Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37. Aclarando las cosas

Capítulo 37. Aclarando las cosas

-Felicia... -dijo Alberto, haciendo una pausa antes de continuar- hace tiempo... -pero fue interrumpido por la mujer.

-Sé que pareciera que me evaporé del planeta, pero necesito preguntarte: ¿nuestro hijo está vivo?

-Sí, está vivo. El enfermero se equivocó; lo echaron de la clínica ese día. Felicia, regresé a Buenos Aires a buscarte y ninguno de nuestros conocidos sabía dónde estabas.

-Me aparté del mundo, regresé con mi familia a Neuquén, estuve años internada con un psiquiatra hasta superar "su muerte" y volví a cantar. Oh, Alberto, era solo una pendeja, quedé destrozada.

-Hablar de estas cosas por teléfono no me parece correcto. Esta noche voy a Buenos Aires, ¿crees que nos podamos encontrar en algún lugar y hablamos al respecto? Y hay otra cosa: nuestro hijo piensa que estás muerta.

-De acuerdo, me urge hablar al respecto. Cuando llegues, avísame y nos encontramos en un restaurante -hizo una pausa y luego continuó-. Sé que cree que estoy muerta, sé lo mucho que creció y el talento que tiene. Soy la directora del musical donde está trabajando.

-Te pido que no le cuentes, por favor, no sabes lo sensible que puede ser...

-Por eso quiero hablar contigo primero -lo interrumpió-. No le diré nada, te esperaré.

-De acuerdo, hasta entonces, Felicia.

...............

-¿Vas a ir a la cena hoy en mi casa? Mamá cocinará Pabellón Criollo -decía el Moreno mientras veía confuso cómo esta sujetaba de la mano al otro chico.

-Lo siento, Néstor, ya tenía planes con Alex.

-Ya veo, bueno, para la próxima será -dijo este decepcionado y se despidió de los presentes.

-Así que tienes planes conmigo -dijo Alex, arqueando una ceja.

-Es una sorpresa -le respondió, guiñándole un ojo.

-¿Quién diría que eras así de traviesa, mi Musa? -dijo el chico, besando tiernamente la mejilla de la chica-. ¿Quieres que te escolte hasta tu castillo?

-Con mucho gusto, mi Ángel de la Música.

Así se fueron a tomar el subte para ir de regreso a la residencia, donde se despidieron para ir cada uno a su departamento y quedaron en encontrarse en la tarde después de la hora de la merienda. Selene le había indicado a su amado que fuera con ropa cómoda, así que este se vistió con jeans, zapatillas deportivas y una camisa negra básica.

Cuando tocó a la puerta de la chica, fue recibido por una sonriente Selene que vestía un short de cuadros rojos y una camisa negra básica.

-Parece que nos pusimos de acuerdo con la camisa -dijo riendo la chica al verlo.

-Así es nuestra conexión, Selene. ¿Ya me vas a decir dónde me llevas?

-Deja la ansiedad, Alex, voy a la puerta que ya pedí el auto para irnos. No quiero que nos agarre el atardecer de camino.

Así bajaron las escaleras y se encontraron con Anahí en la recepción.

-¡Ojito, eh! No se me regresen tan tarde, los tendré vigilados a ustedes dos.

-Tranquila, Anahí, que la seguridad de ella es mi responsabilidad. Nada malo le pasará a mi lado.

-Sos más tierno, nene. Me alegra que haya resultado todo bien entre ustedes dos. ¿Viste, nena? No era tan difícil hablar las cosas.

-Gracias, Anahí. A la próxima sé que tengo que ir a hablar directo.

-¡Cómo sos, eh!

-Bueno, nos vemos, que ya llegó nuestro auto.

Se subieron al auto y, a la mitad de camino al lugar donde iban, Selene se quedó dormida. Alex solo dio gracias y colocó la cabeza temblorosa de la chica en su hombro, acariciándole el cabello hasta que llegaron al sitio y la despertó de su siesta.

Bajaron del auto y los recibió unas letras blancas enormes que decían "Vicente López". Detrás de ella había un sendero con pasto y, a lo lejos, se podía ver agua.

-Qué raro, no huele a salitre.

-Es río lo que ves, Alex. Había escuchado de este lugar y, por lo rodeado que está de naturaleza, me imaginé que te gustaría pasar un rato acá.

-¿Qué tal? ¿Es río? Acerquémonos un poco más para verlo. Y ya me conoces, ¿no? Necesito siempre este tipo de desconexión.

-Lo sé, ven, busquemos un lugar para hacer un picnic. Traje algunas cosas para comer más tarde.

Así tomó la mano del chico y lo hizo trotar hasta que encontraron la orilla del río. Esta parecía verdaderamente una playa por la arena, solo que tenía un montón de piedras también y el agua era de color marrón claro.

A lo lejos se podían ver pequeñas embarcaciones cruzar el agua y corría un viento impresionante que desordenaba el cabello de la feliz pareja. Selene sacó de su mochila una manta y la colocaron en la arena, extendiéndola con ayuda de algunas piedras. Ahí sacó una bandeja con fresas y un tubo de crema.

Permanecieron en silencio un buen rato, disfrutando del sonido del agua al golpear las piedras de la orilla, viendo cómo el agua iba y venía cerca de ellos y, de a ratos, simplemente observando el rostro del otro.

-Solo tú haces que disfrute aún más del silencio con solo tu presencia -le dijo casi en un susurro Alex a Selene, mientras este solo le sonrió y colocó una mano en el rostro de ella, acariciándola.

Así se quedaron un rato más hasta que comenzó a bajar el sol mientras comían las frutas que traía la chica. Se regocijaron el uno al otro, dándose en la boca la comida y rogándose besos mientras lo hacían.

En un momento, estando ya los faroles encendidos cerca del sendero, Alex recostó a Selene contra la manta del suelo mientras los besos y caricias iban tomando más calor, cosa que beneficiaba a ambos ya que comenzaba a bajar la temperatura del ambiente.

-Alex, estamos en un lugar público... -dijo esta, cortando uno de los besos para poder respirar.

-¿Ves a alguien alrededor? -preguntó este, viendo a su alrededor-. Nuestros únicos testigos son la luna y el firmamento.

Selene solo pudo dejar que los colores se acumularan en su rostro y dejarse llevar por el momento.

Realmente, en esos momentos no le importaba en lo más mínimo lo que había a su alrededor, solo podía pensar y sentir todas las sensaciones que le estaba haciendo sentir Alex. .....

-Al final, la sorpresa me la llevé yo -dijo Selene mientras tomaban de regreso un taxi a la residencia.

-Bueno, no podía desaprovechar la ocasión -respondió el chico, besándola.

El auto donde iban había parado en un semáforo y Alex volteó para ver la zona por la ventana. Estaba todo iluminado por faroles y la calle estaba repleta de restaurantes.

Parecían muy finos y elegantes; ya de por sí, la zona parecía de clase alta. Justo cuando el auto se disponía a avanzar, ya que el semáforo había cambiado, reconoció a Gigi salir de uno de estos restaurantes acompañada de ¿su padre?

《¿Me engañan mis ojos o ese hombre con el que salía Gigi del restaurante se parecía a mi papá?》 se preguntó todo el camino Alex mientras iban de regreso.

Como el auto había arrancado en el momento que vio a Gigi salir del restaurante, no pudo confirmar si ese era su padre.

Cuando llegaron a la residencia, ya era de madrugada, por lo que el lugar se había quedado completamente en silencio. Subieron con calma las escaleras hasta el tercer piso.

-¿Me acompañarás esta noche, mi ángel de la música?

-Qué ganas de cantar que tienes hoy -dijo este con una sonrisa traviesa en su rostro.

-Ya veo por qué eres amigo de Nicolás.

Este solo pudo contestar con una carcajada. Una vez dentro del departamento de Selene, el chico se detuvo un momento enfrente de ella.

-Sele, hoy después del ensayo, mientras me presentaban a tu amigo de la orquesta, quedó una pregunta resonando en mi cabeza.

-Dime, Alex, ¿qué pasó? ¿Qué te inquieta?

-¿Qué somos?

-Músicos y artistas -respondió esta riéndose tímidamente.

-Dale, sabes a qué me refiero...

-Eres tan anticuado, Principito. Está bien, si necesitas hacerlo a la antigua -dijo esta, tomándole una mano y mirándolo fijamente-. ¿Quieres ser mi novio?

El chico soltó una carcajada que fue cortada con un pellizco que le dio Selene.

-Dale, bobo, tú fuiste quien comenzó.

-Sí quiero ser tu novio, Selene, eso y mucho más.

-¿Te es suficiente con ser mi Ángel de la Música? Con eso lo eres todo para mí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro