REALIDAD VIRTUAL
Con la llegada de las nuevas tecnologías y el encuentro con sus amigos del pueblo de nuevo, el chico comenzaría nuevamente sus aventuras online:
-Experimentando "vacilar", pasar un buen rato con Amy y quien más se apuntase.
-Creando personajes que los hombres querían ver sin llegar a ello, quedando en imágenes para divertirse y hacer una salida exitosa con cada pervertido de la red.
-Viendo páginas web, como la famosa enciclopedia Encarta, con la que estudiaban y se divertían anteriormente.
-Escuchando música, viendo videoclips y riéndose sin pausa analizando las escenas más graciosas.
-Imaginando ser personajes famosos para hablar con los más jóvenes que, por aquel entonces, si utilizaban la red con total inocencia y seguridad e incluso al final, se harían amigos.
La red era inmensa y libre. Disfrutaría mucho con sus amigos pero, por otro lado, crearía un personaje en el que más tarde se convertiría.
Tardes con amigos que fue haciendo en el vecindario o, incluso en el colegio basadas en snacks y locutorios.
Tardes en su casa, chateando, jugando en algún minijuego online o videojuegos para ordenador que su padre compraba de arcade o, algunas veces, detectivescos o, más de ocio, como carreras de vehículos.
Derek aún seguía siendo el mejor de la clase incluso empezando a desfasarse o, más bien, despertar sus sentidos más ocultos. Sentidos que muchos habían visto pero nunca comentaron.
Año 2000. Año en que pensaban que los coches volarían, que habría robots, que el mundo se volvería tan futurista como mostraban las películas. Incluso algunos creían que por fin verían alienígenas.
Iban a entrar en una nueva era. Algunos sentían miedo, otros, misterio que derivaba en curiosidad o respeto.
Llegase como llegase, todos tenían algo en común: Una curiosidad inmensa por ver la realidad. Pero... Nada nuevo ocurrió.
Llegó el 2000 y al amanecer, el mundo estaba igual. ¡Menuda desilusión!
Los coches todavía en la carretera y, por más que mirasen al cielo,... Nada, solo pájaros y algún que otro avión. Las nubes y el cielo eran del mismo color y todavía no se había inventado nada.
La televisión se veía igual, las personas seguían igual y nadie hablaba o actuaba de ningún modo diferente.
¿Se habrían equivocado? ¿Qué estaba fallando? ¿Se iba a acabar el mundo? ¿Por qué esa explosión hacia el futuro más futurista no había llegado?
¡Qué aburrimiento y desconcierto a la vez!
Nada nuevo. Nada por aquí, nada por allá. Todo seguía igual fuera. Excepto Derek, que viviría experiencias que mantendría en secreto incluso para él, ya que ni siquiera él mismo se daría cuenta, pero si, algo estaba pasando y no se iniciaba con "el año futurista" ni de forma nueva y momentánea.
Franc comenzaría a pasar las noches en el ordenador entre cubatas y webcam mientras Frida y su hijo dormían. Aunque no siempre dormían, pues los chirridos de la silla plegable, marrón de madera antigua, harían que el joven tardase más en conciliar el sueño.
- Mmm... Esto suena muy raro. ¡No para de moverse! Joder, ¡Cállate! ¿Se está haciendo una paja o qué? -Repetía mientras su oído ponía toda su atención sin quererlo en la habitación de al lado.
Sabían, o al menos él sospechaba, la fiesta que se montaba su padre por las noches en el ordenador pero, por suerte, no le incordiaría para seguir estudiando y disfrutar de la vida ahora que ya se habían calmado un poco las cosas para él.
Al menos, aunque las burlas y jodiendas por parte de los 'chulitos' de la clase siempre estarían, ahora no serían su prioridad. Se llevaría mejor con más compañeros, bueno, en general, compañeras, no tendría que llevarse más huellas de zapato a casa y mantendría su almuerzo en la mano durante todo el recreo hasta poder comérselo.
Un viaje a Galicia al que él no acudió le hizo juntarse un poco más con aquellos que tampoco fueron y ese cambio, sería un avance en su vida social. Más o menos como cuando salía con su patinete a conocer a niños en el parque pero por más momentos.
Derek cumpliría su último año en el colegio y, una de sus amigas, Sita, la cual sentía pasión por el rap, le enseñaría a su rapero favorito, Nach, quien anteriormente era conocido como Nach Scratch:
Clase de alternativa a la religión en la que aquel día acudieron a los ordenadores:
- Mira, ven. Escucha esto. -Dijo su compañera mientras le ofrecía una parte de su auricular.
*Amor Libre - Nach Scratch sonando*
- ¿Te gusta?
- Mmm... Si... Está bien. -Respondió Deck que en aquel entonces solo escuchaba los cantantes que salían de moda en el momento, pop, y no entendía aquella "cosa".
Girándose con cara extraña, aquella tarde sin saber por qué, comenzó a reproducir música de aquel vocalista, incluso más tarde descargaría su CD de un emulador como sería Emule, aquel portal abierto a virus y espías que tan de moda estaba por aquel entonces y que tan poco conocimiento tenía por aquellos jóvenes.
Poco a poco comenzaría a pedir vestirse con pantalones más anchos y camisetas más grandes, comenzando por bajar los pantalones que ya tenía casi por debajo de sus nalgas al vestirse para que quedasen más holgados hasta poder adquirir ropa nueva.
Pero no sería su estilo lo único que cambiaría.
Las personas tienen su propio estilo, forma de ser y pensar, pero a veces, hay que buscar para encontrar cómo sentirse más identificado y quizá hasta encontrarlo haya alguna fase de inestabilidad.
Un personaje, una realidad.
Probó varios nombres que le gustaban de todos los países posibles, pero solamente pudo mantener uno y sería de un programa de televisión que transcurrió en el año 2001. Hacía nuevas cuentas que podían encajar con aquel personaje: su edad, los estudios que seguiría en cada momento, ubicaciones ficticias, etc.
Éste probaba su papel en una realidad virtual. Hablando con gente, poniéndolo en práctica en diversas situaciones, pero, sobretodo, en la red.
Quedada con chicos más mayores, totalmente desconocidos. ¿Cómo se atrevía a acudir? Pues sin ningún pensar, se enmascaraba de aquel personaje y tan solo paseaban, pero cuando la quedada era con varones, no se repetiría, pues verían que Derek era solo un niño que quedaba de forma desinteresada y así lo dejarían, en un buen rato con total sinceridad.
Sabemos que en la actualidad, nadie acudiría a una quedada solamente conociéndose de forma virtual el primer día, prácticamente casi a ciegas. La inocencia se ha perdido y los malos pensamientos han aumentado. En esto hay que admitir que el mundo no ha prosperado.
En cambio, cuando la quedada era con chicas, ellas si repetirían. El personaje que había era gracioso, risueño, tenía buen sentido del humor, era alocado, actuaba con total inocencia, dulzura y naturalidad. No tendría más intención y eso a ellas les encantaría, claro.
El chico también había despertado algún sentido aunque no se dio cuenta en el momento. Sita, comenzó a saludar a sus amigos con picos, fuesen chicos o chicas y eso le llamaría la atención. Incluso tuvo algún sueño de ese estilo que le confundiría ¿Realmente le gustaba eso?
- Eres diferente. - Era una frase que se repetía por parte de las niñas cuando veían que sin acoso ni iniciativa dos personas de distinto género podían pasar un buen rato juntos.
Algo gritaba en su interior, cada día más fuerte, pero solo salía fuera de su entorno, de forma impulsiva y sin avisar, quitándole un peso de encima mientras eso le invadía.
Algo que Frida notó desde los 3 años del pequeño. Algo que su entorno si podía ver pero no él.
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