Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45.- Princesa lujuriosa

Ella olvidó lo peligroso que todo podía resultar y sin medirse se volteó a mirarle. Burak la miraba con total afecto y ella notó que su mirada no era la misma, desde los primeros días que lo había conocido. Mientras lo hacía, agarró con sus dos manos el rostro de él hasta juntarlos con sus labios. Sus labios se tocaron, se rozaron cálidamente, él metió suavemente su lengua al mismo tiempo que con sus brazos rodeaba su cintura. Después de deslizarse por el interior de su boca, la retiro despacio terminando de chuparle el labio inferior de ella.

Burak dejó de besarla, pero Astria lo volvió a buscar, un deseo ardiente la había gobernado y sin medir consecuencias comenzó a despertar a la bestia.

Burak no dudó en responderle, besándola apasionadamente. Astria abrazó su cuerpo sin separarse de él, el fuego en su estómago se avivó y deseo más, entonces Burak soltó palabras que la hicieron estremecerse.

—Mejorarás más rápido si lo hacemos —dijo mientras le manosea la espalda y los glúteos.

—Mi cuerpo...

—Lo sé perfectamente.

—Quiero hacerlo —dijo firmemente mientras intentó empujar a Burak hacia la cama, pero el hombre no dio ni un paso atrás, aunque ella empujara con todas sus fuerzas, no lo haría moverse.

Burak había recordado las palabras de Sam, podía hacerlo con ella, pero debía ser muy cuidadoso.

—Si hubiera heredado más sangre animal de mi padre, estarías en problemas —dijo mientras le levantaba el vestido y se lo iba sacando sobre su cabeza.

Astria no se sentía bien con su cuerpo, así que en cuanto vio que los ojos de Burak se posaban en ella, trató de cubrirse.

—Ya te lo he dicho, eres hermosa —dijo volviendo a besarla.

Burak la dejó en la cama mientras se sacó las prendas superiores sin sacarle los ojos de encima.

En cuanto Astria le vio la cicatriz del cuerpo, un fuerte dolor de cabeza clavo su cien. Una imagen se plasmó en su mirada, la muerte del rey, rebanándolo con una espada y su llanto desgarradores, cubrió sus oídos.

—Espera —dijo tapándose los oídos—. Hay algo que no te he dicho.

—Soy todo oídos —dijo él subiéndose en la cama y besándole el rostro la empujó hasta que ella quedó acostada.

—Hay algo malo Burak, yo no recuerdo bien, pero sé que algo pasará si te quedas conmigo.

—¿Eres una vidente? Estoy seguro de que no —dijo mirándola desde arriba mientras tomaba las manos de ella y las dejaba a su costado.

—Morirás yo... yo te haré daño.

—Astria, ¿de verdad te preocupa que puedas dañarme por estar contigo?, ¿con qué lo harías, con tus manos?

¿Por qué las palabras de Burak se escuchaban como si fuera real? Cuando ella lo pensó lo creyó cierto, era capaz, pero ahora que él lo decía parecía que realmente era imposible que él muriera por sus propias manos y su cuerpo débil.

—Algo pasa conmigo Burak —dijo sintiendo como aquel sentimiento cambiaba a uno negativo y un nudo en su garganta comenzó a aprisionarla.

—Tranquila, mírame —dijo haciéndole cariño en su mejilla—. No puedes hacerme nada, pero si estás preocupada hablaré con Sam y veremos si realmente hay algo malo en ti. Ahora, ayudemos a qué tu nuevo poder salga a la luz.

—¿Qué? —preguntó ella sin entender, pero Burak se acercó más a ella y comenzó a besarle el cuello y tocarle los senos.

—¿No querías esto en un principio?

—Espe-espera. —Burak no le hizo caso y bajo besándole el cuerpo hasta llegar a sus muslos. Él la besó, le chupo y mordisqueo mientras la miraba desde abajo como ella reaccionó a él a pesar de su negativa.

Burak se tomó en serio las palabras de Sam y no iba a dejar que se fuera sin una parte del mismo.

Astria miró a Burak como iba devorando su piel. El contorno de sus pieles y de sus contexturas eran muy diferentes, Burak podía literalmente quebrarla sin problemas.

Burak subió hacia su boca y tomó firmemente sus labios, introduciendo con fuerza su dura lengua. El calor que había desaparecido hace unos minutos volvió con firmeza, Astria sentía como cada poro de su cuerpo comenzaba a estar más sensible. Las manos de Burak eran grandes y cada vez que él la tocaba ella sentía más placer. Astria logró separa sus labios de él que la tenía atrapada, soltó un leve gemido al respirar. Burak poco a poco dejo caer su cuerpo en el de ella. Lo suficiente para sentirla, pero no para dañarla.

El calor corporal de él, abrigó su fría piel provocando un estallido de emociones, que la hicieron despertar los pensamientos lujuriosos que antes él se había burlado. Astria lo abrazó ya con el calor en todo su cuerpo y le tocó la piel mientras mordía levemente su cuello. Burak suspiró fuerte al sentirla y sus manos comenzaron a moverse con más rapidez sobre ella.

Burak sabía que no podía ser agresivo con ella. Al tocar su cuerpo, podía sentir claramente cada costilla, incluso los huesos de su cadera que se habían comenzado a marcar.

Astria se sorprendió cuando Burak se despojó de la ropa inferior, su miembro ya duro y brillante no había tardado en tener ese aspecto.

—Tócame— las palabras que salieron de su boca la hicieron avergonzarse un poco más, pero él se detuvo y la miró con seriedad. Sus ojos ya demostraban sus intenciones.

—Te dije que eras lujuriosa, ¿no? Oh, princesa de Lomas, ¿cómo puedes ser así?

—Hazlo por favor. —Astria no podía hablar bien con su respiración agitada y en cuando Burak le obedeció ella soltó un leve gemido arqueando su espalda.

—¿Así ama? —Burak jugueteo con su clítoris mientras veía como ella se iba mojando allí abajo. Frotó con delicadeza y no tardó en bajar su cabeza posando su lengua en sus labios inferiores. Astria tomó su cabello en respuesta.

Burak succionando su botón palpitante y jugando con su lengua notó como ella comenzó a arquear la espalda. Estiró su mano para agarrar uno de sus senos observándolo desde abajo. Su pezón duro sobresalía entre los dedos de él, como un hermoso botón rozado.

—Ah...— ella estuvo casi por llegar al clímax, pero Burak se detuvo.

—Oh, vamos no te emociones tan rápido —se burló de ella sabiendo que el mismo había provocado aquello. Astria no pudo con sus palabras y se tapó el rostro mientras el color de sus mejillas volvía a tornarse rojo tomate.

Burak tomó de sus pantorrillas y la arrastró al borde de la cama. Él quedó de pie mientras la miraba, abrió sus piernas y posó su dureza por encima de su sexo y se empujó entre sus muslos firmemente sujetados por él.

—Ah. —La punta de su glande se escondía entre sus muslos y se deslizaba entre ellos frotándose con ella.

Su saliva y su líquido pre seminal hicieron todo el lugar resbaladizo. El fuerte roce comenzó a volver a formar ese calor en su vientre bajo, podía sentir cada parte de su miembro en ella, sus venas que sobresalían y dónde comenzaba su cabeza.

La mirada de Burak no se apartó de ella. Mirándola lascivamente la fue recorriendo por completo. Astria se había desnudado innumerables veces delante de él, pero, aun así, su mirada la hacía sentirse sucia y a la vez sensual a pesar de su condición. Ella era la responsable de tener a semejante bestia en todo su potencial.

Burak aumentó su ritmo, el cuerpo de ella comenzó a golpearse una y otra vez con el cuerpo de él. Sus senos rebotaban de arriba y abajo, mientras que su clítoris era frotado una y otra vez hinchando en forma excitada. Astria se llenó de placer con cada embestida, pero cada vez que estaba por llegar al orgasmo, él se detenía, hundido e intrigado en las reacciones de ella.

—Me-mételo —le rogó ella mientras tomó una almohada y se tapó el rostro apretando con fuerza el objeto. Su cuerpo estaba ya volviéndose loco, quería liberarse, pero Burak la dejaba con más ganas.

—Hey —dijo él quitándole la almohada—. Tienes que hacerme venir rápido Astria— dijo volviendo a moverse.

—Ah... ¿por qué?

—¿Quieres que te tome como siempre o como un lindo gatito para no dañarte?

—Como siempre... quiero...

—Oh Astria, la próxima vez te taparé la boca, si no...— Burak soltó un gemido bajo y sus ojos pegaron un solo brillo.

— Ah... ah —Astria fue la primera en llegar al clímax mientras Burak la observaba atento a sus cambios.

—Estás más caliente que yo. —Burak no dejaba de avergonzarla mientras recobraba el aliento por su liberación. Los pectorales de él se veían espléndidamente apretados cuando él mantenía los muslos de ella juntos y eso, Astria se dio cuenta admirando el cuerpo de su compañero.

El intenso frotamiento continuó unos segundos hasta que Burak sacó su virilidad de forma brusca y se echó atrás. Astria se apoyó en sus brazos y vio como Burak tenía su miembro en sus manos, estaba a punto de explotar.

—Abre... —dijo posándolo en sus labios mientras aún él lo agitaba. En cuanto ella le obedeció el líquido caliente salió llenando su boca. Burak soltó un gemido ronco mientras miraba como ella se había llenado la boca con su miembro.

Astria, como un conejo indefenso con ojos sobresaltados, lo miró desde abajo y soltó un leve suspiro sin quitarle los ojos encima.

—Bien hecho. —Astria se tragó todo y quedó atónita. Incapaz de procesar lo que había pasado, Burak le agarró la barbilla y la miró de cerca con sus ojos aún brillantes—. Creo que haremos esto más seguido, ¿de quién crees que es la sangre que bebes al despertar? —Él no dejó que ella hablara, le lamió los labios y volvió a besarla.

Ella aún no entendía nada, porque tuvo que tragarse aquello, pudo haberlo escupido, pero estúpidamente su primera reacción antes de usar su razón fue tragar.

—¿Por-por qué, por qué tengo que hacer eso?

Burak sin decirle nada, la volvió a acostar y la volteó lentamente, dejando su espalda a su merced y sus glúteos blanquecinos.

—Ya te dije, tu poder despertará conmigo —dijo besándole el cuello y siguiendo su columna hasta abajo.

Astria, enterró su rostro entre sus brazos soltando un leve gemido, al sentir el calor de los labios del bajándole por su espina. La sensación en su boca aún estaba presente como si hubiera tomado un té caliente y un poco espeso.

—Arriba —dijo él subiéndole un poco las caderas sin separar sus labios de su piel. Astria quedó arrodillada mientras se aferraba a las sábanas, los besos de él causaban escalofríos que recorrían toda su espalda.

Burak no pretendía morderla, pero si la besó y la chupó hasta dejar marcas rojas por todos lados. Le lamió los glúteos, los separó, los masajeó mientras su miembro nuevamente duro se frotó por toda su flor.

Sin dejar de frotarse con ella, su mano recorrió su cadera, bajó hasta su botón palpitante hasta agarrarlo y aprisionarlo. Astria pronto soltó un gemido, y él amaba cada sonido que salía de ella, era una melodía placentera.

Volvió a lamerle la espalda y Astria la arqueó más levantando aún más la cola. Para un depredador como él, verla en esa posición era una llamada increíblemente tentadora de apareamiento.

—Ah —soltó un gemido grave, enterrando su cara en sus glúteos mientras le lamía toda su entrada. El sonido de su lengua recubrió los oídos de ella, Burak se dio un manjar con sus líquidos y no la dejo fácilmente.

Astria se estremeció tanto que ni siquiera soltó un sonido, apretó fuertemente la almohada entre sus manos mientras se hundía en un mar que la enloquecía, sus paredes internas se contraían sumidas en una serie de clímax que no tenían fin.

Ella pensó que quizás su cuerpo reaccionaba así solo por el hecho de haber pasado mucho tiempo sin hacerlo y se preguntó si Burak estaba tan impaciente como ella lo estaba.

El hombre, mientras la lamía, introdujo uno de sus dedos dentro de ella, lo que hizo que levantará sorpresivamente su rostro mirando al frente. Sus dedos firmes comenzaron a hacerle cosquillas dentro, retrayendo una y otra vez la fue llevando a la locura. Gimiendo continuamente sintió que estaba a punto de venirse y cerrando sus ojos esperó su liberación, pero una vez más Burak se detuvo y sacó los dedos de ella.

—Ah, no. —Un gemido se le escapó lamentando el hecho.

—Tienes un riachuelo allí abajo. —Burak volvió a tocarla, está vez en su clítoris, pero la froto lenta y suavemente. Astria quería que fuera más fuerte y rápido, pero él no lo hizo. Ella sentía su miembro duro apoyado en sus glúteos, pero Burak no lo movió de allí.

Cuando volvió a sentir como esas cosquillas se centraba en su vientre bajo la piel se le erizó, el clímax una vez más volvió a encaminarse y Burak volvió a detenerse.

—Ah... Burak. —No podía soportar el cosquilleo en su vientre, se mantenía constantemente, era como si un pequeño fuego se prendía y quería ser una llama más grande.

Su mente se llenó de deseos, quería que su cosa gruesa y grande la penetrara de forma brusca. Burak solo estaba jugando con ella.

—Dime que quieres —dijo satisfecho por lo que había hecho. La había llevado al límite y estaba seguro lo que ella deseaba.

— Mételo... Ah, solo-solo hazlo —dijo entre gemidos agitando sus caderas.

Ya no le importaba lo lasciva que podía sonar, Burak siempre la llevaba a comportarse de esa forma poco correcta para una princesa, pero allí, junto con él, ya no importaba nada.

Burak satisfecho y excitado por sus palabras, agarró sus caderas y puso su miembro en su entrada empujándose fuertemente.

—Ah... oh...—Astria soltó un grito, hasta quedar con su boca abierta sin decir nada, apretó las sábanas y junto fuertemente sus ojos.

Burak, como ella quería, la penetró con fuerza y no empezó con movimientos lentos, no, todo lo contrario. Él, empujó una y otra vez saliendo y entrando de forma rápida. Su ansiado clímax llegó fuerte mientras sus piernas temblaron y un líquido salió mojando sus piernas y parte de la cadera de Burak.

—Oh... No te pongas tan sensual —dijo soltando un gruñido.

Estaba tan deseosa que se concentró completamente en sentir como sus paredes se abrían y se cerraban en torno al miembro duro de Burak. Soltó otro gemido lleno de placer, no se contuvo y tampoco le importó que alguien los escuchara.

Increíblemente, su cuerpo no se sentía débil como lo había sido cuando despertó, había necesitado incluso la ayuda de sus damas de compañía para vestirse e incluso para caminar. Pero allí, junto a Burak que una vez más la estaba devorando, se sentía viva, más viva que nunca.

Burak no tardó en voltearla. Su miembro estaba aún besándole el ombligo completamente mojado. Los ojos del hombre tenían un brillo inquietante y salvaje. Agarró sus caderas y la acercó más a él.

—Ahora, te cogeré como se debe.

Sus palabras la asustaron, ¿Qué significaba eso? ¿Acaso no lo estaban haciendo bien? Astria se dio cuenta de que quizás algo faltaba y comprendió que ella se había venido varias veces, pero Burak no.

Ella aguantó la respiración al sentir como el miembro de él era sujetado por su mano y acercándolo a ella volvió a penetrarla, no había cambio en su estructura.

Abriendo sus piernas a la par, Burak la sujetó de su cadera mientras que se arrodillaba en la cama. La espalda de ella quedó un tanto arqueada y sus montículos rosados sobresalieron de mejor manera.

Mirándose mutuamente a los ojos, él la penetró con fuerza y con mucha más rapidez de la que había mostrado antes. Frenéticamente, su miembro entró y salió de ella causándole un sin fin de clímax repetitivo, era atemorizante, pero su cuerpo estaba completamente a merced de él.

No era subestimarlos cuando lo llamaban Bestias, Burak no podía decir nada para contrariar aquello.

Astria miró su abdomen y vio cómo se hinchaba cada vez que entraba su miembro. Su cuerpo estaba tan delgado que podía verse abultado. Iba a contarle a Burak, pero no pudo formar palabras, solo gemidos y más gemidos salían de su boca.

Los sonidos de palmadas ya se escuchan, el calor que emanaba sus cuerpos era fuerte e incluso el olor de ambos impregnado dulcemente en sus narices, los ojos de Burak no se apartaron en ningún segundo. La observó fijamente mientras siguió penetrándola.

— Ah, no... Ah.

Una sensación de cosquilleo volvió a inundarla abruptamente y volvió a estallar tratando de juntar las piernas, pero Burak se las tomó y las mantuvo abiertas exponiendo cada parte íntima de ella.

Ella estaba muy avergonzada, que en cuando volvió a sentir que el clímax llegaba, giró la cara hacia un lado para evitar que él la mirase. Sus caderas no se detuvieron, Astria volvió a estallar, Burak le agarró el mentón para observarla y ella tuvo que aguantar que deformara su rostro al gemir.

—Burak.

—Sí, llámame.

—Ah... Burak...

Un sentimiento de adormecimiento cubrió sus extremidades inferiores, ya no podía sujetar sus pies, así que solo los dejó caer. Burak se fue contra ella y le besó con fuerza sin dejar de embestirla.

Astria no cerró los ojos esta vez, lo vio de cerca, respirando su aliento, sintiendo su saliva, recorrer hasta caer por el borde de su boca, su lengua que chocó con la de ella y sus ojos dorados mirándola.

—Ah— Burak soltó un gemido silencioso mientras se fue separando de ella. Volvió a agarrar sus caderas y parte de sus muslos. La fue embistiéndola más rápido.

Por primera vez dejó de mirarla y se concentró en su unión, como su miembro venoso aparecía de ella y como se introducía sin control.

—Arg...— apretó fuertemente los dientes, la vena de sus muslos aparecieron junto con los de su cuello y él la llenó de su propio líquido.

Otro gemido fuerte salió de su boca que incluso hasta ella se sorprendió al mismo tiempo que sintió el líquido caliente que se esparcía por todo su interior.

—Burak... —Sus fuerzas, al igual que ocurría en todos sus encuentros, comenzó a irse—. No quiero...

Él la observó y al darse cuenta de eso se acercó a ella besándole los labios. Quería verla, quería pasar más tiempo con ella. No sabía cuándo tiempo dormiría hasta por fin despertar una vez más.

—Estaré a tu lado —le dijo mientras ella asentía y se iba yendo.

Astria luchó para permanecer despierta, tenía miedo de volver a su sueño repetitivo, quería estar más con él. No quería dormir por tanto tiempo, quería ser capaz de despertar cuando ella quisiera.

Astria volvió a dormir, Burak apoyó su rostro en su brazo tratando de calmarse, pero no podía con ella allí desnuda a su lado. Se retiró de ella y se acostó en la cama mientras la observa.

Sus hermosas pestañas tiritaban, su cuerpo de piel blanca estaba marcado por él y sus muslos resbalaban entre ellos mientras que de su interior salía de su propio líquido.

Al verla así, su inquietante deseo se volvió una vez más incontrolable. Acercó su rostro a ella y la olió, sus ojos volvieron a volverse vividos y brillosos. Burak suspiró suavemente.

—Ah...

Ya no era sorpresa para él, que su virilidad se pusiera dura al solo mirarla u olerla.

Sin quitar la mirada de ella, frotó con sus manos su miembro, cada vez más rápido, el sonido rítmico se hizo único. Respirándose agitado volvió a besarle el cuerpo, a tocarle los senos que se movían con sus movimientos.

Astria no despertó, pero si dejó salir un quejido silencioso, eso solo lo volvió a estimular más. Mojándose los labios secos se agachó y besos el pezón aún erecto dejando su mano sobre él.

Mirándola una vez más, estiró su cabeza hacia atrás y observó unos leves segundos el cielo, al mismo tiempo, una vez más sus venas se tensaron y soltó un gemido reprimido. Su pecho se contrajo con cada respiración agitada y volvió a expulsar semen en la piel de Astria. Burak solo se calmó cuando lo hizo unas veces más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro