65.-Una copa de paciencia rebalsada.
Burak estaba inquieto, no tardó en recibir un reporte de lo que había hecho Astria junto con Sam, había querido ir el mismo hacia la torre de Hunur, pero después de escuchar aquello, decidió esperar a Astria en sus aposentos.
Estaba lo suficientemente furioso como para descontrolarse y el mismo se dio cuenta de aquello, tomó un baño de casi media hora para poder apaciguar su instinto animal mientras la esperaba. En silencio y completamente solo, pidió que incluso Amy no apareciera, lo único que quería era ver a Astria regresar sin problema.
Las horas fueron pasando lentamente, se le hizo un calvario que incluso caminar por la habitación lo aburría, se había tranquilizado enormemente, pero al pasar el sentimiento de enojo, quedó solo el de preocupación por su esposa.
Teniéndola en su mente pudo visualizarla, incluso pensó e imaginó el primer día en que ella lo vio, preguntándose si se habría asustado con su apariencia, aquello solo le hizo recordar algo, él debía disculparse con Gina.
–Ah... Dioses– susurró estirando su cuello.
De forma lenta tomó una túnica y se la puso dejándola abierta, su torso desnudo solo fue oculto por los bordes de la tela. Agarró un sillón de un cuerpo y abrió la puerta hacia el pasillo.
Sentando en el medio de la oscuridad a espalda de la ventana esperó que Astria se apareciera desde el pasillo, sin duda era la única que podía calmarlo completamente. Sacó un puro echándoselo a la boca y mirando el cielo se refregó su pelo aun mojado, quería hacerle miles de preguntas, pero con solo verla sana y salva eso era lo único que podía importarle.
A pesar de su tranquilidad sus ojos ardían mostrando su falta de simpatía. Era como un animal al acecho entre toda la oscuridad, sus ojos brillantes no pararon de temblar.
Contrario a todos los deseos que tenía la voz de una mujer sonó por el pasillo. Bajó la mirada lentamente mientras apretó los labios.
–Astria no está aquí– dijo Olivia.
–¿Qué haces aquí?– dijo bajando su voz y soltando un leve gruñido. Esta noche no estaba para juegos infantiles.
–Dijiste que me verías si fuera mujer, quería demostrarte que lo soy.
Olivia pensando aún con las esperanzas de que la persona que conocía desde pequeña todavía la miraba con amor, se sintió capaz de meterse a su habitación tarde en la noche, no esperaba encontrarlo en el pasillo.
Para ella, Burak era alguien a quien había amado desde muy pequeña, y que ella estaba segura que él también la amaba. La cuido mucho tiempo protegiéndola de su hermano y la defendía. Burak había sido criado con tanto amor de sus padres que cuando era pequeño, era muy bueno con los niños, además de haber madurado más temprano por su perdida, él siempre la trató con buenas palabras antes de retarla y ella vio más que eso en él. Para ella Burak siempre había sido un hombre bueno, claramente no conocía la otra cara de él y aunque le habían advertido, ella creyó que aquel hombre jamás sería capaz de hacerle daño.
Saliendo de la oscuridad miró a Burak con una mirada decidida. Llevaba una túnica morada que cubría hasta sus muslos y su pelo lo tenía en una fina trenza que caía hacia su espalda.
Cuando Burak subió sus ojos y ella estuvo segura que él la miraba, llevó su mano hacia su ropa y se la sacó mostrándose completamente desnuda frente a él. Sus ojos se abrieron un poco más y levemente separó los labios pero su expresión cambio en cosa de segundos.
Olivia nerviosa pudo ver como Burak sin sacarle los ojos de su mirada, estrechó la mandíbula y apretó los labios. Ella creyó que él realmente se estaba sintiendo excitado al verle. Su pecho subió fuertemente con cada respiración, pero muy contrario a eso, Burak estaba perdiendo la última paciencia y cordura con ella.
Delante de él había una mujer hermosa, con su piel lisa y suave, junto con unos senos de areola rosadas. Tenía un abdomen un poco más ancho que Astria y unos muslos moldeados, pero eso no importaba si la mujer carecía de inteligencia.
–Burak por favor dame una oportunidad.
Tres.
Él no le dijo nada, mojó sus labios y apagó el puro para luego levantarse lentamente e ir hacia ella.
Olivia respiró profundamente cuando él llegó frente a ella y esperó que él la tocará e incluso estiró un poco su cuello esperando poder besarlo. Deseando y anhelando al hombre de otra mujer, le miró como la túnica se abría mostrando su trozo desnudo, jamás había deseado tanto tocar su piel, sus pectorales que se levantaban con cada respirar, sus abdominales apretados y su piel bronceada, le fue irresistible no morder su labio inferior mientras el nudo en su estomago se acentuó.
Burak en cuanto llegó frente a ella la miró a los ojos. Ella se veía más pequeña al estar desnuda ya que inconscientemente por su vergüenza evitó erguir la espalda, pero Burak no. Parándose derecho sin mostrar ni una expresión en su rostro la observó, sus ojos no bajaron a verle el cuerpo, no le daría el gusto. Apretando fuertemente los dientes se agachó, tomó la túnica y se la puso en los hombros, repitiéndose una y otra vez las palabras que lo mantenían cuerdo.
–No– dijo ella pero él no se detuvo y volvió a cubrirla– ¡QUE NO TE DIJE!– gritó ella volviendo a tirar la túnica al suelo y dándole un leve golpe en sus pectorales, claro que él no se movió un centímetro– ¿Por qué no quieres?– dijo tratando de agarrar sus manos y al no lograrlo llevó su mano a su pantalón– pasas las noches con esa mujer y ¿No quieres pasar una noche conmigo? Solo es una noche, quiero que seas mi primero.
–OLIVIA– dijo entre dientes.
Dos.
–Te conozco hace mucho tiempo y a ella solo la conoces hace dos años. Yo soy la que debería estar contigo. Ya tuviste una hija con ella, yo también puedo...– dijo tratando de abrirle el cinturón.
–¿Puedes parar?– susurró cerrando los ojos, su respiración pronto se hizo profunda.
–¡SOLO SERA UNA NOCHE QUE TAN MALO PUEDE SER UNA NOCHE!
Uno.
–¡PARA!– le gritó apretando los puños.
Burak rápidamente estalló agarrándola del cuello, bruscamente la empujó hasta que su cabeza golpeara el muro, aprisionada se quejó por el duro golpe. Sus ojos brillaron fuertemente mientras acercaba su rostro a ella.
–¡ERES UNA NIÑA ESTUPIDA!- el tono de su voz bajo dos tonos acentuando su parte animal–¡¿CÓMO ENTRA EN TU MALDITA CABEZA QUE ESTO ES NORMAL PARA TI?!
–Bu... Burak– dijo abriendo sus enormes ojos tratando de soltarse de su firme agarre. Su mirada y su acercamiento intimidante la asustó enseguida, la misma mirada que tenía cuando ella empujó a Astria a la pileta.
–¿Qué acaso vas por ahí abriendo las piernas con cualquiera que pase frente tuyo?
–Tú no...no eres cualquier persona– dijo con una voz tímida.
Se hundió en la mirada de aquel hombre, sentía como si la consumiera, como si su fuerza fuera insuficiente y el miedo hizo temblar sus piernas. Con su pupila contraída, estaba atrapada por una bestia que podía fácilmente quebrarle el cuello, aquella parte de Burak que no conocía estaba ahí delante de sus ojos.
–Me importa una mierda, no te han criado de esa manera para que te ofrezcas en bandeja ¡NO RESPETAS NADA!
–Yo jamás te he faltado el respeto.
–¡LO ESTAS HACIENDO AHORA MISMO!– volvió a gritarle mientras la separó del muro y volvió a golpearla. Mientras más se alteraba, parecía que sus orbes dorados más brillaban.
–¡YO TE AMO BURAK!
–¡YO NO! ¡¿NO ENTIENDES LO QUE TE DIGO?!– su agarre se apretó y Olivia no tardó en hacer sonidos repulsivos mientras el aire se le había cortado. Las luces rojas en las manos de Burak enseguida se cubrieron en tu totalidad, el brazo que la sostenía se apegó a ella, con sus músculos apretado quedo tocándole los senos– ¡ME TIENES ARTO!
–¿Bu...Burak?– la voz de Astria sonó desde el pasillo y los orbes dorados de él rápidamente bajaron su intensidad al mismo tiempo que aflojó el cuello de la muchacha.
No volteo a mirar a su esposa, contrario a eso, se inclinó lo suficiente para que Olivia sintiera el calor de el en su mejilla y le habló al oído
–Vuelve a hacer algo como esto y te enseñare realmente a respetarme.
–Burak– volvió a repetir Astria con una voz mas firme.
Apretando un poco los labios, bajó el rostro sacando la mano del cuello de la mujer que hasta el momento aún estaba en su tacto. Olivia mostrando una expresión asustada como si realmente los hubiera pillado en algo más comprometedor miró a Burak, dándose cuenta de su cambio radical ¿Cómo era que Astria le hizo poner esa cara? No espero nada más, paso a un lado de él y tomó la bata que estaba en el suelo. Volteó a verle una vez más antes de levantar la mirada hacia Astria.
–Yo...– dijo Olivia llegando frente a ella, pero Astria le giró rápidamente la cara con una buena cachetada que sonó por el lugar– pero que...– reclamó tocándose la mejilla, pero Astria voltio a golpearla girándole el rostro hacia el otro lado.
Burak ni siquiera se giró para verlas. Los pasos de Olivia sonaron hasta desaparecer y el silencio llegó al lugar.
El respirar de Astria era lo único que podía escuchar, ella no se movió de dónde estaba, pero tampoco sacó la mirada de él. Burak suspiró fuerte dándole la espalda y llevó sus manos a su cintura para luego voltearse a verla.
–Sé lo que me dirás.
–Entra a la habitación ahora– dijo ella apuntando hacia la puerta. Estaba furiosa y se podía ver en sus cejas completamente apretadas.
Burak la miró frunciendo el ceño, pero no le quedó más que suspirar y abrir la puerta bruscamente. Entró directamente a un lado de la cama y sintió el portazo detrás de él.
–¡¿QUE FUE ESO?!
–Yo solo estaba esperándote...
–Oh sí, con una mujer desnuda entre tus manos.
–¿Qué? Ni siquiera la toque, traté de mantenerla lejos.
–¡ESO NO FUE LO QUE VI! ¿Cómo eres incapaz de darte cuenta?
–Yo no le hice nada, fue todo lo contrario.
–Si claro, podías discutir con ella, pero se te olvidó el detalle de la ropa ¿Cierto?– dijo mirándole la piel del pecho.
–Astria.
–No me vengas con Astria ¿Era necesario que te apegaras a ella mientras le hablabas?
–No me apegué a ella.
–Sus senos estaban entre tus brazos y que hacías tú así ¿Y tú camisa?
–Te estaba esperando– volvió a repetir mientras levemente frunció el ceño.
–Sí que oportuno– dijo ella levantando las manos.
–Hey– dijo Burak dando unos pasos hacia ella y su voz bajó el tono.
Astria respiraba agitada y sus mejillas estaban rojas. Había experimentado cosas nuevas esta noche, había sentido dolor de ser quemada, el miedo invadir su mente y también el poder acentuándose más en su interior, todo para llegar y encontrar aquella escena.
–¿Dónde estabas?– preguntó él.
–¿Vas a cambiar el tema? Para ti es importante lo que hice esta noche, pero lo que hiciste tu ¿no?
–Te pregunté ¿Dónde estabas?– dijo él con un gruñido.
–¡CON OTRO HOMBRE! Pero obviamente no comportándome como tú.
–Cuida lo que dices– Burak llegó a ella y la miró bajando el rostro para mirarla a los ojos, sus pupilas aún se mantuvieron contraídas, estaba molesto con ella y también consigo mismo.
–¡No me toques!– le dijo Astria al sentir su mano en la suya.
–Si hubieras escuchado todo lo entenderías...– dijo el con una voz más calmada.
–Lo hice– dijo levantando la mirada, no había una pizca de miedo en ella– si los escuché, desde que la llamaste niña estúpida.
–No te he faltado el respeto– Burak habló entre dientes, a su parecer esa era la única verdad y su esposa solo estaba actuando tercamente.
–¡No pienso lo mismo!
–A ver espera– dijo el tomándole la mano bruscamente y acercándola a él. La aprisionó rápidamente entre sus brazos mientras la miraba de cerca– quiero saber ¿La bese acaso? ¿La toque con otras intenciones? ¡NO!
–Suéltame...
–No. He sido siempre leal a ti. Te olvide y seguí siéndolo, no puedes pensar que te falte el respeto por algo que viste a medias. Tienes razón yo debí guardar distancia, pero me dejé un poco llevar por mi enojo.
–Yo... te lo advertí. Te pregunté si debía preocuparme ¡AHORA SUÉLTAME!– Astria trató de despegarse de él, quería tenerlo lejos, no soportaba la idea de que Burak la tocara como si lo que había ocurrido con Olivia se pasara por alto.
–Astria– dijo él con un tono fuerte y frio tratando de contenerla, pero ella no se detuvo.
No era exactamente el motivo de Olivia que la había hecho actuar de esa forma, cuando Burak la tocó y su piel entró en contacto con ella, Astria sintió toda la presión que había experimentado en la torre de Hunur. Su refugio, su calma, estaba allí junto a ese hombre que la había lastimado, talvez Olivia solo era el motivo de que todos los sentimientos que había sentido salieran a la luz. Quería llorar con todas sus ganas y demostrarle lo arrepentida que había estado al ir sola, ya que jamás había sentido tanto dolor y desesperación.
Dejándose llevar por todo lo negativo, continúo tratando de soltarse de los brazos de Burak y de un momento a otro le golpeo la cara con la palma de la mano. Burak giró un poco el rostro no por su fuerza sino por su impresión, la soltó enseguida.
–Vamos– dijo llevando sus orbes dorados nuevamente hacia ella– golpéame otra vez.
Su voz salió tranquila, pero Astria aun impresionada por lo que había hecho se fijó en sus ojos que comenzaron a arder.
–Quiero que te vayas, vete y sal de aquí– ignorándolo dio unos pasos hacia la cama dándole la espalda.
El respirar de ambos era agitado, pero Burak no dio un solo paso fuera, mientras Astria le daba la espalda, sus palabras rondaron en la mente del hombre. Aquello había sido suficiente, ahí estaba el límite de ambos, Burak sintió que si los dos continuaban se rompería fácilmente los lazos que tenía con su esposa.
El silencio invadió el lugar, ninguno dijo nada. Astria lloró en silencio mirando la cama, cuando se calmó un poco volteo lentamente, Burak no se había movido desde donde lo había visto.
–Yo... ¿Sigo siendo suficiente para ti?– preguntó ella dándole el perfil. Lo que se había guardado ya lo había dicho y no había nada más que reprocharle. El enojo rápidamente se volvió en inseguridad.
–Eres más que eso Astria– dijo con suavidad.
–No te lo pregunté porque desconfiaba de ti– dijo limpiándose la cara y lo observó con el ceño aun apretado– te lo pregunté porque no confiaba en ella, pero ahora...
–Lo siento– dijo el girándose a mirarla, pero ella rápidamente desvió su mirada– de verdad lamento que hayas visto lo que hice, no tengo intensiones de cualquier otra índole con otra mujer que no seas tú– agregó– No volverá a pasar...
–Claro que no– dijo mirándose la ropa. Astria volvió a tomar esa actitud decidida y desafiante. Mientras lo observó comenzó a desvestirse.
–Astria.
Próximo Capítulo 65.- Loco por ti
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