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5.-Decepción

Un día...

Mientras Astria se arreglaba con la ayuda de Amy y Luz, Burak que ya estaba listo, la quedo mirando mientras se sentaba en una silla dada vuelta. Apoyando sus brazos en el respaldar de esta y con las piernas abiertas, la observó sin abrir la boca y sin moverse.

Amy se rio en silencio al notar la mirada de Burak que ya llevaba tiempo sin decir nada y seguía observando a su esposa.

—¿Qué? —dijo Astria una vez lista. Ella también se había percatado de su mirada, se levantó mientras se miraba al espejo y luego volteo hacia él— ¿Se ve mal?

Burak dibujó rápidamente una sonrisa en su rostro a medida que Astria se acercó frente a él.

—Solo me estaba preguntando —dijo Burak poniéndose lentamente de pie. Astria rápidamente se empequeñeció con su altura— ¿Cómo una bestia como yo pudo tener a una mujer como tú de esposa? —agregó dándole un beso en la frente.

Al mismo tiempo que la beso, llevó sus manos al vientre de su mujer y le acaricio con suavidad moldeando su embarazo. Astria sonrió por sus palabras, al principio se llenaba de vergüenza, pero su esposo no se aguantaba las palabras y la alagaba constantemente.

—Hoy anda inquieta —dijo Astria posando su mano sobre la mano de Burak. Ella sabía que, sin duda, él podía sentir como su pequeña se movía en su interior.

—Jamás me cansaré de esto —dijo refregando su rostro con la de Astria sin apartar sus manos.

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—Astria. —La voz de Sam y de Amy resonaron por sus oídos. Imágenes extrañas llegaban a su mente. Quería solo dormir, pero sentía que su cuerpo se movía.

—Quiero...dormir... —dijo sin intención de despertar.

—Astria tienes que despertar.

Cuando la voz de Amy volvió a sonar fuerte, un gran estallido de recuerdos llegó a su mente y abrió los ojos con rapidez.

—¿Qué pasó? Yo... —dijo tratando de levantarse—. Mi hija... —En cuanto se movió una gran clavada le hizo doler el estómago.

—No te levantes —dijo Sam acercándose—. Todo está bien, solo quedó una herida pequeña nada grave.

—Tu hija está a salvó no te preocupes —dijo Amy.

—Tráela, ¡QUIERO VERLA AHORA!

—Tranquila, iré por ella, pero cálmate. —Amy sin saber cómo calmarla salió rápidamente de la habitación

—Sam. —Astria aún asustada agarró fuertemente la mano del hechicero y lo acerco a ella—. Sácame de aquí.

—Astria cálmate las cosas se han calmado aquí. Puedo explicártelo, pero es mejor que no te alteres, tu herida a penas se pudo cerrar. Si se abre estarás en cerios problemas.

—Él hizo esto, ¿cierto?

—Sí, verás... —dijo Sam sentándose en el borde de la cama—. Ese hombre de allá afuera no es el hombre que conoces.

—Sus ojos, sus ojos, ¿por qué eran rojos? Jamás había visto ese color en él.

—Cuando Burak perdió a su madre el animal que está en su sangre hizo que se despojara de la parte humana. Ese mismo hombre que viste allí, es el mismo niño que se encargó de los que mataron a su madre de la forma más cruel posible.

—No entiendo.

—Tómalo como una coraza, no piensa con cordura y no tiene ni una pisca de empatía. Agregando a eso hay otra cosa más.

—¿Qué cosa?

—Astria fueron ocho horas dónde su cuerpo comenzó a entrar en estado de pudrición. Lo que has hecho no lo ha hecho nadie en toda la historia y aunque ahora él está vivo, él no tiene recuerdos de ti.

—Por eso me atacó —susurró tratando de entender todo.

—No eres más que una intrusa en el castillo, pero tiene recuerdos de que intentaste asesinarlo y hasta que no se calmara no podíamos decirle nada.

—Él... ¿No sabe quién soy? ¿Nuestra hija?

—No Astria. Quizás es momentáneo, quizás recuerde en unos días o no recuerde nunca.

—¿De qué color son sus ojos ahora? —dijo tratando de salir de la cama mientras se afirmaba su estómago.

—No Astria, quédate aquí.

—Tengo que intentar hacer algo.

—¡SUS OJOS NO HAN CAMBIADO! Si te vuelve a ver, así como estás, terminará lo que intentó hacer. —Sam estaba exhausto, pero, aun así, no podía dejar a Astria sola. No después de todo lo que habían hecho juntos—. Dale unos días.

—No puedo... No puedo perderlo. —Astria no pudo con tanta información que sus lágrimas pronto comenzaron a brotar.

—Lo siento.

Amy no tardó en llegar con la pequeña en brazos y se acercó lentamente hacia la cama.

—Dámela. —Lloriqueó ella.

—No ha comido así que sería bueno que intentaras eso.

—Bien, yo iré a descansar un poco —dijo Sam para no incomodarla con su presencia se fue yendo sin dudar—. En la tarde hay una reunión entre todos y tú Astria, tienes que estar.

—Está amaneciendo recién, así que tendrá tiempo para descansar.

—Amy, yo...

—No digas nada. Creo fielmente que hay una explicación para lo que hiciste. Ahora no pensemos en eso.

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—¿Cómo está? —preguntó Cerdina acercándose a Cedric que cuidaba la habitación donde estaba Burak.

—No se ha movido de allí. Creo que fue mucho todo los que le dijiste.

—Sabes que debía hacerlo. No supe que más decirle para calmarlo —dijo ella soltando un gran suspiro, luego volteo a ver a Cedric—. Amor ¿Por qué no vas y curas tu rostro?

—Da lo mismo mi rostro. No puedo creer que esa mujer lo trajo a la vida después de lo que hizo.

—Todo es extraño no sé realmente que pensar, pero ten claro una cosa Cedric. Tu hermano está vivo y eso es lo que importa ahora. Astria tiene mucho que decirnos.

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Bruno y Gina quedaron a cargo de custodiar al rey mientras la reunión se llevaba a cabo. Los consejeros del reino se juntaron, junto con la familia real en el gran salón

—Sam, tu nos debes explicaciones y espero que sean suficientes para que no llevemos acabo tu juicio —dijo Cedric—. Esto se nos fue de las manos. Todo el reino sabe que mi hermano a muerto y ahora, ¿como se explica que está vivo?

—Yo... Lo que pasó fue algo que no pude evitar y realmente merezco un castigo. No obstante, lo que hizo Astria fue algo que no estuvo dentro de mis manos y me parece impresionante que....

—¿Le estás echando la culpa de todo lo que ocurrió?

—No príncipe Cedric. Estoy asumiendo mi responsabilidad, pero no fue mi idea...

—Sam tiene razón —dijo Astria.

—¡TÚ ERES LA ÚLTIMA EN HABLAR!

—Cedric, cálmate. —Cerdina se levantó de su asiento y mirándolos a todos fijo sus ojos en Astria. El ambiente era bastante tenso como para que las bromas se asomarán y mucho menos formar alguna risa en los rostros.

—¿Tiene que ver con esto? —dijo Cedric tirando un collar a la mitad de la mesa. Tenía pequeñas partes de piedra azulada en el borde, pero en su interior ya roto se podía ver un leve brillo.

Sam viendo los ojos de Astria que se posaban en el objeto de forma asustada, decidió levantarse y contar lo ocurrido. Cada vez que Sam revisó a Astria el collar estuvo en el mueble, por lo tanto, la energía de algún hechizo que pudiera haber sobre ella nunca estuvo. Los recuerdos de aquel collar estaban cambiados, para Astria, el collar se lo había dado su madre Halen y nunca creyó que había sido Hans, mucho menos que su madre estaba muerta.

Sam también explico, por qué el hechizo del tatuaje de Burak no se había activado. Cada vez que Burak estaba en contacto con hechizos, venenos o heridas el hechizo de su tatuaje lo protegía y contrarrestaban cualquier mal que viniera del exterior. La única excepción para aquello era que si el mismo se dañaba. En esta ocasión el collar era de él ya que lo había cargado por más de siete meses.

—Tus hechizos siguen siendo ineficientes —susurró Cedric al mismo tiempo que apretaba los labios y se recostaba en la silla.

—¿Astria eso es verdad? —dijo Cerdina mirándola con atención.

—Mi reina, no recuerdo bien como recibí el collar, tengo escenas confusas en mi cabeza —dijo poniéndose de pie y yendo dónde Cedric.

—¿Qué? ¡ELLA MIENTE! Es fácil crear una historia con el fin de salir libre de esta.

—Yo logré esto —dijo Astria bajando su cabeza y mirando con seriedad a Cedric.

Astria desde atrás de la silla de Cedric, posó sus manos en sus mejillas y una luz amarilla salió de ella. La cara magullada y llena de heridas que había sido causada al traspasar la ventana se fueron cerrando sin siquiera dejando ver una costra.

—¿Eso...? —dijo Cedric incrédulo.

—¿Cómo? —preguntó Cerdina acercándose a su hijo y tocándole el rostro.

—No puedo explicarlo —dijo Astria mientras caminaba rodeando la mesa hacia su asiento—. Tampoco lo entiendo, pero eso mismo que acabo de hacer con Cedric, fue lo que ocurrió con el rey.

—Sam. —Cerdina necesitaba una explicación. No habían escritos, ni relatos, ni rumores. Absolutamente nada de existir una dama blanca con ese tipo de poder, al menos que recordaran.

—Astria heredó los poderes de La Dama Blanca Mirael —dijo Sam.

—Claro... —dijo Cerdina sentándose mientras pensaba en aquello—. Ella también tenía la curación, pero ella estuvo hace mucho tiempo en la tierra.

—Mi señora, sospecho que aquello brotó en cuanto ella dio a luz, no tengo más explicación que el conjunto de hormonas que se alteraron en ese suceso, dio paso para esto. Es sumamente extraño.

—Astria podía regenerar sus heridas gracias a Burak, ahora que eso se incrementó con el nacimiento de su hija, ahora puede ser como la dama Mirael.

—Dioses.

—Sam llévate esa mierda e investígala. Acabamos de perder a nuestro rey, a ¡MI HERMANO! —dijo alzando la voz e incorporándose como cual bestia mostrando el tamaño de su cuerpo—. Esto, no puede volver a ocurrir.

—Creo que hay más que un simple hechizo en aquella piedra, pero, pienso que mi hechizo no se activó solo porque Burak llevaba el collar por un cierto tiempo, debe haber algo más.

—Pues haz tu tarea —gruño Cedric.

—Has estado mucho tiempo sirviendo a los reyes de Átkozott —dijo un consejero—. Debe valer tu trabajo y tu vida aquí.

—Exacto —dijo otro—. Todo tu trabajo no puede tener algún problema tan grave como lo hemos vivido.

—¿Qué le diremos al reino? La gente está exaltada y enojada por lo que ha ocurrido.

—Yo hablaré puedo tratar de calmarlos —dijo Cerdina.

—No será tan fácil, la gente está furiosa con ella. —Los consejeros no podían ni mirarla, aún había mucho sentimiento encontrado con la mayoría de los que la conocían.

Aun así, sabiendo lo que realmente había ocurrido, sus naturalezas les decían una y otra vez que Astria no era una mujer confiable y ponía en riesgo todo el reino. De hecho, ni siquiera la consideraban ya su propia reina y la llamaban sin respeto.

Decepción, eso fue lo único que sintió ella al escuchar y al mirar sus caras, en especial de Cedric. Los hermosos lazos que había construido junto a su nueva familia se habían roto.



Próximo Capítulo 6.- Burak.

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