único.
Notas rápidas: Esto era parte de una idea para un shot en AU dónde directamente Tanjiro fue llevado como Tsukugo de Kyojuro, y como intento de rescatar un par de escenas de esos 2 fic que tuve que mandar a borrador. Se desligo totalmente de eso pero no me quejo tanto.
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Hasta hace poco que fueron los 2 llevamos con él, su última pelea había sido bastante caótica, y Tanjiro, apenas recordaba la suficiente lucidez. Dónde, casi al borde del desmayo, la figura del Rubio se paró imponente frente de él, blandiendo su espalda, rodeando el campo de batalla de una pared de fuego. Seguidamente, arrodillándose frente a él, tendiendo su mano, marcando una postura de iguales, no de superior pilar y joven cazador. Eso sorprendió al más joven, que aferrándose él se encargaba del demonio más peligroso, no como un concejo en este momento en específico, si como una motivación en su vida como cazador de demonios. Eso lo aprecio, levantándose buscando con la mirada a sus compañeros, y volviendo con el pilar de la llama para apoyarlo en lo que apenas ponían. Un encuentro muy caótico en ese tren.
Ese fue su primer encuentro con el pilar de las llamas. Aún heridos, el rubio no abandonó su postura y la sonrisa de su cara, extendiendole la mano, apretando la de él consigo en un gesto de respeto. Mismo que logró contagiar su optimista expresión en él. Minutos antes de colapsar por el cansancio, fue toda una noche de allá para acá. Él no era el único que deseaba dormir.
— Déjenme, invitarles algo de comer, ¿Vale? — Zenitsu atrás de ellos pensada como ese hombre podía seguir pareciendo tan fresco si tenía sangre cubriendo parte de su rostro.
Los 4 fueron llevados de nuevo con el patrón. La sorpresa en ellos fue grande cuando Kyojuro llegó con varías tazas de comida para los 3 apenas recuperaron la energía suficiente, Inosuke no espero nada para comer, Zenitsu por su parte tardó unos minutos en reaccionar, aceptando.
— Gracias. Quédate con nosotros un rato, no has comido ni dormido tampoco. — Tanjiro le sugirió luego de llevarse el primer bocadillo de comida a la boca. Aunque Kyojuro parecía querer negarse, un Aura oscura detrás de él lo convenció.
— Hazlo Kyojuro. Sabes que tengo opciones para obligarte a cuidar de tu salud si te niegas. — La pilar del insecto sé paró tras él, sonriendo casi con maldad. — Apenas vimos tus heridas saliste corriendo a buscarles comida, cosa que te dijimos no era necesario, ahora obedece. Por más luna inferior que sea, seguía siendo mucho más fuerte.
Asintiendo lentamente el rubio tomó un plato de la fila que trajo, sentándose a un costado junto a los 3 chicos. Logrando sacarle una sonrisa a algunos.
— Qué poder el de ella para dominarte así. Antes eras más rudo. — Inosuke se burló. Zenitsu prosiguió a corregirle.
— Las mujeres también van miedo, de una u otra forma… — Hablando de, la joven demonio salió de su caja, primero cerciorándose de su hermano y amigos, luego sentándose junto a Kyojuro. El pilar del fuego parecía llevarse bastante bien con su hermana. Al costado de él, aunque Nezuko casi no podía hablar, Kyojuro lograda entablar una relación con ella. Viendo su error.
Y pensar que no hace mucho Kyojuro propuso matarlos, tampoco podía criticar a nadie por hacerlo, debido a que, bueno, Tanjiro iba con una demonio iba con una demonio.
— En batalla tu hermana busco cuidarte, hasta donde pude ver. — El rubio menciono, volteando a mirar al joven pelirrojo.
— Somos un buen equipo. — Declaró. Terminando de comer. El tiempo pasó lo suficientemente tranquilo, una paz momentánea mientras sus cuerpos descansaban.
Cuando llegó la hora, Kyojuro se despidió. Mirando por el rabillo del ojo al joven Kamado antes de irse.
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— Acepto ir. — En el, Tanjiro le informo a Kyojuro sobre lo que sabía de la respiración del dios solar. En menos de un mes desde esa misión, el pilar volvió al templo donde nació. Buscando varios de los escritos de ese antiguo arte, que, lamentablemente fueron destruidos en su estancia.
La figura de su progenitor era un tema bastante delicado. Pero, dándole a su hermano una última señal fuerza regresó con Tanjiro, solicitándolo cómo su Tsukugo para demostrarle la respiración del dios del sol. Pero, tenían que estar solos.
— Me alegro. Daré lo mejor de mi para enseñarte. — Juro. — No será mucho tiempo, pero puedo enseñarte lo básico.
Zenitsu e Inosuke le desearon suerte en este tiempo. En parte, Inosuke se mostraba casi envidioso, al ser llevado por un pilar para hacerse más fuerte. Vaya que Tanjiro tenía suerte, mientras Zenitse, le tomó más tiempo despedirse de Nezuko que de Tanjiro. Cómo costumbre en él.
— Lamento separarnos así, prometo no tardar mucho. Somos un equipo después de todo.
— Hay Gompachiro, no te preocupes. Vas a hacerte más fuerte, ¡Aprovecha! Claro que nos volveremos a ver. Prometimos pelear a tu lado. — Zenitsu quien iba a hablar fue interrumpido por el chico jabalí, que dijo lo necesario. (Para su sorpresa)
— Tiene razón. Buscaré hacer lo mismo por mi cuenta. Tengo que ayudar a que Nezuko vuelva a ser humana. — Declaró con entusiasmo, y con esto dicho, Tanjiro partió junto a Kyojuro. A la finca de las llamas.
Las primeras 2 horas luego de haber tenido las cosas en el cuarto que Kyojuro le ofreció y dejar a su hermana allí, Kyojuro le tendió el libro, o bueno, lo que pudo rescatar de ese antigüo arte, buscando explicar lo mejor que podía las diferencias que tendría que hacer con su respiración a la hora de pasar entre el agua al dios del fuego solar. Una tarea ardua en cierta parte.
Las espadas chocaban con bastante fuerza y rapidez, los 2 cazadores usando ropa más ligera, se encontraban esforzándose.
La respiración fue la del sol… Tanjiro tenía un sentimiento extraño en el pecho luego de leer sobre esto. Cómo nostalgia pegado con desconcierto, un sentimiento que no tenía razones de ser, así que, aunque no fuera fácil lo buscaba ignorar. Concentrándose en el rubio y su misión en la finca.
Después de terminar, Kyojuro le ofrecía un vaso grande de agua, sentandose junto a él mientras conversaban tranquilamente. Kyojuro era el tipo de persona que despertaba bastante agrado en Tanjiro, porque veía que era capaz de llevar un ambiente reconfortante a la vez que le provocaba mucha curiosidad saber más de él, mientras, Kyojuro tenía miedo de estar en el camino a enamorarse. Porque lograda ver en Tanjiro cosas que le gustaban bastante. Que le daba orgullo y un deje de ternura, era un gran chico y agradecia que su llama sea la que estimule el océano que era su voluntad.
Por un mínimo instante la respiración de la llama solar cubrió el fijo de Tanjiro, antes de este colapsar.
— Descansa. — Kyojuro apoyó su espada en sus hombros sintiéndose casi abatido por lo poco que podía lograr. Pero, en parte también orgulloso de verlo esforzándose. — Han sido unas semanas duras, y sé que no puedo retenerte mucho.
— Lo sé, puede que pronto me tendré que ir. Aunque no logré usar la respiración hoy… — Suspiro. Mirando su filo en la hoja. — Espero que en el momento justo lo logré.
— La harás. Iré preparando un baño, tu descansa.
— La mejor forma de unirse en confianza es durante el baño. Claro.
— ¿Juntos? No esperaba esa confianza.
— ¿Porque? Somos compañeros. — Asintiendo a sus palabras hizo lo dicho.
En una de las habitaciones de la finca, una gran tina de agua cálida los esperaba para refrescar sus cuerpos sudados. Un ambiente, por más agradable. El rubio se quitó la ropa, metiéndose al agua. No era un desgraciado como para aprovecharse de esto, y que Tanjiro lo vea desnudo así que solo respiro profundo dejando su cuerpo relajarse. Pensando en el joven, tenía ese deseo de querer ayudarlo.
El joven Kamado no tardó en llegar. Entrando en el agua junto a él sin decir mayor palabra, correspondiendo la sonrisa que Kyojuro tenía. Relajándose en el agua, cerrando los ojos como si estuviera dormido. El brazo del rubio lo rodeó, apoyándose en la madera. Llegando a notar como el rostro del pelirrojo de tornado de un ligero rojo cuando sus rostros a poca distancia se veían el uno al otro.
— Kyo… Muchas gracias por apoyarme. Usaré tus enseñanzas de aquí a ahora.
— No hay problema. De ahora en adelante si necesitas mi apoyo, estaré para ti, te ganaste mi respeto, — Lamiéndose los labios por un segundo dudó antes de hablar. No como un simple apodo, tal vez algo más personal. — Mi chico.
— Espero que así sea.
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La caricia de una mano por su espalda, fue suficiente para hacer que su cuerpo vibrara de gustó. Una mano cálida, con un portador igual de cálido. Volteando el rostro a él, sonriendo mutuamente. El antiguo pilar de las llamas acercó su rostro al suyo, besando su sien. Al igual que él, con el cuerpo bastante herido, bastante cicatrizado por todo lo ocurrido pero sano. Acompañándolo cómo prometió. Ambos hombres, empezaron su día con un beso en labios, lento pero apasionado.
Kyojuro cumplió su promesa, cuando logro ponerse de pie, hizo lo posible por ayudar a Tanjiro y meses después. De rodillas pidió quedarse con él, no como hermanos, no como amigos, no como guerreros, si no como amantes. Kyojuro deseaba acompañarlo y ayudarlo. En primera instancia, Tanjiro no supo qué responder, pero poniéndose la mano en el pecho aceptó quedarse con Kyojuro.
Aún débil por la última pelea, el cuerpo de Tanjiro se recuperaba cada vez más, teniendo la felicidad que su pilar, Kyojuro Rengoku estaba con él, solo unos 2 años después de la derrota contra Muzan.
Sus labios se acariciaban dulcemente mientras sus cuerpos desnudos, poco a poco se iban encontrando. En un nuevo abrazo, antes de separarse.
— Mi chico.
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