Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Reglas

—Mi nombre es David— terminó diciendo el chico.

—¿Y qué quieres de mi? ¿Cómo sabes tanto de mi vida?— pregunté dudosa.

—Sé tanto de ti porque quiero y me interesa saber, si no, créeme que no hago el mínimo esfuerzo para hacerlo. Ya te dije, yo puedo saber lo que quiera saber de quien yo quiera saber.

—No era necesario el trabalenguas, Gracias— Respondí.

—Tú no lo llamarías trabalenguas si hubieras puesto atención en todo lo que acabo de decir, pero lo ignoras porque piensas que no es importante y que no te servirá de nada en la vida. Lo ignoras ya que para ti es una simple conversación, pero en realidad tiene bastantes cosas que te pueden servir en un futuro.

Mi cuerpo se estremeció ante tal comentario y me sentí un poco incómoda ya que me había dicho que no le estába prestando atención y en parte era un poco cierto lo que dijo.

—Yo... Perdón...— dije con una cara triste.

&No debes pedir un perdón puesto que no hiciste nada malo. Nunca te rebajes ante algo o ante alguien por más equivocada que estés. No te rebajes ante una persona porque eso le dará la fuerza de destruirte.

Yo simplemente me quedé sin palabras y no dije nada durante un tiempo.

—¿Eres psicólogo?— pregunté.

—No— rodó los ojos— solo te conozco. Sé que por estar desconfiando no prestas atención a nada de lo que digo.

—¿Por qué estamos aquí?— pregunté intentando cambiar el tema.

—Deja de ignorarme mi lady—susurró

Me súper sorprendí antes de lo que había susurrado puesto que él sabía que lo había dicho lo suficientemente alto para que yo escuchará.

Y lo peor, lo que me hizo temblar, fue que esa frase la reconocía de algún lado pero no recordaba de dónde.

—No te ignoro, simplemente no sé qué decir ante tus comentarios... están llenos de... sabiduría y me hacen ser una tonta...— dije respondiendo.

—No es nada malo, es simplemente que estás de acuerdo conmigo y a ti siempre te ha gustado dar la contraria. Sólo que ésta vez sabes que no la puedes dar.

Me acerqué hacia el, viendo sus ojos.

—Tú sabes algo que yo no sé, algo que me ha estado atormentando pero no logro saber que es. Tú lo sabes. No sé cómo pero lo sabes... O ¿Me equivoco?

—En el fondo si eres inteligente, ¿Lo ves? Simplemente lo evitas para no parecer una loca si alguien lo niega.

—Soy bastantemente inteligente para saber que con eso intentas escapar de la pregunta que te acabo de hacer. No sé porqué pero no quieres responderme. O quieres probarme para ver si sigo insistiendo.

Él comenzó a reír.

—De verdad me encanta cuando piensas tanto que me desespera cuando no lo haces.

—Ya basta David, deja de evadir mi pregunta y contéstame. Tú sabes algo que yo no sé, que me ha estado atormentando ¿cierto?.

&Si, lo se. Pero no puedo decirte que es. Lo único que puedo hacer es advertirte de ello y decirte cómo actuar ante ello. Pero si no me escuchas, si sigues ignorándome, jamás vas a poder solucionarlo.

—¿Porque lo sabes tú y yo no?
Si es mi vida. No es justo que no me quieras decir. Más bien. No es justo que tú lo sepas y que yo no.

—Si lo sabes, pero no lo recuerdas.

—¿¡También tú!? John también me dijo que no recuerdo muchas cosas. ¿Tú sabes porque?...— dije dudando al último.

—John...— susurró rodando los ojos con fastidio— Es un chico no muy confiable, sin embargo, no me negaría ante su ayuda. A lo que si me niego es a que lo escuches.

—¿Por qué?— pregunté confundida.

—Piensa bien... Lo acabo de decir.

"Porque no es muy confiable". Tonta!

—Deja de evadir mis preguntas— dije enojada.— ¿Tú sabes por qué no recuerdo varias cosas?

—No... pero sé que el culpable de eso te ha estado siguiendo y quiere volver a lastimarte como ya lo hizo una vez aunque tú no lo recuerdes. Y tienes que tener cuidado.

—¿Por qué me dices todo esto ahora? ¿Por qué no antes o después?.

—Porque siempre te lo estado diciendo pero para ti son solo sueños

—¿A qué te refieres?

—A que tu mente los procesa como tal, pero ahora te dí una clave. Y es mi nombre, lo cual te da poder para saber lo que quieras cuando quieras y poder buscarme. Sólo te advierto que mi nombre te trae problemas.

—Entonces ¿por qué me buscaste?

—Porque yo también me desespero cuando no piensas a fondo y estás a punto de caer en la red— dijo él.

_Dame las razones por las cuales no puedes decirme nada, por las cuales no debo decir tu nombre. Por las cuales me estás ayudando.

Él comenzó a hablar enumerando.

—Mi deber sólo es cuidarte, no puedo actuar por ti puesto que es tu vida, si dices mi nombre terminarás muerta, todos están en mi contra— rodó los ojos— y si dices algo de lo que te he dicho probablemente digan que estás loca, quieran lastimarte así como lo hicieron la última vez y no recuerdes nada. También puede pasarme algo a mi y jamás nunca podré ayudarte.

—¿Por qué me estás ayudando? ¿Te conozco de algún lado? No te recuerdo, ¿quién eres?

—Porque te quiero— respondió— y hasta los que más quieres, te han lastimado.

No entendía a qué se refería.


















Desperté gracias a mi alarma que estaba sonando. Me metí a bañar y me alisté como siempre, esta vez amarrando todo mi cabello. En eso me di cuenta que eran las 6:20 así que bajé corriendo desayunar y vi una nota en la mesa que decía.

Amanda nos tuvimos que ir ya que tú no salías y supusimos que estabas enferma.

Faltaban 10 minutos para entrar a la escuela y no tenía con que trasladarme. En eso me llegó una llamada, era John.

—Hola Faltan 10 minutos, llegaron tus hermanos pero tú no llegaste, ¿Te sientes mal?

—Hola John, no, sólo que se me hizo un poco tarde y mis hermanos me dejaron, creo que no iré hoy porque no tengo manera de trasladarme.

—Estate lista llegó en 5 minutos— Colgó la llamada, me conmovió su reacción. Vendría por mi; en el fondo, quería bastante a ese chico, era como mi hermano.

Al cabo de los 5 minutos, John llegó y yo subí a su auto. Me dió una bolsa, que contenía una ensalada de frutas y un batido de fresa.

—¿No has desayunado cierto?.

—No, muchas gracias, ¿Cuánto te debo?

—Nada, yo invito.

—Gracias John— sonreí

—Te quiero.

—Yo te quiero también. Hoy más porque me invitaste él desayuno— bromeé

Comencé a comer durante el camino y llegamos justamente faltando 2 minutos para la primera clase así que corrimos hasta el salón y nos sentamos en nuestros lugares cuando entró el profesor y tocó el timbre de entrada.

No puedo negar que fue la mañana con más adrenalina que había tenido y más divertida por supuesto. Las clases pasaron rápido y entre la tercera y cuarta hora tuvimos un pequeño descanso de 15 minutos los cuales aproveché con John al máximo.

Llegó la cuarta y quinta hora el término de ésta me dirigí a buscar a mis hermanos. Mi sorpresa fue que ya se habían ido. Hasta John se había ido así que opté por caminar.

Todos me estaban dejando hoy. Me sentí mal, pero también miré él lado positivo, me gustaba el silencio. Salí de la escuela y a unos cuantos metros del camino una camioneta se estacionó frente a mi.

Creí reconocer la camioneta pero luego me dio miedo de que me hicieran algo y comencé a correr hacia el lado contrario. La camioneta retrocedió y se paró justamente en el lugar donde yo estába; me di cuenta que no tenía más opción que quedarme parada. Si este iba a ser mi final, estaba dispuesta a aceptarlo. ¡Grita!

Los vidrios de la camioneta estaban polarizados.

El vidrio del piloto se bajó y pude ver un chico de ojos verdes esmeralda.

—Me da gusto que me hayas hecho caso.  Mínimo en lo de no confiar,  a pesar de que sabías que reconocías la camioneta, corriste. Sube anda, te llevo a tu casa.

—Eres...—lo conocía, el tipo de ayer.

—Shh... No lo digas y sube.

Me dirigí a la camioneta y subí.
Me abroche el cinturón y me gire hacia él.

—No puedo creer que vaya a decir esto pero...me alegra verte. Extraño.

—A mi me alegra que me veas.— dijo en tono burlón.

Comenzó a manejar hasta llegar a mi casa.

—Si te intentan hacer algo ve a tu cuarto y ponle seguro y no salgas para nada.

—¿Quién eres?— pregunté. No respondió.— Gracias... David... —Susurré.

—Gracias a ti, por no ignorarme más. Ah, y mi número. No lo agendes. Y archivalo.

Asenti y bajé de la camioneta.
Al entrar a mi casa estaba Alexis en la sala.

—¿Quién te trajo? John salió antes que yo y no estabas tú. ¿Quién te trajo?

—Por lo visto tú no— respondí fríamente—A pesar de saber que no estaba en casa.

—Responde, ¿quién te trajo?— se acercó a mi jalando mi cabello.

—No te incumbe— lo empuje y subí a mi habitación, tal cual me dijo David, puse el seguro y busque su conversación. Pero cuando apenas llegué hasta abajo, mi teléfono vibró ante un mensaje de él.

Muy bien hecho, se le pasará el coraje. No salgas, así te de hambre.

¿Estás loco? No quiero morir.

Confía en mi.

Dijiste que no hiciera eso

Ya no respondió. Bloquee mi teléfono y me fui a cambiar, me puse algo cómodo y me puse hacer mi tarea; cuando terminé de hacerla, un ruido se escuchó por mi ventana. David había entrado con una bolsa.

—¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste? Me van a matar.

—Si sigues gritando nos matarán a ambos— se quejó— te traje algo de comida.

_No tenías porque. ¿Cuánto te debo?

—Nada. Come, te acompañare.

Comencé a comer mientras estaba con él viendo desde la ventana, un hermoso cielo se veía desde ahí. Y así fué con la comida y la cena, al día siguiente ya se le abría pasado el enojo a mi hermano.

—Me tengo que ir mi lady, cuidate. Y que pases buenas noches.

Besó mi mejilla y se fué lentamente.

David me estaba protegiendo y ayudándome a resolver mis líos, porque me quería, y no quería que me volvieran a lastimar.

¿Quién me lastimaba? los que más quería. ¿Mi familia? ¿Mis amigos? él no podía hacer nada porque no tenía autoridad. Muchos lo odiaban ¿Porque? Tanto para que no pudiera mencionar su nombre? Si lo hacía me perjudicaba..  Pero... ¿por qué a él? ¿o a mí?

El me ayudaba. Y si yo lo echaba a perder, él no podría ayudarme más. Su advertencia era que no complicara las cosas y yo siguiera mi vida normal.

¿Qué estaba pasando?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro