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52.-Conflicto

Gina gruño fuerte mientras miraba a la Princesa descarada, ella misma pudo observar como había empujado a su Reina al estanque. Astria por otro lado no pudo evitar observarla con enojo mientras apretaba los labios que temblaban de frio. Se sintió rápidamente humillada mientras escuchó los murmullos de la gente, su vestido arruinado se apegaría a su cuerpo una vez que saliera del estanque, eso la hizo sentir más avergonzada. Impotente luchó para que sus ojos no salieran lágrimas, pero sin duda una que otra se confundió con el agua del estanque en su rostro.

–Apártate– la voz de Burak fue fuerte, mirando molesto a la Princesa que estaba aun con el brazo extendido. No dudo en empujarla hacia un lado.

–Burak fue un accidente– dijo al verle sacándose el abrigo y posándolo en los hombros de Astria– además solo es agua.

Una sola mirada de él y Olivia bajó el rostro al suelo. La vena de su cien se podía notar con claridad y sus ojos eran profundamente feroces. La Princesa nunca lo había visto así sintiendo como el aura de aquel hombre la llegaba a ahogar.

–¡OLIVIA! ¿Tuviste algo que ver con esto?– dijo Edgar agarrándola fuertemente del brazo. Burak no volteo a verlo.

–Hermano solo fue un accidente ¿Cómo no me escuchan?

Gina también sacó el abrigo de su espalda y esperó que Burak sacara lentamente a Astria. Su Rey rápidamente la tomó entre sus brazos con suavidad y aceptó el abrigo de Gina cubriendo sus piernas que habían quedado desnudas.

Astria tenía toda la ropa empapada completamente, incluso sus zapatos se habían perdido con todo el movimiento. Avergonzada, temblando y con sus dientes rechinando, solo enterró su rostro en el hombro de su esposo mientras él la llevó dentro sin decir una sola palabra más.

Mery se sintió rápidamente ofendida por la hermana de su esposo. Con una sola mirada hacia Edgar le hizo entender que aquello había pasado los limites. Bastaba ya con todo lo que ocurría con Átkozott en especial con Burak, las cosas venían tensas de hace un tiempo y esto no ayudaba en nada. Rogó a los dioses que Burak no lo tomara personal con ellos.

Cuando llegaron a la habitación, muchos sirvientes entraron detrás de Burak mientras él la sentó en una silla. Con rapidez tomó unas toallas que había traído y comenzó a secarle el pelo. Pronto 6 sirvientas entraron con una bañera de madera y comenzaron advertir agua caliente en ella.

–Sa...sácame... la..la ropa– dijo Astria entre los temblores, sus propias manos no pudieron soltar los botones. Su ropa estaba muy helada al igual que su piel, cada movimiento que hacía  le producía más temblores.

Burak mirándola no tuvo paciencia, sin importar nada tomó su ropa con ambas manos y se la rasgó fuertemente haciendo un fuerte sonido. Astria le pudo ver detenidamente, no le hacia ningun problema rasgarla como si la tela fuera solo un pedazo de hoja. Sus músculos de sus brazos se apretaron,  Astria pudo ver que su ropa se oscurecía apegándose y arrugándose en su abdomen. Burak también tenia la ropa mojada.

–Astria– dijo Amy entrando a la habitación. Selene se había quedado dormida en sus brazos así que fue directamente a dejarla en el medio de la cama– tomaré su pelo, pero tiene que calentar su cuerpo rápidamente en el agua.

Mientras Burak la desnudaba, Amy se aseguró que el agua de la bañera este suficientemente caliente, luego trajo su ropa y lo puso en una silla frente al fuego para calentarlo.

–Le pediré una sopa también para que no tome un resfriado y no se me niegue tiene que calentarse por todos lados– dijo Amy y en cosa de segundos salió de la habitación.

–Bu...Burak tu... tu ropa– le dijo ella, pero él ni siquiera la miró, terminó de desvestirla con rapidez sin contestarle. En cuanto Amy volvió, hecho unas sales en el agua y asintió con su rostro a su Rey que la miraba impaciente.

–Está listo.

–Ven– dijo el tomándola en los brazos. Astria se agarró de su cuello pero la parte de la ropa de Burak que estaba mojada también estaba muy helada.

–Ti...tienes que cam...cambiar tu ro..ropa también.

Burak lentamente llevó a Astria a la tina y la dejó con cuidado dentro de ella.

–Ahh– soltó ella al sentir lo caliente que estaba, jamás había temblado tanto, la sensación del calor enseguida la relajó.

–¿Astria?– dijo la Reina Mery tocando la puerta.

Burak no se levantó, ni volteo a verle, así que Amy se acercó para abrirla, pero no le permitió entrar.

–Burak– dijo Astria al sentirse sola con él. Su esposo rápidamente se hinco detrás de la tina y llevó sus brazos a abrazarla por los hombros, tenía los puños apretados.

–Lo siento– dijo apoyando su rostro en el hombro izquierdo de Astria– estoy muy enojado– su voz salió tranquila, pero si Astria volteaba y le viera el rostro ella misma podía sentir el temor que el causaba.

–Estoy bien, gracias por ayúdame– Astria apoyó su rostro en los brazos de él y Burak le dio un beso en la mejilla.

–Mi Reina, la Reina Mery trajo estas piedras de calor, lo pondré en la cama y la sopa esta lista.

–Vamos, no puedes estar todo el tiempo en el agua– dijo Burak soltándola.

Astria evitó mirarles a los ojos, siempre él relajaba su expresión, pero esta vez no fue así que incluso Amy también le hablaba sin mirarle el rostro. La sensación era un tanto amarga, como si uno quisiera evitar cualquier problemas con Burak.

Mientras era secada y vestida, Burak recién cambio su vestimenta mojada, luego le ayudo con la sopa. Envuelta entre mantas y con una piedra entre sus manos Astria no le quedo más que aguardar frente a la chimenea mientras Burak le daba la sopa ofreciéndole con una cuchara en la boca.

Su mirada poco a poco se apaciguo.

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Burak una vez que Astria se durmiera salió de la habitación dejando un ambiente pesado en el aire.

–¿Burak?– dijo Edgar asomándose en el balcón. Había seguido el olor de su puro y al salir lo encontró sentado en uno de los árboles del jardín– ¿Puedes bajar?

–De aquí te escucho perfectamente– dijo llevando pesadamente sus ojos hacia él, en cuanto los hizo Edgar se sintió diminuto. Reflejado en unos ojos ardientes y brillantes observado por aquel animal.

–Lamento lo de hoy. Mery llevó piedras mágicas a tus aposentos para que Astria mantenga su temperatura.

–Eso lo sé, yo estuve allí.

–Yo hablé con Olivia, lamenta el hecho, pero tú sabes cómo es...

–Rey Edgar– la voz de Burak sonó suavemente, pero con solo llamarlo Rey estremeció la espalda de su amigo– ¿Le haces entender tu o lo hago yo?

–¿Crees que lo hizo con intención?

–Somos lo suficientemente adultos para comprender las acciones inmaduras de una persona– dijo metiendo su puro a la boca y mirando el cielo oscuro.

–Lo sé. Ella está enamorada de ti y eso es un problema grave. No me había dado cuenta hasta que llegaste.

–He lidiado con eso muchas veces en mi vida al igual que tú. Mi problema ahora es que aun la veía como tu hermana y no como una mujer que hoy es una Princesa.

–Burak yo...

–Contrólala Edgar, esta será la primera y última vez que lo dejaré pasar.

–Por su puesto.

Mientras ambos conversaron de forma ligera la voz de una mujer sonó tímidamente. Burak subió la mirada y vio a Olivia acercarse a Edgar.

–Hermano yo, quiero un momento con Burak.

–Después de lo que has hecho...

–Solo vine a disculparme– dijo ella bajando su rostro y mostrándose afectada.

Edgar al verla, apretó los labios tragándose sus palabras y volteó a ver a Burak para saber si aceptaba.

–Rey Burak por favor baje de ahí y escúcheme.

–No quiero escucharte– resopló sin mirarla.

–Burak no fue mi intención, ¡Lo lamento!

–Mi Rey– dijo Sam apareciendo– tengo todo listo.

Sam también ignoró a la Princesa, pero mostró respeto a Edgar bajando su rostro. Venía con las mangas de su ropa dobladas hasta el codo y con una ropa ligera que hacía ver parte de su pecho. Un gran collar de cuero lleno de piedras descansaba en su cuello.

Burak bajó lentamente dejándose caer, escaló sin problema el balcón y llegó frente a Edgar.

–Recuerda mis palabras.

–Burak por favor– dijo Olivia interponiéndose mientras sus ojos se llenaban de lágrimas– me comportaré, no le haré nada, ni me acercare a tu esposa.

–Debería cachetearte, porque justamente hiciste algo que yo te había dicho que no hicieras.

–Tu no estuviste ahí para que sepas como me trató, yo solo reaccione a sus palabras. Por favor Burak perdóname.

–No vine aquí a jugar tus juegos de niños Olivia, ya eres una mujer. Madura ¿Quieres?– dijo pasando a su lado y aunque ella agarró parte de la ropa de su brazo, él la aparto mirándola sobre sus hombros.

Olivia volvió a sentir miedo, comprendiendo que Burak ya no le tendría la paciencia que tenía antes. Esa mirada tan aterradora de un animal ella jamás la había presenciado.

–Él ha sido bueno contigo, pero nunca lo has visto enojado Olivia– dijo Edgar mirando la espalda de Burak– Te recomiendo que te detengas y que pienses en las cosas. Si vuelves a cometer algo como lo que hiciste, Burak no volverá a verte de forma amable.

–Él es incapaz de dañarme hermano.

–Es un animal Olivia, jamás estés segura de eso.

**********************************

–Mi Rey ¿Se han calmado las cosas?

–Un poco. Astria se fue a dormir temprano– dijo soltando un suspiro mientras seguía a Sam– La traje aquí para sacarla de la presión que tenía en Átkozott, no esperaba esto.

Burak se sentía decepcionado con sigo mismo, todo lo que hacia no salía como quería, volvía a sentirse cansado y arto de tanta basura.

–Me parece inaudito, insoportable esa mujer- la voz de Gina se unió rápidamente al par. Los había visto pasar y decidió unirse, después de todo Amy estaba resguardando la habitación de Astria.

–Gina.

–Mi Señor ¿No castigara a Olivia? Yo misma vi como empujó a nuestra Reina.

–¿Crees que eso es correcto? ¿En qué posición quedaríamos si yo le hago algo a esa mujer?

–Su hermano entenderá.

–Piensa con sabiduría Gina ¿Por qué Astria no le hizo nada?

Gina aun molesta no pudo encontrar su respuesta, ella quería castigar a aquella mujer que atentó contra su Reina.

–¿Una Reina bajándose al nivel de una mujer como Olivia?– dijo Sam mirando a Gina– había mucha gente que son cercanos a la Princesa, seguramente le hubieran creído que solo fue un accidente. Nuestra Reina Astria sin duda actuó de buena manera.

–Sí– dijo Burak deteniéndose y volteando a mirar a su soldado– contrario hubiera sido si estuvieran solas. No vinimos a hacer conflictos con Edgar, pero ahora sabe que Olivia no tendrá otra oportunidad, espero que lo aprecie– agregó y volvió a caminar.

–Te gusta meterte en conversaciones ajenas y aparecer sorpresivamente ¿Eh?

–Sam, no me busques que me encontraras– le advirtió ella– Mi Rey ¿Ha pensado en Cedric? Olivia sin duda necesitara quien la controle, ¿Podría desposarlos?

–No es mala idea– soltó Burak– pero eso significaría que Olivia viviría en el Castillo con Cedric y nosotros.

–Eso es verdad, pero Cedric de igual forma se portó mal. Si se casaran ambos sin duda después de un tiempo él podría considerarla su pareja.

–Pobre de él– soltó Sam riéndose.

–¿Pobre? Cedric tiene un poco más de edad, pero es bastante maduro, estoy segura que podrá con ella. Después de la primera noche, no querrá volver a ver a mi rey.

–¿Qué han sabido de Hunur?– preguntó Burak entrando a la habitación que le habían dado a Sam. No tenía tiempo para pensar en Cedric, era buena idea, pero no había venido por eso en un principio.

–No he recibido información mi Rey. Bruno me comentó que hoy a la noche saldrían a buscar a los sirvientes. Ahora que saben sus ubicaciones será fácil poder interrogarlos.

Burak mientras escuchaba se sacó la camisa descubriendo su torso, luego se sentó en un sillón mirando a Gina. En comparación a otros lugares, los asientos y sillones del Reino eran bastante acorde. Burak se sentó cómodamente en ellos mientras puso su brazo derecho en el respaldar y sus piernas quedaron cómodamente abiertas a la par.

–¿Qué hay con los dos que viven con Reiga?

–Yo contestaré eso– dijo Bruno llegando al marco de la puerta.

Mientras Bruno hablaba Sam se sentó en una silla hacia el lado del tatuaje del Rey y con una espina de pescado untada en unas hierbas con sangre animal, comenzó a remarcar su tatuaje mágico.

–Eliot y el otro sirviente que están en la mansión de Reiga no han salido ni entrado allí, mis hombres han estado vigilando, pero Reiga al parecer tiene algo planeado para esta noche, hubo mucho movimiento esta tarde.

–Una bienvenida seguramente– dijo Burak pensando que solo hoy en la mañana había llegado a la capital– ¿Y Huriel?

–Mis hombres están buscando su hogar, pero hay mucha información revuelta. Al ser una mujer muy anciana ella ha cambiado de domicilio con regularidad.

–Edgar dijo que había jubilado, no creo que sea difícil encontrar a una hechicera tan vieja como ella– dijo Gina mientras caminaba hacia Burak y observaba curiosa desde arriba lo que Sam hacía.

–Bruno date prisa con eso.

–Mi Señor– dijo Bruno acercándose a él y rápidamente dejo los títulos– Burak, yo no creo que usted sea el de la profecía, y si así fuera, solo Astria tendrá el poder de controlarlo.

–Astria no es la persona más longeva de la tierra– dijo Sam levantando el rostro.

–Las profecías nunca son tal cual dice en papel. Quizás se refiere a otra cosa, ¿Quizás el ser más antiguo?

–Lo dudo mucho Bruno– le contestó Sam volviendo a teñir la espina– si fuera el ser más antiguo sería un humano, ellos estuvieron primero.

–Concentrémonos en Hunur– dijo Burak pesadamente– luego de eso agarramos a la anciana y la llevamos a Átkozott, pero necesitamos su ubicación.

–Si Señor.

–Mi rey, debe saber que su tatuaje funcionará a media, al menos tres o cuatro horas. No se exponga demasiado y no beba nada. Piense en él como la primera vez que lo tatué.

–Está bien Sam. Bruno prepara las cosas, saldremos en una hora.

–Sí Señor.

***********************

–¡Maldita mujer!– dijo Astria mientras se sentaba en la cama.

–Concuerdo con usted.

–Debí golpearla.

–Mi reina usted aguantó bien, es digna de admirar.

–No lo hice, solo tenía tanto frio que ni siquiera se me vino a la mente ir por ella– dijo pasándose la mano pesadamente por la frente. Su cuerpo se había calentado, su temperatura era normal pero ahora con su mente descansa y aclarada sintió todo el enojo visualizando a la Princesa frente a ella– ¿Siempre actuó de esa manera o es por qué ahora estoy yo?

–Ella ama a su esposo mi Reina, es capaz de llorarle arrodillada en el suelo para que nuestro Rey Burak la perdone y él lo hará, porque es como su hermana, pero...

–Es muy manipuladora, comprendo su cercanía, sus vivencias, pero no por eso debo aceptar todo lo que hace.

–Mi Reina, así como su esposo la aguanta, estoy segura que lo que hizo Olivia hoy fue hablado por los Reyes. Usted es más importante para el Rey que ella.

Astria creía que Burak era muy suave con Olivia y sería incapaz de hacerle algo. Por otro lado, Olivia al no tener sangre de animal Astria no podía hacer nada como Dama Blanca, pero si como mujer y en especial como Reina. Astria no se quedaría con los brazos cruzados.

–¿Cuánto eh dormido?

–Bastante mi Reina, la Luna esta ya sobre nuestras cabezas.

–¿Burak?

–Salió hace casi dos horas.

–No puedo quedarme aquí– dijo frunciendo el ceño y poniéndose de pie.

–¿Qué? Pero Astria.

–No me quedaré en esta habitación esta noche Amy. Mi rey está haciendo todo para descubrir como entrar a esa torre, yo debería ir también. Si Reiga tiene alojado a dos de sus hombres, quizás yo podría llegar a su mansión.

–Gina me comentó como era la actitud del General hacia usted. Si usted va a ese lugar seria ir a meterse en la boca del león, y un león que se la quiere comer sin duda.

–Amy, si voy con Gina no me pasara nada. Además, no me iría a presentar en la puerta.

–Admiro la confianza que tiene en ella, pero sería impertinente de su parte arriesgar su seguridad y la de su soldado. Además, este reto no nos va a salvar con su cara de niña buena, el Rey nos castigará severamente.

Astria la observó unos minutos, pero no cambió de opinión. Se levantó, se puso un abrigo con capucha y caminó a la puerta.

–Oh mi Reina, usted será la responsable de que Átkozott entre en guerra con el Reino se los bosques– dijo Amy tratando de detenerla– si ese hombre le pone las manos encima nadie va a detener a Burak.

–Tranquila comprendo eso, no pienso poner a mi Reino en peligro, me cuidaré.

–Oh Astria...– se lamentó su dama de compañía mientras la miraba salir– ¿Quién en la tierra le creerá eso?– susurró para sí misma.





Próximo Capítulo 53.- Desobedecer es un acto natural.

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Ya los cache! ustedes prenden como chispa también jajajaj

"Sea cortés, ande con cuidado, edúquese lo mas que pueda, respete para que lo respeten..." jajajjaja

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