Capítulo 69.- Burak, el rey de Átkozott
Astria hundiéndose en su conciencia perdió el control de su propio cuerpo. Mientras aún abrazaba al hombre que amaba, sus ojos perdieron el brillo, volviéndose opacos y moviéndose por sí solo embrujada por un hechizo. Llevó su mano al collar que colgaba del cuello de él, como regalo de bodas. Tomó la piedra azul sin que Burak lo notará y lo mordió entre sus dientes crujiendo mientras la piedra se rompía en pedazos.
—Hey —dijo Burak separándose de ella al escuchar aquel ruido. Ella, con una mirada vacía, agarró su rostro y lo besó.
Hans no sabía del patrón de tatuaje que tenía Burak en su hombro, si hubiera sido distinto, el patrón se hubiera activado, pero Astria sin haber recordado nada, le había dado el collar al rey como algo preciado que ella tenía de su madre. Con los recuerdos completamente distorsionados, ella siempre creyó que Hallen le había obsequiado el collar antes de partir, ella no sabía que su "madre" ya estaba muerta. El collar estuvo colgando en el cuello de Burak por casi siete meses, tenía ya su esencia, era del propio rey, por lo tanto, el patrón dibujado en su hombro no se activaría.
—¿Mi... señora? —Amy vio como Astria beso al rey, pero algo no estaba bien. Cleo no tardó en asomarse y la sonrisa que traía se fue esfumando.
Burak abrió los ojos enormes mientras observaba la mirada inexpresiva de Astria. El veneno entró fuerte en él, un calor corrió por su garganta, carcomiendo cada parte de su interior. Las venas de su cuello comenzaron a sobresalir de color negro y cayó de rodillas frente a su mujer, aferrándose lentamente a su ropa. Astria se separó de él y lo miró desde lo alto, aun con ojos apagados.
—Mi... rey... —volvió a decir Amy asustada. La expresión de Burak cambio rápidamente y ellas supieron que algo iba mal, muy mal. Su rostro reflejaba algo peligro.
Burak gruño fuerte mientras llegó al suelo apoyando su frente en la fría cerámica y luego, gritó del dolor rasguñándose la dura piel del pecho. Astria hasta el momento siguió bajo el control del hechizo. La saliva cayó a su mentón de color celeste, pero el veneno a ella no le hizo nada.
—Burak, ¡Mi rey, no mi rey! —Amy corrió hacia él—¡BUSCA A SAM, BUSCA A SAM!
Amy empujó un poco a Astria y arrodillándose al lado del rey lo volteó. Sus manos temblaban, no sabía qué hacer o como ayudarlo.
—¡ASTRIA!, ¡¿qué has hecho?!, ¡¿qué has hecho?!
Burak pronto se comenzó a ahogar, Amy jamás había visto el miedo en sus ojos, pero lo vio allí, tal vez no era a la muerte sino a todo el dolor que estaba sintiendo.
—Mi rey. —Lloró ella mientras le trataba de agarrar la cara.
Astria despertó, tomando una gran bocanada de aire, como si hubiera aguantado la respiración.
—Ay...no —susurró al darse cuenta de lo que había hecho, los recuerdos que habían sido modificados y olvidados llegaron a su mente dejándola atónita. Hallen siendo degollada, la sangre manchando todo el suelo, la mirada y las palabras de Hans junto con el Hechicero.
Burak levantó la mano y por las últimas fuerzas con su poder tomó a Astria de la garganta asfixiándola y la tiró lejos. Ella, empujada con fuerza salió por los aires hasta que su espalda llegó a chocar fuertemente con la pared. Los ojos del rey se habían tornado rojo sangre, el animal oculto que todos temían había salido, mirándola con una ira contenida, le apretó el cuello, pero solo fue unos momentos.
—¡No, mi rey¡ —gritó Amy.
La mano de Burak pronto cayó al suelo y Astria fue liberada resbalando por la muralla hasta caer sentada en el piso. El cuerpo de Burak soltó el aire en sus pulmones haciendo un sonido fuerte y la luz de sus ojos se apagó.
Amy lloraba con todas sus fuerzas, no podía creer que había ocurrido. No era posible, no era real, era un sueño, sí, un sueño. "Los soldados aún no habían vuelto"
El sonido volvió a entrar por el castillo, los soldados habían llegado y no tardó en que la puerta donde había entrado Astria se abriera y de ella, Sam y Cedric que habían escuchado el alboroto llegaron agitados.
Lo que vieron los dejó sin palabras.
—¿Burak?, ¿que... qué pasó? —dijo Cedric. Viendo cómo Amy miraba a Astria, sacó rápidamente suposiciones— ¿Bu... Burak? —Cedric se acercó lentamente. Mientras la dama de compañía gritaba y lloraba apretándose el pecho.
—Dios mío. —Sam no movió ni un solo músculo. Tardó unos segundos en dar un paso al cuerpo que yacía en el medio del salón. Volteo a ver a Astria, pero ella estaba en shock, con los ojos fijos en un punto no se movió.
—No... —Cedric se quebró cayendo de rodillas al mismo tiempo que tomó la mano de su hermano.
Sam llegó a su lado y no sintió ninguna energía. Con cuidado toco su pulso, pero al no tener respuestas solo cerró los ojos de aquel hombre y suspiró fuertemente mientras lo observaba.
—Di que está dormido.
—Cedric —susurró Sam negando con la cabeza.
Las venas de su cuello aún se extendían hacia su mandíbula. En el borde de su boca había un poco de sangre y de sus oídos también broto líquido espeso y rojo.
Átkozott había perdido a su rey. Burak, el rey de los Átkozott estaba muerto.
Amy lloraba como lo hacía un niño pequeño, tapó su boca y miró a Astria negando con la cabeza. Cedric rápidamente dio una orden mientras uno que otro soldado iba entrando al salón descubriendo la escena.
—Saquen-Sáquenla de aquí —susurró lentamente Cedric mientras trataba de controlar su emoción. Lloró mientras la flama de sus ojos comenzó a salir— ¡SÁQUENLA DE AQUÍ! ¡Enciérrela bajo prisión a la reina de Átkozott! —dijo estirando su mano y las luces rojas salieron de él.
—Cedric espera, ella está... —dijo Sam tratando de calmarlo y agarrando su mano, pero Cedric volteó enfadado.
—Lleven al hechicero, al calabozo también. La responsabilidad de este acto recae también sobre sus hombros, ¡Tú eras el responsable!, ¡tú tenías que proteger al rey con tus malditos hechizos! —dijo tomándolo sin tocarlo y lo lanzó a los pies de los soldados.
Los soldados obedecieron rápidamente, tomaron a Astria de los brazos y rápidamente ella comenzó a despertar.
—No... ¡NO!, ¡SUELTENME!
— ¡NO DEJEN QUE TOQUE LA LUZ DE LUNA ESTA NOCHE! —grito Cedric, mientras se llevaron a Astria. Sam también fue tomado de los brazos. Miró firmemente a Cedric antes de que los soldados lo sacaran de allí.
Cerdina llegó y el grito que soltó la reina madre al ver a su hijo, se escuchó por todo el pasillo. Cayó de rodillas sin acercarse aun a Burak. Gina y Bruno fueron los últimos en entrar.
La noticia fue cruel, se esparció por la ciudad tan rápidamente que los soldados tuvieron que custodiar las rejas del castillo. La bandera negra fue levantada y así con ella, la irá y el enojo de todo el pueblo.
¿Cómo era posible que una dama blanca asesinaras al rey?
No entraba dentro del raciocinio de cada Átkozott, una mujer amada y venerada por todos, que acabara con la vida de la persona más importante para ellos los hizo entrar en conflicto consigo mismos.
Astria, los sonidos de los barrotes hicieron eco en sus oídos, el llanto y gritos de Amy resonaron una y otra vez en su cabeza como si se repitiera "Esto no está pasando" pensó mientras que las imágenes rondaron constantemente ¿Burak... yo lo asesiné?
"El lomo de la bestia será rasurado, tierra seca llorara al rey, un niño tomará la corona, pero en tierra fértil el mar cubrirá los ojos de los animales en rojo y los lobos aullaran porque la gran santa matará al cachorro más preciado"
Continuará....
Karen Hinojosa Marín.
(Segundo libro disponible en mi perfil)
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