Capítulo 32. El amor nunca muere

Selene y Alex regresaban en el subte a la residencia después del cumpleaños de Gigi.

—Alex, ¿no te pareció que a Gigi le afectó mucho tu cicatriz?

—La cicatriz... no es la primera vez que veo a alguien reaccionar así. De adolescente, salí varias veces sin camisa de mi habitación y las novias de mi papá se ponían igual que Gigi a llorar. Por eso decidí que no quería que nadie más viera la cicatriz; era molesto ver la reacción de los demás.

—No tienes que esconder quién eres por miedo a los demás. No a todos les da lástima verte así —le dijo Selene mientras posaba una de sus manos en el pecho del chico.

—Gracias, Selene. Creo que fuiste la única mujer que no mostró lástima al ver la cicatriz —dijo este, uniendo su mano con la de la chica en su pecho.

《Si supieras que me genera todo menos lástima》pensaba Selene, sonrojándose por aquella posición.

Llegaron a la residencia y Anahí pudo notar un leve cambio en el trato de los chicos; este dejó entrar primero a Selene, abriéndole la puerta, y luego le hizo un gesto para que subiera primero ella las escaleras.

—Los chicos de hoy día —dijo Anahí cuando ellos ya se fueron de la recepción.

Llegaron al tercer piso y nuevamente Selene se despidió, posando sus labios dulcemente sobre la mejilla del chico—. Nos vemos mañana, Alex.

—Espera, Sele —le dijo este, sujetándola de la mano—. ¿Me prestarías tu baño y tu cocina? Desde ayer no tenemos gas de este lado del edificio y necesitaría darme un baño con urgencia y, bueno, cenar algo.

—Con una condición: que cocines también para mí —dijo esta, haciendo pucheros.

—Vale, mientras no seas mi ayudante de cocina, claro —dijo este, sonriente.

—Qué malévolo que eres. Bueno, te espero en el depto.

Selene entró a su departamento y estaba todo patas arriba. 《¡Pero me lleva! ¿Por qué no puedo ser ordenada?》pensó, molesta, y se dispuso a arreglar un poco su desorden hasta que escuchó golpes en la puerta. Le abrió la puerta y este venía con una bolsita en la mano y una toalla en el cuello.

—¿Quieres usar la bañera o la ducha? —dijo esta, agregando rápidamente—. Para ponerte a llenar la bañera, si no... El chico relajó la expresión de sobresalto, sonrojándose un poco.

—La ducha usaré, así es más rápido. Tengo hambre.

—Bueno, déjame ir adelantando algo de la comida. Ponte cómodo, esta es tu casa —dijo, ofreciéndole una tierna sonrisa.

Así, este se bañó y salió ya vestido del baño.

—Bueno, parece que te la arreglaste sola para hacer sola la comida.

—Qué poca fe me tienes.

Almorzaron juntos y luego Alex se fue después de lavar los trastos.

—Gracias por la ayuda —dijo, dándole un beso en la frente, y cerró la puerta.

Fue al baño a prepararse la bañera; el chico había dejado su toalla colgada y dejó revoloteando el aroma a crema de afeitar por el baño.

No pudo evitar pensar que acá estuvo el chico de pelo negro hace unos instantes y que fuera pasado si tan solo tuviera el coraje suficiente para expresarle lo que sentía. Fue el baño más largo y disociado de la realidad que tuvo la chica desde que llegó.

El siguiente ensayo se llevaría a cabo en el segundo acto con la canción de "Love Never Dies". Primeramente, este día no se presentó Graciela, pero envió un sustituto para que dirigiera el ensayo.

—Vos debes ser Selene. Vení arriba del escenario, hoy te quiero evaluar no solo la parte actoral de la canción "Love Never Dies", sino también lo vocal. Tiene unos agudos muy característicos, así que adelante, demostrame que tenés.

—Buenos días, ¿cómo estás? La canción la canta mi personaje sellando su elección de quedarse con el fantasma —dijo, viendo a Alex. Cualquiera podría interpretar que era porque este hacía del personaje, pero ella lo hacía con otras intenciones.

"¿Quién sabe cuándo comienza el amor? ¿Quién sabe qué lo hace empezar?

Un día simplemente está ahí Vivo dentro de tu corazón",— comenzó cantando la chica.

"El amor nunca muere, el amor nunca flaquea. Una vez que ha hablado, el amor es tuyo.

El amor nunca se desvanece, el amor nunca cambia. Los corazones pueden romperse, pero el amor perdura".

—Me pareció bien la actuación, pero quiero que repasemos el final para mejorar las dinámicas y el fraseo —dijo el sustituto.

Así estuvieron unas cuatro veces intentando complacer los parámetros del director. Una vez que le gustó el resultado:

—Nos queda algo de tiempo para poder practicar la escena donde Raoul se marcha resignado. El Fantasma y Christine vuelven al camerino después del concierto, se besan apasionadamente y declaran su amor. También allí Christine encuentra una carta de Raoul informándole de su marcha. Los besos los guardamos para el estreno de la obra.

Así fue como actuaron la escena donde Alex besó la frente de la chica tiernamente para reemplazar el de la escena. Al finalizar el ensayo, el suplente les dijo que, como quedaban tres semanas de ensayos solamente por el cambio de fecha del estreno, los próximos ensayos terminarían la obra y comenzarían los ensayos con la orquesta. Dicho esto, los chicos partieron a la entrada del teatro.

—¿Nos regresamos juntos hoy? —le preguntó Selene a Alex.

—Disculpa, Sele, la mascarada es la semana que viene y estoy ensayando con la banda. Quieren que los acompañe a cantar ese día.

—Bueno, nos estamos viendo. Si sigue el problema con el gas, cualquier cosa toca la puerta.

—Gracias, no dudes que lo haré —y se despidieron con un beso en la mejilla.

《Al fin siento que no hay algo incómodo entre los dos, pero temo que por tardarme tanto e ignorar mis sentimientos, haya perdido a Alex y que este esté con la chica de la banda》pensaba Selene, regresando a la residencia.