Capítulo 13: La bruja del mar.
Capítulo 13: La bruja del mar.
- Hola Jay – Carlos sonrió cuando escucho un chapoteo en el agua corrió al mar ya que diviso la aleta de tiburón sobresaliendo.
- Hey Carlos, ¿quieres hacer eso de la citas ahora? – pregunto mirándole desde el agua con una sonrisa.
- ¿Citas? – Ben se acercó levantando una ceja – Mal no bromeaba con lo de casados – frunció la nariz ante esto, porque ambos eran chicos.
- No estamos casado – dijo Carlos con una gran sonrojo – solo estamos en citas – termino como si fuera un experto en eso.
- Ok – dijo Ben el malestar en su estómago aun asentándose – me voy y los dejare en su "cita" – hizo comillas en el aire – trata de no mojar tu vestido – le dijo al chico mirando de reojo como Jay parecía molesto por algo por lo que decidió molestarlo a un más y se inclinó para su beso de despedida, pero Carlos se alejó desvió el rostro y su beso fue a parar el la mejilla sonrojada de chico.
- Adiós Ben – dijo Carlos palmeando su pecho y empujándole para empezar a tirar de su vestido y saltar al mar, Jay lo miro victorioso desde el agua.
Y Ben solo les miro irse, a los dos tritones con tendencias sodomitas, bueno al parecer Carlos había elegido, ya no habría besos, el disfrutaba los besos, ni más apapachos, soltando un suspiro regreso a su refugio le dolió un poco, en su orgullo, dado que Carlos su preciosa Carlos eligió a un salvaje en lugar de un príncipe educado como el, pero bueno estaba el importante hecho de que era un chico y lo suyo no iba a funcionar, ahora si tan solo pudiere quitarse de encima a Mal que parecía muy pero muy obsesionada con él podría concentrarse en su objetivo de como volver a casa.
Paso un rato más mirando al horizonte, ese día Mal no apareció por ningún lado y Carlos ya llevaba horas fuera, estaba tan aburrido que pensó en dormir un rato, cuando lo vio una pequeña mancha en el horizonte, una que fue agarrando forma, un barco.
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La cita iba muy bien, estaban en un campo de algas cercana a la casa de Zevon, la razón nadie venia aquí por su dichosa madre y a Carlos le gustaban esas algas así que ahí estaban teniendo esa cita, en la que Jay no sabía qué hacer, pero ver el colgante en el pecho de Carlos era suficiente, su chico nadaba alegremente entre las algas, riendo cuando estas le hacían cosquillas y de vez en cuándo mordiendo una, hasta que su cola se atoro y grito por ayuda, Jay la corto con facilidad salvándole o eso fue lo que Carlos dijo, el chico le miro con esos hermosos ojos y si Jay no supiera que Carlos no tenía ese tipo de magia podrá jurar que lo había atrapado, lentamente se acercó a él y unió sus labios en un gesto que ahora le era adictivo.
Besar a Carlos era mil veces más satisfactorio que cualquier pelea, Carlos rio entonces y Jay aprovecho para dejar más besos en su cuello y barbilla y cuando el empezó a quejarse de las cosquillas que sus dientes le hacían Jay empezó morderlo, solo con suavidad, apenas si un roce de sus afilados dientes para verle retorcerse más entre sus brazos, sus pequeñas mordidas subieron por su cuello hasta su barbilla y ahí en un accidente perfecto mordió su labio haciéndole sangrar.
- Lo siento – dijo Jay pasando su dedo por la herida realmente lamentándolo, Carlos entre abrió los labios solo un poco hipnotizado por la mirada tan profunda que le daba el macho más grande, saco su lengua para probar su propia sangre y sin querer nuevamente roso el mortal dedo de Jay – Carlos – susurró este sintiendo aquello extraño, viéndolo como una invitación se inclinó nuevamente para reclamar sus labios.
Solo que estaba vez no se quedó ahí, no fue una simple presión, sus bocas se abrieron y la lengua de Jay se unió a la de Carlos forcejeando, empujando y peleando aquella batalla campal, fue delicioso, Carlos solo lo había hecho con Ben y Jay un inexperto demostró saber bien seguir sus instintos, unos que no sabía que tenía dado que ellos no sabían lo que era un simple beso, y sin embargo fue el mejor momento de sus vidas, las manos de Jay se aferraron aún más a la espalda de Carlos este se dejó besar, sentir, inundarse por el tritón más grande no queriendo separarse de aquel bello momento, entonces todo acabo.
- Carlos – llamo la voz de Zevon haciendo rabiar a Jay que gruño en su dirección apartado al pequeño tritón.
- ¡Mío! – siseo Jay en su dirección.
- Jodete Jay – dijo valientemente el tritón sorprendiéndole – Mal está buscándoles, toda la jodida colonia lo hace – agito las manos – esto definitivamente no es bueno – señalo.
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Mirar a Ben desde la lejanía, verlo correr en la arena y trabajar bajo el sol, sus músculos flexionados ante cada movimiento le quitaban el sueño, entonces Carlos aparecía en escena corriendo a su lado saltando sobre el mientras Ben lo atrapaba entre risas solo le causaban una enorme molestia.
Lo quería, envidiaba tanto a Carlos y sus piernas estúpidas, deseaba sentir esa sensación de caminar en la tierra de la mano de Ben, el verse a su misma y sentir sus brazos rodeándole como lo hacía Carlos, más lo que deseaba era imposible suspiro por centésima vez ese día y se sumergió al ver a Carlos marcharse con Jay incluso el estúpido tiburón había conseguido a Carlos y ella acariciando su collar se preguntó si Ben comprendía el significado de aquel regalo a ella, o si solo fue algo inocente, una baratija en agradecimiento por dejarle vivir, pensar en eso no le gustaba.
Detuvo su nadar al darse cuenta que no estaba cerca de la colonia, de echo sin notarlo había nadado hasta las afueras, el cementerio de ballenas, el hogar de la una de las brujas del mar más poderosa, tres eran las más temidas, su madre quien había tomado el poder, la reina malvada y Úrsula, la bruja del mar.
Se sintió extraña, no estaba asustada era algo diferente, enojada debió ser, pues no podía creer que estaba tan desesperada como para buscar su ayuda, sería el hazme reír de toda la colonia, y su madre estaría furiosa de saber que busco la ayuda de aquella bruja, Úrsula a diferencia de la reina malvada no fue exiliada de echo Úrsula había apoyado a su madre y siendo un fuerte aliado, algo ridículo tomando en cuenta que cada sirena solo buscaba el poder por lo que no era confiable, la vieja bruja ni siquiera era una sirena pues donde debería haber una hermosa cola largos tentáculos pegajosos se encontraban, además de que a diferencia de las sirenas no se alimentaban de humanos aun cuando Uma gustaba de unirse a la cacería, buscando sus "ingredientes" algo repulsivo.
Dio media vuelta lista para volver a casa y olvidar fantasías tontas al verse junto a Ben en tierra cuando ese mismo sentimiento le detuvo, piernas, la risa en su cabeza de Carlos y Ben juntos le hizo cometer una estupidez ya antes de que su lapsus de locura desapareciera nado hasta la guarida de la bruja, una extraña cueva llena de huesos no solo de ballenas si no también humanos y de sirenas.
Entro aun cuando las alarmas en su cabeza le decían que era una tontería y que definitivamente no debía pero lo hizo, la cueva oscura con algas verdosas cayendo del techo pegándosele como intentando detenerle, huesos de aletas de sirenas debajo de ella advirtiéndole nuevamente, entre más entraba más se convencía de huir, entonces lo escucho.
- Pasa, pasa hija mía, no espíes por los rincones no es cortes – una voz grave y profunda se escuchó desde el interior de un enorme caracol decorado con huesos y cráneos algunos destrozados - voy a pensar que no tienes modales – y una risa siguió aquello mientras miraba unos tentáculos verdosos se abría paso dentro del caracol, lo que salió de ahí no era Úrsula
- Uma – dijo Mal recuperando el control de su cuerpo porque aunque no lo quisiera admitir había sentido algo de miedo, pero esta era Uma si bien tenia los mismos largos tentáculos de su madre en colores verdosos su piel morena y sobretodo sus ojos grises era mucho menos intimidantes.
- Hola Mal – respondió ella – con una sonrisa sarcástica – ¿no veo a tu sequito por ningún lado? – miro detrás de ella con curiosidad, Mal solo rodo los ojos y al ver que era Uma la que se encontraba ahí negó con la cabeza dispuesta a irse, esto había sido un error después de todo – pero eso no importa hablemos de la razón de que estés aquí – agrego no dispuesta a ver huir a la sirena.
- Error – dijo con desdén dándose la vuelta.
- Sé por qué estás aquí – dijo Uma entonces caminando hasta un pequeño tocador de dos conchas que al abrirlas mostraron un enorme espejo casi como los de la reina malvada, Mal bufo ante esto deteniéndose en seco al escucharla hablar – estas aquí porque estas enamorada de un humano – sonrió al notar la reacción de Mal por el espejo, sus tentáculos le alcanzaron un frasco que uso para poner el líquido extraño que salió en su rostro – a menos que el humano en la isla – continuo arreglando su cabello – sea una simple mascota – Uma fue empujada entonces salvajemente contra el cristal de tocador, uñas afiladas se clavaron en su cuello amenazante.
- ¿Cómo sabes de él? – gruño amenazante, esperando una respuesta.
- Tengo mis fuentes – declaro sin miedo alguno, Mal enterró más sus uñas mientras el agua se llenaba del característico aroma a sangre, los tentáculos de Uma ni se movieron – eso no es importante aquí – jadeo Uma sintiendo cada vez más dolor – se cómo obtener lo que quieres – hizo una mueca de dolor ante tales palabras Mal aflojo su agarre – deberás convertirte en humana – termino al verse completamente libre del agarre, sus tentáculos sobaron las heridas mientras otros traían botellas y algas para curarle.
- Y supongo que tú puedes hacerlo – bufo cruzándose de brazos.
- Pero pequeña y dulce Mal – dijo con mala ternura - eso hago para eso vivo, para ayudar a almas en infortunio como la tuya – dramatizo nadando a su alrededor - sola y triste sin tener con quien contar - burlona nado por la cueva hasta otro estante.
- Corta el rollo – le gruño en respuesta – o te arrancare los tentáculos uno por uno – amenazo, Uma solo se carcajeo buscando un montón de frascos que tenían como pensaba partes humanas e incluso criaturas marinas.
- Tienes suerte conozco algo de magia, un talento innato para mí – se rio acercándose a una mesa de coral que se abrió como un caldero - Estas enamorada de un humano no un humano común si no un príncipe, a Maléfica le encantara – siguió burlándose.
- No estoy enamorada y me gustaría saber cómo es que sabes que es un príncipe – frunció la nariz cada vez más desconfiada.
- Este es trato – dijo ella ignorándole – hare una poción que te transformara en humana - la llamo a su extraño caldero, Mal de mala gana se acercó - tendrás que lograr que el príncipe se enamore de ti – explico y Mal parecía muy confiada – y que lo pruebe ante el mundo entero si lo hace seguirás siendo humana – aplaudió feliz – pero si entrega su amor a alguien más al ponerse el sol al tercer día te volverás espuma de mar – sentencio, Mal miro pensativa el burbujeante liquido en el caldero pensando detalladamente todo lo que sufriría – una cosa más debo advertirte la transición no será fácil, sentirás como si tu aleta se partiera en dos y al caminar erizos de mar pincharan tus pies – susurró – será todo un tormento – ambas guardaron silencio los frascos con ingredientes flotaban a su alrededor, una botella extraña, con un corazón llamo su atención y finalmente Mal asintió.
- Hagámoslo – apretó la botella debía estar loca para aceptar algo así – espera – la detuvo cuando esta jalo el frasco en sus manos lista para comenzar - ¿Qué pides a cambio?
- No es mucho lo que pido solo es una insignificancia no lo extrañaras, lo que pido es tu voz – respondió sonriente mirando el frasco con el corazón.
- ¿Qué? – dijo confundida.
- Estoy bromeando – negó ella – no quiero nada de ti Mal – inclino la cabeza inocente – sirvo a mis propios propósitos y lo vi – la miro a sus ojos – al humano en un barco enorme, aquel que es llamado pirata – miro sus uñas con detenimiento – lo necesito a el – el que tu tengas piernas ayudara a tenerlo – Mal aún estaba confundida pero acepto, quería la poción y definitivamente no dejaría que se acercara a Ben.
Minutos después tras explosiones extrañas y canticos mágicos salió de ahí con una pequeña botella guardada hábilmente pensando el momento justo de usarla, en la cueva Uma sonrió viéndola partir.
- Finalmente seré libre Madre – dijo a la nada tocando el collar de caracol en su pecho – el hechizo que hay en mí se romperá – cada vez reía más fuerte estrujando el collar - ¿me escuchaste? - Se acercó a un hueco en el suelo donde una tabla lo cubría para levantarlo y mirar a Úrsula o mejor dicho el cadáver de Úrsula - ya no te perteneceré- y soltó una risa mucho más profunda, una que resonó entre las paredes de la cueva, una llena de verdadera felicidad, mientras levantaba con sus tentáculos una extraña esfera de cristal mostrando a Mal nadando a toda velocidad.
Para Mal las cosas solo fueron mal desde ahí Maléfica se enteró de su visita a la cueva de Úrsula y aun que era una aliada esta no confiaba del todo en la criatura, Mal trato de no darle importancia pero la vieja sirena está harta, si cría se había estado comportando de una forma indigna a su linaje, el terror que solía sembrar junto al que sería su pareja ya no existía, pues ambos eran vistos nadando solitariamente lejos el uno del otro, además de sus desapariciones misteriosas.
La gran emperatriz del mar no podía permitir tal falta de respeto y lo que debió ser un pequeño regaño una amenaza simple para volver a su hija sumisa se convirtió en una revelación, Mal debió estar aún bajo los efectos de la locura, de su fantasioso sueño con Ben pues en algún momento soltó que de ninguna manera se aparearía con Jay y que la siguiente luna de sangre preferiría estar muerta, Maléfica simplemente le prometió arreglar eso.
Mal salió nadando a toda velocidad empujando y atacando a cuyo tritón trato de detenerla y cuando finalmente parecía que había sido atrapado su inseparable amigo tiburón blanco llego arrancando la cabeza de un tritón, la reina del mal solo le vio partir, Mal volteo una última vez antes de notar lo enfadada que estaba su madre y como había sellado el destino no solo de ella si no de sus amigos.
La noticia se corrió en ecos, Maléfica pedía como sacrificio a su propia hija, su pretendiente y los hermanos de la antigua reina, habían osado retarla y nadie está en contra de los deseos de la emperatriz oscura.
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Un barco.
Había un jodido barco en la playa, Ben estaba eufórico, hasta que recordó cómo fue que naufrago y se llenó de terror, en cuanto la pequeña canoa llego a las orillas del su pequeña isla y diviso a su hermano en esta, salió corriendo agitando los brazos gritando sobre peligros, salir del agua y cosas así.
- ¡Salgan de agua! – había gritado Ben agitando los brazos - ¡ETHAN SAL DE AHÍ! – grito cada vez más desesperado, su hermano confundió pensando que estaba feliz de verle sato al mar importándole poco hundirse para correr a la playa a lo que Ben estallo a un más en pánico corriendo a encontrarle a mitad de camino.
Lo que debió ser un hermoso momento de reencuentro entre dos hermanos se transformó en un momento de pánico, donde Ben saco a Ethan del mar entre gritos histéricos, "salgan del agua" insistió cada vez más eufórico, mientras su hermano lo miraba confundido, entonces algo golpeo la nuca de Ben y este se desplomo en brazos de Ethan.
- ¿Por qué hizo eso? – pregunto el pelirrojo mirando a Harry quien le había golpeado con el mango de su pistola – Ben – sacudió a su hermano - ¡Ben! – cada vez más preocupado.
- Estaba histérico – respondió con desdén, Gil apareció entonces levantando a Ben como un costal con total facilidad para ayudar al príncipe molesto – tuve que hacerlo, lo eh visto ciento de veces – mintió tan creíblemente que cualquiera le hubiera creído – es más fácil para el así, se recuperara en el barco hizo un gesto y Gil lo llevo al bote donde otros piratas lo acomodaron mientas el príncipe preocupado miraba todo.
- Creí que estaría feliz de verme – murmuro Ethan confundido mirando la playa – estar solo debió afectarle más de lo que pensé – sin embargo el capitán no le hizo caso, siguió caminando hasta el pequeño refugio de este rebuscando entre sus cosas encontrando los regalos "basura" de las sirenas.
- La isla luce desierta capitán – murmuro Gil acercándose a el quien parecía conocer el lugar – debemos irnos – insistió pues no había querido separarse de su capitán por mucho tiempo.
- Que algunos hombres busquen provisiones antes de nuestra partida – dijo mirando con decepción la choza y luego la playa, definitivamente no había esperado ver al principito vivo pero su mayor decepción fue no tener ni un rastro de las sirenas, no había peines de oro, ni adornos de perlas negras y coral solo un náufrago intentando sobrevivir.
- Por supuesto capitán – asintió.
Un segundo bote lego entonces cargado de hombres que de inmediato se internaron en la selva buscando comida mientras ellos regresaban al barco, el bote se meneaba suavemente con las olas, Harry examinaba al príncipe que no lucia tan mal como un náufrago debía estar además de escuchar como Ethan agradecía a dios el encontrarlo vivo, alguien le dio un manotazo, Harry estuvo a punto de ensartar en su garfio al idiota que lo hizo cuando levanto la mirada.
Todos miraban en una dirección, de entre las aguas emergiendo unos hermosos ojos azules brillaban bajo una mata de cabello azulado adornado en oro, la criatura los miro fijamente dejándoles sin habla empezando a sacar lentamente la cabeza siguiéndoles con la mirada, entonces empezó a cantar.
La pequeña embarcación pareció que había caído a la deriva, todos los hombres miraron embelesados a la criatura, incluso Ethan quien no daba crédito a lo que veía, emergiendo de entre las aguas hombros y pechos cubiertos de escamas una sirena cantaba para ellos, un marinero se arrojó al agua, seguido de otro más en su afán por alcanzarle nadando hasta ella, Ethan cada vez más confundido sintió como Harry trataba de abrirse paso hacia la orilla, cuando Gil detuvo a su capitán y apuntando su arma disparo a la criatura que asustada volvió al fondo del mar dejando de cantar.
- ¡Todos al barco perros sarnosos! – grito Gil sacando de su ensueño a los demás que de inmediato remaron al barco, los dos marineros que estaban en el agua intentaron volver al bote, el más cercano lo logro apenas por poco pero el ultimo se hundió en el agua jalando por la criatura ante esto los demás remaron más fuerte y Harry solo sonreirá con sorpresa – Capitán – llamo Gil y este lo miro notando la escalera para subir al barco y a su subieron con Gil tomando a Ben para dejar el bote – la criatura los miraba desde entre las olas.
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Carlos y Jay nadaban a toda velocidad en dirección a la isla, la única razón que se les ocurría por lo que maléfica estuviera tan enfada es que supiera de ben y temiendo esto Carlos salió disparado a la isla seguido por el tritón, habían pedido a Zevon que avisara a Evie, cuando Zevon les informo que Freddy ya estaba en camino a su castillo por lo que entonces lo enviaron con Mal para reunirse en la isla, nada más se acercaron a las aguas, el aroma a sangre humana lleno el agua asustando al pobre Carlos.
Desesperado nado más rápido pero fue embestido, al instante entro en pánico manoteando hasta que descubrió quien era.
- ¡Basta Carlos soy yo! – dijo esta tranquilizándolo – soy Evie.
- Evie – dijo reconociéndola – Evie, Maléfica... Ben – ni siquiera sabía lo que decía.
- Lo siento – murmuro ella culpable asustado más a Carlos – se lo llevaron... yo no pude.
- ¡No! – grito el tritón empujando a su amiga – debemos ayudarle no podemos dejar que Maléfica lo tenga.
- ¿Maléfica? – confundida – Carlos, Ben fue llevado por otros humanos en un barco – dijo lentamente y Carlos dejo de agitarse y mirarla confundida.
- ¿Qué? – Jay llego entonces haciendo la pregunta justa que Carlos aun no podía procesar, demasiada angustia por Maléfica ya hora un barco humano no tenía sentido.
- Hay un barco – dijo esta – rodeo la zona de caza, no creo que nadie en la colonia lo notara aun – murmuro mirando a Jay – estaba buscando perlas en el arrecife del otro lado de la isla cuando lo vi y seguí sin razón y entonces – se quedó cayada apretando los labios pues había notado a los dos humanos que la miraban de forma inquietante en el bote.
- ¿entonces qué Evie? – llamo Jay.
- Ellos subieron a Ben al barco – término sin contarles toda la historia.
- Ben es nuestro – gruño Jay molesto – Mal estará furiosa.
- Intente detenerlos pero - Evie murmuro temerosa – tenían de esas varas que truenan y huelen horrible – Jay entendió a lo que se referían cuando cazaban vieron muchas de esas pero por lo regular las tormentas hacían que no funcionaran así que el miedo de Evie estuvo un poco justificado – lo siento.
- Tal vez podamos guiarlos a la zona, las demás vendrán y recuperaremos a Ben – empezó murmurar el tirón - Freddy y Zevon podrían ayudar ...
- No – negó Carlos con un suspiro – no podemos hacer eso.
- Pero Ben – insistió Jay
- Ben es nuestro amigo Jay – le explico suavemente – no una mascota, el ansiaba regresar a su mundo incluso tu sabes eso – dijo con melancolía – lo dejaremos ir.
- Mal no estará feliz – murmuro Evie.
- Ella nunca lo está – bromeo Jay, Carlos solo miro sobre ellos, el sol que empezaba a filtrarse en el azul del mar y empezó a nadar - ¿Carlos? – le tomo de la mano preocupado.
- Solo quiero decir adiós – murmuro, Jay asintió dejándole ir y entonces Carlos ando hasta la superficie donde vio al segundo bote partir al barco.
No pudo evitar acercarse al navío, con sumo cuidado Carlos nado mirando el barco imaginando a Ben nuevamente con su familia, todos aquellos deseos que Ben le conto en las noches estrelladas, el anhelo de volver a su casa y abrazar a sus padres, ben siempre terminaba con una sonrisa soñadora murmurando que le gustaría tanto mostrarle su mundo Carlos cerro los ojos suspirando sabía que no volvería a ver a Ben y que este no volvería sería una estupidez hacerlo pues aunque ellos fueran amigos nada garantizaba que volvieran a llegar primero así que Carlos se despidió en silencio entonces una red cayó sobre él.
- ¡Carlos! – grito Evie empujando a su hermano justo a tiempo para quitarlo, sin notar que su cola había quedado atrapada, quiso luchar pero era muy tarde, al red estaba siendo levantada – ¡Carlos!
- ¡Evie! – grito Carlos nadando cerca jalonando la cuerda para intentar dejarla ir.
Harry había estado vigilando el mar desde la aparición de la otra sirena, cuando vio a esta nueva salir de entre el océano de inmediato movilizó a sus hombres y una red cayó sobre esta, no dejaría ir a su botín, no cuando podía ser infinitamente poderoso y rico, los piratas de inmediato empezaron a subir la red mientras abajo Carlos intentando sacar a Evie.
Mientras abajo intentaban liberar a la sirena arriba Harry gritaba ordenes de subir su preciosa presa, Gil solo miraba atento, temeroso, esperando, la red empezó levantarse con algo moviéndose en su interior más al estar levantado un poco del agua algo más salto jalando las cuerdas, otra sirena con enormes garras y dientes filosos intentaba morder las cuerdas para romperlas y parecía que lo estaba logrando, Gil se paralizo un segundo hasta que un disparo se escuchó en el aire, el disparo de un arma.
- ¡alto al fuego! – grito el capitán – no dañen la carga – regaño, Gil apretó las manos busco un arpón y apunto lanzándolo de lleno contra la criatura que intentaba romper sus redes dándole en el hombro.
- ¡Jay! – grito Evie al ver como el macho era atravesado por esa punta filosa haciéndole sangrar – Jay... Jay – más este perdió la fuerza de su agarre y se soltó cayendo al agua nuevamente.
- ¡Evie! – grito Carlos agitando sus brazos en un intento de alcanzarla, su hermana estiro su brazo pero regreso a ver a los piratas y noto más arpones apuntándoles.
- ¡Vete! – insistió ella al ver el peligro inminente, estaba asustada pero no quería poner en riesgo a su hermanito.
- ¡No! – grito – ¡Jay! – llamo al macho más grande que incluso con el arpón en su hombro trato de sacar a la sirena azul, pero Evie solo negó.
- Sácalo de aquí Jay – le ordeno a el – llévatelo.
- ¡No!, ¡Evie! – insistió Carlos viendo como la red ya subía cada vez más a la superficie, y Carlos quiso seguirla, intentar algo, pero Jay lo empujo al fondo del agua - ¡EVIE! – grito viendo como era subida abordo, como era capturada.
- ¡Tenemos que irnos! – grito Gil.
- Estás loco, aún hay dos más – dijo con una sonrisa aterradora el capitán – quiero a todas ellas, a cada una – gruño y los hombres seguían luchando con la presa en sus redes.
- Si nos quedamos más tiempo vendrán muchas más, tantas que todos moriremos – Gil le hablo sosteniéndole de las ropas algo que jamás hacía, irrespetuoso dirían algunos, Harry se molestó pero miro algo en los ojos de Gil tal vez una súplica, un temor, algo que lo convenció.
- ¡Salgamos de aquí holgazanes inútiles! – ordeno el capitán y Harry pudo respirar tranquilo mirando el lugar exacto donde las otras dos sirenas habían caído al fondo del mar, el barco se alejó entonces, Jay finalmente soltó a Carlos y el salió a la superficie mirando como su hermana desaparecía quizás para siempre.
- ¿Por qué? – le grito a Jay – dejaste que se la llevaran – acuso empujándole, lagrimas cayendo de sus ojos.
- Te hubieran llevado igual– le respondió sinceramente.
- Tengo que ir por ella no puedo dejarla – dijo con firmeza limpiándose las lágrimas, no podía ser débil, no ahora cuando más lo necesitaba– por favor Jay – llamo al macho para pedirle ayuda pero al girarse le vio caer al fondo del océano finalmente sucumbiendo a las heridas de su cuerpo - ¡Jay! – grito miro el barco alejarse, la oportunidad de ir tras ellos y quizás morir en su estúpida búsqueda, a Jay el tritón del que se empezaba a enamorar caer inconsciente – lo siento Evie – susurro finalmente tomando una decisión lanzándose tras Jay.
En el barco, aquel que ya se perdía en el inmenso mar, el gran capitán miraba sonriente su captura.
- ¿pero que tenemos aquí? – pregunto burlista tomando un mechón de cabello, Evie siseó entonces mostrando sus enormes dientes atacándole más el capitán fue alejado por Gil justo a tiempo – no, no – negó con su garfio brillante – lleven a nuestra invitada a su camarote – termino burlista, Evie trato nuevamente de pelear cuando un madero golpeo su nuca dejándole inconsciente.
Notas:
Carlos enamorándose finamente de Jay, ya era justo y necesario muajajaja.
Notaron la similitud de conversaciones, sip? Se las diré Mal con Uma es obviamente referencia a Ariel con Úrsula.
Ben ha sido salvado y Evie capturada mientras que Maléfica esta encabronadísima con los chicos, mis pobres bebés.
Al principio pensé en hacer que Harry viera a Carlos volver humano y se enamorara tipo Ben a primera vista, pero luego me dije, eso es muy cliché y naaaaaaah no hay triángulos amorosos en mis fics, porque aun que Ben este enamorado de Carlos y este lo este de Jay, Jay lo está de Carlos así que no se forma ningún triangulo y odio os triángulos, si algunos funcionan en ciertas historias pero para mí no, así que Harry solo quiere una sirena para ganar mucho dinero y ser muy rico, avaricia señores, la avaricia mueve a Harry.
no tienen idea de cuantas ganas tenia de usar mi dibujo de Uma lo tengo desde hace tanto que ya quería usarlo.
Galletas?
Chocolate??
Un pez???
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