Especial (Parte 1): 19/01/2018
Era lo más extraño que habían visto... Y eso que la agencia estaba plagada de personas excéntricas.
-Ranpo-san...¿Está bien?-Cuestionó un preocupado Atsushi.
-¿Ah? Claro...Oye, Atsushi-kun ¿Podrías pedirle a Lucy-chan una ración más de ensalada por mí? Y de paso ese endulzante que usa Kunikida para su té.
-¿Está seguro...de que se encuentra bien?
-¿Por qué insistes con eso? Sabes...mejor no pidas el sobre, puedo tomarme mi té sin azúcar.
-¡Yosano-san!
La doctora tocó la frente de Edogawa ante la mirada confundida de éste y luego suspiró.
-No tiene fiebre.
-No me digas que ha tomado uno de los hongos que oculto en el cajón de mi escritorio-Intervino el suicida.
-¿Exceso de trabajo?-Se preguntó el idealista-¿Exceso de aburrimiento tal vez?
-¿Insolación?-Sugirió Kenji.
-Delirios...-Propuso Kyouka.
-¿Algún golpe en la cabeza?-Agrego el albino.
-¿Qué sucede con ustedes?-Inquirió enarcando una ceja, mirando después llegar a la pelirroja con la ración de ensalada-Gracias, Lucy-chan.
Al principio creyeron que sería algo pasajero...
Pero ya llevaba así varios días.
-¿Quién eres y qué has hecho con nuestro Ranpo?
-¿Acaso no puedo aceptar voluntariamente el menú que me impone el presidente?
-Pues...estábamos acostumbrados a verte quejarte y lloriquear cada vez que venías.
-Bueno...decidí que ya no lo haré...¡Comeré de forma saludable desde ahora!-Meditó sus palabras un poco para luego volver a hablar con el mismo tono decidido-¡Pero el té está muy insípido! ¡Mejor quiero un jugo!
Bien, después de todo era Ranpo...
La tarde había llegado y los trabajos en la agencia concluyeron sin novedad, igual para la cafetería a la que acudían los detectives. Ahí, Lucy terminaba su jornada y tomaba las llaves para cerrar pues era ella a quien le correspondía esa tarea aquella tarde.
-Buenas tardes, Lucy-chan-Saludó una tímida voz que la chica conocía bien.
-Buenas tardes, Poe-san...-Sonríe tras darle una mirada-Luces nervioso... ¿Tienes planes románticos para hoy?
-¿A-Ah?
-Es broma...-Mueve una mano para calmarlo-Pensé que le habías prometido algo a tu novio y por eso él ha estado tan extraño.
-¿Extraño?
-Sí... Todos sus compañeros estaban atónitos porque lleva días aceptando de buena manera su menú impuesto.
-¿E-En serio?
-Les dijo a todos que iba a comer sano para que tú no te preocuparas... En realidad imaginé que se lo habías pedido.
-No...no lo hice.
Un leve sonrojo decoró sus mejillas, sonriendo también por saber la importancia que el detective le dio a sus palabras en aquella ocasión.
-Bueno, ya debo irme pero antes...-Sacó una bolsa de plástico, franjas rojas y negras, por la forma que sobresalía del interior se podía deducir que había una cajita dentro-Hay algo para ti ahí...
-¿Para mí?-Cuestiona confundido pero no tarda en reaccionar-¡N-No se lo mencionaste a...
-No le dije nada...-Asegura despidiéndose con un movimiento de su mano-¡Nos vemos!
-Muchas gracias...por ésto...
La pelirroja asiente con una sonrisa antes de irse.
Retomando de nuevo su camino subió al siguiente piso para llegar a las oficinas de la Agencia, mientras caminaba por el pasillo Karl bajó con la intención de adelantarse a la puerta.
-¡E-Espera...!
Se había apresurado para alcanzarle pero terminó golpeándose con "algo" que salió de la nada...o más bien del otro pasillo. Escuchó a su vez la caída de varios papeles al suelo.
-L-Lo siento...-Se disculpó agachándose de inmediato para recoger el desorden que había provocado.
-No, está bien... Yo lo hago.
Poe miró al fin a esa persona con quien chocó, encontrando a ese hombre de cabello blanco y ropa tradicional.
-E-En verdad lo lamento-Insistió entregándole la parte de documentos que había recogido.
-No hay problema-Fue hasta entonces que el líder de la Agencia se fijó bien en el otro, reconociéndolo al fin.
-¿Q-Qué pasa?
-Vienes por Ranpo ¿Verdad?-Suspiró señalando la oficina-Sigue dentro con los otros.
-Ya veo...
-Oye...-Habló acercándose para posar una mano en el hombro de Allan, causando que éste se tensara un poco-Gracias.
-¿Eh?
-Lograste que el testarudo se decidiera a comer como se debe.
-B-Bueno... Yo sólo...
-Cuidalo bien...
El otro alcanzó a asentir, mirando al presidente marcharse y dándose un poco de valor se atrevió a hablar.
-Fukuzawa-san...-Le llamó tímidamente, causando que Yukichi se girara apenas un poco.
Se inclinó levemente ante el mayor, dejándolo un tanto confundido.
-Gracias por seguir cuidando de Ranpo-kun-Una sutil risa escapó tras sus palabras-Soy demasiado débil para llevarle la contraria y siempre termino cediendo a todo lo que quiere...Asi que es bueno saber que hay alguien que sí puede imponerle ciertas cosas que son necesarias para su bienestar.
Una leve sonrisa apareció en el líder de la Agencia mientras escuchaba aquello, asintió para después retomar su camino.
-No te preocupes-Murmuró, aunque el otro ya no lograse escucharlo-Yo tampoco podía...
Después de que Kenji fuera a abrir la puerta tras escuchar ciertos rasguños, una pequeña criatura se adentró en la oficina causando curiosidad en los chicos y un suspiro enternecido por parte de las chicas.
-¡Mi bebé!-Exclamó Edogawa abriendo los brazos para recibir al animalito cuando éste subió a la silla donde se encontraba-¿De nuevo adelantándote? No es bueno que hagas eso siempre...preocuparás al descuidado de Poe-kun.
Y como si fuese un llamado, el susodicho apareció asomándose desde la puerta abierta con cierta preocupación.
-Está sano y salvo-Anunció el gran detective, tomando a Karl con ambas manos y levantándolo para hacerlo notar.
El suspiro de alivio del mayor siguió a un tímido "Con permiso" antes de entrar completamente al sitio.
Edogawa iba a quejarse por la tardanza de su pareja pero notó aquella bolsa que cargaba en la mano derecha.
-¿Qué es eso?-Señala el objeto que captó su atención y desata los nervios del escritor que torpemente lo esconde tras su espalda.
-N-Nada importante.
-¿De verdad?... Entonces no hay problema si me dejas ver.
Levantándose sin soltar a Karl avanzó hasta el más alto, curioso y librando una de sus manos quiso alcanzar esa bolsa.
-Espera...-Pidió retrocediendo.
-¿Por qué no me dejas ver?-Gruñó con su típico puchero-¡Enseñame! ¡Vamos!
De nuevo intentó abalanzarse para arrebatarla y sin pensarlo Poe levantó el brazo para dejarla en alto. Dazai no pudo evitar entrecerrar los ojos con un gesto de dolor anticipado, la última vez que intentó hacerle lo mismo recibió un puntapié que lo dejó cojeando por días.
Pero no, Ranpo no hizo nada de eso, sólo se había quedado quieto frente a su pareja sin despegar la vista de su objetivo un poco desilusionado por la lejanía que se había marcado.
-La quiero...
Edgar tragó en secó...
Por Dios... No, esa mirada no...
-P-Pero...
-Yo la quiero.
-R-Ranpo-kun...
-Dámela...
"Se fuerte" Se repetía el novelista sin cortar el contacto visual "Tú puedes, Edgar... al menos por una vez demuestra que también eres decidido"
-N-No...
-Poe-kun...-Habló frunciendo levemente los labios.
-Es que...
-Estoy seguro que no quieres hacerme enojar-Sonrió haciendo flaquear ese brazo que se había mantenido firme.-No...Poe-kun no quiere eso ¿Verdad?
Hasta ahí llegó la determinación del ex miembro de Guild.
Tras un suspiro derrotado entregó a su novio lo que tanto quería, éste lo recibió con emoción pero no lo abrió.
-¿No querías ver lo que hay ahí?
-Mmnn...No-Se encogió de hombros-Sólo queria que me la dieras.
Los espectadores se golpearon la cara con sus manos, libros, el escritorio... o con lo que encontraran más cerca. Vaya niñito que era el "Pilar de la Agencia"...
-Como sea... Vámonos de una vez-Ordenó adelantándose a la puerta.
-V-Voy.
Las llaves fueron dejadas sobre la mesa y Ranpo se había adelantado a la cocina, dejando la bolsa de lado, para alivio del mayor.
Prefiriendo no mencionarle nada al respecto se dirigió a su alacena para comenzar a sacar algunas cosas y dejarlas sobre la barra.
-¿Y...qué vas a hacer?
-Ah...¿Estaría bien si lo dejo como una sorpresa?
-¿Y se supone que no debo hacer trampa?
-Sí, se supone... Pero Ranpo-kun va deducirlo de todos modos.
-No...por ésta vez dejaré que me sorprendas, cariño-Concluyó dejándole un beso en la mejilla antes de irse-¡Voy a jugar con Karl!
-C-Claro...
Y a pesar de que el detective se encontraba en la sala, podía escuchar el correteo de un lado a otro por parte de éste y su mascota, causándole así un poco de distracción y una inevitable sonrisa mientras procedía a preparar la cena.
-¡Edogawa Karl! ¡Edogawa Karl!-Le escuchaba cantar, deduciendo que ya había atrapado al mapache y ahora lo levantaba en el aire,como a un bebé, haciéndolo subir y bajar.
Decidió concentrarse y continuar cocinando, asi la comida estuvo lista, con su porción adecuada de carne, verduras, y demás condimentos necesarios.
No se molestó en llamarlos hasta que terminó de poner la mesa, dejando todo listo para sus dos queridos comensales.
-Ranpo-kun, ya es hora de...-Frenó sus palabras al mirar aquella escena.
El detective estaba sentado en el sofá... ¿En qué momento se había dormido? Y el pequeño mapache se removía en sus brazos reaccionando a la voz de su dueño pues al parecer había acompañado al menor en su pequeña siesta.
Acercándose en silencio llegó hasta Ranpo, se sentía incapaz de romper con ese sueño pero tampoco iba a dejar que su novio se quedara sin cenar. Contempló su rostro durmiente por un momento haciendo lo posible por grabar esa imagen en su memoria.
Rindiéndose al fin decidió despertarle, llevando una mano a su rostro para brindar una leve caricia, causando que Edogawa comenzara a reaccionar.
-La cena está lista.
-Ammn...Tardaste mucho-Habló entre un gran bostezo mientras estiraba los brazos.
Ayudándolo a levantarse tomó su mano, la cual no soltó hasta llegar al comedor.
Mientras la pareja comía, el mapache iba debajo de la mesa subiendo al regazo de Ranpo y luego saltaba con Poe, chillando para conseguir trocitos de comida pues al parecer la porción de alimento de su tazón no había sido suficiente.
-Poe-kun...-Murmuró el azabache después de un tiempo, ahora jugueteando con su postre.
-¿Qué pasa?
-Sería lindo que hicieras ésto siempre-Comenta para al final llevarse una cucharada a la boca.
-¿Hacer qué?
-Cocinar para mí... quisiera repetir ésto muchas veces más.
-Por supuesto... Puedo hacerlo cuando quieras-Asintió terminando con su porción de pastel y se dispuso a recoger.
-¿Te ayudo?
-No, yo lo hago... Eres mi invitado.
-¿Entonces me puedo servir más y llevarme el plato a la sala?
-Sí...-Suspiró, riendo débilmente.
-¡Yei!
Tras unos minutos, donde se encargó de lavar todo lo utilizado en la cena, terminó por salir de la cocina y dirigirse a la sala, extrañándose por el silencio.
-¿Karl? ¿D-Dónde está Ranpo-kun?-Cuestionó al encontrar solamente a ese mapache, quien dio unas vueltas para luego recostarse hecho bolita.
Una idea cruzó por su cabeza dándole la respuesta más lógica, encaminándose al lugar de inmediato.
Sus pasos se detuvieron en ese cuarto, su estudio... Al mirar la puerta entreabierta no pudo evitar pensar que eso era un cruel pero gracioso deja-vú.
Y ahí estaba...
Se había sentado sobre el escritorio, las piernas cruzadas y en las manos un libro del que aún no despegaba la vista e incluso cambió de página sin inmutarse por el chirrido de la puerta.
-¿Qué? ¿Esta vez no te me vas a lanzar encima para quitármelo?-Inquirió con una leve sonrisa.
-Ranpo-kun...¿Por qué estas leyendo eso?
-Es bueno...-Comentó pasando una nueva página.
-¿E-En serio?-Titubeó acercándose hasta él.
-¿Crees que seguiría leyendo si no pensara eso?-Le respondió apartando un poco el libro para mirarle.-Si le doy mi atención a algo es porque me interesa ¿Recuerdas?
El sonrojo provocó esa sonrisa de triunfo en el detective, quien retomó su lectura mientras el otro tomaba lugar a su lado.
La lectura continuó, llenando el lugar de completo silencio donde el sonido de las hojas era lo único que llegaba a resaltar. Desviando su atención por un momento notó el jugueteo que Poe mantenía con sus manos, sonrió al saberse capaz de comprender hasta el significado de esa pequeña acción.
-¿Por qué no lo has pedido?
-¿Ah?
-Sabes de lo que hablo.
-Es que...
-Vamos, cariño... Sólo lo haré hasta que te escuche decirlo.
Edgar suspiró rendido y atreviéndose a dejar ir al fin aquellas palabras.
-¿P-Puedo besarte?
-Claro...-Concedió el más bajo-Pero espera a que terminen el capítulo.
-Eres cruel-Murmura el otro.
Riendo débilmente, el detective continuó con su lectura pues no había sido por "Crueldad" ya que no quería dejar el relato a medias.
Dio vuelta a la pagina, leyendo la última parte de aquel capítulo, en cuanto terminó miró de reojo a su pareja, que hace rato se había levantado para acomodar algunas cosas del librero que estaba al lado.
No... No iba a decirle nada, Poe había pedido el beso así que él tendría que recordarlo.
Ranpo leyó de nueva cuenta la página, la volvió a leer dos veces más...
¿Acaso no piensa volver a preguntar?
Ranpo quería lanzarle algo para que lo notara pero era demasiado orgulloso y no admitiría que llevaba tiempo necesitando ese beso.
Un suspiro frustrado se escapó de sus labios y tuvo ganas de golpearse la cara con el libro que sostenía por no alcanzar a evitarlo.
-¿Y-Ya has terminado?-Edgar se giró con notorio entusiasmo al escuchar al fin una señal por parte del menor.
-Tonto...
-¿Ah? ¿Por qué...
-¡Sólo ven aquí y besame!
Y como siempre le obedecería, aunque no entendiera el motivo de su repentino cambio de actitud.
Llegó frente a él, apoyando una mano sobre la mesa mientras la otra hacía subir el rostro del detective, quien mantenía los labios fruncidos.
-No sé qué hice pero lo siento-Se disculpa con una sonrisa.
Ranpo le rodea el cuello con los brazos, sin soltar el libro, comenzando así el beso que su novelista no se apresuraba a darle.
A estas alturas ellos habían vuelto eso como una especie de recreación de aquellos antiguos rivales que buscaban hacerse con la victoria y dejar al otro derrotado...aunque en éste caso sería "sin aliento". Como en esas competencias pasadas, Ranpo tenía una notable ventaja...pero Poe no era alguien que aceptara ser vencido tan fácilmente y también buscaba la forma de que el menor cayera primero, por lo menos una vez.
El detalle aquí...era que en estos enfrentamientos estaban muy presentes las tácticas desleales de cierto detective.
Allan se quejó después de aquella mordida que sintió en el labio inferior, cortando con aquel beso y suspirando frustrado ante su nueva derrota.
Sus miradas están fijas, Ranpo sonríe por haber ganado y Poe estaba...un poco descontento con el resultado.
-No pongas esa cara...aprende a ser buen perdedor, cariño.
-Revancha...-Exigió.
-Te ganaré de nuevo.
-No, no lo harás.
Allan sabía que decir eso era lo que llevaba a su detective a aceptar, había aprendido un poco sobre ese orgullo y cómo manejarlo algunas veces.
Volviendo a ser rodeado por esos brazos, Edgar fue sorprendido por un beso demandante,táctica infalible para Ranpo pero ahora el escritor estaba decidido a no dejarse vencer.
La mano que no se apoyaba en el escritorio abrazó la cintura de Ranpo, atrayéndolo un poco más y causando un breve titubeo en éste.
Reforzar el agarre hizo al menor temblar un poco y moverse, comenzaba a sentir incomodidad por la manera en que se hallaba sentado, mantener las piernas cruzadas impedía que el otro estuviera más cerca, por ello las separa, jalando a su pareja para que ocupase el espacio entre éstas.
Con la respiración entrecortada ahora ambos se miraban, dejando ir un suspiro.
-¿Empate?
Edogawa niega, esa no era una opción para él.
Poe se había mantenido apoyado con uno de sus brazos sobre el escritorio pero éstos parecían perder poco a poco su fuerza, sumado al agarre que el menor mantenía en su cuello y el constante empuje que éste ejercía con el fin de acercar sus cuerpos lo más posible, provocaron que terminara flaqueando.
El detective se quejó un poco cuando su espalda golpeó contra la mesa,levemente asustado también al sentir el libro caer justo al lado de su cara.
Edgar apenas pudo incorporarse debido a que el brazo carecía de fuerza en el momento, sólo consiguió utilizar el otro para apoyar su peso y apartarse lo suficiente del más bajo.
Reparó entonces en esa imagen, en el sonrojado rostro de su novio, quien permanecía inmóvil bajo él, mirando desde su perspectiva.
Debería levantarse...y ayudarlo a él también.
Pero...
Ahora mismo estaba inclinándose de nuevo hasta el detective y éste volvió a aferrarse al mayor pero esta vez a su espalda, tomando su ropa con fuerza, cegados ambos por esa adrenalina que les embargaba por completo.
Mientras exploraban cada rincón de sus bocas, las manos del escritor delineaban la cintura de su antiguo rival, terminando por frenar en la cadera.
Cortado de forma repentina el beso, gruñó con cierto toque de frustración.
-Ranpo-kun...-Fue más un jadeo ronco que una palabra, pero al ser susurrada en el oído de Edogawa provocó que éste se estremeciera y mordiera su labio para detener el ruido que casi escapa de su boca.
-Este no es el lugar...donde quisiera hacer este tipo de cosas...con Ranpo-kun...
¿Este tipo de cosas?
Ranpo trató de calmarse, esas palabras no le aclaraban por completo aquello que necesitaba saber... si es que ambos estaban pensando lo mismo y con eso se refería a...
Planeaba bromear un poco y tratar de averiguar preguntando algo como...¿Qué quieres decir con "Ese tipo de cosas," Poe-kun?
Pero lamentablemente en esos momentos su mente y cuerpo estaban tan divididos que ni siquiera se percató cuando le dijo al otro...
-¿Entonces dónde?
¿Llegué a tiempo a la celebración?
Lo siento tanto...entré en una crisis creativa y ésto no quedaba por más que me esforzaba... Si la segunda parte no alcanza a publicarse hoy en verdad me disculpo pero haré todo lo posible por terminar de transcribirla.
¡Poe-kun te he fallado!
Bueno... ¡Feliz cumpleaños Edgar Allan Poe!
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