Parte 1 Sin Título
Bueno, pues que puedo decir, esto salió de mi loca cabeza, no fue planeado, ni nada, solamente fluyo, espero les guste como me gusto a mi escribirlo, tengo que admitirlo me desahogue de algo que ni siquiera sé que fue, pero me gusto y me sentí bien, así que quiero compartirlo con ustedes.
_______________________________--
hoy estoy aquí, ebrio, llorando en soledad, en silencio, alejado de todo, de todos, de ti, escribiendo estas letras sin saber por qué, igual tu no lo las leerás, tú ya no estás aquí, a mi lado, estas, muy lejos y lo único que me queda es este vino amargo, una hoja, un papel y nada más que un recuerdo, un agridulce recuerdo:
éramos niños la primera vez que te vi, el sol iluminaba tus mejillas, mientras hacías una mueca de molestia, lo recuerdo, estabas molesto, en tus ojos reflejaban un umbral de ira, si no hubiera sido por saga esa vez hubiera molido a aquel niño a golpes, pero ¿podría culparte de tu enojo? el te dijo niña, te dijo débil y no se que tantas cosas más, se burlo de tu apariencia, claro que tenias el derecho de defenderte y callar sus palabras, pero saga no te dejo, en vez de eso el te acerco a mi y te pidió que por una sola vez desde que llegaste al santuario intentaras hacer un solo amigo, que yo al igual que tu me convertiría en un caballero dorado, no me dijiste nada algunos segundos, analizando cada uno de mis movimientos, ¡ja! ¿como hubieras reaccionado si te dijera que no pude actuar?,¿ que me quede congelado ante ti, tus ojos, tu blanca piel, solo con un poco más de color que la mía, tu cabello revoloteante?, lo admito sin saber ¿por que? quería besarte, no logre entender en ese momento lo que pasaba, me hubiera encantado saber que aquello era el inicio de mi bella y tormentosa historia de amor.
- y bueno¿ dirías algo? al menos tu nombre o tendré que adivinarlo.
fueron las primeras palabras que me dijiste, más no parecía como si aquello verdaderamente te importaba, parecía solamente que querías que saga te dejara en paz.
- Ángelo, mi nombre es Ángelo.
conteste por fin, con miedo que hubieras notado que segundos atrás quede totalmente perdido por ti, me pediste que te siguiera y eso hice alejándonos de aquel lugar, adentrándonos en el bosque, donde con mucha fuerza, me lanzaste contra un árbol acorralandome, brindándome una mirada tan peligrosa como amenazadora.
- soy afrodita, el futuro portador de la armadura de piscis; todos piensan que soy débil por mi apariencia, pero si tu seras uno de mis compañeros dorados tienes que saber que eso no es verdad, no soy una niña y mucho menos soy débil y si quieres peleemos en este instante para demostrarte mi fuerza... an .. ge ... lo.
no pude creer que no me moleste por eso, por cómo te burlaste al decir mi nombre o tu petición para pelear, solamente pude reír, más no fue burla fue sorpresa y aquello ciertamente te desconcertó, te pedí disculpas por reír, te dije que no creía que fueras débil ni mucho menos me importaba tu apariencia, porque claramente tu espíritu era el de un caballero dorado, uno imponente, algo prepotente pero imponente, te pedí que me dejaras ser tu amigo, y tú, gracias a los dioses aceptaste mi petición, no sin antes mirarme con unas de tus tantas muecas, solo para estrechar mi mano, creyendo por completo mis palabras.
los meses fueron pasando, sin más conseguimos la armadura, me sentía fuerte, más no creo que hubiera sido por tener la armadura, si no por que la había conseguido contigo, era por el simple hecho de que tú estabas a mi lado, apoyándome cuando parecía que no había nadie más, saga cada vez estaba más y más raro, canon también estaba ahí, solo que desde las sombras, tú eras el único , que a ojos de todos, gritaba que no me rindiera, que luchara y la consiguiera y eso hice, por ti, por lo que consideraba nuestra gran amistad.
nos hicimos responsables de nuestros compañeros menores, tu solías cuidar mucho de milo y Camus y yo de Shaka y Mu, me encantaba oírte quejarte del pequeño diablillo que podía llegar a ser milo y como decías que si no fuera gracias ti ya hubiera terminado matando a Camus en una de sus tantas locuras, te divertía como un niño tan serio como el seguía tan ciegamente a milo y como milo lograba envolverlo y tenerlo siempre a su lado.
- ellos terminaran siendo novios de grande ¿apostamos?
me dijiste un día mientras los veíamos entrenar desde lejos, más algo me desconcertó, ciertamente nunca había cruzado en mi cabeza que dos hombres pudieran estar juntos.
- ¿por qué lo dices?, para mí solo son amigos y nada más,
pregunte y tú te burlaste de mí.
- por favor Ángelo, ¿eres ciego o algo así?, solo míralos, ellos aún no lo entienden, pero la forma en que Milo mira a Camus, el cómo brillan sus ojos al tenerlo cerca y de su parte Camus hace algo igual solo que lo oculta mejor, luce tan feliz cuando está a su lado, ejemplo, yo considero a Shura un amigo, pero nunca lo he mirada así,
los mire algunos segundos, en silencio, sintiéndome aún más desconcertado, aquella mirada, se veía distinta era verdad, pero era muy similar a la que yo solía brindarte a ti.
- aunque triste destino, si llegan a ser algo tendrá que ser a puertas cerradas, ese tipo de relación está condenada en este lugar, quisiera decirles, advertirles, pero yo no soy nadie para eso ¿cómo les dirá - volteaste la mira a mí, mirándome fijamente- que el amor que está creciendo día a día, solo traerá sufrimiento, que la ilusión la esperanza pueden ser tus peores enemigos? sinceramente no es como decirles que el amor entre mejores amigos, nunca suele terminar bien, en especial entre hombres, en especial en este lugar arcaico.
me miraste fijamente hasta terminar de decir aquello para volver a verlos y yo guarde silencio, estaba confundido, pero a su vez me sentía tan lleno de conocimiento, como si ante mi algo obvio se hubiera revelado, me despedí de ti inventando una tonta escusa que ni creíste pero no me dijiste nada y fui directamente con la única persona que podría explicarme aquello, Kanon como siempre estaba en las sombras, descansando en su árbol favorito, feliz al verme, le lleve un poco de comida que había preparado y aquello le puso aún más feliz, su sonrisa me agradaba pero no de la misma forma que la tuya, y ahí comprendí mucho más, con total confianza le conté sobre lo ocurrido, sobre el cómo me hacías sentir y de cómo me di cuenta de algo tan obvio, el solo me sonrió con melancolía y me dijo que lo que yo sentía era amor, que estaba enamorado y que estaba feliz por eso, pero a su vez muy triste, no entendía como eso podía ser posible pero así era, lo notaba en sus ojos, pero lo que más me dolió fueron aquellas palabras que dijo sin atreverse a mirarme.
- "déjalo ir, esa flor no florecerá, ambos son hombres y él no te ve de la misma manera que tú a él, Ángelo si sigues con esto, tu amor a el terminara por destruirte"
sin saber por qué mi corazón me dolió al escucharlo sin embargo asentí con la cabeza y Kanon por primera vez desde que lo conocía me abrazo, diciéndome que todo estaría bien.
hice caso lo más que pude, pero ahora era más doloroso, ahora entendía todo, entendía que era lo que pasaba conmigo, porque te veía diferente a los demás, todo era tan horrible, mi corazón latía con felicidad cada vez que te acercaba y se entristecía cuando te ibas
"el nunca será para mí, nunca será para mi"
me repetía una y otra y otra vez, esperando por fin algún día entenderlo, esperando poder creerme esas palabras y solamente seguir.
los meses siguieron pasando, tu comportamiento conmigo no cambio en nada, era obvio que sabias que yo sentía algo por ti pero lo dejabas pasar, como si no te importara, como si estar a mi lado te agradara, solías acercarte mucho a mí, poco a poco rompiste barreras que nunca he cruzado con nadie, solías abrazarme, solías recargar tu cabeza con total confianza en mí hombre, me platicabas de todo, tus miedos, tus alegrías, yo aún era un mocoso, no tenía la madures aun de saber interpretar eso como una simple amistad o un coqueteo constante, pero me ponía tan feliz que solo fueras de esa forma conmigo que a veces solía pensar que mis sentimientos eran mutuos, que tu también sentías algo por mí y por más que luchaba para eliminar mis sentimientos por ti me era imposible.
para ese entonces Kanon ya se encontraba en cabos unión, aunque no debía me escapaba para verlo, llevarle comida o cualquier cosa que necesitara, solía contarle de ti, de cómo me sentía confundido tanto que supongo se dio por vencido al intentar convérseme que tú y yo nunca tendríamos algo, así que solamente sonreía, tras esos barrotes, sonreía, nunca quiso platicar sobre él, sobre cómo era estar en ese lugar, no importaba cuanto intentara yo sacarle en tema, lo evadía hábilmente, la verdad es que después de ti, él fue la segunda persona que más estuvo para mí, hasta que se fue, un día simplemente desapareció y no supe más de él, su partida me dolió, aunque no lo quise llore por él y aquella fue la primera vez que tú me viste llorar, no te dije por quién, solo te dije que lloraba por un hombre al que estimaba mucho y se había marchado, no entendí tu comportamiento, puesto que aun que te quedaste a mi lado, en silencio, acompañándome en mi melancolía, notaba que estabas molesto, muy molesto en realidad, pero aun así te quedaste.
paso lo inesperado, arles mato al patriarca, y digo arles porque saga había muerto ya, el usurpo el trono, convirtiendo a Shura a ti y a mí en sus asesinos personales, poniendo un arma en mis manos que yo no pedí, no la quería, no quería volverme esto que me convertí por su culpa, el ser odiado y despreciado por todos por algo que hacia sin querer hacerlo, nunca lo disfrute pero por órdenes de él tenía que mostrar que sí, tenía que mostrar que era cruel y despiadado, que era un monstruo, pues nada mejor que tener un "perro agresivo" para cuidar la casa, quise negarme, pero de haber rechazado la labor, milo, o algún otro tomaría mi lugar, yo los vi crecer y convertirse en caballeros, no podía dejar que eso pasara, así que lo soporte, incluso soporte el desprecio de aquellos a quien de niños cuide, me dolió ver marchar a mu, sus ojos al verme aquella ultima ves eran algo que nunca olvidare, pero al menos estabas tú, conmigo, aceptando aquel castigo con tal y salvarlos, después de eso nos volvimos aún más unidos, éramos inseparables solo nos teníamos notros dos y nada más, ya éramos adolecentes, las hormonas comenzaban a hacerse presentes, tu cuerpo como el mío comenzaba a tomar una forma más varonil, a veces sin darme cuenta, lo admito, solía mirarte de reojo, no podía evitarlo, no sé si tú lo notabas pero me era imposible no verte cuando con toda la confianza del mundo cambiabas tu ropa frente mí, despertando las partes más íntimas de mi ser, me avergüenza decirlo pero desde ahí fui un poco acosador, no podía evitarlo, solía admirarte cada vez que podía, sabía que no podía tocarte, pero al menos podía mirarte y con eso parecía bastar.
eso fue el inicio de nuestra adolescencia, siendo adultos cada vez que arles tronaba los dedos y nos hacía cumplir cada una de las misiones que nos encomendara, pero a su vez poder volver a comportarnos como nuestra edad a la más mínima oportunidad, fue así cuando a escondidas nos divertimos en la ciudad después de, cómo lo dijiste "tomar prestado y regresarlo algún día" de arles un poco de dinero, para salir a beber, fumar y hacer una y mil estupideces, aquella primera vez fuimos a una discoteca, bebimos bailamos, fuimos felices y aquello me encanto, recuerdo que obligaste a hacer un pequeño desafío de tragos que originalmente era de mujer pero no se como pero me hiciste entrar, claramente gane, más eso lo importante, lo que me hizo enrojecer de vergüenza fue el premio por ganar, la gente reía, algunos me felicitaban con burla y otros simplemente esperaban a ver mi reacción en especial tu al recibir aquel juguete sexual con vibración y lubricante incluido.
- eres un imbécil, dijiste que el premio era dinero.
te dije entre risas y tu no dejabas de jugar con eso, bromeando toda la noche con chistes sexuales que cada vez y gracias a ti entendía más, lo admito yo era el inocente, tú siempre fuiste más abierto a aquellas cosas, fue cuando me confesaste algo que hizo palpitar mi corazón.
- quiero perder la virginidad, quiero acostarme con alguien.
me dijiste y no supe que responder, tu cambiaste el tema, pero extrañamente yo me sentía un tanto excitado, regresamos al santuario aquella noche, bebiendo aún más en mi templo, hasta que te marchaste, no sin antes hacer más bromas con aquel juguete explicándome extrañamente como funcionaba, incluso con sarcasmo y como si tus palabras no valieran nada lo pusiste bajo mi almohada junto con el lubricante y dijiste.
- disfrútalo mucho.
me sonreíste de una manera que no podría interpretar , marchándote, "olvidando" creo yo una de tus camisas en mi cama; estaba ebrio, demasiado ebrio, y no podía dejar de pensar lo que querías hacer, imagine que tal vez lo decías por que querías hacerlo conmigo, pero no te atrevías a decirlo, y contando tu actitud de segundos antes aquello verdaderamente me éxito, tome tu camisa, acercándola a mi rostro, embriagándome con tu dulce olor a rosas, no sé qué paso, pero en segundos mi sexo estaba duro de solo percibir tu olor, me recosté en mi cama, sintiéndome todo un pervertido por lo que hacía, pero ya no podía más, abrí mi pantalón sin dejar de percibir tu olor, retirándolo por completo, luego mi ropa interior, para solo quedar con la camisa desabrochada, me sentía extraño, lugares de mi cuerpo que nunca pensé que reaccionaran de esa manera lo hacían, mis pezones cosquilleaban, se ponían duros y mi sexo palpitaba de una manera extraña, por instinto comencé a masajearlo, aquella era la primera vez que hacia eso, era algo torpe, así que solo cerré mis ojos, visualizándote, tocando tu camisa como si fueras tú, por instantes pensé que estaba a punto de terminar, más no podía hacerlo, algo me faltaba y no sabía que era pero comenzaba a frustrarme, tome aquel juguete de debajo de mi almohada, tragando saliva al sentir su vibración, dudando si usarlo o no, pero daba a igual, no sabía cómo hacerlo, de hecho me lastime un poco al inicio, fui demasiado estúpido al no prepararme correctamente más lo logre, el dolor desapareció y mi cuerpo comenzaba a calentarse deseando que lo que estaba en mi interior fueras tú, lo moví en distintas direcciones, introduciéndolo al inicio despacio, subiendo la velocidad, no solté tu camisa ni un solo instante mientras acariciaba mi pecho, por los dioses no sé qué era más excitante, tu aroma o mi imaginación inquieta que pensaba que eras tú quien me poseías sin descanso, solté un sonoro gemido al sentirlo todo dentro de mí, antes de correrme en mi vientre, con tu camisa aun en la mano, sintiendo mi respiración desenfrenada y mis piernas temblar.
no estoy seguro, pero juro que al terminar sentí que estabas ahí, observando desde las sombras, en aquel hueco en la puerta, no tuve el valor de levantarme y ver si eso era verdad, me alegré inconscientemente de así pensarlo, dejando caer mi cuello en mi almohada, cerrando mis ojos, disfrutando un poco más de lo que había hecho.
maldita sea afrodita, si tu hubieras sabido lo que en mi mente y mi corazón se crearon aquel día, en ese momento, tu imagen y tu aroma se volvieron una cadena invisible que ataron mis muñecas y mi cuello, olvide todo lo que Kanon me había dicho, olvide las estúpidas reglas que pesaban en nuestros hombros, olvide todo o más bien dejo de importarme, quería estar contigo, quería que ese pedazo de plástico fueras tú en realidad.
- te amo...
dije en un susurro antes de quedar totalmente dormido con tu camisa entre mis brazos.
el día siguiente fue extraño, solías sonreír mucho, como si quisieras decirme algo, pero guardabas silencio, sonriendo cada vez más, abrazándome o pegándote más de lo normal, pero fin al cabo lo deje pasar, disfrutando que tal vez si estabas ahí, así que desde ese día, comencé a dormirme con la puerta entre cerrada y tu cada vez más solías olvidar más y más prendas en mi habitación.
un año, dos años, tres años, el tiempo paso rápido, sería feliz al decirte que esta fue la época más buena de mi vida, pero no fue así, a arles, ese maldito tirano no le basto volverme un asesino, miles de máscaras de muertos, adornaban mi templo, el rostro de las personas que había mandado a matar, el odio a mi creció a un más, esta vez, ya no había ni una sola alma que abogara por mí, era un ser despreciable sin tan quiera poder yo hacer algo, máscara de muerte me llamaron, olvidando mi nombre, mis acciones antes de arles tomara el poder, era rechazado, menospreciado, me sentí mal, no podía con las miradas y las palabras que lastimaban y los miles de rostros que tenía que ver a diario, en ese entonces tu tuviste que marcharte, 2 años duraste fuera por órdenes suya, ni siquiera te dejo estar aquí cuando las máscaras llegaron, le urgía que te fueras, que nos separáramos, tal vez sabía que no lo permitirías, pero da igual ¿ que pensarías que lo único que me ayudo a no volarme la cabeza o dejarme morir en batalla fue el que te esperaba? ¿que cuando la penumbra de mi templo era tan grande que comenzaba a dañar mi psique mi único lugar seguro era ocultarme en tu templo, dormir en tu cama? ¿te burlarías de mí? no lo sabía pero por eso dos años, incluso sin estar fuiste mi único pilar, tanto que no sabes cuánto te espere, cuanta emoción sentí al saber que regresadas, parecía un perro moviendo la cola de felicidad al recibir a su amo, te espere más de una hora y no porque llegaras tarde, si no porque yo llegue temprano, no aguantaba la felicidad de que te volvería a ver y lo había decidido estaba totalmente decidido, te extrañe mucho todos esos días, y ahora por fin me declararía ante t.
"esta vez no escuchare a nadie, esta vez le declarare mi amor y le diré todo lo que siento"
pensé, mientras te esperaba, quería comprar algún dulce o alguna flor pero ciertamente a ti no te gustaban esas cosas, así que solo espere, nervioso, pero feliz, decidido, enamorado, todo eso hasta que te vi llegar, mi corazón dio un brinco de felicidad, el volverte a ver después de tantos años, fue espectacular, el momento que tus ojos se cruzaron con los míos, fue algo que nunca olvidare.
Caminé hasta ti, con paso rápido, deseando verte, hablar contigo al fin, abrazarte, besarte, maldita sea estaba tan emocionado que quería hacer todo a la vez, hasta que mis pasos se detuvieron en seco.
- No viene solo
Me dije, sin notarlo, viendo como tu mano se unía a la de una hermosa chica, un poco voluminosa de pecho y cadera, sentí como un frío enorme invadía mi cuerpo, los sonidos a mi alrededor se volvían tan tenues que parecía que desaparecerían...
Y mi corazón de rompió.
Se rompió algo que no sabía que podía hacerlo, maldita sea Afrodita, desde que te conocí me hiciste aprender casi siempre a la mala cosas que no sabía de mí mismo.
sonreí porque mi cabeza me dijo que era lo que tenía que hacer, saludándote con alegría, recibiendo de igual manera a aquella chica, tu mirada fue neutra, mientras presentabas a ella como tu novia, para después ella robarte un beso, aunque igual no te atrevías a mirarme a los ojos y eso me di cuenta al instante.
después de eso, no supe que más hacer, como siempre invente una tonta escusa y hui de ahí, te sorprendiste, pero tampoco hiciste nada para que me quedara, así que me fui, con el corazón roto, la boca amarga, unas ganas inmensas de llorar y tristemente sin ningún lugar donde ir, camine sin rumbo un poco, casi en automático llegue a cabos unión, está apunto de escurre camine tanto y tan perdido en mi mente que no tuve noción del tiempo, me acerque a la antigua celda de Kanon, tenía tantos años que no regresaba a ese lugar, que no se por qué fui ahí, solo esperaba, poder estar con alguien, sentir la calidez humana aunque fuese solamente una vez más, pero no había nadie, solo un recuerdo.
"tenías razón"
escribí eso en un tubo de aquella cárcel, quedándome ahí un rato más escuchando la playa en silencio, viendo como lentamente oscurecía, no quería volver a mi casa, ese lugar horrible lleno de muertos, no quería estar ahí, no podía ir a tu casa, no quería verte, sentía tanta vergüenza de hacerlo, no sabía que hacer pero ahora esta oscuro, la marea había subido ya, comenzaba a tener frio, pensé en quedarme y dormir en la playa, más no lo hice, no pude llorar ¿sabes? no me permití hacerlo, me sentía como en un sueño cruel en el que en cualquier momento despertaría, pero sabía que no lo haría, sabía que no era un sueño, camine de regreso, topándome con nuestro bar, el lugar a donde siempre salíamos tu y yo, bebí un poco, bueno, un poco es una cantidad muy limitada, tome tanto que en menos de media hora ya me sentía mareado, mi boca estaba adormilada y mi mente se inhibía, solamente para torturarme más con la imagen de aquella hermosa mujer tomándote la mano, besándote, alejándote de mí, seguí bebiendo más y cada vez más, la gente comenzaba a notar mi presencia, hasta que una chica, muy hermosa comenzó a coquetearme, diciendo que había mejores formas de ahogar las penas y que su amigo y ella buscaban compañía y yo, yo solo me encogí de hombros y los seguí, yendo al hotel de la esquina, sintiendo como entre ambos me tocaban, me desnudaban, como aquella chica se montaba en mi sexo, mientras su compañero , me penetraba por primera vez algo que no era de plástico, las sensación fue extraña pero no me importo, se sintió bien sentir el calor de otra persona, estar en medio de ellos me hizo sentir bien, tanto que ni siquiera me percate de las marcas rojizas que se creaban en mi cuello; me encantaría decir que tan siquiera recuerdo su rostro, el color de su cabello o algo en particular de ellos, pero no es así, aquella noche no tuvo nada especial, o tal vez sí , me sentí bien por un segundo después de muchos años y eso es lo único que para mí valió la pena recordar, ellos acabaron y se fueron, llevándome lo más cerca del santuario que pudieron, aún estaba ebrio pero amenos podía caminar, logre llegar, me gusto la sensación de no poder escuchar los lamentos de las máscaras, de poder dormir bien por primera vez, de sentir que al menos por un segundo, que a alguien le interese.
la mañana siguiente a esa tú estabas a mi lado al despertar, lucias molesto, irritado, pero sobre todo preocupado.
interesante la colección de rostros que tienes haya afuera, ¿porque nunca me contaste esto por las cartas que nos enviábamos?
me dijiste y yo, con un gran dolor de cabeza, te conteste la razón y tu enojo se borró, te acercaste a mi lado y me escuchaste fijamente, por un instante olvide a aquella chica, pues tu forma de mirarme era igual a la que hacías antes de irte, antes de ella, me abrazaste cuando te termine de contar todo y yo, solamente quería vomitar.
me alejé de ti al percibir otro aroma que no era tuyo, lo sentí, tu ropa estaba impregnado con su perfume y todo regreso a mi mente, me puse a la defensiva sin notarlo, pidiendo que te marcharas para poderme duchar, quitándome la camisa, dejándote ver las marcas rojas que no sabía que estaban en mi cuello y pecho.
- woo, la pasaste muy bien anoche, ¿con quién estas saliendo?
cuestionarse sin dejar de ver en mí, cada una de las marcas.
- los "afortunados", ellos, no los recuerdo, fue una chica y un chico que conocí anoche en el bar es lo único que recuerdo.
conteste sin siquiera mirarte, entrando al baño, comenzando a lavar mi cuerpo, rogando para que te hubieras ido ya, me esperaste y con gran dulzura y preocupación en tu voz, extendiste tu mano tocando mi hombre y me dijiste.
- vales más que eso.
y no supe que contestar, solo sé que después de eso, todo se fue en picada, nada me importo, quería ser fuerte en verdad, quería pero me era imposible, ahora estaba más solo que nunca y eso que estabas a mi lado, sin notarlo me fui alejando más y más de ti, topándote de vez en cuando en el centro de la ciudad, siempre con ella, sin darme cuenta, comencé a frecuentar los mismos sitios con los que ibas con ella, viéndote desde lejos, marchándome al tu llegar, haciendo muy notable que estuve ahí, era patético lo sé, pero aun en este momento no se por qué lo hacía, me encantaba verte feliz, sonriendo, aunque yo no fuera la razón de tu sonrisa.
como si no pudiera ser más patético, comencé con una vida demasiado promiscua, daba igual quien fuera, cuanto lo conociera, me acostaba con ellos y me largaba al ponerse el sol, aunque tal vez lo único que no puedo entender era tu enojo cuando solíamos coincidir y me veías con alguien diferente cada vez, no era un enojo normal, no como el de un amigo que cuida al otro, varias veces me llevaste a tu lado alejándome de algún idiota que quiera tener sexo conmigo estando yo ebrio, otras veces, en mi sobriedad, notaba tu ira al ver mis parejas un tanto "abusivas" incluso las que no lo eran, no sé si soy muy idiota o no, pero aquello nunca lo mostraste como si solo estuvieras cuidando de mi como un amigo.
es probable que fui yo la que entendió todo mal, sigo haciendo eso, tomando malas decisiones arruinándolo todo, viendo fantasmas donde solo hay tumbas.
continuamos con este juego enfermo un poco más, ya para este punto sabía que ella era todo para ti, pero aun no entendía por qué, aunque le jurabas amor, me celabas tanto, y si, por dios son celos, lo sé porque es igual a lo que siento por ella.
pensé soportarlo ¿sabes?, pero estos últimos días, te has excedido, algo va mal en tu relación con ella, puedo notarlo, o al menos sabía que algo pasaba, te has acercado más a mí, aunque yo no lo quisiera , o tal vez no sé yo quise pensar que iban mal, ya no lo sé, solo sé que por fin lograste romper el último trozo viviente que habitaba en mi pecho, no sé si eres consciente o no, pero por fin lo has logrado.
estoy llorando patéticamente, recordando todo lo que fue nuestra vida, recordando como apenas hace solo un par de horas, supe que no serias para mí, donde mi esperanza por fin murió.
estabas tan enojado, tan estresado y sumamente ebrio, no querías hablar de ella, mentiría si no dijera que me sentí feliz al saber que habían terminado, pero solamente dijiste.
-perdóname, perdóname por ser un cobarde y no saber elegir, pero ahora ya no puedo hacerlo, ya no hay opciones, todo por un maldito lugar que nos enseñó e infundio en nosotros, en mí, su reglamento arcaico, me hizo ir a donde sentí más seguro y maldita sea me gusto estar ahí pero no es perfecto, lo seria si hubiera sido tú, pero ya no se puede, ya no...
me sorprendiste lo admito, no sé por qué pero mi mente se quedó en blanco, no pude decirte nada, estabas frenético, tomando con tanta culpa que lo único que pude hacer fue llevarte al cuarto de un hotel, no pensé en otra cosa, no podrías estar así en el santuario, estabas en un estado del que nunca te había visto, rompiste incluso el vidrio, vi tu mano sangrar, pero lo que detuvo mi corazón fue cuando intente sanarte, tu.. tu...
me besaste
me quede helado, sin saber cómo reaccionar, viendo tus ojos, viendo como esperabas una reacción que no llego y al no hacerlo, volviste a besarme, pero con mayor rudeza, como si quisieras obligarme a corresponderte, pero no necesitabas hacerlo, yo después simplemente me deje llevar, pensando que todo era un sueño, me deje llevar como en todas aquellas fantasías que tenía contigo, como todas aquellas veces que saltaba de cama en cama con desconocidos pensando que eras tú, también estaba un poco ebrio, pero era mucho más consiente que tú, pero me dio igual, no pensé en nada, tu aroma, tu calor, me hizo caer rendido.
me tomaste de tantas formas como quisiste, gemí envuelto en el placer como nunca lo había hecho, sentir tu cuerpo caliente rodeando el mío, besando mi espalda, teniendo tu sexo caliente y palpitante en lugares que nunca alguien ha alcanzado, todo combinado con el hermoso olor a rosas que te envuelve, me hizo temblar, dejé de tener fuerzas en mis piernas y simplemente te volviste el dueño de mí.
fue una sensación que nunca quise que acabara, más lo hizo, el alcohol en tu sangre disminuyo, no sé cuándo me dormir, pero al despertar tu estabas ahí a mi lado, sentando fumando un cigarrillo, mirando a la ventana, tu energía era otra, supe inmediatamente que el cuento de hadas había acabado.
ni siquiera dejaste que me levantara, para vestirme y amenos intentara actuar como si solo hubiera sido algo casual, cuando de tus labios salieron las palabras más dolorosas que hubiera escuchado jamás.
- ella está embarazada, está feliz por eso, quiere tenerlo, aunque yo no, el patriarca ya lo sabe y quiere que aun que no olvide mi labor como caballero me responsabilice, ella sabe que siento algo por ti, solo que nunca enfrente ese sentimiento, me siento en un limbo sin saber a dónde ir, te amo a ti y la amo a ella, es un sentimiento tan horrible todo esto.
te escuche, anonadado en la cama, totalmente desnudo y con semen corriendo entre mis piernas y solo suspire.
- lo entiendo, lo entiendo muy bien, ahora solo veo con ella.
fue lo único que te dije antes de ir al baño, cerrar con seguro y comenzar a mojar mi cuerpo, intentando no llorar, escuche tu celular sonar y tu decías a la otra persona que ibas en camino, escuche tus pasos acercarte al baño. malita sea hasta escuche como te recargabas en la puerta solamente para decir con dolor en tu voz que lo sentías, después de eso te marchaste.
y ahora estoy aquí, solo, ebrio y con un recuerdo que no podrá superar jamás, pero sabes te entiendo y al menos le agradezco a los dioses que no estarás encerrado conmigo, entiendo que no quieras quedarte atrapado, aquí, conmigo, con toda la auto destrucción que hay en mi cabeza, con los días grises que no se iluminan aun que salga el sol, con la muerte y la desolación, te entiendo y no te culpo, solo me culpo a mí.
la soledad será mi único camino y esta carta aún no sé si se convertirá en mi epitafio, en una cruel cadena que me hará recordarte cada vez que tenga que mirarte de lejos.
nota: este "poema" si podríamos llamarlo así lo escribí muy ajeno a la historia de un origen pero fue el que me dio la idea de escribir esto, así que espero les guste, por eso lo anexo y le cambie una que otra cosa... jejej
espero les haya gustado mis cosas raras.
te vi marchar, note que querías voltear, pero eso seria cruel, lo sabias, cruel para mi, para ti y para ella, no me queda más que simplemente escribirte esta, te amo afrodita, te amare por toda la eternidad lo aceptare y volvere al inicio, solo pudiendo apreciarte desde lejos,
Te miraré de lejos.
Te miraré de lejos cada vez que ríes.
Cada vez que lloras
Cada vez que cantas.
Cada vez que respiras.
Aún que se que tú ríes para ella
Le lloras a ella, cantas y respiras para ella, mientras que para mí, tendré que conformarme con pequeños momentos fugaces que pasas a mi lado dejándome con presencia una falsa idea, eres la única persona que me ha tratado como ser humano, que no me ha temido, que no me ha odiado, te amo es verdad, daría mi vida, mi fe, mi lealtad a ti si tú me lo pidieras, me postraría a tus pies si así tú lo requieres, maldita sea, no se que no haría por ti... Pero, de que sirve si solo me tengo que conformar con mirarte de lejos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro