
»44«
Me tomo mi tiempo en el baño, aunque la verdad no es que quiera salir tan rápido. Me siento un poco avergonzada y nerviosa, incluso más después de que todo pasó. Y la verdad, fue mejor de lo que esperaba. Antes, ni siquiera lo hubiese considerado y menos con Brice; sin embargo, sucedió y lejos de arrepentirme me siento feliz, y debe ser por eso y por todas las cosas que estoy redescubriendo que no puedo evitar sentirme en medio de todo, espantada por lo que hicimos. Termino de lavarme la cara y salgo del baño. Brice debe estar pensando que nunca saldré de aquí.
Mi gran sorpresa al abrir la puerta es que él está allí, apostado frente a ella.
―¿Estás bien? ―pregunta con algo de preocupación en su tono.
―Ah, sí, claro ―respondo caminando rápido hasta la cama.
O eso intento cuando la mano de Brice atrapa mi brazo.
―Dime la verdad, creí que nunca saldrías de allí.
Sus palabras pegan en mi espalda y el deje de preocupación sigue allí. Eso me hace suspirar hondo.
―Lo siento, solo necesitaba... mi tiempo.
―¿Tan mal estuvo?
―¡No, claro que no! ―exclamo girando y mirándole. Me fijo en que no soy la única con la cara todavía colorada―. Estuvo... bien.
―Me alegra oír eso, ya me estaba preocupando. Siempre deseé que fuera perfecto. Pero nunca que terminaras odiándolo.
―No, claro que no haré eso. ¡Y lo fue! ―me exalto―, mejor... de lo que esperaba...―admito con mi voz trémula.
―¡Dios! En serio me hiciste preocupar ―exhala halándome y abrazándome.
Me recuesto en su pecho desnudo y del lado donde puedo escuchar su corazón, y se siente genial saber que late acelerado al igual que el mío. Habría creído que esto no pasaría, y sí, pasó, y me gusta.
―¿Qué vamos a hacer ahora? ―pregunto cortando el silencio en que nos sumimos los dos.
―Vamos a salir de esta.
―¿Cómo? ―pregunto alejándome un poco para mirarle―, cuando nuestros padres se enteren de esto, vamos a tener muchos problemas tu y yo.
―Tranquila, ya lo tengo todo arreglado.
―¿Qué piensas hacer?
―Bueno, es que hay algo que no sabes.
―¿Qué no sé?
―La razón del por qué tu padre y mi padre hicieron este compromiso.
―¿De qué hablas? ¿Qué sabes que no se yo? ―increpo, la verdad quiero saberlo. Lo miro y veo decisión en su mirada, eso me recuerda que me diría todo lo que no sé―. El profesor ha dicho que puede ayudarnos, pero no creo que en serio pueda hacer algo en contra de mi padre.
―No del tuyo, pero si del mío ―Brice responde y me lleva con él a sentarme a su lado en la cama―, ¿recuerdas a la chica que te encontraste en la escuela?
―¿La que dijo que era tu amiga? ―pregunto recordando que fue ella quien me avisó que él estaba enfermo y después me hizo la advertencia, aunque la verdad nunca supe si le agradaba o no.
―No es una amiga.
―¿Entonces quién es? ―Brice me mira dubitativo somo si se debatiera en si decirme eso o no―. ¡Dime quien es! ―exijo porque la forma en que me mira ahora es a mí a quien le preocupa.
―Es mi hermana.
―¡Qué! ―exclamo realmente sorprendida por lo que acaba de revelar de sopetón.
Nunca lo habría imaginado.
―Sí, sé que parece una locura y yo tampoco lo creía; pero lo es, ella es Adalia Clayton, mi hermana.
―Eso es una locura, se supone que tu madre está... muerta en algún lado, al igual que la mía...
Brice se levanta de la cama y se arrodilla frente a mí.
―Es lo que él nos hizo creer a todos aprovechándose de que ella supuestamente nos abandonó, pero no es así, mamá no está muerta.
―¿Y cómo sabes que es tu hermana y no te está mintiendo?
―Porque Bob no lo sabe. Mamá tampoco lo sabía cuándo él la encerró en ese horrible lugar.
―¿¡Qué lugar!?
―Un sanatorio para personas dementes, el lugar donde la internó cuando nos hizo creer que había desaparecido y muerto ―responde con rabia y acritud.
―¿Y por qué hizo eso? Si se supone que él amaba a tu madre.
―¡Amar! ―masculla levantándose y caminando de un lado para el otro enojado y apretando sus puños―. Solo amaba su dinero. Mi madre es la dueña de toda su fortuna, Bob no tenía nada cuando se casó con ella. No era nadie, y nadie lo aceptó en la familia porque solo era un vividor. Sabes que nunca conocí a mis abuelos porque siempre me mantuvo lejos de ellos, solo cuando ella supuestamente murió fue que me dejó hablar con ellos y solo porque se ha hecho a la idea de que voy a morir.
―Brice... no quiero que mueras...
―Es lo que creo que más desea para que no me entrometa en tus planes.
―¿Cómo sabes todo eso?
―Rossie me lo contó hace unos días. Y solo fue para corroborar mis sospechas.
Brice vuelve a ponerse frente a mí, me levanto de la cama y me acerco a él.
―¿Y cómo te enteraste de que esa chica es tu hermana?
―Ella me buscó, y la verdad, tampoco lo podía creer; pero entonces abuelo me pidió visitarlo y allí me encontré a esa chica y fue cuando me lo contaron todo.
―¿Qué te contaron?
―Que mamá se salvó gracias a un milagro. La orden de mi padre era que la mantuvieran allí hasta que muriera de verdad; pero alguien se apiadó de ella y cuando descubrió que estaba embarazada contactaron al abuelo.
―¿Lo han sabido todo este tiempo?
―Sí, y no me lo habían dicho porque finalmente cuando el abuelo descubrió todo, él decidió mantenerla oculta y que se siguiera creyendo que estaba muerta, a la espera de lo que él iba a hacer.
―¿La has visto? ¿A tu madre?
―No la he visto y aún no he hablado con ella, abuelo dice que espere un poco. Aunque yo no quiero esperar. No sabes lo loco que me puse cuando me enteré por eso recaí, y jamás voy a perdonar a mi padre por haberme hecho eso. Estaba enfermo y no se preocupó, simplemente se fue, y si no fuera por Rossie..., entonces lo comprendí, solo soy un estorbo para sus planes.
Eso me hace suspirar hondo.
―Pero ¿y que tiene que ver conmigo? ―indago angustiada.
―Todo, tu padre solo te está ofreciendo como un testaferro para mi padre. Su idea con todo esto es traspasarle su fortuna a tu padre, ya que eres menor de edad y no puedes manejar nada de herencia.
―¿Bob intenta que mi padre le sirva de banco?
―Así es, Lucius Clark solo te está ofreciendo como un intermediario. Ese matrimonio que pretende llevar a cabo contigo solo es un sucio negocio para dejarme si nada, ya que por derecho me corresponde todo a mí. Mi padre no es dueño de nada. Abuelo lo estipuló así por sus antecedentes.
Enterarme de eso solo hace que empiece a sentir desprecio por ambos. Siempre pensé que no me quería, y ahora solo puedo corroborarlo. A él no le importo yo, solo le importa él mismo.
―Sigo sin entender por qué hace eso De todos modos, tú estás bajo su cargo y tu dinero también.
―No, no lo es. Y es la razón por la que le hizo eso a mi madre.
―¿Cuál es?
―Una cláusula en el testamento de mi abuelo que está supeditada al contrato de matrimonio que firmó con mi madre. Muerta ella, soy su único heredero; pero, solo puedo heredar su fortuna cuando cumpla dieciocho. Debido a su supuesta muerte y mi enfermedad él logró hacerse con toda la potestad sobre mi herencia, pero solo tiene tiempo hasta que cumpla la edad que será dentro de unos meses, o que yo muera, pero eso no va a suceder, y es por eso por lo que están acelerando todo.
―Eso quiere decir que, si tu heredas todo cuando seas mayor, él ya no podrá quitarte nada.
―Así es, y no quiere eso. Ellos están haciendo todo a nuestras espaldas. Nos creen tontos porque somos jóvenes.
―¡Dios! Ahora deben estar buscándome ―digo asustada.
―Sí, pero no te preocupes. Abuelo tiene un plan para evitar que todo eso pase ―dice con convicción y me abraza.
―Sí, pero eso no me salvará de lo que haga mi padre ―digo con un deje de desanimo.
Brice puede desenmascarar los planes de su padre, pero, yo no tendría de que acusar al mío. Estoy segura de que hará cualquier cosa para evitar que lo impliquen en algo como eso y como siempre pasa, se saldrá con la suya. No me imposible pensar que le hiciera eso mismo a mi madre. Si hay algo que no puedo negar es su gran ambición y su obsesión porque todo sea perfecto.
―Young traerá mañana a una abogada, debes contarle todo y si lo deseas puedes empezar un proceso de emancipación.
¿Emancipación?
―¡Puedo hacer eso! ―me aparto con sorpresa de él.
―Por supuesto que sí ―responde―, yo lo haría, pero el abogado del abuelo me aconsejó que no hiciera nada para no advertir a mi padre ―añade.
La verdad, sigo algo temerosa.
―No lo sé ―digo dudosa.
Me alegra saber que tengo una salida; pero no me alegra mucho saber que tengo que enfrentarme a él por eso.
―Es tu decisión, solo piénsalo. Eso te dará independencia de tu padre. Hasta ahora no has elegido por ti misma, tal vez es tiempo de que lo hagas ―expone y tal vez tiene razón, toma mi mano y me lleva con él hasta la cama―. Solo piénsalo ―añade subiéndose a la cama, levanta la sábana y palmea a su lado para que me acueste con él.
Me subo y me acomodo a su lado. Brice me abraza haciendo que me recueste sobre su pecho.
―Descansa, mañana cuando hables con la abogada te lo explicará mejor y podrás tomar tu propia decisión. Por mi parte no pienso detenerme y solo espero el momento en que pueda desenmascararlo. Él no va a sentenciar mi vida, Leah.
―Está bien ―murmuro contra la piel cálida de su pecho.
Y aunque me agrada la idea, no dejo de sentir un poco de adrenalina de solo pensar en que yo le salga con eso a mí estricto y metódico padre, el gran Lucius Clark.
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