Capitulo 32
¡Me enteré que alguien cumplió años ayer!
Oye...aunque no lo sepas tú alegraste mi cumple, que fue en mayo, publicando un capítulo de "Lust" ese día y estuve tan emocionada por la actualización que hasta se me pasó comentar para agradecerte eso.
Intenté acabar ésto ayer pero el sueño me venció y tenía que estar lista para venir al trabajo hoy, lo siento.
Espero que te guste ni regalo,
-Stexlty-
¡Feliz cumpleaños!
-Ranpo-kun...
-Otra-Interrumpe sin dejar al otro continuar.
-S-Sí...-El escritor toma una nueva cucharada de pudín para llevarla a la boca de su pareja-Pero tú...
-Otra.
Y Poe obedece de nuevo.
Al haberse dormido hasta tarde el detective se negó a despertar y levantarse para tomar el desayuno con el resto, Allan decidió esperar también y ahora siendo casi medio día apenas terminaban de comer sus primeros alimentos.
-¿Sigues molesto?
-Tal vez.
-¡Y-Ya te dije que lo siento! No me di cuenta que era tan tarde.
Frunciendo los labios Edogawa desvía la vista para suspirar.
-De acuerdo.
El sonido de la silla deslizarse sobre el piso le hace mirar de nuevo hacia el escritor recibiendo un beso antes de verlo levantarse para llevar los platos al lavabo. Ranpo sacude las migajas sobre la mesa de la cocina, donde Rosalie les brindó un espacio más íntimo para desayunar, y toma un último sorbo de jugo.
Poe aprovecha para lavar también los cubiertos y mientras se seca las manos un agarre firme en uno de sus brazos le hace darse vuelta, las manos del azabache ahora se apoyan a los costados, acorralándolo.
El breve lapso de silencio y cruce de miradas da lugar a un acercamiento mayor, la exigencia de un beso después de la madrugada que forjó cierta distancia por culpa de los celos ayuda a aliviar la tensión de ambos.
Separándose aún cuando Edgar se quejara por ello hace al menor reír para después rodearle el cuello con los brazos.
-¿Todavía no me perdonas del todo?
-No.
-Escuché que abrieron una heladería cerca de aquí.
-Buena jugada, cariño-Ladea el rostro cambiando el tono de voz-Pero al volver espero otro tipo de compensación.
Apartándose completamente muestra esa actitud infantil que contrasta con la de segundos atrás.
-¡Vamos entonces!
Ranpo se encuentra listo en poco tiempo, sale de la habitación para alcanzar a Poe que estaba abajo pidiendo las indicaciones correctas para llegar a ese local que nunca había visitado pero del cual escuchó hablar a su hermana varias veces.
Frotándose los ojos sintiendo aún los efectos del desvelo anterior acaba chocando contra algo, el quejido mutuo le hace notar la otra presencia con la que había tropezado, un joven de cabello negro que ahora mismo recoge una libreta pequeña soltada por su descuido.
-Lo siento-Se disculpa incorporándose-Estaba distraído leyendo la lista de compras...amm ¿Ranpo-kun, cierto?
El detective ríe débilmente ante el intento de pronunciación del sufijo pero lo deja así.
-Y tú... ¿Henry?-Espera a que el mayor asienta para continuar-¿Iras a hacer las compras a mitad de semana?
-Cuando hay invitados Rosalie me tiene dando vueltas a las tiendas todo el tiempo, complacer los gustos de las visitas es algo importante para ella...más ahora que ustedes están aquí.
-Entiendo...-Al mirar el ademán del mayordomo para continuar el avance retoma su camino con él.
-Mi hermana tiene experiencia con los postres pero está algo nerviosa, es la primera vez que convive... que convivimos con alguien de Japón.
-Oh...no tiene de qué preocuparse, estoy aquí para conocer el hogar de Poe-kun, no espero que todo sea como en casa...sabes, la comida de Rosalie es muy buena.
-¿De verdad? A ella le alegrará oírlo.
Meditándolo un instante, Ranpo se decide a alcanzar la libreta que Henry sostenía y la toma para mirar.
-O-Oye...
-Voy a ayudarte un poco-Usa el bolígrafo que estaba entre las páginas para comenzar a escribir.
-¿Ayudarme?
-Seguro serás el héroe de tu hermanita cuando le digas que has conseguido una lista de las cosas que me gustan... Sabores, tipos de comida, dulces favoritos, eso le serviría de mucho.
-Ya veo, gracias-Habla conmovido tras recibir de vuelta aquel cuaderno-¡Ella va a amarme por ésto!
-Sí, lo hará-Corresponde notando el cambio de la seriedad y madurez iniciales.
Un débil quejido se escapa cuando el más alto lo sorprende con un abrazo, rodeado por esos brazos que prácticamente le han cubierto la vista intenta moverse pero la efusividad del gesto se lo impide.
-Te debo una.
-Bien, pero... ¡H-Hey! ¿Quisieras...
-Henry...
La voz conocida pero más que nada el tono adquirido por ésta petrifica al nombrado y lo hace soltar el agarre a la vez que el detective se aparta recuperando el aliento robado por la carencia de espacio para respirar.
-Ranpo-kun y yo vamos a salir ahora así que si ya terminaste...
-¡P-Por supuesto! Y-Yo...yo iba a...¡Iré con Rosalie a hacer las compras!...¡Rosalie!
Sin más el pelinegro sale en busca de su hermana dejando a los otros solos, Ranpo se arregla el cabello soltando un suspiro con la respiración más calmada.
-Es...más expresivo de lo que aparentaba-Comenta mirando aún la ruta por la que el mayordomo se fue.
-Podemos hablar de Henry después-Cuando Poe le da alcance le toma de la mano incitándole a avanzar-¿Nos vamos?
-Ah, claro.
El trayecto, con un par de llamadas a Elena para volver a verificar cada calle los lleva al establecimiento amplio, fresco y decorado con colores pastel. En medio de su entusiasmo el detective arrastra a Edgar para entrar de una vez, es él mismo quien pide su helado después de varios minutos analizando cada opción y posibles combinaciones.
Edgar lleva sintiendo algo en el ambiente una vez que su pareja ha comenzado a comer, librándose un poco de la práctica del inglés ha comenzado una conversación en su idioma natal y eso ha llamado la atención de algunas personas, y por supuesto, no es sólo su modo de hablar lo que les causa curiosidad, si ya naturalmente Ranpo es una persona que de una forma u otra se hacía notar en Japón fuera de su país esa peculiar presencia se volvía más evidente.
-Poe-kun...
Reaccionando a la voz de su novio atiende su llamado, la copa vacía y la mirada fija en la que él aún no acababa debido a su distracción le hace suspirar.
Sostiene su cuchara y, pensando no sólo en complacer a Edogawa sino también en aliviar su propia tensión ofrece un bocado de su postre, algo que el menor acepta sin problema pidiendo una más.
Pasándose así varios minutos el juego de avioncito se termina, ante la sensación de algo en el borde de los labios el azabache ladea el rostro y uno de los dedos busca limpiar ese resto de dulce pero frenando su acción las manos del escritor acunan su rostro y levantando se de su lugar éste lo alcanza para dejarle un beso, acto que de paso se encargó de limpiar ese residuo de helado.
-Compraré algo para Elena y los demás, después de eso...¿Podemos volver?-El susurro contra sus labios hace que el detective solo atine a asentir.
Mientras Poe lo deja un momento para pagar la cuenta y ordenar los pedidos que llevará a casa Ranpo se lleva una mano al rostro, sonríe al tiempo que se muerde el labio inferior... Ya venía pensado que su novio estaba un tanto extraño asi que ahora tiene claro el porqué.
El camino de regreso, ambos tomados de la mano por la sorpresiva iniciativa del novelista, se acompaña con una paleta de hielo que es compartida entre ellos, cruzando las puertas de la casa Ranpo todavia mantenía el palito de madera entre los dientes.
-¡Edgar! ¿Me trajiste el mío? ¿Lo compraste de fresa, verdad?-Elena es la primera en recibirlos tomando en sus manos la cajita con las raciones de todos.
-¿Rosalie y Henry aún no vuelven?
-Regresamos hace poco pero Henry se fue corriendo a la cocina en cuanto escuchó que llegabas-Responde la joven pelinegra adentrándose a la sala.
-¡No vine corriendo!-Replica la voz de su hermano asomándose desde la puerta de ese cuarto, en cuanto cruza miradas con Edgar y éste le sonríe deja ir un chillido temeroso ocultándose más mostrando apenas parte del rostro-¡Estoy lejos! ¡Estoy lejos! ¡¿Lo ves?!
-Traje uno para Dupin también.
-Él está en la biblioteca, voy a llamarlo para que pueda comerlo antes que se derrita-La mucama se inclina para acudir en busca del otro invitado.
-Hay algunos bocadillos para Karl ¿Lo han visto?
-Lo vi subir las escaleras hace rato, no creo que tarde en venir al escuchar que llegaron.
-Está bien-Poe da un ligero toque al menor para llamar su atención-Ahora volvemos.
Sin entender muy bien esa señal que le indicaba seguirlo es conducido a la recámara, estando por preguntar sobre lo que sucedía, teniendo la respuesta pero esperando escucharla del mayor, es callado por el sonido de la puerta cerrarse tras ser empujada.
Los brazos de su pareja le rodean la cintura atrayéndolo, un suspiro ansioso y la apariencia inmóvil espera analizando el siguiente movimiento.
Una de las manos libera el agarre para alcanzar el rostro del más bajo delineandolo hasta hasta colocarse en el mentón y elevarlo, uniendo sus labios al fin. Los dedos se aferran esta vez a las hebras oscuras tomando el cabello con firmeza, los pasos llevan al detective en reversa sin que él se resistiera a ello llegando al borde de la cama y cayendo sobre ésta.
Ranpo le rodea con los brazos, dejándose llevar por la iniciativa y los motivos que habían tras ella, un quejido reclama cuando el mayor se aparta de repente sin embargo la mirada que se desvía buscando otro objetivo y los tirones que deshacen su corbata le impiden decir algo.
Reprime un débil gemido al recibir los besos húmedos sobre el cuello, mueve la cabeza hacia atrás dándole más espacio para las marcas que sabe que su novio quiere dejar. Siente las manos deslizarse bajo su espalda pegando sus cuerpos haciéndolo removerse por el aumento de la ansiedad.
-Edgar...
El llamado detiene al escritor, el agarre tembloroso que se aferra a uno de sus brazos le da una idea de la situación. Su mirada encuentra ese rostro sonrojado y jadeante, los ojos entreabiertos brindándole esa vista especial con las pupilas dilatadas que complementaban el brillo esmeralda que adoraba.
-Eso...fue demasiado rápido-Comenta dando un breve vistazo hacia abajo recibiendo un tirón de cabello por parte del otro.
-Tonto...-Gruñe desviando la vista, no es que tuviera previsto que esa faceta dominante le provocaría reacciones como esa-Esto es tu culpa.
-Lo siento, en verdad-Responde con una suave risita, el tacto de los dedos deja la espalda y recorre el trayecto que los lleva sobre la entrepierna contraria, aún sobre la ropa el roce le saca un gemido a Edogawa.
Colocando un dedo sobre sus labios el otro susurra pidiendo silencio, el pasillo fuera del cuarto era el camino hacia otras habitaciones y cualquiera podía pasar por ahí.
Con la respiración agitada el azabache asiente, sin despegar la vista uno del otro el pantalón marrón es aflojado liberando la erección de Ranpo provocando en éste un suspiro de alivio.
El inicio de los movimientos lleva al detective a cubrirse la boca reprimiendo todo ruido que pidiera escapar aunque, algo a lo que el no estaba acostumbrado en absoluto.
Su respiración irregular se amortigua en uno de los hombros del más alto, intenta hablar bajo para quejarse de la incomodidad de la situación que lo inhibe pero Edgar lo interrumpe con un beso, unión que le permite desahogarse un poco.
Enterrando las unas en el agarre que se aferra a los brazos marca el límite de su paciencia y Ranpo se niega a callarse dejando ir el gemido dulce sin apartarse del rostro del escritor.
El cuerpo se relaja y la respiración es pesada pero aliviada.
-¿Mejor?
El azabache se lame los labios y niega con la cabeza retrocediendo sobre la cama. Poe entiende la idea pero duda un momento, se acerca despacio dejando la frente apoyada en la de su pareja.
Pero antes de poder cortar la distancia restante unos rasguños en la puerta acompañados de chillidos delatan a un visitante que insistía en entrar.
-¡Lo siento! ¡Estaba conmigo en la biblioteca y se me escapó!
Exhalando rendido ante la disculpa de la voz de Dupin, Ranpo se incorpora y arregla dejando al otro ir a atender el llamado de Karl.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro