CAPÍTULO 15
Emma.
—¿Cómo dice?
—West B de alguna forma se enteró que negociaríamos con Dorian's en Nueva York para construir los nuevos hoteles, van a viajar días antes que nosotros para mejorar la oferta y quedarse con el proyecto. — hablo inquieta. —Creo que pueden duplicar la cifra de millones que ofrece el señor Roe.
En lugar de darme una respuesta pronta, la esencia del señor Jones se pone tensa. — ¿Y usted cómo sabe todo esto?
Veo la decepción en sus ojos, incluso si no le respondo es evidente que esa información no me llegó de la nada.
Si sigo mintiendo esto se va a hacer una bola de nieve que no voy a parar más adelante, pero si confieso ahora, no van a actuar contra West B de inmediato y Hilton &Roe perderá el proyecto de Nueva York que es lo que nos levantará de las malas críticas de los últimos meses.
Además, puedo ayudar más si sigo infiltrada en West B, puedo buscar los datos del contrato que van a ofrecer y dárselos para que lo analicen.
—Por Adam Tail— respondo muy segura —Se convirtió en publicita de ellos y vende información de nuestra empresa al mismo tiempo— su cara pierde color —Me contactó hace unos días para unirme y aproveché que es muy parlanchín y tiene todavía interés en mí para hacerlo hablar.
—Imposible— se agarra a la mesa —Esto no se va a quedar así, esto es una violación al contrato de confidencialidad de cada ejecutivo de la empresa, lo vamos a llevar a juicio y luego se va a refundir en la cárcel— la vena en el cuello se le marca.
—Señor Jones, le pido calma.
—Esa es la razón por la que en Manchester las cosas no van bien, porque Adam Tail estuvo vendiendo nuestros proyectos. — nunca lo había visto así —. ¡Alicia! ¡Ven de inmediato Alicia!
Sus gritos me dejan pasmada y Alicia con las mejillas rojas corre a nosotros sabiendo que él no grita de esa forma.
—Aquí estoy señor Jones.
—Reúne a los ejecutivos de inmediato, quiero sólo a los socios importantes y a Alexander Roe. — asiente dos veces saliendo más rápido de lo que la he visto hacerlo, es muy inusual ver molesto al señor Jones —¿Por qué se calló esto Emma? Sabe lo grave que es está situación.
—No tenía idea de lo que Adam estaba haciendo y me pareció pertinente quedarme callada para no levantar sospechas, de no ser así, no sabríamos que van a pelear por Nueva York — asiente —Usted mejor que nadie sabe que debemos guardar las apariencias cuando queremos conseguir lo que nos proponemos.
—Eso es cierto, pero sigue siendo una falta irrevocable de su parte no habérnoslo dicho en el mismo día que la contactó.
—Para ese entonces no estaba trabajando todavía en la empresa.
—Sígame a la reunión de inmediato— me mira con desaprobación.
Reafirmo que debo callarme la verdad, ahora que veo lo que ocasionó una pequeña falla de información, no sé cómo voy a decir todo.
Tenía como objetivo entrar en West B, pero nunca para perjudicar a Hilton &Roe, si no para beneficiarlos, ellos querían comprarme para venderles información.
Tomé el dinero para mostrarles que la moral no se compra y que creyeran que soy ambiciosa, pero ahora que las cosas se están saliendo de control y me siento atrapada. ¿Qué mierda voy a hacer?
Cuando la reunión inicia no tengo valor para ver a los ejecutivos en especial a Alexander. Hay más de diez personas dentro, entre ellos sólo la mitad de los arquitectos y para mi derrota entre ellos está Mike.
La exaltación comienza cuando mi jefe habla de Adam. Siento las miradas sobre mí y no puedo sentirme más acusada cuando el primero en levantarse acojonado es Erick.
—¿Cómo es posible que sepan de ese proyecto? Lo hemos mantenido en privado incluso a nuestros socios minoritarios. — se para frente a mí y miro a Mike mirarme con media sonrisa desde su lugar —¿Qué más te dijo? ¿Cuánto van a ofrecerle a los de Dorian's?
—Sí Emma, dinos que más te dijo Adam porque está situación es crucial para la empresa— Mike habla desde su lugar.
Hijo de perra. —No dijo más, no pude sacarle más información — Alexander se mantiene implacable en su lugar y inquietantemente en silencio. —Pero lo más seguro es que sepan la cifra que vamos a ofrecer de otra forma no podrían mejorar la oferta, van a duplicarlo.
—Tienes que cambiar los contratos y analizar una nueva negociación, pero ya no tenemos tiempo— Erick se pasa la mano por la frente, frustrado, pero Alexander no le responde. —Ahora sólo falta que también sepan que un socio alterno tiene parte de la empresa para que nos claven la estaca debajo y ahora así nos refundan completamente.
Sólo pensarlo me da escalofríos. West B sabía lo que hacía, si no pudo competir contra Hilton &Roe, compró a sus empleados.
—¿Cómo vamos a entrar en el evento de inversionistas si no tenemos un buen proyecto en puerta? — una mujer habla, es parte del equipo de inversiones. —¿Cree que nos darán apoyo sin nada señor Roe?
Sigue en silencio y me siento como una mierda de verlo así.
—Olvídate de que tu empresa entre en la lista de inversionistas este año, no hay proyecto ni imagen que nos respalde como una cadena hotelera exitosa en estos doce meses y menos teniendo a un intruso accionista — el señor Jones no oculta su desasosiego mirando al esposo de Maya.
— Es cierto que vender parte de las acciones no fue la mejor estrategia — Erick lo secunda.
—Si mi compañía no entraba con Alexander, no iban a tener credibilidad social después del accidente de Brent. — se defiende Tyler con su voz ronca.
—¿Y de qué nos sirves ahora? — la presunción de mi jefe parece personal con él. —Como publicista te digo que la asociación contigo da la impresión que nos atoramos y fuiste el clavo para sacarnos de caer en picada.
No estoy loca para ver la media sonrisa de Tyler y también que Erick no ha dicho más sobre el tema, parece genuinamente tranquilo, aunque su intervención hace parecer que no está de acuerdo con la asociación, aunque yo creo que sí.
—¿Tú que opinas Emma? — Tyler me incluye en la pelea verbal y sólo ahí levanta la cara el de ojos verdes y hubiera preferido que no lo hiciera porque la molestia es evidente en su mirada.
—No soy experta en el tema, pero fue opción adecuada recurrir tan pronto asociación con un escándalo grande, la empresa no necesitaba esto, está valuada en miles de millones de libras, podíamos salir del incidente de Brent fácilmente solos— lo que digo es cierto, pero Alexander no es estúpido para no haber llegado a la misma conclusión que yo.
Me quedo callada y veo a Mike con las manos por debajo de la mesa, dónde debe tener su celular. A la par de mi mirada está la de Alexander que lo ve perfectamente sin hacer algún tipo de gesto.
Miro a Erick a su lado que comparte una mirada de aprobación conmigo y mira a Mike también. Lo miro confundida y siento la mirada de Tyler sobre mí. Como piezas de ajedrez, los tres encajan en una sola línea y me dejan con la respuesta frente a los ojos.
La asociación con Tyler no es real.
—La reunión se terminó— Alexander se levanta y con una sola frase pone a la sala en completo silencio imponiéndose como el dueño.
—¿Qué va a pasar con Nueva York? — pregunta otro ejecutivo.
—Nos vamos mañana a primera hora, Blake en mi oficina de inmediato.
—Sugiero que no se tomen medidas contra Adam— mi jefe camina entre los ejecutivos —No hasta que tengamos el negocio cerrado o eso los pondrá alertas.
—A ese perro lo voy a destruir — la amenaza de Alexander me hela la sangre.
—Insisto, que sea después del viaje.
Varias personas más se unen a la propuesta y queda aceptada. Todos salen dejándome como antes.
Mike es el ultimo de los arquitectos en levantarse. Veo por dónde se va para seguirlo, pero primero debo saber en qué posición estoy con el equipo que va.
—¿Llevas a todo el equipo como lo tenías planeado? — mi jefe se adelanta.
—Te quiero en Nueva York a ti, no a ella— responde Alexander y es como si un balde de agua fría me cayera encima. —No me importa que canceles todas tus malditas reuniones, la negociación será estrictamente confidencial.
—No hay forma, ya estaba establecido que Emma viajara.
Lo miro a los ojos y no hay un deje de duda en su mirada. —No dije lo de Adam porque sabía que me llevaría a prevenirte de algo más y así fue, no lo hice para perjudicarte.
—Hasta en las estrategias benefactoras se necesita ser inteligente— ni siquiera me mira. —Sabías que Tail vendía nuestra información, lo viste de nuevo y te lo callaste todo.
—Si no lo hubiera hecho habríamos perdido el proyecto de Nueva York.
—¿Ese era tu magnifico plan? — me encara —¿Saber que venden información de mi empresa y quedarte al margen? Lo supiste antes de aceptar tu trabajo de vuelta. ¿Te ofrecieron una bonificación también? Porque veo claramente cuál es la estrategia de West B.
La culpa me cae encima. ¿Cómo voy a decírselo? ¿Cómo voy a decirle que hago lo mismo que Adam, pero para beneficiarlo a él? No va a entender razones.
—¿Me crees capaz de traicionarte Alexander? — le pregunto con el ceño fruncido perdiendo los formalismos, no me importa que mi jefe siga aquí, esto ya no es sobre la maldita empresa.
Necesito oír esa repuesta.
Levanta la mirada sin rastro de emociones. —Te quiero en Nueva York a ti Christopher. — sale dejándome al pie de la sala.
—Voy a ir en lugar de Blake no te voy a defraudar, ya sabes que con ese agente que te vino a dar la amonestación debes ir al juicio y soy el que lo va a arreglar— Erick se adelanta con él.
¿Dylan vino a verlo?
—No— lo corta sin detenerse.
Me duele el pecho, me duele de una forma en la que no debería, es como si hubiera salido de una burbuja de felicidad en la que estaba. —A mi oficina Emma— la voz de mi jefe suena más en calma. —Si quiere tomarse un momento a solas, hágalo.
Asiento incapaz de hablar. Salgo de la oficina con la cabeza baja y camino por dónde vi a Mike irse. Lo encuentro en el pasillo y lo sigo hasta su lugar de trabajo que, gracias a Dios, está vacío.
—Tú y yo tenemos que hablar.
—¿Qué haces aquí? Esta no es tu área.
—No me vengas con juegos, se que estas pasando información para West B y te va a pesar— me limpio una de las mejillas humedad y me barre con la mirada.
—Así como tú lo estás haciendo.
Me pongo tensa, mis razones son distintas a las suyas. —Más te vale que te calles lo que se habló en la reunión y lo que les dije.
—¿O qué? — se ríe —Estás metida en esto hasta el cuello tanto como yo y no trabajo directamente para West B tengo una benefactora más, así que no me afecta si me corren o no— se cruza de brazos —Pero sí creo que les interese saber que estas jugando de los dos lados pequeña ambiciosa.
Tiro los planos de su mesa y lo jalo de la camisa hacia mí. Antes de poner mi codo en su cuello y pegarlo a la pared. Se queda jadeando y me empuja, pero me mantengo firme en no moverme.
—Suéltame.
—Dices una sola palabra de esto y te juro que refundo tu miserable vida por los suelos.
No se ve que tenga carácter, pero logra empujarme. Me voy después de mi amenaza y justo cuando cruzo la puerta lo escucho hablar al teléfono. —Tengo más información.
Percibo la voz de una mujer, pero no distingo muy bien. El agua me esta subiendo hasta el cuello. Necesito un aliado que me ayude a que Mike tenga la boca cerrada hasta que sepa cómo voy a decírselo a Alexander.
Saco mi celular y marco el numero de Adam que responde de inmediato. —Necesito verte, surgió un problema.
—Tengo los reportes de West B para que los revises.
—Eso no importa, te envió la dirección y la hora en un mensaje.
—De acuerdo.
Cuelgo y me topo con Amelia sobresaltándome. Me dirige una mirada que no sostiene y voy dónde mi jefe.
. . . .
Acuerdo con Adam que no deje hablar a Mike con nadie de West B, que haga todo lo posible para que no lo contacten. No quiero admitir que fue un apoyo moral fuerte tenerlo, casi me recordó cuando trabajamos juntos.
Me alivió un poco de la tensión que tengo en los hombros. No he visto a Alexander desde que dejó la oficina, me siento fatal.
Voy a tomar las reuniones de mi jefe mientras él viaja con él. Puede que les tome días hacer la negociación, o quizá semanas.
Me pongo ropa cómoda en mi apartamento, pantalones de felpa y una playera de algodón, y como no tengo apetito, opto por reorganizar mi lugar. La idea de ir a ver a Bennett pasa, pero la descarto.
El timbre suena dos veces y cuando abro veo a Cora del otro lado y me siento peor. —Lo siento por lo de anoche, no quise ser grosera contigo y menos con Dylan— me disculpo haciéndola pasar.
—Entiendo sexy, yo también venía a disculparme— se sienta en el sofá a mi lado.
—¿Y tú por qué?
—Por estar enojada, por decir cosas hirientes y reprochar el comportamiento de los Roe tanto que hice que te ocultaras para salir con él— abro la boca, pero me detiene —Fue muy evidente que están juntos anoche y aun así trataste de ocultarlo por mí, no es justo.
—Cora— tomo su mano —Lo que dijiste es verdad, pero quiero el riesgo, me duele el alma, lo quiero cerca— respiro hondo —Lo quie... — me callo.
—Lo quieres, lo veo en tu mirada— me da una sonrisa débil —Y es egoísta de mi parte no entenderlo, lo que nos pasó con Seth me daño y no había dado cuenta hasta ahora, quería ocultarlo con sonrisas y tratando de dirigir mi odio a Alexander y más a Bennett, pero tuve tiempo de pensar anoche cuando te fuiste con él y siendo honestos ese cabezota de dos metros te protegió.
—No te quiero perder a ti por tenerlo a él— me pican los parpados.
— Y no lo harás, ven aquí pequeña mentirosa— me abraza y aunque es reconfortante tenerla así, ese sobrenombre me hace sentirme peor de lo que me siento. —¿Me dejas hacer rollitos de canela?
—Mi casa es tuya— le doy un apretón de manos y como niña pequeña va a la cocina abriendo cajón por cajón sacando lo que necesita.
—Te voy a retener aquí hasta la cena— le advierto, quizá para ese entonces mi apetito haga su aparición.
—No voy a negarme, siempre y cuando no cocines tú— le pego de broma y se carcajea. —Supongo que no vas a ir ver los restos de Sawyer.
—No me importa verlos.
—Eso pensé, por eso Dylan se está haciendo cargo de todo.
—Tengo que disculparme con él también.
—A los hombres como él solo dales comida y alcohol y asunto solucionado — logra sacarme una risa de verdad — ¿Cuándo te vas a tu viaje de la empresa? Me dijiste que es esta semana.
—Estoy fuera. Alexander no me quiere ahí — deja de vaciar la harina en un bowl y me mira —Se enteró que Adam trabaja para vendiendo información a la competencia, querían quitarnos un proyecto importante y los alerté, pero no quedé bien parada.
—¿Ese odioso trabaja ahí? — se ve indignada —Tu lo haces por razones buenas, él seguramente se está metiendo miles de libras al bolsillo cada mes por ambicioso, te dije que nunca me cayó bien. Pero no entiendo cuál es el problema de Alexander.
—Lo hubieras visto, ni siquiera me escuchó— me abrazo a mi misma —No sé cómo voy a decirle la verdad.
—¿Qué de malo va a encontrar que trabajes en West B, pero para sabotear sus proyectos porque te quisieron comprar para vender a su empresa? Eso es un acto bueno.
—Pero me preocupa que no me crea Cora, me sacó del viaje porque le dije que Adam pasa información a West B y logré sacarle que nos querían robar el proyecto.
—No hay malicia en lo que hiciste, no hay nada que te inculpe, me dijiste que incluso cambiaste los datos del proyecto de Manchester que les diste para que no los afectaran tanto. ¿No? — asiento —Entonces no hay nada más que decir.
—Aun así, no quiere verme, no lo veo desde la reunión y mañana se van, siento que estaba decepcionado de mí. Desde que volvimos tratamos de hacerlo mejor que la ultima vez, no quiero perder eso.
—¿El te pidió una oportunidad más? — asiento y veo sus ojos ponerse brillosos. —Lo siento sexy, por ser tan egoísta.
—Tú no puedes ser egoísta ni aunque te lo propusieras— le robo un poco de su mezcla y vuelvo a cerrarme en mi misma.
—Habla con él, no dejes que se vaya a Nueva York sin que arreglen las cosas, no es que me agrede la idea de verlo todavía, pero sé lo que se siente que alguien se vaya lejos sin arreglar las cosas— su mirada cae.
—Vi Bennett— suelto no queriendo ver su sufrimiento.
— También yo.
—¿Cómo?
—Anoche cuando subí aquí, pero de lejos y estaba con una mujer muy linda, una de sus sexo amigas— le tiembla la voz.
—Piensa que estás muerta, Alexander se lo dijo. No lo vi bien, se ve desmejorado porque no soporta perderte.
Espero una reacción emotiva o algo por el estilo, pero se queda en silencio.
—Que bueno que el sexo hace maravillas.
—Cora.
—No podría hacer nada, ir a verlo sería traicionar a mi a hermano, no me malinterpretes, respeto que sigas con Alexander, pero mi línea con Dylan es más fuerte— deja de batir —Cuantos años pase queriendo a mi hermano cerca, siempre me dejó en segundo lugar por su trabajo y ahora finalmente lo veo todas las semanas. Seth me secuestró, pero eso me trajo a mi hermano de vuelta.
La abrazo entendiendo perfectamente sus razones. Nadie puede obligarla a hacer algo que no quiere. — Llama a Alexander y deja de ponerme sentimental que mis postres saben feos si me pongo sentimental.
Le doy un apretón cariñoso y voy a su acomedido, pero no me responde la llamada. Termino pasando la tarde con Cora y sus bocadillos y también la cena porque no recibí su llamada de vuelta.
Nos envolvemos las dos en una manta viendo una película y Adam me mantiene al tanto de lo que pido, incluso mi rubia favorita pasa la noche conmigo.
Le preparo el desayuno y anoto en mis actividades del día enviarle licor a Dylan en mi horario de oficina, tengo su habitación de hotel, creo que si va a pasar tanto tiempo en Londres debería alquilarse un apartamento si no quiere dormir en la casa de Luke.
Cora me levanta el ánimo y me grita los buenos días cuando salgo para la oficina dejándola con una de mis camisas en la cocina.
—Hola Emma— me saluda Alicia al entrar.
Le doy una inclinación de cabeza y paso la mayor parte de la mañana encerrada en mi oficina trabajando en los asuntos de mi jefe. Me veo con ella de a ratos para que trabajemos juntas y cuando es la hora de la comida opto por que me la traigan aquí.
A las dos en punto me voy a West B y Adam me recibe diciendo que Mikael quiere verme. La reunión es simplemente informativa para el evento de inversionistas, pero casi a la mitad me piden más información de Hilton &Roe.
—Queremos saber que va a presentar Alexander Roe ahí.
—Mike no se ha acercado aquí— dice con voz baja el pelinegro —Mantente tranquila.
—Gracias Adam— me aclaro la garganta —No puedo proporcionarte esos datos Mikael porque no los tengo.
—¿Cómo que no los tienes? Algo te habrán dado.
Así es, pero ya no quiero dar más de Alexander, me quiebro la cabeza desde anoche para saber cómo salir de esto. —Nada importante.
—Todo es importante Emma, estás de nuestro lado, tenemos un as bajo la manga para ellos y queremos rematarlos en ese evento.
Ese as está en Nueva York, pero espero que Alexander se los quite. Me miran expectantes, debo darles algo antes que sospechen —Ahora que lo menciona, vendieron parte de la empresa a un socio alterno.
—Imposible— veo la voracidad en sus ojos.
—Se llama Tyler Hilton.
—No me suena su nombre— chasquea los dedos para que su asistente tomé notas.
—Es danés y él y su esposa Maya Hilton están en la ciudad desde hace semanas.
—Eso es lo que quería Emma, eres eficiente— pobre imbécil, Alexander no es tan estúpido como para vender su empresa, ahora entiendo porque le cambió el apellido a su tía.
—Le dije que lo sería.
Adam se ve satisfecho de mis resultados y me resulta repulsivo estar aquí otro segundo más. De camino a casa me atoro con Cora y Luke, que se ve de mejor animo que siempre. No me apetece estar en mi apartamento sola y menos pensando.
—¿Llamó? — pregunta Cora en momento libre que tiene y niego débilmente.
Abro la bandeja de los mensajes y comienzo a escribir algo, aunque me arrepiento al instante.
—La cena está servida— dice la rubia con entusiasmo y ya no veo rastro de la pecera de antes. Uno más a la lista.
—Desde que nos dejabas el desayuno preparado, me moría por probar más de tus habilidades culinarias. — lo ayudo a poner la mesa y se pone casi pálido, ya sé que esa comida no la preparaba Luke, sino Octavian. —Pero por hoy acepto la comida china— termino con su tortura.
—Casi lo dejas calvo— Cora me guiña un ojo y me pasan mi caja de comida china.
Así paso la tarde y la noche con ellos, Dylan llama para saltarse la cena, aunque termina apareciendo dos horas después. Luke termina en su terraza como siempre y decido unirme en uno de los sillones.
El aire es fresco y esta terraza más grande que la mía. —Ya entiendo por qué te gusta estar aquí.
—Es relajante y no deja olor a cigarro en mi casa.
Veo la colilla que tira al suelo y me abrazo a mi misma mirando los edificios de la ciudad. Una chamarra grande se pone en mis hombros y el carraspeo de Dylan antes que me acaricie la barbilla con los dedos como suele hacerlo me hace sonreír.
—Siento tu perdida.
—Sawyer no significa nada para mí— me cubro con su chamarra.
—Lo sé, pero es educado decirlo, en la unidad de agente se mantiene así.
—¿La unidad de los agentes especiales? — lo miro con una ceja arqueada. —¿Eso no es muy James Bond de tu parte? Dime que tienes una foto autografiada por la reina.
—La reina no está autorizada para dar autógrafos— dice serio y lo golpeo en el brazo haciéndolo reír. —Tu empezaste, ya sabes que soy agente y me llamas James Bond.
Nos reímos los dos, pero Luke no se ríe sino está Cora cerca. —Supe que visitaste a Alexander Roe.
—Cometió una falta golpeando a un agente y está penada lo que hizo va a tener que ir a un tribunal. — me quedo en silencio. Blake o Erick lo van arreglar, estoy segura. — Te ofrezco una disculpa por lo que sucedió con mi cabo.
—Solo si tú me disculpas a mí también — no quiero que el buen humor se vaya, y pensar en eso me lleva a Alexander, en otro continente. Recargo mi cabeza en la suya y no hace falta que digamos nada más para saber que estamos bien.
—Eres guapo cómo James Bond— me encojo de hombros.
—Y cincuenta años menor.
Su reloj digital palpita y me despego sobresaltada. Su celular suena a la par con la lalmada entrante.
—No puedes irte— Cora le grita desde la sala.
—¿Trabajo? — le pregunto y asiente —Te veré después, tengo que ir a casa.
Me despido de todos dejando a Cora pedirle a Dylan que se quede y sé que no lo logrará. El camino es lo de menos, lo importante es el tiempo que dedico a que mis pensamientos viajen a todos lados.
En una parte de Londres está Seth, pero no tengo el miedo de antes, ya viví lo peor con él. Saldrá de su escondite. Hay una camioneta negra siguiéndome, es Ida.
Mi apartamento me parece muy silencioso. Vuelvo a escribir un mensaje, pero no tengo valor de enviarlo, si Alexander esta molesto conmigo y no ha devuelto mi llamada, no quiero insistir.
Cuando estaba con Seth y en mis relaciones pasadas pasé lo que eran estos problemas temporales de pareja, pero no había amor realmente. Incluso eso lo sabía.
Pero ¿Qué tal si digo que esto que siento en el pecho esta descontrolado? Que es algo con lo que no puedo luchar.
Me meto a la cama después de trabajar en cosas triviales para West B mirando el techo en silencio hasta que me quedo dormida. Maya me manda un mensaje invitándome a comer, ya sabe que no fui a Nueva York, le digo que revisaré mi agenda y me haré un espacio.
El día siguiente no mejora mi ánimo, pero me arreglo como si lo hiciera. Conduzco a la oficina y me topo con Ida, en realidad nunca he hablado con el hombre, no por falta de tiempo, pero no se había dado la ocasión y debo añadir que me resulta intimidante desde la primera vez que lo vi.
—Hola— saludo al pasar a su lado, sólo me da una inclinación de cabeza singular.
Alicia trae los documentos del día y mientras los reviso veo que me falta uno, debe estar en la oficina de mi jefe. Lo tomo y al salir me topo con el señor Jones que recién viene llegando.
—Buenos días Emma.
—Buenos días señor— digo distraída mirando el documento en mis manos, pero levanto la cabeza —¿Señor Jones? ¿Qué hace aquí?
—Trabajar— responde como si nada.
—Claro, pero debería estar en Nueva York, compré su boleto hace dos días.
—Hubo un cambio de planes a último momento y ustedes vuelan mañana al medio día. — mira mi expresión confundida —Alexander, Blake y tú, así que prepara tus cosas y libera tu agenda.
Miro a Alicia, que baja la cabeza sintiéndose atrapada. En cuanto mi jefe entra a su oficina voy dónde ella. —¿El señor Jones ha estado en Londres todo el tiempo?
—Sí, pero se reportó enfermo los últimos dos días.
—¿Y Alexander?
—En su oficina, llega desde la mañana y se va una o dos horas después de ti.
Regreso a mi lugar confundida, no puedo ser más distraída para no notar que sigue aquí. Abro los mensajes y cuando quiero escribir algo cambio de opinión y salgo para su oficina. Su secretaria ni me detiene y cuando abro la puerta tiene la vista fija en unos documentos y el celular sobre la mesa.
—¿Me llamaste? — miento cuando no se me ocurre que decir.
Levanta la cabeza serio. —No, pero ya que te veo, mañana salimos para Nueva York.
Erick hace acto de presencia mirando entre los dos.
—¿Juntos?
—Con Blake— baja la mirada a sus documentos y no me gusta su distanciamiento.
—¿Y sigues en que no vas a llevarme? — le recrimina enojado su amigo.
—No quiero bultos.
—Voy a ir.
—Que no.
—Ya te dije, voy a ir— se pone la mano en la cintura.
Me acerco a Alexander sin importar que esté aquí Erick y me le planto al frente. —¿Me creíste?
—Señor Roe— entra Amelia para mi buen humor.
Me calmo, su oficina no es el lugar para arreglar esto. Salgo por los inoportunos y paso el resto del tiempo laboral pensando y pensado, empacar no es fácil, pero me preocupa más lo que el señor Jones me pide que lo que voy a vestir.
Justo como lo dijo y siempre puntual al medio día ya tengo a Ida esperando fuera, noto raro que no sea Ethan, pero igual me subo después de dejarle las llaves de mi apartamento a Cora.
En el aeropuerto internacional Ida lleva mi maleta todo el camino hasta que me conduce a la zona VIP. Un avión del tamaño de todos despliega su puerta y Alexander con Blake viene desde el otro pasillo.
Me subo notando el lujo y notando también que incluso si esto es un vuelo privado y hay asientos de sobra, Alexander se coloca en uno lejos. El abogado en el otro extremo y yo por uno a la mitad.
Veo que saca su celular y hasta aquí escucho la voz de Erick diciéndole que va a ir. Me río de él y Alexander al notar mi gesto frunce el ceño y cuelga justo cuando nos mandan a ponernos los cinturones de seguridad.
Me ofrecen una bebida y solo pido agua, una hora más tarde vuelven a insistir, pero sigo sin apetito.
Saco mis audífonos inalámbricos, será un vuelo de siete horas, a otro continente y mientras tanto no habrá mucho que hacer. Paso a ratos viéndolo de lejos, pero me rindo a estar en silencio con las notas de Adele sonando.
Abro los ojos cuando por la ventanilla el cielo arriba sigue iluminado y yo debí haberme dormido hace unas horas, comienzo a ver el cambio de horario aquí, aún es de día, cuando en Londres debe pasar de las cinco de la tarde.
—Bienvenidos a la ciudad de Nueva York. — dice el capitán por los altavoces mientras me estiro y siento las cosquillas en mi estomago con el descenso del avión privado.
Un hombre saca mi maleta sin que se lo pida y como sigo dormida sigo al abogado fuera, dejo que pase primero y me topo con Alexander en la salida de las escaleras que se despliegan.
Respiro hondo aire fresco aun soñolienta y barro mi mano hasta encontrar la suya. No soy consciente de lo que hago hasta que alzo la mirada y lo veo enojado. Cuando voy a quitar mi mano de la suya comienza a bajar llevándome con él.
Se pone los lentes negros para cubrirse del sol y caminamos escaleras abajo. Mi nariz saca un ligero humo por el frio y me castañean los dientes. Está más frío que en Londres.
Me agarro con más fuerza a Alexander y junto con Blake caminamos a dos autos negros que esperan por nosotros. En uno se sube él solo y en el otro nosotros dos. Suben nuestro equipaje y agradezco que la calefacción este encendida en las maquinas.
El hombre que conduce no habla y yo me dedico a ver por la ventanilla la ciudad fascinada. Grandes edificios, calles llenas de gente y muchos espectaculares con luces, me quiero quitar el sueño de encima, pero me hace falta moverme.
Me froto las manos y las meto entre mis piernas para que se calienten un poco.
—Conrad New York Downtown — dice el chofer con acento americano.
Salgo con Alexander a un hotel cuadricular entre dos edificios que le duplican el tamaño. La entrada es de cristal y así sube hasta el ultimo piso por los bordes combinados. Dos hombres que he visto en el Score salen a la entrada y toman nuestras cosas, son gente de Alexander.
Me mantengo en silencio mientras entramos, no veo a Blake por ningún lado y si no me hubiera pegado a Alexander en el camino probablemente me habría perdido al salir del avión.
Mis zapatillas deportivas resbalan en el asfalto mientras entramos y me siento la peor vestida de los huéspedes, tengo una sudadera grande en color naranja y unos jeans azules, este sería un momento sensato para que Maya apareciera y me rescate de esta vergüenza.
La que creo que es la recepcionista se nos acerca al de inmediato. —Bienvenido señor Roe.
Alexander apenas la mira, pero como soy ignorada por ella tampoco la saludo. —Aquí están las llaves de sus habitaciones, la suya es la Royal suite como pidió señor. — nos da dos llaves electrónicas con el numero de nuestras habitaciones en ellas justo cuando Blake aparece con una llave similar.
—Me acaban de informar que reunión con los ejecutivos de Dorian's en mañana en la mañana, pero no hay posibilidad que nos reciban.
—Van a recibirme quieran o no— responde el de ojos verdes y me doy cuenta que hecho de menos su voz.
—En ese caso nos veremos en las instalaciones a la hora acordada y más tarde en la noche te entrego el contrato— se despide de los dos y se va.
—Me voy a mi habitación — me siento incomoda quedarme aquí, hay una distancia invisible entre los dos.
Uno de sus hombres me sigue y voy por el elevador hasta la habitación cuatrocientos doce que se abre con mi llave. No me acostumbro a que haya mucha luz todavía y la ciudad se sienta despierta.
Dejan mis cosas dentro en la enorme habitación que no parece decente para un cuerpo como el mío, no voy a utilizar ni la mitad de la cama. Me refresco por el viaje en el baño que es igual de grande que la habitación toda alfombrada.
Cuando salgo me topo con la maleta de Alexander a mitad de la habitación, pero a él no lo veo por ningún lado. ¿Tenemos las mismas llaves?
Me quito la sudadera que llevo y saco mi laptop buscando el regulador de energía que no necesito porque hasta eso hay aquí. La dejo cargando y mientras tanto cierro las cortinas que entrar de un lado de la habitación y me recuesto un rato.
Le escribo a Cora que llegué en una sola pieza. Me quito los zapatos de un puntapié y me abrazo a las almohadas esponjosas. No tengo que bajar hasta la cena y de eso falta mucho aquí.
—Le ofrezco otra vez una disculpa por el error señor— escucho a lo lejos la voz de la mujer que nos atendió.
La puerta de mi habitación se azota y ya me están levantando de la cama. —¿Qué pasa? — me agarro a los hombros de Alexander.
—Los hoteles baratos no hacen nada bien— no me mira porque ya me está sacando de mi habitación y por su espalda veo a su hombre traer mis cosas, en una mano trae mi laptop y en la otra mis deportivas.
Este hotel de barato no tiene ni el aire que se respira. Me llevan piso arriba y no me quejo, en parte por el sueño y porque me va a llevar a dónde él.
Ni presto atención a la habitación porque aprovecho su más mínimo acercamiento y me pendo de su cuello para besarlo cuando abre la puerta, pero, así como empiezo a saborearlo me baja al suelo y se va.+
Hola sexys.
Estamos en Nueva York, delicioso... Necesito vacaciones *Se va corriendo*
*Regresa* Feliz cumpleaños a mis sexys que nacieron en Febrero.
¡Los amo tres millones!
-Karla.
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