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Capítulo 2: Un encuentro más cercano

Sonidos que parecen enfrascados y lejanos llegan a sus oídos con aturdimiento, el cuerpo lo siente flotante, liviano y pesado a la vez, la luz poco a poco logra molestarla, un punto negro parece tomar forma y eso se avienta contra ella con boca monstruosa para devorarla.

—¡No! —grita con horror queriendo cubrirse con los brazos, sus pies lanzan patadas debido a esa pesadilla que le hace creer que es realidad.

—¡Aurora! ¡Cálmate! —la voz de su padre la sorprende, se da cuenta de que la tiene abrazada y que su alrededor es el cuarto de un hospital— Todo está bien, estás a salvo.

La madre yace a un lado con la preocupación expresada a simple vista y el alivio volviendo a su interior, su boca que permanecía cubierta por ambas manos se dirigieron a abrazar a su hija. —Gracias a Dios que estás despierta mi amor.

La joven Jones está confusa mirando lo que la rodea, no sólo ve a sus padres, también ve a la enfermera y al médico a cargo, al igual que ve a dos policías de camisa marrón claro, sombrero y botas con estilo vaquero, uno de ellos con lentes oscuros y al que reconoce, se llama Albert Becklan, el sheriff del pueblo y el padre de su amigo Timothy.

—¿Qué pasó? —susurró con lágrimas esperando que lo que vio fuera producto de alguna alucinación.

El hombre de estilo vaquero del oeste se acercó quitando sus lentes y sombrero. —Bueno Aurora, eso nos gustaría que nos pudieras decir.

Ella caviló negada, sus lágrimas volvieron y sus ojos observan por la ventana a la negrura de la noche, pues afuera no hay luz, pero el hospital funciona gracias a los generadores de emergencia.

—El oso —susurró asustada.

—Así es —el hombre se acercó un poco más preocupado por la expresión de miedo de esa joven que conoce desde niña—. Patrullaba cerca de tu vecindario, así que decidí venir a ver cómo estabas tú y tus padres. Yo te traje aquí en cuanto te vi tirada en una esquina.

—Fue destrozado —chilló aferrándose al brazo de su padre.

—¿Qué lo hizo? —preguntó su progenitor acariciando su cabeza.

—Un monstruo —sollozó aterrada—, fue un monstruo, esos ojos, esos dientes…

—¿Otro oso?

—¡No era un oso! Era algo más, era enorme como el oso pero parecía más un humano ¡pero tampoco era un humano!

El sheriff observó a los padres y luego a ella con una sonrisa. —Descansa Aurora —ella se negaba incesante, se alteró tanto que hubo que hacerla dormir con un sedante. Una vez dormida el alguacil habló con los padres de la muchacha—. Oliver, yo quisiera que se le haga un análisis toxicológico.

—¿Cómo dices, Albert? —el padre le miró molesto, ofendido por la petición— Mi hija no se mete porquerías de ninguna clase.

—Solo para descartar, puede que se haya drogado sin querer o por accidente.

La mujer de Oliver Jones le tomó del hombro, él la miró y asintió en consentimiento. Al día siguiente la chica se despertó de la misma manera que la noche, sobresaltada por que esa criatura le devorase.

—Hey, princesa —sin embargo los ojos esmeraldas le recibieron junto a una sonrisa—. Aquí estoy.

—Tim —susurró aliviada de su presencia—. ¿Qué haces aquí?

—Papá me avisó anoche de tu accidente, quería venir cuando me lo dijo pero tenía que cuidar a Erik y a mi mamá con lo del apagón, así que pude venir en la mañana —él acaricia la mejilla femenina con primor causando la mirada risueña de ella—. ¿Cómo te sientes?

—Asustada, anoche vi un monstruo —sollozó recibiendo el cálido y protector abrazo del joven.

—Ya, ya, papá me explicó las cosas. Tal vez te confundiste y lo que viste fue a un segundo oso.

—No es así, en verdad, sé lo que vi y no estaba drogada ni ebria ¡ni loca!

El muchacho suspiró limpiando sus lágrimas, sabe que ella no se drogaría, además las pruebas toxicológicas resultaron negativas. Decidió darle su apoyo y el hombro en el cual llorar mientras tanto, piensa que su mente le jugó una mala pasada esa noche y que es seguro confundió las cosas.

×~×~×~×~×

Pasado una noche más en el hospital, a la mañana siguiente ella pudo volver a casa con sus padres. Quería ver el garaje, sin embargo no se lo permitieron dándole una explicación de que la sangre todavía no se podía quitar del suelo. Ella aceptó dirigiéndose a su habitación, esta vez no miró la puerta roja, sólo la ignoró entrando a su espacio para dormir otro poco. Respiró profundo para calmarse luego de ese ataque.

—Debió ser una confusión —se dijo a sí misma dando pequeños toques al centro de su pecho.

Ella observa su ventana, a los pájaros posados en el marco abierto, se acercó para bajar y cerrar el vidrio, da unos pasos atrás y de pronto por el rabillo del ojo, algo se asoma dentro de su baño, lentamente se voltea para verle. Su pesadilla, su confusión está ahí tal cual lo recuerda, no, ahora lo ve mejor con la luz constante del día. Un cuerpo musculoso totalmente negro, ojos grisáceos y alargados, esas garras en realidad son sus dedos que terminan en amenazantes puntas, su cara, si la puede llamar así, no posee nariz, ni siquiera algo que llamar fosas nasales, logra ver su boca inexpresiva que luego cambia a una sonrisa ladina que la alarma queriendo escapar, y eso intenta, sin embargo esa cosa la atrapa de su cintura cubriéndola por completo con su mano, la cual teme que esas peligrosas armas que lleva por dedos le atraviesen su carne. Eso le cubre la boca con dos dedos como forma de silenciarla, y ella no puede hacer otra cosa más que llorar y tomar con pavor la piel de ese ser que la ha atrapado y que jura se la va a comer como a ese oso.

La criatura sonrió mostrando esos dientes con los que desgarró la carne del osezno, unos cuantos hilos de saliva se dejan ver al separar las mandíbulas y al alargar la lengua. Aurora piensa que incluso las serpientes ya no son tan aterradoras.

La garganta de ella emite vagamente su llorar, pero que expresa con pavor a través de sus lágrimas.

—Shh, si fuera tú me quedo callada —la chica abrió sus ojos con impresión cuando esas palabras salieron de la boca de la criatura, su voz ronca y profunda pareciera tener un poco de perturbación sin llegar a ser distorsionada—. A mí no me importa si quieres gritar y alarmar a tus padres sobre mi presencia aquí, pero puedo comérmelos a ellos y a ti como lo hice con ese animal.

Ella estaba asombrado entre su terror, pues él habla tan bien su idioma que parece que hubiera vivido ahí toda su vida, además de que su forma de expresarse aunque es en cierta forma una amenaza, también lo hace como si dijese una broma.

—¿Vas a gritar si te descubro la boca? —ella negó rápido— ¿Estás consiente de que puedo comerte si no cooperas? —ella afirma incesante y él se acerca achicando lo que ella está segura son sus ojos— Perfecto —dice sonriendo jovial destapando su boca y bajándola a que sus pies toquen el suelo, más la chica se derrumba a quedar de rodillas— ¿Estás bien?

Asiente confusa todavía temblorosa mientras el ser se posa frente a ella en cuclillas teniendo que inclinarse más por la pequeña humana. La escanea con escrutinio, acerca su rostro al de ella y su sonrisa bestial no deja de infundir el miedo en la criatura originaria del planeta.

—¿Qué quiere aquí? —pronunció la muchacha habiendo tomado valor para hablar.

—Necesito alojamiento en esta tu base.

—¿Mi base?

Asintió levantándose mirando alrededor, observa curioso los accesorios de la habitación, corre las cortinas beige para ocultar la vista al interior de lo que llama base y recorre con lentitud el espacio, toma una pila de papel dentro de una caja de cartón debajo del escritorio.

—Oye no —se queja levantándose habiendo perdido por un momento su miedo, sin embargo lo recuperó cuando se dio cuenta de que podría hacer enojar al monstruo, si es que no lo ha hecho ya—. Por favor deja eso dónde estaba.

Hizo un gesto que si tuviera ceja la levantaría, luego observó esos dibujos impresos de personas raras, como un hombre levantando un autobús mientras usa ropa ajustada y una capa. —¿Qué es?

—Son mis colecciones de cómic, por favor no los rompas, me costó mucho tener todo eso.

La criatura sonrió divertido con la intención de hacerle creer que poco le importaba sus cosas sin sentido, y aunque fuera verdad que eso le tenía sin cuidado, dejó las historias dentro de la caja y esta la soltó dejándola impactar contra el suelo. Aurora soltó su aire aliviada, pero se quejó cuando el ser le dio una leve patada para devolverlas debajo del escritorio antes de seguir observando alrededor.

—¿Qué no tienes respeto por la propiedad ajena? —soltó sin pensar para después cubrir su boca con reniego de su actitud.

El ser no dijo nada, sólo caminó hasta sentarse en una esquina para ver burlesco a la señorita que no sabía qué hacer ahora. Está nerviosa, ¿y cómo no estarlo cuando ese monstruo que noches antes mató a un oso ahora se encuentra con ella en la misma habitación y además amenaza con comérsela a ella y a sus padres? Le da la espalda, no sabe si eso es bueno o malo en su situación.

Él rompió el silencio tomándola por sorpresa. —¿Cómo te llamas?

Tragó nerviosa dándose la vuelta con cautela. —Aurora Jones.

—Entonces, Jones —se levantó de nuevo acercándose a ella que empezó a temblar del susto, su tamaño y altura sin duda es algo de lo cual sentir intimidación—. Un gusto —dijo burlón extendiendo la mano causando la confusión en ella—. ¿Qué?

—¿Quiere un apretón?

—¿No es así como ustedes se presentan?

Lo observó pensativa un momento antes de tomar su mano. —¿Y usted es?

—No importa —se irguió yendo a sentarse de nuevo al rincón—. Vamos a aclarar algunas cosas. Estaré aquí durante el día pero saldré por las noches, no te diré a qué ni por qué, eso no te incumbe. Si dices algo de mí no me importa pero si prefieres hacer que parezcas una loca es tu problema.

—¿Qué eres? —se sentó a la orilla de la cama observando minuciosa su aspecto.

—Un guerrero, explorador y recolector —al ver que ella no parecía satisfecha con la respuesta agregó—. Soy a lo que ustedes llaman extraterrestre, mi planeta está a miles de años luz de esta ubicación.

—¿Cómo llegaste aquí?

—Gracias a mi nave, lamentablemente el sistema de intercepción falló al entrar a la atmósfera, por lo que tuve que desviarme de mi trayectoria y caí aquí.

—¿Qué es eso del sistema de intercepción? —se levantó acercándose un poco, eso no lo notó ella, pero el ser sonrió ladino por el interés de la joven humana.

—El sistema que nos indica al punto que hay que llegar.

Con curiosidad se había acercado lo suficiente para sentarse de rodillas frente a él. —¿Cómo un GPS?

—¿GPS?

—Es nuestro sistema de navegación —agitó la cabeza acercándose un poco mas—. Entonces vienes de allá afuera ¿no? —él asintió y la sonrisa ilusionada no pasó desapercibida aunque ella misma no se diera cuenta de su gesto— ¿Cómo es? Digo, el espacio.

La criatura había perdido su diversión y ahora le desconcertaba ver el brillo en el mirar de los ojos femeninos, está serio por esa curiosidad tan aplastante que desbordar la pequeña humana.

—Enorme y basto, no parece que tenga fin y si lo hay, no habrá vida suficiente para encontrarlo.

El silencio se instaló con un cruce de miradas que ninguno aparta, ambos sin saber entender al otro. Eso duró hasta que el mayor se cansó del momento que ahora le hacía a él sentirse incómodo. —Tengo hambre, hembra —esas cortas y simples palabras le provocaron palidecer y alejarse por el piso hasta chocar con la cama. Él la observó deductivo entendiendo su cambio de actitud—. No te comeré a ti ni a tu familia.

—¿Y qué espera que yo le ofrezca? No puedo traerle un oso o algo así —él sonrió divertido riendo bajo—. ¿De qué se ríe?

—De ti evidentemente muchacha —eso hizo a la joven fruncir el ceño, si eso fuera humano ya le habría insultado y no lo trataría con tanta formalidad—. Escucha pequeña, no necesito algo como lo que viste esa noche, en ese momento estaba muy hambriento y ese animal era una oportunidad.

—Ya estabas dentro de mi casa —susurró pensando—. ¿Ibas a comerme a mí si ese oso no hubiera estado? —su rostro horrorizado ante la pregunta que lanzó le provoca gracia a la criatura.

—Tal vez —sonrió con descaro afligiendo a la joven que estaba más convencida que no podía confiar en él—. Hice un trato contigo, no lo voy a romper a menos que me hagas cambiar de opinión.

—No sé si podría confiar en tu palabra.

—Bueno, tampoco es que tengas opción ¿verdad? —eso le hizo pensar a la chica que suspiró con resignación.

Asintió y se levantó para salir de su habitación cerrando la puerta, bajó hasta la cocina de donde visualizó a su madre en el jardín hablando con su padre, ambos parecían estar conversando de algo serio o al menos que les preocupa, tiene una idea más nunca se mete en el asunto, no quiere tener la razón. Se enfoca en lo que estaba, va a la alacena y toma conservas en latas, toma del congelador en el refrigerador unas chuletas congeladas y con todo en brazos corre de nuevo arriba para no ser sorprendida en el acto.

—Aquí tiene —menciona con nerviosismo cerrando la puerta y dejando todo a una distancia considerable del ser.

Lo primero que toma es la carne fría, lo analiza y ella espera que lo olfatee, pero en realidad lo alza para dejarlo caer en su boca de filosos dientes que lo recibían junto a la lengua. Lo saborea y mastica con calma, luego sonríe dando a entender que le ha gustado. —¿Qué es esto? —señala a los frijoles enlatados. Ella se acerca tomando una lata la cual le abre y entrega, él toma el contenido familiarizándose con el nuevo sabor—. Tienen cosas muy interesantes aquí, deberé llevarme algunas para mi viaje de regreso —añadió abriendo las demás conservas como observó hizo la muchacha.

—¿Te irás a dónde?

—A mi planeta obviamente, luego de encontrar lo que vine a buscar.

—¿Y qué es eso?

—No es de tu incumbencia —respondió divertido dejando claro que esa fue una de las reglas que estableció al quedarse ahí.

Aurora no sabía qué haría con ese enorme problema que había llegado a ella sin pedirlo, quería pasar su vida sin una emoción más allá de su pasión por ver las estrellas, se enfocó en ser desapercibida para el resto y que solo logra tener atención al llegar tarde a algunas clases o por estar cerca de Timothy Becklan, el popular, encantador, inteligente y guapo jugador de fútbol americano que ha estado en ese deporte desde que era niño. Ella no quiere involucrarse en problemas, menos ser el centro de atención, quiere su vida tranquila, pero eso ya no podrá ser posible cuando tiene a un ser gigante proveniente de otro planeta alojado en su habitación.

×~×~×~×~×

Apenas pudo dormir esa noche, durante la madrugada robó otras dos chuletas para el ser que le pidió eso, no objetó ya que sentía miedo de ser ella la chuleta.

—¿Cómo…? —el chico pelirrojo tomó ambos hombros de Aurora causando su susto mientras almorzaba en una mesa del exterior— ¿Pero qué te pasa?

—Perdón, he estado un poco nerviosa.

Timothy sonrió sentándose a su lado. —¿Por lo que ocurrió el día del apagón? —ella asintió, después de todo ese fue el inicio de su tormento de ahora— Ay Auri, mira, ya todo está bien —tomó la mano de ella entrelazando su unión—. Es más, vamos esta noche a una fiesta.

—No —dijo entre risas nerviosas—, yo no lo creo, sabes que no voy a fiestas y menos de la facultad.

—Antes íbamos.

—Pero ya no, no desde —suspiró con sonrisa entristecida— ya sabes.

—Lo sé, por eso quiero que vengas conmigo, vamos a salir para que despejes tu mente un rato ¿sí?

Ella se lo pensó, una de las cosas que menos deseaba hacer era dejar a sus padres con un alienígena en la casa. Dijo que se lo pensaría y el contrario dio el lugar de la fiesta.

—Llámame si quieres venir —obsequió un abrazo y beso en la sien de la chica que aspiró el perfume masculino del muchacho que aún no se separaba de ella, sus caras están juntas, se observan a la cercanía y se sonríen juntos, ella tímida y él coqueto—. Espero tu afirmación —dejó un beso suave en la mejilla para así despedirse animado.

Aurora siente su corazón acelerarse con una calidez que le hace sonreír feliz, sin embargo ese sentimiento se le fue en cuanto recordó al visitante de su casa, al cual se acercó en cuanto regresó a su hogar, le ofreció un lomo de cordero que compró en la carnicería de camino a casa.

—¿Puedo salir hoy? —preguntó al verle saborear su nuevo alimento.

—¿Por qué me lo preguntas?

—Te quedas aquí, y no confío

Él cortó sus palabras riendo alto, lo que causó que ella se alarmara por el escándalo.

—¿Aurora? —su padre tocó a la habitación— Aurora, ¿con quién estás?

Hizo señas al ser para que permaneciera en silencio y abrió la puerta sin dejarse ver más allá de asomar la cabeza. —¿Qué pasa pa? —sonrió inocente como niña pequeña.

—¿Hay alguien contigo? —preguntó intentando mirar adentro ya que la puerta está prácticamente cerrada.

—¿Qué? No, no hay nadie, estaba viendo una película.

—Ah, bien —arquea la ceja confuso al ver a su hija ocultándose—. ¿Por qué no abres la puerta? ¿Qué ocultas? —cuestionó preocupado.

—Nada papá, es que yo —trata de pensar rápido— yo estoy desnuda.

El hombre abrió más los ojos con vergüenza, y el rostro de su hija no era diferente al suyo, pues tener que decir esas líneas a su padre no es algo sencillo aunque sea una mentira. El hombre asintió penoso y se fue sin más nada que agregar. Ella cerró la puerta por completo sintiendo su cara arder, observó al ser sentado sonriendo guasón intentando no carcajear de nuevo.

—Estar aquí contigo no es aburrido —confesó el ser terminando su comida—. No necesitas pedirme permiso de nada, además te di mi palabra de que no tocaré a tu familia ni a nadie, así que tranquilízate. Y si te hace sentir mejor, hoy estaré fuera arreglando algunas cosas.

—¿Arreglando? —él afirmó levantándose a tomar unos libros de la estantería de la muchacha— ¿Qué es lo que buscas en la Tierra?

Mientras ojea la ve por momentos hasta que toma el escrito para sentarse a leer. —Algo valioso para mi especie y mi planeta que hace años fue dejado aquí y vine para recuperar. Según las coordenadas a la que me dirigía ahí está lo que busco. Debido al daño ocasionado al entrar a la atmósfera, mi transporte se vio afectado y ahora debo repararlo.

—¿Tu platillo volador?

Rió bajo por su pregunta hecho con sorpresa y curiosidad —Si así quieres llamarle, sí.

Ella le ve en silencio queriendo analizarlo con más detalle que solo su aspecto, desea hacerle tantas preguntas que su curioso ser quiere satisfacer, sobretodo porque esa criatura ya es un misterio.







×~×~×~×~×
Buenas. (◕ᴗ◕✿)
¿Qué tal? Aún tengo unos caps más en borrador~

Sus impresiones, opiniones y teorías aquí.
( ・ω・)☞

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