En el silencio de mi alma,
Donde la desesperanza anida,
Hay un vacío que duele,
Un dolor que no cesa.

La lluvia sin cesar cae,
Como lágrimas del cielo,
Y en cada gota, veo,
Un recuerdo inexistente.

En este mundo sin ti,
La luz se apagó para siempre,
Y en la oscuridad, busco,
Un destello que ya no brilla.

Mi corazón late sin ritmo,
Como un reloj roto en el tiempo,
Y en cada latido, siento,
Un dolor que no tiene fin.

En vano busco consuelo,
En brazos que ya no existen,
Y en el eco de tu voz,
Sólo silencio encuentro.

La soledad me consume,
Como un fuego que no cesa,
Y en las cenizas de mi alma,
Nada para salvar queda.