Capítulo 30. Érase una vez hace tiempo
Capítulo 30. Érase una vez hace tiempo
Selene se despertó agitada y sudando; había estado soñando con el beso que no fue entre ella y Alex.
《Dios, cada día estoy cayendo más en la locura, y lo peor es que siento a Alex muy distante todavía. Si alguna vez llegó a sentir algo por mí, creo que yo misma lo arruiné.》
Estuvo un rato mirando hacia el techo del departamento hasta que sonó el despertador. Se fue a bañar y a arreglarse como de costumbre, pero hoy intentaría algo nuevo. No se podía quedar de brazos cruzados; tenía que luchar por volver a tener esa conexión con Alex.
Estuvo lista antes de lo esperado y se dirigió a la puerta del chico. Tocó la puerta y un sorprendido "peli negro" la abrió. Se veía que ya estaba listo para salir, pero no se esperaba la presencia de la chica.
—Buenos días, Alex. ¿Te importaría si te acompaño al teatro hoy?
—No hay problema —dijo él, todavía sorprendido.
Así fue como bajaron las escaleras y saludaron en la entrada a Anahí, que le brillaron los ojos al verlos a los dos saliendo juntos.
—Que les vaya bien, nenes —les dijo mientras ellos abrían la puerta de la entrada—. Mira lo bruja que soy, ya sabía yo que estos dos iban a estar juntos.
Llegaron justo a tiempo al ensayo; recién estaba entrando Gigi a la sala cuando ellos entraron al teatro.
—Los felicito, hoy no llegaron tarde ninguno de los dos. Vamos, pongámosle pila que ya entramos en octubre y faltan 8 semanas para el estreno de la obra.
Cuando estuvieron todos en la sala, comenzó el discurso de armado de escena.
—La primera escena que practicaremos es la de la canción "Once Upon Another Time", que habla sobre cómo pudo ser el amor de los protagonistas en el pasado, pero las circunstancias actuales no lo permiten. Esta escena sucede justo después del reencuentro de los dos, quienes son interrumpidos al finalizar esta canción por el hijo de Christine. Así que, ¡adelante, Fantasma, Christine y pequeño hijo!
Selene:
"Érase una vez otro tiempo. Nuestra historia apenas había comenzado.
Elegiste pasar la página. Y yo también tomé decisiones.
Hicimos lo que pensamos que debía hacerse. Y ahora no tenemos otra opción."
Alex:
"Érase una vez otro tiempo. Sabía cómo terminaría nuestra historia.
Y tal vez me equivoqué, pero ahora el momento se ha ido.
Haría que el tiempo mismo se doblara de alguna manera.
Pero ahora no soy tan fuerte, y el tiempo sigue avanzando."
Con cada palabra que decía, se iba acercando más a la chica, pero evitaba tener contacto visual, mientras ella no podía dejar de seguirlo con la mirada.
Ambos:
"Amamos, vivimos. Damos lo que podemos dar.
Y tomamos lo poco que merecemos. Érase una vez otro tiempo."
Alex se volteó para verlas y terminaron la escena juntando una de sus manos, palma con palma.
Mientras entraba el pequeño David, los interrumpió cantando que tenía miedo, y este fue consolado por su madre (Selene), quien le presentó a su amigo, el fantasma. Este le promete al niño que le mostrará todos los secretos de su hogar y el niño sale de la escena, ocurriendo una confrontación entre Christine y el fantasma, ya que este amenaza con llevarse al niño si ella no canta para él.
Gigi les hizo algunas correcciones a los tres y luego habló con el resto del elenco.
—Dentro de este mes deberíamos terminar de montar la obra; en noviembre ya comenzaremos a ensayar con la orquesta algunos días y listo, en diciembre nos presentamos. Este mes nos pondremos en contacto con el Circo Claus para que se incorpore a las escenas en Coney Island.
Así terminaron el ensayo. Esta vez vinieron Romina y Fede buscando a la pareja y les invitaron a almorzar. Ellos accedieron y se fueron con ellos. Fueron a un centro comercial llamado Abasto Shopping; tenía una arquitectura alucinante por fuera y por dentro era un centro comercial común.
Pasearon por las tiendas antes de ir por la comida, y Selene aprovechó para comprarse un libro. Le recomendaron uno de ficción histórica con algunos toques de romance, así que aceptó la recomendación y sería su nueva lectura ligera para ratos libres.
Luego fueron al patio de comidas y, mientras comían la comida que habían comprado, hablaron de sus vidas. Ro y Fede les contaron que ellos estaban en segundo año del ISATC, el Instituto Superior de Artes del Teatro Colón. Allí conocieron a Gigi, que es profesora de técnica vocal, y les propuso que participaran en esta obra que prepararía para el Teatro Avenida.
—Cuando Guillermo le mostró el video de su actuación en Caracas, lloró a cántaros y dijo que quería tenerlos como su Fantasma y Christine en su producción —les dijo Ro con los ojos iluminados.
—Ella vivió en Venezuela unos años cuando era joven, pero regresó a Buenos Aires luego. Nos contó ese día que los vio a ustedes —dijo Fede.
—Jamás imaginé que Gigi hubiera vivido allá, qué locura —dijo Selene.
—Por cierto, Gigi cumple la semana que viene, el 3 de octubre. Estábamos pensando en llevar una torta sorpresa entre todos y cantarle cumpleaños. ¿Se nos unen?
—Claro, después digan cuánto hay que poner y les ayudamos —dijo Alex.
—¿Ustedes cuándo cumplen años? —preguntó Ro.
—El 30 de agosto —dijo Selene.
—El 22 de octubre —dijo Alex, dejando sorprendida a la chica.
《Nunca salió a flote el día de su cumpleaños en el pasado; está muy cerca la fecha, ¿qué le regalaré?》 pensó la pecosa chica.
—Ese día unos amigos van a presentar su primer álbum en un bar. Va a ser una mascarada y fiesta de disfraces, ¿no les gustaría ir?
《¿Estará hablando de la chica que vi saludarlo el otro día?》
—¡Qué divertido! Tenía tiempo sin ir a una, por lo menos no desde que nos conocimos —dijo Ro, girándose a mirar tiernamente a Fede.
—Podremos recordar viejos tiempos —dijo este y le plantó un beso sutil a la chica, creando un ambiente tenso entre sus acompañantes, que se miraron y luego evadieron sus miradas. Cortaron la escena los chicos y siguieron comiendo, planificando los dos cumpleaños. Le recomendaron tiendas para comprar y/o alquilar trajes para la mascarada.
—Chicos, ¿qué les parece si nos vemos mañana en la noche para salir a un bar karaoke cerca de acá? ¡Así despejamos un poco la cabeza de tanto ensayo! —dijo Ro mientras se dirigían camino a la salida del shopping.
—No veo ningún problema, Ro. ¿Te animas, Alex? —preguntó Selene entusiasmada con la idea.
—Sí, estaría bueno conocer más lugares por acá cerca.
Así, al llegar a la entrada, los chicos se despedirían para ir cada uno a sus casas. Selene y Alex se fueron juntos hacia la residencia, donde Anahí los recibió expectante por saber qué había pasado.
—¿Y cómo les fue?
—Bien, fue un ensayo intenso; también conocimos el Abasto Shopping, es muy lindo —le respondió Selene.
—Sí, de verdad que hay muchos edificios hermosos en esta ciudad. Bueno, si me disculpan, voy a mi depto. Nos vemos luego —dijo Alex, marchándose.
—Nena, vení —llamó Anahí a la chica que iba a ir detrás del chico—. ¿Ya se arregló todo entre ustedes?
—Bueno, ya somos amigos de vuelta.
—¿Y no te le confesaste?
—Creo que ya encontró a una chica; el otro día lo vino a buscar. Y bueno, sigo con mi novio...
—Ay, nena, pero qué sos histérica, eh. ¡Decidite porque te lo van a terminar quitando!
—Gracias, Anahí, tienes razón, tengo que tomar mi decisión o si no todo va a terminar mal —y se retiró a su departamento.
《Ay, Alexander, me tienes al borde de la locura.》
Subió las escaleras casi corriendo y tocó la puerta del chico.
—Alex, ¿qué harás esta noche? —dijo ella al instante que el chico abrió, dejándolo sorprendido por la pregunta.
—Voy a verme con Flor y Maxi, ¿por qué?
—No, nada, nada —dijo ella decepcionada, buscando alguna excusa para salir de ahí—. Quería hacer unas compras, pero no quería ir sola; no es nada urgente —mintió.
—Si quieres, espera y mañana temprano te ayudo.
—Gracias, Alex —dijo ella, posando sus labios en la mejilla del chico y marchándose, dejando al chico confundido.
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