiera en su trabajo.
—Pero yo sigo siendo el lobo, nadie se interpone en mi camino.
—Me gusta verte como el lobo, sólo lo digo para que lo tengas en cuenta— normalmente no se pone seria como siempre, pero baja a besarme en la mejilla.
—¿Qué tonterías son esas?
—¿Tú pudiste besuquearme cuando estabas ebrio y yo no puedo besarte la mejilla? — me pega en el hombro. —Iré con Ida señor Roe, por mucho que seamos amigos, sigo trabajando para ti.
—Que no se te olvide.
—Pero me tienes ganas— dice cuando abre la puerta. —Y eso lo puedo ver desde hace tiempo.
Me levanto enojado y la miro serio hasta dónde está. Quiere jugar conmigo, pero yo no quiero juegos de nadie en este momento. — A mi ninguna mujer me domina Rebecca vete a trabajar.
—Tranquilo yo no soy Emma Brown, no dirijas tu enojo hacía mí.
—Claro que no eres ella, porque si fueras ella, por muy enojado que estoy ya estarías en mi cama abierta de piernas.
Por algo le puse pequeña seductora.
—Buenas noches señor Roe.
Dejo que se vaya y me pongo a firmar el acuerdo prenupcial que me envió Blake. Emma Brown va a casarse con el hombre cuya familia planeaba entregar al MI6, con el lobo, le voy a hacer ver que con mi familia nadie se mete.
Nadie se mete con un Roe sin arrepentirse, sólo tengo que regresar mi cabeza a su lugar porque con ella es difícil.
Si Richard no me hubiera dicho lo que ella había estado haciendo la unión habría sido diferente, más al estilo de lo que a Emma le gusta, porque esta unión ya estaba planeada, tengo mis propios planes desde que la llevé a Nueva York.
Anoche cuando me embriagué lo hice porque Richard habló conmigo antes que hiciera el ridículo entregando un anillo.
Richard espero este momento para ponerme contra ella, quiere que recuerde que tiene el poder de la situación.
Se le olvida que estoy muy por encima de él.
La boda lo beneficiará, enloquecerá a Maya y a Tyler por lo que Rebecca les dijo, Emma es enemiga de mi familia al querernos entregar, y por parte de la organización nos va a llevar una puta mierda cuando se sepa.
No es el evento del año, es un evento por el que va a correr sangre.
Cuando termino paso por la puerta de Jack antes de ir a ver a Caterva, lo escucho cantándole a Millie, Bennett no ha regresado con Octavian, los Roe se están reproduciendo.
Menos yo.
Enojado bajo al estacionamiento y en el retrovisor de mi Aston Martin me miro la cara amargada que traigo. Todos los Roe se están reproduciendo, menos yo. Hasta el inútil de Bennett.
—Al carajo todos.
"Prepara tus documentos oficiales, mañana firmaremos un contrato prematrimonial" le envío el mensaje a Emma enojado. No recibo respuesta, pero, aunque se niegue, los abogados la obligaran.
Sabe que no tiene opción.
Voy mencionando razones hasta que conduzco dónde está Ida con Caterva. La gente de este ultimo revisa la entrada en las bodegas dónde tenían al biólogo antes de matarlo. Dónde tenían también a los moribundos.
—¿Para qué me trajiste? — le pregunto a Caterva mientras veo al médico salir de la sala.
—Era necesario.
Me hacen pasar al sótano de las bodegas, el olor a fermentación es fuerte en el aire, pero huele mejor que el laboratorio de Jack en Nueva York. Paso entre las cortinas blancas y me paro en la entrada serio.
. . . .
Los abogados de Richard revisan el contrato que hizo Blake y le dan el visto bueno, llevamos toda la mañana en su residencia y desde que llegó Ethan parece que la servidumbre se está tomando el día libre.
Ida se queda en la entrada con mi seguridad privada, Emma aun no ha llegado, pero lo hará, el teniente Wall se niega a cooperar que ni muestra la cara en la reunión.
—Tengo una reunión más tarde, será mejor que agilicemos las cosas.
—Hable con Emma en la mañana, va a firmar, sólo hacía falta que lo pensara— se ajusta el cabestrillo.
—Eso espero.
—Estoy cumpliendo con mi parte del trato, tengo todo controlado— dice, aunque juega para su propia conveniencia. —Hablé con Christopher Jones y tan solo decirle la noticia hizo una evaluación de los medios que la cubrirán, voy a ganar las elecciones.
—Gracias a mí— le recuerdo —Y espero que me beneficies bien por ayudarte con tu mediocre campaña.
—¿Alguna vez te he defraudado desde que empezamos a trabajar juntos Alexander?
—No y ni siquiera se te ocurra, porque mi paciencia tiene un límite.
Enciende un puro cuando su esposa abre la puerta confundida, pero bien vestida con una raqueta en la mano. —Voy a salir al club, pero ninguna de las camionetas, están disponibles, ¿Dónde están los choferes?
—Estoy en una reunión importante mujer no puedes interrumpirme.
—No voy a manejar mi Mercedes hasta el club yo sola.
Mantiene la puerta abierta y veo como traen a Emma con ropa de oficina desde la entrada. Blake entra cuando le indico al igual que los abogados de Richard en caso que quiera negarse a firmar el acuerdo.
Preparan los documentos en el escritorio y Richard se suministra sus medicamentos mientras la servidumbre me prepara un whiskey.
Emma viene sola, sin saludar ni siquiera a Ida cuando lo ve. A Ethan no lo veo siguiéndola como debe hacerlo.
—Buenos días— dice neutra entrando sin siquiera mirarme, tampoco le busco la mirada.
—Llegas a tiempo Emma, el contrato prematrimonial ya está preparado. ¿Te ofrezco algo de beber?
Puedo centrarme en que el pasillo está vacío, pero Emma es la que se acapara toda mi atención con solo aparecer en mi campo de visión.
Se quita los lentes mostrando sus ojos medio rojos por la resaca que debe tener, pero viene perfecta. Se desabotona el saco y me mira antes de pedir su bebida.
—Quiero un vaso de whiskey escoses.
Richard se ve complacido que no esté a la defensiva como anoche. Arqueo una ceja por su petición peculiar y ella le da un solo trago al vaso mirándome. —¿Podemos iniciar la reunión? Tenemos una entrevista con el Daily Star más tarde ministro Madden.
Remarca cada palabra que dice, la sigo con los ojos entrecerrados, esa actitud es de cautela.
—Me parece perfecto.
—Yo tampoco tengo tiempo Richard así que de una vez— cruzo mi tobillo sobre mi pierna esperando que se siente a mi lado porque en mi mesa están colocados los documentos, pero se pasea cerca de la silla de Richard, sin sentarse.
Miro por la ventana y ya no veo a Ida dónde le ordene que estuviera. —Qué bueno que mejoraste tu actitud Emma y no tengamos que llegar a acuerdos legales para que cumplas— deja el puro y yo bebo de nuevo.
—No tengo otra opción ¿o si?
—Si hubieras leído detalladamente lo que firmaste habría sido mejor— me dirige la mirada más fría que me ha dado, pero después sonríe de lado.
—El teniente Wall no aprueba esta estrategia.
—Dimitiste del MI6— le recuerda Richard.
—Entonces me veo acorralada porque mi firma la coloqué en un evento social del que no tenía conocimiento— se le ponen rojas las mejillas —Mi única condición al trabajar con usted fue que no me involucrara y aun así lo hizo con ayuda de Alexander.
—La situación habría sido diferente si no hubiera entrado en una estrategia con Sarah respecto a mi familia— la enfrentó.
—¿Cómo de diferente? Porque te recuerdo que ibas dispuesto a matar a la unidad de Sarah y a Dylan, cualquier escenario en mi cabeza es el de ser una marioneta.
—Si lo quieres ver de esa forma Emma, estás en tu derecho, pero esto nos beneficiará a los tres por igual.
—Lo dudo, porque el más beneficiado es usted ministro.
—Después del juicio del Beckham y de las elecciones puedes pedir la anulación del matrimonio si quieres— se sienta conmigo mirando el documento.
Me río bajo y cuando me revienta los ojos marrones en la cara le sonrío de lado, sabe que tengo mis planes detrás del plan de Richard, ella lo sabe perfectamente y no tiene opción para librarse.
Hago que Blake comience a explicarle las cláusulas. —Este es el contrato prematrimonial que el señor Roe autorizó.
La cantidad inicial que vas a recibir por la primera firma es bastante generosa, esa yo la puse de mi cuenta bancaría. — Richard se une a la explicación.
Espero a que se acerque a leerlo, pero como yo lo hice ella también se ríe por lo bajo y esta vez si se sienta en la silla de Richard. —Admito que esto fue una buena jugada, dos contra uno, pero no pienso firmar ningún contrato.
—No tienes opción— le sostengo la mirada enojado. —Ni los abogados que te pueda proporcionar el MI6 son tan buenos como los míos.
—Ve esto por el lado beneficiario Emma.
—No.
—Entonces te obligaré a firmar.
Sonríe de lado. Vuelvo a mirar por la ventana buscando a Ida y me levanto de prisa sacando mi arma cuando el patio delantero de la residencia se llena de Krays.
Los sonidos de balas comienzas desde que los miro, los abogados bajan a cubrirse incluido Blake, de la seguridad de Richard nadie entra por la puerta para auxiliarlo. Me recubro en una de las columnas mientras una de las ventanas blindadas se cuartea.
—Abajo Richard, o te van a volar la cabeza— cargo mi arma.
—¿Dónde está mi seguridad?
Conozco a los francotiradores, la ubicación del ministro es confidencial, la gente de seguridad no puede quedarse fuera por tanto tiempo. Emma jadea poniéndose pálida y recubriendo su cabeza mirando con horror cuando dos camionetas verdes se detienen en el jardín.
Logan baja de la primera con una metralleta en la mano y Dmitry de la otra.
—Carajo— saco el dispositivo y busco la salida para escabullirme, pero Emma se planta en la puerta.
—Caballeros, haremos esto a mi manera o de esta residencia nadie va a salir vivo— levanta la barbilla.
〘 〙
Emma.
Me tiemblan las piernas de miedo, pero Ethan esta afuera, solo necesito conseguir lo que quiero.
—¿Qué diablos hiciste? — Alexander viene enojado contra mí.
—Nos entregó a la organización— el ministro apenas puede levantarse con la fractura del brazo. —¡Está mujer está loca! — en su escritorio levanta el teléfono inalámbrico. —Voy a llamar al MI6.
Levanto la mano con el cable de su teléfono. Alexander se mantiene enojado, pero callado mientras las balas afuera son como un reloj de arena que nos dice que se acaba el tiempo.
—No pienso aceptar una boda real y acaban de ser testigos hasta dónde puedo llegar— Blake se pasa la mano por la frente sudando. —Aceptarán mis condiciones, lo pensé y una boda es suficiente para que Richard gane las elecciones, pero no será una boda real, será ficticia, con un contrato firmado.
—¿Quién te ayudo a hacer todo esto? — la voz de Alexander me tensa la espalda.
No le respondo. —Tengo todo planeado, el MI6 vendrá exactamente en seis minutos, el teniente Wall está esperando, publicaré un artículo que diga que vinieron a rescatar a Beckham, la gente lo creerá, yo también se jugar a mi conveniencia.
El miedo de que Logan logre infiltrase en la casa se hace más grande cuando no me responden.
—Redacta un documento como lo pidió rápido— el ministro le da la orden a uno de sus abogados y le hago la llamada al teniente que estuvo de mi lado en esto, excepto que no sabe sobre Logan.
No pude escuchar la voz del hackear, solo se contactó conmigo por mensaje, en un numero desconocido al que ya no tengo acceso. El mensaje fue claro, le dio a Logan la ubicación de dónde supuestamente tenían a Beckham encerrado.
Las primeras señales de un ataque de pánico las siento cuando comienzo a batallar para respirar. La vista en la ventana no me gusta, gente de verde, Krays.
Cuando el abogado termina la primera firma que se planta es la del ministro y la siguiente la mía. Alexander me mira enojado y mueve el bolígrafo por la hoja.
No siento alivio porque los seis minutos se cumplen y el teniente no aparece con los refuerzos.
—Se van a infiltrar al primer piso de la casa, tenemos que salir por la parte trasera— dice el ministro.
Busco mi celular y el mensaje de que la seguridad ha sido activida de nuevo debería tranquilizarme, pero no lo hace, los abogados salen con el ministro, pero me pego a la pared sosteniendo el contrato.
Había olvidado lo que se siente el pánico.
Mis manos se tensan en puños y yo puedo moverme. —Sal de aquí y ve por la parte trasera— escucho a Alexander enojado, pero no puedo verlo.
Cuando veo a los del MI6 me cubre con su torso haciendo que aparte la mirada de la ventana. —¿Eres suicida? Ya hiciste una estupidez trayendo a Logan, sal de aquí. — sigue enojado.
Asiento, pero mis piernas no se mueven. —Señorita Brown— Ethan entra y consigo mover mis piernas fuera antes que el ataque de pánico venga. Sostengo el documento en mi mano y se lo paso a Ethan mientras bajamos las escaleras a la salida trasera.
Alexander lo sigue con la mirada todo el camino. Sabe que no estuve sola en esto. La seguridad del ministro protege la casa y los que salimos, los abogados, su esposa, Alexander y yo, esperamos resguardados con el MI6 mientras hachan abajo a los kray.
El ministro me mira como si fuera una demente y tal vez lo sea, pero de todas las marionetas que usa, no pienso ser una, espero que el mensaje le haya quedado claro.
Alexander no es estúpido. Acorrala a Ethan en cuanto el teniente viene de nuevo a decirle a ministro que la residencia está a salvo de nuevo.
La seguridad es reprendida, no saben como fueron burlados, pero yo sí. Ethan me mira desde dónde está con Alexander y ambos nos hacemos un gesto sutil con la cabeza.
Rebecca viene con Ida y los demás uniformados soportando el terror de Alexander, pero una llamada de alerta de alguno de ellos los llevo lejos de aquí los diez minutos que tardaron en infiltrase los kray.
—¿Por qué la ayudaste? — escucho a Alexander hasta dónde estoy.
—Amenazo con hacer un comunicado público señor Roe.
Le sonrío al ministro desde mi lugar y voy a despedirme tanto de él como de su esposa.
—¿Se encuentra bien ministro Madden? — No toma a bien mi fingida preocupación. —Haré el comunicado hoy, el sábado por la tarde puede dar una rueda de prensa y anunciar el compromiso falso como se lo indicaré.
—¿Te crees muy inteligente por lo que lo hiciste? — su esposa le hace una seña para que no hable.
—Yo no era la que estaba arrastrándose por el piso por unas cuantas balas, la próxima vez que quiera utilizarme será peor — le advierto.
Paso a mi Mazda cuando lo traen respirando entrecortadamente por la adrenalina. Me jugué la vida en esto. Mis piernas se sienten como gelatina que espero para poder conducir, mientras hago el articulo falso diciendo que vinieron por Beckham, pero el MI6 los retuvo.
Alexander no deja de verme a través del vidrio de mi auto. Esto es lo que hace la desconfianza, te hace actuar de forma desesperada.
Viene enojado dejando a Rebecca y a Ida atrás. Ethan ya está en una de las camionetas negras esperando a que yo salga para seguirme. Bajo la ventanilla viéndolo.
—¿Sabes lo que provocaste aquí? Amenazar a Ethan con lanzar un comunicado público...
—Todo este tiempo he jugado con las reglas de todo el mundo— lo interrumpo —Pero ahora será a mi manera.
¡Hola sexys!
*Se va corriendo*
Feliz cumpleaños a los sexys que cumplen en Julio.
¡Los amo tres millones!
-Karla.
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