El timbre de fin de clase suena espantándome, salvándome por la campana. Todos empiezan a tomar sus cosas. Yo recojo penosamente los implementos caído. Se los entrego a la profesora y hago lo mismo, me dirijo rápidamente a mi puesto para huir de allí. Cuando tengo mi mochila al hombro y dispuesta a salir del salón, la profesora me detiene. Exhalo hondo y le miro

―El profesor Young es uno de mis colegas y quiere verte, va a necesitar un tutor para matemáticas. Te va a esperar en su oficina hoy. Sobra decirte que no me harás quedar mal, confío plenamente en sus capacidades, señorita Clarkson.

Vaya, siempre manteniendo el debido respeto remarcado en esta escuela, y entre profesores y alumnos, la profesora Tabares realmente no se corta con su halago y hace alarde de su ciega confianza en mí.

Que debería decir.

―¿Es...en serio?

¡Rayos! Soy más inteligente; pero no lo... esperaba.

―¿Asustada? Señorita Clarkson.

―¡No, claro que no!

Me retraigo un poco.

―Perfecto, estudiantes cómo usted no debe hacerlo y recuérdelo, de lo mejor de su parte.

De eso no hay dudas.

―Siempre, profesora Tabares. ―Le doy gusto haciéndola sonreír satisfecha con lo que quiere oír.

La adulación es algo que enorgullece los egos, conozco mucho de eso; pero claro que lo haré, es mi oportunidad para estar cerca... de él.

Ahora sonrío internamente feliz.

―No esperaba menos de la hija de Lucius Clarkson ―dice haciéndome despabilar y suspirar de tedio por lo bajo.

Mi padre es una sombra difícil de sobrellevar.

~°~°~°~°~°~°~