La soledad y el silencio me acompañan para hacer real esta hora suprema en que soberbios instantes exigen a una mente serena dar a luz al eterno "imaginario desconocido".
Siéndo cortejado por un millón de utopías danzantes, reconozco en las oscuras lejanías de un jamás, ese beso que ayer condenaste a un terrenal dormir, al tiempo que yazco escondido en la quimérica sonrisa que tanta veces he robado a tu rostro con la ayuda de atentas bufonadas.
Me encamino a los cielos de la duda tras una idea forjada por traviesos querubes, convidado por la noche a dejar escapar de mi boca un torrente de sueños.
Pero el miedo, el eterno tirano de las lenguas vacías, también es parte del prodigio definitivo, acortando con su capa de sombras los límites de lo no destinado.
¿Qué busca esta mente en llantos?
¿Qué lágrima o regocijo ofrece el incierto porvenir?
El desfile de engaños abarca milenios cortados por un pestañear.
Pero incluso lo incognoscible es presa de un inminente adiós
Hágase la luz en los trillados caminos del profundo ser y lógrese lo vedado al cuerpo para poder conservar el alma.