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Capítulo 5: Ben.


Notas: Advertencia del capítulo este fic no es ni será Benlos no importa lo que parezca... no Manny no lo será.

Capítulo 5: Ben.

La sirena misteriosa estaba de vuelta, de las profundidades del agua el chapoteo nuevamente le puso alerta, casi no dormía temeroso a que alguna de esas criaturas viniera a matarle, Ben se quedaba despierto, aferrado a un vieja manta en el lugar más alejado de la cámara de aire, no sabía cuánto llevaba ahí, estaba oscuro y la vieja lámpara de aceite hace horas que se terminó, no sabía si acabaría de agotarse el oxígeno algún día o si moriría de hambre y sed, eso estaba fuera de su control, la otra amenaza eran las sirenas, las bellezas mortales que estaban en el fondo del océano por lo que se mantenía despierto, siempre vigilante para no caer en sus garras, al menos hasta desfallecer por hambre.

Por suerte era ella de nuevo, la bella sirena que había traído alimento la última vez, ella salió del agua turbia sonriendo con suavidad puso un pescado sobre las tablas de madera y se alejó esperando su reacción, Ben suspiro cansado no sabía si era una trampa pero esta vez la sirena no pidió nada, aunque lo quisiera no tenía ninguna otra cosa que darle, aunque no noto su brazalete en su brazo aun tenia curiosidad de por qué lo quería.

La sirena solo le miro esperando a que tomara la ofrenda pero al ver que nada pasaba volvió a sumergirse y durante horas no supo de ella.

La próxima vez la sirena volvió a raer otro pez haciendo un gesto cuando noto que no había tocado el anterior, masculló algo entre dientes lo que le hizo darse cuenta que si bien estos no eran tan afilados como el que lo atormentaban en los pocos momentos de sueño era filosos, afilados para ser los de un humano.

- Hambre- murmuro finalmente la sirena empujando un nuevo pez, esta vez acercándose lo más posible a él, cuando Ben se negó a tomarlo esta intento subir por la madera – comida – insistió, Ben se pegó lo más posible a su esquina temiendo cuando la sirena empezó a trepar por el piso húmedo.

- No puedo – finalmente hablo – esta crudo - insistió mientras la sirena le miraba confundida – no puedo comer eso – señalo haciendo una mueca ante el pez muerto en su mano – tal vez un mango – pidió pero la sirena no parecía entenderle – M-A-N-G-O – deletreo lentamente mostrando el hueso de su ultimo manjar – mango yumi – sonrió.

- M...ma...manlo – murmuro ella frunciendo la nariz dejando de Ben empujara el hueso en su dirección y tomándolo – manlo – olfateo dicho hueso y recordó entonces lo que era – Manlo – sonrió asintiendo y dejándose caer nuevamente al agua.

Carlos fue a ver al humano de Mal, sabía que no debía hacerlo, si ella lo encontraba ahí no tendría que preocuparse por Jay, no, ella lo destripara ahí mismo pero la curiosidad era mucha, el humano hablaba, y lo hacía bien por lo que quizás él podría decirle lo que significaban esas extrañas marcas en sus libros con imágenes, Carlos al fin sabría los secretos de ellos y si tenía que visitar al humano de Mal para ello lo haría, además por su aspecto parecía que no era bien cuidado, era de esperarse Mal no podría mantener nada vivo ni aun que su vida dependiera de ello, así que le llevo un pez que el humano no quiso y después descubrió que de hecho no gustaba de ellos al ver los gestos de este, entonces se confundió por que todas las historias hablaban de como los humanos devoraban criaturas marinas y por eso no deberían sentir mal en matarlos, además de la vieja leyenda de que estos capturaban sirenas las cuales nunca más podían volver al mar, muchas de estas se decían morían.

Entonces el humano pidió más de sus bolas dulces a lo que llamaba manlo era un extraño nombre pero podía acostumbrarse a este así que sin perder el tiempo y sacrificando sus dulces bolas de manlo las traería, aun cuando fuera un muy largo viaje, muy largo hasta la isla no bromeaba.

Por suerte había tres deliciosos manlos en sus redes, fue un gran día todos comestibles y aun que tardo otra eternidad en regresar los llevo de inmediato al humano gracias a eso descubrió cuál era su nombre.

- Gracias – murmuro el humano al tomar la bola dulce ni siquiera le importa estar tan cerca de la sirena, eso era comida, algo dulce y jugoso para alimentarse que olvido por completo la seguridad – oh por dios – gimió con verdadero gusto al probarlo, Carlos rio al verle derramar jugo entre sus labios – esta delicioso, no sabía si me entenderías – murmuro devorando la primera fruta con agrado – enserio gracias – sonrió cálidamente y volvió a morder otra vez la fruta – yo no sé ni cómo te llamas pero no tengo con que agradecerte – suspiro – me llamo Ben – sonrió señalándose a sí mismo – B-E-N - dijo su nombre con lentitud esperando que la sirena lo entendiera.

- B... Ben - dijo la sirena finalmente y cuando Carlos vio como el humano sonrió de alegría igual se puso feliz – Ben – repitió más alegre aplaudiendo – Ben gusta manlo – dijo con emoción.

- Si a Ben le gusta el mango – asintió dando otra mordida a su fruta, entonces Ben volvió a señalarse – Ben – y luego señalo a Carlos, el comprendió entonces que le preguntaba su nombre.

- Ca..Calosss – señalo a sí mismo.

- ¿Calos? – pregunto confuso ante el nombre tan raro pero al ver a la sirena negar lo intento nuevamente – ¿Cáliz? – y otra negativa por la sirena – ¿Cales? – y Carlos frunció el ceño manoteando el agua por que Ben no podía decir su nombre bien – ¿Carlos? – intento finalmente y la sirena sonrió entonces, Ben pensó que era algo raro el nombre pero no le dio importancia tal vez esa pronunciación era lo que más se acercaba a su nombre así que lo acepto – Carlos – sonrió nuevamente y a sirena volvió sonreír con sus afilados dientes.

- Carlos gusta Ben – dijo con aquella melodiosa voz que lo aturdió ante tales palabras, sabía que probablemente Carlos quería devorarlo pero mientras le veía, mientras esos bellos ojos lo hipnotizaban no le importo.

Mordió nuevamente el mango sin dejar de mirar a la sirena y cuando el jugo volvió a resbalar por su rostro limpio con sus dedos entonces Carlos se abalanzo tomando su mano olfateando sus dedos con su nariz y antes de darle tiempo a pensar los chupo, metió sus dedos en su boca succionando el jugo entre sus dedos, para finalmente dejarle ir y sumergirse en el agua.

Ben quedo aturdido por eso, Carlos por su parte estaba feliz, el humano, ahora Ben estaba cooperando con él, sus dedos estaban secos y con sabor a manlo pero ver el rostro completamente confuso fue lo mejor de todo, era como algo totalmente sorprendente, tal vez era así como se sentía Freddy a su lado llenándole de esas preguntas sobre su especie, siempre queriendo que la dejara realizar pruebas en él, aun que dudaba que estas fueran seguras, Ben ahora era algo mucho más fascinante que sus libros y cosas humanas, pues es el un humano vivo y ahora más que nunca se mantendría cerca, no importaba si tenía que sacrificar sus deliciosos manlos para eso.

Carlos siguió visitándole después, incluso cuando Evie lo descubrió.

********************

Cuando escucho el chapoteo en el agua se animó de inmediato, creyendo ilusamente que se trataba de su bella sirena se acercó hasta la orilla de su refugio, la madera húmeda crujió ante su peso casi cediendo a hundirse, tenía cuidado, mucho de no hacer movimientos bruscos por temor a que el barco terminara por hundirse más y llenara con agua su espacio, pero esto era Carlos, la sirena que traía mangos dulces para apaciguar su hambre por lo que sin pensarlo mucho se acercó hasta ella.

Solo que no era Carlos.

La sirena que salió desde el fondo de la turbia agua era aquella que había estado intentando devorarle, la aterradora de ojos verdes, la sirena salió desde las profundidades atrapando su brazo al estar demasiado cerca, Ben se maldijo mentalmente por este error, por confiarse demasiado intentando luchar por liberarse, pero ella era fuerte, la sirena le mantuvo firme mientras sonreía, sus afilados dientes le helaron la sangre, no lo pensó, saco el pedazo de metal que había encontrado hace tiempo blandiéndole como un cuchillo contra el brazo de la sirena, esta siseo de dolor soltándole de inmediato.

Mal miro al humano quien se había recluido hasta el otro lado de su escondite, miro la sangre en su ante brazo muy cerca de sus aletas y la sangre que ahora manchaba el agua y sonrió, no entendía por qué pero este humano parecía cada vez más interesante, Ben por su parte se mantuvo vigilante con su improvisado cuchillo en mano no dejo de mirar a la sirena que ahora lamia su propia herida.

Busco entonces su otra arma la pequeña estaca que tal vez había sido parte del estandarte de una bandera o la pata de algún mueble, no lo sabía solo lo encontró antes de que la oscuridad le envolviera y ahora buscaba con sus manos aun vigilante a su agresora, se aferró a sus dos armas listo para luchar por su vida, tal vez no sobreviviría estaba seguro al notar la fuerza de la sirena pero al menos lastimaría a la sirena cuanto pudiera.

Ella le miro entonces sus profundos ojos brillaron con intensidad, algo sucedió entonces la sirena abrió la boca y un suave sonido se escuchó, era como el de las ballenas en altamar, tranquilo y suave que le llamaban, el agarre en sus armas se fue suavizando, por alguna extraña razón Ben tenía la necesidad de acercarse, la sirena sonrió entonces al verlo soltar su cuchillo y Ben entendió lo que sucedía, de inmediato se cubrió los oídos despegando la vista de la sirena que casi lo atrapa con su magia, cuando volvió a levantar la mirada la sirena había desaparecido.

Mal sonrió dándose cuenta que incluso un canto tan suave estaba logrando atraer al humano a ella, si la había herido por lo que debía enseñare una lección, tal vez morderle un poco, le arrancaría una pequeña parte de su cuerpo para respetarle, uno de sus tiburones se acercó a ella, todos los demás nadaban asegurándose que nadie más se acerca mientras ella estaba ahí, entonces uno de ellos el más joven olfateo la sangre y perdió el control.

El tiburón descontrolado salió nadando en dirección al agujero por donde Mal había entrado, Ben apenas se había relajado cuando un tiburón cerro sus fauces en su dirección, el enorme tiburón blanco empezó a morder la madera en un intento de llegar a él, Ben empezó a patearle con los pies, jopeando su nariz pues este ya estaba hundiendo el barco llenándole de agua.

Asustado y temeroso por su muerte Ben empujo su cuchillo a un costado del tiburón enterrándoselo, escucho un grito y un siseo que parecían provenir del animal, mas al alzar la mirada se dio cuenta que se trataba de la sirena, la criatura gruñía en su dirección mostrando sus afilados dientes mientras miraba con horror la sangre que salió de la enorme bestia, Ben trato de alejarse mucho más cuando el tiburón intento morderlo entre sus fauces, la sirena entonces jalo al tiburón al agua llevándoselo con ella.

El agua manchada de sangre solo dejo ese horrible aroma cobrizo en el aire, aquel mismo aroma que le recordaba la fatídica noche, cuando todos en el barco habían muerto, Ben no pudo mantenerse calmado durante horas, siempre temiendo que alguno de ellos regresara.

Por su parte Mal miro a su tiburón sacándole el cuchillo gruñendo totalmente preocupada por su amigo, el cuchillo se hundió en el fondo marino mientras ella se alejaba con todos los demás tiburones lista para arreglarle, otros tiburones podrían oler la sangre y tratar de matarle, Mal no era amiga de todos ellos y no podría salvarle entonces.

Pasaron horas cuando Ben finalmente comprendió que la sirena y el tiburón no regresarían intento moverse pero temía que el barco terminara por hundirse, estaba cansado, necesitaba salir de ahí, necesitaba algo de sol y una forma de escapar para llegar a casa, sabía que era un suicidio que la sirena o alguna otra criatura mortífera podría estar esperándole en el agua pero ya no tenía opción sentía que moriría si se quedaba más tiempo, lo único que extrañaría seria a su bella sirena Carlos pero por otro lado debía intentar salvarse.

Armándose de todo su valor y determinación salto al agua, en su mano la vieja estaca aferrada a su cuerpo como un arma, el mar era profundo y salado, no podía ver casi nada pero se las ingenió para alejarse lo suficiente de su refugio y empezar a nadar a la superficie, entonces algo tomo su pierna jalándole al fondo y pronto el rostro de la sirena purpura estaba frente al suyo.

Mal lo atrapo nadando en el agua, este humano tenía un deseo de muerte por querer escapar así, su joven amigo había muerto, no fue por las heridas de Ben, no eso apenas si era algo superficial, pero la sangre trajo a unos tiburones más grandes y ella simplemente no podía entrometerse en eso, había sido devorado y todo era culpa de su jodido humano, así que lo fue a buscar listo para matarle cuando le encontró intentando escapar, si tanto era su deseo de muerte Mal lo cumpliría entonces.

Ella se aferró su cuerpo para zambullirlo le miro a los ojos y siseó en su rostro para llenarle de pánico, pero Ben sabiendo que iba a morir no se rendiría tan fácilmente, le dio un cabezazo a la sirena, golpeo su nariz hasta hacerla sangrar y luego uso su estaca de madera para alejar, intento apuñalarle pero los rápido reflejos de Mal le hicieron alejarse y solo pudo rasgar parte de la cola de esta, la sirena siseo de dolor lanzamos contra el rasgando con sus garras su brazo, y Ben débil por falta de aire volvió a lanzarle la estaca y salió nadando de vuelta al único lugar que sabían, cuando se puso a salvo la desesperación le inundo, estaba otra vez, en esa cámara de aire a medio hundirse, iba a morir ahí, si no lo hacía pronto la sirena lo mataría, no tenía forma de escapar, nadie le ayudaría, en su desesperación solo pudo pensar en sus padres y la razón de ese estúpido viaje a la mar.

Incluso olvido a Carlos.

Jay había pasado toda la mañana buceando en el abismo en busca de basura humana cuando finalmente vio pasar a Mal, la sirena olía a sangre no solo la suya sino además humana, algo preocupado por qué bueno no habían tenido tiempo últimamente nado hasta a ella para alcánsarle cuando noto el rasguño en su cola.

- Mal – murmuro Jay a su lado – joder estas herida – gruño acercándose a su cola pero ella simplemente le empujó gruñéndole – Mal – la llamo ante su extraño comportamiento.

Más la sirena simplemente se alejó nadando, la emoción del encuentro aún estaba fresco en su memoria, el humano, el débil humano le había enfrentado, la miro con fiereza listo para luchar por su vida, ella jamás había visto algo así, la mayoría de los humanos que conoció habían estado gritando para tratar de defenderse, todos aterrados ante la criatura terrible, ninguno de ellos se hizo a las armas.

Mal quien siempre había sido temida, que nunca fue retada por nadie, la sirena que estaba acostumbrada a tener lo que quisiera, fue totalmente rechazada por un insignificante humano, uno que no podía respirar bajo el agua, uno cuya arma era una vieja estaca de madera, ella jamás se había sentido así, su corazón palpitando de emoción, la adrenalina aun corriendo por sus venas, la excitación ante el humano que con ferocidad le había herido.

Estaba tan confundida y al mismo tiempo emocionada, el humano, su humano era sorpréndete, magnifico, definitivamente iba a conservarlo, ella se dejó caer en la concha que usaba de cama sin dejar de pensar en lo sucedido, con la euforia del momento no pudo dormir en toda la noche.

Mal no lo sabía pero en ese momento se había enamorado.

********************

Lo primero que Ben había pensado al ver a Carlos era definitivamente que era la cosa más hermosa que jamás había visto, lo último que imagino fue que su nombre sería algo como Carlos, de hecho ni siquiera estaba seguro que fuera ese su nombre tal vez significaba otra cosa y la sirena al tratar de pronunciarlo simplemente salió como Carlos, el punto era que Carlos era la cosa más bella y magnifica que jamás se hubiese esperado, tan bella que Ben había caído de inmediato, no importa que su cabello no fuera tan largo como el de una chica y su pecho fuera completamente plano, el momento en que noto esos rozados pezones Ben se había puesto colorado y desvió su mirada como todo un caballero pero era realmente difícil no mirar cuando Carlos le sonreía, toda una tortura cuando las pecas en su pálida piel le guiaban a su pecho y solo quería tocar y lamerle y saborear cada parte de esa sirena.

Carlos era bellísima y definitivamente su favorita, mientras que Evie como Carlos le presento a la otra sirena era lo que debería esperar de una sirena típica, pechos perfectos cubiertos por pequeñas escamas, cabello largo y sedoso y una belleza sobre humana definitivamente no le atraía en lo más mínimo, cuando ella mostraba sus dientes o miraba el largo de sus uñas y joder esas espinas que podía jurar lo matarían con veneno, Carlos era más adorable, de curvas suaves y aleta mucho más llamativa sin espinas e incluso sus dientes y garras eran mucho más pequeñas que los de Evie por lo que no pudo evitar enamorarse de su bella sirena.

Además Carlos le traía siempre mangos, gustaba de traerle libros y escucharle leer las hojas enmohecidas con gran atención, Ben solo quería besar esos afelpados y rosados labios, debían ser la gloria, sin embargo noto dos cosas, Evie siempre estaba ahí mirándole como un halcón aun cuando parecía distraída con las cosas brillantes y dos cada que intentaba acercársele un poco la otra sirena siseaba mostrando sus dientes en su dirección y alejando a Carlos.

Tal vez eran amigas, hermanas o lo que sea, ¿pareja?, ¿las sirenas tenían novios? O ¿novias?, ni siquiera recordaba haber visto sirenas macho pero los cuentos no hablaban mucho de ellos cierto, otra cuestión era ¿porque seguía vivo?, recordó un poco las viejas historias de su profesor Lumier quien conto viejos mitos de griegos sobre sirenas aladas antecesoras de las marinas, muy diferentes a estas cubiertas de escamas, de igual voz melosa que atraerían a los marineros a su muerte pero conservaban alguno simplemente para reproducirse.

Estas sirenas solo eran femeninas y cuando el humano termino su función era asesinado, se estremeció un poco al pensar que sería el caso, que estas dos sirenas le mantenían vivo solo para aparearse con él y después lo matarían, tenía miedo pero al mismo tiempo algo de emoción y deseo nació en su interior cada que Carlos le sonreía, bien si iba a morir luego del sexo esperaba realmente quería que fuera pronto y por favor Dios santo permítele que sea con Carlos, no le importaba tenerlo con Evie pero por favor déjale llegar a tocar a Carlos, besarle y preñarle para dar vida a una nueva sirena que sería tan hermosa como su preciado Carlos.

Joder estaba jodido si realmente pensó que morir a manos de Carlos era algo bueno.

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Desde que Ben les había contado su encuentro con Mal, si la sirena purpura y su tiburón eran ellas, claro que eran ellas, este era Ben el humano de Mal, así que desde que Mal casi mata a Ben Carlos se paseó indeciso por el castillo, sus tareas ya terminadas por lo tanto tras hacer las de Evie para que esta pudiera cepillar su cabello una vez más, estaban bajo el agua no importaba cuanto lo cepillara nunca se mantendría en su lugar, pero en fin Carlos hizo las tareas para que esta accediera a ayudarle.

Había tenido una larga discusión Evie negó diciendo que este era el humano de Mal y si ella se enteraba que lo sacaron los mataría o peor aún los desterrarían mucho más lejos que el viejo castillo, Carlos le miro incrédulo asegurándole que debía mantener sus prioridades en orden por que morir era peor que ser desterrada pero tras mucho rogar Evie accedió y lo hizo porque en su última visita con Ben este entrego una hermosa corona a Evie quien emocionada la puso en su cabeza, sabía que Ben lo hizo para ganar más manlos pero no se lo diría a Evie por lo que tras esperar que ella se peinara saldrían a salvar a Ben, ya hasta tenían el lugar perfecto para ocultarlo.

Lo malo con los planes de este tipo es que Ben no estaba cooperando, como siempre Carlos apareció llamando el nombre de Ben pero este al notar que no había mangos empezó a usar todas esas palabras nuevas que aún no le había mostrado así que cuando puso en marcha su plan este peleo.

Carlos espero a que Ben se acercara a la orilla y entonces tomo su brazo le jalo y lo sumergió en el océano donde Evie le esperaba, entre los dos trataron de tranquilizarle pero el humano no entendía las palabras, finalmente Evie lo tomo y jalo para llevarlo.

No había pasado mucho cuando el humano dejo de moverse Evie chillo asustada sacudiéndole.

- Carlos – llamo a su hermano que vigilaba liderando el camino - Carlos ya no se mueve – su voz estaba alterada, con miedo al ver inerte a Ben - Mierda está muerto.

Carlos no lo pensó mucho tomo el rostro del humano y le beso soplando en su interior para llenarle de aire. Ben tosió un poco para nuevamente sentirse ahogado, pero la sirena nuevamente le besaba y se sentía bien era como si le devolviera la vida y joder podía derretirse en esos labios eran realmente afelpados como imagino, la sirena se retiró y sonrió mientras la otra volvía a nadar. La próxima vez que le falto el aire busco con desesperación a su salvadora más fueron esta vez los labios de su captora los que empujaron el aire en su interior.

Se turnaron ambas sirenas besándole y dándole el aliento que necesitara no se quejaba ambas eran hermosas pero definitivamente prefería a su sirena. A la belleza de cabellos platinados cuyo tacto era más cálido y labios suaves, a Carlos.

Lo hicieron hasta el escondite de Carlos cuando finalmente salieron a la pequeña cueva Ben a un se aferraba a los hombros de Carlos y aun que ahora tenía oxígeno para respirar Ben volvió a atrapar sus labios en un suave beso, se sorprendió Carlos no entendía por que hacia eso no había razón alguna, entonces Ben hizo algo muy diferente uso su lengua y probó la cavidad de Carlos causándole una extraña sensación de placer que jamás había sentido, Ben se aferró a su cabello besándole con más fuerza hasta que finalmente Evie lo separo de él jalándole por la espalda.

Ben estaba agitado aun asustado por su aparente ahogamiento pero al entender lo sucedido y verse en la cueva no pudo más que besar a su amada sirena, su salvadora que seguramente lo había llevado a otro lugar donde la aterradora sirena purpura no lo encontrara, así que lo beso, se dedicó a venerar la boca de Carlos con toda la dulzura que pudo encontrar.

Carlos estaba confundió, un extraño calor en su pecho se expandía, sus labios hinchados por el último beso y cabellos revueltos era una magnifica vista para Ben, la sirena llevo sus dedos hasta sus labios y sin saber por qué sonrió, no sabía que había pasado pero le gustaba, esa sensación, esa cercanía era algo nuevo, las sirenas no se besaban, ellas no conocían lo que era un beso, por lo que Carlos como Evie estaban confundidos por lo sucedido, Ben le miro desde donde había trepado para mantenerse lejos del agua llamándole así que se acercó y este volvió a besarle, esta vez fue diferente, más dulce y tierno.

Entonces Evie lo jalo al agua y desaparecieron en el fondo, Ben suspiro al ver a su amada alejarse, supuso que la otra sirena ¿su amante? Aun no sabía lo que era se puso celosa o algo así, por lo que esperando futuras visitas Ben se prometió enseñarle más besos a Carlos ya que se notaba no sabía nada, se sentó en la cueva para mirar a su alrededor y notar finalmente que estaba lleno de libros húmedos y utensilios humanos.

No había huesos lo que era un alivio, al menos no era aquí donde se alimentaban de sus víctimas, suspiro sabiendo que tal vez era la cena de emergencia y mejor mantuvo la atención en explorar su nuevo "hogar".

- ¿Qué rayos fue eso? – Evie enfrento a Carlos una vez lejos del escondite - ¡estabas comiéndote a Ben! – agito sus brazos – al humano de Mal.

- No lo estaba comiendo – se defendió – además el me ataco a mi – frunció su nariz – metió su lengua en mi garganta – y por alguna extraña razón estaba poniéndose todo colorado, hasta que algo frio cruzo su espalda – estaba probándome – murmuro – él quiere comerme.

- Es un humano – rodo los ojos Evie – los humanos no comen sirenas.

- Las sirenas como tú no – le recordó Carlos – son demasiado grandes y feroces pero las de aguas cálidas como yo son presa fáciles – recordó el viejo canto popular – Evie los humanos cazan sirenas cerca de sus costas y lo sabes, mamá lo dice todo el tiempo.

Y toda curiosidad de Ben murió entonces, temeroso de que este lo viera como un alimento, después de todo hasta él sabía que no podía vivir solo de manlos.

- No seas ridículo Carlos – Evie rodo sus ojos – Ben lucia extraño pero no creo que quiera comerte – empujo su cabello como la diva que era – tal vez es una costumbre de su pueblo, lo hizo tras salvarle.

- ¿Por qué no lo hizo contigo también? – pregunto a la defensiva.

- Te conoce mejor a ti – se encogió de hombros – y cada que me le acerco huye, sabe que lo matare si intenta algo.

- ¿No crees que quiera comerme? – pregunto cada vez más tranquilo pero aun un poco preocupado.

- No – le tranquilizo – pero si lo intenta otra vez muerde su lengua – Carlos hizo una mueca ante esto – o pregunta que significa eso.

Carlos pareció aceptar eso y juntos nadaron de regreso a casa, ahora prepararse para el estallido de Mal todo estaría bien, mientras ella no descubriera que fueron ellos quien tomó a Ben.

Ninguno de ellos noto que cierto tritón vio como Carlos intentaba mantener a su humano con vida, como aquel beso se malinterpretaría.

*******************

Jay estaba buscando a Carlos quería entregarle el nuevo collar que hizo para él era perfecto y esto dejaría sus intenciones claras con el tritón según Mal no había sido no suficientemente claro pfff aun que lo dudaba, le llevo comida, defendió su honor frente a él y construyó el nido más hermoso de todos, claro que aún no lo convencía para ir a ahí pero Carlos tenía que saber lo que pasaba. Cuando vio la cola azul de Evie nado más rápido.

Deseo no hacerlo.

Carlos estaba con ella, al igual que otro ser, no pudo verlo bien, no pudo observar el color de sus aletas para catalogarlo, no, lo único que vio fue a Carlos, su Carlos enredando sus cuerpos juntos, casi como apareándose, la ira le inundo estaba a punto de ir a arrancar su cabeza al ver a ese rival intentar robar a su pareja, entonces Carlos sonrió, la sonrisa más bella que jamás había visto para volver a juntar sus labios, aquella sonrisa que jamás fue para Jay, Carlos nunca la había visto así.

La ira se deslavo hasta convertirse en dolor, en rechazo puro, apretó el collar en sus manos y se alejó nadando.

No podía hacer esto, no frente a Carlos, lo mataría sí, no había duda abriría su pecho para arrancarle el corazón y llevarla de ofrenda a Carlos pero no lo haría con el como testigo. No quiso empañar la brillante sonrisa de su amor, incluso si esta no era para él.

Notas:

Ben enamoradísimo de Carlos joder esto ya parece ser un fic Benlos... Ben malo aléjate de Carlos shuuu shuuuu, mientras Mal se ha enamorado de Ben por retarla y Carlos él solo esta curioso de Ben, Jay quiere matarle y Evie, ella es feliz con sus joyas.

Carlos no sabiendo que es un beso.

Cada que digo manlos no es que me equivocara es que así es como entendió Carlos que se llama el mango.

Por otro lado el próximo martes es 31 wiii Halloween y por lo tanto viene mi fic de terror que será... redoble de tambores.... Un oneshot de sirenas asesinas no habrá mucho terror y sorry por hacer solo uno pequeño cuando años anteriores han sido más largos pero es que en esta ocasión el fic de terror será de la Bella y la Bestia en una versión zombie de la película, el cual publicare su primera parte el Miércoles primero de noviembre y si me da tiempo tal vez solo tal vez publique otro oneshot el 2 de Noviembre solo por las fiestas yey!!!!!!

Galletas?

Chocolate??

Un pez???  

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