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41.-El Espejo

Astria mirando el gran espejo que estaba en aquella habitación no pudo evitar pensar en ese recuerdo que tenía sobre aquel objeto. Apretando los labios cerró los ojos recordándolo mientras sus mejillas se llenaban de calor.

Había sido unos días antes de la guerra, lo recordaba perfectamente y en detalle. El día en que se conoció a sí misma y aprendió otras cosas que su inocente cuerpo no conocía, todo gracias a Burak.

Hacía días y semanas que no había interacción entre ellos llevando una panza de casi 7 meses provocó que un día mientras Astria estaba esperando a sus damas de compañía para que le trajeran las toallas, surgió una curiosidad de sí misma.

Estando sola en su habitación llevó su mano lentamente a su pecho, y tocó de ella. Su propio tacto tocando su piel la hizo sentir incomoda, sus senos estaban sensibles y un poco más grandes como era de costumbre, aun así sintió un poco de rechazo a sí misma.

¿Cómo era que Burak la tocaba tan dulcemente?

Avergonzada de pensar en aquello sacó sus manos de su cuerpo y se cerró la túnica negando con la cabeza.

Se negó pero parte de ella quería saciar su curiosidad, sabía que Burak estaba evitando tener este tipo de contacto con ella por el bien de su propia hija y se preguntó si aquello que le hacía volar la cabeza con su esposo podía hacerlo ella misma.

Avergonzada de sus propias acciones y pensamientos, volteó a mirar hacia la puerta. Sus damas de compañía siempre anunciaban su entrada antes de pasar por lo tanto se miró una vez más aprovechando su soledad.

Su panza no le permitía ver los que tenía debajo de su cintura, por lo tanto solo llevó su mano allí con timidez, un escalofríos llegó a ella cuando tocó su carne húmeda, se sentía extraño y a la vez inquietante. Se acarició lentamente tratando de descifrar cómo era que su cuerpo podía reaccionar a sus propios estímulos e incluso se imaginó a su esposo mirándola con esos ojos brillantes que demostraban su deseo.

Poco a poco sintió como una parte de ella reaccionó haciendo lentamente agitar su respirar y fue justamente cuando Burak la interrumpió.

–¿Qué haces?– dijo desde la puerta mirándola con una sonrisa juguetona.

–¡Burak! Yo... solo estaba...– dijo poniéndose de pie rápidamente y apretó en su pecho la abertura de su túnica.

Burak traía en sus manos unas rosas, al verla solo bajó su mano y se refregó el cabello mientras caminó a ella.

–Te había traído esto– dijo llegando a su lado fijando su mirada tranquila en sus ojos– pero creo que no es lo que quieres. Soy mejor que unas rosas ¿cierto?

–Burak...–Agregó ella tomándolas en sus manos y Burak rápidamente la abrazo estrechándole un beso.

Su lengua entró en ella mientras que tomó su nuca para que no se le escapara. Después de darle un beso apasionado y fugaz se retiró mientras le sonreía. Astria trató de explicarle pero de su boca no salió ni una sola palabra, contrario a eso su corazón corrió fuertemente mientras su rostro se teñía colorado.

–Dime que estás deseosa porque tú amado esposo se niega a hacerlo– soltó con una leve risita mientras la miraba.

–Yo...yo no lo hice, de verdad no lo hice– trató de excusarse creyendo que aquello era indebido para alguien que tenía a su pareja a su lado– Yo... Solo me estaba preguntando cómo se sentía...

–Mi hermosa e inocente esposa– dijo abrazándola nuevamente y besándole la frente– Masturbarse no está mal– agregó subiéndole el rostro para que ella le mirara a los ojos– te enseñaré.

–¿Qué? No, no es necesario.

–Claro que sí– Burak ignorando las palabras de Astria bajó su rostro y le besó el cuello lentamente.

Un suspiro ahogado se le salió por su boca al sentir sus labios en su piel, su cuerpo deseoso inconscientemente se estaba preparando para lo que venía. Sabía que no debían pero si Burak continuaba ella no podría oposición.

–¿Quién sabe mejor como tocarte más que yo?

–Ya sabes lo que nos dijeron– dijo tratando de apartarlo y empujarlo de sus hombros– no podemos.

–Solo ocuparé mis manos– dijo quitándole las rosas y las dejó en la cama. Mientras no dejaba de mirarla estiró sus brazos y se sacó la camisa por encima de su cabeza– no siempre estaré contigo mi hermosa dama– Burak siguió besándola y llevó lentamente sus manos por la abertura de la túnica tocándole la piel mientras se ubicaba detrás de ella.

–No te entiendo.

–No siempre podré llevarte conmigo y tendrás que pensar en mí de esta forma.

La encaminó lentamente a los pies de la cama y abrazándola la hizo sentarse en el suelo, Astria quedó entre sus piernas abiertas. No entendía que era lo que iba a hacer pero confiaba en él, la vergüenza por las cosas que quería descubrir aún estaban plasmadas en su rostro pero Burak solo le cerró un ojo cuando ella volteó a mirarle para tranquilizarla.

–Abre las piernas y apóyate en mi– le dijo lentamente mientras le acariciaba los muslos por debajo de la túnica.

Ella lentamente echó su espalda atrás pero seguía sin entender. Todo fue más claro cuando Burak estiró su mano al frente y el espejo que estaba hacia la tina se movió redirigiéndose hacia ellos.

–Burak...– verse casi desnuda le causó incomodidad.

–Mírate– le dijo el ignorándola.

Frente a ella el reflejo de ambos se hizo visible. Burak tenía aquellos ojos que tanto amaba y la observó mientras permanecía en su espalda.

–Quiero que te mires y que no saques tu mirada de allí– dijo mientras la observaba por el espejo, sus manos lentamente le subieron la bata hasta sus muslos.

Posando sus pies por dentro de las piernas de ella, el rápidamente levantó sus piernas y ella soltó un pequeño chillido al quedar con sus piernas sobre él.

–Burak.

–Eres hermosa, mírate– agregó agarrando una de sus manos y la llevó a su sexo.

Astria se observó, abierta a la par, su flor estaba expuesta a su mirada, su carne rosada se abrió esperando cualquier tipo de estímulo. Con su mano derecha agarrada por su esposo sus dedos llegaron a su botón palpitante y ella se estremeció con solo tocarlo.

Se preguntó ¿Qué había sido lo distinto a lo que ella hizo? ¿La presencia y el tacto de Burak hicieron la diferencia?

Astria vio y sintió como su carne era frotada lentamente de manera circular. Burak se mantuvo allí mientras su respirar poco a poco se iba acelerando, él también se excitaba verla pero sus ojos no se apartaron de su reflejo.

Los hombros de Astria no tardaron en subir y bajar con rapidez, guiándose por los movimientos que hacía Burak el lentamente retiró sus dedos de ella dejando que ella misma continuará y le besó el cuello con lentitud mientras su mano acaricio su muslo derecho.

–Continua– le susurró.

–Pero...

–Hazlo Astria– le dijo con un tono suave y seductor.

Astria sintió como su cuerpo poco a poco comenzó a calentarse, era un toque simple lleno de emociones que habían despertado con solo mirarse y escuchar las palabras de Burak. La mirada de aquel hombre más la excito, podía ver sus ojos recorriéndola y terminar por fijar sus ojos en su entrepierna. La imagen de allí era extremadamente lasciva.

Lentamente ella continuo y él llevó su mano bajando desde su muslo hasta su entrada. Astria se sorprendió por los que hizo. Todos los placeres que él hacía con ella al inicio lo está viendo con sus ojos cuando Burak bajó aún más la mano y dos dedos se hicieron paso dentro de ella. Inconscientemente ella llevó su cabeza a apoyarla en el hombro de él.

–No Astria, no apartes tu mirada– dijo tomándole de la mandíbula con su otra mano izquierda.

Viéndose como el contraste del color de su piel una vez más eran distintas, la mano de Burak era grande mientras tocaba de ella. Astria rápidamente comenzó a jadear, extrañamente verse fue una mezcla de vergüenza, incomodidad y a la vez lujuria.

Poco a poco su espalda se fue acostando completamente en el pecho de Burak, él lentamente le mostró como la tocaba y como su cuerpo reaccionaba a él. Avergonzada no pudo evitar soltar un leve gemido cuando él  enroscó sus dedos dentro de ella.

Observó la cara del hombre que tenía detrás, los ojos de Burak brillaban deseándola con fuerza, parecía un animal paciente con una mirada lujuriosa y caliente. Cuando sus miradas se encontraron, él le sonrió y volvió a mover más sus dedos. Astria abrió la boca sin emitir sonido más que una respiración fuerte. Podía sentir como se había humedecido y el cosquilleo en su vientre bajo pronto comenzó a acentuarse.

–Hermosa ¿Verdad?– dijo Burak mientras delicadamente le mordió la oreja.

Sacó sus dedos de ella solo para remojar su carne que estaban atrapadas bajo los dedos de ella. Dejando la zona resbaladiza volvió a tomar su mano y volvió a hacer que ella misma se acariciara.

–No dejes de mover tus dedos. Quiero que veas cómo te rebalsas con lo que hacemos.

–Burak... Detente... Ahh...– Burak no le hizo caso y volvió a introducir sus dedos en su canal.

Los enormes hombros del hombre se mantuvieron tensos y flexionados junto con su brazo derecho. Pronto comenzó a atacarla de forma constante y rápida, Astria gimió cada vez más y cuando sus dedos de olvidaban de moverse el llevaba su otra mano para guiarla.

El placer pronto cubrió el cuerpo de Astria estremeciéndose contantemente. Burak con su mano libre le abrió la túnica a la par y le agarró un seno apretando su pezón con su dedo índice y pulgar.

Astria no dudo en apretar el muslo de él cuándo el clímax llegó fuerte a ella, el sonido del chapoteo cubrió sus oídos gradualmente. No había tenido ganas de orinar pero aun así líquido fluyó entre la mano de su hombre hacia el suelo. Su clímax fue tan intenso que su visión se nublo por segundos y perdió la conciencia de estar apoyada sobre Burak.

–Nuestro bebé tiene que apurarse, no sabes cómo estoy sufriendo por ti– dijo el abrazándola y acariciando su barriga redonda.

Astria al tomar conciencia se tapó el rostro incapaz de procesar lo que acababa de experimentar, suspiró agitada mientras entre sus dedos se miraba una vez más por el espejo.

–Eres exquisita– susurró el al verla avergonzada– ¿O querías que te llenará completa?

–Burak.

–¿Qué? ¿Te avergüenza que hable groseramente?– ella asintió con su cabeza sentándose derecha.

–Me haces sentir sucia.

–¿Sucia? Mi inocente esposa, que lamentable es para ti el esposo con el que te has casado– dijo tomando su rostro y besándola– hemos hecho cosas peores. Vamos te ayudaré a lavarte.

Burak se puso de pie lentamente y luego la levantó con delicadeza. Astria se dio cuenta del bulto entre sus pantalones y disimuladamente lo observó mientras él se terminó de desvestir.

–¿Qué?– dijo el al ver sus traviesos ojos– te dije que me estoy conteniendo. Se buena y no me provoques.

–¿Mi Reina?– preguntó Amy por la puerta.

–Entra en un momento ahora No– le contestó Burak mientras le tomaba la mano a Astria y la llevaba al agua.

Sacándole la bata la tomó en sus brazos y entraron lentamente. Burak mientras le lavaba le explicó porque había dicho que no siempre estaría con ella y que era bueno que conociera como reaccionaba su cuerpo a diferentes estímulos. Muchas veces tendría que salir de viaje a sus territorios dónde no podría llevarla y la guerra también era un motivo donde el no estaría junto a ella.

–Pensé que estaría mal.

–No mi hermosa Reina, puedes hacerlo cuando quieras– dijo sentándola en el borde de la tina y la miró con una leve sonrisa– claro que yo lo hago mejor.

Astria volvió a avergonzarse pero mirando a su hombre de pie frente a ella no pudo evitar tomarle el rostro con ambas manos y acercar sus labios a los suyos.

Burak jamás se negaba a besarla, contestándole abrió sus labios para seguir correspondiéndole y luego de algunos besos tranquilos Astria introdujo su lengua, con eso, el calor en sus cuerpos volvió a aumentar.

Besándose de forma apasionada Astria bajó su mano tocando sus pectorales, luego su abdomen y continuo su camino hasta tocarle el miembro. Burak rápidamente la apartó.

–No.

–Yo también quiero hacerte sentir bien.

–Comprendo pero yo no me sació con facilidad.

–Quiero verte, así como tú lo hiciste conmigo.

Astria arqueo un poco las cejas con una expresión de cachorro, mientras ambos se miraron a los ojos, estiró su mano que él aún la tenía agarrada y lentamente ella volvió a tomar su extensión.

–Eres cruel– dijo Burak con un leve gemido en su oído.

Astria plantó toda la palma de su mano en la masculinidad de su hombre y Burak posó también su mano derecha sobre la de ella volviendo a guiar sus movimientos. Astria entonces le observó el rostro al mismo tiempo que su mano subía y bajaba entre su eje. Podía sentir sus venas sobresalidas, su glande que se mantenía brillante y la tensión que se producían cada vez que llegaba a su base. Burak entonces retiró su mano y puso ambos brazos a los lados de sus muslos apoyados en la cerámica.

Contrario a Astria, Burak no mostró ninguna expresión de vergüenza o incomodidad en su rostro, mientras dejó que Astria le tocará solo la observó mientras su respirar se hacía más agitado inhalando y exhalando por su boca.

Su cabello aún goteaba sobre los muslos de ella, cómo finos hilos negro carbón colgaban sobre su frente, sus ojos brillantes y seductores observaron cada intento que hacia su mujer.

–¿Estoy haciendo algo mal?– preguntó Astria volviendo a subir su mirada, no veía cambio en su expresión ni en su cuerpo. Burak sonrió al verla.

–Debes agitarlo más rápido– dijo, luego tomó su miembro junto con la mano de Astria y comenzó a moverla con mayor intensidad.

Solo así recién pudo ver cómo los músculos de su abdomen se endurecieron y gimió lentamente acercando su boca al oído de ella.

–Oh...–soltó y Astria se estremeció al escucharlo.

El sonido fue parecido a cuando uno refregaba la ropa al lavar. Era extraño porque ella no recibía estímulos pero aquello le provocó lo mismo como si él la hubiera estado tocando. Su calor nuevamente se centró entre sus piernas palpitando una y otra vez.

Alzó la mirada y vio a Burak apretar los dientes, su mano izquierda de forma rápida se apoyó en el muslo de ella y la apretó. En ese momento bajó la mirada solo para ver cómo su semilla salía a chorros hacia su abdomen. Sus movimientos fueron más lentos cuando parte del semen cayó escurriendo por su miembro hasta su mano, entonces Burak la besó agarrándola y la volvió a hundir en el agua.



Próximo Capitulo 42.- Una pequeña Prueba





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¿Sabes cual es la diferencia entre una toalla de baño y tú? ¡Que la toalla me seca, pero tu me mojas!

Lo siento, lo siento no pude aguantarme jajajajja

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