
Capitulo Veintiocho.
Kai siempre había sido alguien que se jactaba de tener control de su vida, siempre controlando lo que salía de sus labios y guardandose la mayoría de las cosas que flotaban en su mente, midiendo cada una de sus acciones para pasar desapercibido. Pero en ese momento, con la visión de la única persona que deseaba ver más que a nadie en el mundo, a solo unos metros de distancia, no le importó nada de eso. No le interesó que todo el mundo fuese consciente de sus sentimientos y pensamientos, que sus acciones demostraran cada uno de estos con libertad, ni que estuviese actuando en contra de todas y cada una de las costumbres que le fueron enseñadas.
Porque era Nee.
Y porque Nee era lo único que importaba en ese momento.
La sensación de opresión que había estado en su estomago desde que había entrado a la casa de su hermano, desapareció ante el sonido de la voz del joven. Aun enojado, aun gruñendo insultos, ese tono de voz enviaba ondas calmantes por su cuerpo y paz a su mente. Estaba cansado, se sentía enfermo y su estomago giraba con renovadas nauseas, pero nada de eso lo detuvo en su misión de llegar al castaño. Seguridad, confort, amor y hogar, eso era lo que Nee significaba para él.
La mirada ámbar se desvió hacia él en cuanto a estuvo a solo un par de metros de distancia. La sorpresa fue rápidamente suplantada por el alivio, el cual se mezclaba con amor y felicidad de verlo. Separandose del grupo que discutía, Nee se acercó a él, encontrandolo casi a mitad de camino con los brazos abiertos, esperando por él. Kai no lo dudó, chocó contra el pecho cálido y se hundió en el abrazo, absorbiendo como una esponja el calor y la sensación de protección.
—Viniste por mi. —murmuró contra la tela de la camiseta.
Podía sentir la sonrisa en los labios del menor cuando besó su mejilla, hundiendo su rostro en su cuello—. Por supuesto que si —aseguró—. Iría al fin del mundo por ti, mi amor.
—Tan cursi —se acercó más, intentando fundirse en el cuerpo del otro—. Te he extrañado tanto.
--Te extrañé muchisimo también —sus brazos lo apretaron más cerca, protegiendolo de los gritos a su alrededor—. Nunca más volveré a dejar que te alejes de mi lado tanto tiempo, te pegaré a mi lado si es necesario, pero no permitiré que te vayas sin mi otra vez.
—Si, por favor —rogó—. ¿Me llevarás de nuevo a casa?
—¿Quieres volver?
—Es todo lo que quiero. Quiero volver a casa, contigo, a Inglaterra —un pequeño sollozo se le escapó e hizo lo mejor que pudo para reprimir el llanto—. Por favor.
Los dedos asperos, por tocar la guitarra, rasparon contra su piel suave cuando Nee abarcó su mejilla, inclinando su cabeza hasta que sus ojos se encontraron—. ¿Estas totalmente seguro? Tu familia no va a estar de acuerdo con esto.
—Estoy totalmente seguro —una lágrima resbaló por su mejilla—. Ya no quiero estar aquí, por favor.
El pulgar limpió la humedad—. No llores, mi amor.
—Solo quiero irme, Nee, nunca debí venir aquí en primer lugar. He querido marcharme desde hace días, pero mi hermano me quitó mis documentos y no pude-
Todo el cuerpo de Nee se tensó—. ¿Él hizo qué? —la ira brilló en sus ojos marrones y Kai sabía que el chico estaba a punto de lanzarse al cuello de alguien.
Así era como Nee se comportaba la mayor parte del tiempo, él podía ser dulce y bonito cuando trataba con Kai, pero en realidad, era un bruto total. Acción y reacción, el tipo seguía una sola línea de pensamiento. Kai se movió, intentando detener lo que sabía sería un ataque inminente, pero fue demasiado debil y lento. Antes de que pudiese parpadear, Nee había tomado a su hermano del cuello y estaba eliminando el oxigeno de sus pulmones, el rostro de Kano volviendose de un poco saludable tono de morado.
—¿Por qué mierda le quitaste sus documentos, pedazo de mierda? Eso es considerado secuestro en cualquier parte del mundo y si no te mato yo antes, te aseguro de que haré hasta lo imposible para que termines tras las rejas por esto.
Kai aferró la camiseta del menor, sus manos se veían jodidamente pequeñas en comparación con el cuerpo del otro, como un gatito intentando detener un toro en pleno ataque—. ¡Nee! ¡Nee, detente!
—¿Donde estas sus cosas?
Los dedos de Kano arrañaron las manos del castaño, intentando liberarse, pero sin lograrlo. Su madre se adelanto, golpeando a Nee en el brazo, sin afectarlo en nada—. ¡Suelta a mi hijo ahora o llamaré a la policia! No puedes hacer esto, es propiedad privada, estas atacando a-
—¿¡Yo estoy atacando a alguien!? —Nee gruñó—. Este bastardo le quitó a Kai todas las salidas de este jodido lugar, lo secuestró.
—Por supuesto que no —el padre de Kai se adelantó—. Mi hijo esta aquí porque así lo quiere, nadie lo esta obligando a nada.
—¡Eso no es verdad! —Kai estalló—. He querido largarme de aquí desde que llegué. Me hicieron viajar engañado, me dijeron que el abuelo estaba mal cuando no era así. Solo querían tenerme aquí para que no tuviese más opción que casarme con alguien que cumpliera sus expectativas.
Se arrepintió de decir eso cuando los dedos de Nee se apretaron en torno al cuello de su hermano, su rostro moteado de rojo, el enojo casi en la superficie—. ¿¡Casarte!?
Titubeó—. Yo... hay algunas cosas que no te he dicho, pero en este momento, lo único que quiero es largarme de aquí, por favor, te lo explicaré todo luego.
—¡Tu no te irás a ningún lugar! —su hermano sentenció, jadeando, en cuanto Nee aflojó su agarre en su cuello—. ¡No puedes ir en contra de la familia! Debes hacer lo que se te dice, seguir nuestras costumbres y-
Los dedos nuevamente se enredaron en su cuello—. Estas tan cerca de golpear mi limite, imbecil, la única razón por la que no estoy sacando la mierda de ti a golpes es porque eres el hermano de Kai, así que deberías estar agradeciendo ese lazo en vez de decir estupideces.
Su madre seguía golpeando a Nee y su padre estaba sacando su celular del bolsillo. Kai rapidamente se acercó al castaño—. Por favor, Nee, solo quiero irme, por favor.
Nee no estaba deteniendose, más bien, estaba apretando su agarre. Su hermano tampoco estaba retrocediendo, tenía una mirada determinada, lanzando dagas con los ojos hacia el castaño.
—Ya detén eso, hijo —ni siquiera se había dado cuenta de que Liam estaba allí, pero el hombre fue rápido en detener a su hijo con un apretón en su hombro—. Dejalo ir, tienes cosas más importantes de las que preocuparte ahora.
—Papá...
—Recuerda porque estamos aquí, hijo, recuerda las razones por las que viajamos tan lejos. —había una mirada conocedora en los ojos castaños del mayor cuando bajó la mirada hacia Kai—. Tu no quieres hacer esto, no ahora.
Nee giró a verlo, su mirada recorrió su rostro a detalle, sus ojos brillando con cariño, antes de que esta se deslizara en línea recta hasta su vientre. Había tanto amor en esos orbes ámbar que congeló el aliento en los pulmones de Kai. Nee lo sabía, no tenía idea de como, pero él lo sabía.
Soltó el agarre en su hermano y se acercó a él, rodeandolo con sus brazos—. Vamonos a casa, amor.
Kai asintió antes de detenerse de golpe—. Pero yo no tengo mis documentos, no puedo viajar, Nee.
—Eso puede solucionarse —Yuki pasó a través de las personas reunidas en la puerta, Kai ni siquiera la había visto entrar en la casa, pero al parecer, lo había hecho. Ella se acercó a él con una sonrisa, tendiendole una pequeña pila de papeles—. Toma, creo que esto es todo lo que necesitas.
Tomando lo que le tendía, se sorprendió al ver sus documentos—. ¿Como...?
—Kano aun conserva la misma clave en su caja fuerte, fue facil abrirla.
Apretando las mismos entre sus dedos, intentó contener sus lagrimas mientras la abrazaba—. Gracias, Yuki.
—No es nada, hermanito. —se apartó—. Ahora, largate de aquí antes de que yo comience a llorar o la policia, que nuestro padre llamó, llegue, lo que pase primero. —miró a Nee—. Cuida de mi hermanito.
—Con mi vida. —prometió.
—Nos vemos en unos días. —ella prometió, volteandose con una expresión determinada y deteniendo a sus padres cuando intentaron acercarse a ellos nuevamente.
Liam se acercó—. Será mejor que nos pongamos en marcha. Podemos volver a buscar tus cosas luego, Kai.
—No, no es necesario, no hay nada allí que me interese recuperar, solo quiero ir a casa.
El mayor asintió. Nee lo guió a un auto cercano y lo ayudó a subir al mismo, subiendo detrás de él. Yago, quién se había mantenido trás el volante, le dio un breve saludo que devolvió, antes de poner el motor en marcha.
Con un brazo alrededor de su cintura, Nee lo acercó a su cuerpo a través del asiento. Acurrucandose contra su lado, Kai hundió su rostro en la tela de la camiseta del menor, disfrutando de la comodidad que tanto había extrañado.
—¿Como lo supiste? —murmuró luego de un rato.
Nee lo miró extrañado por un momento antes de que la comprensión llegara a él y sonriera enorme—. Porque te conozco mejor de lo que tu te conoces y tengo bastante experiencia luego de ver los embarazos de mi padre, es fácil detectar los sintomas si sabes lo que estas buscando.
—Entonces, ¿tu realmente crees que yo estoy...?
—¿Embarazado? —terminó por él cuando su voz se desvaneció—. No lo creo, estoy seguro. —su mano abarcó su vientre, cubriendolo, protegiendolo—. Nuestro bebé esta creciendo aquí, Kai, no hay ninguna duda de ello en mi mente.
El amor y orgullo brillaba en su mirada, tan fuerte, que Kai rezó interiormente para que realmente estuviese embarazado, porque realmente estaría muy triste si resultaba ser una falsa alarma y Nee se decepcionaba.
(...)
—Deberías recostarte y descansar, amor, puedes hacer esto en otro momento.
De pie, apoyado en la pared cercana a la puerta del baño, Nee observó a Kai juguetear con la pequeña caja entre sus dedos, sentado al final de la cama de hotel. Había visto el estado en el que el mayor estaba, el cansancio que empañaba sus rasgos y el malestar obvio que sentía, no quería que eso empeorara. Le había aconsejado recostarse y descansar por un par de horas, pero el chico estaba empecinado.
Su tío Yago se había encargado de conseguir las cosas necesarias para que no quedaran dudas. Ambos sabían que los test no eran seguros, pero Nee estaba totalmente convencido de que su bebé existía, sin importar que los demás dudaran. Tenía algo así como un sexto sentido con relación a ese tipo de cosas, solo lo sabía.
—Necesito saber. —Kai murmuró.
—Podrías hacerte la prueba de sangre al regresar a Inglaterra —solucionó, acercandose a él hasta dejarse caer de rodillas en la alfombra—. Te ves cansado, cariño, eso no es bueno para el bebé.
—Ni siquiera estoy seguro de que exista un bebé, Nee.
—Si existe, esta aquí —tocó su vientre.
—¿Como lo sabes?
Se encogió suavemente de hombros—. Solo lo sé.
—Eso no me sirve, necesito estar seguro —le rogó con la mirada—. Hay muchas cosas que van a cambiar si estoy embarazado, es una vida, Nee, es... un cambio total.
—Lo se —sonrió enorme.
—¿Lo sabes enserio? —enmarcó su rostro con sus pequeñas manos—. Sé que esto no fue planeado, no es algo que desearas y no te culparía si te echas para atrás.
—No me estoy yendo a ningún lugar, Kai.
—Jesús, Nee, tienes solo veinte años, ¿como puedes asegurar que esto no se convertirá en demasiado para ti en un futuro cercano? Es un bebé, es una vida y... —sacudió la cabeza—. Debí haber sido más responsable, tendría que haber sido cuidadoso. Esto no estaría pasando si me hubiese comportado como un adulto y no como un niño tonto, arriesgué toda tu vida por un capricho mio y-
Pegó sus labios a los del mayor, cortando cualquier replica con un beso lento y dulce. Sonrió al alejarse, mirandolo con toda la sinceridad que pudo brillando en sus ojos—. Puedo parecer joven, Kai, pero no soy estupido, sé bien lo que estoy significa y lo quiero.
—Nee.
—Quiero un hijo contigo, quiero tener varios bebes contigo. Quiero que seas mi esposo, construir una vida contigo, con la casa, la cerca blanca y los niños, ese ha sido mi sueño por mucho tiempo. Y talvez hicimos las cosas un poco fuera de orden, pero no me importa. Te amo y amo a nuestro bebé, Kai, no desearía estar en ningún otro lugar ni con ninguna otra persona.
—¿Como puedes siempre ser tan seguro de todo?
Nee sonrió—. ¿Seguro? Por lo general, estoy muerto de miedo, amor. Pero cuando se trata de ti, entonces sé a donde me dirijo. Te amo, te he amado desde que tenía doce años y eso nunca va a cambiar, y si me equivoco y no hay un bebé, entonces lo intentaremos más adelante nuevamente. No me importa la música, ni la fama ni el dinero, si te tengo a ti a mi lado, entonces lo tengo todo, Kai.
Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas antes de que pudiese detenerlas—. Dios, ¿como puedes ser tan perfecto? —murmuró en un sollozo—. También te amo, Nee, más de lo que podría alguna vez explicarte.
Dandole otro largo y dulce beso, Nee extendió un brazo y tomó los tres test que Kai se había realizado, poniendolos en el regazo del mayor—. ¿Quieres verlos aun?
Kai asintió, tembloroso—. Miralos tú y dime el resultado.
Sonriendo, Nee asintió, surprimiendo sus propios nervios. Dandole una mirada de aliento a Kai, volteó las pruebas para ver el resultado, sus manos temblaban mientras leía los mismos.
—¿Que? —Kai presionó.
Nee no respondió verbalmente, en vez de eso, dejó caer los test y en su lugar, subió la camiseta de Kai, besando su abdomen plano con amor—. Hola, bebé, hola, soy tu papá. Te amo, te amo muchisimo.
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