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donde todo empieza.
Era de mañana para ser exactos eran las 5 40 de la mañana, la escuela se veía opaca, llena de colores grises ya que el sol todavía no se dignaba a salir a relucir todo, el viento era frio pero era soportable, grupos de jóvenes reunidos en el patio platicando sobre lo que realizaron en vacaciones, o hablando sobre sus posibles nuevos romances con alguien de su misma edad o talvez mayor, en los pasillos caminaba una joven, de una estatura no tan alta pero ni tan bajita, de pelo color chocolate rizado, de una suave piel canela y ojos en forma almendrada grandes de pupilas color tierra, con su mochila azul al hombro, mientras analizaba a todos a su alrededor, esta chica no destacaba entre los demás, no era popular, o era una cerebrito, se podría decir que las materias se le dificultaban mucho, pero...nadie la miraba, no era como si le importara ya que le gustaba pasar en solitario a su salón. Observaba a las demás niñas, con sus cuerpos delgados, cabello largo, y su uniforme algo corto, tratando de impresionar a los chicos, a itzel jamás le importo impresionar a un muchacho...pero siempre quiso saber que era tener un cuerpo de revista, no podía evitar tenerles un poco de envidia, mientras mas las observaba fantaseaba con su cuerpo ideal, se imaginaba probándose todo tipo de ropa y que se le viera bien, pobre chica...sin dudas era muy insegura de si.
Entro al salón sin llamar la atención de nadie a su alrededor, llego y se sentó en su asiento al lado de la ventana, dirigió su vista hacia afuera observando como el sol empezaba a salir dándole colores vivos a la seria escuela donde se encontraba, la hora de clases estaba apunto de empezar así que solo quedaba esperar...La mañana transcurrió normal, estuvo en todas las clases, hizo sus apuntes y por fin era el receso, pero durante la clase no pudo evitar sentirse algo incomoda, un chico de tez medio canela, ojos negros como el vacío y cabello ondulado castaño no la dejaba de mirar, parecía que le ponía cuidado y vigilaba cada moviento que realizaba nuestra protagonista, al llegar el receso salió lo mas rápido del salón para evitar la mirada de aquel chico, pasaría su receso sola como ya era de costumbre, sentanda en alguna parte observando a todos. Apenas se sentó y una joven de gran altura, al parecer de su edad, de cabello lacio negro, piel blanca y ojos negros se acerco a ella, la veía sonriente y esto le daba curiosidad a itzel, ¿Por qué la miraba así ?, se quedaron viendo unos instantes hasta que aquella chica decidió empezar a hablar.
-Hola, me llamo Fernanda, ¿tu como te llamas?-dijo con un tono alegre, talvez era una manera muy simple de iniciar una amistad, pero...era la primera persona que llegaba a notar su presencia en los recesos, esto puso un poco nerviosa a itzel haciendo que respondiera de una manera algo torpe.
-uhm..yo ahm...digo, me llamo Itzel, es un placer Fernanda..-Apenas y pudo reaccionar cuando aquella chica se sentó a su lado y la miraba con una sonrisa, talvez...podría ser la primera vez que tuviera una amiga, decidió regresarle la sonrisa y así con ese pequeño gesto...empezaron a conversar, dándose cuenta que tenían gustos muy similares, se rieron juntas mas de 3 veces y se sentían cómodas platicando.
Al parecer Fernanda era una chica nueva en el colegio, y no conocía a nadie y le había parecido buena idea acercarse a Itzel a conversar un rato, al termino de receso cada una se despidió y se dirigieron a sus respectivos salones, la había pasado tan bien que se había olvidado totalmente de aquel chico que parecía vigilarla en clase hasta que lo volvió a ver, decidió no prestarle atención y seguir con lo suyo, las clases siguieron normal, muchos apuntes, tareas y cosas por leer, en la salido se encontró con Fernanda de nuevo, hablaron sobre su día y por fin pasaron a recogerlas.
Itzel se subió al auto donde se encontraban su tía y su prima ya listas para ir a casa, donde mas tarde los padres de Itzel la recogerían junto a su hermana, durante todo el camino, su tía venia hablando con la que era su hija, se limitaba a hablar y se mantenía en silencio mientras veía a la ventana, llegaron a la casa dejaron sus mochilas y fueron a comer, todo parecía marchar bien, comía tranquila hasta que su tía la interrumpió.
-Itzel, estas comiendo demasiado rápido, si no comes mas lento subirás aun mas de peso, tienes que empezar a comer mas despacio- estas palabras siempre hacían que ella perdiera el apetito...miro su plato de comida y quiso levantarse eh irse con la excusa que ya no tenia hambre, pero si lo hacia solo se buscaría un sermón de parte de sus padres y decidía ahorrarse problemas.
-si tía...-fue lo único que salió de sus labios finos, mientras miraba el plato y comía lentamente como le habían dicho, no lloraría por ese comentario...pero aun le lastimaba que le digieran eso. terminando de comer recogió sus platos y fue a hacer tareas, mientras esperaba que sus padres la recogieran a ella y a su hermanita, el tiempo paso muy rápido mientras ella hacia sus tareas, llegaron sus padres y se fue con ellos, en el camino no pasa nada interesante, mas que hablar de trabajo y darle a algunos regaños tontos a Itzel, ya era costumbre para ella todo esto, llegaron a la casa y otra vez la rutina diaria, sus padres discutían, para luego conciliarse, ella se iba a su cuarto se cambiaba y se disponía a dormir...no podía hacer nada mas...al final de cuentas...así fue desde que tenia memoria.
Se quedo dormida en cuestión de segundos, estaba cansando, solo quería olvidarse de todo por unos momentos, quería estar en paz sin ningún ruido...y lo consiguió, dormía profundamente mientras trataba de olvidar todo lo malo.
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