Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

»27«

Ante lo que parece un ruego, no me detengo a pensar si está bien o mal, o, a dónde nos llevará esto. Simplemente vuelvo a inclinar mi torso y continúo dándole besitos en cada uno de los puntitos rojos. Su vientre se estremece con cada pequeño roce que le doy a la piel maltratada con mis labios. No me detengo solo en ese lugar, prosigo hacia el centro de su vientre sosteniendo mi pelo suelto para que no caiga sobre él, y beso su ombligo. Lo escucho gruñir, y por cómo se remueve sé que no es de enojo.

Brice se incorpora sentado y me toma de los hombros levantándome. Nuestras miradas se encuentran, y esta vez ya no hay rastros de hostilidad. Hay otra cosa reflejada en sus ojos, algo que quiero y no quiero interpretar. Nos sostenemos la mirada tanto tiempo que hace que la situación parezca un poco extraña. Y antes de que pueda descifrarla, es él quien acorta la distancia y me besa. Atrapa mis labios con dulzura, y a diferencia de mi anterior bochorno intentándolo. Es un beso cálido. Sus labios se mueven lenta y suavemente sobre los míos. Es dulce y agónico al mismo tiempo, tan diferente a los que me ha dado antes y que se me antoja muy impropio de él. Quizás, la diferencia se debe en que esta vez, yo lo estoy consintiendo, y él, parece notarlo.

―Abre un poco la boca, Leah ―dice separándose, solo un poco, y trato de no sentirme incómoda con su alusión a mi inexperiencia―. Así está bien ―añade cuando en medio de mi confusión por su pedido, entreabro los labios, y me introduce su lengua.

No puedo evitar abrir los ojos como platos, cuando siento como roza la mía, empujándola y enredándola con la suya. Ese atrevido toque provoca una serie de indescriptibles sensaciones en mi estómago, antes desconocidas para mí. Jamás había imaginado que un beso se pudiera dar de esa forma y se sintiera así de bien. Cierro mis ojos con lentitud y me hallo gimiendo y queriendo más de eso. Sus manos acunan mis mejillas con suavidad para mantenerme firme. No protesto, no es algo que quiera hacer en este momento de introspección dentro de mi boca.

Lentamente nos dejamos caer sobre las almohadas quedando nuestros rostros frente a frente, y nuestros labios tocándose hasta que el beso culmina con suaves roces. Abro mis ojos encontrándome con los suyos. Brillan divertidos.

―¿Te gustó? ―pregunta con entusiasmo.

No sé qué responder. Por primera vez me siento aturdida con todo lo que ha pasado, y mi falta de oportuna respuesta hacen que el entusiasmo mengue y me mire con algo de inquietud. Quiero responder que sí, sí, sí, sí, y, sin embargo, me siento ante una estúpida diatriba. Bajo mi rostro.

―¿Leah? ―insiste―. ¿Qué ocurre?

―¿Te burlarás de mí?

―¿Burlarme? ―resopla con escepticismo―. ¿Por qué haría eso?

―No lo sé. No particularmente tenemos una buena relación.

―No la tenemos porque no quieres.

Intento, pero no dejo de pensar que su interés por mi empezó como un juego.

―¡Deja de decir mentiras! ―mascullo molesta.

―No miento. ―Su mano toma mi mentón con fuerza y me obliga a mirarlo―. ¿Por qué crees que miento?

Extremadamente serio como si lo hubiera ofendido, su mirada implacable atraviesa la mía.

―Porque empezaste a molestarme solo cuando tu padre hizo ese acuerdo con él mío. Es como si de repente me hubiera vuelto interesante para ti.

―No ha sido de repente, Leah; quizás tienes razón en que mi padre aceleró las cosas, pero no ha sido de repente ―se repite.

Es palpable el hastío en su voz hacia su padre. Aleja su rostro del mío y adquiere una postura bocarriba. Lo imito lanzando una exhalación.

―Entonces te gusto ―repongo, y el tono de ironía en mi voz, parece que le hubiera herido.

Quiero retractarme, pero él habla conteniéndome.

―Siempre me has gustado, lo haces desde que nuestras madres nos presentaron en mi cumpleaños número cinco. Pero he sido muy arrogante para reconocerlo desde entonces.

La mención de ese día me trastoca un poco. Eso pasó cuando mi madre aún vivía, y la de él todavía no había desaparecido de su vida. Sin embargo, éramos unos niños. Resulta un recuerdo chistoso.

―Te odiaba porque eras desagradable conmigo.

―Y yo te odiaba porque siempre eras el centro de atención. Siempre te veías como una muñequita fina, linda y frágil, a la que todos querían cuidar. Me robaste a Rossie ―murmura gruñón.

―¡Eso es mentira! ―resoplo con un tono algo impostado, desenfadado.

Me hace gracia su reciente actitud.

―Yo te veía así, y me sentía amenazado recordándome que, en realidad, el frágil, era yo.

Su voz, baja un tono y mi risa también. Se estaba refiriendo a su enfermedad.

―¿Por qué, empeoraste?

―Tal vez porque nunca me había sentido rechazado. Antes solo eran cartas que te llegaban y tu simplemente quemabas. Nadie tenía una oportunidad contigo y eso me hacía feliz. Eras la reina inalcanzable en su pedestal; pero cuando te escuché confesártele...

―Brice...

Su mano se levanta cortando lo que voy a decir. Y sin esperarlo se coloca encima de mí, apoyándose en sus manos y rodillas.

―Sentí que todo se derrumbaba, que ya no tenía oportunidad.

―¿Qué hiciste?

―Me emborraché. Jamás lo había hecho de esa forma, pero esta vez sentí ganas de perderme porque no iba a ser quien te salvara de mi padre.

―Eso fue muy tonto ―le reclamo.

―Lo sé. Y la verdad no quiero morir antes de cumplir la promesa que le hice a tu madre.

―¿Que promesa?

―Cuidarte.

~°~°~°~°~°~

Gracia por leer!! Feliz día del libro!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro