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Capítulo 3: La sirena y el tiburón.

Notas:  Se que no he actualizado últimamente pero no les voy a mentir... en fin aqui esta el nuevo cap, sorry por la espera. 

Capítulo 3: La sirena y el tiburón.

- ¿Porque todo el mundo le tiene tanto miedo? – pregunto nuevamente Carlos mirando fijamente al grupo de sirenas que los rodeaban, todas ellas admirando los brillantes adornos y joyas con los que Evie siempre se vestían, sobre todo ahora que eran oficialmente bienvenidos y no tenían que andarse ocultando todo el tiempo como solían hacerlo.

Luego de la gran cacería nocturna y que Evie hiciera un trabajo bien hecho palabras de maléfica ellos podían nadar libremente por la colonia sin ser forzosamente atacados, claro que aun había la posibilidad pero ahora que Evie había hecho un gran labor y era demasiado útil para Maléfica tenían cierto estatus redimido, por lo que lo primero que hizo Evie fue llenarse de Joyas y obligarle a ir al centro de la colonia a presumirlas, Carlos fue llevado a rastras porque enserio aun recordaba que él podría convertirse en un bocadillo pero finalmente la curiosidad y animo de Evie lo contagiaron por lo que estaba ahí charlando libremente cuando hace unos minutos apenas si decía una palabra.

- Los gemelos son más grande que él ¿no entiendo? – frunció su nariz intentando comprender la razón de aquella situación, Jay no era el tritón más grande y si había escuchado las historias pero realmente le eran difíciles de creer todos ahí parecían temerle y se daban media vuelta o simplemente les cedían el paso, todos menos su hermana y al parecer el en sus momentos de estúpida valentía.

- ¿Acaso vives en la superficie? - pregunto Freddy mirándole como si fuera estúpido.

- A veces me gusta salir ahí – murmuro Carlos molesto.

- Jay es toda una leyenda – continuo ella ignorándole pues todos sabían lo raro que podía ser Carlos.

- El tritón más importante de por aquí – Zevon continuo apretando los dientes no queriendo reconocerle, él era mayor y aun así Jay le superaba.

- No has visto las cicatrices ha peleado con cada tritón y salido victorioso, incluso contra Gastón padre – volvió a decir Freddy tomando un demasiado gusto en uno de los brazaletes de Evie quien de inmediato le arrebato la mano.

- Ha peleado con Mal – murmuró otra sirena con asombro.

- Mi madre dice que ellos se aparearan esta vez - nuevamente Zevon dijo mal humorado recordando su oportunidad perdida - Jay lo intento hace dos años y ella casi le arranca el corazón – y recordó aquel momento con gran claridad Jay había estado lo más cerca que ninguno de ellos, Zevon toco su cuello por reflejo el dolor fantasma de la enorme mordida que Mal le dio una vez cuando lo intento, Jay salió con solo una cicatriz el casi muere desangrado de no ser por su madre estaría muerto - ha estado desde entonces cortejándole.

- Creo que ellos son perfectos juntos – finalmente Evie hablo dando un manazo a Freddy que insistía en querer robar su brazalete – solo mírales – señalo con la mirada a donde justamente iban pasando Mal seguida firmemente por Jay ellos apenas si lanzaron una mirada en su dirección – mirándonos como pequeñas imperfecciones bajo sus uñas, están hechos el uno para el otro – gruño no con envidia claro está.

- Solo desearía que me dejara en paz – insistió Carlos por que esa era la única razón por la que estaba tan obsesionado con Jay.

- Es que luces muy delicioso- Freddy tomo entonces su mejilla acariciándole con suavidad un pequeño sonrojo inundo el rostro de Carlos haciéndole sonreír mas, Evie de inmediato jalo a Carlos detrás de ella y siseó en dirección a Freddy mostrando sus dientes, las espinas de su cuerpo se erizaron listas para atacar ante la amenaza - tranquila Evie – Freddy retrocedió un poco tratando de no mostrar miedo con una simple sonrisa burlona en su rostro - pero Carlos es codiciado aquí una sirena cálida entre nuestras aguas – Miro nuevamente a Carlos - si no fuera por la reina Malvada serias la cena de quien fuera – Evie volvió a sisear a su alrededor y todas las sirenas se alejaron entre risas llamándole bocadillo, era seguro estar ahí para Carlos, por lo menos ahora tras una gran noche de cacería nadie tena interés en devorar a Carlos demasiada energía perdida cuando ya tenían suficiente comida en su casa pero eso no evitara que bromearan al respecto o que algún otro listillo quisiera realmente atrapar a Carlos, Evie tenía que cuidar a su pequeño hermano.

- No les hagas caso Carlos son idiotas – murmuro Evie mirando a su hermanito que solo frunció la nariz y dio un manotazo en su dirección cuando ella quiso tomarle de la mano.

Carlos salió entonces nadando hacia la superficie obviamente queriendo estar solo, ella capto el mensaje no lo seguiría, como dijo durante al menos unos días más era totalmente seguro para Carlos andar solo sobre todo en la superficie ninguna sirena saldría en busca de una presa y mucho menos en las horas de más sol como esa tarde, ella decidió regresar a casa, le daría solo un par de horas y entonces iría tras él, solo hasta que el sol dejara de ser tan sofocante.

Solo estaba molesto, ni siquiera entendía por qué, no era como si Evie fuera la culpable de ser lo que era, no es como si ella tuviera culpa alguna de que Jay lo acosara, a veces solo odiaba el hecho de ser una sirena cálida, si fuera como su madre el sería más fuerte podría protegerlas en lugar de ser al revés, si fuera una sirena escorpión desafiaría a Jay para que lo dejara tranquilo en lugar de eso era un tritón demasiado flaco, pequeño y sobretodo de apariencia nada aterradora sus uñas eran mucho más pequeñas a las garras de Evie, sus dientes solo ligeramente mas afilados que los de un humano y su piel suave y tersa necesitaba del calor del sol no era muy útil para pasar largos periodos en lo profundo de las aguas de su hogar.

A veces solo a veces deseaba ser una sirena mas intimidante o un humano, si tuviera piernas podría conseguir las bolas mas dulces que flotaban desde la isla cercana, comida dulce que había encantado a su madre y Evie pero eran tan escasas y la mayoría eran demasiado amargas para cuando caían al agua, sacudió su cabeza borrando esos pensamientos, si él fuera humano su madre no hubiera dudado en matarle, porque eso es lo que hacen las sirenas, esa era su naturaleza.

- No te vi en la cacería de esta noche - las palabras de Jay casi hacen que se caiga de la roca donde tomaba el sol, tan perdido en sus pensamientos no noto como la amenaza se acercaba.

- No voy donde hay un montón de hambrientas sirenas dispuestas a devorar lo que se mueva – Carlos entrecerró los ojos en su dirección nadando alrededor de la roca usándole como escudo entre el tritón y el, sabía que eso no le ayudaría a detenerlo pero el simple pensamiento de tener una barrera le daba cierta tranquilidad.

- Te traje esto – de inmediato Jay extendió la mano desde el otro lado con un paquete en vuelto en algas, Carlos lo miro indeciso no se fiaba de Jay pero por otro lado tenía un montón de curiosidad por saber que era, miro a Jay que solo parecía aburrido por entregarle dicho paquete, nuevamente su mano, mordió su labio con nerviosismo y finalmente se decidió, muy lentamente levanto la mano y la acerco para tomar el paquete.

Jay lo sujeto entonces Carlos grito alarmado sabiendo que eso debió ser una trampa trato de alejarse, soltarse, golpeo incluso en brazo de Jay e incrusto sus uñas pero el tritón mayor solo rio ante esto para jalarle y tenerlo frente de si, estaban demasiado juntos sus pechos casi se tocaban, Jay lo tenía ahora agarrado de su cintura y el cometió la estupidez de golpear su pecho para exigir su liberación, el volvió a reír, Carlos siseo entonces tratando de parecer más intimidante y cuando Jay volvió a reír por esto Carlos muy furioso levanto su mano para enterrar sus uñas en su pecho, en su corazón como su madre le había dicho una vez, mas al intentar hacerlo lo vio tres enormes marcas, cicatrices de garras justo donde su corazón estaba.

Sin poder evitarlo recordó las palabras de Zevon y sus dedos tocaron la descolorida piel de estas con cierta curiosidad, no era una caricia pero definitivamente tampoco una agresión, cuando levanto la mirada avergonzado por su acto Jay le miraba completamente fascinado y nuevamente el paquete le fue presentado, Carlos lo tomo con suavidad y abrió encontrando una masa sangrienta en su interior.

- ¿Qué es eso? – pregunto con algo de asco pues parecía a la carne que su madre guardaba en la despensa.

- Un corazón humano – sonrió satisfecho Jay - es la mejor parte – señalo como si fuera obvio - delicioso debes probarlo - Carlos empezó a removerse incomodo aun en el agarre de Jay, no entendiendo realmente lo que pasaba, pero si esperaba que comiera eso estaba totalmente loco, Carlos no pondría sus labios en eso, nunca, jamás, nope, la última vez se sintió enfermo por una semana.

- Ammm.... ¿Gracias? – finalmente soltó cuando se dio cuenta que Jay no iba a dejarle ir.

Y funciono, Jay asintió soltándole suavemente volvió a mirarle y por un segundo parecía indeciso incluso parecía volver a tomarle en brazos pero se lo pensó mejor para volver a sumergirse y desaparecer.

Eso fue lo más raro en su corta vida se dijo Carlos no tenía idea de lo que pronto pasaría.

************

- Toma Evie – Lanzo en dirección a su hermana nada mas entro por la puerta del castillo para cruzar la sala hasta el otro lado donde el gran ventanal daba hasta los campos ahora lleno de esas medusas venenosas, eran hermosas pero mortales.

- Un corazón – Evie miro la comida emocionada - ¿dónde conseguiste esto? – pregunto pues era totalmente extraño que Carlos tuviera algo así.

- Jay – fue todo lo que dijo mientras seguía mirando el maravilloso espectáculo de las medusas, Evie parecía que diría algo frunciendo la nariz dispuesta a maldecir a Jay más entonces el reconocimiento de la situación le golpeo, ella guardo el alimento y salió del lugar.

Necesitaba encontrar a cierto tritón y dejar las cosas claras, nadie jugaría con su hermanito.

******************

Mal suspiro nuevamente en la entrada de su cueva estaba otra vez un enorme pulpo muerto, ayer fueron dos delfines y hace dos semanas un tiburón, solo conocía a alguien tan estúpido como para ir a cazar a sus hermosos Bebes, por lo que saliendo muy enojada fue en busca del infractor ella lo mataría y daría sus restos a los tiburones.

- ¿Qué diablos crees que estás haciendo? – hablo Mal cuando le encontró al borde del abismo – llevando esos animales muertos – gruño.

- Cortejándote, ¿no es obvio? – Jay rodo los ojos mientras se cruzaba de brazos, de hecho en ese momento iría a buscar uno de esos peces que solo viven en los abismos eran muy difíciles de cazar y esperaba con eso lograr su objetivo finalmente.

- ¿Cortejándome? – Mal le miro incrédula durante unos segundos finalmente entendió la intención y suspiro - no me interesa déjalo – ordeno igual a como hacia a todos sus pretendientes, ella estaba cansada de ellos.

- No – más Jay se mantuvo firme en su decisión.

- Eres realmente muy estúpido Jay – siseo ella dando media vuelta para irse de ahí nadando.

- Soy el mejor cazador de todos – aquellas palabras le hicieron detenerse pero no se dio la vuelta - eh luchado contra tritones del doble de mi tamaño y salido airoso, soy el mejor de toda la colonia.

- ¿Y eso debe impresionarme? – ella miro sobre su hombro realmente aburrida, aquello no era nada para alguien como ella, para la hija de Maléfica.

- Merezco lo mejor y eso vendrías siendo tú – aquello casi le hizo reír por lo que se giró para mirarle con una gran sonrisa.

- Repito no me interesa – rio burlonamente - si no retrocedes te arrancare el corazón – termino la amenaza con su gran sonrisa llena de dientes afilados.

- Un pequeño precio a pagar por que seas mía – y Jay rebatió sus palabras haciendo una pequeña reverencia para lanzarse al abismo con rapidez, ella se quedó mirando al tritón hasta desaparecer en las profundas aguas, hasta que la oscuridad le hizo perderle y finalmente bufo para regresar a su casa.

Jay era realmente raro, siempre atrayendo la atención de todas las sirenas y aun que realmente nunca hizo caso de ningún de ellas, Mal no iba a ser su trofeo.

Volvió a suceder, nuevamente animales muertos en su entrada, con Jay siguiéndole a lo lejos por todas partes e incluso llevándole baratijas como las que algunas sirenas usaban lo peor de todo su madre estaba empezando a gustarle la idea, claro que ninguno de ahí era lo suficiente bueno para ellas pero Jay era aceptable, era joven fuerte y viril lo necesario para darle crías y Mal estaba segura que su madre esperaba que lo matara nada más esto pasara.

Ella quería matar a Jay, arrancarle el corazón por su estupidez pero no después de aparearse, ella ni siquiera quería crías, aun o nunca, no estaba segura si las llegaría a querer.

Por lo que una semana después de que Jay la estuviera acosando ella dijo basta y se lanzó contra el tritón, fue en medio de la plaza central ella eso sus garras y dientes filosos para causar el mayor daño posible y Jay se defendió como nunca la pelea concluyo cuando Mal enterró sus uñas con fuerza sobre su corazón y Jay le dio un fuerte cabezazo ella retrocedió entonces, Jay miro su herida gruño con fuerza y se lanzó contra ella golpeándola contra la roca del fondo sus garras se cerraron contra su garganta listo para asfixiarla cuando Mal usando su cola arañó su espalda Jay le soltó entonces ambos jadeantes por su pelea.

Mal sonrió sin dejar de ver a Jay quien finalmente se paró derecho peino sus cabellos con su mano e hizo una pequeña reverencia para salir de ahí, ella pensó que eso sería todo, que tras admitir su derrota Jay no le molestaría otra vez.

No fue así.

- Creo haber sido muy clara no me interesa – gruño frustrada Mal mirando el collar de brillantes que Jay le estaba entregando una baratija encontrada entre los restos de los barcos hundidos.

- Lo sé – Jay volvió agitar el presente para ella.

- Entonces largo – gruño nuevamente mostrando el color verdoso de sus ojos - Jay es mi última advertencia.

- Sé quién eres realmente – Jay le tomo del brazo para impedir que se marchara.

- No sabes nada de mí – murmuro molesta soltándose de su agarre.

- Se que eres la mejor sirena después de tu madre, que Evie, Freddy e incluso Uma están por debajo de tus habilidades – Mal bufo ante esto ya que obviamente era la mejor no era un secreto - que Úrsula desearía tener la mitad de tu poder, también sé que aun que quieres pares ruda y fría no lo eres – eso la hizo entrecerrar los ojos en su dirección cruzándose de brazos algo molesta - que no usas a los tiburones como simples bestias de caza y te preocupas por ellos - por un segundo las defensas de Mal cayeron al ver que alguien noto ese lado vulnerable - te eh visto escuchar sus problemas y consejos – Jay sonrió ante sus reacciones, las de una chica asustada por descubrir una parte de ella oculta - has cuidado de los más jóvenes y ganado su confianza, sé que a diferencia de tu madre eres un líder digno de seguir no por poder si no por lealtad, porque eres alguien que podría ganar mi confianza.

- Eso es algo lindo viniendo de un asesino a sangre fría – Mal se recuperó en un instante volviendo a su antiguo yo, volviendo a cerrar sus emociones - sigue sin interesarme.

- Soy fuerte, hábil y definitivamente capaz de tomar el poder de la colonia si me lo propongo – ella enarco una ceja ante esto, ante la amenaza tan sínica hacia el reinado de su madre - acéptame y juntos lograremos más de lo que imaginas.

- No tengo intención de aparearme contigo – sentencio Mal.

- Ni yo – Jay hizo una mueca ante esto - pero nuestros hijos serán fuertes e invencibles.

- Sabes detesto repetirme - ella solo parecía cansada ahora de tener que repetirse - pero déjame ver no me interesas ni yo a ti ¿porque sigues con esto?

- Porque soy el más fuerte y tú lo eres también – dijo Jay como si eso explicar todo cuando no lo hacía, Mal volvió a darle una larga mirada obviamente no comprando aquel argumento y finalmente el tritón soltó un fuerte suspiro - porque mi padre insiste, porque todos esperan eso de mi – sus hombros se desplomaron derrotado - por qué es lo que se supone que debo hacer.

- No tengo intenciones de unirme de por vida a alguien, mi madre devoro a mi padre nada más fui concebida, no quiero algo así.

- Ni yo quisiera eso Mal – la voz de Jay hora no era tensa y orgullosa como hace un momento de hecho parecía más cansada y esperanzada - somos seres fríos tanto como las aguas que habitamos, somos motivados por razones egoístas e instintivas, hacer mas fuerte a la especie, el sentimiento es algo meramente humano, al que nuestras primas sirenas pagan un alto precio.

- No deseo convertirme en espuma de mar – murmuro recordando las viejas historias - lo sé pero entonces ¿qué sentido tiene? – Mal parecía cada vez mas indecisa, como si los argumentes se le hubieran terminado - es una larga eternidad para pasarla sin emoción alguna.

- No tiene por ser así, tampoco deseo ser unido a alguien completamente frívolo – Jay se acercó para tomar su mano con suavidad - quiero cortejarte y tal vez en algún futuro unirnos, aparearnos y tener hijos fuertes, eso mantendría tranquilo a mi padre y nuestro pueblo.

- No puedo asegurar algún día amarte – Mal no se apartó ella levanto la mirada para observar al tritón y volvió a dejar caer sus defensas, ella revelo lo que realmente anhelaba, amor.

- Ni yo a ti – sonrió Jay al ver el pánico en la chica tras sus palabras en un intento de tranquilizarle - pero tal vez te ofrezco mi amistad, si me voy a obligar a buscar una pareja prefiero buscar a alguien que tenga mi confianza y no de quien deba cuidarme en mi sueño.

- ¿Crees que no te mataría? – la voz sarcástica de Mal estaba de vuelta.

- No sin una buena razón – sonrió el - hablo enserio Mal eres digna de ser un líder y has ganado mi admiración, deja que gane tu amistad al menos.

- Somos demasiados jóvenes aun, tenernos miles de años por delante y...

- Lo sé pero si tengo un objetivo no seré empujado por mi padre y supongo que eso alejara a los pretendientes molestos para ti también.

- Mi madre no estará muy feliz por esto – mintió no iba a darle la satisfacción de saber que era casi aprobado por su madre - y voy a tener siguiéndome por todas partes ¿no es así?

- Han dicho que soy encantadoramente agradable – guiño un ojo en su dirección.

- Te han mentido – soltó su mano cuando finalmente se dio cuenta que aun la sostenía – amistad – suspiro - bien es un trato pero si haces algo estúpido voy a arrancarte la cabeza.

- Bastante justo – se encogió de hombros aceptando el trato - si encuentras a alguien que quieras – empezó a relatar.

- Eso no va a pasar – le corto antes de ir por ese camino otra vez, ya había sido demasiado de emociones no iba a ponerse a tener una charla de chicas con Jay ni a hablarle de como nadie en la colonia e interesaba, sirena o tritón, ninguno llamaba su atención.

- Si alguno lo encuentra – más Jay volvió a intentarlo, él quería dejar claro ese punto, hacerle saber a Mal que tenía una opción o el, que ellos no estaban unidos forzosamente.

- Si eso pasa hablaremos entonces – levanto una mano para callarle - Y Jay espero un cortejo adecuado – se acercó intimidante empujándole con su dedo - soy después de todo la mejor sirena del lugar – Jay volvió a sonreírle asintiendo, hizo una nueva reverencia y salió nadando en busca del mejor regalo de cortejo.

Al día siguen Jay le llevo una orca para ofrecer a Mal frente a toda la colonia, arranco el corazón y se lo ofreció, Mal lo tomo con una sonrisa en la cara.

*****************

Evie había estado buscando a Mal toda la tarde, después de su charla con Jay que se trataba más de gruñidos y amenazas sobre dejar a su hermano en paz y que este se negara, ella buscaba a Mal para que amarrara a su tiburón, todo el mundo sabía que Mal amaba a estas criaturas no era de extrañar que gustara de Jay.

Así que la busco para obligarle a obligar a Jay a dejar a Carlos mas no estaba en ninguno de los lugares conocidos finalmente porque escucho de Jay estaba en el cementerio de barcos donde el ultimo naufragio apenas si se sostenía sobre las rocas afiladas, no entendía que hacia Mal ahí ya no había carne y Mal no era de las que buscaran "basura humana" como ella, sin embargo entro a buscar entre los escombros de la nave estaba por darse por vencida cuando escucho unos ruidos.

Fue a investigar llego hasta donde una cámara de aire mantenía una habitación del barco completamente seca, bueno lo más seco que se puede ser había mantas que definitivamente podía usar en casa y algo brillante sobre salía debajo de una, olvidando completamente a Mal ella intento llegar a la cosa brillante siéndole imposible, con frustración gruño jalo la manta con fuerza ya que parecía estar atorada, cuando finalmente quito dicha manta se congelo.

Dos enormes ojos chocolate le miraron aterrado desde el otro lado de la habitación, su cabello era un desastre y sus mejillas llenas de sangre seca el brazo que intento usar para cubrirse tenia marcas de garras y cuando intento levantarse para retroceder le vio cojear de su pierna derecha, esta cosa tenia piernas, esto era un humano, un humano muy vivo que le miraba con horror, ella gruño en su dirección porque una presa viva era un gran descubrimiento era demasiado grande y su madre la felicitaría, el humano parecía más asustado busco algo con que defenderse más antes de que ella pudiera o intentara hacer algo como cantar para atraerle algo la golpeo por la espalda sumergiéndola.

Mal la empujo dentro de agua gruñéndole.

- ¡Mio! – mostro sus enormes dientes a Evie.

Notas:

El extraño ritual de apareamiento de Jay y Mal.

Adivinen quien es el humano que encontraron, único superviviente de la masacre??

Galletas?

Chocolate??

Un pez???

oBarNo/\|IeJZ

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