Era un día normal en la agencia, Dazai fastidiándole la paciencia a Kunikida y Atsushi, Naomi hablándole en un tono bastante pervertido a su pobre Nii-sama que no podía con la incomodidad, las oficinistas con ese temple adiestrado a ignorar por completo los disturbios de aquel grupo de detectives, Kenji tenía una amena y extraña conversación con Yosano acerca de las costumbres médicas de su pueblo...

Sí, las cosas iban como de costumbre, al menos para ellos...

Ranpo se encontraba sentado en su lugar habitual, recargándose por completo en el escritorio y dejando caer sus brazos, su mirada se encontraba perdida desde hacía ya varios minutos, tal vez los mismos que habían pasado desde que el jefe había salido por aquella puerta, diciendo que resolvería ciertos "Asuntos Importantes"

En efecto, su mente estaba completamente centrada en ese hombre que hace tan solo unos momentos le elogiaba sobre lo importante que era para la Agencia y demás argumentos, bastante ciertos e innegables según el detective.

Suspiró con pesadez, después de todo lo que había ocurrido hasta el momento estaba bastante convencido de esa verdad que no podía eludir. No importaba cuanto tratase de llamar su atención o insinuárselo de alguna manera, ese tonto de Fukuzawa jamás se daría cuenta de los sentimientos que Edogawa tenía por él.

"Maldición...Seguro que solo debe verme como a un hijo o algo así" Pensó dando otro suspiro, esta vez más fastidiado que el anterior. "No necesito siquiera usar mi Ultradeducción para saberlo"

-¿Se encuentra bien, Ranpo-san?-Cuestionó el joven Nakajima-Parece...

-Estoy aburrido-Resopló, buscando cortar con el asunto.

-¿Qué tal si me ayudas a resolver una duda que...

-Dazai, definitivamente no podrás matarte con eso-Murmuró neutral, sin cambiar su postura.

-¿Y si uso...

-Solo conseguirás romperte el brazo y sufrirás mucho dolor...No creo que quieras eso ¿Verdad?

-Ya veo, rayos...-Se quejó el suicida con pose reflexiva.

-Odio cuando esos dos se comunican así-Susurró el albino a Kunikida-Llegan a dar miedo.

Edogawa suspiró por tercera vez, si eso seguía así seguro que le ganaba a Dazai y terminaba muriendo de aburrimiento.

El sonido de un par de golpes en la puerta y un "Adelante" por parte del amable Kenji dieron paso a cierta persona.

-R-Ranpo-kun...

Esa tímida voz hizo que él abriera apenas un poco sus ojos esmeraldas para comprobar la llegada del joven de cabello caoba y su fiel mapache al hombro.

-Ah...eres tú-Habló desinteresado-¿Qué pasa?

-Bueno...como me dijiste que habías terminado de leer la primera parte de la novela que te traje hace una semana...pensé en venir para darte lo que falta-Informó mientras sostenía contra su pecho un sobre tamaño carta e indeciso terminó de entrar a la oficina-Permiso.

-¿En serio la traes?-Reaccionó un poco, levantando el rostro.

-S-sí...Bueno, no hay problema si no quieres continuar leyendo esto-Murmuró bastante cohibido por estar dentro de un cuarto con tanta gente-No es la gran cosa de todos modos.

-¿De qué hablas? ¡Claro que quiero leerlo!-Exclamó dándose impulso hacia atrás para girar su silla y poder levantarse de un salto sin que el escritorio le estorbase-En este momento necesito algo para distraerme.

-¿En serio?

-Tu historia me caería muy bien ahora-Sonrió recibiendo de Poe aquel sobre.

-Bien, supongo que debería dejar a Ranpo-kun para que pueda leer...

Edogawa frunció los labios mostrando descontento y el otro se sobresaltó un poco por aquel gesto.

-¿Q-Qué sucede?

-Este ambiente arruinaría por completo mi momento de lectura...Así que lo mejor sería ir a otro lugar para ello.

-¿Otro lugar?

-Sí, ¿Por qué no me acompañas? Así me ayudas a llegar-Propuso naturalmente mientras que el otro se volvió un manojo de nervios tras escuchar la pregunta.

-¿Estás seguro de eso? Yo...yo no tendría problema en acompañarte pero...

-¡Entonces está hecho! ¡Vamos!-Concluyó saliendo primero, dejando al otro que no salía de la consternación.

-¡R-Ranpo-kun! ¡Espérame!-Pidió tras verse abandonado y se apresuró a ir a la salida, frenando apenas un momento antes de abandonar el lugar.-Con su permiso.

-¡Haz que la cita anime a Ranpo!-Gritó Dazai.

-¿C-cita?-Tartamudeó nervioso y con un leve sonrojo que tiñó sus mejillas.

Ya en el pasillo, el Ex Arquitecto de Guild alcanzó al Gran Detective de la Agencia, lo alcanzó...o más bien chocó contra éste debido a que se detuvo sin aviso.

-Ah...Ranpo-kun, ¿Por qué...-Detuvo su quejido al notar la razón por la que había dejado de avanzar-¿Acaso ese no es tu jefe?

-Sí...-Alargó la palabra con cierta desilusión.

-¿Te reprenderá por salir del trabajo sin permiso?-Susurró preocupado.

-Como si me importara.

Tomó de improviso la manga del saco del más alto y le hizo avanzar junto con él.

-¿Qué haces?

-¡Hey Fukuzawa!-Gritó para llamar la atención del peliblanco que al parecer todavía no los notaba-¡Voy a salir un rato! ¡Si hay un caso que valga la pena pueden llamarme!

-¿Tu asunto es importante?-Cuestionó con su habitual seriedad.

-Yo nunca desperdicio mi tiempo...si hago un espacio para algo significa que es importante-Sin decir más pasó de largo, ignorando a Yukichi y llevándose a Poe casi a rastras.

-Ranpo-kun...No puedo caminar bien si me jalas de esa forma-Se quejó débilmente el mayor para luego inclinarse un poco ante el jefe de la agencia-Permiso.

El pequeño mapache, que se mantenía aferrado al hombro de su dueño soltó un tenue chillido que el joven interpretó como una queja por el trayecto tan brusco.

-Lo siento...olvidé que tu mascota estaba ahí.

Ranpo soltó el agarre, después de todo se habían alejado lo suficiente y no necesitaba seguir apresurándolo.

-No estoy acostumbrado a correr...y por eso Karl se ha asustado un poco-Excusó rascando un poco su cabello-Por cierto...¿A qué lugar querías ir?

-La verdad no lo sé-Dudó-Solo deseaba dejar la agencia un rato...¿A dónde sería bueno?

-Si vas a leer...creo que sería adecuado un lugar tranquilo como...

-¡Vamos al parque principal de la ciudad!

-¿Ah? Pero...ese lugar está lleno de ruido y gente.

-Yo puedo concentrarme aún en los sitios más escandalosos.

-Ya veo...

El lugar estaba lleno de personas, había muchos puestos de comida y dulces, además de varios juegos mecánicos .Cosas como esas ponían los pelos de punta a cierto novelista.

-Ranpo-kun...-Murmuró temblando de nervios, abrazando a Karl por temor a perderlo entre la multitud-¿En serio quieres leer en un sitio como este?

El menor asintió comenzando a avanzar, causando que el otro se apresurara a seguirlo de cerca alcanzando a tomarlo de la capa.

-De acuerdo-Suspiró, sin poner resistencia a la acción del más alto.

A la vista de Ranpo se vislumbró una de las bancas del parque, totalmente desocupada, con buena vista y bastante bien ubicada.

-¡Ahí!-Señaló aumentando su paso, casi llevando al suelo al que iba sosteniéndose de sus ropas.

Karl terminó saltando al piso para adelantarse al lugar que había elegido el detective.

-Es un lugar perfecto ¿Verdad?-Sonrió y palmeó al animalito en cuanto llegó a la banca, éste sacudió con su colita algunas hojas que estorbaban ahí. Ranpo se tiró sobre la banca, boca abajo y apoyando los pies en el brazo metálico de ésta, ocupando más de la mitad del espacio.

-Vamos a empezar...

-Ammm ¿Debería sentarme también?

-Sí, sí...Aún hay lugar para ti-Concedió, ya totalmente concentrado en las primeras líneas que leía.

El tímido chico se acomodó en el espacio libre mientras Karl tomaba lugar sobre su regazo y así permanecieron durante un largo tiempo, solo con la vista en aquel detective que mostraba su emoción moviendo sus pies al compás de un suave tarareo.

Desvió la vista entonces hacia su entorno, los llamativos colores y toda la combinación de sonidos que cargaba de alegría el ambiente eran justo como Ranpo...

"Llamativo y Alegre"

Sonrió un poco, al final ese era realmente un ambiente adecuado para él.

-Kyu...-Asintió el mapache con un tierno chillido, interpretando lo que había en la mente de su dueño en esos momentos.

-¡Qué tierno!-Exclamó emocionada una niña que se acercó al pequeño animalito-¿Lo puedo tocar?

-Ah...sí-Aceptó Poe al tiempo que ella acariciaba el pelo de Karl, ofreciéndole también un poco de algodón de azúcar que sostenía con la mano.

-O-oye...-Titubeó-A él no le hace bien comer esa clase de cosas...así que...

-¡Cariño! ¡Vámonos ya!-La voz de una mujer causó que esa pequeña suspirara, dando una última despedida a esa mascota.

-¡Voy mamá!

El joven novelista la siguió con la mirada hasta que se perdió entre la multitud, notando después que Edogawa también miraba hacia la misma dirección, habiendo interrumpido su lectura.

-¿Pasa algo?-Cuestionó el mayor.

-Bueno...-Suspiró estirándose un poco-De repente me han dado ganas de comer algo dulce...¡Voy por ello!

-¡Espera, Ranpo-kun!-Pidió el otro, extendiendo una mano hacia él en señal de que frenara-Si quieres yo...puedo ir por lo que quieres y así tú puedes seguir leyendo.

-¿Lo harías?

-Sí...¿Qué es lo que gustas?

-Lo que sea estará bien mientras pueda entretener mi boca con ello...Creo que tengo dinero por aquí-Habló buscando en sus bolsillos.

-No es necesario-Negó el más alto-Yo lo traeré, tú solo espérame aquí...¡T-te dejaré con Karl!

Rápidamente cargó al pequeño mapache para apartarlo de su regazo mientras se levantaba y después lo dejó en el lugar que antes ocupaba.

-¿Lo dejas para que cuide de él o al revés?-Le preguntó el detective sonriendo, pues ni siquiera necesitaba una respuesta.

-Y-ya vuelvo-Fue lo único que alcanzó a decir antes de desviar la mirada y partir a realizar la compra.