Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Herederos

Desperté en un lugar oscuro. Era esa casa con la que soñaba.

Pero... ¿Esto era un sueño? ¿O era la realidad?

No lo sabía, pero sea lo que sea, estába dispuesta a enfrentarlo. Mis sueños me lo había dicho, tenía que enfrentarlo para salir de todo esto.

Salí de la habitación en la que estaba y ahí estaban esas escaleras en las que me tropezaba en mis sueños. Bajé cuidadosamente. No podía caerme de nuevo. Y menos si era realidad lo que estaba viviendo.

Bajé las escaleras y habia dos cuartos, sin entrar al primero, escuché dos voces. Era mi madre y Alexis.

¿Qué estaba pasando? Me dispuse a escuchar sin que nadie supiera.

—Tenemos que dejarla e irnos.

—¿Nos van a separar de ella? ¿Y la fortuna?

—No durará mucho, cuando se casen solamente se aburrirá Christian y la dejará, con una buena fortuna.

De pronto se escuchó silencio profundo. Entre a la otra habitacion y ahí estaba Christian y John.

—Que gusto verte mi amor— habló Christian. Yo simplemente lo ignoré

—¿Por qué estoy aquí?

—¿Por qué crees? No recuerdas que eres mi prometida?

—Pero yo no quiero casarme contigo.

—¿Eso importa? A tu familia no le interesa tu opinión.

—Ni a mi la tuya.

Se escuchó un sonido súper fuerte, por lo que John me llevó a un closet y  me tapó la boca.

—¿No puedes entender lo que quiere tu familia? ¿Por qué lo haces más difícil-— dijo entre susurros, pero no me dejó responderle. De pronto alguien entró al cuarto.

—Amanda, ¿Estás ahí?

—No está por aquí, ¿Que buscas de ella?— dijo Christian tranquilo.

—Todo, busco lo que un día fue mío.

—Olvídalo.

—Solo le haces daño. ¡Porfavor! Tu solo quieres una cosa de ella. No a ella. Yo la amo. Dejala en paz.

—Eso no importa ahora. Sus opiniones no importan ahora.

Era David, mi David. Mordi a John y grité.

—¡David, En el closet!

Un puño impactó contra mi mandíbula mareandome. Luego me taparon la boca.

—Te dije que guardaras silencio.

Cerré mis ojos del dolor. No podria dominarme, al menos no tan fácil.
Lo volví a morder.

—Ayudame David. Porfavor.

Otro golpe impactó cerca de mi ojo. Golpes se escucharon afuera, no sabía si salir o no. En eso el closet se abrió. ¡Era David!

Golpeo a John pero yo ya no podía seguir, estaba demasiado mareada.




















—Tranquila pequeña. Tranquila— dijo abrazandome.

—Por...que...no...estuviste...— dije entre sollozos. No aguantaba el dolor de los golpes, pero luchaba contra el mareo.

—Perdoname pequeña. Perdoname. Aquí estoy. Nadie podrá lastimarte. Ya no.

Intenté recuperarme, y lo logré.
En eso Christian estaba en el suelo con un arma apuntandome

—¿Qué estás haciendo inútil? La vas a lastimar!

—¡Si no es mía no es de nadie!—gritó Christian.

En eso, un disparo se escuchó y yo, en lugar de correr, cerré los ojos.

...

Desperté en una habitación color melón, estaba confundida. ¿Y David? ¿Fue un sueño? De pronto me ardió la cara, los golpes de John. Había sido real.

«padre, ¿qué hago?, ¿me rindo?»

En eso recordé las palabras qué me dijo cuando supo que me seguía viendo con David.

Tu felicidad es tuya Amanda, de nadie más. Establela tú misma, no dejes que otros lo hagan.

Y lloré, mucho. No intentaba retener las lágrimas, tampoco intentaba soltarlas, solamente lloraba. Tenía miedo, estaba totalmente perdida, extrañaba su apoyo, su voz, sus consejos. Si mi papá viviera yo no estaría sufriendo esto... Quería matarme, morir. Ya no quería vivir algo así.

Intenté levantarme, pero mi mano derecha estaba atada a la pared, con una cadena, cual perro. La puerta se abrió y Christian entró a la habitación.

—Buenos días princesa, ¿te sientes mejor?

Un ardor se hizo presente en mi pierna derecha; sin decir nada, con mi otra mano revisé y tenía una venda.

—¡Contestame!— gritó.

No dije nada, no quería, quería morir, solo eso quería. Se acercó a mi, molesto. Tomó mi cabello y lo jaló hacia él.

—¿Estás sorda o qué?

—¡Te odio infeliz, te odio!— grité— y no te daré el gusto de hablarte como si nada, desgraciado.

—Respeta a tú prometido Amanda— dijo golpeando mi abdomen.

Me dolió, mucho. Por unos segundos me quedé sin aire, intenté recuperarme, él solamente reía. Me recostó en la cama y sacó una navaja, la cual puso sobre mi cuello.

—Coopera. Será lo mejor.

Narra David...

Me sentía un completo inútil. Tres días de qué Amanda desapareció, tres días de completo infierno asegurado para ella, y yo sin poder encontrarla.

Ya había ido a su casa, donde quién me abrió fue su hermano.

—Dime dónde la tienen.

—Lejos de tí— sonrió— supéralo, nunca tendrás nuestro nivel, ni a Amanda.

Golpeé mi puño contra su cara, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces. Comenzamos una pelea.

—Esto solo es por hacerla sufrir— dije mientras seguía golpeándolo— ni en el funeral de su propio padre pudiste dejarla en paz. Solo necesitaba apoyo.

Él me golpeó en el ojo izquierdo.

—Necesitaba madurar, saber que alguien como tú no sería suficiente.

Y seguí golpeándolo.

—Las palizas que le dabas, a una mujer no se le pega ni con el pétalo de una rosa. ¡A una mujer no se le daña!— dije furioso, golpe tras golpe.

Desahogando todo mi coraje, de años atrás, el de este momento. Todo.

—A estas alturas Amanda ya debe estar muerta— dijo, y paré de golpearlo— y nosotros herederos de todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro