
Capitulo 3
Varios días habían transcurrido desde aquello, Ranpo regresaba a la agencia después de resolver un caso, nada en especial o al menos en la opinión del llamado "mejor detective del mundo".Miró por enésima vez la pantalla de su móvil, ninguna llamada ni mensaje de cierto escritor introvertido.
-Estoy de vuelta-Saludó entrando a la oficina.
-Ranpo-san ¿Cómo le fue?-Le preguntó Atsushi, quien acomodaba unos libros cerca del lugar de Edogawa.
-Como siempre...Todo fue demasiado fácil-Alardeó para después acercarse más al albino y hablarle en un tono más bajo-Por cierto Atsushi-kun ¿De casualidad no han llamado a la agencia preguntando por mí?
-Ah...creo que no ¿Alguien en especial iba a llamarle hoy?-Murmuró comprendiendo la discreción que su superior quería mantener.
-No...-Dudó, pues de hecho no estaba seguro de cuándo le llamaría pero ya había pasado mucho tiempo y no pensaba que Poe pudiese tardar tanto en conseguir las copias-Gracias de todos modos.
-Claro, tengo que entregar estos registros, permiso.
El mayor asintió para luego dejarse caer en su silla y girar un poco, soltando un suspiro cansado.
Sintió entonces algo vibrar en su bolsillo, se apresuró a sacar su teléfono y responder sin siquiera detenerse a mirar en número.
-¿Diga?-Inquirió con leve entusiasmo.
-¡Ranpo-kun! ¡Que bueno que contestas!
-Ah, eres tú Dazai...-Bufó decepcionado.
-¿Está el jefe?
-Sí, ahora mismo se encuentra en su oficina.
-Verás...esta mañana pensé que sería un buen día para intentar tirarme frente a un auto y...
-Ya entiendo, espera.
Se levantó con pereza para dirigirse donde estaba Fukuzawa, entrando sin tocar como solía ser su costumbre.
-Dazai está en la estación de policía...tuvo la mala suerte de tirarse al auto del comandante, será mejor que vayas a interceder por él antes de que lo encierren como la otra vez.
-¿Qué...-Sin poder terminar de procesar todo tomó el teléfono de su subordinado para hablar con Osamu.
Ranpo se recargó en la puerta, cerrándola y cruzando los brazos a la espera de que la llamada terminara para tener de nuevo su móvil.
Yukichi iba de un lado a otro, frotándose la sien con su mano libre mientras escuchaba el griterío que resonaba en la bocina.
-Sí, yo me encargo de eso...gracias-Suspiró colgando al fin después de esos estresantes minutos.
-Terminaste...que bien-Habló el menor extendiendo una mano-Si no te importa necesito mi teléfono.
-¿Te sucede algo?
-¿Debería?
-Has estado extraño últimamente.
-Vaya...es curioso que lo notes-Murmuró con cierta ironía, desviando la vista.
-¿Por qué dices eso? Yo siempre...
El sonido del teléfono interrumpió sus palabras y el joven detective casi se lanza sobre su jefe para quitarle ese aparato.
-¡Dámelo!-Cuando lo tuvo en sus manos se apresuró a tomar la llamada.
-¡AHHH! ¡Llama al número del jefe, Yosano-san!-Alzó la voz notoriamente hastiado y colgando sin remordimiento.
-Ranpo...
-Me voy.
-Espera-Ordenó seriamente haciendo que, queriéndolo o no, el otro frenara su salida.
-¿Qué?
-Tengo un trabajo para ti...necesito que vayas por Dazai a la jefatura.
-¿Ah?¿Acaso no puede regresar solo?
-No lo liberarán hasta que alguien de la Agencia se presente a firmar el reporte policial...y tú eres el único que no está ocupado ahora.
-De acuerdo-Suspiró resignado, retomando su andar hacia afuera.
-Ranpo...
-¿Ahora qué?
-Si algo te sucede puedes hablar conmigo, sabes que eres...
-¡Lo sé!-Interrumpió, apresurándose a dejar la oficina-Me tengo que ir.
Ya fuera de la Agencia dejó de correr...¿Por qué siempre que se trataba de ese hombre terminaba huyendo? No, no huía de él en sí...escapaba de aquellas palabras que seguía negándose a escuchar.
-Como un hijo...¡Eso ya lo sé!
Usó la manga de su camisa para frotarla en su rostro, odiaba esos momentos en los que se rebajaba a lloriquear como niño...vamos, no podía permitirlo...ya no más.
-Bien...-Susurró recobrando un poco de calma-Vamos por el idiota suicida.
En la estación de policía Ranpo saludó a Minoura, quien sería el que le atendería y de alguna manera éste se extrañó por esa actitud tan callada, al parecer estaba escaso de humor en esos momentos.
-Vaya... ¿Hoy no fue tu día, acaso?-Cuestionó comenzando a preocuparse tras escuchar un profundo suspiro por parte del detective.
-No, sobre todo si mi última acción es recoger al tonto de Dazai y regresarlo entero a la Agencia.
-¿Cómo es que lo soportan?
-Un misterio que ni yo trataría de resolver.
En ese momento la puerta más cercana se abrió dejando salir a un alto, castaño y sarcástico joven.
-¡Ranpo-kun!-Lloriqueó-¡Éstas horas fueron una eternidad!
-Vaya...estás ileso, veo que el jefe de la policía logró frenar a tiempo.
-Sí...-Gruñó, decepcionado.
-De acuerdo, necesito tu firma aquí si quieres llevártelo-Le indicó el hombre, entregándole una forma y un bolígrafo.
-Si por mí fuera lo dejaba aquí-Suspiró-Pero órdenes son órdenes.
-Que cruel...Ranpo-kun.
-Como sea, vámonos ya Dazai-Ordenó tras entregar el formulario firmado.
Caminando por los pasillos de la jefatura, esos dos mantenían un extraño silencio...
-Es una persona complicada ¿Verdad?-Comentó el suicida con tranquilidad-Sabes...creo que debería ser tú quien lo llame.
-Pero él...
-Creeme...sé que no tienes mucho interés en eso del liderazgo pero...si no muestras iniciativa ese tipo no va a cambiar para nada.
-Va a sentirse presionado.
-No lo creo-Sonrió -Confía un poco en mi juicio.
-Rayos...
-Por cierto, Ranpo-kun...
-Tienes que ir al baño ¿No?
-¡No aguanto!-Dramatizó, corriendo para llegar al otro pasillo.
Ranpo tomó el mismo camino con menos prisa hasta llegar a los sanitarios, recargándose en la pared a unos metros de la puerta a la espera de Dazai.
Tomó su móvil, pasando su pulgar sobre las teclas sin presionar lo suficiente para marcar algún número.
-Odio cuando dices cosas tan razonables.
Justo en esos momentos Poe se encontraba en su estudio, iba de un lado a otro del cuarto mientras Karl...comenzaba a marearse de tanto seguirlo con la mirada.
-¿Debería llamarlo ahora? Es casi su hora de salida...Estaría bien ¿no?-Se preguntaba con indecisión y cierto toque de ansiedad.
-Sería inoportuno ¿Cierto?...Mejor espero un poco-Dijo cambiando de dirección, girando para regresar sobre sus pasos-¿O tal vez debería esperar a mañana? Sí, creo que eso sería lo mejor...
-¡Arrgg!-Gruñó revolviéndose los cabellos-¡No puedo esperar tanto!
Corrió al escritorio para tirarse sobre éste y tomar su teléfono fijo pero un nuevo impulso contradictorio le hizo devolverlo y dejar caer su cabeza, golpeándose la cara con la mesa.
-No puedo hacerlo...
El fuerte tono de llamada entrante rompió con su dilema causando también que retrocediera asustado y cayera de golpe al piso, aunque no tardó mucho en levantarse para tomarla.
-¿Diga?-Inquirió aún aturdido.
-Vaya...así que sigues vivo-Comentó cierto detective al otro lado de la línea.
-¿Ranpo-kun?
-Sí... ¿Qué ha pasado contigo? Quedamos en que me llamarías cuando tuvieras las copias y ya casi ha pasado una semana desde eso.
-L-lo siento...yo...pensé que tal vez estarías ocupado y...
Escuchó un suspiro por parte de Edogawa seguido por algunos segundos de silencio.
-¿Ranpo-kun?
-No eres nada apresurado ni inoportuno por si eso te detenía...si hubieses querido llevármelas al día siguiente incluso, habría estado bien para mí.
El novelista se sobresaltó un poco, no era raro que Ranpo dedujera rápidamente sus razones, después de todo ese chico era el mejor para eso, lo sabía bien pues años atrás había caído ante su superioridad analítica.
-Oye...-Habló el menor al no percibir señal de Edgar, alargando la palabra para hacerse notar-¿Sigues ahí?
-A-Ahora-Titubeó nervioso, incluso la mano que sostenía el teléfono había comenzado a temblar un poco.
-¿Qué dices?
-¿P-Puedo...llevártelas ahora?-Cuestionó, casi susurrando el final.
-Así está mejor-Rio el otro satisfecho-Claro, por mí encantado.
-En unos minutos estoy en la agencia...
-¡Espera!-Pidió antes de que el mayor pudiera colgar-Ahora mismo no estoy ahí, estaba resolviendo un asunto...un tedioso asunto en la jefatura de policía.
-Disculpa...estás ocupado entonces...
-Acabo de terminar, ese no es el punto...lo que quiero decir es que podríamos encontrarnos en otra parte para que no tengas que ir hasta ahí.
-¿En dónde?
-Yo elegí el lugar la última vez...así que aceptaría una buena sugerencia tuya para esta ocasión.
Poe lo pensó un poco, no conocía al cien por cien Yokohama pero había un par de lugares que a su parecer eran agradables.
-Hay una librería que...
-Sí, la conozco-Interrumpió, adelantándose a las palabras del otro-Te veo ahí en... ¿Media hora?
-C-Claro.
-De acuerdo, nos vemos.
En la jefatura, Ranpo acababa de colgar y soltó un suspiro, apretando su móvil contra el pecho sin poder evitar reír débilmente.
-Por lo visto todo fue de maravilla ¿Eh?
Al voltear encontró a Dazai recargado al igual que él, ligeramente inclinado para mirarle, sonriendo de forma divertida y burlona ante la expresión que tuvo el menor tras sentirse descubierto.
-¿Entonces hay cita hoy?
-Cállate y vámonos...tenemos que llegar a la Agencia.
-Claro, por ningún motivo retrasaría la cita de Ranpo-kun.
-¡Deja de decir "cita"!
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