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CAPÍTULO 21

Alexander.

Sigo midiendo el tiempo que llevamos en el bar hasta que Dmitry aparezca, el implante rastreador de Bennett es la clave de traerlo aquí, pero tan pronto como el calvo aparezca para llevárselo, el hacker va a actuar en la configuración de una de sus camionetas.

Voy suplantar un rastreador en el vehículo, el se metió parte de la droga para la que quiere a Jack y ahora el quiere rastrear el lugar donde la tienen porque ahí tienen a su amigo el otro biólogo.

Estamos en busca de él, ahora que Logan lo tiene, Jack le sacará la información necesaria para estar listos a lo que el maldito está creando y con qué fin porque una vez que le biólogo al que se llevó no le sirva lo matará.

Los mugrientos no quedan vivos.

—Las muestras que tomé de la sangre de Bennett las dejé analizando, pero ya me di una idea de la porquería que se metió— sigue viendo en dirección a Erick.

Ser posesivo es un pensamiento recurrente en mi cabeza al ver a Emma bailar en el bar y más bailando de esa forma que solo ella sabe hacer, le gusta hacerlo, lo vi desde la noche en la fuente y luego en Nueva York, es una seductora en el baile.

—¿Qué es?

—No es por revivir a viejos demonios, pero según los análisis, la anfetamina que mató de sobredosis a tu adicta de tu madre era un diez por ciento a lo que es esta droga y las alteraciones en la vista que tiene Bennett son un efecto colateral en una parte del cerebro que afecta directamente.

—¿Para qué quiere esa mierda?

—Este es el futuro primo, las armas biológicas nunca han sido tan fundamentales como ahora— se cruza de piernas —Ya te dije que Logan quiere hacerles guerra a los daneses y tomar posesión de la base militar del Gard solo es el inicio.

—La organización no va a permitir una guerra.

—Por eso quiere deshacerse de la organización cuanto antes, todas estas reuniones no terminaran hasta que se haga del control completo.

Me reclino en mi asiento con el mesero sirviéndome más whiskey viendo a mi mujer en una de las plataformas bailando con Alicia.

Maya me traerá nueva información de la reunión de la organización a la que se presentó hoy para saber si Jack debe quedarse conmigo o llevárselo a Richard, que era el plan original desde el inicio y sigo apostando por él.

La abertura del vestido azul que trae Emma se abre mostrando esas piernas largas que abre para mí cuando quiere que me entierre en ella.

—Por ahora concentrémonos en implantar un rastreador en la camioneta del ruso y que nos lleve hasta mi gran amigo metido en ese agujero.

Ya le dije que con el biólogo no va a encontrar nada, Logan lo debe tener en una casa cerca de la zona de las jaulas, vagamente recuerdo que ahí tiene las porquerías esas.

Ida camina a la entrada del bar, este lugar es mío, se lo quité a Logan hace meses y si Emma me hubiera dicho que lo quería para la fiesta de la rubia se lo hubiera dado sin que pagara un solo peso, este lugar también es suyo.

Ya me dijeron que el pendejo de Dylan pagó por la zona VIP para tenerla esta noche, de ese no necesito su dinero, pero que pague, porque el lugar es de mi mujer.

—¿Dónde esta Bennett? — le pregunto a Erick que no deja de pajearse visualmente con la mujer que viene con Dylan.

—Esta atorado en el baño o yo que se, estoy viendo a un primor que no se me va a escapar, ya nos hacía falta salir.

—Como si nos hubieras estado de arrastrado mientras estaba en Nueva York— el alcohol me alivia.

—Tenía que alzarme el ánimo de alguna manera, me sacaste del negocio como una basura.

—Fui a arreglar lo que tu arruinaste.

—No cambias con el paso de los años Erick y eso que dejé de verte tantos años— Jack se levanta con él —Hace tiempo que busco atorarme también con algún ser humano o primor como tú los llamas.

—Hay muchas mujeres disponibles, yo ya tengo una en la mira— me mira con mi primo a su lado.

—Te hace falta expandirte— Jack baja la voz y Erick vuelve a mirarme, me concentro en mi whiskey prestando atención a medias a lo que dicen que no me importa —En la gran manzana hay más variedad, como la que veo— le pasa las manos por el pecho.

Erick se atora con una tos fuerte y se aparta dejando su vaso en la barra. Jack vuelve a su lugar junto a mí. Ladeo la cabeza viéndolo irse. —¿Asustado?

—Cállate imbécil — camina como perro faldero a la mujer de antes y se la lleva a uno de los rincones oscuros como es su costumbre.

—Mi señor— se acerca uno de mis hombres encubiertos, de los que vigilan el lugar, están aquí para cuidar a Emma, si ella se va del bar, ellos también se van, pero mientras ella está aquí, ellos la siguen. —Tenemos un problema, la gente de Logan viene, dos camionetas de Kray están en la entrada.

—¿Es Dmitry?

—No señor.

—Entonces háganse cargo, no quiero interrupciones aquí, esta reunión la organizó Emma hasta que ella la termine se termina— le doy la orden y también pongo en la vigilancia a Ida para que controle las intercepciones.

Cuando Logan viene primero manda a seis u ocho camionetas antes de él que atracan la zona para que se pueda infiltrar sin problemas, pero como solo espero a Dmitry vendrá con por lo mucho, dos camionetas.

—¿Qué pasa? — Emma se baja de la tarima mirando como se van Ida y Ethan.

Los sigue hasta la salida y comienza a mirar a su alrededor varias veces.

—Son inconvenientes, nada de qué preocuparse— la hago mirarme. —Estás conmigo y yo quemo el mundo nena, el mundo no me quema a mí. — la siento en mis piernas —Si pasa algo te escondes en un rincón y yo te encuentro en unos días— mi ironía la hace reír.

Esa maldita sonrisa que se me clava en la mente todo el puto día cada que me la da sólo a mí. Me da de esos besos ridículos y mimados que no me gustan, aunque saben buenos. —Contigo no le tengo miedo ni al demonio— me pone las manos en el cuello.

—No, porque yo soy el demonio.

—Pensé que eras el lobo, así te llaman unos de tus hombres. — junta las cejas —¿Aúllas? — pregunta inocente y se ríe con la nalgada preventiva que le doy.

Vuelve a besarme y la complazco dejándola hacer. Jack nos mira de lejos y lo miro mal para que deje de mirar lo que no le incumbe. Le paso la mano por debajo del pecho y ya no se queja como antes, pero si se aleja.

—Se me esta quitando, pero aun me incomoda.

—Y volvemos a lo mismo. Nunca haces lo que se te pide.

—Ya te dije que esto habría pasado con el doctor que sugeriste, la inyección es la misma — sigue con su plática antes de distraerme con un buen morreo. —Me gustas demasiado— no me deja ni respirar.

—Soy irresistible.

— Y tienes el ego por los cielos.

—Tengo de que presumir, con este cuerpo soy un dios.

—Si no me gustaran estos pectorales tanto como lo hacen ya te estaría abofeteando— me pasa las manos, codiciosa, por encima de la camisa —Me gustan, pero también me gusta bailar, así que si me acompañas vas a complacerme mucho — me insta a pararme, pero no la dejo.

Ya estuvo bueno de complacerla, ya me trajo a esta reunión insignificante. La miro con una ceja arqueada, ni oculta sus intenciones perversas detrás de lo que hace. —Buen intento tramposa, no voy a bailar.

—Eso ya lo veremos— se levanta sonriendo y regresa a bailar con Alicia.

Veo que mis hombres se dispersan por el lugar mientras el mesero vuelve con mi whiskey escoses. Emma sigue bailando en las tarimas sonriéndome de lejos cuando me ve mirándola, pero ve que mis hombres se mueven y me cuestiona con la mirada otra vez.

Le hago una señal de que siga con lo suyo, ya le dije que conmigo, va ella primero si algo va mal, mis hombres tienen la orden de resguardarla antes que a mí. Me encamino a Ida que viene a hablar conmigo.

—Es Alesha señor, está en la entrada trasera, viene resguardada de dos camionetas y viene con Dmitry Makov, el ruso, dicen que vienen por Bennett.

Comparto una mirada con Jack. —Busca al adicto ese, debe estarse colando en el baño.

Salgo seguido de él, para verlos a la entrada trasera del bar dónde tiene rodeada la zona con las dos camionetas verdes, sabía que si solo venía Dmitry no traerían a los kray.

La llovizna que apenas cae ya tiene charcos en la calle, parecen un escuadrón ridículo de la mafia.

No me inoportuno en los saludos porque los traidores no se los merecen. Ida ya está en la entrada cortándoles el paso, me paseo escuchando de lejos, no me molesto en salir a ver a esos mugrientos.

—No queremos causar problemas en los bares de Alexander Roe, o los bares que le quitó al amo— habla Alesha.

Si la dejé viva no era para que viniera a importunarme con sus ejemplares de liderazgo que no tiene, el que quería aquí era a Dmitry y ya lo tengo en la mira, los rastreadores se los pondrán a las dos camionetas.

—Queremos a Bennett y al biólogo que nos sirve, ya sabemos que están aquí el hijo de Maya— le sonríe a pesar de venir con una carabina Close Quarter en sus manos.

—¿Me importa lo que quieres Alesha? — salgo de las sombras dándole la señal a Ethan para que vaya a las camionetas verdes.

Él es experto en el área, durante mucho tiempo trabajó para el ejercito hasta que terminó trabajando para mí.

—Si vas a hacerle de mandadera a Logan, hazlo con mugrientos que no saben defenderse, a mí no me quites el tiempo.

Deja de sonreír, pasa dejando a Dmitry y a los tres hombres que vienen con ellos detrás de ella y camina a la entrada, aunque no la dejan acercarse.

—No soy mandadera de nadie, soy la mujer de tu padre, la mujer del líder de la organización, por eso estoy aquí para complacerlo con lo que quiere— se le salta la voz aguda como cada vez que se enoja. —No te das cuenta con quién estás hablando, soy una mujer importante, soy su mujer.

Vuelve a ser la despreciable que conozco que se altera si no le dan lo que quiere al momento que lo pide, pero aquí, debe tener claro que el mejor hijo de perra soy yo.

—Dirás su puta— me limpio la suela de los zapatos en el charco.

Los disparos al techo de su carabina los dispara mostrando su inmadurez que nunca ha podido dominar.

—Vuélveme a llamar así y te mató querido— dispara al cielo —. Ya no estamos del mismo lado, tengo poder aquí y antes que me toques te van a matar cualquiera de estos Kray porque soy la que lleva al hijo del amo en su vientre — sonríe con suficiencia —. Así como lo oyes, tengo al hijo de Logan dentro.

Dmitry la mira en silencio acojonado y yo no tomo su noticia como un pesar. De todas sus grandes ideas esta es la más estúpida que pudo haber hecho.

—¡Como lo oyen todos aquí, tengo al hijo del amo en mi vientre así que ya entienden quién está al mando! — grita en la calle a los tres hombres que tiene en la espalda que ni se mueven de su lugar escuchándola.

Me suelto a reír a carcajadas. Le dieron su dosis de poder y no se le puede bajar y ahora acaba de cometer una estupidez que Caterva no va a dejar pasar cuando se entere.

—¿Cómo que estás embarazada del amo? — Dmitry no se ve contento con la maravillosa noticia.

—No me toques asqueroso calvo— se suelta de su agarre —Y no te acerques Alexander porque aquí mismo te vuelo la cabeza, que aquí la única puta es la que te tiraste estos meses, yo vengo a ser como tu madrastra, una que te puede matar cuando se le antoje.

Dejo a mis hombres atrás acercándome a ella que le quita el seguro a la carabina. Yo no le tengo miedo ni al mismo infierno.

—Te estás tardando en matarme— le arrebato la carabina y apunto a su camioneta dando perfectamente en el blanco perforando el cofre —Yo que tú me apuro, porque tú tienes tu muerte asegurada desde el mismo momento en el que encerraste a mi mujer en una bodega.

—Esa no es tu mujer, no tiene cojones para ser mujer de la organización — Alesha sigue.

El ruso se acerca detrás de ella. Ethan todavía no envía la señal de que terminó de implantar los rastreadores.

—No te le acerques— escucho el seguro del arma de uno de los hombres que tiene detrás, pero ni eso me inmuta. —¡Cúbranla hasta que el amo sepa lo que esta estúpida hizo!

—Corre antes que te atrape, porque voy a hacer divertido por los viejos tiempos que compartimos traidora— le tiro la pólvora de la carabina —Te voy a dar tiempo de correr, me gusta el juego de cazar y atrapar, por algo el puto al que te coges me engendró.

Su daga alcanza a rozarme el abdomen sin cortar porque la esquivo dos veces que busca apuñalarme. —¡Te voy a matar primero! ¡A mí nadie me rechaza, a mi me dan todo lo que quiero!

Ethan da la señal en clave y espero que saquen a Bennett del bar para entregarlo.

—¡No venimos en son de paz, pero si queremos lo que nos pertenece, oímos que tienes al biólogo que el amo busca! ¡Dánoslo por las buenas! — interviene el ruso prendiendo fuego con las armas, los disparos en la calle son más ruidosos de lo normal.

—Dmitry Makov, un pobre perro al servicio de Logan, ¿Cuál de los dos es más patético? — comienzo a provocarlos mientras mis hombres los emboscan desde atrás.

Son solo cinco personas y los echamos abajo en un chasquido, el que debía traer a Bennett fuera no lo hace como debía.

—¡Te voy a pudrir en el infierno junto con esa maldita perra a la que todos en la oficina se cogieron incluido Adam, danos al puto biólogo! — Alesha trata de irse encima de mí, pero como le dije a Emma soy el mejor en cuerpo a cuerpo.

La tumbo al suelo golpeándola en las costillas, me pone la carabina que esta tirada en las sienes y cuando jala el gatillo no sale nada. Le quité el cartucho antes de tirarla, que ingenua.

—No quiero interrupciones, denle al traidor y cuiden de no lastimar a la mujer de Logan y madre de su hijo— digo con burla haciendo una reverencia fingida y me levanto dejándola en el suelo dando la orden a mis hombres.

—¡La droga va a dejar a Bennett ciego y luego serás tú! ¡Tráiganme a Bennett Roe, está dentro, búsquenlo!

—¿Cómo vamos a entrar? — cuestiona Dmitry siendo emboscado sin poder salir, se acerca a levantarla y por enojo le dispara en una de las piernas tumbando al calvo en el suelo.

—¡No nos vamos a ir sin el biólogo! — grita Alesha a mi espalda.

Ida encuadra a seis hombres en la entrada que bajan. Me limpio la camisa como si nada escuchándola hacer una patética rabieta que me vale tres cojones.

—Saca a Jack de aquí, llévalo con Richard, ya saben que está aquí y Logan puede venir por él. — le informo a Ethan a la entrada trasera.

—Hay un bloqueo en la avenida principal— mira a Alesha atracando atrás sin poder acercarse.

—Llévatelo por la autopista de Highway, Richard los va a recibir en la avenida principal del norte con su gente, lo que quiero es que lo saquen de aquí.

—Como ordene mi señor, nos llevamos al biólogo.

El filo de una navaja me corta el antebrazo mientras hablo con él y me giro para disparar reaccionando, mi disparo da en la cabeza de un kray al lado de Katherine Portman. Las camionetas que vienen detrás de ella estacionan en la entrada bajando de seis a diez kray cada una.

La maldita tiene otra daga en la mano igual con la que me acaba de herir y se la clava a uno de mis hombres.

—¿Qué demonios haces aquí? — Alesha se le viene encima cuando la ayudan, pero Katherine la empuja al suelo. —¡Estoy embarazada estúpida! — le grita.

—¡Siete por la entrada principal, el resto por esta entrada trasera, quiero al biólogo en mi camioneta de inmediato antes que lo saquen del bar! — da la orden a los kray que trae —Metan a Alesha a una de las camionetas, en su estado no debe pelear.

—¡A la orden! — los kray que trajo, son kytter, francotiradores.

Los kray avanzan ignorando a la pelirroja, otros la levantan y la suben a una camioneta mientras con Ethan intervengo a que cubran las entradas. Los kytter se quedan bloqueando las salidas del bar apuntando con precisión.

—Del lobo y su hermano me encargó yo— Katherine sigue viéndome —Él amo ya está dentro del bar Alexander, ¿Pensabas que no iba a venir?

A diferencia de las rabietas de Alesha, Katherine fue criada de la misma forma miserable que yo, sin padres como Caterva sabe como revolcarse en el lodo igual que yo para matar a todo lo que se mueve.

Ida cubre mi frente cuando Katherine rodeada de Krays ataca. —¡La fiesta se terminó! Saquen a la gente, Jack se va a con el ministro, si quieren usar de carnada a Bennett háganlo, nos largamos.

Ahora que sabemos que efectivamente el implante del brazo de Bennett es un rastreador como dijo Maya cuando le hizo la revisión, ya se a lo que atenderme. La entrada esta loqueada, pero hay una salida en la que se va a ir Jack, habíamos previsto esto a medias trayendo a Bennett aquí.

Una especie de carnada que trajera a Dmitry, pero no esperábamos que Katherine trajera a los kray de Logan con ella, a menos los rastreadores ya fueron implantados.

El disparo interrumpe dentro poniendo a los clientes en el suelo. El siguiente disparo es el mío, quiero que se apresuren a salir y no estorben, ya el hermano de la rubia ya está tratando de controlar la situación dentro con los otros agentes que trae.

Ida se lleva a Jack cubierto de la cara para la casa del ministro. De lejos veo a Alicia en el suelo rodeada de sangre con una bala perdida en su abdomen. Mis hombres hacen lo que deben y recubren a Emma en la tarima con Ethan a su espalda, pero el calor en mis venas se pudre al ver a Logan frente a ella.

—¡Sáquenla de aquí! — doy la orden.

—¡La mujer del lobo sale primero! — dan la voz.

Erick viene recubriéndose la cabeza. —¡¿Qué coño?!

—Dmitry no vino solo como pensamos, Logan está aquí, saca tu culo del suelo y lárgate con Ida antes que te vuelen la cabeza— lo empujo a la salida —No te acerques a Bennett porque se lo van a llevar, es la puta carnada del lugar.

—¡Señor! — uno de mis hombres tira dos veces a matar a un kray, el hermano de la rubia recubre la zona VIP y la mujer del MI6 le da los primeros auxilios a Alicia. —¿Tiramos a matar a Logan o solo resistimos el ataque?

—Resistan el ataque para que nos larguemos, ya implantamos los rastreadores, eso era lo que necesitábamos— cargo de nuevo mi arma —Cuando Jack esté lejos cierren el bar y tiren a matar.

—Quiero al biólogo, de aquí nadie sale vivo si no consigo a Jack— Logan interrumpe.

El agente se pone de mi lado tratando de sacar a la gente por la puerta trasera pidiendo sus refuerzos.

—¿Si digo que tengo una oferta la aceptará el lobo? — Logan da la orden al mismo tiempo que yo a sus kray de retener la camioneta que lleva a Jack— Tengo a un rubio llamado Seth en las jaulas, lo conoces bien, te lo cambio por el biólogo Alexander.

—¿Ahora quieres negociar? — me cargo a un kray de lejos. —Tienes un hijo en camino con Alesha, no es buen momento para negociar.

Así como no mostré ninguna emoción cuando mencionó a Seth, él tampoco muestra una cuando se lo digo, pero si me da una sonrisa.

—Mientras piensas en mi oferta, voy a divertirme.

El perro se para frente a Emma y me mira de cerca sacando un fajo de billetes de su bolsillo para tirarlo en el suelo de la tarima a los pies de mi mujer.

—Quiero otro baile.

La bala que le da en la mano cuando aprieto el gatillo de mi arma, es poco de lo que se le vine cuando le arranqué las bolas.

—¡Puta madre maldito cabrón de mierda! — se toca el rastro de sangre de su mano atravesada y comienza a disparar, una de sus balas me roza el mismo brazo que me apuñaló Katherine y me aviento al suelo contraatacando.

—¡Si no me das al biólogo me la llevo! — dispara al techo — Siempre me gusta probar lo que ya probaste y ella se ve deliciosa.

Me le voy encima, hace que no tenía un cuerpo a cuerpo contra Logan, el primero fue a los diez años, peleaba con un jodido niño hasta que lo convirtió en un asesino experimentado. La barrancada de Krays a su alrededor me fuerzan al suelo.

Cargo la carabina que le quité a Alesha y me cargo a todo lo que se pone en mi camino a él. Logan suelta también el gatillo de su arma mientras Ethan saca a Emma del lugar.

—¡Busca a mi hermana y sácala de aquí! — apenas escucho el grito del agente. —¡Cora!

Logan se vacía un vaso de alcohol sobre la bala en su mano apretando la mandíbula salpicando sangre al suelo. —¡Vayan a masacrar a las camionetas de este puto cabrón para que vean dónde está el biólogo! — grita.

No me importa si disparo a kray o a clientes quiero quitarme a los estorbos del camino. Uno de los Kytter me tumba desde el segundo piso. La bala le da a uno de mis hombres y otro se me viene a cuerpo por cuerpo.

Me azotan la cara en el piso, pero lo volteo para romperle el cuello con solo una mano con el entrenamiento que tengo. Mi celular vibra con el sonido del código de acceso a una de las camionetas blindadas, la luz parpadea, pero no tengo tiempo.

Se rompe el cristal de la barra salpicando a todos los que estamos de lado y la alarma no deja de sonar. Maldigo y presiono el botón verde quitando los seguros, le abro a quién quiera entrar.

Veo a Ida regresar arrastrándose en el suelo resistiendo al tiroteo, me pongo a su lado viendo de lejos al hermano de la rubia resistir, pero no ningún lado veo a Erick o a Bennett.

—¡Resguardaron a la señorita Brown en una de las camionetas blindadas, Ethan y otros cuatro están cubriéndola! ¡Jack ya está en la casa del ministro podemos dar retirada ya señor! — me informa Ida.

—¡Ellos van a las camionetas! — me levanto con el pulso martillándome a muerte.

Los disparos se oyen dentro de mi cabeza acompañados de las maldiciones. El aire me quema los pulmones cuando llego a la salida, disparo de lejos, veo a Ethan en el suelo del estacionamiento casi moribundo debajo de uno de los kray que lo golpea.

Es un hombre corpulento y se lo quita de encima disparando.

—¡No! — escucho un grito de lejos.

Hay tres camionetas mías en el estacionamiento, abro la primera, está vacía, la segunda tiene los vidrios cruzados a medías por las balas, pero porque esta blindada no pueden penetrarla, abro con el código de ingreso con el que están bloqueadas todas.

La llovizna ya se convirtió en un verdadero pesar golpeteando el techo de las camionetas y empañando los vidrios.

—¡Emma! — grito buscando dentro, pero esta putamente vacía.

—Ya se están retirando señor— Ida viene detrás —Ya estamos sacando a los clientes del bar.

—Ciérrenlo.

La tercera camioneta está más penetrada que las demás y aunque es la que cerré con el código tiene la puerta abierta, con la cerradura forzada por una de las dagas de Katherine. El olor a plomo dentro me hace apretar la mandíbula.

—¡Emma! — entro azotando la puerta de mierda.

El asiento está mojado y lleno de sangre. Hay marcas de uñas en el asiento y un arma tirada con el seguro puesto. La vena del cuello se me salta buscándola, azoto todo lo que tengo y no la encuentro. Veo por el para brizas que las camionetas de los kray ya se están alejando.

Los vehículos todo terreno del MI6 se escuchan de lejos, pero yo no encuentro a mi mujer. Un kray me ataca por la espalda cuando salgo. Lo tumbo bajo mí acabándolo, pero se me vienen dos más.

Veo la camioneta verde que estaba cerca de las mías, se suben Katherine y Alesha y atisbo a ver la tela azul en uno de los asientos. Peleo para quitármelos de encima, me golpean el abdomen dejándome sin aire.

Ya nos son tres kray los que tengo encima, son seis. El golpe de la carabina en mi cabeza me desestabiliza, pero aun así me cargó a otro más y pateo su cuerpo muerto lejos. Katherine arranca la camioneta y me remuevo por quitármelos de encima.

—¡Tenemos la mercancía, mátenlo! — me gritan en la cara.

Peleo por quitármelos de encima gruñendo bajo, el agua sucia del suelo me roza la herida de la bala.

—¡No lo dejen ir hasta que se vayan!

Me escabullo de ellos por el piso mojado cuando la camioneta se aleja a toda velocidad y los disparos del MI6 comienzan. Logro atrapar mi arma y le reviento las sienes a dos kray antes de ir por el tercero.

Ethan viene golpeando el cuerpo de otro en la puerta abierta de la camioneta. Los tenemos en dos respiros, los dejaron de carnada mientras los demás se largan.

Me monto en la camioneta más cercana para seguir el vehículo de Katherine. Aunque los autos todo terreno me bloquean el camino.

—¡Tienen a mi mujer!

Ethan con su unidad me siguen de lejos. No me preocupo de Erick ni de nadie, no me importan las bajas. A media autopista hay un bloqueo de camionetas de Kytters que no nos dejaran pasar.

La sangre del brazo ya me escuece, no soy un puto bebé que lloriquea con una bala, soy un el puto lobo que necesita más que plomo para morirse y voy a matar parejo.

La mirada se me desenfoca con los golpes, pero sigo hasta quedarme a dos metros lejos del segundo bloqueo de los kytter. Vamos a tener que pasar de lado o por el norte por dónde se llevaron a Jack para encontrarse con el ministro.

Si Katherine va a ir directo a las jaulas como creo entonces no interferiremos en un tercer bloqueo de francotiradores.

Escupo sangre en el suelo y le doy la orden a Ethan. Las camionetas no siguen a las jaulas, van directo a Manchester, las dos horas del viaje terminan en un hotel de la ciudad en el que paran hasta que entran todas las camionetas.

Las puertas las sellan con seguridad. Bajo de la camioneta escupiendo de nuevo la puta sangre amarga y me comunico con el hacker que ya debe estar resguardado dónde debe.

—Actívame una C17 de las que tiene Richard guardadas del MI6, voy a bombardear un edificio en Manchester.

Le paso las coordenadas a Ethan para que se las envié al hacker con el dispositivo digital que viene debajo del asiento de mis camionetas. Reviso la zona y mando a asegurar los perímetros esperando la señal que envía el hacker a el iPad.

—Richard tiene clave en las C17, pero ya esta abierta, ya le introduje las coordenadas que me enviaste, asegúrala, el radio de destrucción es de cien metros a la redonda.

—Dales el aviso para que se resguarden, si bajan al sótano, voy a destruir la puta construcción— Ethan hace lo propio.

Los kytter salen en cuanto Ethan les da la advertencia. El botón verde de la pantalla parpadea dos veces y espero para detonarla como el hacker la configuró.

—Todo listo señor.

El puto botón de al lado no deja de parpadear, lo abro y no es por la configuración del hacker, es por la seguridad de una las camionetas.

Miro la alerta de mi dispositivo de cuando abrí los seguros de las camionetas blindadas, las dos puertas siguen selladas con la de la parte trasera y parpadea porque las están forzando para abrirlas.

Reviso de que camioneta viene, es la misma camioneta a la que abrí el acceso cuando estaba en el bar.

Voy a la maldita puerta abriendo el seguro con el botón verde y cuando se levanta veo los pies descalzos que salen del rincón de la cajuela. «Le dije que se metiera en un rincón para encontrarla» Quito las mantas de arriba de a jalones y descubro a Emma hecha un ovillo.

Me mira a los ojos asustada cuando le quito la manta de encima, siento que me golpean el pecho para sacarla de ahí.

—¡¿Qué coño haces aquí?!

—Dijiste que me ibas a encontrar en un rincón y busque un rincón para esconderme— dice en voz baja.

Dejo de lado el arma junto con el iPad tirándolos al suelo mientras la saco de ahí. Sus pies se golpean en la puerta, me mira asustada y la levanto para que no se pegué. No recordé lo que le dije, puta madre.

El vestido lo tiene rasgado por los lados y viene descalza. —¡Te llamé y no respondiste! ¿Cómo coño iba a saber que estabas en la camioneta? — la pongo en el borde revisándola que siga en una sola pieza, en esta camioneta vi la sangre en los asientos traseros.

—Te oí, pero no quería gritar por si alguien de la gente de Logan me escuchaba— tose — Katherine estaba intentando abrir la puerta— dice como si eso le justificara todo.

—¡A mí siempre tienes que responderme Emma! ¡Me iba a cargar a un puto edificio completo si no te tenía! ¡Cuando te llamo, respondes! ¡¿Entiendes?!

Sus ojos siguen asustados. —Pero no quería que me escucharan y me atraparan.

Su espalda se sacude y veo las jodidas gotas saliendo de sus ojos humedeciéndole las mejillas. Estoy putamente enojado y con el genio por los suelos. Casi me cargo el edificio completo robándole una C17 a Richard para que me la dieran.

Dejo mi puto enojo de lado y la beso duro para que sienta y para que sepa, que deje de hacerse la loca con lo que provoca.

Las maldiciones no cesan en mi cabeza ni con el puto dolor de la bala que traigo, ni con sus labios mojados por las lágrimas.

—¡Te amo maldita sea! — la hago mirarme para que entienda —¡Cuando te llamo respondes Emma!

La sostengo de la barbilla para que no deje de verme, sus ojos se abren más dejando que las gotas de agua del techo le mojen la cara.

Esos putos ojos que me matan, los ojos de mi universo entero.

—Cuando me llames voy a responder— dice en voz baja parpadeando.

Le entierro la mano en el cabello y la levanto conmigo para besarla otra vez. El cuerpo lo trae mojado y el vestido empapado. La alzo de los muslos conmigo soportando el escozor del brazo y tiro las mantas al asiento trasero para cerrar la puerta.

El seguro se cierra de un solo golpe y camino alzándola para llevarla a mi camioneta, pero no deja de mirarme con los ojos bien abiertos, no presta atención a las manchas de sangre que me empapan la camisa de sangre.

Apoyo mi frente con la suya respirando bruscamente. Aprieto duro mi boca con la suya dejándola respirar a medias. Me retiene la cara en sus manos temblorosas y no se despega.

La levanto del hueco cansado recogiendo también el iPad para desactivar la configuración que hizo el hacker, la lluvia ya arreció y nos empapamos en el camino a la otra camioneta.

Ida se comunica con el hacker para detener la C17 que le iba a robar a Richard informándole de la situación con Jack, mientras Ethan nos cierra la puerta y vuelvo a revisarla que está bien.

Sus ojos van a los míos brillosos sorbiéndose la nariz con el dorso de la mano por las lágrimas y el agua que nos empapó. Le descubro el cuello y la pego a mí para que le de calor.

Se arropa dónde la pongo, pero se vuelve a levantar —¡Estas herido! — me mira los golpes de la cara y la sangre del brazo.

—Aguanto a llegar a casa.

—Mierda no, es una herida de bala, estás sangrando mucho— se levanta preocupada poniéndome la punta de su vestido para hacer presión contra la herida, aguanto lo que puedo cuando presiona fuerte, ya dije que tiene fuerza en las manos.

—Ethan debemos llevarlo a un hospital ¿Qué hago?

—Que flexione el brazo mientras usted comprime la herida

Hace lo que le pide con sumo cuidado —. Maneja a mi casa, estoy bien.

—No— se enoja ella —Estás herido, necesitas ser atendido.

—Ya me esta ayudando— sigue presionando la herida manchando su vestido o lo que queda porque lo trae rasgado de los lados. —Solo no dejes de presionar o me muero— mi broma no le causa risa.

—No digas eso.

—Quita ya eso— la regreso a dónde debe bajo mi otro brazo, pero ni así deja de presionar sobre la herida como le dijo Ethan buscando parar la sangre.

—¿Qué te pasó en las rodillas? — inquiero viéndole los raspones.

—Me caí cuando iba a entrar a la camioneta, ninguna abría ni, aunque golpeaba las puertas— se mete en mis brazos con mi torso desnudo ya sin permiso.

—Tienen un seguro todas, estaba activado— se lo enseño en mi teléfono, lo mira pasando por las configuraciones con las cejas juntas. Le quito el cabello mojado del cuello y dejo mi mano ahí —Yo abrí una que estaban forzando por abrir.

—Era la mía— sus dientes castañean por el frio —. Había un arma debajo de los asientos, cuando Katherine y otro hombre comenzaron a forzar la puerta quise apuntarle y disparar, pero no pude por eso me metí en el rincón de la cajuela como me dijiste. — se abraza a mí.

Yo estoy empapado no puedo calentarla más. Saco una de las mantas que hay detrás para cubrirnos y la arropo con esa. —¿Ethan no estaba contigo?

—Sí, pero venían siguiéndonos y después iban abriendo camioneta por camioneta buscando a Jack, se lo querían llevar, ya saben que está en Londres.

—Quieren a Jack a toda costa y rastrearon a Bennett hasta él— le digo mientras Ethan nos conduce fuera de Manchester, el intercambio de Seth del que me habló Logan sigue presente en mi mente.

—¿A dónde vamos? — mira por la ventana, aunque la lluvia no deja ver más.

—A mi casa de las afueras de Londres, quiero vigilancia en el edifico en el que está Katherine— le ordeno a Ethan que da la orden en el intercomunicador que hay en las camionetas.

—Cora estaba en el bar, debemos ir por ella— Emma se levanta de mi pecho.

—El MI6 estaba ya en la zona, tu amigo el agente pidió sus refuerzos, antes que saliéramos ya estaban ahí, además Richard ya estaba al tanto de la situación, estaban preparados.

No le digo que mal hirieron a Alicia ni que no encontraron a la rubia cuando la mandé a buscar.

La llevo a nuestra casa de las afueras de la ciudad, hay más hombres vigilando aquí, esta es una de las casas del lobo. La fuente del jardín esta encendida y la fascina mientras entramos con los mozos sirviéndonos a la entrada.

El auto de Richard con unos pocos agentes del MI6 cubriendo en la entrada nos recibe también, al entrar a la casa me informan que espera en el estudio por mí.

—Primero deben curarte la herida— Emma mira de lejos al ministro enojada.

—Mientras más rápido hable con él, pronto se irá, ve a ponerte ropa seca, dale la habitación más grande a mi mujer— mando a uno de los sirvientes. —Ethan va a estar cerca para lo que necesites.

No le gusta porque se va quejando siguiendo al que la lleva a nuestra habitación. Veo a los agentes del MI6 que esperan fuera y paso a dónde el ministro llamando al médico que va a suturar la herida de bala.

Richard ni se inmuta por mi herida y mi ropa sangrienta cuando entro.

—Logan sitió el bar Alexander, como siempre el MI6 se hizo cargo de la situación.

—Ya te di dos operativos en menos de un mes, no espero un gracias ¿Qué haces aquí? — me siento detrás del escritorio, el médico me rasga la manga de la camisa para descubrir la herida y se pone a saturarla frente a Richard, sin anestesia, para que duela como debe joder esta mierda.

—Las campañas de reelección se acercan, no quiero que me empañes la imagen. ¿Quién es el biólogo que me mandaste a resguardar?

—Un biólogo que Logan busca y tú lo vas a proteger.

—No voy a echarme encima al jefe de la organización por proteger a uno de tus biólogos. Te recuerdo que yo estoy al mando, búscale otro lugar para quedarse, que en mi casa no lo va a hacer.

—¿Y por qué no?

—Yo no hago favores al azar y ya te dije que durante mi campaña política no quiero baches, voy a estar recibiendo a políticos y gente del gobierno constantemente.

—Jack se va a quedar contigo— me levanto teniendo la aguja del medico colgando de la saturación en mi brazo derramando gotas de sangre en el escritorio cuando la herida se abre otra vez —Lo vas a proteger todo el tiempo que yo diga y le pondrás vigilancia las veinticuatro horas hasta que consigamos lo que queremos de Logan.

—¿Si no lo hago qué? — apoya las manos en mi escritorio y se atreve a ponerse a mi nivel.

Lo agarro del cuello de la camisa con una sola mano alzando su jodido cuerpo hasta mí.

— Si no lo haces te mato.

—No te conviene hacerlo, te he dado hombres, armas, poder— a diferencia de muchos él no se intimida —Soy el dueño del tablero.

—Me estoy cansando de tus putas exigencias, no tientes tu suerte.

—No la tientes tu Alexander Roe, yo inicie el trato que tenemos y lo puedo terminar cuando se me plazca, ahora más que nunca necesitas de mí ayuda para resistir los ataques de Logan, estamos de vuelta en el juego del ajedrez.

Ida me mira en la entrada y lo suelto. Este cabrón tiene al MI6 de su lado, más vale ser estrategico. Se arregla la camisa sin ponerse asustado, desde que lo conocí solo es un pedazo de mierda duro de roer.

—Yo muevo las piezas sobre el tablero, no lo olvides, deja que gane el puesto de primer ministro y seguirás contando con mi ayuda como lo has hecho todos estos años.

La señal de los rastreadores de Ethan en las camionetas de Dmitry dan coordenadas al iPad. Lo apago de sus ojos chismosos y saco de mi caja fuerte el maletín de dinero que siempre le entrego al miserable.

Abro la tapa y le aviento seis manojos de libras más. Lo toma con una sonrisa y lo cierra.

—Tu biólogo puede quedarse en mi casa— sonríe el bastardo —Te veo en la cena de apertura de las campañas, siempre es bueno tener de imagen a los empresarios más reconocidos de la ciudad alardeando sobre mí— me da una inclinación de cabeza para largarse.

Quito las manos del médico inútil y yo solo me suturo la puta herida para bajarme el enojo.

Me pone una venda cortando el hilo. Me quito la porquería y me meto al agua fría quitando los restos de sangre, vuelvo a ponerme una venda y uno de los pantalones cortos revisando la ubicación de Dmitry, está fuera del edificio de Bennett.

En la habitación ya está Emma dormida con la luz de su lampara encendida, trae mi albornoz puesto y el cabello mojado.

Me meto en la cama con ella y la atraigo a mí poniéndola sobre mi brazo sano, viene a medias pegándose a mi pecho.

Pongo mi mano sobre mi cara para tapar la luz, no me concentro en dormir porque no puedo, solo quiero que mi cuerpo descanse al igual que mi vista y el brazo se me desentumezca.

Reparo en la respiración suave de Emma debajo de mi brazo, me muevo deshaciendo el nudo frontal del albornoz y se lo abro.

—¿El ministro ya se fue? — pregunta adormilada subiendo su mano a mi cabeza.

—Sí.

Beso ambos pezones haciéndola suspirar y después meto mi cabeza entre sus pechos tratando de no apoyarme en mi mano recién curada. Mi lengua busca el punto abultado y me meto una de sus tetas a la boca.

—Mmm— arquea la espalda gimiendo mientras le abro toda la bata descubriendo su desnudez. —Estás mal herido y te acaban de curar la herida.

Le corto sus moralidades pasando al otro pecho y llenándome la mano no vendada con el que dejé mojado. Se retuerce debajo de mí.

—Te voy a follar incluso moribundo— le advierto.

Bajo por su abdomen lamiendo por dónde paso y me abre las piernas mostrándome el coño que me pertenece. Le quito el estorbo del albornoz por completo y apoyo mi frente aspirando el puto olor todo lo que quiero.

Lamo una vez para jadear como un hijo de perra adicto a este coño.

—Desde que lo llené la primera vez, este coño ha sido solo mío Emma— le doy otra lamida —Si te vas un día y te metes la estúpida idea que otro puede tenerlo, me voy a meter a tu cama todas las noches para comértelo y recordarte que es mío y solo mi polla lo llena— la miro posesivo de mis propias palabras.

No pone replicas mientras devoro el manjar en mi boca, lo único que dice se corta con gemidos y suspiros mientras retiene mi cabeza dónde le gusta tenerla. Chupo su clítoris carnoso como un dulce mojado y me aprieta la cabeza con las piernas, podría asfixiarme así, se pone loca cada vez que la complazco.

La venda que tengo en el brazo se mancha de sangre porque me apoyo en ese brazo para seguir. Mi lengua penetra su entrada sacando más fluidos que beber y sus gemidos se hacen desesperados.

No la dejo que se corra, vuelvo a subir hasta que acabo en su boca compartiéndole su sabor en su lengua. Sus manos me bajan los pantalones cortos y se poya de sus pies para terminar de bajarlos.

La cabeza de mi polla dura cae sobre su vientre, me reacomodo y se la encajo en sus pliegues moviéndome de arriba hacia abajo en su calor. Sube las caderas apoyándose en sus talones para recibir la masturbación.

Hago círculos con mi cadera y gruño bajo al sentirla mojada para mí. Sus uñas me raspan dónde traigo otra herida y ni se da cuenta.

—El con... el condón— suspira con los ojos cerrados gimiendo de puro placer.

Su petición me enoja, me enoja más que lo pida si ya tiene la inyección puesta.

Me agarro el miembro con la mano sana. — Yo no uso con mi mujer— le paso el glande de arriba hacia abajo volviéndola loca y la penetro.

Su grito de satisfacción me hace apretar la mandíbula y me la pone más dura si es posible, un día de estos va a dejarme sin bolas de cargármelas tanto de leche con la que la quiero llenar.

Apoyo mi puño en el colchón sacándosela completa y respiro hondo llenándola de nuevo. Su coño deja pasar todo mi grosor y se cierra sobre la base haciéndome jadear como un hijo de puta. Levanto su pierna sobre mi espalda entrando a buena velocidad.

Abre los ojos mirándome con sus jadeos, gruño y entro y salgo otra vez. Conozco esa mirada, va a decirme algo que me va a acojonar.

—Te amo— me mira amena.

Mi polla da un tirón. Tomo su otra pierna y pego junto a la otra en mi espalda para tenerla más abierta y comenzar a embestirla. Los ojos se le suben a la cabeza y me pide más.

Es una ninfómana, que no admite que le gusta rudo. Me muevo experto recibiendo los gritos roncos que levantan mi puto ego, quiero sacarle más gritos de mi nombre, que siempre escuchen que la follo.

Porque es mi mujer.

—Vas a tener que acostumbrarte a decirlo frente a todos, no solo cuando quieres que te coja duro— me enojo.

Como la seductora que es me baja la cabeza a su boca. La beso duro soportando sus mordidas salvajes, la muerdo también y veo que le gusta. El sudor nos cubre y sus tetas se pegan a mi torso frotándose.

Me alzo con ella llevándola al borde de la cama. Con las manos se aprieta los pezones sin dejar de mirarme y se los amasa autocomplaciéndose jadeando más.

—¿De quién son?

—¡Ah! — cierra los ojos.

Le doy dos embestidas duras que la hacen mirarme. —¿De quién son? — repito enojado de que se toque lo que es mío.

—¡Tuyas! — alza la cadera recibiéndome —Comételas— me suelta y me baja la cabeza para comérselas.

Me lleno la boca de carne aumentando el ritmo de las embestidas. Succiono la piel y raspo mis dientes por la punta.

No tarda en levantarme la cabeza para aplacar sus gemidos cuando comienza a retorcerse debajo de mí y me vacía su corrida sobre el miembro pidiendo a gritos que la llene.

El dispositivo enciende a lo lejos mandando una nueva ubicación de Dmitry. Lo miro apenas un segundo antes que su mano me acaricie las bolas y todavía con sus jadeos me da de esos besos mimados en el cuello.

—Te voy a llenar— gruño vaciándome dentro de mi mujer.

Le descubro la cara del cabello que se le pega en la frente para ver sus ojos cuando me desplomo sobre ella reventándome la herida de la bala otra vez.

—Eres la única persona por la que pondría al jodido mundo de rodillas— pego mi frente a la suya, quiero que escuche. —Nunca he sentido arrepentimiento por mis pecados, puedo quemar el mundo entero en un día si te tocan — pongo su mano en mi pecho jadeando.

Caí en mi propia tentación. La hice pecar de todas las formas que podemos y como un imbécil sabiendo lo que estaba haciendo, caí en ella.

La única persona que puede joderme la tengo debajo de mí.

—Hazte a la idea de que le arrancaste un parte del alma al diablo Emma— me mira con los ojos muy abiertos. —Este no es un mundo de flores y rosas, es un puto mundo de perversiones, tentaciones y pecados.

—Y deseos— dice en voz baja —Es un mundo para los pecadores como nosotros.

—Para pecadores como nosotros— repito con ella satisfecho que admita lo que es —Y no vamos a dejar este pecado— le saco el glande —Porque cuando me queme en el infierno voy a presumir de este coño que lleno. — entro de una embestida —Todos los Roe somos unos malditos pecadores.

—Soy una Brown.

—Te hace falta ser más Roe porque lo de pecadora ya lo tienes pequeña seductora ninfómana.

—A ti te hace falta ser más Brown.

Arqueo una ceja, comienza a desafiarme como siempre. —No necesito ese nombre y tu tampoco. Te voy a poner mi apellido.

—No si yo te pongo primero el mío— levanta la barbilla.

Frunzo el ceño y suelta una sonrisa. Enojado le toco los omóplatos dónde se retuerce de la risa para que pida clemencia. Me trago el jadeo del brazo que empapa la venda de sangre y nos levanto caminando al sofá de la ventana.

El cuerpo me pesa y respirar me duelen las costillas dónde me golpearon. —La herida está abierta, tienes que cambiarte la venda— dice preocupada.

—Después.

Nos pongo en el sofá y viene a acurrucarse metiendo sus piernas entre las mías. Esas fueron una de las cosas que primero me acojonaron en nuestro acuerdo casual, se venía buscando mi calor siempre como ahora.

Me acomodo unos cojines en la nuca para aliviar el dolor y veo la salida de la casa a lo lejos. Cuando se duerme, yo no lo hago, tengo vigilando toda mi residencia y el lobo no duerme si está siendo cazado.

Emma.

Esta casa es grande, incluso más que la casa de Logan en Brooklyn. Es un residencia de dos plantas con patio trasero y delantero, el que tiene el jardín y las camionetas negras alrededor.

Llevo sentada aquí en el sofá acojinado de la ventana desde la mañana, me gusta la vista que tenemos del jardín, vi salir a Ethan por la madrugada, van por Bennett, pero dudo que hayan descansado.

Pincho mi comida esperando que Alexander regrese. Nada está bien, de hecho, todo está más jodido que antes, oí que ministro llamó para informar que Logan hizo otro tiroteo en mi edificio, todo empeora, si no consigue a Jack.

Me reacomodo los pantalones cortos de Alexander y también su playera que robé de sus cajones mientras me traen ropa decente. Sonrío en silencio y tomo un sorbo de mi café. Tengo una emoción en el pecho que no me deja desde anoche durante las confesiones.

Unos golpes suenan en la puerta antes que Maya asome la cabeza. Vi su auto cuando llegó. —Hola cielo, me informaron lo que pasó anoche y esta mañana— deja su abrigo de piel sobre el sofá continuo.

El hombre joven que siempre la sigue entra también, pero le ordena que se quede fuera.

Le ofrezco café del que me trajeron para el desayuno, pero no me lo acepta, aunque siempre viene bien vestida y perfectamente arreglada con elegancia, su semblante está decaído notoriamente.

Mis pantalones cortos son una burla para la elegancia de la mayor de los Roe, debo aprender algo de ella.

—Logan busca a Jack, se enteró que está en Londres, pero el ministro aceptó protegerlo — pongo una mano sobre la suya, debe ser más difícil para ella, Jack es su hijo.

—No me toma por sorpresa, hay algo claro y es que a Logan nunca pueden mentirle. La reunión con la organización fue peor, debí suponer que cuando Logan la abandonó era porque iba detrás de mi hijo.

—El ministro tiene al MI6 de su lado, va a resguardarlo bien.

—Lo hará hasta que comience su campaña política, quiere ascender al puesto de primer ministro— me palpa la mano cuando Alexander entra a la habitación buscando el iPad que traía anoche.

Entra a una puerta continua que lo lleva a la parte trasera de la habitación. Bajo mis pies a la alfombra y regreso mi atención a Maya.

—Debemos encontrar al amigo de Jack solo así va a regresar a Nueva York.

Asiento de acuerdo con ella. —Lo harán.

—Claro que lo haremos, solo necesitamos tiempo, por cierto— sonríe de lado —Te ves radiante, no pareces sacada de un tiroteo de los kray.

Alexander sale de la otra puerta y cuando pasa a nuestro lado me guiña un ojo. Trato de controlar la maldita sonrisa tonta que me sale, pero no puedo. Maya mira entre ambos con expresión sospechosa.

—Estaba diciéndole a Emma que debemos encontrar al amigo biólogo de Jack.

—Déjala desayunar tranquila— la mira enojado buscando su celular.

—No soy de papel, ni tampoco una pared a la que no toman en cuenta, si puedo ayudar en algo lo haré.

Maya me mira complacida. —Así se habla cielo.

Algo en uno de los iPads suena. Me acerco a Alexander para ve y veo un mapa de Londres donde un punto verde parpadea a cada ciertos segundos. Ida entra a la habitación por orden de Alexander y le dice algo del hacker.

—La gente del ministro trajo a Jack a dónde ordenó y Ethan ya tiene a Bennett esperando señor.

—Tenemos a Bennett y a Jack, una persona más vendrá y creo que todo está listo para la reunión de esta noche entonces. — Maya se levanta tomando su abrigo y el hombre que la sigue vuelve a aparecer para llevar su bolso de marca.

—¿Qué reunión? — pregunto mientras Alexander sale con Ida.

—Una reunión en esta casa que por cierto es de las mejores que tiene la familia Roe, es de Alexander por herencia y como siempre le ha gustado hacerse del control de nuestras reuniones. Tendremos la gran reunión aquí.

Habla como en clave que me pone de los nervios y poca mi curiosidad saber de qué se trata.

—¿Puedo unirme con ustedes?

El hombre le ayuda aponerse el abrigo. —Es una reunión familiar cielo, si no te presentas nos faltarías el respeto a todos, sin embargo, aunque te acepte simbólicamente, solo pueden asistir los Roe de apellido.

—Oh, no pretendo interrumpir en eso.

—No lo tomes personal, los Roe tenemos un carácter de mierda a veces, no es algo que quieras ver, además viene gente de la organización de los treinta y siete— me da dos besos en ambas mejillas como Jack lo hace y se va.

Pensar en la reunión a la que no puedo asistir me vuela la cabeza y más viendo sirvientes caminando por aquí y por allá arreglando el salón principal de la casa que apenas estoy recorriendo para conocerla.

Alexander se mantiene con Ethan que debió traer a Bennett a una de las habitaciones que está cerrada, pero no sale. Aunque veo dos veces durante el día a Alexander y le dan informes de la reunión, no recibo invitación.

No sé ni porque me molesta eso, pero ver que incluso traen a Octavian para que cocine el menú es un poco inquietante.

Saco mi bolso de una de las camionetas paseando por el jardín y hablo con Cora sin recibir respuesta. Parece que nos vamos a quedar unos días aquí y si no voy a estar en la reunión tal vez ella debería venir.

—¿Le ofrezco un bocadillo del almuerzo señorita? — una mujer de servicio viene a ofrecerse amable.

—Más tarde— miro dentro de la casa —¿Sabes a que hora inicia la reunión?

—El servicio de asistencia está programado a las ocho en punto.

—¿Alexander sigue ocupado?

—Sí señorita Brown.

Suspiro aburrida y la despido, me quedo en el jardín esperando la llamada de Cora. Tomo mi celular y trabajo en organizar listas de reuniones y uno que otro detalle del evento de inversionistas para tener la cabeza ocupada en algo.

Hasta que Cora llama y cuando acepta venir mejora mi ánimo, pero muy poco cuando paso por el salón de la residencia y veo las sillas de piel colocadas en una mesa de centro, todo está de lujo.

—¿Viene gente de la organización? — Alexander entra a mi espalda, paso mi mirada por el dije que le regale y que sigue llevando.

—Hay una reunión está noche.

—Maya me lo dijo. — ni disimulo mi enojo —Cora viene a la casa más tarde, tengo que disculparme por el incidente en su fiesta de cumpleaños, pedí que le asignaran una habitación si no hay problema.

—¿Viene sola?

—Sí— paso mi mano por la mesa fina y le doy la espalda, pero me detiene para que lo bese, pero no lo hago. Si no puedo estar en la reunión, él no puede tener mis besos. —Te dejo para que te prepares para la reunión importante, has estado ocupado todo el día.

—Es una reunión de la organización solo miembros puedes estar.

—Tú no eres un miembro de esa porquería, me lo dijiste.

—Lo soy de sangre. Se van a tratar asuntos importantes respecto a los tiroteos de Logan, ya deja de estar de mimada y bésame que yo no le ruego a nadie. — me atrapa con el brazo que no trae vendado y no tengo escapatoria cuando me levanta la barbilla.

El pulso se me salta con ese beso lento, mete su mano sana debajo de mi playera y me pega a su pecho. Me doy cuenta lo irracional que soy con lo de esta reunión que no me incumbe. —Estuve trabajando en el evento de inversionistas un par de horas por si quieres verlo.

El evento de inversionistas probablemente no le interesa tanto como la reunión, peor quiero sentirme útil aquí. —Muéstramelo— deja el iPad de lado y nos sienta en uno de los sillones de piel, aunque veo perfectamente la mueca que hace, el cuerpo lo tiene jodido y sigue cargándome.

—Como darás la noticia del contrato de Nueva York ahí, podemos cazar a las revistar para que den la primicia de la noticia. — descubre mi cuello y siento la punta de su lengua recorrer el pedazo.

—¿Qué más?

—El señor Jones también decidió que pondría...— respiro hondo con la caricia de su mano en mi vientre. —Ni siquiera me estás escuchando.

—Te estoy escuchando a mi manera— sigue en mi cuello y dejo mi celular de lado, ha estado encerrado trabajando toda la mañana y no necesito abrumarlo con más trabajo que después arreglaré con mi jefe.

—Mientes, finges escucharme para que te de más de esto — le doy atención con mi boca y esos besos que dice que no le gustan, pero sé que sí. —Eres un caprichoso, que quiere mimos y que se muere por estas— meto su cabeza dentro de la playera que traigo.

Es pequeña la prenda, pero logra meterse entre mis pechos y besar el borde que sale de mi sostén provocándome un cosquilleo. —Aquí la única mimada eres tú— saca la cabeza dejando mi vientre descubierto y nos levanta.

—Vuelves a llamarme mimada y te voy a dar una lección.

—Soy un hombre de casi dos metros, ¿No eres competencia para mí nena?

—Tengo experiencia ¿Tienes un gimnasio aquí? Di la hora y te lo demuestro— trato de hacer que me baje para que no vuelva a abrirse la herida del brazo, pero no me suelta.

—Hay un gimnasio abajo, pero no creo que compitas con mi rutina y me lleves el ritmo.

—¿De qué es tu rutina?

—Entrenamiento de cuerpo a cuerpo.

Mierda. —Puedo hacerlo.

Ladea la cabeza burlón. — Con unos besos te gano así de rápido— chasquea los dedos.

—Di la hora Roe y estaré ahí— alzo el cuello de su playera y pego su cara a la mía poniendo mi mejor cara de mala, su nariz toca la mía. —Las Brown no nos intimidamos.

Me baja prendiéndose a mi boca sorprendiéndome y dejándome sin respirar, me apoya en la mesa arreglada y me agarro a sus hombros y meto la mano en su cabello.

—Me reservo tu desafío para después nena— me deja tomando su iPad de regreso y solo ahí veo a Bennett bajando las escaleras principales mientras Alexander camina a su estudio.

Me regala una sonrisa débil y un poco cabizbaja. Se ve sobrio. Yo no tengo moralismo y aunque todos los sirvientes lo miran como si fuera un don nadie aquí, incluido Ida.

—Bienvenido Bennett.

Ida comparte una mirada con Ethan y este último me da un asentimiento de cabeza complacido. —Emma— pasa directo a dónde desapareció Alexander.

. . .

Nos traen a la habitación grande la cena a Cora y a mí. Vemos por la ventana las camionetas negras que entran al estacionamiento de la residencia. De las que bajan personas.

Los hombres de traje negro de Alexander resguardan la entrada principal y reciben a la gente. Hay solo tres camionetas, será una reunión pequeña, por lo que parece.

—Es una reunión de la organización.

—Se nota— se sirve más vino y me sirve más a mí. —Con los dos tiroteos que hubo de Logan, me parece perfecto que se reúnan para pararle los pies a ese hijo de perra.

—No sé de que hablaran en la reunión, pero Maya mencionó algo— justo vemos el Cadillac negro entrar por el estacionamiento. —Maya acaba de llegar, dejemos pasar eso y mejor disfrutemos de la noche.

—Claro— pincha su plato con el mío. —Nos arruinaron la fiesta de anoche, pero hoy estamos en una residencia, con piscina y platos exóticos, no te inmutes por esa reunión.

—¿Cómo sigue Alicia? — cuando me dijo que había sido herida me sentí peor de lo que ya estaba.

—Afortunadamente la herida fue en el hombro y como los refuerzos de Dylan llegaron a tiempo al lugar pudieron atenderla, aunque sigue en el hospital.

—Una herida de bala es terrible, Alexander recibió una también.

—Ya debe estar acostumbrado— pasea sus ojos por la ventana, aunque acordamos que ya nos preocuparíamos por la reunión. —Mira eso, una camioneta de la gente de Logan— se levanta pegándose a la ventana. —Viene una mujer bajando, una de piel morena.

—¿Piel morena? — me levanto con ella —¿Es alta y trae el cabello largo? — miro fuera, pero ya no la veo.

—Sí. ¿Cómo lo sabes?

—Esa es Katherine Portman.

—¿La reportera?

—No es solo la reportera, anoche estuvo en Londres, trató de abrir la camioneta donde estaba con una daga la muy maldita.

—¿Y qué coño hace esa perra aquí si es del clan de Logan? Si Alexander sabe lo que te hizo seguro la trajo para eliminarla de la pintura— borra una pintura invisible con sus manos. —Admito que se vistió como una callejera para su ultima noche viva, dijiste que era una reunión, no un prostíbulo.

—Tal vez la estás confundiendo.

—Sí esa es la camioneta de la gente de Logan no. ¿Quieres ir a ver?

Dijeron que no puedo unirme a la reunión, más no que no puedo salir. —Hay que ir a caminar al jardín y que nos sirvan un martini, Octavian llegó en la tarde, si la vemos por casualidad, ya será otra cosa.

—Claro— Cora sabe que miento, pero me sigue. —Vamos por esa perra.

La puerta del salón dónde prepararon la reunión está entre abierta con Ethan e Ida en la entrada. Cora me guía a uno de los muros de las escaleras y vemos todo desde arriba.

En la mesa hay sentados tres hombres y dos mujeres hasta dónde alcanzo a ver, a ninguno lo reconozco y tampoco veo a Katherine.

Veo el cabello castaño de Maya cuando entra por la puerta principal sería seguida de ese hombre que la sigue. Trae un vestido negro y guantes de piel del mismo color. Entra al estudio de antes y sale seguida de Bennett bien vestido.

—Van a la sala.

Detrás de ellos sale Alexander. —Tenían que ser todos Roe— concuerdo con lo que dice Cora. Los tres entran en la sala seguidos el uno de otros. Si Maya no llama la atención con su vestido, lo hace con su caminata.

Se nota el desprecio en la mirada de los tres, incluso en Bennett. Maya se sienta al lado de una mujer y la mira de arriba hacia abajo. Ethan entra detrás de ellos y luego Ida antes que las puertas se cierren.

—Vamos— le señalo para que sigamos nuestro camino a la cocina.

—Hola Octavian— saluda al chef de Alexander en la cocina de tres piezas. —¿Podrías bendecirnos con una de tus bebidas especiales, nos morimos de Sed?

—Lo que pidan siempre— nos hace un gesto amable y se pone a agitar la coctelera.

—Estaremos en el jardín. ¿Podrían llevárnosla ahí? — pido con educación recibiendo un sí.

—Bennett se ve mejor que anoche.

—Parece que lo está, no sé cuánto tiempo lleva...

—Buenas noches— nos interrumpe la voz de Katherine.

Viene bien arreglada, no como anoche que venía en plan de ataque. Su vestido es negro igual que el de Maya, pero a diferencia que este trae un corte que deja descubierto desde su muslo hasta la mitad de su pubis descubierto, sin ropa interior.

Los hombros también están desnudos y hasta aquí percibo su satisfacción. —No esperaba verte después de anoche Emma. ¿Y tu eres Cora cierto? Su... ah... ¿Su amiga o su mejor amiga? — se ríe —Disculpen, pero mis informantes no me dan clara las relaciones de las mujeres a las que investigo.

—En efecto, soy Coraline— la rubia a mi lado da un paso al frente extendiéndole la mano — Pero tu llámame, tu diosa. ¿Cuál es tu nombre?

—Katherine Portman, estoy segura que Emma ya te habló de mí, anoche casi le rebano la garganta, pero no la encontré— le toma la mano, pero Cora se zafa de su agarre mirándola mal.

Se mueve mostrándonos su parte intima dónde trae una daga pegada en su sexo cubriéndolo con al menos un poco de decencia.

—No pierdo mi tiempo hablando de ti y si nos disculpas tenemos cosas que hacer.

—Las invitaría a la reunión, pero solo gente de la organización entra y como vengo en representación del amo, soy muy solicitada. — la dejo hablando sola —Me gustaría tener unas palabras contigo Emma al finalizar.

—No te me acerques o te va a pesar.

—Quiero tener una conversación privada. ¿Es mucho pedir?

—Contigo no tengo nada que hablar.

—Yo no diría lo mismo, eres una persona muy ambiciosa— no me gusta el tono en el que lo dice —¿Te asusta la competencia laboral o la física? — mira la puerta.

La puerta se abre y sale Ida llamándola. Casi rogándole que entre. No puedo creer que sea realmente solicitada ahí. Veo la espalda de Maya y recuerdo como fue su actitud entrando en la sala.

Le sonrío.

—Para competir laboralmente conmigo, tendrías que nacer dos veces Katherine.

Cora me sigue sonriendo hasta la salida del jardín donde nos siguen hombres de seguridad resguardándonos. —Quiere acribillarme antes del evento de inversionistas, conozco estas técnicas y no la voy a dejar.

El aire frío es un alivio a mi enojo y mis...

—Si tengo que aceptar el trabajo que Alexander me ofrece para estar en ese evento y apoyarte lo haré.

Me siento molesta y no solo por Katherine. La inyección me tiene de mal humor desde la mañana, esta alterando mis hormonas. Son los primeros días de adaptación como dijo la Dra. Kriss, tengo que relajarme. Respiro hondo.

— Necesito volver en sí— miro al jardín —Quiero disparar.

—¿Perdiste la cabeza? — Cora me sigue cuando me pongo frente a uno de lso hombres de seguridad y le pido su arma.

—La primera vez que lo hice me horroricé, pero después Ethan me ayudó la segunda vez y se sintió mejor.

—¿Ya lo has hecho? — me mira como si me estuviera demente.

—Le dispare a una ventana, nunca lo haría a una persona— la tranquilizo, ni siquiera pude hacerlo con Katherine por muy despreciable que es.

Le pido ayuda al hombre de seguridad, me levanta las manos a dónde debo apuntar y aprieto el gatillo sin que nada funcione. —Tiene que quitar primero el seguro— me recuerda y me siento estúpida porque esto fue lo mismo que me sucedió anoche.

Le quito el seguro y apoya nuestras manos a un lugar dónde debo apuntar. Cierro los ojos a medias y disparo impactándome con su pecho. Cora mira al frente con la boca abierta. —Si quiere no golpearse hacia atrás, le sugiero que abra los pies así y se apoye firmemente— me ayuda el hombre.

Disparo otra vez y el sonido resuena lejos disminuyendo mi mal humor.

—¡Yo también quiero! — Cora levanta la mano entusiasmada.

Le doy mi lugar mientras el hombre de seguridad le explica todo lo que Alexander me explicó a mí, con el primer disparo no se mueve como yo, se mantiene firme. —¡Si! — dispara otra vez ayudada. —¡Esto me gusta! — me sonríe —Y no estamos matando gente, lo que es mejor.

Ethan viene vigilando al alrededor. —Oí disparos.

—Lo siento— me disculpo y Cora deja de tirar.

—¿Ya está tomando su siguiente lección sin mi ayuda? — me alivia cuando me ofrece su arma y cuando le pido hacerlo sola no se opone, pero me pide que sea cuidadosa.

Disparo al aire mientras el otro ayuda a Cora, la camioneta verde aparece en mi campo de visión. Cierro un ojo apuntando a ella y cuando disparo cierro los ojos tirando accidentalmente al Cadillac de Maya.

—Mierda— bajo el arma y se la entrego a Ethan.

—Puedo tomar culpa por eso, no se preocupe, pero no de eso— se guarda el arma en la espalda y señala detrás de nosotros dónde el grito de Cora me horroriza.

Tiene la cara pálida y el hombre que le estaba ayudando está en el suelo, el arma está en el suelo. —¡Ya lo maté! — los ojos azules casi se le salen de la cara.

Ethan corre a auxiliarlo mientras yo voy con Cora sosteniéndola. No esta muerto porque tiene los ojos abiertos y esta consciente, pero se esta agarrando el costado. —No le disparo, solo lo golpeo con el cartucho de la pistola— Ethan lo levanta.

—Joder, que alivio, no quería terminar presa a mis veintitrés años— apoya su cabeza en mi hombro mientras vemos que algunas de las camionetas del estacionamiento comienzan a salir.

—La reunión terminó— le informan a Ethan.

Cora y yo volvemos dentro de la casa. Los dedos los siento entumidos por el arma y necesito una bebida. Katherine es la ultima en salir de la sala dejando a los Roe dentro, se le ve la cara de satisfacción con lo que sea que haya ocurrido dentro. 


¡Hola sexys!

Si bueno... me iré lentamente hubo muchas revelaciones del lobo.

Los Roe son muy impredecibles, no se confíen. 

Los Roe saben quién tiene el poder. 

¡Los amo tres millones!

-Karla. 

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