70.- Hunur
La reunión esa noche terminó bastante tarde, Astria estaba nerviosa ya que creía que aquello era por las acciones que ella había hecho con Olivia, más tarde se fue enterando que Hunur había sido visto cruzando los límites de Rindell y por lo visto llegaría mañana en la tarde.
El castillo fue preparado con rapidez sacando a la mayoría de gente y reemplazandolas con soldados. Los pocos sirvientes tenían extrictamente subir al segundo piso dónde sería la gran reunión.
Burak estuvo la mayoría del día sin decir muchas palabras, en su mente iban y venían pensamientos contradictorios. Estaba ancioso pero también nervioso por su familia. Podía haber venido solo sin tener que arriesgar a su esposa e hija, pero aquí estaba después de todo no le quedaba más que internar protegerlas de alguna forma.
Cuando llegó la tarde Mery y Edgar salieron rápidamente del Castillo para encontrarse con Hunur en la entrada de la ciudad, lo traería directamente al Castillo para interrogarlo. Al ser un hechicero de alta calidad, tres hechiceros del Reino se unieron a los Reyes para poder asegurar que Hunur no escapara.
Las horas pronto comenzaron a pasar, los nervios de Astria por conocer por primera vez al hombre que fue el responsable de que ella asesinara a su esposo, le causaban ansiedad. La luna pronto comenzaría a salir dando paso a una noche diferente a cualquier otra.
–Astria– Burak estaba un poco enfadado con la presencia de ella en el salón, pero ante aquel hecho importante, ella no podía evitar querer verlo antes de que Hunur llegará. La idea de perder nuevamente a Burak la puso nerviosa– tienes que ir y encerrarte ya te lo he dicho.
–Perdóname, pero mientras Hunur no llegue yo de verdad...
–Astria obedéceme solo una vez ¿Quieres?
Burak la miró con el ceño fruncido, pero rápidamente su expresión cambio cuando ella sin dejar de mirarlo sus ojos se empañaron y lágrimas salieron de ellos al mismo tiempo que tomaba con sus manos la ropa de él aferrándose con fuerza.
–Todo va a estar bien– le dijo secándole las lágrimas.
–Siempre has dicho eso y nunca salen las cosas bien. Sigo teniendo un mal presentimiento con esto Burak.
–Amy, Gina– dijo mirándolas– lleven a mi Reina a la habitación.
–No Burak, antes de irme haré algo que la última vez no quisiste hacer.
Burak la escuchó sin dejar de mirarla. Astria decidida, se secó la cara de forma brusca y estiró la mano hacia la ventana, sin sacar sus ojos de Burak la escarcha de luz de luna llegó a ella llenándola de energía.
–Cedric– dijo ella mirando a su cuñado que se encontraba junto a la puerta– ven aquí.
El hombre pareció sorprendido, pero sin dudar, despegó su espalda del muro y se dirigió a ella.
–¿Qué sucede?– preguntó mirando a Burak y luego posó sus ojos en su Reina.
–Temo que las cosas no salgan como lo planearon, pero también temo que Sam no podrá hacer nada si es que Hunur logró aquel hechizo.
-¿Sigue pensando que Hunur tuvo otra hija?- dijo mirando a Burak.
Edgar se negó a revisar los documentos, pero Burak no dejó de pensar en aquello, si Hunur tuvo a Olivia, pero la Reina no murió en el parto eso significaba que había fallado. Edgar conocía de allí en adelante, siendo encarcelado, pero... ¿Y si aquello fuera la segunda vez que lo intentaba?
Burak no quiso seguir pensando en eso, gruño solo por un tiempo, ya que nadie pareció entenderlo, más bien era poco probable. Hunur antes de traicionar al Rey Elfo anduvo en otras tierras, Átkozott entre ellas, era libre de hacer, probar, intentar lo que le diera la gana.
–Mi Reina no piense negativamente.
–Solo quiero ayudarles y la única forma que tengo para hacerlo es esta– dijo Astria acercándose a Cedric y tomándole la cara con ambas manos hizo que el hombre agachara un poco su cuerpo y se inclinara hacia ella.
Burak no dijo nada, cuando Astria lo hizo supo que era lo que su mujer haría. Cedric aún asombrado con sus ojos bien abiertos abrió la boca cuando la luz de un núcleo salió por la boca de Astria. Una vez que el núcleo entró en su boca, ella lo soltó y el estiró su cuerpo haciéndose más grande.
–Ahh...– gimió él al sentir como aquella energía se esparcía en su interior recorriendo cada parte de sus extremidades. Desde la punta de los dedos del pie hasta las uñas de la mano. Cerró los ojos unos segundos y luego los abrió mirando con temor a Burak.
Los orbes dorados de su hermano brillaban mirándolo con recelo, pero no dijo ni hizo nada. Los soldados en la habitación habían fijado su atención a ellos y también se llegaron a preguntar si la acción de la Reina había sido correcta con el príncipe.
Astria volvió a estirar su mano y tomar más luz lunar.
–Sé que te preocupas por mi energía, pero eso no fue nada– dijo ella mirando a Burak y luego bajó sus ojos mirándose la palma de la mano que brillaba.
–Bruno– dijo Burak– tu sacarás a mi hija si las cosas llegan a empeorar, tus hombres son suficientes para remplazarte.
–Si mi Rey, yo protegeré a la princesa.
–Gina, tú estarás con mi esposa. Confío en ustedes para que puedan llevarlas a un lugar más seguro
¿Qué significaba aquello? Burak estaba dispuesto a todo con tal de no perder a Hunur. Si bien se haría un juicio y un interrogatorio, él no estaba interesado en su resultado. Lo mataría sí o sí.
Sam por otro lado estaba sentado en una silla con miles de sentimientos alborotados. Era su hermano, pero había pasado casi 6 décadas que no lo había visto ni hablado con él. Sabía que era un hechicero con la misma afinidad que él, pero había la posibilidad que aquello hubiera cambiado ya que Hunur nunca dejo de estudiar. Hoy incluso podía ser mejor hechicero que Sam, pero eso nadie lo sabía.
Astria se acercó a Burak y tan rápido como su pecho estuvo a centímetros de él, su esposo la agarró de la mandíbula mirándola sin expresión en su rostro. Así Astria no pudo descifrar que era lo que pensaba o si aún estaba molesto, pero aquello rápidamente se desvaneció cuando él tomó su mano y la puso en su pecho sin soltarle la cara.
–Yo te amo– le dijo– si estás aquí no podré concentrarme. Tú me haces débil porque no dejaré de pensar en ti.
–Burak...
–Tu siempre serás mi debilidad Astria. Fuiste la única que pudo conmigo y no deseo darle esa oportunidad a nadie más– Burak le soltó la mandíbula, pero tomando su mejilla derecha la besó sin importar la multitud de soldados pendientes de ellos.
Fue un beso lleno de sentimientos y una vez que se separó la luz en la boca de ella paso a su interior, el núcleo desapareció en él al igual que había hecho con Cedric.
–Me iré– dijo Astria– te estaremos esperando.
Cuando Astria estuvo a punto de despedirse y caminar al pasillo la expresión de Burak cambio rápidamente. Sus ojos hermosos con la que la miraba se volvieron rápidamente como el de una bestia con pupilas contraídas y todos se pusieron de pie mirando hacia la puerta. Ella sin entender nada miró incluso a Gina que estaba también muy atenta.
–Me preguntaba porque había tanto olor a animal en el Castillo– una voz vino desde la puerta que estaba a espaldas de Burak, una voz que ella no reconoció.
Mirando por unos segundos vio a todos los Átkozott en alerta, incluso Burak que giró lentamente su cuerpo dándole la espalda se le erizaron los bellos de la nuca y parte del cuello.
Estirando su brazo hacia atrás, su espalda se hizo más grande encerrándola detrás de él
–Burak– un hombre apareció desde el dintel de la puerta.
Sus ojos negros, filosos con su cabellera rojiza habló sin ningún tipo de preocupación. Vestido con un traje holgado de color negro fijó sus ojos en Burak.
–¿Qué hace un muerto de pie frente a mí?
–Hunur...– susurró Sam. Su hermano llevó sus ojos lentamente por el salón hasta llegar a él
–Samuel, me alegro de verte– dijo sonriendo.
Astria entre la ropa de Burak pudo ver a aquel hombre, similar al retrato que había visto lo reconoció. No sabía si era por la distancia que estaba de aquel hombre, pero Hunur era mucho más alto que Sam, su pelo caía por sus hombros de forma lisa hasta llegar más debajo de su cadera, pero tenía una expresión en su rostro tan aterradora que parecía un lunático que se escapaba recién de los calabozos.
Segundos hasta que se dio cuenta de algo... ¿Dónde estaban los soldados de Bruno que cuidaban la entrada y los alrededores del Castillo?
–¿Te apresuraste en venir eh?
–Y muy bien que me esperabas Rey de Átkozott. Te recordaba más como un niño, me asombra verte hecho todo un hombre, pero huelo algo distinto entre ustedes– dijo estirando su rostro hacia el cielo y tomando una bocanada de aire por su nariz– algo mágico, algo familiar...
–Hunur...
–¿Qué escondes detrás de ti?
Astria se congelo al escucharlo, se estaba refiriendo a ella, cubierta por Burak ella pensó que aquel ser no la había visto
–Gina– susurró Burak sin sacar los ojos del hechicero
La soldado se movió lentamente mientras Burak empujó a Astria con suavidad hacia los brazos de Gina.
–Sabemos lo que has hecho– dijo Cedric.
–Supongo que me detendrán, dime príncipe Cedric ¿Con que hombres? ¿Estos?– Hunur sonriendo sin dejar de mirar a Cedric levantó sus manos mostrando en ellas sangre roja y fresca.
–¡Maldito de mierda!
Todo el caos comenzó después de aquello, los soldados no dudaron un solo segundo en sacar las espadas y atacar al hechicero, pero este era ágil, con espada en mano continuó con el vals.
Hunur no había venido solo, dos docenas de hombres aparecieron entrando por las puertas, sus rostros estaban petrificados, sus pieles eran oscuras y se movían con gran agilidad entre las sombras.
Astria fue echada hacia atrás hasta que su espalda chocó con la muralla, Gina rápidamente se puso al frente de ella para protegerla. El sonido era fuerte, la melodía que hacían las espadas al chocar, los gruñidos, los gritos, eran aterrador.
Astria miró con atención cada parte de la habitación, un Átkozott le rebanó el estómago a uno de los hombres de Hunur, las tripas rápidamente aparecieron quedando colgadas de su estómago, pero el hombre increíblemente ni siquiera se inmuto. En su rostro no mostro signo de dolor ni presento algún cambio, continúo moviéndose hasta que su espada llego a encontrar alimento en el hombro de uno de los soldados que gruño con fuerza.
–¡Gina!– gritó Astria tratando de advertir aquel hecho pero la soldado no la escuchó.
Sangre se fue derramando en las paredes y el suelo, mientras unos prevalecían otros comenzaron a caer. Astria se aterró cuando dos hombres de Hunur se deshicieron rápidamente de un Átkozott frente a ella. Le rebanaron la cabeza como si fuera cualquier cosa.
–¡Gina sácala de aquí!– la voz de Burak fue fuerte que Gina rápidamente empujó a uno de aquellos hombres y volvió al lado de Astria.
La joven Reina nunca había visto una pelea de estas proporciones, siempre estuvo ajena a estás luchas de espadas. Se asombró que Cedric se moviera con tanta rapidez. Burak por otro lado no cambió la expresión de su rostro, estaba tranquilo mientras por si solo había descubierto como eliminar a aquello hombres. Sin una pisca de sorpresa enterró su espada en la cabeza de uno de estos hombres y este dejó de moverse.
–¡Tori a Fejét– mencionó mirando a su hermano "rómpanle la cabeza".
Todos entendieron, y dejaron rápidamente de luchar tratando de cortar las extremidades y se fueron directo a cercenarles los cuellos. Los músculos de cada soldado se contraían con cada golpe, la manera de mover sus piernas, de recibir un ataque y devolverlo, sus miradas atentas como cual animal eran cosas nuevas para Astria.
Hunur pronto fue rodeado por sus hombres. Juntando las manos en su pecho dijo palabras oscuras y de sus manos salió una fuerza rojiza que se extendió por todo el lugar, no ocurrió nada dentro de la habitación pero lejos de serlo una gran luz comenzó a encerrar el mismo Castillo en una esfera del mismo color, aquello lo describirían después.
Sam rápidamente dijo unas palabras y luces verdes tomaron las manos de su hermano, pero Hunur riendo a carcajadas las quebró con una facilidad como si de un papel se tratara.
–¡No me subestimes!– le dijo a Sam mientras le sonreía.
Hunur soltó la espada que tenía entre sus manos y con rapidez aplaudió hacia afrente. Al hacerlo una electricidad salieron entre sus palmas y con eso comenzó a envolver cada una de las espadas que se acercaban a él.
–¡Deberías estar muerto!– gritó y rápidamente miró a Burak alzando la mano y las negras líneas que salían de su mano chocaron con las luces rojas de Burak.
Gina se movió hacia la salida mientras que Astria no pudo apartar la mirada, Burak fue empujado lentamente hacia atrás. No fue suficiente como para ver qué Hunur podía con él, pero fue claro para todos que aquel hombre era más fuerte de lo que creían.
Bruno con solo ver aquello salió deprisa del lugar. Gina iba a hacer lo mismo con Astria, pero un sonido detuvo todo.
Hunur disipó una fuerte nube amarilla que hizo caer a todos.
Todo se salió de las manos, cada uno de los que estaban en la sala se cubrieron por el aura de Hunur que salió como una gran explosión.
Hunur no podía matar a Sam, pero Sam tampoco podía hacerlo, escondiéndose detrás de una silla volteada, Sam vio como todos se agacharon tratando de cubrir el zumbido en sus oídos. Gina, Cedric, incluso Burak también lo hicieron apretando fuertemente los dientes y gruñeron.
Miró a su hermano y este había agarrado a un Átkozott del cuello y con su otra mano le sostuvo el rostro, una pequeña luz amarilla salió de aquel soldado y dejó moverse. La energía vital que corría por su cuerpo lo había sido absorbida por Hunur.
Sam se llenó de terror el hechizo que había leído con Astria lo había logrado, y era tan fuerte como para tener la fuerza de tomar a un Átkozott como si nada del cuello.
Astria que sintió miedo con aquello se agachó mirando a Gina que sangraba de los oídos y gritaba por el aura potente del hechicero. Volteó y vio lo mismo en cada Átkozott, incluso Burak.
Lo que vio Sam luego fue algo extraño, se suponía que con el hechizo que había hecho Hunur, él no podía dañar a las personas que compartían sangre directamente con él y viceversa. No podía dañar a sus padres, a sus hermanos, a sus hijos y fue exactamente esa frase la que sacó completamente de los cabales a Sam.
Astria arrodillada en el suelo le agarró el rostro a Gina tratando de ayudarla mientras ella tapaba sus oídos. Astria al igual que Sam no fue afectada, ¿Por qué?
"Es un hechizo poderoso que absorbe los recuerdos y la energía vital de las personas. No puede dañar a su sangre directa y su sangre directa no puede dañarlo. Pero si sus sangres directas procrean descendencia ellos si podrán dañar al portador del hechizo"
Próximo Capitulo 71.- Insuficiente
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Pd: Lo que sacaron esto con conclusiones debo decirles que son secos.
Pd2: Prometo mañana más cap jiji
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