Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

»28«

Lo miro y por un momento me resulta extraño que estuviéramos teniendo esta conversación. Pero que diga eso me hace feliz. Son pocos los recuerdos que tengo de una infancia feliz y los atesoro. Mi madre lo apreciaba, incluso siempre me consolaba diciendo que él era bueno y que en el fondo me quería, cuando se portaba mal conmigo. Yo, por supuesto, lo dudaba; ahora, quizás lo entienda. Mi madre me cuidaba, también tenía a Eleonora, y él, solo tenía a Rossie.

―Estuvo... genial ―digo finalmente.

Bajo mi rostro. Todo se sigue sintiendo tan repentino, tan extraño.

―¿Qué cosa? ―pregunta haciéndose el desentendido.

Noto diversión y eso me indigna, un poco. Voy a replicar, y las palabras mueren en mi boca con la suya. Sus labios cálidos se mueven sobre los míos, y sin que lo pida abro la boca. Se lo toma a bien, y yo mejor cuando nuestras lenguas se tocan haciendo que se vuelva un poco más intenso. Estoy tan sorprendida de mi reacción que me sobresalto cuando una de sus manos explora entre mis muslos debajo de mi falda, eso me inquieta. Rompo el beso.

―Espera, ¿qué haces? ―digo con palpable exaltación.

―Nada, relájate solo quiero tocarte ―dice sin nada de timidez y continúa besándome acallando mi queja, mientras yo lo miro con los ojos abiertos―. No haré nada atrevido, te lo prometo ―añade aliviando un poco la tensión que se había empezado a formar en mi estómago, aunque sigo definiendo en mi cabeza a que se refiere con nada atrevido.

Sin embargo, su mano no es brusca, es más como una caricia suave y muy íntima sobre mi rodilla, y que avanza hasta la cara interior de mi muslo. Su boca instruyendo la mía, mientras su mano se mueve despacio me distraen empezando a sentir un poco de euforia en el cuerpo. Mi única conclusión para alguien tan inexperta como yo, es que besa muy bien. Me dejo llevar y cierro los ojos; no obstante, cuando creo que se decide a avanzar hacia la zona más arriba de mi entrepierna, el ruido del pomo de la puerta hace que se detenga en el acto y ambos nos enderecemos como vara. Rossie entra en la habitación arrastrando un carrito con comida y con una sonrisa dibujada en su boca.

―Rossie, ¿por qué no tocaste antes? ―Brice habla aparentando un enfado por sobre su ahora nerviosismo.

Ella nos mira a ambos y levanta sus cejas.

―Nunca he tenido que hacerlo, o, ¿acaso estaban haciendo algo malo? ―insinúa mientras acomoda la mesa portable del carrito entre nosotros.

―¡Por supuesto que no! ―resuello más rápido de lo que creo.

―Entonces, ni hablar ―continúa dejando a Brice con la palabra en la boca. Parecía dispuesto a replicarle―. Coman, y ya regreso por los platos. Y Brice, a partir de mañana comerás en el comedor. Ya no pareces moribundo ―añade achinando sus ojos hacia él.

―Sí, señora ―responde murmurando entredientes acatando la orden, y eso me hizo gracia. Signo de lo mucho que respeta a Rossie.

―Gracias ―le digo a ella, señalando la comida.

Rossie sonríe y acto seguido nos deja solos otra vez. Lo miro y me encojo de hombros, seguido sonrío y al él no le queda más remedio que imitarme encogiéndose de hombros. Acomodamos los platos de comida y nos servimos lo que trajo. Pasta, ensalada verde y jugo de arándanos. No estaba mal.

―¿Cuándo volverás a clases? ―inicio la conversación.

―El lunes ―contesta renuente.

―¿Crees que volverás a faltar?

―Por supuesto que no. Y menos a hora que supuestamente tengo novia.

―¿Quién crees que lo ha inventado?

La verdad, estaba intrigada por como eso se esparció.

―No lo sé. Pero no he sido yo.

Sonaba sincero, parecía tener la misma incertidumbre que yo.

―¿Y qué piensas hacer?

―Creo que la pregunta correcta sería, ¿qué vamos a hacer? o, ¿te parece terrible que seamos novios? Antes parecías cómoda con la idea ―farfulla inclinándose hacia mí por encima de la mesita que nos separa.

―¡No! Digo si ―resoplo metiéndole mi tenedor lleno de pasta en la boca, porque de repente no sé qué pensar. En principio solo fue una excusa para venir a verle―. Mejor terminemos de comer.

Me apuro en meter mucha pasta en mi boca para no tener que hablar al respecto.

―Sé mi novia ―dice de repente y yo me atraganto hasta toser.

Que lo diga así, ya no lo hace ver como algo de lo que reírse. Me ofrece un vaso con jugo yo lo tomo con ansiedad hasta acabarlo todo. No puedo evitar ponerme nerviosa.

―¡Diablos, Brice! Deja de decir eso.

―¿Por qué te asusta tanto?

―No me asusta, es solo que tú y yo...

―¿Tú y yo qué? ―increpa con tono incisivo.

―Es una mala idea con tu reputación y la mía.

Trato de decir algo que suene coherente, pero resulta de lo más absurdo porque sería perfecto. La princesa de la escuela con el chico popular ―todo un cliché de libro juvenil―. Dejo el tenedor sobre el plato, de repente ya no tengo hambre. Mi estómago parece haberse llenado con una ansiedad más grande y que revolotea sin parar como si tuviera bichos en él, y para colmo empieza a reír, haciéndome sentir como una boba.

―Excusas, ya sé por qué te asusta la idea.

―Puedes dejarlo.

Ruedo los ojos para restarle importancia.

―Nunca has tenido novio, y es un poco irónico que te asustes con la idea cuando has estado fantaseando con el profesor Young.

Sus palabras acompañadas de una sonrisa de suficiencia se sienten como una patada en el estómago que acaban con mis bichos, porque no estaba equivocado. Al final mi capricho por el profesor, solo es eso. Nunca ni siquiera calculé la magnitud de mi fantasía, y si por algún loco giro del destino llegara a... suceder.

―Deja de reírte de mí ―digo molesta.

Bajo mi rostro.

―No lo hago ―replica tomando mi mentón, levantando mi rostro para que lo mire a sus centelleantes ojos―. Y no bromeo. No contigo. Por eso intentémoslo. ¿Quieres ser mi novia? ―pide con tanta formalidad y sinceridad que los bichos vuelven a revivir en mi estómago. Y esta vez, no había ninguna sombra de burla o arrogancia en su sereno y cincelado rostro.

~°~°~°~°~°~°~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro