Capitulo 15
El silencio entre ellos sólo conseguía inquietarlo más, las manos comenzaban a sudarle y su respiración era entrecortada debido a los altos niveles de tensión.
-Ranpo-kun... ¿A dónde vamos?-Preguntó por tercera vez.
De nuevo no obtuvo respuesta, solo esa risa traviesa que no podía más que llenarlo de dudas sobre aquel destino al que irían.
-Poe-kun...-Escuchó al fin al menor, aunque el tono de su voz seguía brindándole desconfianza y cierto miedo.
-¿Q-Que pasa?
-Le temes a las alturas ¿Cierto?
Pudo sentir ese escalofrío recorrer su espina dorsal y levantarla la mirada fue lo que terminó de confirmar su fatídico presentimiento.
-Ranpo-kun...P-Por lo que más quieras...
-Si subes conmigo tal vez podría considerar perdonarte-Insinuó con voz cantarina para después mirar al más alto-¿Qué dices?
Y así fue como el ex miembro de Guild se dejó arrastrar hacia esa noria gigante a la que llamaban "Cosmo Clock", sólo por la pequeña posibilidad de que Ranpo pudiera...(si tenía suerte) "considerar" la opción de perdonarlo. Se arriesgaría a un posible ataque de pánico, claustrofobia, o infarto por eso.
La puerta de aquella cabina se cerró, terminando así con las esperanzas de poder escapar de esa locura.
-Relájate un poco-Pidió el menor sentándose al lado opuesto para brindarle espacio al nervioso escritor-Tampoco es para tanto, sólo se trata de un simple juego mecánico.
-S-Sí...tal vez p-pero...
Una pequeña y casi imperceptible sacudida marcó el inicio del recorrido y también fue como una señal para Poe, quien soltó un grito asustado y literalmente se lanzó al otro extremo de la cabina, buscando a su pareja.
-Hey...-Se quejó el más bajo al sentir al otro casi encima, así era más fácil notar cómo temblaba y dejaba ir pequeños quejidos que reflejaban su temor-Vuelve a tu lugar.
-N-No puedo...
-Está bien-Suspiró, consiguiendo que Allan se apartara un poco para mirarle-Pero no puedes quedarte así.
-Le ayudó a levantarse y con mucho esfuerzo logró que se sentara a su lado, entrelazó sus dedos con los del mayor para darle un poco de confianza.
-¿Mejor?-Inquirió, notando que Edgar estaba más calmado, éste solo asintió y por fin pudo apreciar el panorama desde la ventana, la tarde estaba cayendo pero aún podía iluminar un poco la ciudad, las luces artificiales apenas comenzaban a encenderse en algunos sitios.
-Y dime...¿Puedes ver a Louisa-san desde aquí?-Remarcó el nombre con un tono que extrañó a Edgar.
-¿Ah?
-Nada...-Murmuró ladeando el rostro para evitar mirarle.
Sí, Poe podía considerarse como "El segundo mejor detective del mundo" y sus capacidades de análisis eran realmente prodigiosas...pero en cuestiones amorosas se volvía un completo idiota, al igual que su antiguo rival. Fue apenas en ese momento cuando pudo comenzar a comprender la situación en la que se encontraba, gracias a aquella simple palabra dicha con ese tono y reforzada por la acción evasiva que acababa de ver, tres pistas claves que aclararon el dilema e hicieron que todo comenzara encajar en su despistada cabeza.
Una sutil risa irónica escapó de él al tiempo que se golpeaba la cara de una palmada, un golpe suave pero lleno de insultos hacia sí mismo.
-¿Qué es tan gracioso?-Gruñó el más bajo, sintiéndose ofendido.
-Ranpo-kun...-Habló sin hacer ningún contacto visual y usando una voz un poco seria-¿Te has puesto celoso...por verme con Louisa-san?
-¡¿Ha?!-Exclamó sin poder reaccionar a aquella pregunta.
-No te has molestado porque dejara de mirarte...sino porque lo haya hecho para prestarle atención a ella ¿Verdad?
-¡No estoy celoso!
-Ranpo-kun...
-¡No estoy...-Interrumpió sus palabras al sentir el tacto de Allan en su rostro, inevitablemente las miradas se encontraron y por primera vez se sintió inseguro, reflejándolo en esos ojos temblorosos.
Hubo un pequeño silencio mientas esa mano terminó de acunar el lado derecho de la cara del detective y la cercanía llegó al punto de que las frentes de ambos acababan de hacer contacto una con otra.
-Lo siento...tal vez no pueda evitar tener que ver a otras personas por distintas razones, pero no habrá nadie a quien mire de la misma forma que a ti-Susurró con esa suavidad y ternura que eran exclusivas para su "adorado niño"-Yo...te amo, eso es solo tuyo y algo que nadie más va a tener.
El sonrojo arribó en ambos mientras esas palabras salían del novelista y Edogawa tuvo una reacción que...el otro no esperaba para nada.
-¡Auch!-Retrocedió, quejándose adolorido sobando su recién golpeada cabeza-¿Por qué me has hecho eso?
-Porque...¡Porque te lo mereces!
-¿Qué? Pero...-Su confusión creció cuando sintió al otro lanzársele encima, callándolo con un repentino beso.
Cuando el acto terminó, Ranpo se separó apenas un poco, manteniendo los brazos alrededor del cuello del mayor.
-¿Y eso...p-por qué fue?
-Porque también te lo mereces.
Las miradas quedaron fijas de nuevo y no hubo necesidad de palabras pues ambos percibieron tanto la pregunta de uno como la inmediata respuesta afirmativa del otro. Cada uno cortó su respectiva distancia para dar pie a un nuevo beso, saboreando con ello la silenciosa reconciliación y un grato intento de disculpa.
-Eres un tonto...-Fueron las palabras del menor al separarse para tomar un poco de aire.
-Lo soy.
-Un tonto y desconsiderado.
-Sí, eso también-Sonrió, sin intención de discutirle nada ya que tenía la mente ocupada en buscar la manera de abordar cierto tema, una promesa al parecer olvidada pero que había llegado a su memoria justo ahora.
Lamentablemente la sensación de los labios de Edogawa terminaron por borrarle todo de la mente, incapaz de retener ni una sola de las palabras que había planeado usar se dio por vencido y decidió simplemente llevarlo a cabo sin ningún aviso o pedir alguna autorización.
Aprovechó el breve instante en que su pareja se separaba para recuperar el aliento, tomándolo por la nuca para empujarlo de regreso. Pudo percibir el ligero sobresalto que el detective mostró ante la intromisión, aunque no tardó en adaptarse al nuevo nivel del beso.
Un quejido ahogado terminó pero detenerlos, más bien detener al mayor, quien se apartó un tanto preocupado de haber hecho algo mal. Dejándolo pasar, Ranpo sólo dejó ir una risita con su respiración entrecortada.
-Tres días...¿No?-Murmuró apartándose-Pensé que ibas a tratar de pasarlo por alto.
Cuando Poe intentó hablar el otro no pudo evitar adelantársele, sabiendo muy bien la intención de sus palabras.
-Lo sé...mi caballero siempre cumple sus promesas.
Su risa traviesa hizo acto de presencia mientras se levantaba de su lugar, causando confusión y miedo al más alto.
-R-Ranpo-kun... ¿Q-Qué haces?-Cuestionó preocupado, tomándolo de la muñeca-Es peligroso ponerse de pie...¡E-Estamos en un juego mecánico! Por favor siéntate.
-Sí, en seguida me siento-Habló con desinterés, afirmando su mano libre en el hombro de su nervioso novio, ayudándose así para quedar a horcajadas sobre Edgar, apoyando las rodillas en el banquillo, sin sentarse por completo.
-¿Ranpo-kun?-Susurró, notando ahora que por aquella posición tenía que levantar la vista un poco para mirarle.
-¿Te importaría sostenerme?... Tal vez me pueda caer.
-¿Qué es lo que...
-Bueno, quería saber cómo era la vista desde arriba...-Respondió anticipadamente, mientras advertía que Allan llevaba las manos a su cintura con el fin de resguardar su seguridad-Y también...porque voy a enseñarte que yo lo puedo hacer mejor.
Hasta ese punto, se había acercado tanto al rostro ajeno que creyó no ser capaz de terminar con su arrogante oración, apenas logrando contenerse un par de segundos después de ésta, con el solo fin de ver el intento del contrario, que apenas podía respirar y se obligaba a quedarse quieto.
Comenzó entonces el turno de Ranpo, reclamando el control de la situación por ese insensato orgullo que no le importaba el hecho de que a él no le interesara el liderazgo en ningún sentido, pero no podía evitar competir, sobre todo si era de esa manera.
Derrotado, Poe terminó por romper aquella unión, respirando con dificultad por la falta de aire en sus pulmones.
-Te lo dije-Sonrió victorioso el menor, la verdad es que eso recaía en la habilidad ganada por su manía por los dulces, dándole así esa ventaja.-Ahora necesito que me ayudes con algo...
-¿Eh?
-No te muevas...-Susurra, usando una de sus manos para elevar el rostro de su pareja-Y ten cuidado con la luz.
-¿Q-Qué?
Un flash iluminó por un breve instante aquella cabina, dejando al mayor un poco aturdido.
-¿Q-Qué ha sido eso?
-Nada, solo cumplo con un trato.
-¿Un trato? ¿De qué...
-Si le llevo esto...ella dejará pasar lo de la cuenta y también la foto.
-¿En serio?
-Estará bien si solo es ésta...Tampoco es que quiera compartirte tanto.
Guardando de nuevo aquella cámara volvió a utilizar ambos brazos para apoyarse de los hombros del otro, parecía pensar en algo y aquella sonrisa que se formó en sus labios no venía con buenas intenciones.
-¿Y ahora...qué?
Ranpo desvió la atención a una de las manos de Allan, aún con la poca iluminación del lugar pudo ver aquellas marcas que le había dejado. Su vista volvió al novelista y para calmarlo un poco le acarició el cabello en la zona de la nuca, adentrando los dedos de forma lenta, con una extraña dulzura y gentileza que incluso hicieron que el mayor se tensara más pues sentía que eso era una especie de aviso, algo como..."Lo siento, pero ahora pienso hacerte sufrir muchísimo."
-R-Ranpo-kun...
No hubo respuesta, el detective había buscado espacio entre el hombro y esa cabeza de pelo caoba, ubicando aquel cuello al que no dudó en dar una leve mordida.
-¡O-Oye!-Se quejó, después del jadeo adolorido que se le escapó por esa repentina acción.
Sin decir ni una sola palabra, el menor bajó unos pocos centímetros para repetir lo anterior aunque esta vez se permitió lamer la zona antes.
Edgar cerró los ojos con fuerza, reprimiendo un nuevo quejido.
-Ranpo-kun...Espera, al menos...al menos dime por qué...
El nombrado se separó de golpe, encontrándose de frente con ese rostro confundido y sonrojado que solo consiguió sacarle una media sonrisa.
-¿Quién fue el tonto que me hizo enojar?-Cuestionó fingiendo un tono serio que, como siempre, el otro creyó por completo.
-P-Pues...¿Y-Yo?
-¿Y quién tiene que quedarse quieto y callado mientras lo castigo por ello?
-S-Supongo...que yo...¿No?
-Exacto, querido Poe-kun.
Edogawa volvió a lo suyo, atacando ahora el otro lado del cuello mientras el mayor se resignaba a obedecer y permanecer "Quieto y callado" tal como le ordenó.
No, eso era demasiado...¡Demasiado!
Miró la mano que se hallaba sujetando al detective, era imposible volver a intentar ahogar esa desquiciante ansiedad con ésta pues si la movía de su sitio descuidaría al menor y no se permitiría eso. Optó entonces por morder su labio inferior para evitar quejarse, pero cada vez le parecía más difícil conseguirlo.
No lograba comprender cómo podía ser posible, estaba claro que no dolía...pero aun así...
Había perdido la noción del tiempo desde hace mucho y no supo en qué momento comenzó a presionar tanto sus dedos en ese agarre a la cintura de Ranpo, cuando ese quejido amenazaba con salir usaba más fuerza, a la vez que ahogaba éste con un leve gruñido.
Y llegó...
Al detective se le ocurrió hacer el mismo proceso en la oreja de Poe.
Y fue inevitable...
El pobre escritor no consiguió contenerse esta vez y ese "ruido" que había estado aplacando escapó al tiempo que, inconscientemente, estrechó a su novio pegándolo contra sí y consiguiendo con ello que éste emitiera un gimoteo similar inmediatamente después que él.
Todo pareció congelarse entonces...
Se habían quedado completamente estáticos, el único ojo visible en el rostro de Edgar temblaba y su piel había palidecido un poco, mientras que Ranpo tenía una mirada que reflejaba la sorpresa de aquello que acababa de escuchar salir de su propia boca, no...más bien por la inexplicable sensación que lo había provocado.
¿Qué...
Demonios...
Acaba...
De pasar?
Ni siquiera respiraban, tal vez apenas y lo hacían, temiendo que el simple sonido de su aliento quebrara aquel repentino y atroz silencio.
No se moverían...
No se atrevían a hacerlo...
Ambos habían comenzado a temblar un poco por no decidirse y continuar como si el tiempo se hubiese detenido, en sus oídos todavía podía escucharse resonar el gemido ajeno, elevando la tensión de una forma terrible.
Aunque todo fue quebrantado por un tono de teléfono...un sonido que, por el sepulcral silencio que había, repicó asustando a esos dos causando al fin su reacción, apartándose en ese mismo momento.
Poe buscó el móvil por todos sus bolsillos, ni siquiera recordaba dónde lo había guardado. Cuando lo encontró no duró un segundo en sus manos pues cayó al piso metálico de la cabina... Y no sólo fue una, el teléfono se golpeó dos o tres veces más antes de que su propietario pudiera tomar la llamada.
Esa imagen seguro habría logrado que cualquiera muriera de risa y ternura, pero Ranpo estaba demasiado aturdido como para prestar atención a las "Adorables torpezas" de su pareja... Justo ahora había desviado la mirada hacia la ventana, sintiendo el corazón acelerado y su rostro ardiendo.
-¿L-Louisa-san? ¿Q-Qué pasa?
El menor dejó ir su frente contra el cristal, golpeándose levemente con éste.
Vaya ironía... ¿Se supone que ahora debía estar agradecido con ella?
-¿A-Agitado?...No, estoy bien-Le escuchó decir, seguro que Alcott había notado esa intranquila respiración.-¿C-Cómo está Karl?
Edogawa se permitió un suspiro, terminando así de expulsar el aire que tanto había contenido, dejando de prestar atención a aquella conversación.
No pasó mucho tiempo para que sintiera la sacudida que le anunció el final del trayecto en ese juego.
-R-Ranpo-kun... Tenemos que...
El nombrado dio un saltito de hombros y se apresuró a levantarse, no sin antes limpiar el vaho con el que había empañado cierta parte del vidrio.
-Ir por Karl... ¿Cierto?-Salió primero y de forma apresurada.
El silencio dominó hasta que se encontraron con Louisa y la chica de la cafetería, esa pelirroja llamada Lucy.
Se apartó un momento del grupo para ir al stand de repostería y buscar a la joven con quien tenía un asunto pendiente. La cámara fue entregada y a su vez, él recibió la nota de la cuenta con el sello de "Pagado" en ésta.
Divagó un poco en la vitrina del mostrador y aún a la distancia pudo escuchar un chillido emocionado que seguramente había sido la joven al mirar la foto.
Mientras tanto, Allan ya tenía a Karl de regreso en sus brazos y conversaba un poco con ambas chicas, aunque al estar Lucy presente no mostraba la misma confianza de cuando hablaba solo con Alcott.
-¡Louisa-san!
El llamado no sólo sorprendió a la chica, sino también a Edgar quien no pudo evitar sobresaltarse un poco, abrazando más a su mascota.
Ranpo avanzó decidido hasta la estratega de Guild y tendió su mano, ofreciendo un pequeño pastelillo decorado con crema pastelera rosa y una cereza.
-¿Ranpo-san...qué es eso?
-¿No sabes qué son?
-B-Bueno, M-Me refiero a...¿Por qué estás dándome algo así?
-Solo...tómalo y ya.
-Está bien, G-Gracias...
Al final decidieron regresar todos juntos, compartiendo un trayecto donde Edogawa miraba a los otros conversar sobre cosas que sucedieron en el Gremio, Montgomery contándole al detective situaciones graciosas que involucraban al escritor y éste interviniendo avergonzado para pedir ya parara con eso.
También de vez en cuando notaba las miradas furtivas de las chicas hacia el cuello de Poe, miradas que después se dirigían a él y respondía con una sonrisa seguido de un abrazo hacia el mayor, que se sonrojaba con el acto, sin entender lo que pasaba.
Estando ya en casa y tras despedirse de su novio, quien caminaría con sus antiguas compañeras un poco más para que no estuvieran tan solas en lo que les quedaba de camino... (Claro, no sin antes haberle pedido permiso a él para hacerlo... No buscaría verlo enojado de nuevo), Ranpo tomó su teléfono e ingresó una serie de números que se sabía de memoria.
-Vaya, Ranpo-san...¿Acabas de llegar? ¿Qué sucedió?-Habló la animada voz de Yosano desde la otra línea.-¿Conseguiste ponerle el collar?
-Sí.
-Ehh...¿Pero por qué te escuchas así?
-Es que... -Dudó unos segundos-Cuando lo hacía... él... Y yo...
-¡En seguida voy!-Declara emocionada-¡Tienes que contármelo todo!
Y así, el detective se preparó mentalmente para las incómodas preguntas de la sádica doctora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro