El amor es algo descontrolado y nos hace cometer muchas tonterías, mientras más intentes controlarlo y ocultarlo solo te arriesgas a explotar violentamente en algún punto y eso es lo que sucedió con Reino Unido, México tenía ese poder sobre él, lo descontrolaba en todo sentido.

El europeo no solía beber algo que no fuera café o té, preferentemente té.

Así que fue una sorpresa para el ruso cuando éste lo invitó por unos tragos al finaliza una junta, aunque aceptó gustoso.

Fueron a un bar cercano que Rusia conocía, después de todo eran sus tierras. UK sabía del pasado que tuvo Rusia con México y era consciente del mismo pasado que tuvo él con el ruso, pero era el único en el que confiaba para tocar el tema, para admitir los sentimientos que reprimió por tantos años y que ahora comenzaba a abrumarlo, comenzaban a doler.

Una vez entraron y tomaron asiento el inglés ordenó ansioso vodka, lo cual se le hizo aún más raro al ruso, pues él no solía tomar algo tan fuerte, llegó a la conclusión de que era un tema sumamente delicado e importante para el europeo, éste hacía pequeños movimientos que demostraban su ansiedad, se mantuvo callado hasta que la bebida llegó, entonces Rusia lo vi con cara de que hablara.

Reino Unido tomó un trago de la bebida, hizo una mueca de disgusto y después se tomó todo de un jalón, al terminar pidió más y miró al euroasiático. No tenía ni idea de por donde comenzar.

« Me gusta México » mencionó tomando de nuevo el trago « O bueno eso creo ».

Rusia arqueó una ceja y el inglés prosiguió, le dijo todo, desde que México era Nueva España hasta la actualidad, todo con lujo de detalle, como sólo se pueden recordar las cosas importantes. También le dijo que a pesar de eso no estaba seguro de sus sentimientos, no estaba seguro de nada.

Mientras el inglés estaba acostado en la barra ya ebrio sonó el celular del ruso, quien, extrañamente se encontraba sobrio.

Pudo ver el nombre del contacto: "Finlandia" le pidió un momento a Reino Unido y contestó de mala gana. Una vez acabó la plática volvió a la mesa.

«Tengo que ir a ayudar a mi hijo, puedo pedir un auto para que te lleve a casa» negó « Bien » no le agradaba la idea de dejarlo pero tampoco quería discutir más, al inglés le faltaba desahogarse un poco, ¿que sería lo peor que podría pasar si lo dejaba un momento solo? Después llamaría a Francia. Tomó sus cosas y cuando estaba a punto de marcharse dijo «Solo te diré una cosa UK, México puede ser un muy buen amigo, pero como pareja no te conviene».

Salió del bar, estaba preocupado por su amigo pero no habría algo que pudiera hacer, tuvo una relación con México, cuando eran amigos se portaba muy amable, pero al volverse pareja el mexicano se distanció de él, actuaba cortante y muy frío, sin duda amó al tricolor, no como su amigo lo hace ahora, pero si lo amó y mucho, simplemente las cosas no funcionaron, su separación le dolió bastante, más la indiferencia que él otro demostró ante eso, no quería que UK sufriera lo mismo que él, pero tampoco podía decirle que hacer, sólo advertirle de que estar con México no es algo maravilloso como sólo ser su amigo.

Lo único que recuerda Reino Unido fue algunas cosas que le dijo a Rusia y cuando él se fue, después solo recuerda haber despertado abrazando al tricolor ambos desnudos y en lo que parecía ser la casa del menor.