CAPÍTULO 20
Emma.
Mantener en secreto algo para Coraline Gray es como esconder el sol con un dedo, es imposible.
Ella sabe cómo ser precavida y sigilosa cuando quiere descubrir algo y es más evidente el día de su cumpleaños cuando específicamente me dijo que no quiere nada de celebraciones este año.
Ha llamado dos veces para recordármelo y no respondí la tercera llamada porque estoy segura que el paquete de su vestido de regalo ya habrá llegado hasta su puerta y no aceptaré un no por respuesta a que lo use esta noche.
Últimamente hemos estado tan absortos en lo que ha pasado, en el trabajo y en muchas cosas, pero esto también es importante.
Alicia amablemente se ofrece a ayudarme con los bocadillos para la recepción, no soy una grande cocinera, pero la pastelería me envió los bocadillos preparados, lo único que debo hacer es decorarlos a mi gusto, no puedo estropear mi único trabajo.
—A Cora van a encantarle, los cupcakes de chocolate son uno de sus postres favoritos — pongo más crema batida en la bandeja y bolitas decorativas que Alicia espolvorea en los otros bocadillos, unos son de vainilla y de menta.
—Cuando la conocí casi me desmayo de susto, llegó preguntando por ti y no estabas, luego buscó al señor Roe y tampoco estaba, estaba tan exaltada que creí que me golpearía si no le daba una respuesta— se abanica con la mano tratando de bajar el rubor de sus mejillas.
Como amante de la comida de repostería que es, como la conozco desde que entré a trabajar en la empresa, se mete a la boca un puño de pequeñas chispas de chocolate. Trae un vestido negro, a medio muslo con el cabello suelto color azabache.
—Después que salió de la oficina de Bennett, cuando aún trabajaba para la empresa, ya estaba de mejor humor y se quedó conversando conmigo, ahí me di cuenta que me intimido fácilmente ante los desconocidos.
—No lo había notado.
Se ríe. —Es algo que no puedo evitar, me pongo nerviosa y suelto lo primero que se me viene a la mente gracias a Dios, Cora es un amor de persona.
—Cora carga un bate en su auto que no duda en usar cada vez que tiene oportunidad así que no te confíes de esa rubia sexy porque patea traseros como ninguna otra.
Se ríe a carcajadas pasando el dedo por la nata montada y llevándoselo a la boca para degustarlo.
Se ve muy diferente a como la veo habitualmente en la oficina y le sienta muy bien ese maquillaje ahumado de ojos, es su carácter tímido y medio alocado el que le da el toque de perfecto para verse atractiva.
—Espero que esta celebración sea mejor que las que hacen en Trafford, para tu cumpleaños podría organizarte algo más íntimo en el club de hombres del que mi prima es dueña.
—¡Ah! El misterioso club al que siempre te escapas los fines de semana, necesito saber si tienes una membresía o pase VIP.
—Puedo conseguirte uno si quieres, siendo familiar de la dueña tenemos beneficios extras y descuentos para ver a nuestro sueldo bailar con traje de policías.
Se muerde los labios y su mirada se pierde en algún recuerdo de ese club porque mira al techo entusiasmada
—No te vas a arrepentir, te lo aseguro, además ya sabes que es un club de ricos y cobran casi un ojo de la cara, pero quédate conmigo y nos consigo buenos descuentos a las tres porque planeo llevar a Cora también.
A Cora no tendrá que insistirle para llevarla.
—Te tomaré la palabra, pero no sé si mi fantasía sería un policía, el hermano de Cora es algo cercano a eso y sería algo extraño imaginar a Dylan haciendo eso— se vuelve a abanicar con la mano
—No tiene que ser un policía. Ellos cumplen cualquier fantasía que tengas, no importa la que sea, bombero, enfermero sexy o hombres mayores — lo susurra bajo —Alguna vez he pedido un baile alocado y caliente con unos de los bailarines más mayores que hay.
—¿Y a quien tienes en mente con esos bailes picantes?
Sus mejillas se alzan y no puedo creer que mi mente este viajando a cada persona que nos rodea en el trabajo, para dar con... el señor Jones. Mis ojos se abren en su totalidad, pero antes que pueda procesarlo me da a probar la nata montada que termina de preparar.
—Dicen que el cuerpo pide lo que quiere y yo no me pongo muchas restricciones— se encoje de hombros sin sentir culpa de que acabo de descubrirla.
—¿Quién eres tú y qué le hiciste a mi santa compañera de trabajo Alicia? — la señalo con una espátula.
Se vuelve a carcajear y lo pasamos bien el resto del tiempo, aunque no dejo de pensar en su confesión por el señor Jones, en su tiempo debió ser un hombre rudo casi con el porte de Erick, pero ahora no lo es y menos con su obsesión de ser perfeccionista.
Ya me imagino a Alicia colada por él mientras le pide reportes de los publicistas sin errores y que haga llamadas a las revistas a una hora en la que no interrumpan su comida, porque como siempre dice, él no se salta las comidas.
—¿Entonces la celebración será al estilo de Trafford?
—Trafford es una ciudad más tranquila, no hay un tipo de celebraciones y tampoco dejamos muchos amigos ahí, soy muy selecta respecto a la gente que me rodea— me encojo de un solo hombro —Las relaciones públicas son mi especialidad por algo— vuelve a reírse.
—Eres tan como el señor Jones, tan sociable y a la vez tan Emma como solo tú puedes serlo, algo con lo que puedo lidiar, nada comparado con su esposa— percibo su desagrado.
—Nunca he tenido la oportunidad de conocer a la esposa de señor Jones. Comienzo a creer que es un invento para alejar a sus conquistas a medias y entras en la lista— la aludo, pero su mirada baja.
—Ojalá fuera eso, pero en los años que llevo trabajando para él, reconozco que la madre de Erick es una mujer reservada, de esas mujeres de alta sociedad. Es muy raro verla por los eventos de la empresa que no incluyan a la crema y nata de la sociedad, no se mezcla con los empleados.
—Con el carácter del señor Jones y el de su hijo no lo hubiera pensado.
—Es difícil de creer, lo sé, pero con un amigo como Alexander Roe, Erick no podía ser más alocado de lo que ya lo es, si lo trae en la sangre es por su padre no por su madre, eso te lo aseguro.
Ahora entiendo las quejas de Maya, dijo que se encontraba aburrida con las señoras con las que salía. Ella tiene el carácter de sus sobrinos y aunque roza la edad de Ethan no me la imagino siendo déspota y mezquina, buscando mezclarse solo con ricos, esa es la diferencia de tener dinero y tener clase. Maya tiene ambas.
Luke llega una hora después a recoger los bocadillos, lleva una camisa negra semi abierta y el cabello en un moño bajo como siempre saludando a Alicia amablemente. —¿Dónde está la mercancía?
—En la cocina, Alicia te ayudará a bajarlo al auto y llevarlo al bar. —ella sale del baño arreglándose el vestido.
—Hola— le da una sonrisa.
Luke solo le da una inclinación cabeza —La reservación que hice solo nos permite un espacio para los bocadillos, los clientes estarán ahí como de costumbre, pero prometieron que le encenderán una vela en uno de los cupcakes cuando les dé la señal.
—Si Cora no nos mata primero por la fiesta sorpresa que claramente no quería— toma las primeras charolas de bocadillos.
—Yo te ayudo— Alicia se ofrece y comienzan a bajarlas al auto de Luke.
No puedo ocultar la excitación en mi voz dándoles los últimos detalles. Quiero que de alguna manera Cora se sienta querida en la celebración, compruebo que Dylan ya este en camino, esa es la presencia más anhelada para ella, lo fue en su mudanza, en su exposición en Gallery Art y a ninguna asistió su hermano.
Preparo mi regalo que llevo semanas guardando y me pongo el vestido azul marino que compré.
Es un poco más largo de lo habitual, pero la abertura de la pierna es lo mejor de la pieza aparte del escote y la usaré para usar esta belleza que compre en el local de la mujer de Nueva York, es una cadena de muslo de tres eslabones que terminan en un dije de serpiente.
Me reacomodo el escote sintiendo mis pechos adoloridos como uno de los efectos de mi nuevo anticonceptivo, me rocío perfume y recibo a la cumpleañera en la puerta. Deja su bolso en mi sofá.
—Ni porque me hayas comprado maldito y precioso vestido plateado que me encanta como se me ve, voy a dejar de estar enojada. — trata de verse molesta, pero no lo logra —¿A dónde me llevas?
—Es una sorpresa.
—Espero que no tengas todo un número montado porque no pienso quedarme, a menos que claro haya strippers, ahí podría hacer una excepción.
Se ve espectacular, el rubio nunca le ha sentado tan bien como esta noche. —Primero que todo ¡Felices veintitrés! — le cuesta mantener su expresión enojada cuando le entregó la caja aterciopelada.
—Tiene el logo de Tiffany, no me digas que te gastaste una fortuna con esto porque no lo voy a permitir— se altera abriendo la caja y mirando el anillo dentro.
Se que es una de las joyerías más caras, pero es más el valor que tiene. Lo reconoce porque lo ha visto antes. Es un anillo de corte de Esmeraldas, siempre se lo veíamos puesto a mi madre, que lo lucia mejor que nadie cuando podía permitirse.
—No sólo eres mi mejor amiga Cora, eres mi otra mitad, sé que a mamá le gustaría que su segunda hija lo tuviera, así que considéralo tu primera joya familiar— veo cómo se le llenan los ojos de lágrimas como a mí, no le importa la joya camina a mí y me envuelve en un abrazo.
—No sabes lo que esto significa para mí.
—Sé que no fueron unos meses fáciles para ambas sexy, pero pase lo que pase, vamos a sanar juntas.
Asiente incapaz de hablar y mientras la abrazo siento su espalda alzarse con leves sollozos. —Te amo Emma, esta era la celebración que no quería porque no quiero llorar, pero la acabas de hacer perfecta— me aprieta más fuerte —Si mis hijos no tienen una segunda mamá tan extraordinaria como tú no quiero nada en la vida.
—¿Puedo ser también la tía favorita?
Se separa limpiándose las mejillas. — Eso tengo que pensarlo porque Dylan también querrá pelear por ese puesto y va a ser difícil elegir— se encoge de hombros y la miro fingidamente enojada.
Le quito una lagrima de la mejilla y la ayudo a ponerse el anillo. Le ajusta a la perfección, parece que hubiera sido comprado a su medida. Es costoso, pero nada material tiene el valor que ella tiene en mi vida.
—Esto compensa el cuadro que me hiciste de regalo en tu exposición de Gallery Art.
—Esto vale mucho más que el cuadro que te hice y que ni siquiera pude recuperarlo del maldito comprador— sacude la cabeza —No puedo creer que tenga ese dinero en mi cuenta por la venta y te vendí pintada en ropa de encaje— estira el brazo y vemos juntas el anillo —Te prometo que te pintare un cuadro mejor y único, esta vez no irá a la galería, irá directamente a ti.
—No necesito un cuadro Cora, tengo todo lo que quiero si te tengo.
La primera vez que nos vimos éramos dunas simples niñas, pero sus ojos siguen irradiando la misma ternura de antes. —Sexy ¿Quieres que me vuelva una magdalena? Te besaría ahora mismo, un buen morreo.
—Para reforzar la amistad.
—No, para eso necesitamos más que unos besos, necesitaríamos una habitación— me lanza un beso a medias con coquetería de lejos.
Me río y le arreglo el maquillaje después de que sus lágrimas hicieran correrle la máscara de pestañas y antes que salgamos para el bar la encuentro sentada en la terraza, ya trae puesta la joya de mi madre en la mano derecha en el dedo anular y no deja de mirarlo.
El anillo es de corte rectangular con una piedra de Esmeralda de la misma forma en el centro.
Fue una de las pocas cosas que Sawyer no le arrebató a mi madre, después de dejarla en la miseria. Siempre tuve en cuenta que la joya la utilizaría para algo especial y esto lo es. Cora es mi familia, mi mitad perfecta.
Creo firmemente que la conexión de las almas no sólo ocurre en un sentido de amor pasional o erótico si no del amor fraternal.
A veces cuando estudio a las personas para calificar la imagen que proyectan, solo veo eso, lo que muestran a la gente, no lo que realmente hay en su interior, pero con Cora se lo que hay dentro.
Y tristemente sé que una de las razones por las que no quiere esta celebración es por Bennett.
—Se que no fue tan difícil para mí como fue para ti cuando Seth nos llevó, me tuvieron inconsciente la mitad del tiempo, pero a veces tengo la sensación de que no quiero que pase de nuevo— se queda mirando el anillo otra vez.
—No va a pasar otra vez, te lo juro por mi vida.
—La vida es muy incierta Emma, nunca pensé que nos veríamos dentro de algo tan siniestro como eso. Noches como estas tengo unas enormes ganas de pintar. Siento un cosquilleo en la mano — aprieta los puños dos veces —Lo necesito de alguna manera, ya sé que parece que estoy loca, pero ese es mi lugar seguro para saber que estoy a salvo.
—No hay nada malo en eso, todos quieren un lugar seguro— me pongo a su lado y le paso las manos por los brazos dándole calor.
—Tú ya lo tienes, es Alexander— apoya su cabeza en mi hombro.
Si lo pienso concuerdo con ella, pero sé que no es suficiente por más que quisiera que lo fuera.
A veces debemos encontrarnos a nosotros mismos para descubrir de lo que estamos hechos y no creo que yo haya llegado a ese punto de mi vida todavía.
—No sabe lo de West B, no he encontrado forma de decirlo, Mikael me fue envolviendo en esto tanto, a veces me exige información de Hilton &Roe, otras veces me sonsaca a que sabotee los datos.
—Hubiera sido perfecto si Adam no estuviera ahí, apuesto que lo incita a que te pida todo eso, no terminan de confiar en ti, de alguna forma saben que eres parte de Alexander.
—Están molestos por perder el contrato de Nueva York, se quedaron en una reunión importante en la que no me solicitaron y tampoco a Adam, hoy en mañana ya tenía otro depósito de comisión por trabajar con ellos. — cuando leí el correo de la asistente de Mikael, pensé que se trataba de un error, el pago era exagerado. —Siguen "probándome" —me mofo.
—¿Y qué hay de esa mujer Katherine, la periodista?
—No me la menciones, quiero pasar una buena noche y no competir con ella— ya la detesto, solo pensar en lo que hizo me hace apretar las entrañas —Apareció en la empresa y le dio un paquete pequeño de coca a Alexander para que se lo diera a Bennett, lo hizo en forma de burla.
Baja la cabeza al mencionarlo, lo que comprueba mi parte de su tristeza de hoy. —Ósea que está ligada a la gente para la que trabaja Bennett.
—Viene con toda la intensión de tirar la reputación de la empresa, pero le va a costar volvemos a estar en el centro del todo.
—Hilton &Roe vuelve a arrasar como era de esperarse después del bombardeo de Brent. Dices que el evento de inversionistas es el más importante del año y eso debe ser un subidón para la reputación que tienen.
—Lo será para Hilton &Roe, no para West B.
—Mantén pies de plomo mientras pasa el evento, no te fíes de Adam, ya lo conoces, siempre da buena cara para sacar las garras cuando le conviene. — dice muy en serio —Vino a buscarte dos veces cuando te fuiste, no sé porque demonios tuve que topármelo, es tan desagradable, tan falso— voltea la cara —Si no fuera porque los mismos de las camionetas verdes vinieron ni siquiera lo habría visto.
—Ten cuidado Cora, la gente que viene por aquí, a veces viene por Bennett.
—Lo sé, siempre veía esas camionetas cuando salíamos, pero tranquila. Dylan me puso vigilancia y te aseguro que contigo también lo hará, se ha portado muy protector después de lo que nos pasó.
—Hay una diferencia grande— miro la llamada entrante de Maya en mi celular, desafortunadamente solo suena una vez y no insiste más —La gente con la que trabaja Bennett no es el tipo de gente con la que trabajaría Dylan. Ethan me ha dicho que me mantenga alerta.
—Bennett se convirtió en un desconocido para mí, si Alexander no es bueno, sé que Bennett tampoco es un santo— se levanta para mirar la ciudad —Estoy triste, pero también enojada, porque se está destruyendo en las drogas y ni siquiera le importa. ¿Qué hay de Kieran? No piensa en él.
—¿Es Kieran el que realmente te importa?
Se queda mirando la ciudad en silencio tratando sola con sus propios demonios, no voy a presionarla a hablar con él. Cora es honesta, sincera.
—Tenemos que ir saliendo, es hora, Maya acaba de escribirme un mensaje de texto, ni ella ni su esposo Tyler vendrán a la reunión, pero viene alguien en su representación.
—¿Quién?
—Jack, su hijo. Otro Roe, no sabía que había venido a Londres, pero lo conocí en Nueva York y me agradó.
—¿Otro Roe? Pensé que la mujer es parienta del lado materno, no lleva el apellido de Alexander.
—Esa es una mentira y es por cuestiones de intereses.
—Por la falsa asociación.
—¿Te lo dijo?
—Sí— me quedo preocupada esas no son cosas que se van diciendo por todos lados y Maya debe ser precavida con la información que da de la empresa, no me preocupa que se lo haya dicho a Cora, pero sí a quién más.
La hago tomar su abrigo mientras salimos, al bajar no me pasa desapercibida la mirada que le da al pasillo del segundo piso, el que da a la puerta de Bennett incluso durante el camino se mantiene en silencio dentro de mi Mazda.
La música del bar se escucha desde la entrada donde toman nuestros abrigos sorprendiéndome, el pago que hice no cubre la zona VIP del bar.
En la zona donde dejaron los bocadillos Luke, Alicia y una mujer que trabaja en la Galería con Cora, no hay gente bailando, los clientes habituales están casi a diez metros lejos de nosotros.
—¡Sorpresa! — gritan en conjunto y recibimos los aplausos de los meseros que ayudan animar la sorpresa.
Hay cuatro mesas continuas en nuestra zona cerca de la barra de las bebidas y dos más del lado izquierdo para poner los obsequios. Luke se acerca a abrazar a Cora y Alicia le ofrece una caja pequeña a Cora haciendo lo mismo al igual que la mujer de la galería.
—Espero que te guste.
—Y yo espero que muevas esas caderas, te ves exquisita en ese vestido mujer, ¿Hace cuánto no salías con nosotras de fiesta? — la hace dar una vuelta y piden las primeras bebidas. —Debemos hacer esto más seguido.
Camino buscando la cara de Alexander o de Erick, pero no los veo por ningún lado. De Jack no espero que llegue a tiempo, pero sí que venga ya que Maya lo dijo.
Irónicamente me encantaría que Bennett estuviera aquí, hipotéticamente hablando, se convirtió en un buen amigo y lo echo tanto de menos, más sabiendo su adicción actual.
—¿No llego tarde a la recepción? — volteo a Dylan que viene en camisa de manga larga y pantalones negros, trae a dos personas con él, uno es el agente que golpeó Alexander y la otra es una mujer que mira el lugar de arriba hacia abajo.
—Llegas justo a tiempo.
Me acaricia la barbilla haciéndome sonreír. —Estos son dos de los agentes de mi unidad, espero que no te moleste que traiga compañía, vienen en plan de divertirse, no a causar problemas.
Creí que iba a desertarlo, pero al parecer no lo hizo. Miro al tipo que se ve avergonzado de verme, pero le asiento, no quiero que nada arruine la fiesta de Cora.
—Bienvenidos— les digo a ambos con educación mientras el mesero se acerca a ofrecerles unas bebidas.
Alicia ya está bailando cerca de la barra con Cora riéndose al lado de Luke mientras hacen las presentaciones de los nuevos invitados. Cora mira mal al agente, pero la expresión le cambia cuando ve a su hermano.
—¡Estas aquí! — lo apretuja entre sus brazos.
—Si me dejas respirar, te digo feliz cumpleaños y tal vez te dé un obsequio caro.
Lo suelta riéndose extendiendo la mano para recibir la caja pequeña, Dylan mira su anillo y me mira a mí con cariño, también reconoce la joya.
—Me luces bien ¿No? — levanta la mano para que su hermano lo vea mejor.
—Te queda perfecto.
Me pongo loca de verla tan feliz y luciendo su nueva joya tan animada, la mujer de la galería se la halaga también y la veo mostrársela orgullosa.
Voy a conversar con Alicia un rato y sigo esperando que lleguen los invitados que faltan. Los meseros nos traen aperitivos para acompañar con las bebidas y algo para llenar el estómago.
Dylan saluda a Alicia, pero no se queda hablando con Luke que está a su lado, eso lo deja para el agente de rizos que se sienta con él y entabla conversación con él.
Alicia se comporta como una verdadera y buena anfitriona ayudándome porque le pone una bebida en la mano a la mujer que viene con ellos mientras Cora conversa con la mujer de la galería, ya veo que sí pasa tiempo en el club de su prima y ha aprendido bien.
La música tiene a la gente bailando y poco a poco el ambiente se destensa, es Alicia la que vuelve a empezar a bailar.
—Amo a esta mujer— dice Cora riéndose con su martini en la mano viéndola. La agente mujer no se mueve de su lugar —Sabe divertirse.
—Pensé que no te molestaría que reservará esta parte solo para nuestra celebración— Dylan me guiña un ojo tomando su cerveza de la mano del mesero sentándose en mi mesa. —Llamé en la tarde e hice la transferencia, lindo vestido, por cierto— choca su cerveza con la mía.
Acepto su halago. —Sabía que esto era obra de un adinerado— tomo un trago de mi cerveza también, hoy me siento con ganas de comenzar lento. —Pero ni tu dinero supera los bocadillos que ordené.
—Trae uno para acá y veamos, pero no tengo tanta hambre para que me gusten, ya sabes que no me gustan las cosas dulces.
Uno de los meseros hace el trabajo por mí y nos trae a todos los bocadillos. Alicia también se sienta en nuestra mesa cuando se cansa y se pone a conversar con Cora contándole sobre el club de su prima y brindando por todo lo bueno de la vida.
—¿Te acabas de volver aficionada a las armas? — pasa sus manos por las yemas de mis pulgares.
—¿Perdón?
Me toma la mano y siento la parte rigurosa de sus dedos, que se siente más intensa que la que tengo en las manos. —Dedos de arma.
Alicia le acerca un bocadillo interrumpiéndonos y me suelta la mano. Lo hice otra vez esta mañana con el arma de Ethan, fue un instinto natural de curiosidad para mostrarle lo que Alexander me enseño en Nueva York.
Solo fue un solo disparo a la nada, no hubo más.
—Están buenos ¿eh? — le arqueo una ceja a Dylan que tiene la boca llena de mis bocadillos y ya va por el tercero. —Creo que tenías un poco de hambre o te encantaron mis bocadillos.
Como se ve atrapado me río y Cora también hace burla de la glotonería de su hermano Mayor, incluso Alicia se une a la broma haciéndolo reír, cosa que pocas personas logran porque Dylan es de carácter serio.
Luke solo asiente tratando de forzar una sonrisa, no es muy de su estilo este tipo de lugares, la música cada vez es mal alta.
El agente decide hablar y solo Alicia le presta atención porque ni Cora tiene de ganas de verlo, pero si hace conversación con la mujer. La gente nos mira de lejos, en nuestra zona privada y parece que bailan más.
—Esto es una fiesta señores, si no bailan tendrán que tomarse un short de vodka— Alicia amenaza levantando a la fuerza a Dylan de su lugar sorprendiéndonos a todos.
Se le pega de espaldas y baila pegada su cuerpo de una forma sensual al ritmo de la música inmovilizándolo.
—Espero que no nos embriague todavía— me levanto con Cora moviéndome al ritmo de la música.
—Yo estoy en la mejor disposición de hacerlo con este bebé— levanta su anillo y me levanta para bailar. Alicia se despega de Dylan y se une a nuestro círculo invitándonos a movernos con más ritmo.
—Muevan esas caderas chicas, los verdaderos bailarines lo hacen así— menea las caderas dando media vuelta.
—Pasas tanto tiempo en el club de tu prima que ya aprendiste la técnica— digo y las tres nos soltamos a reír.
La abertura de mi vestido deja ver que el dije de mi cadena en el muslo se mueva mientras bailamos. Me la estoy pasando sensacional. Los compañeros de trabajo de Dylan se levantan a bailar entre la gente, Luke por más que lo inciten no lo hace, ni por petición de Cora, solo prefiere quedarse donde está.
Imito los movimientos de Alicia siendo más provocativa como dicta la canción y Cora grita extasiada haciendo lo mismo. Regresó por mi cerveza y veo a Jack venir entre la gente siendo guiado a dónde estamos. Ida viene a una distancia prudente detrás de él.
—¿Quién de ustedes señoritas es la bella Cora Gray?
—¡Jack llegaste! — voy por él —Cuando Maya me dijo que viniste con ella a Londres no me lo creía — me emociona verlo aquí.
—Tuve curiosidad por ver la ciudad del encanto.
No hace falta decir más de él para que sea reconocido, es la versión masculina de su madre. Tiene muchos rasgos en común y la gran genética de su línea familiar.
—El encanto de la ciudad se acaba a la media noche — ahoga una risa —Cora, él es Jack, el hijo de Maya y primo de Alexander.
Se dan dos besos en las mejillas con las presentaciones. —Es un placer, pero si puedo eliminar Alexander de mi carta de presentación estaré agradecido, prefiero ser solo Jack el misterioso o Jack el neoyorquino— saca una caja pequeña de su bolsillo —Un pequeño presente de parte de mi madre y de Tyler.
—Oh, qué dulce gesto, agradécele de mi parte, pero dile que me hubiera encantado tenerla aquí — le pasa el obsequio a Alicia para que lo ponga con los demás.
—Sucedió un imprevisto— me mira poniéndome alerta, miro a Ida quedarse lejos, pero revisando el lugar —Pero te manda sus mejores deseos y te compensará. — levanta la mano como solo lo haría un Roe y pide un trago que le traen de inmediato.
Dylan lo mira detenidamente terminándose su cerveza en silencio. Jack centra su atención en él y parece reconocerlo.
—Es un hombre del MI6, incluso si en los operativos lleva la cara cubierta, sus ojos lo delatan además es Gray como el agente que lideró la unidad que atacó a Logan— el ruido de la música mantiene su voz baja.
—¿Dylan fue en la unidad que envió el ministro a Brooklyn?
—Eso parece, el ministro tuvo una recaída política y va a usar los operativos del MI6 para quedarse en el puesto— sigue mirando a Dylan —Por eso no me dejo custodiar por gente del gobierno, una vez que no te necesitan, te mandan a la mierda y se vuelven la peor de las plagas.
—¿Por qué querrías la ayuda del segundo ministro?
—Logan sigue buscándome, se llevó a uno de mis amigos biólogos y no podía quedarme en Nueva York— le da un trago a su bebida —Me estoy resguardando en la casa de Alexander, aunque me sugirió buscar asilo con el ministro, por eso traigo al hombre de piedra conmigo. — señala con la cabeza a Ida a lo lejos.
—¿No corres más peligro aquí? Ethan me dijo que Logan está en Londres.
—Y es exactamente el último lugar donde va a comenzar a buscarme.
Me deja sorprendida la inteligencia de este hombre. Parece que tiene calculados todos sus movimientos. Cora se sienta a nuestro lado y en la incomodidad de su cara veo que escucho parte de la conversación.
—No te fíes del segundo ministro, lo he visto una vez cuando llamó a mi hermano y por su cara deduzco su avaricia.
Jack se tensa y no tengo pone una mejor expresión que yo. —¿Se puede confiar en ella? — me pregunta.
Si intervino en la conversación es porque quiso sacar el tema, la miro y asiente para que continúe. —Cora sabe todo, ella y Bennett... estuvieron juntos. Ha conocido a Alexander la misma cantidad de tiempo que yo.
—Entonces también sientes el aura de las personas como yo, ese es un don que pocos tienen— sus hombros se relajan y se enfrasca en una conversación de elementos poco convencionales que se ve que le pican la curiosidad.
Me quedo cerca de la barra viendo de lejos cuando aparecen los ojos verdes a la entrada de la zona VIP, trae el ceño fruncido y viene seguido de Ethan y no más que toman lugar dónde Ida.
Erick viene a su lado con las manos en los bolsillos diciendo algo que dudo que escuche porque mira entre los que hay incluso Jack buscándome. Cuando me encuentra siento que me recorre como me recorre con la mirada.
—Bienvenidos— Alicia hace su parte recibiéndolos y Cora hace lo mismo.
Alexander mira al agente que trajo Dylan y luego él y el hermano de Cora se miran, esto es una reunión no un lugar de peleas.
Jack mira a Alexander y luego a Erick, ladea la cabeza y le sonríe de lado mirándolo fijamente. Erick mira a ambos lados, pero Jack no aparta la mirada de él.
Cuadra los hombros apartando la mirada y la música ahoga el carraspeo que da mientras les da a todos una inclinación de cabeza y pasa directo a la barra. Jack lo sigue con la vista.
—Hola Emma.
—Gracias por venir Erick— lo saludo.
El de ojos verdes vuelve a mirarme para que me acerque. Dejo mi bebida en la barra y como si nada les doy la espalda. —No podía perderme esta celebración.
—¿Ya conocías a Jack el primo de Alexander?
—No— sacude la cabeza sirviéndose hielos en el vaso. —Pero excelente servicio de bebidas, necesito un poco de alcohol— se da la vuelta y mira a la mujer que viene con Dylan y el otro agente. Le sonríe y le alza el vaso simbólicamente, ella responde a su forma de coqueteo mientras baila.
—¿Dónde está Maya? — me toman por la cintura.
—Me escribió para excusarse, Jack dice que tuvo un imprevisto, pero no me dijo que— me quejo cuando pasa su mano por debajo de mis pechos para girarme.
—¿Qué tienes? — frunce el ceño mirándome.
—Los tengo sensibles por el anticonceptivo desde la mañana.
—Por eso te dije que mi médico te lo pusiera no esa mujer, mira las consecuencias— ya está enojado y eso que acaba de llegar.
—Habría sucedido igual— me lo como con los ojos en su camisa negra y un poco desalineada.
Me aprieta uno con su palma casi masajeándolo y vuelvo a quejarme. Los siento pesados, traer sostén habría sido una tortura, menos mal el escote de mi vestido no lo impide.
—No— pide su whiskey, aprovechando que está en la zona VIP y repara en mi vestido otra vez, es revelador. Un poco menos convencional de lo que uso, pero me encantó comprarlo.
—Me lo compré antes de irnos a Nueva York— me doy media vuelta para que lo vea bien y le muestro la cadena en el muslo por la abertura que sube hasta casi mostrar mis bragas. —¿Te gusta?
Saca un taburete en el que no se sienta y sigue la línea de mi pierna apoyándose en la barra mientras bebe de su whiskey, me gusta la mirada que me da, me hace sentirme deseable en todos los sentidos.
—¿Es muy revelador? — me doy otra vuelta viendo la parte trasera a medias.
— La próxima vez quiero que me explotes la tarjeta comprándote más modelos de esos— la voz ronca me provoca todo tipo de sensaciones.
Me apoya en el taburete que había sacado para sí y mete la mano por la apertura mientras me alza la barbilla con la mano libre para besarme. Su lengua entra buscando la mía y cuando se presiona contra mí siento un cosquilleo en la espada.
Su mano se desliza por mi pierna pegándome a él y la otra sube por mi cintura hasta el escote, me quejo cuando trata de méteme mano.
Se separa enojado mirándome el borde carnoso con deseo y con la mandíbula apretada. Le molesta no podérmelas tocar sin causarme daño.
Me lleva dónde los demás y se sienta cerca de Jack, me lleva con él sentándome en sus piernas dejando que la abertura de mi vestido se abra. —¿Dónde está Maya? — le pregunta a su primo cerrando su mano en mi muslo desnudo.
—La organización tuvo una reunión— mira a ambos lados. —¿Dónde están tus hombres? Dijiste que estarían vigilando.
—Y eso están haciendo, este es uno de los bares que le pertenecían a Logan y le quité, no quiero sorpresas inesperadas y creo que no soy el único que lo sabe— su mirada pasa a Dylan y al agente que golpeó.
Ambos parecen que están en la fiesta, pero no es así, miran a la zona de los bailarines de vez en cuando. La mujer ya esta bailando con Erick esquivando su ronda de vigilancia. Dylan deja de mirar la zona y repara en nosotros.
Alexander mata con la mirada al agente que golpeó, pero ninguno de los dos causará una riña aquí, me encanta ver a Cora divirtiéndose.
—¿Está es tu definición de fiesta nena? — Alexander vuelve a su Whiskey
—Sí.
—Mejor que las tuyas, la del cabello azabache, me está llamando— Jack se levanta para bailar y me quedo besando a Alexander a medias por la barbilla y la mejilla empapándome de su colonia a menta.
—¿A qué hora nos vamos?
—No seas amargado acabas de llegar— me río y pone el gesto duro que tengo que relajar con besos.
Ya me di cuenta que dice que no le gustan, pero es una trampa para que se los dé porque me está dejando hacerlo todo el tiempo que quiero.
—Me encanta que estés aquí— le susurro en el oído, pero no funciona para que cambie la cara —Tienes que acostumbrarte a estar en estas reuniones porque ellos son mis amigos. Aunque Cora no está realmente cercana a ti o alguien de tu familia.
—Voy a cambiar eso, el puesto de diseño está libre en mi empresa.
—Cora es pintora.
—Pero sabe hacer bocetos y eso es lo que quiero.
No creo que tomé el trabajo, nunca ha sido mujer de oficina y el diseño y el arte son dos cosas completamente diferentes. Terminando nuestra duda Cora regresa a servirse bocadillos y hace que la conversación de las mesas se centre en ella.
—¿Este es un buen momento para su pastel de cumpleaños? —Alicia se acerca discretamente a mí. Le doy luz verde con la mirada.
—Tengo un puesto en el departamento de diseño disponible para ti Coraline— la voz de Alexander atrae toda la atención. Cora junta las cejas mirándolo en silencio. —Tengo unos bocetos a medias que deben ser terminados.
—¿Me estás ofreciendo trabajo en tu empresa? — mira a Luke y después a mí.
—Sí.
Dylan no despega la mirada de Alexander. La reacción de Cora no me dice nada. —Trabajo en Gallery Art, no soy mujer de oficinas.
—Solo quiero los bocetos terminados, un trabajo a medio tiempo si lo consideras.
El buen humor que traía Cora se va lentamente, ya no la veo sonreír ni por la música. —Ya tenías a un diseñador.
—Bennett renunció— le explicó. —Hace tiempo.
Sí, destruyó su propia vida no solo con las drogas, no quiere nada. Aunque Ethan me dijo que Maya estuvo con él en el Score desintoxicándolo junto con Jack.
—Tendría que pensarlo— no levanta la mirada cuando se levanta de su mesa —Si me disculpan, voy al tocador.
Me levanto con ella, pero me detiene el mismo Alexander. —Déjala ir sola, tiene que verla.
—¿Quién tiene que verla?
—Bennett.
Alicia me insta a ir a bailar con ella, pero mantengo un ojo en el pasillo para cuando Cora regrese. Los meseros ya tienen preparado el pastel de cumpleaños. Erick ya está en una esquina con la gente y todo parece normal desde aquí.
Hay dos tarimas cerca de las escaleras y Alicia me lleva a una de esas. Veo a Alexander abajo y le sonrío bailando como lo hice en Nueva York. Alicia y yo nos reimos bailando juntas, esperando por Cora.
—Siempre quise estar en esta zona, pero es muy caro pagar por esto, gracias al hermano de Cora, tengo que casarme con él.
Me olvido un poco de todo disfrutando en silencio de lo que hay. Alicia se pega a mí y bajando poco a poco. Nos reímos y seguimos hasta que Ethan se sube a la zona en la que estamos.
—Síganme.
—¿Qué? — Alicia deja de bailar mirándolo extrañada.
—¿Por qué?
No me responde porque lo alertan de lejos Ida con la cabeza, veo hacia abajo como Jack regresa de dónde estaba y se sube la camisa a la cabeza cubriéndose la cara. No veo a Alexander, pero si veo sentado en una de las sillas al mismo demonio con la misma sonrisa perversa que me dio en Nueva York.
Alicia se baja de la zona alta y sigue a Luke dónde los meseros, nadie se da cuenta de lo que pasa. Los hombres vestidos de verde militar que traía con él están apareciendo en el bar, se van esparciendo lentamente entre los bailarines, veo las armas que traen.
—Saca a Jack de aquí— dice Ethan al aparato que trae en la oreja en voz baja.
—Hay Krays rodeando la zona trasera del bar— escucho la voz de Ida.
No dejo de mirar a Logan, si no tuviera a Ethan a mi espalda ya estaría corriendo. Uno de los Kray de entre la gente suelta un tiro levantando gritos y que las personas se tiren al suelo. Dylan reacciona al instante y los otros que traen también.
Alexander entra en mi campo de visión y lo veo mirarme de lejos, no va a llegar a nosotros.
Cierro los ojos mientras comienzan a disparar al techo. La música es todo lo que se puede oír tapando los gritos de la gente. Logan saca un manojo de billetes de su bolsa y lo tira sobre una de las mesas frente a nosotros.
—Quiero otro baile— ordena mirándome fijamente.
El disparo de Alexander a uno de los Kray me inmoviliza, todo se vuelve terror. Ethan me jala hacia atrás y me hace bajar de la zona alta. Logan se mueve disparando a una de las mesas, dónde esta la mujer que viene con Dylan que ya tiene un arma en la mano.
—¡Todos al suelo! — les ordena el otro agente disparando.
No veo dónde se resguarda Luke ni Alicia o los demás. Cora estaba en el tocador. Me tiemblan las piernas. —¡Hay un tiroteo dentro del bar! — informa a los hombres de Alexander que ya veo entrando.
—¡No se despegue de mí Emma, vamos a ir hacia la salida! — Ethan me guía disparando.
Veo de lejos a Dylan someter a uno de los Kray. Alexander hace lo mismo, esta tratando de llegar hasta mí pero Logan va por él. Ida aparece de la puerta trasera poniéndose a resguardar su espalda.
Dos Kray cubiertos de la cara nos interceptan y se van contra Ethan cuando me pone a su espalda.
—¡Emma! — escucho que me gritan.
Me arrastro al suelo con la botella que se rompe a mi lado. Uno de los que están vestidos de verde viene corriendo hacia mí. El cuerpo de Ethan lo tumba al suelo y me arrastra a la puerta trasera.
—¡Corra hasta una de las camionetas y enciérrese, cuando entre se agacha hasta que yo vaya por usted, están blindadas van a soportar las balas! — me saca por la puerta trasera disparando. —¡Hay dos en el estacionamiento y por la entrada!
—Me quito los tacones y corro descalza. Veo a uno de los kray salir por la entrada Ethan va por el porque viene. La primera camioneta tiene la puerta cerrada. Jalo con todas mis fuerzas y no se abre.
—¡Vamos! — grito histérica.
—¡Entre ahora Emma! — el grito de Ethan corta mis lagrimas y corro a la otra camioneta, pero me caigo en el asfalto golpeándome las rodillas.
Me levanto como puedo y sigo corriendo. La puerta de la segunda camioneta cede y salto cuando una bala da justo en el vidrio cuando cierro la puerta.
Palpo todo lo que puedo para cerrar todas las puertas, pero no funciona. No hay llaves tampoco. Los seguros bajan casi de forma automática sorprendiéndome. Me hago un ovillo como dijo Ethan y me tapo los oídos escuchando los disparos.
Varios impactan en la parte trasera de la camioneta, pero no las rompen, otros se escuchan dentro del bar. Me duele una herida que me hice en el pie. Tengo que volver por Cora, Alicia... Alexander.
Escucho sirenas policiacas llegar, escucho muchas cosas.
Tocan en el la puerta, pero no me atrevo a abrir, hasta que no escuche la voz de Ethan. —Abre la puerta maldita— escucho la voz de un hombre gritar.
Me meto más abajo en los sillones de cuero y entre los sollozos siento el metal frío. El arma esta debajo de uno de los asientos. Los gritos del hombre se vuelven golpes en la puerta, tomo el arma pesada y en silencio espero a que abra la puerta.
¡Hola sexys!
Si bueno, no podía vivir sin escribir, así que aquí hay actualización
¿Realmente pensaron que podían engañar a Logan sobre Jack?
Nos leemos el viernes.
Los amo tres millones.
-Karla
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