27. ¡No quiero que sepa que existes!
Capítulo veintisiete
*sin editar*
Luego de recibir tan inesperada e increíble noticia, mis ansias de poder ver a mi hermano me consumían lenta y dolorosamente. Hansel me había llevado al hospital e inmediatamente me dispuse a correr hacia la sala de espera.
Busco entre las pocas personas presentes y hallo a mi madre de pie caminando de un lado a otro.
—¡Mamá! -—exclamo corriendo hacia ella.
Ella me extiende los brazos y me sostiene entre ellos.
—Despertó, mi niña, todo está bien.
—¿Ya entraste a verlo? —indago.
—Sí, Vivían ha entrado ahora, están conversando —explica.
—Ya quiero verlo mamá —respiro en su pecho.
Ella acaricia mi cabello, —Lo sé, no falta mucho para eso. Le diré a Vivían que te deje hablar con él.
—No, déjalos conversar, tenemos tiempo de sobra.
—¿Y el instituto? ¿No piensas ir?
—No, no tengo deseos. Por un día que faltemos no importa —aclaro.
—Tú sabrás, pero que no me repliquen los profesores después ¿ok? —advierte y le sonrío.
—Vaaale.
—¿Ese chico ha venido contigo? —la pregunta de mi mamá me hace sentir muchas cuchilladas en el estómago.
Ay no, le dije que se quedara afuera.
Suavemente me giro en mi lugar despegándome de mi madre y cuando lo hago, lo primero que veo es a Hansel todo guapo y sexy con lo que parecen dos sándwiches y dos refrescos.
Abro los ojos como platos esféricos mientras lo penetro y no sé que decir.
—Ha estado mirándonos desde que entraste —explica nuevamente mi madre con una expresión confundida en su rostro.
OMG
—¿Desde que entré? —me giro hacia ella y pregunto perpleja.
—Un poco después, sí. —concluye.
Que mierda digo.
Sin darme tiempo a pensar Hansel se adelanta y con la sonrisa más hermosa que lo he visto esbozar hasta ahora, se acerca a nosotras y extiende con afabilidad la merienda.
Yo toda boquiabierta.
—Buenos días señora, espero que les gusten no he encontrado más nada —se justifica bajando un poco la cabeza y sonriendo.
Aww es una ternurita.
No no, te ha desobedecido.
Ni que fuera tu esclavo.
—Gracias..... —dice mi madre quedándose completamente en blanco.
—Hansel -—completo al fin su frase.
—Hansel —repite ella con afabilidad y mirando a Ojos oceánicos con ternura y agradecimiento.
-—Discúlpanos un momento —digo refiriéndome a mi madre y de un empujón arrastro a Hansel aparte para cantarle las cuarenta.
-—¡¿Qué estás haciendo?!
Él me mira con una confusión falsa luego de que haya espetado tal pregunta.
—Aquí hablando contigo, ¿y tú?
Vale vale, no es momento para tus bromas.
No tuve necesidad de pronunciar palabra alguna, solo bastó con que sintiera mi respiración agitada y mi rostro furioso.
—Ok ok, cálmate, solo quise ser amable. Además tu acabas de desayunar pero tu madre lleva más horas aquí junto con tu amiga —explica.
Inmediatamente abro los ojos dándome cuenta de un detalle.
—¡¿O sea que el otro sándwich y el otro refresco no son para mí?! —exclamo perpleja.
Hansel suelta una carcajada discreta sin dejar de mirarme.
—¿Te das cuenta el drama que estás haciendo por un sándwich y un refresco? —habla sin dejar de burlarse.
Me cruzo de brazos, —No es por eso. De todas formas si no te gusta mi manera de ser puedes irte y dejarme, si total.
Intento hacerme la interesante.
Así, así es.
Él se acerca más a mí para hablarme al oído.
—¿Y hay algo que dejar? —sus labios rozan suavemente la piel de mi oreja haciéndome estremecer, hasta que en un instante recuerdo que mi madre está a unos metros, que seguramente nos está viendo y me aparto con disimulo.
—No —respondo cortante— Solo es...es...que. ¡Ay! Ya olvidé lo que te estaba diciendo —me froto las sienes frustrada.
—Eso pasa cuando una persona se pone nerviosa —Intentar no desmayarme con las provocaciones de Hansel se torna un poco imposible.
Trago en seco sin dejar de mirarlo. Llega un segundo en que nos estamos observando directamente a los ojos y recuerdo algo que leí en un libro hace ya tiempo.
<<¿Sabías que cuando te gusta mucho una persona inconcientemente tus pupilas se dilatan? >>
Me aguanto para no sonreír.
Las pupilas de Hansel están dilatadas y se súper nota gracias al color tan claro de sus ojos.
Que bonito.
No te rias que las tuyas deben estar igualitas. No tienes el ojo negro, de milagro.
—No estoy nerviosa.
—¿Ah no? —dice Hansel en tono seductivo.
Trago grueso, —Ya basta, mi madre nos está viendo —susurro sin hacerme notar mucho.
Él se aleja suavemente de mi rostro y disimula un poco.
—¿Entonces? ¿Para que me has apartado? ¿Tienes algo más que decir o ya puedo conversar con tu madre? —pregunta elevando ambas cejas y en tono pasible.
—¡Ni se te ocurra! —musito furiosa.
—¿Qué sucede? —él parece sorprendido por mi reacción.
—Te dejé bien claro la otra vez que no quería que mi madre se enterase de lo nuestro. ¡No quiero que sepa que existes! —sin pensarlo dos veces suelto con un genio tan espantoso que cuando analizo mis palabras hasta a mí misma me duelen.
Frunzo el ceño cuando me doy cuenta de lo dura que fui pero la expresión de Hansel lo dice todo.
Sus ojos azules color océano se notan brillantes, más de lo normal, sus labios se aprietan en frustración y su mirada solo transmite dolor.
Y es en el instante que siento crujir a mi corazoncito de hielo.
Mierda.
La he cagado .
—Vale...perdona, en serio no quise molestarte. De todas maneras entre tú y yo, nunca, jamás hubo algo que merezca ser nombrado —dice haciendo énfasis en "nunca" con un desprecio que me muerdo la lengua para no llorar.
Y sin señales de querer volver, Hansel da su espalda y se marcha lentamente.
Lo dejo, sé que me equivoqué y mi orgullo no me da del todo para reconocerlo e ir tras él.
Un vacío extraño se apodera de mi pecho y lo único que pienso es en desparramarme en el suelo allí mismo, pero no lo hago, por mi madre y por Nico, que está en esa cama de hospital esperando por mí.
Suspiro profundamente, me trago todas las lágrimas que hace dos segundos atrás estuve por soltar y avanzo hacia donde está mi madre completamente atónita, esperándome.
—¿Mica que sucede? ¿Quién es ese chico? —me llena de preguntas inmediatamente.
—Nadie, él solo es un compañero del instituto que me hizo el favor de traerme —miento.
—Te conozco bien, y sabes que eso no es verdad —afirma al instante y le aviento una mirada suplicante.
—Estoy bien, no te preocupes —digo para tranquilizarla y sin deseos de que esta conversación avance más de lo que debe.
—¡Mica! —la voz chillona de Vivían me hace resaltar en el lugar. Ella viene con una alegría gigantesca a mí para abrazarme y no puedo negarme.
—¿Cómo lo viste? —es lo primero que pregunto.
Ella me mira sonriendo y dice:
—Averígualo tú misma...
Lanzo una última mirada a mi madre y a mi amiga para ir en dirección a la sala donde han ubicado a mi hermano. Estoy ansiosa por verlo, no lo voy a negar pero por otro lado lo que acaba de ocurrir con Hansel me tiene destrozada y no puedo esperar al momento que esté en mi cuarto sola para llorar libremente.
Al colocar mi mano derecha en la manija de la fría puerta de la sala, intento esbozar una sonrisa para ocultar el dolor. Luego proceso a abrirla sin mirar a atrás.
El intento por sonreír falsamente fue en vano cuando al echar el primer vistazo dentro de la habitación me encuentro con nada más y nada menos que a Nico sentado en la camilla acariciando una fotografía en la que aparecemos Vivían y yo.
Cabe destacar que estaba acariciando mi rostro.
Él se estremece al verme entrar, sus ojos le brillan.
Mi labio inferior tiembla y exploto.
Ahora mismo no sé si lloro de felicidad o de tristeza.
Más bien es una fusión.
Corro con alegría hacia los brazos de mi hermano y cuidando no ser muy brusca, lo abrazo con nostalgia.
—Pensé que nunca más iba a verte sonriendo —suelto entre sollozos.
Siento que Nico sonríe.
—¿Creíste que iba a morir? Baff, por favor, yo soy inmortal —bromea y me separo para fulminarlo con la mirada.
—¡Eres idiota! ¡Por qué diablos te tomaste esas pastillas! ¡¿Acaso querías morir o qué?! —reclamo.
Él blanquea los ojos, —¿En serio me vas a regañar ahora?
—No tienes remedio, para que regañarte -bufo sonriendo.
Me siento frente a él y nos quedamos pocos segundos mirándonos cada detalle de nuestro rostro. Es como si hace tiempo no lo viera. Me causa felicidad notar como sus párpados se mueven rápidamente y sus comisuras se elevan discretamente.
—No podía irme sin verte una última vez —suelta después de un silencio, agachando la cabeza.
Frunzo el ceño confundida. Realmente no creo lo que dice.
—¿Es en serio? Creí que me odiabas —digo.
Nico sonríe, —¿Cómo voy a odiar al ser que más amo en la tierra?
Ay no, me voy a desmayar.
Creo que algun tornillo o cable de su cerebro se dislocó.
—¿Me amas? ¿Por qué me dices esto precisamente ahora?
—Porque cuando estuve más cerca de la muerte entendí que no podía irme sin confesarte todo —aclara— Yo realmente ni siquiera sé por qué tomé esas pastillas, quizás fue un acto depresivo por querer salir del mundo en ese momento, pero creéme que si hubieras aparecido frente a mi o en al menos algún pensamiento, no hubiese tenido el valor para hacerlo.
No soporto más y comienzo a llorar. Mientras saladas lágrimas se deslizan por mi rostro escucho detenidamente las palabras de mi hermano.
—Sé que guardaste los dibujos que hicimos de niños, sé que los tienes justo al lado de tu cama... —digo.
—Me gusta saber que están cerca de mí cuando voy a dormir —explica.
—¿Y entonces por qué todo tu maltrato durante estos últimos años? ¿Qué cambió entre nosotros? —suelto entre lágrimas.
—Eso no me corresponde a mí decírtelo, lo siento.
—¿Por qué? ¿De qué hablas? —hablo confundida.
—Solo quiero que sepas que lo que siento por ti no va a cambiar ni cambiará por nada de este mundo. Eres la persona más importante en mi vida, creéme —confiesa.
—¿Y mamá? —mi pregunta extrañamente lo pone incómodo y no entiendo el por qué.
—Ella también es importante pero...
—¿Pero???
En el momento que Nico entreabre los labios para continuar la puerta de la habitación se abre provocando un fuerte eco.
—¡Te van a dar de alta! —exclama Vivían alegre.
Su expresión cambia con rapidez al notar las nuestras, por lo que retrocede.
—Ups, lo siento, no sabía que estaban hablando algo tan serio —se disculpa lista para irse, pero...
—No, tranquila, puedes quedarte y así me ayudas a empacar —dice Nico cortando con un machete las esperanzas que tenía de saber un poco más al respecto.
Malditas interrupciones.
Bueno, todo pasa por algo.
***
Después de aproximadamente una hora ya estábamos todos en casa. Como era de esperarse Vivían nos acompañó y se quedó un tiempo, bueno aún sigue aquí.
Ambas mantenemos una pequeña charla en mi habitación. Mientras que mi madre hace sus quehaceres luego de acomodar a Nico en su cuarto.
—¿Quieres decir que tu cara triste es por culpa del idiota con el que sales? —suelta mi amiga espantada.
Las mejores amigas siempre tan directas.
—¡No le digas así!
—¿Cómo? ¿Idiota? Sí lo es, no sabe valorarte. —afirma.
Niego lentamente con la cabeza y me seco las lágrimas que empiezan a correr.
No puedo creer que este llorando libremente por Hansel.
¿Por qué me duele tanto si no somos nada?
—Fui yo la que no lo valoré, él ha sido increíble conmigo, es magnífico, cariñoso y a la vez un poco frío y cortante. Le gusta pescar desde niño, es una persona sencilla, simple, dispuesta a ayudar a quien lo necesite —digo mirando hacia la nada y con expresión melancólica.
—¡Ay por Dios, que horror! —dice Vivían de repente y la miro asustada.
—¿Qué pasa?
—Te estás enamorando del rarito —afirma con los ojos abiertos exageradamente.
—No no, como crees. Además él no es rarito —refunfuñeo.
—Si ya, tú no lo ves rarito, pero para mí lo es. Fíjate hasta ahora solo he conocido a dos tipos de chicos —comienza a contar y eleva el dedo índice— Uno: el típico chico malo y sinvergüenza que se aprovecha de la chicas inocentes y Dos: El chico bueno, extremadamente estudioso y tranquilo que no sale de su hogar y te enamora con detalles exagerados, el cual literalmente es nombrado por las chicas como "un baboso", un sinónimo de éste sería un nerd.
La miro con tedio y bostezo pero ella no parece querer detenerse con sus clasificaciones.
—Pero jamás he visto a uno que no trabaje ni estudie pero a la vez sea listo, inteligente y guapo, que no es el típico chico malo pero tampoco el nerd baboso, más bien una mezcla de ambos y el tal Hansel lo es ¿Sabes que significa todo esto? —pregunta.
Elevo una ceja intentando adivinar.
—¿Que es el indicado?
—¡NO!¡Que corras mientras puedas! Este chico es un psicópata—exclama alarmada y me río.
—Estás loca —afirmo entre forzosas risas.
—¿Loca?, ya me dirás loca cuando todo se ponga feo. Ni siquiera en los libros es así —dice y blanqueo los ojos porque estoy consciente de que se viene una charla intensa— En los libros es la chica inocente que le gusta el fuckboy de la escuela y él se enamora y cambia por ella. En ningún pero ningún libro aparece la historia de una enana que lee cochinadas en la noche y un rarito que se viste de oscuro y le gusta sentarse en el río a pescar. ¡No tiene lógica!
—Si la tiene.
—Que no
—Que si
—Que... —no la dejo terminar de protestar y le lanzo una almohada.
—¡Hey! —chilla Vivían y me lanza la almohada pero la esquivo y me tumbo en la cama.
Respiro hondo y miro al techo.
—Sé que debo buscarlo y pedirle disculpas, pero no sé cómo hacerlo y eso me frustra —admito.
—El orgullo hace maravillas. Mira —dice Vivían y me agarra la mano— No puedo asegurarte al cien que esté de acuerdo con lo suyo, pero no conozco a Hansel como lo conoces tú y si estás tan involucrada con él, ha de ser especial. Igual yo soy tu amiga y estoy para apoyarte en todo, si no me quieres contar lo que sucedió con ustedes, no lo hagas, pero te aconsejo que lo pienses bien y si realmente no lo quieres perder búscalo y conversen. Nunca te calles algo importante porque la vida te pasa por delante y se lleva a las personas sin que te des cuenta.
Vivian siempre ha tenido un talento para cuando me habla de algo, siempre tiene razón, ignorando la charla de hace un rato, que obviamente fue bromeando, ya hemos comprobado que Hansel no es un psicópata.
—Gracias —le digo y salto a abrazarla.
En mi lista ésta es una de las cosas que más placer ocasionan.
Abrazar a tu mejor amiga/o
—Hoy cuando vayas a las clases de teatro, llámalo aparte y dile todo lo que tienes por dentro —me dice y asiento en su pecho.
Siento el chillido que ocasiona la puerta de mi habitación y rápidamente me giro para ver de quien se trata. Nico entra caminando, apoyándose un poco de las paredes, pero bien, con una sonrisita en el rostro.
No puedo evitar sonreír igual, pero todavía hay algo en mi pecho que me dice que él me esconde un secreto duro de nuestra familia.
—Que bellezas tengo frente a mí —habla Nico.
Vivian me mira sorprendida y ya se lo que viene.
—Sí, hemos hecho las pases. Más bien él las ha hecho conmigo —le aclaro y ella parece feliz.
—Así es, pelusa —dice él y me guiña un ojo.
De veras que mi hermano es muy sexy.
Pero es mi hermano y ya no es como hace un tiempo que nos odiábamos, ahora volvimos a ser una familia.
Así que sigue siendo mi hermano.
OK?
—Vine para recordarles que en pocos días es mi cumpleaños y me encantaría que ustedes fueran las primeras invitadas —Nico explica el motivo de su invasión.
—¿Harás una fiesta? —indago, él asiente—¿Sales de un coma leve y haces una fiesta de cumpleaños?
—Tu lo has dicho, un coma leve, solo fueron horas y la recuperación es rápida. ¿Por qué no haría una fiesta a todo lo alto? —pregunta como si fuese obvio
Oh, ya saben que se viene.
Fiesta fiesta.
Party Party.
—A mi me parece bien, ¿como será todo? —indaga Vivian
—Una casa con piscina en el medio de la nada, y ya sabes todo lo demás, bebidas, música, baile, karaoke... —responde él.
—Me parece bien pero solo una condición —hablo de pronto y ellos me miran— Que nadie tome de más para que no ocurra un incidente.
—Trato hecho —y fueron las últimas palabras de Nico antes de dedicarnos una sonrisita hermosa y salir de la habitación.
***
3:45pm
Agitada apresuro mis piernas para llegar a tiempo a las clases de teatro. Gracias al apuro tengo el almuerzo en la garganta que se quiere salir volando y bueno, otra razón es la conversación que tendré con Hansel, que ni siquiera sé si va a querer hablar conmigo.
Espero que al menos me escuche.
Tengo miedo que aún siendo así, pueda perderlo pero no tengo opción, lo hecho está hecho y lo que dije no lo puedo remediar, quizás perfeccionarlo y disculparme pero nada más que eso.
¿Se preguntan como le hice para que mi madre me dejara salir aún sabiendo que no tengo instituto en la tarde?
Pues, lo típico : "¿Puedo ir a casa de Vivian a estudiar? "
Cuando ustedes y yo sabemos que en mi cabeza lo último que hay es el estudio.
Al entrar a la noto que todos están sentados en un mismo sitio, al parecer se trata de otra reunión con el pesado del director.
Primeramente capto a Seyda a mi derecha sentada —al parecer— sola y excluida del mundo, algo muy raro en ella. Su cara de malvada ha abandonado su rostro por al menos estos segundos.
Busco con la mirada a Tatiana y me siento a su lado, intentando escabullirme para no ser regañada por llegar tarde, aunque al parecer el director se hace el ciego.
—Ya te extrañaba —musita Tatiana y le sonrío.
—El sentimiento es mutuo —susurro— ¿De qué va esto?
—Patrick que ahora quiere tomar la asistencia. A veces siento que estamos en el colegio —explica.
—Genial —bufo.
Pocos minutos después Patrick comienza a mencionar nombre por nombre, a cada integrante. Una punzada me apuñala el estómago cuando dice detenidamente "Hansel" pero eso no es lo peor, lo peor de todo es que él no ha aparecido.
Hansel no vino a las clases de teatro.
Realmente raro y eso me preocupa.
______________________________
Vale me voy a disculpar por el abandono. La escuela me tiene loca, tengo que estudiar mucho porque estoy luchando por una carrera en especial que no es nada fácil obtenerla, así que ya saben.
Pero aún así, no los olvido. Siempre están presentes.
No les doy seguridad de cuando volveré a actualizar pero no pienso demorarme tanto como esta vez.
Además de que ya tengo una idea de como narraré el próximo capítulo ;)
Por favor si ven alguna incoherencia o algún error de tiempo en el capítulo háganmelo saber, tengan en cuenta que comencé a escribirlo prácticamente sin acordarme de lo que iba sucediendo
Ahora si....
Sobre el capítulo :
¿A ustedes también les dolió un poco lo de Mica y Hansel? Al parecer este chico es más sensible de lo que muestra. No se lo tomará a la ligera.
Y que me dicen de Nico y su fiestaaaaa. Ya casi llega el momento que más he esperado de este libro jajsja. La fiesta de cumpleaños de Nicolás.
Esto será histórico señoras y señores.
Porfa no me olviden
No me odien
Yo los amo
Nos vemos en el próximo capítulo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro