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CAPÍTULO 26

Emma.

—Tengo que ver a Alexander antes de irme— me levanto del hombro de Cora.

—Yo quería que lo hicieras más porque Maya debe estar preocupada por ti o incluso Jack, pero Tyler se ha encargado que los oficiales no te dejen acercarte al Score o te apresarán. Ni siquiera nosotros podemos hacerlo.

De un momento a otro la estabilidad en mi vida la he perdido y no sé si esta vez voy a recuperarla.

El departamento de Dylan está cerca de la base del MI6 en Brent, parece otro mundo aquí, todos reconocen al hermano de Cora y algunos lo llaman superior. Ni me fijo en su apartamento ni en los autos todo terreno, azules estacionados fuera porque habla con el ministro en cuanto llegamos.

No como nada esa noche y tampoco la siguiente, aunque el hago el intento de hacerlo. Cora se queda conmigo todo el día y toda la tarde mientras Dylan trabaja.

Asiento en la plática, dice que va a estar viajando constantemente a Londres para ver a Luke y por su trabajo en la galería, pero la mayoría del tiempo va a estar aquí, quiero escucharla de verdad, pero en cuanto sale me abrazo a mis piernas en silencio.

Reviso los folletos que Dylan me dio del proyecto de apoyo de una de sus compañeras para un grupo de ayuda relacionado con el MI6, del que ya me había hablado, pero mi mente me repite la escena otra vez.

La noche aquí en Brent es fría, el invierno ya está aquí. Logro comer la cena del día y la mirada orgullosa de Cora me hace tomar otra vez el tenedor. Ni siquiera me doy cuenta que estoy temblando hasta que Dylan me toma la mano por debajo de la mesa.

Poco a poco voy colocando mis cosas en la habitación parece que desde que dejé Trafford nunca he tenido un hogar asegurado, mi mente me traiciona diciéndome que Sawyer tenía razón en eso que nunca debí irme de casa porque no lograría nada.

—¿Te ayudo con eso? — Dylan entra por la puerta.

Asiento y levanta la caja por mí mientras estamos en silencio. Soy consciente de lo poco que he hablado desde lo que sucedió.

—Emma, me gustaría que hablaras con una compañera de trabajo, ella es parte del equipo medico del MI6 y le gustaría escucharte, me encantaría que fuera con nosotros con quién hablaras, pero ella es especialista en el ámbito y sé que va a ayudarte, sé lo traumático que fue esto para ti.

—No dejo de pensarlo todo el tiempo Dylan, ni de día ni de noche— el disparo del arma, la sangre de Alexander.

—Por eso quiero que hables con ella para salir de esta situación.

Asiento y voy por otra caja, cuando terminamos se queda conmigo un rato más hasta que lo llaman del trabajo y Cora es la que vine, noto que tratan de no dejarme sola.

Hago el esfuerzo de levantarme al día siguiente para buscar a la mujer de la que me habló Dylan.

A penas salir se siente extraño, pero Cora va conmigo, ya llevamos tres días en Brent y un poco de aire me sienta bien hablar con los oficiales que nos trajeron hasta aquí, firmar los documentos que me obligan a estar lejos de Londres no fue fácil.

Cuando veo una de las camionetas negras de Alexander en el estacionamiento de la base a la que nos acercamos el pecho se me salta y Cora se detiene conmigo cuando Tyler baja seguido de dos hombres que no conozco, no son ni Ida ni Ethan.

—¿Qué haces aquí Tyler? — espero ver a Maya bajar detrás de él, pero no lo hace, viene solo.

—Al parecer el ministro no te envió lo suficientemente lejos Emma como fue el acuerdo al que llegaron con nuestros abogados, por suerte puedo borrar el historial judicial de tus movimientos para darte un mes más y que te vayas más lejos.

—Disculpe. ¿Lo podemos ayudar en algo o solo vino a molestarnos? Las cuestiones legales ya se hablaron en Londres— Cora intercede por mí.

—Lo hicieron porque sería muy poco por parte de la organización tenerte encerrada en la cárcel tanto tiempo, como te dije, borré el rastro judicial que dice dónde estás para que te vayas si quieres del país o a dónde tus amigos quieran me da igual— mira a Cora —Mientras te largues me basta.

—Señor no estoy entendiendo lo que dice y si no viene a decirme nada importante le pido que se retire— me abrazo a mí misma.

—No estás en posición de pedir nada— me interrumpe y se ve enojado — Eres una prófuga que le disparó al empresario más reconocido de Londres y ante la organización ya eres una traidora, te están buscando porque eso es lo que le hacen a los que tratan de matar a los miembros.

—Largo de aquí, no nos interesa su maldita vida, ni sus reglas— Cora camina a él, pero yo me quedo en mi lugar escuchándolo.

—Si Alexander te encuentra te va a matar, mejor lárgate, Maya te tuvo consideración incluso yo te la tuve para que el ministro te diera tu libertad, pero el lobo no lo hará traidora, te aborrece y no es para menos, de todas las prostitutas que hay se consiguió a la más estúpida que se dejó engañar fácilmente por Katherine. ¿Sabías que ella te envolvió en todo esto?

—¡Ya basta imbécil!

—¡Lo hice por ayudarlo! Katherine quería matarlo, tiene que escucharme Tyler, no quise herirlo— hablo entrecortadamente —. Traté de ir a verlo en el Score antes de irme y nadie me dejó, los oficiales no nos dejaron hasta que llegamos a Brent.

—No te iba a dejar que te acercaras.

—Tyler por favor. Ethan dijo que no...

—Ethan me dijo todas las tonterías que dijiste el día que te fuiste y en parte te creo, pero abre los ojos Emma, no eres nadie ahí, te dejaste engañar, no sirves para pelear. ¿Querías ayudar? No lo hiciste, diste la ubicación del hijo de mi esposa. Todo el plan de colocar las cámaras habría sido perfecto si no fuera por ti.

—¿Atraparon a Jack por mi culpa? — el alma se me cae a los pies.

—Sí, ¿Ahora entiendes lo que nos hiciste, lo que le hiciste a Maya por dejarte engañar por Katherine? Te creía más inteligente Emma, pero resultaste ser un títere más.

Veo pasar tantas cosas en mi cabeza mientras habla.

—Alexander no te quiere escuchar, te repudia y para toda la familia te has convertido en una traidora, la organización no perdona y menos a los asesinos— el ardor en mi pecho se hace más grande.

—No iba a matarlo.

—No tientes mi paciencia porque, así como conseguí que el ministro te diera un indulto así mismo puedo meterte a dónde perteneces asesina.

—No son necesarias las amenazas, le prometimos al ministro que no regresaría a Londres y firmamos un documento legal de que así será.

Tyler no deja de mirarme ni porque Dylan acaba de llegar.

—Maya me envió a advertirte porque aún le queda un poco de decencia y no sería justo que la organización te ataque porque no sabes ni defenderte, pero cuídate porque el lobo dijo que, si te encuentra, te va a matar.

No se ni como regreso a la casa porque ya me come por dentro el arrepentimiento y el dolor. Tanto que protegieron a Jack y yo lo entregué en una noche. Dylan respeta mi decisión de no entrar a mi habitación, pero Cora si lo hace mientras me doblo sobre mis rodillas.

Si soy débil ya no me importa, no soy valiente y menos fuerte, tampoco soy inteligente. Me quema el dolor en el pecho, me quema tanto que apenas puedo respirar. Solo el amor puede doler así.

Alexander me aborrece tanto que quiere matarme, entregué a Jack a Logan, le disparé, lo traicioné.

Aun así, Maya me protegió para que el ministro me enviara lejos porque la organización también me mataría.

—Emma— siento la caricia en mi barbilla —En Brent está mi trabajo y aquí vamos a protegerte de lo que te haya dicho ese hombre Alexander Roe y sobre la organización también.

—Yo no sé nada de esa organización Dylan— no voy a delatarlo.

—Mi hermano ya lo sabe Emma, solo hace falta que se lo repitas para que el MI6 actúe contra ellos.

—Cora no es el momento — la detiene —Emma llevamos tiempo siguiendo la pista de la organización de los treinta y siete. Tenemos operativos contra ellos como lo hicimos en Brooklyn. — no le respondo —Soy agente especializado y sobre todo tu amigo, pero en este momento tu eres la prioridad.

—Soy una asesina— se me llenan los ojos de lágrimas repitiendo lo que dijo Tyler. —No quería matarlo, lo quería salvar.

—Te creo— me levanta y me pone sobre sus piernas para que lo abrace.

Las piernas se me entumecen en esa posición, se hace de tarde y no quiero soltarlo porque siento que es lo único que evita que la herida interna me queme. —Perdón por tenerte aquí.

—La familia y los amigos no pide perdón, si quieres me quedo aquí toda la vida— dice en voz baja y en ese momento me siento tan vulnerable y pequeña en el mundo.

Mi avance alimenticio se esfumó con la visita de Tyler, pero aun así me planto en el comedor con ellos y Luke también se nos une trayendo algo para Cora. Doy bocados cortos escuchando su conversación.

Esta es mi nueva vida y como tal debo comenzar a actuar por mucho que duela. Muevo de ansiedad una de mis piernas por debajo de la mesa y la mano de Dylan la detiene otra vez.

—Despacio, ten del mío— corta un trozo de su carne y lo lleva hasta mi boca. —Come.

Lo miro a los ojos y un recuerdo similar cruza mi mente.

—Gracias, pero no me alimentes— respondo en voz muy baja tratando de tomar mi propio tenedor, aunque no lo logro.

—¿Ya has pensado en lo que vas a trabajar Emma? Estuve en las audiencias con Dylan y no creo que vuelvan a contratarte de publicista debido a tus nuevos antecedentes penales y al escándalo que se armó, no hablan de otra cosa en las noticias más que de la publicista que le disparó a Alexander.

—¡Luke no es momento para hablar de eso! — Cora lo interrumpe y Dylan también lo mira mal.

—Lo siento, no quería incomodarte— se disculpa —Perdóname pastelito solo quería un tema de conversación.

—Mala elección.

Me levanto de la mesa ya sin querer escuchar la conversación y regreso a mi habitación, el toque masculino del apartamento no me molesta. 

—Siento lo que dijo Luke— Cora entra después de mí.

Lo que diga Luke es lo que menos me importa. —Tengo que hablar con Alexander y con Maya.

—Tyler no lo va a permitir, además firmaste un acuerdo.

—Cora, necesito hablar con ellos— me pesa lo de Jack.

—No hay forma de que lo hagas.

Si hay una. Esa misma noche tengo el teléfono fijo de Dylan y el número de Bennett en la mano. Lo vi en el evento, sé que no es el mismo de antes, pero sé que aún queda algo del Bennett que conocí. Mi plan no funciona porque nunca responde.

Si al policía no me dejará acercarme al Score ni menos a Londres puedo hacer lo mismo que hice en mi apartamento de Trafford y hacer una última llamada.

La persona del otro lado de la línea se queda en silencio. —¿Alexander?

—Emma— la voz de Jack baja un tono más. —Mierda, eres tú— escucho como cierra una puerta y luego otra.

—Jack ¿Estás bien? Tyler dijo...

—Emma no llames más o rastrearán tu ubicación, lo digo para protegerte, Tyler mandó a la gente de Alexander detrás de ti, pero yo me encargaré de que el hacker borre tu llamada, pero por favor no lo hagas más.

—Necesito hablar con él.

—Alexander se fue de Londres— mi pecho se comprime —Y si te encuentra va a matarte.

Escucharlo de Tyler dolió, escucharlo de Jack me hundió.

—Lo siento tanto— dice cuando ya no hablo.

—Katherine me manipuló.

—Lo sé— suspira muy largo —Pero eso no cambia lo que hiciste, lo mejor que puedes hacer es desaparecer como el ministro dijo, este mundo es muy peligroso, por eso nunca quise tomar parte de ningún bando y aun así estoy aquí atado a que encontremos a mi amigo.

—No quería que terminara así — la voz se me corta.

—Hay historias que no deberían tener un final Emma, pero esta es la vida y es muy injusta con los que son buenos— recita y me rompo llorando silenciosamente. —Solo nos queda revivir esos momentos en los que fuimos felices para poder seguir nuestro camino.

Mi mente se llena con todas las emociones que me abarcaron y lo injusto que es todo para mí.

—En cuanto encuentre a mi amigo iré de regreso a mi casa en Brooklyn, tienes un espacio ahí para cuando quieras visitarme, te hacharon de Londres, pero América está a miles de malditos kilómetros lejos de este infierno, yo no pertenezco a la organización y sus reglas me las paso por las bolas, más o que cuando quieras te recibiré.

Me quedo sentada en el piso al teléfono escuchándolo el poco tiempo que se queda en la llamada que es menos del que esperaba.

La venta de la habitación no es grande, pero veo afuera el cielo nublado.

Hace unas noches miraba Londres, ahora miro Brent, es fascinante ver como las noches cambian rápidamente, pero siempre esperé que nunca cambiáramos nosotros después de confesar lo que sentimos, Alexander y yo, y aun así lo hicimos.

Alexander.

Dejo salir el humo del porro mirando el cielo de Nueva York que se va oscureciendo.

Me ato la bufanda sobre el cuello donde ya no hay nada estorbando. Me froto las manos aguantando el frío y camino despacio entre la gente, la venda del abdomen la tengo bien apretada, la herida lleva días saturada, ya pronto va a comenzar a cerrarse.

Nueva York tiene barrios de clase alta y barrios de vagos, donde bailan como dementes. No soy un hombre que baila en conjunto, solo he bailado acompañado una sola vez y aun así tengo más ritmo que esta gente.

Apago la colilla del porro en una de las paredes y tiro la ceniza al suelo buscando el siguiente en la bolsa interna de mi saco.

—Una moneda por favor— un indigente tirado en una cobija me extiende la mano sucia de grasa de coche.

Ethan le da dinero y me lo quita del camino mientras sigo por las calles en silencio hasta la séptima avenida.

Critico los edificios que veo mal diseñados y que no se compararán con el trabajo que hago. Tengo una videoconferencia preparada para dentro de una semana donde hablaré con el New Times sobre la bancarrota de West B.

Lo voy a gozar como el hijo de perra que soy y será mi primera aparición pública después del atentado que sufrí, el nombre que los medios le pusieron a la situación del evento de inversionistas.

Abro la puerta de cristal de la joyería y mientras el dueño me recibe saco la caja de terciopelo negra de la bolsa de mi abrigo.

—Señor Roe es agradable tenerlo de vuelta aquí. ¿En qué puedo ayudarlo?

—Buenas noches.

—Si busca otra joya como la anterior, el diseñador está dispuesto a trabajar exclusivamente para usted como pidió. — se mueve a una de sus trabajadoras —Muéstrale la nueva colección.

La mujer saca una coartada de joyería nueva, el entusiasmo que ponen con los ricos se les ve en los ojos.

—No necesito sus servicios. Vengo a regresar la joya.

Le entrego el anillo de dos cortes de diamante creado a mano por el diseñador exclusivo de la joyería para una sola mujer.

Mi punto al venir a Nueva York el mes pasado nunca fue cerrar el negocio con Dorian's. La ciudad la había visitado con frecuencia y sé que las mejores joyerías del país estaban aquí.

Quería lo mejor, hecho por el mejor diseñador.

—¿El anillo no fue de su agrado? Las sesiones que estuvo usted con el diseñador, él siguió las instrucciones al pie de la letra señor Roe. — toma la caja y saca la joya con una E y otra letra más talladas e implantadas dentro. —Llámalo enseguida— manda a la trabajadora. —Le haremos las correcciones necesarias para la dama y en caso que pida la devolución del dinero nosotros estamos...

—Me importa una mierda que me regresen el dinero. Buenas noches— me arreglo el abrigo de piel y salgo.

Una banda de rock toca en las calles, me mantengo serio sin emociones que mostrar. Soy un Roe, me criaron así de soberbio.

—Tyler ya envió el reporte de las cámaras de vigilancia señor— me informa Ethan. —¿Quiere revisarlas?

—Sí. — caminamos por las avenidas hasta el barrio de los ricos.

Me acabo de comprar una casa en el centro de la ciudad, los hoteles aquí son una porquería por eso hacen falta los de mi cadena hotelera para que esta porquería de ciudad tenga calidad. Mis hombres resguardan la entrada, los otros se quedaron con Tyler y su mujer.

La organización ya sabe que estoy preparado para matar a los que trataron se asesinarme. Maya se reúne con ellos y oyó lo que dicen. Sabe que quiero a todos los traidores en las jaulas y eso lo voy a cumplir en su momento.

Por el momento Tyler me está sirviendo para mantener el funcionamiento de mi empresa mientras me quedo en Nueva York. De algo me sirve ese jodido fumador, a los medios se les dijo que por mi seguridad me mantendré lejos de las cámaras publicas unos meses y el ministro está ayudando a correr la noticia, aunque eso no me deslinda de tener que apoyarlo en su campaña política.

En un mes me debo reunir con él en Manchester para su evento con el parlamento y después vendrá a Nueva York. Tengo a Amelia trabajando para mí desde lejos aquí no me sirve, pongo mi arma en el brazo del sofá de cuero donde me siento.

Todos los muebles fueron comprados exclusivamente para mí por Rebecca, con esos asuntos no pierdo mi tiempo. Pongo el dispositivo al que solo yo tengo acceso sobre la mesa frente a mí mientras me sirven de la botella más cara de whiskey un vaso grande y veo las cintas de grabación.

Dmitry llega al lugar y se pierde por la puerta del fondo. Luego Bennett lo sigue detrás de él más drogado no puede estar ni siquiera camina correctamente, luego Katherine entra por la puerta, pero Alesha no.

Reviso las grabaciones de los días anteriores y en ninguna aparece alguien más. Solo los tres que siempre están con un kray ocasionalmente.

Bebo alcohol y me agarro el cabello con una cinta detrás, no tengo tiempo para cortármelo.

Las grabaciones que me envió Tyler no tienen nada importante que ver, solo la misma rutina de los días anteriores. Entro directamente yo al sistema de las cámaras y busco las grabaciones completas para verlas por mí mismo.

La grabación de hoy es la que me interesa y las veo dos veces cuidadosamente porque en el breve momento en el que Bennett entra, deja la puerta semi abierta unos segundos en los que se aprecia la vista dentro. Detengo el video y amplio la imagen aplicando color porque la grabación es nocturna.

Veo lo clásico de las pruebas de laboratorio, tubos de ensayo, un estante, pero lo que me llama la atención es la cosa del fondo a la que se le ve un pedazo antes que la puerta se cierre. Hay una persona más aparte de los tres que diario entran y trae una bata blanca.

—Comunícame con Jack. — le ordeno a Ida.

Dos veces Bennett hace lo opuesto a admitir y para que mis cámaras lo capten. Sabe que son mías, conoce mi forma de trabajo, pero no voy a tomar sus actos como para te una alianza, sigue siendo el enemigo y si busca ayudarme lo voy a seguir con la punta de una daga.

Tres traiciones no se convertirán en cuatro, mi jugada en el tablero es diferente ahora que no tengo un lado débil y Logan lo sabe por algo se ha mantenido silencioso, quiere que yo sea el que dé el primer paso antes que nos reunamos como debe ser.

El amo contra el lobo de nuevo cara a cara.

Tengo planeado ese encuentro dentro de un tiempo próximo, pero primero a jugar con las estrategias.

—Esta en la línea señor.

Tomo dos capturas de pantalla del dispositivo y las envió a mi celular cuando me enlazan en la llamada con él. Se escucha música a todo volumen que revienta la bocina. —¿Qué carajo estás haciendo en mi casa?

—Un desfile de karaoke personal, si quieres verlo enciende las cámaras de tu sala de estar— canta en voz baja.

Frunzo el ceño y veo al pendejo vestido de un traje negro de piedrería abierto por el pecho desnudo con un micrófono en su mano y unos lentes rosas bailando. Cuento mentalmente hasta tres y trueno los dedos a Ethan, se comunica con el aparato que trae en el oído e Ida aparece en el Score para terminarle su teatrito al loco ese.

—¿Cómo mierda hiciste eso?

—Soy el dueño.

—Me la pelas— comienzo a pensar que el intercambio con Logan es mi mejor opción.

—Ya cierra la boca imbécil— cambio a las cámaras que estaba revisando antes que me interrumpiera con sus mierdas. —Estas son las grabaciones de esta noche, ve bien al que está dentro del cuarto.

—La cámara está en modo nocturno, si se ve bien.

—Amplia la imagen idiota. ¿Es o no es el biólogo que buscas? Mira bien que no tengo todo tu tiempo.

—Es él— dice serio y se le cortan las bromas. —Lo encontramos.

—Lo encontré yo, tú no hiciste nada.

—Está ahí, entonces los mensajes que estuvo enviándome son ciertos porque está dentro de ese lugar.

—El hacker te va a enlazar con el mañana al medio día que es cuando no hay vigilancia de Dmitry, solo por cinco minutos, quiero que le preguntes directamente por lo que está haciendo y no quiero errores.

—También es un ser humano imbécil, debo saber si está bien o si lo están torturando— me cuelga el muy cabrón.

Me corto las siente y bebo más whiskey para que se me vaya el tirón de la nuca. Voy a ser yo el que se enlace con el biólogo porque ese idiota seguro no va a a hacer nada de lo que le pido.

Logan se ha mantenido callado y sin movimiento estos días, pero no hay que fiarse, de él aprendí que cuando no te mueves es porque estas a punto de entrar al tablero de juego.

La puerta se abre de la nada y automáticamente mi arma ya está en mi mano y le apunto a la cabeza al que no anuncia para entrar.

Resulta ser uno de mis hombres, bajo el arma y la vuelvo a dejar en el brazo del sillón.

—El dueño de Dorian's ya está aquí para que se reúnan como usted ordenó señor.

—Llévalo a mi estudio y que me espere. ¿Trae planos de los hoteles?

—Si mi señor.

—Que los tire antes que yo llegue, esas porquerías no sirven, el único que diseña mis hoteles soy yo.

—Señor recibí información de Ida, dice que Caterva Smith está tratando de encontrarlo— Ethan me detiene. —Quiere hacer un trato con usted, al parecer Logan desapareció a Alesha del mapa.  

Emma.

La amiga y compañera de Dylan, Sarah, me intimida al conocerla y no lo hace por su apariencia, es muy bonita incluso sobre todo al natural, pero lo hace por su uniforme azul, en Londres no acostumbraba a ver al hermano de Cora tan arreglado para el trabajo, ahí se vestía de civil.

No siento la incomodidad de hablar con ella porque comienza hablándome del proyecto que tiene dentro del MI6 que es un grupo de apoyo en el que los civiles pueden unirse para hacer trabajo comunitario. Poco a poco su plática se enfoca en mí, pero no me hace preguntas porque estoy aquí.

—¿Quieres ayudarme con estos trípticos? El agente Gray es un adicto al orden, que no te engañe con su cara de buen hombre.

—Siempre lo fue desde adolescente— me pongo a ayudarla.

La base del MI6 es muy grande, parece un campo de entrenamiento. Pero no la he visto completa, la oficina de Sarah está en la zona de la entrada casi donde están los autos todo terreno, azules. En las dos semanas que llevo aquí ya he escuchado a más de veinte personas diferentes llamarlo agente Gray que siento que yo debo hacerlo también.

—Al fin alguien que conozca a ese loco de pequeño. Pensé que en lugar de nacer había sido creado en un laboratorio.

—Los rumores podrían ser ciertos— digo y provoco que se ría.

—En algo no se equivocó, dijo que eras divertida y me agradas— me sonríe y se quita la gorra dejando ver su cabello negro. —Creo que tu ánimo le vendrá perfecto al proyecto si es que realmente estás interesada en ayudarnos.

—Por supuesto, estaré encantada— sigo ayudándola con los trípticos.

Si esto será mi nuevo empleo debo poner todo mi empeño en esto. No puedo trabajar como publicista, la carta de rechazo de una pequeña compañía en la ciudad fue definitiva, saben quién soy y lo que hice y no me darán el trabajo, pero aquí no me han rechazado.

Cora regresa mañana estuvo dos días en Londres con Luke y vendrá con él para el fin de semana.

—¿El trabajo será muy difícil? No es que me dé pereza ayudar más bien es que no sé cómo hacerlo, he sido publicista la mayor parte de mi vida laboral.

—Esta es la parte médica del MI6, nosotros atendemos a los agentes, a lo superiores y a todo el conjunto en todos los niveles médicos posibles, el programa que implementamos es de civiles que se unan para aprender a hacer los primeros auxilios en caso de una emergencia y otra parte está instruida en la defensa personal, en especial las mujeres.

—De acuerdo.

—Ven conmigo te voy a dar un recorrido por el lugar — salimos juntas, sus botas pisan el granito del suelo y levantan ligero polvo —Aquí están los instructores con los nuevos aprendices, es gente de la ciudad, apenas unas quince personas, comenzaras conmigo y si te va bien quizá en el futuro tú seas una instructora.

Miro a los de traje azul hablando con la gente y enseñándoles movimientos, todo va normal hasta que la seguridad de la base hace su recorrido y como debe ser portan las armas que deben, retrocedo de la zona y Sarah sin decir nada me regresa hasta su oficina.

—Vamos a sentarnos, toma un poco de agua— su actitud la siento pasiva, sabe lo que hace, ellos controlan no sólo la salud física de los agentes también la salud mental.

—Nosotros no debemos utilizar armas ¿O sí? Solo van a instruirnos para dar los primeros auxilios.

—Claro que no, pero incluso la parte médica del MI6 debe saber el manejo de armas de ley. En caso de una situación de emergencia crítica nuestra prioridad es proteger a los ciudadanos ingleses sea cual sea el costo. ¿tienes algún problema con las armas Emma?

Me quedo en silencio mucho tiempo. Decirlo no es fácil, aunque pasen los días sigue presente en mi mente. —Le disparé a Alexander Roe, el reconocido empresario.

Ni se sorprende, la noticia es el pan de todos los días en los medios por eso evito ver las pantallas.

—Entiendo ¿Y por qué lo hiciste?

—Para protegerlo, Iban a matarlo. Nunca... Yo no...

—Tranquila, no hay presión, habla cuando estés lista — me tranquiliza y espera todo el tiempo que yo desee para volver a hablar.

Trato de encontrar las palabras correctas para decirlo y la fuerza para enfrentar lo que debo después de lo que hice.

—Nunca en mi vida he pensado en matar a nadie— miro mis pies —El recuerdo de lo que hice no me deja dormir.

—¿Cómo te sentiste cuando lo hiciste?

—No lo sé, tantas cosas estaban pasando por mi cabeza y después ya no podía controlar el ataque de pánico, herí a la persona a la que más amo, lo herí.

—Por salvarlo Emma— me recuerda. —Lo que hacemos no siempre define lo que somos, porque muchas veces las circunstancias nos orillan a hacer algo que nunca habíamos hecho en nuestra vida.

—Pero la culpa no me deja y el horror tampoco.

—Tus emociones son muy particulares— veo como analiza cada palabra que digo.

—Soy una cobarde, después de dispararle me desplomé.

—Cada persona es diferente y cada persona reacciona de forma desigual a lo que enfrentamos, aunque no lo creas muchos agentes de los que están aquí no la tiene fácil cuando tienen que disparar, la mente es muy poderosa Emma, puede destruirnos o puede ayudarnos a sobreponernos.

—Lo sé, pero pasan los días y no siento que nada mejore dentro de mí.

—Mira esto— la escucho en silencio mientras dibuja algo en una hoja y me lo muestra, es como un camino entre cortado que se va abriendo por las orillas.

—Este camino representa la mente, hay veredas que lastiman el camino y deben cerrarse para poder seguir— pasa el borrador del lápiz una vez sobre los bordes y apenas se difumina la línea —Pero no lo harán con una sola pasada, necesitan tiempo y cuidado.

Ya no me siento cómoda hablando de esto. Miro dos veces el dibujo y me levanto. —¿Puedo irme Sarah?

—Por su puesto Emma, yo te escucharé siempre que tú quieras hablar.

. . . .

Los cuatro días siguientes finalmente comienzo con mis primeras lecciones de primeros auxilios. Practico varias veces con la instructora y siento que aprendí más con una sola lección, lo que es ridículo, miro a Dylan a lo lejos apoyado en uno de los todoterrenos, azules y me levanta el pulgar.

La mujer que me enseña me tumba en el suelo y copio la técnica de Sarah para tumbarla en el suelo, no lo logro.

—Inténtalo de nuevo Emma— Sarah pasa supervisando.,

Bloqueo su mano con mi codo y la tambaleo al suelo. Miro a Sarah sonriendo mientras pasa a otra instructora. Ayudo a la chica a levantarse y me estrecha la mano como las demás

—Lo haces bien Brown.

—Sarah es una gran instructora y aquí todas estamos aprendiendo— me ayuda a levantar el material que utilizamos, las rodillas me duelen y mis deportivas se están yendo al caño.

—Veo que te ha servido como instructora en esta área — asiento, no sólo me ayuda como instructora del programa, me ha escuchado cuando tengo que hablar y en la parte psicológica me está abriendo camino poco a poco.

Caminamos al comedor de la base y veo en el estacionamiento a Cora despedirse de Luke. Él se ve reacio a dejarla de nuevo, la besa con frenesí, creo que ella no debería dividirse en quedarse aquí o irse a Londres con él, pero Dios sabe que no hay poder humano que pueda decirle a Cora que hacer o qué no hacer.

Anoche me sorprendió el mensaje de texto de Bennett finalmente respondiendo a la llamada que le hice a los días de llegar a Brent. Solo puse un simple hola y la conversación más trivial del mundo se dio preguntándonos por nuestro día como si él no estuviera trabajando para Katherine y yo no estuviera exiliada de Londres.

Somos dos traidores en comunicación o dos viejos amigos que perdimos todo al mismo tiempo.

—Pollo con ensalada para ti —Dylan me deja una bandeja de comida y se entra conmigo mientras suspiro.

—Debo dejar de comer de a gratis en la base de tu trabajo— tomo el primer bocado del día.

—Estas trabajando con Sarah en el grupo de apoyo de instrucción para primeros auxilios y defensa personal, técnicamente puedes comer aquí y donde sea— me tranquiliza mientras Cora despide finalmente a Luke —De hecho, comenzarán a pagarte por él área médica

—Estoy de aprendiz no pueden pagarme.

—Lo harán, te dije que esto era un trabajo completo.

—Gracias— paso mi mano por encima de la mesa para tomar la suya —Pero eso lo estás haciendo porque no tengo empleo como publicista, pero ya sabes que recibí mi liquidación de la antigua empresa donde trabajaba puedo sostenerme sola por unos meses.

—Oh, ya le dijiste que ahora trabaja para Sarah, muy bien hermanito.

—¿Ya lo sabías?

—Lo escuche hablando con la mujer, luego me soborno con unas vacaciones para que no te dijera nada— Dylan la mira mal y ella se ríe —No me sobornaste para no decirle que me sobornaste, la próxima vez sé más inteligente— se encoge de hombros y por primera vez siento el tirón de una sonrisa en mi cara.

Le ofrezco de mi plato a Cora y de lejos veo la letra de crema batida que alguien tira a la basura casi con entiendo un crimen para mí. Dylan se ríe cuando le pega y habla de uno de sus operativos próximos en la zona, será sólo un operativo preventivo.

—¿Tienes algo Emma? — me mira.

—¿Qué es?

—Déjame ver— extiende su mano y de mi oído saca la tapa del salero que tenemos en la mesa —Magia— extiende ambas manos.

Me palpo el oído sintiendo que no salga nada más. —¿Cómo hiciste eso?

—El mago no revela sus secretos.

—Nos saliste mago hermano, a ver cuando haces magia de nuevo y me cumples las vacaciones que me debes desde el año pasado— Cora me saca una risa real y también a los agentes que toman su almuerzo en la otra mesa.

Los escucho hablar, pero como una señal en mi cabeza me quedo muera do la pantalla a lo lejos y veo la cinta que recorre a la presentadora. Menciona a West B y el análisis que hará un experto del periódico el New Times con un invitado especial.

Cora dice algo y asiento, pero luego ya no me muevo cuando la cabeza del invitado en la pantalla se levanta y recibo el impacto de los ojos verdes a través de una pantalla.

Cierro los ojos controlando la punzada de dolor en mi pecho que no me deja ni un solo instante. Si tan solo pudiéramos quedarnos un momento más a donde nada se había destruido. Un momento más donde solo éramos nosotros dos.

—Camaleón le solicita su presencia su superior— viene un agente a llama a Dylan haciéndome apartar la mirada, pocas veces he escuchado que le digan ese sobrenombre.

Dylan se levanta rápido y tira lo que queda de la bandeja a la basura y la pone en otra mesa. Su arma se queda en su asiento y ya va caminando lejos. Cierro los ojos y contengo la respiración mientras la tomo.

—Tu arma Gray— grito a su espalda y se vuelve para verme.

La tomo con fuerza y se la doy. Me da una inclinación de cabeza y se va. —Esto está sin sabor, aquí no comen a nuestro estilo.

—Sí— mantengo la cabeza gacha para no mirar la pantalla otra vez. Aunque está en silencio se lo que voy a ver. Quisiera que ya no duela, pero lo sigue haciendo.

—¿Lista para la segunda ronda de Prácticas Emma? — Sarah nos encuentra en la mesa. —Dylan me dijo que Cora también va a unirse con nosotras desde ahora.

—¿Cómo? — casi se atraganta mi rubia favorita. —Sarah creo que mi hermano está demente.

—Demente o no dijo que si quieres esas vacaciones las pagaras tú misma.

—Ese cabrón que lleva mí misma sangre, quiere que pase de ser pintora a ser su mano derecha, pero aun así lo amo— se levanta. —Así que vamos mujer y enséñame a cortar cabezas como a mí sexy.

—Vamos, los instructores ya tomaron su descanso— me llama Sarah.

Como lo hecho todos los días desde que llegue a Brent me levanto, aunque no quiero y me obligo a vivir la nueva vida que me asignaron, aunque duela... Porque solo el amor puede doler de esta manera y ahora tengo que aprender a vivir con ello.


Hola sexys. 

El deseo tiene sus estrategias, pero es el destino el que mueve las piezas para que el rey pueda moverse por el tablero y ganar la partida. 

Escuchen con atención porque solo lo diré una vez, los fuertes de mente son los que resistirán las jugadas del rey...

Dato: A mis lectores de Runaway, la revelación de la secuela será hoy a las 5 EST en mi instagram. 

¡Los amo tres millones!

-Karla. 

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