Soy Leah Clarkson y ser la honorable hija de Lucius Clarkson, podría decirse que es un privilegio, no obstante, para mí, es todo lo contrario. Es una gran carga que sobrellevar. Empezando porque nadie me habla, y no porque sea alguna marginada, más bien es porque ninguno puede acercarse a mí sin pensar que tiene que hacerme alguna reverencia. Eso es lo que realmente significa ser la hija del magnate de la finca raíz y la inmobiliaria.

Soy, inalcanzable.

Abro mi casillero y como los últimos años, lo encuentro lleno de cartas, estas caen en mis zapatos. Exhalo bajo, algunas son cartas de declaraciones de amor y otras de citaciones.
Pero es estúpido que lo hagan, yo jamás podría responder a ninguna. Que sea inalcanzable, también me convierte en él gran reto deseable de todos. Las tomo todas y las guardo en mi mochila. Cuando llegue a casa lo único que puedo hacer con ellas es divertirme leyéndolas y luego quemándolas. Miro mi reloj, Albert ya debe estar esperándome afuera, papá le ordenó llevarme y traerme todos los días a la escuela desde que tengo uso de razón. Tener chófer solo me hace ver más snob.

Me apresuro a ir a ala del edificio de los profesores. Si es cierto que el profesor me necesita, aún debe estar esperándome en su oficina. Y eso, me pone muy feliz.

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Gracias por leer!!