Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 2

Ya habían pasado varios minutos desde que el Ex miembro de Guild abandonara el lugar y los otros dos comenzaban a extrañarse por ello.

-¿Crees que se habrá perdido o algo así?-Le preguntó Ranpo al animalito, pero éste negó con la cabeza-Sí, supongo que no debería preocuparme ¿Cierto?

Pasaron entonces quince minutos más, casi se cumplía la media hora desde que se había marchado...¿En verdad no tendría que preocuparse?

Karl se acercó un poco al joven detective, mirando su silenciosa lectura, notando entonces los lentes que yacían a un lado del compendio de hojas y los olfateó con curiosidad.

-Son las gafas que uso para activar mi poder-Comenzó con voz animada pero después ésta fue decayendo poco a poco-El jefe...Fukuzawa...Él me las obsequió.

Notando su actitud, el pequeño mapache tomó los lentes y alcanzó a ponérselos dando un adorable chillido causando inevitablemente que Ranpo sonriera.

-Bien-Suspiró recobrando el ánimo-Te los puedes quedar un momento.

El viento vespertino comenzaba a enfriar el ambiente y también llevó unas cuantas hojas hasta la banca que ocupaban, pero de nuevo Karl se ocupó de sacudirlas.

-¿Cuánto más se va a tardar?-Se preguntó mientras acariciaba una de las orejitas del mapache.

De pronto éste se estremeció mirando hacia un lugar del parque y retrocediendo un poco.

-¿Qué pasa?-Al girar el rostro notó a un perro que les miraba de una forma...no muy amistosa.

-No te muevas-Pidió Ranpo con cautela-Si estás conmigo no creo que...

Ante el primer ladrido Karl salió huyendo despavorido, con las gafas de Edogawa aún puestas por cierto.

-¡¿Pero qué haces?!-Reclamó levantándose de inmediato, olvidando por completo las hojas y el sobre que dejaba atrás-¡Espera!

Corrió todo lo que pudo para no perderlo de vista pero al abandonar el parque lo vio mezclarse entre el gentío que cruzaba la calle y cuando llegó a la acera contraria no había ni rastro de él.

-¡Karl!-Le llamó, buscándolo entre todos los callejones que había ahí-¿Dónde estás?

Su insistencia por encontrarlo le impidió ver las rutas que tomaba y de un momento a otro se encontraba completamente perdido.

Miró su alrededor sin reconocerlo ni un poco y no pudo evitar sentir cierto temor al verse en tal situación.

-¿Dónde rayos te metiste?...-Susurró para sí mismo.

Trató de recordar sus pasos pero solo consiguió adentrarse más en ese laberinto de calles y callejones, inconscientemente llevó una de sus manos al bolsillo donde solía encontrar sus lentes notando la obvia ausencia de éstos.

-¿Por qué tenías que salir corriendo? Estabas conmigo...no dejaría que te pasara nada-Comenzó a refunfuñar, tratando de cambiar su temor en molestia.

-Bien dicen que las cosas se parecen a su dueño...

Suspiró frustrado, llevándose las manos a la cara y revolviendo sus cabellos, cuando su berrinche cesó se topó con algo que le heló hasta los huesos.

Un callejón sin salida...

Retrocedió un par de pasos, sus ojos comenzaban a reflejar la desesperación y el miedo que se había esforzado tanto en retener además del hecho de que su cuerpo había comenzado a temblar.

-Maldición.

Echó a correr sin más, era claro que se encontraba perdido pero también estaba muy preocupado por aquel pequeño mapache que aún no lograba encontrar.

-¡Karl!-Gritó con todo el enojo que le fue posible fingir.

-¡Ranpo-kun!

Frenó súbitamente, su corazón dio un vuelco agitándose aún más que antes pero ahora todo temor se había ido por completo como si esos ensombrecidos callejones de pronto se hubieran iluminado.

-¡Poe-kun!-Corrió de nuevo,diciendo el nombre con fuerza y esperando ser escuchado.

-¡Ranpo-kun! ¡¿Dónde estás?!

-¡Tonto! ¡Es obvio que no lo sé!

-¡Ya voy! ¡Solo...sigue llamándome!

-¡Llamame también! ¡Así sabré a dónde ir!

Y mediante ese método Ranpo fue guiándose, siendo atraído por su propio nombre.Cada vez podía escucharlo más cerca pero no por ello dejaba de correr, no paró hasta que al doblar la esquina chocó contra algo que lo hizo caer al suelo.

-¡Ranpo-kun!-Escuchó justo al frente, cuando observo que ese "algo" era Poe y que también había caído sentado al suelo su única reacción fue acercarse a gatas hasta él para lanzársele encima haciendo que su cabeza chocara contra el pecho de éste, casi sacándole el aire al pobre novelista que solo alcanzó a jadear un poco por el golpe.

-¡¿Dónde rayos estabas?!-Habló molesto el más pequeño, aferrándose al saco del otro sin levantar la mirada-¡¿Por qué tardaste tanto?! ¡Esto es tu culpa! ¡Si hubieras...

-Ranpo-Kun, escúchame...

-¡Karl!-Reaccionó entonces Edogawa, encarando al fin al mayor-¡Él está...

Interrumpiendo sus palabras apareció dicha mascota entre el abrigo de Poe causando cierta confusión en el de ojos esmeraldas.

-Fue el primero al que encontré...salía de entre los callejones así que supuse que tú también te encontrarías por aquí.

-¿Cómo supiste dónde buscar?-Le cuestionó sin tranquilizarse del todo ni tampoco soltar el agarre a su ropa e ignorando aparentemente la cercanía que mantenían.

-Cuando regresé y no encontré a ninguno al principio pensé que tal vez me había equivocado de lugar pero entonces...encontré el sobre con las hojas, había algunas en el suelo y...

"Su historia... ¡La dejé olvidada!" Se reclamó mentalmente.

-Lo siento yo...

-Lo hiciste para ir tras Karl, lo sé...porque también ahí me encontré a la dueña del perro, me contó lo sucedido y se disculpó conmigo.

-Tu novela...

-Algunas hojas se extraviaron...supongo que el viento debió arrastrarlas.

El otro solo bajó la mirada, sin atreverse a decir más ni excusarse.

-Está bien...-Murmuró notando esa actitud en el menor-Tengo el original en casa así que puedes estar tranquilo Ranpo-kun.

-Rayos...-Suspiró con pesadez, había comenzado culpando al mayor de todo lo ocurrido y ahora era él quien se sentía terriblemente mal.

Karl subió al hombro de su dueño y luego saltó a su regazo para buscar algo entre los bolsillos de éste, terminando por sacar con sus fauces las gafas de Ranpo.

-¡Mis lentes!-Exclamó con gran alivio, tomándolos y colocándoselos en ese momento para refutar el encuentro con su preciada pertenencia.

Debido a ello, pudo notar en ese instante que estaba prácticamente sentado encima del otro.

-C-como sea...-Titubeó levantándose de golpe con cierta torpeza-No podemos quedarnos aquí, ya es tarde.

-¿Vas a regresar a la agencia?

-Supongo que iré a hacerles compañía un rato, a veces ese sitio se vuelve un caos sin mí.

-Entonces... ¿Puedo acompañarte de regreso?

-¿Ah? ¿Qué dices?...No, no puedes.

El más alto se mostró un poco decaído ante la respuesta pero luego escuchó la risa común del menor.

-Claro que no puedes...más bien debes acompañarme de regreso.

-De acuerdo-Sonrió levantándose también, tomando a Karl para subirlo a sus hombros-Eso suena mejor.

Fuera de aquel enredo de calles Ranpo pudo sentirse un poco menos tenso y comenzó a recordar algo muy importante...

-Oye...A todo esto... ¿Dónde está mi dulce?

-Es cierto, discúlpame-De sus bolsillos apareció una brocheta de malvaviscos con forma de osito, envuelta en celofán y con un lindo lazo rojo-No podía decidirme así que una señorita me recomendó esto.

-Así que por eso tardaste tanto...

-Es que...como no sabía qué comprarte dejaba a otros tomar mi turno...hasta que el lugar se llenó de gente y tuve que esperar a que se despejara.

-¿Se llenó, dices?

-B-bueno...llegaron algunas personas más.

-Ya veo...

No podía juzgarlo, Allan no estaba acostumbrado a lugares como esos ni a convivir con la sociedad y todo eso fue debido a la derrota que sufrió contra él...Lo sabía, pero hasta ahora no le había dado la importancia que realmente se merecía.

-Es mi culpa...-Murmuró un poco nostálgico.

Poe ladeó el rostro con curiosidad pues como el otro había hablado tan bajo no pudo comprender nada.

-Que yo lo...-Decidió no completar, disculparse no serviría de nada pero tal vez tratar de enmendarlo sería una buena opción.

-¡Que yo quiero que hagamos esto más seguido!

-¿Hacer...q-qué?

-¡Salir a leer! ¡¿Quieres o no?!-Gruñó con leve vergüenza.

-Pues...-Habló Edgar, con la misma pena o quizá mucha más de la que mostraba habitualmente, mirando hacia otro lado-¿Estás seguro que mi compañía está bien para ti?

-Si me perece bien está bien...¿Entiendes?

-Entonces...¿Eso significa que sí?

-Yo no soy quien debería responder porque fui quien preguntó primero...¿Quieres salir a leer conmigo de nuevo?-Insistió.

Unos breves momentos de silencio siguieron a esa cuestión ¿Acaso le diría que no?, cuando estaba por tratar de preguntarle otra vez, fue interrumpido por el mayor.

-Me agrada la idea...

Tras algunos minutos de camino, otros más en el metro y algunos cuantos hacia la Agencia, Ranpo terminó de devorarse al que fue un tierno osito de malvavisco. Ahora se dedicaba a jugar con el palito de madera puesto que era el único resto que quedaba y lo que no se podía comer.

-Gracias por dejarme hasta aquí-Sonrió el detective estando ya frente a la puerta de la oficina-Me llamas cuando tengas las copias de las hojas que se perdieron hoy ¿De acuerdo?

-Lo haré.

-Nos vemos, entonces-Se despidió, tomando la perilla de la entrada mientras veía al otro alejarse, aunque pareció percatarse de algo y se apresuró a darle alcance-¡Espera!

Cuando Poe se giró lo encontró de frente y le miró estirar su brazo derecho para alcanzar a Karl y acariciar una de sus orejas.

-Olvidaba despedirme de él-Comentó retirando su mano, la cual rozó el cabello del más alto y parte de su rostro casi de forma imperceptible.

-M-me retiro-Apresuró a decir, dándose vuelta para casi salir huyendo de ahí, hubiera deseado correr pero no quería agitar a su mascota tres veces en un solo día.

Edogawa Regresó a la puerta, cuando estaba por entrar suspiró con desgane.

-Que obvios-Susurro antes de abrir, notando a todos terminando de acomodarse en sus lugares y aparentando no haber estado escuchando por detrás de la puerta.

-¡Ranpo-kun!-Saludó Dazai-¿Qué tal la salida?

-La arruinó...-Argumentó tranquilamente al tiempo que se dirigía a su lugar-Y después yo lo arruiné también.

-¿Y al final?-Inquirió Yosano.

-¿Al final? Pues...comí un oso de malvavisco y quedamos en volver a salir.

-Vaya...-Fue lo que expresó la mayoría, cada quien a su manera.

-¿Dónde está el jefe, por cierto?-Preguntó tras dejar cierto palito de madera en el cesto más cercano.

-Salió de nuevo...ya sabes, una reunión importante o algo así-Informó el suicida.

-Genial-Exclamó tratando de que esa palabra no sonara con la decepción que debería, disfrazándola en un tono más bien aliviado-Eso significa que puedo haraganear hasta la hora de salida

Edgar ya se encontraba en casa, había dejado el sobre con su novela justo encima del escritorio y se reclinó sobre su silla soltando un suspiro, no tardó para cambiar su postura ahora apoyando los codos sobre la mesa y unir sus manos para acunar el rostro en éstas.

El pequeño Karl solo miraba cómo su amo se movía cada medio minuto, eso sí que le parecía extraño.

-¿Tú...lo viste también?-Habló de repente acercando el rostro a su mascota la cual se sobresaltó confundida.

-Esos ojos...-Divagó con la mirada perdida-Las emociones se reflejan en ellos de una manera realmente clara y genuina...

Tomó por sorpresa al animalito, atrayéndolo hacia él y cargándolo.

-Cuando se me lanzó encima me asusté, su golpe me dolió...pero noté que en ese momento él tenía más miedo que yo-Murmuró recargando su mentón sobre la cabecita de Karl, cerrando los ojos-Pude sentir cómo temblaba...debía sentirse realmente aterrado.

-Por un momento tuve ganas de abrazarlo...

Apretó al mapache en un abrazo y comenzó a hacer girar su silla, dando una vuelta entera. Karl se removió incomodo, definitivamente su dueño tenía algo...algo muy extraño.

-Me pregunto... ¿Cuándo será conveniente llamarle? ¿Mañana? Ah...no, parece muy apresurado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro