Un poco más navideño.
continuación del anterior, kinda cliché¿ espero les guste. :)
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A la mañana siguiente, Neito se desliza fuera de su futón ligeramente desorientado. Esa no es su habitación, no tiene tan mal gusto para decorar —o eso espera.
No tarda mucho en saber dónde se encuentra, aún así, no entiende los acontecimientos del día anterior. Empezando porque, tras moverse hasta el edificio de la clase 2 A, Kirishima ha estado más presente que en su vida que en los últimos dos años en la academia.
En realidad, cuando el pelirrojo se acercó con la idea de hacer las paces por lo que quedara del ciclo lectivo —y el resto de sus vidas, aparentemente— Neito se ha sentido en otra realidad; una muy acalorada e incómoda. Pero piensa que haber aceptado esa tregua y lo qué sea que ello conlleve es lo más maduro que pudo hacer —y él es tan maduro.
Kirishima no se encuentra en su habitación ni ha regresado a ella para cuando Neito se marcha, aunque al rubio no le interesa. Supone que debe estar desayunando y lo agradece porque prefiere evitar confrontarlo.
El pasillo se siente muy frío cuando Neito pone un pie en él. Suspira, profundamente cansado, y regresa a la habitación sustituta con recelo. Deja las cosas acomodadas en el piso una vez allí, revisa y responde mensajes de felicitaciones de sus amigos, y se asea y cambia por ropa normal en el pequeño baño antes de bajar al comedor.
La mayoría se encuentra desayunando. Primordialmente, Neito fija su vista en Kirishima, quien está hablando con otros clase A a los que Neito no puede poner nombre. Cuando sus miradas se cruzan, un poco de calor se instala en sus mejillas de manera molesta.
—¡Buenos... días.
—... Hola.
En realidad, no tenía ánimos de comer ni de entablar una conversación con nadie, al menos no de ese grupito. Por otro lado, decide buscar al profesor encargado de cuidarlos. Cuando lo encuentra con la mirada, se dirige a él sin más.
—Disculpe, ¿podría regresar a mi dormitorio, al menos para ir a buscar unas cosas?
—Claro, ¿de cuál clase es usted?
Neito se siente ligeramente ofendido por la pregunta, pero no dice nada.
—2°B, Monoma Neito.
—Un momento.
El profesor se levanta de la mesa y se retira a un despacho unos metros más lejos.
Excelente.
Así que ahora, Neito debe quedarse parado mientras espera. ¿O debía seguir al profesor? ¿O quizás ir a buscar sus cosas, o tomar asiento? ¿El resto lo está mirando mal o son ideas suyas?
El profesor tarda mucho más de lo que debería y eso lo hace sentir aún más incómodo. El grupito de estudiantes se va levantando poco a poco, incluyendo al pelirrojo y los clases A, y Neito se encuentra bufando y checando su reloj de bolsillo por costumbre. Apenas habían pasado tres minutos.
—Sígame.
Neito siente un ápice de alivio, finalmente.
Cuando puede poner un pie fuera de ese escalofriante lugar, un llamado lo detiene y una sonrisa amable lo saluda otra vez.
—¡Eh, Monoma! Vamos a jugar en la nieve con los chicos, ¿venís?
Kirishima.
Neito se lo queda viendo largos segundos con duda antes de retomar camino en silencio. Kirishima asume que es un no, y quizás eso hizo que se desanimara más de lo que quisiera admitir.
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Es una dura batalla en la que se encuentra Red Riot en este instante.
Shōji podía tener gran ventaja para encontrarlo y tirarle la mayor cantidad de nieve, y solo quedan ellos dos, pero también era un blanco inmenso y fácil. Y Red Riot creía haberlo encontrado atrás de un montículo blanco.
Escondido contra una columna lo más sigiloso que puede, Kirishima está a nada de salir a derribarlo con nieve. Y entonces, una bola de nieve lo golpea fuertemente por la espalda.
Cuando voltea, Neito lo está mirando con una sonrisa altanera, y ropa aún más abrigada —con gorrito de lana y bufanda incluidos.
—¡Oye! —se queja el pelirrojo con un puchero, delatando su posición—. No se valeee.
—Deberías mejorar tus defensas, Red Riot —dice, sosteniendo otra con gracia.
.
.
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extra.
Luego de su ardua batalla jugando con la nieve, los chicos volvieron a entrar a los dormitorios. Adentro, algunos de los pocos profesores los recibieron con chocolate caliente para todos.
Monoma se dirigió a la mesa dónde habían varias tazas y toppings, y cuando está por agarrar una su mano roza con la del pelirrojo. Habían decidido agarrar la misma taza con un arbolito de navidad dibujado al centro, roja.
—Boa, tómalo tú —ofrece Kirishima.
—No por esto eres más caballeroso que yo. —Agarra la taza recelosamente—. Oye, mmh, feliz navidad.
Kirishima le sonríe. Monoma piensa en que no quiere que llegue año nuevo.
- en otra realidad dejaron de pelear un rato y se casaron en navidad, fin.
fue difícil escribir esto con el calor del verano argentino, aún así, felices fiestas gente. pasen un lindo día con sus seres queridos y llénense de mantecol !!!
nos leemos. <3
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