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Capítulo 18. Torbellino emocional

Capítulo 18. Torbellino emocional

—SELENE SUAREZ, ¿ME PUEDES EXPLICAR QUÉ HACES EN ESTE PÓSTER? —le preguntaba la madre de la chica de pelo marrón con un tono de voz fuerte, cada grito resonando.

《¡Rayos! ¿y ahora?》 —pensaba la chica.

—Ah, ¿es que no piensas responder? —dijo la madre al ver que no recibía respuesta.

—Es un póster publicitario de la obra que presentaré mañana para el Teatro Teresa Carreño —respondió al fin, con todo el miedo del mundo.

—¿Y desde cuándo el CEA hace presentaciones en Caracas? Berenice no me avisó nada...

—La profesora Berenice no está involucrada en esto y no forma parte de ninguna presentación del CEA. Audicioné para el teatro y conseguí uno de los papeles principales —la interrumpió la chica.

—¿Cómo es posible este suceso? ¿En qué momento? ¡Pero si tú cantas muy bajito! ¿No has estado yendo a clases?

—¿Eso es lo único que te importa, que no esté yendo a clases? ¿No me has escuchado? Audicioné para el teatro más importante y prestigioso del país y obtuve el protagónico, y lo único que te importa es si sigo yendo a la UCV? —decía con furia la chica—. ¿Puedes reconocer, por lo menos, este gran logro en mi carrera musical? No canto bajito, por lo menos ya no, tengo confianza en mí y en mi talento por primera vez en la vida. Y para tu tranquilidad, he asistido a clases en la UCV y cumplido con todos mis exámenes y trabajos.

—¿Y por qué me has ocultado todo esto? ¿Desde hace cuánto llevas este comportamiento? ¿En qué fallé al criarte? Pensé que te había enseñado los valores de la honestidad...

—¡Ya basta! ¡No he asesinado a nadie! Solo estoy cantando, ¡por todos los cielos! Si papá estuviera acá, sí me hubiera apoyado.

—No creo que esté muy feliz, que en paz esté su alma, al saber cómo has ocultado una parte de tu vida.

—Tuve que hacerlo porque no me hubieras dejado ir a los ensayos por miedo a que dejara la carrera. Solo quiero demostrarte que la música también es una carrera seria, así como contabilidad, y que puedo ganarme la vida con ella. Me van a pagar por esta actuación, por cantar, por hacer lo que me gusta.

—Ni pienses que vas a hacer esta locura.

—No me puedes prohibir cumplir mis sueños y más si no le hago ningún daño a nadie. Tengo un contrato con el teatro y no les voy a fallar, para que veas que sí criaste a una persona honesta y responsable.

—¡Selene Suarez! ¡En esta casa se hace lo que yo diga!

—Bueno, entonces, ¡adiós! Me voy con Beta, nadie me va a impedir que me presente mañana. ¿No te has dado cuenta de que mañana es mi cumpleaños también? ¿Me vas a quitar la dicha de cumplir mi sueño en mi día especial?

—¿Qué haces recogiendo tu ropa?

—Ya te dije, me voy con Betania. Yo mañana me presento en el Teresa Carreño, ni tú ni nadie lo va a impedir. Si quieres ir a verme, en tu escritorio tienes una entrada.

—Selene...

No pudo escuchar más nada porque salió del departamento corriendo. Paró al primer taxi que pudo ver al salir del conjunto residencial y le avisó por mensaje a su amiga Betania que iba en camino a quedarse con ella, y le contó de la pelea que había tenido con su madre.

—Amiga, al fin la enfrentaste. Quédate tranquila, ya se le pasará el enojo. Mañana seguro te viene a ver y se dará cuenta de lo profesional que eres y de que se equivocó al no confiar en tu talento —le dijo Beta al recibirla con un abrazo en su casa.

—Gracias, Beta, gracias por recibirme. Si no te molesta, ahora solo quiero tratar de dormir para mañana dar lo mejor de mí misma —le dijo Selene a su amiga llorando.

—Ve directo a mi cuarto, te alcanzaré un té de manzanilla.

Después de tomarse el té, se acostó y durmió hasta el siguiente día, más no tuvo un sueño muy placentero. Soñó la pelea con su madre y revivió el momento cuando a su padre le dio el infarto, por lo que se despertó en lágrimas y sudando al día siguiente.

Estaba sola en la habitación. Después de un rato de estar viendo hacia el techo, entró Beta con una bandeja repleta de fresas, plátanos picados y panqueques con miel.

—¡Feliz cumpleaños, querida Selene! ¡Espero que estos 23 vengan con las mejores vibras!

—¡Gracias, Beta! ¡Fresas! ¡Mis favoritas!

—Me faltó la crema, pero no teníamos.

—Así es perfecto, Beta —dijo, probando un bocado de la comida.

—Bueno, cuéntame, ¿a qué hora tienes que estar en el teatro? Dormiste un montón, pensé que no ibas a despertar.

—A las 4 p.m. tengo que estar allá.

—Bueno, come y te vas preparando porque son la 1 p.m.

—¿QUÉÉÉ?

—Mijita, pero si te dije que estabas como en coma.

—¡Chama, es mejor que me dé prisa! —dijo Selene, devorando toda la comida.

Después de comer el desayuno, preparó una mochila con un vestido azul oscuro para ir al bar después de la presentación. Luego se fue a bañar y se colocó unos jeans con una camisa de rayas y unas zapatillas deportivas.

—Bueno, Beta, nos vemos en el teatro. Espero que vaya mi mamá y se siente al lado tuyo, si no vas a tener lugar para estirar las piernas.

—Nos vemos, Selene. ¡Suerte y rómpete una pierna!

—No tentes al destino y a mi torpeza —dijo, abrazando a esta y despidiéndose.

"Selene, nos vemos en la terraza mañana antes de entrar a los camerinos", le había escrito Alex en la noche, pero recién lo veía la chica en el bus de camino al teatro.

Llegó justo a las 4 p.m. al teatro y fue directo a la terraza. No había nadie en los alrededores y se imaginó que era porque estaban todos preparándose en los camerinos.

Cuando llegó a la terraza, vio al chico de piel negra de espaldas que la seguía esperando. Este, al escuchar sus pasos, se volteó a verla. Llevaba en la mano un paquete rectangular envuelto en un papel pergamino con un diseño de partitura y una rosa roja atada con una cinta negra.

—¡Feliz cumpleaños, Selene! —le dijo este, dándole un abrazo y entregándole el paquete y la rosa.

—Gracias, Alex. ¿Una rosa roja? ¿Como el fantasma de la ópera? No te fueras molestado —dijo, sonrojándose.

—Ábrelo, por favor. Espero que te guste —le dijo este, ansioso, expectante de cómo reaccionaría la chica al abrir el regalo.

—¡Ahhh! ¡¡¡No puede ser!!! ¿¿¿Cómo??? ¿¿¿Cuándo??? —dijo, emocionada— ¡¡¡pudiste dar con él!!! ¡La edición que quería del libro "Gente Normal"!

Ella lo abrazó de inmediato con muchísima fuerza y sintió cómo el chico la correspondió mientras le decía, aún abrazados:

—Tuvo sus trabas, pero al final lo pude conseguir. Todo sea por ver feliz a alguien muy especial para mí. —Al finalizar la frase, este hundió su cabeza en el cuello de la chica.

Selene no podía ocultar el nerviosismo que sintió al percibir la fuerte respiración del chico en su cuello y deshizo el abrazo, alejándose un poco, cosa que no duró mucho, ya que este la sujetó de la muñeca con una mano y acercó su rostro lo más cerca que pudo del de ella.

Estaba tan cerca que casi sus narices podían rozarse, y ella volvió a sentir la respiración del chico, esta vez en su rostro. Tenía un aroma embriagante a loción de afeitar que le estaba nublando la mente y el juicio.

—Sele, desde hace tiempo he querido decirte algo. Antes no estaba seguro, pero al compartir todo este tiempo juntos, me he dado cuenta de que no puedo ocultar esto que me está pasando... —decía el chico mientras con la otra mano la colocaba en la cintura de la chica y la aproximaba cada vez más a su cuerpo.

La chica no podía ni pensar; estaba siendo retenida por el chico y sentía cómo su cuerpo le pedía esa cercanía. Sentía cómo, con cada palabra del chico, le iba faltando más la respiración a ella. Luego, cuando este la tomó por la cintura, sintió cómo su corazón latía a una velocidad desenfrenada.

Sintió cómo ese tacto que tenían en cada escena practicada del Fantasma y Christine, ese ardor que sentía cada vez que su mano rozaba la de él, no solo era sensación de ella sola; Alex también estaba sintiendo lo mismo y se lo estaba demostrando en ese momento con esa posesión sobre su cuerpo.

Ni siquiera quería dejarlo terminar las palabras que este le quería decir. Fue inconsciente o automático que cerrara sus ojos y dejara el camino abierto para que este finalizara lo que sus labios pedían a gritos.

Este no finalizó su discurso y se disponía a besarla para poner fin a ese sufrimiento y ese ardor que sentía en sus labios y en cada parte de su cuerpo cuando el teléfono de ambos chicos comenzó a sonar intensamente, sacándolos del trance que tenían y cortando toda tensión que se había creado.

El chico contestó furioso el teléfono que no dejaba de sonar, mientras que la chica contestó apenas, tartamudeando y tratando de guardar la compostura.

Eran Nico llamando a Alex y Margarita llamando a Selene, preguntando dónde andaban, que Eliot estaba frenético buscándolos. Llevaban media hora de retraso y eran los protagonistas de la obra.

Ambos contestaron que ya llegaban y colgaron. Alex, todavía sujetando la muñeca de la chica, le dijo que después de la obra continuaría lo que le quería decir. Así fue como, tomados de la mano, se fueron corriendo a los camerinos, donde al llegar fueron reprendidos a gritos por Eliot.

—Bonitas horas de llegar. Pueden continuar su romance en la tarima, pero ahora se ponen las pilas y vayan con los maquilladores —dijo este, furioso.

Estos se fueron a sus camerinos, que estaban uno frente al otro. Las puertas de ambos estaban abiertas. Alex le besó la mano a Selene, despidiéndose de esta en el pasillo, y ahí se separaron ambos para prepararse para la función.

Margarita vio la escena, sintiéndose indignada al ver ese tipo de reacción de Alex con la peli marrón. Mientras saludaba a Selene, veía lo colorada que se encontraba la chica.

—¿Se puede saber dónde te habías metido? Me he comido un regaño de Eliot por tu culpa.

—¿Y a ti qué te importa? Ya estoy aquí, que es lo importante —respondió Selene firmemente, dejando a la rubia mucho más indignada de lo que ya estaba.

《Ya se te va a borrar esa sonrisa de santurrona》 pensaba Margarita.

Mientras, en el camerino de los chicos, Nico aplaudía y vitoreaba a Alex.

—¡Vaya, vaya! ¿Así que estaban bajándose los nervios con unos chuponcitos antes del estreno?

—¿No se te ocurre algo más obsceno?

—JAJAJA, si te digo lo que realmente pienso...

—¡Calla ya! Prefiero no saberlo, luego te cuento.

Así comenzaron a colocarle la prótesis en el rostro de Alex y a maquillarlo.

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