Capitulo 37
Poe sale de la oficina donde había mantenido una larga y complicada conversación con un viejo amigo, ponerse al día sobre tantas cosas en tan poco tiempo e incluyendo el motivo de su visita le había hecho pasar por un par de sonrojos que fueron recibidos por risitas y palmadas en la espalda. Puede por fin dejar ir el aire retenido en los pulmones tras el momento tan difícil de sobrellevar para él.
Con ese asunto resuelto decide buscar al resto, mientras se adentra en los pasillos toma su teléfono para preguntar a Elena por su ubicación. Recibe un texto con la respuesta y se encamina al lugar indicado encontrando de camino a Rosalie y Henry quienes se unen para ir con los demás.
Una vez ahí, Edgar puede ubicar fácilmente a su hermana quien en ese momento parecía estar revisando algo en su móvil, Dupin por su parte se encontraba sentado en el amplio sofá vigilando a Karl que se movía ansioso en su sitio y que en un impulso trepó por el respaldo tratando de ir por el otro lado siendo detenido por el detective francés quien lo devuelve a su lugar dónde de nuevo se pone a dar vueltas.
El detalle de una obvia ausencia lo confunde más aún cuando Elena, al notar su llegada, se tensa dejando el teléfono para mantenerlo contra su pecho.
-¿Dónde está Ranpo-kun?
-Dijo que necesitaba ir un rato afuera y que no tardaría-Responde el rubio deteniendo un nuevo intento de escape del mapache.
¿Salir?
¿Salir...él solo?
-Le envié un mensaje para decirle que ya habías terminado tus asuntos y vendrías aquí...desde eso ya ha pasado mucho tiempo.-Agrega la chica dando un nuevo vistazo al teléfono-Pero sigue sin contestar...al parecer ni siquiera los ha visto.
¿Irse de repente?
¿No responder a los mensajes?
¿Dejar incluso a Karl?
-No veo de qué preocuparse-Señala Dupin-Seguro está...
Frenando sus palabras mira al escritor apresurarse a la salida con una expresión en su rostro que era todo menos tranquila.
Llegó al exterior con la respiración agitada mirando su alrededor sintiéndose terriblemente preocupado.
Era extraño.
Ranpo no haría algo como eso sólo porque sí.
El miedo recorre su ser al no ver rastro de su detective y con el móvil apoyado en su oído rogaba por que esos tonos dieran paso a la voz de su pareja. Pero no, no hubo respuesta y la condición de su corazón acelerado empeoraba.
¿Debería dejar de tratar y considerar llamar a la policía?
Aunque estuvo a punto de optar por aquella idea la llamada entra al fin y ni siquiera da lugar para escuchar cualquier palabra que pudiera provenir al otro lado de la línea.
-¡Ranpo-kun! ¡¿Dónde estás?!
-¿Poe-kun? Espera... No grites.-La voz es débil como si el menor estuviera alejado de la bocina además que el tono bajo y extraño usado por el menor le desconcierta.
-¿Dónde estás?
-¿Dónde?-Se escucha un largo sonido de duda que termina en un suspiro-No lo sé.
-¡¿C-Cómo que no lo sabes?!
-Salí de la tienda, caminé hacia...¿La derecha? Encontré una cafetería y me detuve a descansar, quería helado...pero no tenían así que me ofrecieron otra cosa... ¿Cómo lo llamó? No entendí bien, era un nombre extraño...¡Pero era una bebida tan dulce! ¡Muy dulce y te dejaba un cosquilleo en la garganta! Por cierto, quiero otra más...¿Puedo pedir otra?
-No es posible.-Murmura el novelista llevándose una mano al rostro-¡Ranpo-kun! ¡Necesito saber donde estas!
-¡Qué no lo sé!-Gruñe alargando el quejido.
-Bien, de acuerdo-Intenta calmarse respirando profundo-Llama a la persona que te atendió y dale tu teléfono, le voy a preguntar la dirección.
-¿Puedo pedirle más jugo también?
-No, no puedes.-Niega recibiendo un nuevo reclamo infantil-Dale el teléfono a quien te atendió ahora.
Escucha un par de quejidos más pero consigue que el detective le haga caso y obtiene las indicaciones necesarias para llegar al lugar donde éste se encontraba.
Por suerte no era un sitio que estuviera lejos, le bastaron menos de cinco minutos para hallar el local referido y, en las mesas colocadas fuera, a su novio jugueteando con un vaso de cristal vacío que rodaba sobre la superficie de madera pintada de verde.
-Yo quería otra.-Se lamenta en un tono recriminatorio en cuanto ve al mayor llegar a su lado.
Durante la conversación con el empleado averiguó el contenido de la tan mencionada bebida ordenada más de una vez por Edogawa. La cantidad de azúcar superaba a la de alcohol pero dada la condición poco acostumbrada a ésto último terminó con el resultado que ahora veía.
Después de haberse encargado de la cuenta generada vuelve con el joven de mejillas sonrojadas y mirada somnolienta.
-¿Nos vamos?
Con un suspiro desganado se incorpora frotándose los ojos ante la sensación de mareo que se reduce gradualmente y le permite encaminarse a la salida.
-¿Quieres decirme por qué te fuiste e ignoraste los mensajes de Elena?
Ranpo no responde, ni siquiera le dirige la mirada mientras camina a su lado. Poe sabe que eso no es una buena señal y no está seguro si es un momento adecuado para insistir por lo que sólo le toma la mano notando con extrañeza el apenas perceptible sobresalto por dicha acción.
-¿Te sientes bien?-La única respuesta que recibe es un asentimiento-Bueno...tenemos que volver, hemos dejado a los demás en la tienda.
Es entonces que el andar del más bajo se detiene y en consecuencia el escritor acaba frenando sintiendo la conexión de sus manos tensarse.
-¿Qué pasa?
No sabe cómo decirlo, más bien no quiere decirlo pero en verdad no le gusta la idea de regresar. Desea alejarse de todo, de Dupin, de ese familia, incluso de Edgar.
Incluso de Edgar...
Pero...
Contrario a ese último pensamiento el agarre que lo une con el mayor no se deshace, los dedos se enlazan con más fuerza antes de jalar para atraer a su pareja llevándoselo en dirección contraria de su destino inicial.
Sin el valor de reusarse Poe decide ceder y dejarse arrastrar por el otro, sabe que Ranpo no hará más que tomar tomar caminos al azar y tal vez lo único que necesita es esperar a que se encontrara listo para hablar de lo que sea que le esté ocurriendo.
El trayecto en total silencio no ayuda mucho para calmar la inquietud de Poe, no tiene idea de lo que pueda estar pasándole a su novio y comienza a preocuparse demasiado.
Habiendo pasado ya algunos minutos caminando el teléfono de Allan irrumpe con su tono de llamada y tensándose por no saber si debería ignorarlo o no escucha al fin la voz de su pareja.
-Contesta.
El tono usado, aunque permisivo, no parecía convencer del todo al mayor sobre si estaba realmente de acuerdo pero no quería llevarle la contraria ni en ese sentido si sus palabras habían sido esas.
-¿Sí? Ah, Elena... Claro, lo he encontrado-Frunce los labios ante la pregunta escuchada al otro lado de la línea-Yo...creo que tardaremos un poco. No se preocupen, pueden adelantarse a casa si ya han terminado sus compras, nosotros los alcanzaremos en un rato.
Ranpo se mantiene ajeno a la conversación, no escucha una sola palabra y en realidad no le interesa prestar atención. Vuelve a frotarse los ojos con un gruñido bajo por el síntoma persistentes del mareo.
-Todo está bien, no te preocupes-Continúa Poe recibiendo las constantes preguntas de su hermana, no deja de mirar a los lados para tratar de recordar el camino de vuelta, nunca había estado en ese lado de la ciudad y esperaba no acabar perdiéndose junto con Ranpo-Los alcanzamos en casa ¿Sí? Nos vemos.
Segundos después de haber finalizado la llamada observa como su pareja se detiene, la mirada esmeralda curiosa parece analizar algo en uno de los edificios. Cuando el mayor busca el punto de atención del detective se queda quieto, corrobora si en verdad está mirando esas llamativas letras de luces neón y al darse cuenta que no estaba imaginando cosas no pudo evitar tensarse.
Eso de ahí era un motel...
A pesar de todo no deja ir la posibilidad de estar malinterpretando todo por lo que, tras dejar su indecisión, elige preguntarle al menor.
Pero apenas pudo decir un par de sílabas cuando el agarre de sus manos fue reforzado por Edogawa para hacerle avanzar.
-¿Ir allá?...Bueno, no tengo problema-Se adelanta a hablar con naturalidad, aunque siga sin dirigirle la mirada, arrastrándolo rumbo al edificio.
-¿Q-Qué?
Aturdido, tartamudeando intentos de palabras que al final no se hilaban con sentido reacciona hasta que escucha la puerta de la habitación a la que entraron cerrarse tras su espalda. Las manos del detective se apoyan en sus hombros para llevarlo en reversa hasta que tropieza sentándose de golpe en la cama y aunque quiere preguntar al menor el motivo por el que llegaron a esa situación este se ha montado en su regazo y le rodea el cuello en un abrazo donde el rostro se oculta con insistencia confundiendo al escritor.
-¿Ranpo-kun?
No hay respuesta pero el llamado hace que Edogawa se aferre, sólo un poco más, al agarre que ejerce a la ropa del otro desde la espalda. Los segundos transcurren en el mismo pesado silencio y es de este modo que Poe puede sentir un ligero temblor en las manos de su pareja, algo parecido pasa sobre su hombro donde percibe la presión que Ranpo ejerce cuando al parecer aprieta los dientes buscando retener algo, ya sean palabras...o tal vez algo diferente.
-Ran...-Su intento de separarlo con cuidado es frenado pues el azabache se niega, ha puesto fuerza insistente para impedir que consiguiera moverlo-Por favor dime qué tienes...
Después de ello escucha un suspiro, el primer sonido que su detective deja ir y que consigue atenuar al menos un poco su preocupación.
-No quiero retractarme-Le escucha susurrar con un tono que apenas entiende debido a que ha ahogado las palabras en ese abrazo en el que se refugia.
-¿De qué hablas?
-Me convencí a mí mismo...-Comienza en el bajo murmullo que es audible gracias a la cercanía de ambos-Traté de pensar...que sin importar lo que hubiera pasado antes...podría decir que estaba bien...si al final te tenía aquí pero...
Los ojos del escritor se abren más en reacción a lo que ha entendido de aquello, de nuevo intenta separarse un poco de su novio pero este se resiste a dar la cara, no está preparado para ello...no sabe si lo estará.
-¿Quién te lo dijo?-Cuestiona entendiendo al fin el motivo de su conducta, nervioso y asustado por lo que pudiera desatar una conversación a la que nunca había deseado llegar.
-Eso no importa.-Los dedos que se sujetan a la ropa de Edgar siguen temblando y, mordiéndose los labios antes de hablar, trata de no perder la calma ante la situación-Dime... ¿Cómo se supone que siga con esto ahora?
-Ranpo-kun.
-¿Cómo seguir con ésto ahora que lo sé? Estamos hablando de suicidio, Poe-kun... Deseaste terminar con tu vida y eso fue mi...
-¡Ranpo!
Con un quejido involuntario Edogawa reacciona viéndose apartado lo suficiente, los ojos esmeralda empañados por la humedad parpadean al ser expuestos de una forma tan repentina después de esforzarse tanto en ocultarlos.
-De ninguna manera ha sido tu culpa.
-No intentes mentirme.-Recrimina molesto.
-No lo hago.-Niega elevando el nivel de su voz para que le dejara hablar.-¿Quieres calmarte y escucharme, por favor?
Aunque al principio se mostrara renuente Ranpo acabó por ceder a las manos que han alcanzado su rostro, exhalando al recibir el cálido contacto que siempre lograba persuadirlo para relajarse, esta vez de un modo más rápido que de costumbre, adjudicándolo a los sentidos adormilados por las bebidas de antes y su necesidad inconsciente de sentirse mimado.
-Lo intenté, sí-Confiesa el mayor desviando la vista, puede sentir la ligera inclinación en el rostro contrario pero los dedos se deslizan hasta el mentón para elevarlo y poder mirarle a los ojos de nuevo.-Pero no tienes que sentirte responsable por las malas decisiones que tomé en ese entonces... Tú nunca dijiste o hiciste algo con la intención de provocarlo, fui yo quien entendió mal todo y creó un concepto erróneo de lo que sucedió. Es sólo eso...soy yo quien debería culparse por haber llegado a confundirme al grado de creer odiarte y pensar en hacerte daño.
Mira al menor morderse los labios buscando el control suficiente para para impedir que esos rastros lagrimosos desbordaran de los párpados.
-Sólo quiero que sepas algo...-Murmura suavizando el tono utilizado antes volviéndose entonces más cariñoso, acaricia las mejillas del rostro que sostiene entre sus manos con las yemas de sus dedos.-Sea cual fuera el motivo...quien me hizo mantenerme aferrado a la vida fuiste tú... Y lo sigues siendo.
-Ah...no es posible-Exhala Edogawa apoyando su frente con la de Allan.-¿Cómo puedes hacerme ésto? De repente decir esas cosas... Tonto.
En una mezcla de risa y llanto el más bajo le da a su pareja a su pareja un tirón de pelo aprovechado después en agarre a ese mechón para adentrar los dedos entre los rizos caoba.
-Eso duele-Se queja el escritor.-¿Por qué siempre terminas haciendo eso?
-¿Por qué?-Repite en un tono de falsa molestia cortando la distancia para darle un beso fugaz.-No es fácil encontrar qué decirte cuando no me lo espero ¿De acuerdo?
Pasando los brazos por los hombros de su pareja sonríe travieso ladeando el rostro.
-Bien, ya que estoy listo puedes seguir hablando, vamos... ¿Qué más?
-A-Ah...-Titubea sin tener idea de qué decir, la risita del menor provoca su sonrojo.-¡Ranpo-kun! ¡No es justo! Sólo te gusta verme avergonzado.
-Me gusta, claro.-Corresponde con una cálida sonrisa.-¿Cómo habría caído por ti si no? Cuando te veía así quería que esa expresión fuera para mi solo.
El rostro de Edgar, ya ruborizado, aumenta en su escala de rojos tras escucharlo.... ¿Ese era su novio? Hablar cosas como esas tan naturalmente no era muy habitual en él.
Una nueva risita del detective se oculta en sus hombros cuando este vuelve a abrazarlo, el acto ahora no titubea, es firme y se aferra con fuerza. El rostro del azabache busca acomodarse causando en el novelista cierto cosquilleo en la nuca por el choque de la respiración en esa zona, la actitud que se asemejaba a la de un gatito buscando acurrucarse provoca una sonrisa en el más alto quien se une al gesto abrazándolo también.
Puede dejar ir un suspiro de alivio ya que la confianza de Ranpo había sido restaurada, ahora entendía la insistencia en buscar un sitio como al que fue arrastrado, necesitaba ocultarse, ocultar cuanto había sido afectado por aquello que, sin conocer el verdadero trasfondo, había alcanzado a herirlo al creerse responsable.
Sólo era eso...
"Acerca de Edgar... ¿Qué pensarías si, después de venir aquí y pasar tiempo con su familia, él sintiera que no le gustaría volver a Japón?"
"No impediría que Poe-kun eligiera esa opción si en realidad lo quisiera."
"Esa es una linda respuesta... Pero me gustaría que ahora fuera más honesto con lo que realmente piensas al respecto."
Lo que realmente pensaba...
"Nunca..."
"Nunca podría dejarlo ir."
"Si dependiera sólo de mí... No lo soltaría jamás."
Es egoísta, lo es...
Siempre lo ha sido...
No es del todo su culpa.
Sus dedos se adentran aún más en el cabello de la nuca de su pareja tomando las hebras con firmeza y su rostro se hunde en el espacio que le brinda el cuello contrario respirando ese aroma familiar al que tanto se ha acostumbrado.
Edgar debía hacerse responsable igual que él.
Ya era parte de cada ámbito de su vida...
Dejarlo ir sería perder algo de sí mismo también.
No era justo, para nada.
Sólo pensarlo hace que al calor de su cabeza se sume una sensación de vacío en el pecho que no sabe cómo calmar.
Poe reacciona ante los besos que comienzan a hacerse presentes detrás de su oreja y descienden generándole escalofríos. Las manos antes aferradas a su espalda se mueven colándose entre sus ropas buscando los botones del saco para removerlos prosiguiendo a hacer lo mismo con los de la camisa.
Edogawa se aparta volviendo a mirarle, ladea el rostro, pensando, mostrándose inconforme, no encontrando la manera de conseguir lo que quiere, tener más de Edgar, encontrar el modo de satisfacer ese lado herido que necesita hacerle saber lo que es, parte de su vida, de él mismo...suyo.
Pero no puede...
Porque a pesar de las palabras de su pareja todavía no puede liberar por completo esa culpa que se había arraigado tan profundo y le carcomía el alma cada vez que veía esa cara, esa expresión preocupada, siempre atenta y dándole prioridad a él, incluso en esa situación, tomando la culpa mencionada y volviéndola para sí mismo intentando hacerle sentir mejor.
Tal vez ahora era su turno de tratar de compensarle por ello...
Respira profundo tratando de aclarar las ideas de su mente extrañamente desordenada que cada vez le da paso en mayor medida a los impulsos.
Se inclina para buscar los labios del escritor siendo correspondido por este sin problema aunque después se sobresaltara debido a la mano que se deslizó hacia abajo alcanzando su entrepierna y acariciando sobre la tela del pantalón con movimientos concisos e intenciones obvias.
Dando una breve pausa al húmedo beso ambos se miran a los ojos, Allan encuentra algo diferente en los orbes esmeralda que tienen su atención en él, no entiende muy bien lo que es y no puede pensar más en ello porque se pierde en el brillo encantador, en esta ocasión aún más que otras, de esa mirada que tanto ama.
Ranpo desvía un momento la vista hacia abajo comprobando que sus atenciones obtuvieron el resultado que quería y, mientras cambia su postura dejando el regazo de su pareja, la boca se dedica repartir besos y hacer marcas en la piel conforme desciende mientras las manos se ocupan del cinturón.
Tras haberse encargado de correr el cierre y deslizar la ropa de la parte baja de su pareja,lo suficiente para liberar la erección que había hecho despertar, aprovecha entonces el espacio entre las piernas de Poe y toma un par de segundos al arrodillarse terminando con los besos para soltar un profundo suspiro sin mirarle.
Extrañado ante la posición optada por el menor Allan estaba a punto de preguntar algo cuando lo ve inclinarse una vez que ha tomado su miembro y acercárselo a la boca sin titubear.
-¡Ranpo-kun!-Reacciona alarmado-¡E-Espera! ¿Qué estás...¡Ugh!
El jadeo inevitable debido al primer contacto de la lengua le ha avergonzado y Ranpo suelta una risita por la reacción provocada repitiendo lo hecho de una forma ahora más lenta generando en el más alto un estremecimiento que lo obliga a cubrirse la boca con una mano.
-No hagas eso.-Pide en un susurro.-Yo...no creo que...
Acercando una de sus manos intenta persuadir al otro de apartarse pero rechazando el contacto con brusquedad este suelta un gruñido sin detenerse un momento.
-Ranpo-kun...-Implora sin poder reprimir el cambio de voz que no le sirvió de mucho para convencerle de parar, en cambio pareció producir el efecto contrario.
Esta vez Ranpo le dirige la mirada al fin, cesando por un tiempo la acción de su boca pero sin dejar de atenderlo con los movimientos de su mano.
¿Parar?
¿Y perderse el panorama que tenía ahora?
¿Dejar de ver ese rostro lleno de pena que trataba de negarse a algo que claramente no le desagradaba?
No...
Estaba decidido a compensarlo.
Todas esas veces que Edgar se dedicó a amarlo, donde se centraba sólo en él...
Ahora podía dedicarse enteramente a devolverlas a su manera.
Elena da un nuevo vistazo al reloj de la sala mientras se pasea por esta jugueteando nerviosa con sus dedos.
-Dupin, ya es tarde.-Murmura preocupada.-Llevan mucho tiempo fuera, está oscureciendo... ¿Por qué tardarán tanto? ¿Ranpo-kun estará realmente bien? Edgar no contesta el teléfono... ¿Estará molesto conmigo por haber descuidado a Ranpo-kun? ¿Puedes intentar llamarle tú esta vez?
El rubio, quien había estado observando el ir y venir de la joven, cede a su insistencia tomando el móvil para buscar el número del escritor pero el sonido del timbre lo detiene.
Es Henry quien al final acude a abrir al estar más cerca de la puerta y debido a que los otros se habían quedado quietos en su lugar.
-¡Edgar! ¡Estabamos...-Elena detiene el avance y sus palabras un instante al percatarse de la situación, su hermano cargando al detective sobre la espalda, este con el rostro oculto en el abrazo apenas aferrado al mayor. Notando que estaba completamente dormido baja el tono de su voz acercándose con pasos más discretos.-Estábamos preocupados... Te llamé varias veces.
-Lo siento.-Responde en un tono bajo también, ladeando el rostro en un gesto que pedía ser disculpado para después desviar la vista.-Yo...creo que no escuché mi teléfono.
-¿Dónde estaban?
-Bueno...-Duda un momento, pensando qué responder a aquello.-Pensé en llevar a Ranpo-kun a conocer un poco más la ciudad y...al final se nos hizo tarde, él estaba cansado por todo lo de hoy así que se quedó dormido en el taxi de camino a casa.
-¿Él...está bien?-Cuestiona esta vez Dupin mirando curioso al azabache.
-Sí, lo está.-Afirma y poco después siente a su novio moverse escuchando un débil quejido adormilado.-Voy a dejarlo en la habitación, ya vuelvo.
Haciéndose a un lado para permitirle avanzar Elena lo deja ir y Poe sonríe un poco, conoce esa mirada suya, sabe que su hermanita se siente culpable por lo sucedido pensando que no había cuidado bien de Ranpo en su ausencia, por ello regresaría a hablar con ella en cuanto pudiera.
-¿En verdad no pudiste...haberle inventado algo mejor?
-Nunca se me ha dado mentirle.-Responde con un leve rubor en el rostro a esa pregunta en voz baja y cansada por parte de su pareja.-¿Ya estabas despierto entonces?
-Desde poco antes de llegar a na entrada, pero no quería que me interrogaran también.
-Ya veo.-Concede en medio de una risa discreta mientras libera una mano el tiempo suficiente para abrir la puerta de la recámara.
Adentrándose en la oscuridad del sitio ubica la cama y se dedica a dejar a Edogawa con cuidado sobre esta, el detective se frota los ojos mientras intenta acomodarse y Edgar lo cubre inclinándose para tomar ese rostro entre sus manos recibiendo el contacto que revelaba el rastro húmedo tras la ducha tomada antes de volver. Deposita un beso en su frente ocultando su expresión avergonzada e indecisa entre esas oscuras hebras con olor a shampoo.
-Ranpo-kun...-Susurra cuando al fin se da el valor de hablar-La próxima vez quiero ser yo quien intente hacer eso.
Entendiendo a lo que el otro se refería, Ranpo se oculta avergonzado en el hombro de su novio tomando unos segundos así antes de asentir como respuesta.
¡Segunda parte de las actualizaciones por el cumple de Poe! 🎈🎈🎈🎈
Lamento haber tardado tanto con esto pero como verán no era algo tan fácil para mí, todavía me cuesta redactar algunas cosas y tuve que cortar la escena que tenía contemplado desarrollar más pero bueno... Eso me gano por querer hacer algo en lo que todavía no tengo experiencia suficiente.
Como bonus: Hoy se suben dos capitulos de esta historia así que más tarde voy publicar el otro. Y una nota importante.
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