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Capítulo 10: Al alta mar.

Capítulo 10: Al alta mar.

"En el mar la vida es más sabrosa... en el mar todo es felicidad"

Notas:

A nadie de aquí le gustan las pelis viejitas, esas de cuando el cine mexicano realmente valía la pena y no eran estupideces películas vulgares llenas de violencia, narcos y pésimas actuaciones o groserías y mensajes misóginos (bueno estos también estaban pero era menos ) por los mismos actores de siempre en su misma actuación ¿No? Pues yo sí, es una de las cosas que me gusta hacer con mi papá mirando las películas, criticando lo irreales o inexactas históricamente o simplemente riéndonos de ellas, por lo regular no tenemos mucho pero y simplemente recordé esta canción que vi esta peli y me dije meh queda perfecta.

Tin tan uno de los mejores artistas de todos los tiempos de México.


Despertó con el sonido de las olas golpeando la nave y el suave vaivén, el aroma a agua salada en lugar de enfermarle le hacía sentir muy cómodo asomándose por una de las pocas ventanillas de la nave vio el enorme y basto mar en el horizonte, días navegando en este y la vista seguía calmándole, era muy diferente al castillo aquélla era aburrida plana, llena de los barcos mercantes del reino, esta era más limpia, tranquila pero a la vez excitante ante las posibilidades de más.

Poniéndose sus botas en su estrecho camarote se alegró de no traer a nadie con el puesto que el pirata apenas si había ofrecido un lugar para él, luego recordó que esto era un jodido barco pirata y que fue muy estúpido e imprudente de su parte venir solo aceptando la palabra de honor del capitán, como si un pirata tuviera honor bufo casi mirando el rosto de su hermano en desaprobación, más le esperaba a Ben estar vivo por que lo mataría por hacerle pasar por toda esta preocupación y aventura sobre el mar, el odiaba el mar.

Si parece contradictoria la paz y emoción que le trae pero al mismo tiempo el príncipe Ethan rehuía del mar, apenas si podía soportar bañarse como para entrar al mar abierto a menos esto era un barco y sentía cierta seguridad de ello, saliendo a cubierta se dio cuenta que la tripulación ya estaba despierta, limpiando la cubierta o metidos en sus asuntos cada pirata era diligente al menos y ninguno parecía estar vagabundeando como el esperaría de la escoria de la sociedad de hecho aparecían hasta cierto punto organizados de no ser por alguien.

El ruido de algo cayendo en la cubierta le llamo su atención, si ahí estaba el único pirata que no lo parecía, el más torpe de todo Gil.

- ¡Maldición Gil! – gruño un enorme hombre de barba espesa y edad ya madura, parecía de los pocos mayores de aquí, dado que la mayoría de la tripulación así como su capitán eran unos jóvenes casi como él no quería presumir pero a sus 24 asnos ya lucia como todo un adulto, la verdad no pero estos piratas lucían aún menos, casi todos ellos estaban muy limpios algo extraño para seres con su err profesión.

- Lo siento – se disculpó de inmediato dicho joven levantándose de donde había caído y consigo la cubeta con la que el hombre limpiaba la cubierta – voy a ayudarte a limpiar – dijo de inmediato demasiado amable, de hecho era el único amable del lugar – yo voy a – y diciendo esto tomo la fregona solo para golpear con el palo de madera a otro sujeto detrás de ellos – los siento – se disculpó entonces con el aludido.

- Basta – dijo el hombre arrebatándole el trapeador – porque no vas y ayudas en la cocina mejor – gruño luchando contra sus ganas de romperle el cuello, Gil asintió entonces y salió de ahí de inmediato chocando con otro sujeto en su lugar.

Ethan aún no entendía como rayos este sujeto era un pirata aún más sorprendente era el primer oficial del barco, el realmente lucia más bien como un grumete inexperimentado, dado que siempre hacia un lio y además todos le gruñían, hasta ahora en su viaje no le había visto dirigir ninguna orden a la tripulación, no eso lo hacia el capitán, y el viejo señor Smith pero el llevaba el cargo del primer oficial.

La primera vez que vio a Gil le pareció muy intimidante, cuando uno a uno de los hombres salieron de sus celdas y Gil llevaba aquellos enormes grilletes como si fueran de papel las cuales era mucho más gruesas que las de los demás, cuando pregunto a los guardias estos negaron diciendo que las anteriores fueron rotas con facilidad ellos aseguraban que estaban muy viejas y oxidadas por lo que tuvieron que usar unas mucho más pesadas, las únicas en existencia, había dudado un poco sobre esto, un hombre rompiendo esposas de hierro forjado era una tontería, entonces Gil lo había mirado fríamente levantándose en toda su altura mucho más que la de él y el tal capitán Harry causándole un estremecimiento, todo temor se esfumo cuando tocaron la nave, Gil paso entonces corriendo a abrazar el mástil, enserio lo hizo murmurando algo sobre regresar a su preciada nave y sonriéndole a Harry, este solo rodo los ojos y ladro ordenes, después le pidió llevarlo a un lugar cómodo y así fue como termino en esa pequeña habitación.

Ahora tras obsérvalo por unos días tiempo se dio cuenta que Gil era extremadamente torpe en casi todo lo que hacía, cada mañana era un nuevo desastre y el pobre chico termina pelando papas, o cebollas en la cocina, entonces se terminaba cortando y Harry le gruñía al cocinero repitiendo que Gil era el primer oficial y por lo tanto el daba órdenes no al revés, al día siguiente todo se repetía y otra vez.

Gil paso entonces a su lado sonriéndole en un saludo murmurando algo sobre "su majestad" y buscado algo menos destructivo que hacer cuando un pirata bufo a su paso.

- Idiota – gruño dicho hombre Gil solo le miro ignorándole a su paso.

- Será mejor que cuides tus palabras John – dijo el viejo de la barba en un gruñido.

- Es un idiota – se defendió dicho hombre.

- Tal vez – se encogió de hombros – pero el capitán odia cuando alguien lo llama así – le recordó – solo él puede hacerlo.

- No veo por qué tanto trato especial – siguió quejándose.

- Porque es tu primer oficial - Dijo entonces el viejo Smith bajando por las escaleras - y debes respetarlo como tal, el chico parecía querer rebatir eso, cuando de la cocina un gran estruendo se escuchó y Gil salió corriendo de ahí tras los gritos del cocinero – Gil dime ¿que no has volado la cocina? – pregunto en su lugar el viejo hombre.

- No – negó con fuerza – no creo – dijo un poco titubeante, el mismo pirata bufo entonces ante eso y Gil solo pareció mucho más miserable.

- Hey Gil – dijo el viejo de la barba – porque no pescas un poco el capitán amaría algo diferente en el menú – lo animo palmeando su espalda, el rostro del pirata se iluminó entonces y sonriendo saco un cuchillo de su bota para ponerlo entre sus dientes, tomo una soga lanzándola al mar y después lanzando una última mirada a la cubierta salto de barco.

Ethan sorprendido por el suicidio del pirata, el barco aún estaba andando y nadie parecía detenerlo además de que estaba seguro que eso no era muy seguro corrió al sitio donde salto sin encontrarlo por ningún lado.

- Tranquilo – murmuro el viejo Smith – el volverá pronto sabe lo que hace.

- ¿esta loco? – pregunto interrogante el príncipe mirando el mar golpeando contra el casco de la nave temiendo que este le hubiera golpeado.

- Tal vez lo esté – sonrió el viejo hombre.

- Tal vez al fin nos libremos de el – gruño el mismo tipo de antes.

- Cierra tu boca John – gruño el de la barba grande – o el capitán te la cerrara para siempre – el hombre gruño yendo a terminar su trabajo dejando a un príncipe mucho más confundido.

- Estas confundido – dijo el viejo Smith al príncipe quien solo negó pero después asintió – te preguntas por que Gil es el primer oficial.

- Nadie parece aquí tomarlo enserio – dijo Ethan.

- No lo parece cierto – sonrió el viejo hombre – pero la única razón por la que es el primer oficial no es porque sea el mejor pirata – negó con la cabeza – Gil tiene algo mucho más difícil de conseguir, la confianza absoluta del capitán – dijo sonriendo.

- Parece confiar bastante en usted – señaló.

- Para dar órdenes tal vez, pero si su vida dependiera de ello sería Gil quien cubriría su espalda – soltó en un suspiro recargándose en la barandilla y tomando sus gafas para limpiarlas con suavidad.

- Así que confía en que Gil sacrifique su vida, no puedo imaginármelo – dijo incrédulo, estos eran piratas no podían confiar en nadie.

- No tiene que confiar en que lo hará – negó con la cabeza confundiéndole aún más – sabe que lo hará, Gil lo ha hecho antes.

- ¿Qué? – el príncipe ahora si estaba muy confundido esto no podía ser, iba en contra de lo que sabía de los piratas, algo tan honorable como proteger a tu capitán hasta dar su vida no era digno de in pirata, no de los ruines despojos de la humanidad.

- ¿Sabes cómo se convirtió en capitán de esta vieja nave? – pregunto a la nada porque obviamente nadie sabia algo así, nadie aparte de ellos - alguna vez perteneció a un gran pirata feroz a quien serví junto al señor Starkey en nuestros mejores años – señaló entonces al viejo de la gran barba y negó con la cabeza – somos me temo todo lo que queda de ella, cuando el gran capitán cedió su lugar a Harry un motín se realizó Gil era nuevo entonces fue el único que se negó a darle la espalda y salto por propia voluntad para traer al capitán que fue tirado a los tiburones – sus ojos miraron a la nada recordando aquel momento, uno que se vio lleno de tanta sangre y dolor, la primera vez que Harry le hizo honor a su sangre.

- Escuche que el mato a tres tiburones con sus manos – un pirata que amarraba algunas sogas en cubierta dijo.

- Yo escuche que fueron quince – dijo otro llevando un enorme costal de papas.

- Están exagerando – bufo el viejo – ni siquiera sé lo que paso allá abajo solo que Gil subió a bordo con el capitán intacto entonces lanzaron a los traidores al mar donde los tiburones los despedazaron – por mucho tiempo Smith fue atormentado por los sonidos de sus amigos agonizando, las suplicas de ayuda ante la masacre de todos ellos - solo quedamos nosotros dos.

- ¿Porque ustedes? – pregunto aun incrédulo el príncipe.

- Sabíamos operar la nave – se encogió de hombros ni siquiera él sabía a ciencia cierta porque Harry los mantuvo con vida, dado que habían estado en el motín igualmente - el capitán debió ver nuestro gran miedo por lo que supo que éramos fáciles de controlar.

Ethan miro a donde el camerino del capitán estaba pensativo entonces la cuerda que Gil lanzo se tensó y todos los hombres corrieron a ayudarle a subir, Gil traía a cuestas un enorme pescado, era tan grande como un pez vela lo que hizo a todos gritar de alegría.

- Bien hecho muchacho – dijo el viejo Starkey sonriente palmeando su espalda – hoy tendremos un festín.

- Gracias al primer oficial – gritaron todos emocionados, un disparo se escuchó entonces, el capitán Harry miraba todos desde la entrada de su camarote frunciendo la nariz, su camisa blanca suelta ondeaba dándole un aspecto desarreglado al parecer acababa de levantarse de la cama.

- ¿Pero quien carajo les dijo que podían festejar? – gruño de mal humor.

- Capitán – dijo Smith – Gil ha capturado un enorme pescado para la cena.

- Bien – gruño aun molesto – si ya has dejado de jugar necesito que vengas ahora – dijo golpeando la barandilla con su enorme gancho para después meterse a su habitación, Gil lo siguió de inmediato mientras los demás regresaron a sus funciones.

Un par de horas después salieron de ahí, el capitán con un sextante* para navegar, enderezando el curso mientras Gil como su sombra se quedaba junto el, entonces haciendo una señal fue Gil quien tomo el timón y Harry solo se quedó ahí mirándole sonriente, inclinándose de vez en cuando para decirle algo que parecía hacerlo reír.

Hasta que Gil decía algo inapropiado y Harry le grito empujándole lanzándole fuera del timón y mandándole a pelar papas.

"Querido hermano Ben" pensó el príncipe "Si estas vivo que realmente espero, ten la seguridad que te matare o al menos torturare por hacerme pasar por esto" gruño a la nada "vas a pagarme este dichoso viaje" el chillido de una armónica agonizante le hizo darse cuenta que si era Gil intentando tocar algo que simplemente no podía pero nadie dijo nada dado que el capitán seguía molesto en el timón inmune al parecer al horrendo ruido "Cada minuto de este"

**********************

Habían pasado horas desde aquel momento, Carlos estaba en una esquina abrazando su cola aun hipeando por lo asustado que estaba había terminado de levantar todo lo que había tirado cuando entro buscando el pedido de su madre, había gritado por horas golpeando la pared para que se abriese y cuando no paso limpio el lugar en un intento de ser bueno, se sintió entonces como aquellos primeros días, donde el miedo era contante, donde la reina le había mirado con frialdad desde una esquina donde lo mantenía cautivo, confundido, con miedo y hambre Carlos solo había sollozado hasta sentirse muy cansado, el ruido en los barrotes de la ventana le hicieron alarmarse, una figura se posó entonces y asustado abrazo más la cola, la figura adentro su mano por estos para colocar un pequeño paquete en el marco de esta alejándose, Carlos se acercó con cautela, tomo el paquete y lo abrió notando entonces que era comida, su pez favorito, asomándose todo lo que pudo por los barrotes descubrió a la figura era su madre, quien se alejaba dándole la espalda.

- ¡Mami! - grito entonces pegando su rostro todo lo que podía – ¡Mami! – grito nuevamente sacando su mano llamándole – ¡por favor sácame de aquí mami! – su pico al ver como la reina detenía su andar – por favor – volvió a pedir – seré bueno mami, pero no me dejes aquí – suplico con lágrimas – por favor mami – llamo su nombre con verdadero anhelo, rompiendo el corazón de la reina mas esta se negó a mirar atrás y solo se fue de ahí ignorando los gritos de su pequeño.

Para ella fue como si su ser fuera desgarrado ante cada suplica de su pequeño, cada lagrima de este fue como una puñalada y al llegar a casa la frialdad con la que su Evie se negaba a verle o hablarle siguiera fue aun peor.

Pero se negó a retroceder, ella protegería s u familia.

Los días pasaron y Evie se convirtió en la encargada de alimentar a Carlos, la reina no pudo volver a verle así, encerrado suplicante por libertad, idéntica a ella en su juventud, Carlos apenas si comía consolado por su hermana que se negó a dejar su lado todo el día junto a la ventana, ella también tenía prohibido salir del castillo y por varios días ninguno de ellos abandono la propiedad, era como antes, como siempre debió ser, excluidos de los peligros del mundo exterior.

*******************

Jay despertó caliente, odiaba esa sensación una luz lastimaba su rosto y sentía reseca su boca, así como su aleta, un brazo abrazo su pecho confundiéndole junto a un cuerpo, este era cálido y suave igual al de Carlos sonrió un poco ante eso por lo que de igual forma sostuvo más cerca el cuerpo extraño, si esto era bueno, el calor de su amado pececito junto a él era justo lo que, cuando otro brazo subió sobre el solo que sobre su aleta se confundió, eso no era un brazo, era algo como uno pero Carlos no tenía tres brazos, abrió los ojos para ser cegado de inmediato por el sol directo lo que le hizo gruñir, el cuerpo a su lado se agito somnoliento por lo que ambos gritaron.

- Ahhhhhh - Con un enorme grito que no fue del todo de Jay, Ben empujo al tritón pataleando y alejándose solo para notar lo dolido que estaba en todo su cuerpo - ¿Qué rayos paso? – murmuro dejándose caer en la arena nuevamente con dolor, Jay por su parte reviso su cuerpo en busca de heridas notando que el mar ya no bañaba su cola y la pequeña posa alrededor de esta estaba casi seca – cierto la sirena del mar – dijo Ben recordando mirando asustado al agua – quiso matarme, canto y luego yo.

- Felicidades – gruño Jay empezando a arrastrarse al agua otra vez – sobreviviste a la reina malvada – frunció su nariz sintiendo un gran alivio al mojarla.

- La reina – chillo Ben asustado – ¿ella es tu reina? – Jay lo ignoro entrando cada vez más al mar dejando a un confundido humano fue ahí donde Mal apareció saliendo del mar.

- Ben – dijo ella feliz arrastrándose hasta donde estaba el humano – al fin creí que jamás despertarías – Jay salió entonces del mar totalmente húmedo y más revitalizado de mucho mejor humor – estaba a punto de matar a la reina.

- Hazlo – gruño Jay – porque ahora que sabe de Ben estamos bien muertos – gruño mirando al humano – o matamos a la reina o a Ben- sentencio.

- No creo que Carlos este feliz por eso – dijo Mal rodando lo ojos pero sabiendo que Jay tenía algo de razón, era peligroso que más supieran de la existencia de Ben, en especial a reina malvada.

- Ok estoy muy confundido por esto – murmuro Ben volviéndose a acostar a la arena - ¿no puedo creer que piensen matar a su reina?

- Ella no es nuestra reina – murmuro Mal.

- Ese es su nombre – frunció la nariz Jay – creo... la verdad jamás le eh preguntado a Carlos como se llama su madre – dijo pensativo.

- Espera – Ben se levantó arrepintiéndose de inermito dado que sus músculos dolieron – ¿espera la madre de Carlos? – pregunto confuso.

- Si – asintió Mal – esa era la madre de Carlos – sonrió al ver el terror en el rostro de su humano ya que le pareció gracioso – la reina malvada.

Ben jadeo ante eso volviéndose a recostar con cuidado, su amada y bella sirena tenía una terrorífica madre, genial si Jay no lo mataba antes ella lo haría, Ben solo maldijo su suerte.

Durante los días siguientes Ben se recuperó poco a poco y termino nuevamente su nido, todo el tiempo vigilante del mar, se estremecía cada vez que escuchaba chapotear el agua negándose a entrar, decidió alimentarse de frutas para no tener que pescar aun temeroso por la sirena madre de Carlos, pero poco a poco fue extrañando las visitas de Carlos ni siquiera Evie había ido, claro que Mal estaba ahí casi todo el tiempo al contrario de Jay quien ella le aviso se encontraba investigando rumores para saber si la reina hablo sobre su existencia.

Mientras tanto Jay estaba tan ocupado con su encomiendo que no noto que no había visto a Carlos hasta una semana después cuando visito a Ben y este le hizo saber que Carlos no había aparecido, confundido recordó que tampoco lo vio en la colonia, de hecho ni a Evie era como si nuevamente se hubieran recluido en su castillo, lo busco un par de veces entro a su nido pero este estaba tan desértico sin ningún rastro, hasta que un día encontró a Evie.

Evie aún no comprendía la decisión de su madre de mantener a Carlos encerrado, temiendo que conociera sobre Ben se negó a visitarlo incluso cuando Carlos le rogo por traerle noticias del humano, pero después de tantos ruegos ella accedió traerle un poco de basura humana de su nido por lo que estaba buscando el tenedor que le pidió para usarlo de cepillo, ella no comprendía por que no usaba los huesos de pescado servían mucho mejor, pero en fin, cuando Jay la acorralo en el nido y le exigió saber sobre Carlos, ella le dijo, conto todo lo sucedido y como su madre de la nada lo encerró en una habitación con barrotes.

Jay escucho todo horrorizado lanzándose de inmediato a buscar a su pequeño Carlos pero Evie lo tomo de la cola negándose, ella noto las cicatrices nuevas pero no dijo nada y entonces fue su turno de exigir respuestas, tras una larga charla donde Jay relato lo sucedido extraña mente Evie lo abrazo aliviada de que estuviera vivo, un momento muy incómodo para ambos puesto que ni la sirena entendió por qué lo hizo entonces planearon el escape de Carlos.

El tritón insistió en atacar de una vez, pero Evie le recordó el veneno de su madre y como esta lo mataría en un instante si se acercaba por lo que el plan era simple, ella sacaría a su madre del castillo y Jay trataría de sacar al tritón.

El plan no podía fallar ¿cierto?

*********************

- ¿Carlos? – llamo Jay viendo los barrotes en la ventana de su habitación- ¿Carlos que rayos pasa?

- Jay – Carlos se asomó de inmediato sonriendo por ver al tritón – hola Jay ¿cómo esta Ben? – pregunto anhelante por saber del humano.

- Una mierda Ben ¿Por qué estas encerrado? – pregunto enojado puesto que Evie tampoco lo había entendido.

- Mamá dice que es peligroso afuera – suspiro el chico negando con la cabeza – no está muy feliz de que desapareciera por tantos días y ahora debo quedarme aquí – sonrió – es por mi seguridad – bajo la cabeza cuando escucho un fuerte golpe entonces vio como Jay se lanzaba contra los barrotes de su prisión - ¿Jay para que haces?

- Voy a sacarte de aquí – gruño volviendo a embestir los barrotes que lo encarcelaban – y te llevare a la isla – gruño no muy feliz por esa parte del plan.

- Jay basta – pidió al ver como en tritón seguía golpeándose su hombro ya empezaba a verse muy maltratado – ¡Jay! – se acercó a los barrotes para impedirle azotarse contra él y estiro la mano pues Jay ya había abierto un pequeño corte en su hombro magullado – te estas estimando – dijo intentando tomar su mano.

- No importa – Jay se acercó lentamente para tomar su mano tratando de tranquilizarse – retrocede casi lo logro – más Carlos negó otra vez pues no quería verlo lastimado – Carlos por favor – susurro Jay pegándose a los barrotes igual que Carlos quedando tan cerca y lejos a la vez, Carlos sintió la necesidad de abrazarle entonces, de poder llegar a él y tomarle en brazos por su estúpida acción y Jay solo quería verlo libre – un intento más por favor – pidió.

Y Carlos asintió, se alejó para ver como Jay se estrellaba con más fuerza contra los barrotes rompiéndoles lo suficiente para que Carlos lograra pasar, en cuanto estuvo libre de su prisión Carlos se acercó a Jay reviso el feo corte en su hombro para después acunar la mejilla de su amigo, la reina lo vio todo fue difícil con tanto escándalo, su pequeña Evie había logrado sacarla del castillo más ella regreso desconfiando de la insistencia de esta por lo que corrió a intentar detenerlo más al ver a su hijo parar a Jay, al verle tristemente animarse después de estar tan melancólico por el encierro no pudo intervenir, vio como Jay casi rompe su brazo para liberarlo, como Carlos acuno su mejilla y le abrazo con fuerza, vio como los ojos de su bebé se iluminaron con la sonrisa de Jay y como se dejó envolver por el macho más grande.

Algo hizo clic en su cabeza entonces, el nido que Carlos se esforzó en construir, los obsequios de Jay, los rumores de que este siempre nadaba en el abismo donde sabían llegaban miles de barcos y sus tesoros, el acercamiento de Mal con Evie, todo tuvo sentido Carlos quien nunca mostro interés en ninguna otra criatura de la colonia además del miedo estaba ahí ahora, abrazando y dejando entrar a Jay muy cerca de su espacio personal, su niño quien nunca bajaba la guardia ante nadie que no fueran ellas se dejó llevar con facilidad por el tritón.

El humano en la isla no era el peligro real, fue Jay, siempre fue el tiburón, y nuevamente un tiburón trataba de robar su corazón.

No sabía cómo funcionaba con una sirena cálida, no tenían idea de cómo estas elegían una pareja, para ellos todo era la fuerza y la procreación tal vez para sus primas era diferente, tal vez los cuentos tenían razón y a ellas si les importaba algo más profundo como el amor, como quiera que fuese la reina supo en ese momento que su pequeño hijo había elegido, a Jay si bien era uno de los mejores de la colonia también estaba prohibido, porque Jay se quedaría con Mal, la misma Maléfica lo había aceptado y declarado para evitar futuros reclamos y si alguno de ellos intentaba interferir estaría en problemas, de cualquier forma sabía que ambos tritones desafiaban a la muerte.

Si Jay elegía a Carlos sobre Mal, ellos morirían, si Jay elegía a Mal sobre Carlos, él se convertiría en espuma de mar.

Las sirenas viven mucho tiempo, miles de años sin envejecer, dicen que su belleza es robada de las mujeres humanas, pero no hay humanos más hermosas que una sirena, incluso los machos tienen una belleza inhumana, la verdad fue Poseidón quien brindo esta belleza inmortal a sus hijas del mar, pero hay un costo uno muy grande, una sirena puede ser inmortal, vivir miles de años y tener descendencia pero si el amor llegan a encontrar y este los dejara en espuma de mar se han de convertir, pues una sirena no puede vivir con el corazón roto.

Con el dolor en su corazón se dio cuenta que había fallado, su pequeño niño ya estaba enamorado, ella iba a perder a otro bebé y nuevamente un tiburón tendría algo que ver.

*************

El agua fresca, cristalina, totalmente agradable le rodeaba, Ethan se sumergió totalmente sin problema alguno, escucho una risa entonces y unas suaves manos tomaron su rostro con ternura, su madre la mujer pelirroja sonrió, su boca se abrió entonces para emitir el sonido más hermoso de todos entonces el caos se desato, el mar se volvió oscuro, el agua agitada y pronto empezó a ahogarse en lo profundo, mientras su madre le era arrebatada, cuerdas la apresaban no pudo hacer nada pues el mar caía sobre el asfixiándole, entonces el aroma a sangre en el agua le hizo llorar, fue ahí donde el mar le trago por completo.

Ethan despertó sudoroso, agitado y asustado por la pesadilla, miro por la escotilla solo para descubrir que aún estaba oscura, tal vez era de noche, no le sorprendería, las pesadillas eran algo habitual antes pero ahora tras perder a Ben se hacían cada vez más frecuentes.

Salió de su camarote para tomar algo de aire fresco solo quería refrescarse un momento solo olvidar un segundo lo que pasaba, entonces escucho una extraña melodía, era algo suave y tenue, como un murmuro del viento, sin letra, sin palabras solo un sentimiento muy fuerte, anhelo, siguiendo el cantar lo mejor que pudo pero al llegar a la borda donde se escuchaba tal canción no encontró nada, no hubo nadie, solo el eco de aquella extraña melodía triste.

Notas: que creyeron que no saldría mi hermoso bebé Gil?? Pues que creen si aquí esta es tan adorable que me muero de ternura adasdasdfsfsfssfsaf.

Sexante*: es un es un instrumento que permite medir ángulos entre dos objetos tales como dos puntos de una costa o un astro, generalmente el Sol, y el horizonte. Conociendo la elevación del Sol y la hora del día se puede determinar la latitud a la que se encuentra el observador. Esta determinación se efectúa con bastante precisión mediante cálculos matemáticos sencillos a partir de las lecturas obtenidas con el sextante.

Por si no lo ha notado este fic se ambienta durante la era dorada de la piratería desde 1620 hasta 1795.

Galletas?

Chocolate??

Un pez???


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