Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Capítulo 11
La reunión

—Te he mandado a llamar porque he revisado tus promedios de este primer parcial. Déjame decirte que son excelentes.

Y yo tengo cara de confusión. Es decir, he visto mis notas, no están nada mal, lo sé, estoy orgullosa de tener todas en 10, pero ¿eso que tenía que ver? 

—Ah, acabo de entender —continúa la directora de carrera—. Creo recordar que no estuviste presente en la última reunión de curso. Te pondré al día.

Llego al salón y encuentro a Keilyn sumida en su cuaderno apuntando miles de cosas. Me acerco y dejo mis cosas sobre la mesa. Logro echar un ojo a sus apuntes, en realidad, son dibujos.

—Vaya talento oculto que llevas en la sangre —la halago— Son muy bonitos, ya quisiera hacer algo así de genial.

Keilyn cierra su cuaderno, algo avergonzada así que me cambia de tema.

—Solo son garabatos, nada que se le pueda llamar arte

—Si esos son garabatos, no me imagino como les llamarías a los míos —bromeo

Me siento en mi puesto y Keilyn no despega su mirada de mi, esperando a que hable. Suspira al ver que no pretendo hablar de mas nada.

—¿Por qué te mandaron a llamar? —pregunta con interés sobresaliente—. ¿Acaso ya nos metimos en problemas sin saber?

Abro mi juego y le doy unos sorbos, me ayudan a mantener mis niveles en un equilibrio. Entonces le cuento sobre la posible beca al extranjero. 

—En serio —dice con alegría—. Bueno, matarnos estudiando las últimas semanas no fue tan malo al final de todo. Si te vas, me llevas en tu maleta, no me quejaré.

—Si, pero no se, ahora no estoy interesada —admito.

—Creí que eso era lo que querías... irte a estudiar al extranjero. No vinimos a la reunión, pero Clarisa me puso al día el otro día. Ella dijo que están considerando a dos o tres alumnos para que se vayan a España por un año, es alguna alianza estratégica para impulsar el conocimiento de culturas diferentes, algo así dijo, no le presté mucha atención después de todo yo no soy una cerebrito, quisiera, si, pero no lo soy.

—Lo eres aunque te la pases negándolo —le digo, aunque no se lo cree nada— Bueno, pues Clarisa no te contó, pero me lo acaba de contar la directora, dice que también están considerando a personas que tengan talentos ocultos, dibujo, pintura, esas cosas.

—Ya veo, Clarisa comparte información a medias —dice algo inquieta.

La miro con intención de descubrir que le incomoda o molesta, pero al momento entra el profesor y se me olvida por completo.
La clase está genial, habla sobre los tipos de clientes y cómo superar cada objeción que nos pongan por delante. Está por acabar la clase cuando el profe nos avisa sobre una nueva tarea. Algunos se quejan, otros suspiran cansados y otros ignoran por completo al profesor por estar durmiendo. Quisiera ser de las últimas, al menos sueño y cansancio si tengo lo suficiente como para dormir sin importar el lugar, pero estoy lista para apuntar lo que diga sobre la nueva tarea.

—En parejas visitarán alguna tienda, la que ustedes elijan y dentro del punto de venta tendrán que observar a un cliente de su preferencia y por supuesto apuntar todo lo que hacen hasta el final de la compra, si es que la hay. De esta manera quiero que analicen a esta persona sin revelarse, no quiero que luego los denuncien por acoso.

Alguien levanta la mano y el profesor le da la palabra.

—¿Y como sabrá que fuimos y no lo inventamos? —pregunta la chica, cuyo nombre no recuerdo.

Si, soy malisima para recordar los nombres de mis compañeros. 

Todos abuchean a la chica por su pregunta, esta ignora con gran facilidad la molestia de los demás.

—Buena pregunta, Elena —dice el profesor— y para los que abuchean, presten atención a esto. Será en parejas, el trabajo no es difícil en lo absoluto, tienen que anexar evidencia ya sean fotos o vídeos. Por cierto, por ese abucheo que le acaban de hacer a su compañera, las parejas las elijo yo. Nos vemos en la siguiente clase y revisen la plataforma ahí encontrarán a su pareja.

El profesor se marcha y la mayoría le da una mala mirada a Elena. Alguien le dice que se la pasa preguntando estupideces y apenas y llega a clases dos o una hora. Están por discutir, así que me entrometo para evitar discusiones sin sentido.

—Tengo el cuestionario para la lección del viernes —digo lo suficientemente alto para que los demás escuchen.

Todos le toman sus propias fotos al cuestionario y se van del salón por diez minutos hasta que empiece la siguiente clase.

—Que mal, yo quería ser tu pareja —Keilyn admite con un puchero tristón en su rostro.

—Aún hay posibilidades —la animo.

—Si, el profesor nos tiene fichada por lo mucho que nos reímos —responde—. Es evidente que nos separará como revancha.

—Disculpa, a la única a quien tiene fichada es a ti, por reírte en los momentos menos indicados.

Incluso llega a mi mente la ultima vez en la que Keilyn se rió, en realidad, el profesor simplemente estaba contando que no había revisado unas lecciones porque se había caído de las escaleras, por lo que el fin de semana paso en el hospital entre chequeos y exámenes. Keilyn se río tan duro, que incluso contagio a otros con su sonora risa, creo que solo por eso el profe la perdonó por reírse de su pequeño accidente. La verdad es que la risa de Keilyn es tan contagiosa que incluso se me escapó una risita baja. 

—Tienes razón —se desanima—, pero ¿sabes cuantos infartos me estoy evitando con mis risas?

Y sonrío ante su locura. Aunque tiene razón.

—También reduces el estrés y ayudas a segregar una sustancia cual no recuerdo el nombre que ayuda a mejorar la circulación —y me pongo en duda—... Debería tener más pendiente el reír.

—Mientras yo esté a tu lado, las risas no faltarán, querida Lu.

Las clases marchan bien el resto del día. Tareas lo normal, así que estoy sin preocupación en el jardín junto a nuestro entrometido vecino.

—Está deliciosa —admito terminándome mi vaso de limonada.

—Tampoco es que puedes decir que está horrenda, te la bebiste de un solo —Julio se divierte.

—Es por el calor —digo para que no se le suba el ego solo por hacer una rica y fresca limonada.

—Estoy de buen humor, así que ignoraré ese comentario lleno de envidia —responde Julio.

Una vecina pasa y se queda conversando a nuestro lado, yo no la conozco de nada, pero ella sí que conoce a Julio, quien trata de llevarle la conversa.

—Oye y no he visto a esa chica de piernas largas y cabello cobrizo —dice.

Y aunque no estaba prestando atención a la conversación, esa parte sí que me hizo sacar la mirada de la pantalla de mi laptop. Julio se ríe algo incómodo.

—Se fue a estudiar a otra ciudad —responde y cambia de tema rápidamente.

Pero por supuesto, la señora le dice que esa mujer se veía buena persona, buena muchacha, buena alma y que se puso triste al no verla más por aquí. Quiero entrometerme y preguntar que de que muchacha hablan, pero entonces recibo un mensaje de Keilyn.

Keilyn: ¡Me tocó con Baque!

Yo: ¿Quién es Baque?

A este punto ya Keilyn ni se molesta conmigo por olvidar los nombres, los apellidos o los rostros de mis compañeros, así que prefiere enviar evidencia fotográfica de dicho sujeto.

Yo: ¿Es el chico que te hace ojitos y te hace preguntas absurdas?

Keilyn: Cambiemos de compañero, por fa.

Yo: No se con quien me toca, no he revisado la plataforma.

Mi amiga no pierde el tiempo y me manda otra foto, esta vez del nombre de mi compañero para este trabajo.

Yo: ¿Emir? ¿Quién es?

Keilyn: Es que él falta casi todos los días, por eso no lo recuerdas. Que mal, no se quien tiene el peor compañero de trabajo, tu o yo.

—Bueno, pero al menos no me hace ojitos —murmuro mientras lo escribo y lo envío.

Me gano la mirada de la vecina y de Julio. Así que sonrió avergonzada por hablar en voz alta.

—Bueno, chicos, los veo muy ocupados. No los entretengo más y me saludas al joven profesor —eso último me lo dice a mí.

Nos despedimos y cuando ya no puede oírnos, hablamos.

—¿Quien no te hace ojitos? —pregunta Julio.

—¿Quien es la joven de cabello rojizo y piernas largas? —al mismo tiempo hablo.

—Es una ex amiga —dice, sin darle más importancia al asunto— ¿Y de quién estabas hablando tú?

—¿Un ex amiga o ex novia? —cuestiono— porque el tono que uso la señora hace pensar que hubo más que una amistad.

—Fue casi algo, pero nada importante en realidad. Te toca.

—Ya veo. Bueno, estaba escribiéndole a Keilyn, le toca hacer equipo con un chico que se la pasa lanzándole indirectas para salir, pero ella trata de ignorarlo, así que quiere que le cambie de compañero.

Y Julio no oculta el interés en el tema.

—¿Y con quién te tocó?

—No sé, un chico que no asiste mucho —respondo—, es más, voy a buscar su número y escribirle para coordinar la salida.

—¡QUÉ SALIDA! —Julio suelta asustado, al parecer. 

Le explico de que va la tarea.

—Te acompaño, me avisas el día y la hora —suelta segurisimo. 

—No, ni lo pienses, tú estás muy ocupado con tu tesis —me niego a quitarle tiempo valioso.

—Ya, ese problema no me importa mucho ahora —le resta importancia.

—Debería.

—Tengo todo bajo control, lo preocupante aquí es que salgas con un chico que no conoces —comenta, tratándome de convencer. 

—Ni que me fuera a casar —bromeo, pero Julio no se ríe en lo absoluto—. Me está respondiendo... me dejó en visto.

—Déjame ver. Mm, aquí veo desinterés académico. Que mal, ni modo, se le dio la oportunidad y la desaprovechó. Escríbele a tu profesor y muéstrale esto, seguro y te cambia de pareja. Solucionado el problema. Siguiente.

Y me río.

—Estas loquito.

Al siguiente día hago justo lo que me pidió Julio y me acerco al profesor en su cubículo para pedirle que me cambie de compañero.

—Ya veo, no te responde —dice con preocupación— Intentaré contactarlo y te daré una respuesta al final del día.

Su respuesta me basta y regreso a clases. La profesora está hablando de algunos medios de comunicación según su tipo: ATL, BTL Y TTL. Nos confundimos un poco con los términos, pero al final creo que lo entendemos mejor.

—Chicas —se acerca Emily— este fin de semana haremos una pequeña reunión. Están invitadas.

—Gracias, pero no creo que podamos —intento declinar la invitación.

—Claro, ahí estaremos —afirma Keilyn.

Emily se va contenta a su puesto en donde le cuenta a su grupito de amigas sobre nuestra confirmación en esa reunión. Miro a Keilyn negando.

—No puedo ir —suelto.

—¿Por qué no?

Y pasa el resto de días insistiéndome para ir a la dichosa reunión. Incluso hoy ha tocado mi puerta para seguir haciendo esto a menos distancia. Con una sonrisa brillante y bonita me persigue por toda la casa de mi tío, insistiendo como siempre.

—Es el cumpleaños de Génesis, debemos ser educadas e ir.

—Ni siquiera he cruzado un par de palabras con ella. No notará nuestra ausencia.

—Es verdad, no la conocemos, pero ya estamos a mitad del semestre y no hablamos con nadie más, a este punto es un milagro que nos quieran integrar a dichosa reunión.

—No puedo ir, mi madre quiere que la visite mañana. Hoy no he podido salir porque estoy muy cansada, además me ha tocado lavar ropa, no me había fijado que tenía mucha ropa sucia.

—Excusas y más excusas.

Tocan la puerta y me dispongo a ir a abrir. Mi tío a esta hora sigue en la universidad y no espero a nadie, bueno eso pensaba hasta que Keilyn tocó mi puerta.

—Vamos, te prometo que volvemos temprano —insiste.

—No me apetece ir, pero ve tú y me cuentas cómo te va.

Keilyn resopla.

—No hay gracia ir sin ti.

—Tampoco hay gracia si vas conmigo. No puedo beber alcohol, tampoco comer esas chucherías típicas y grasientas que hay, y...

Abro la puerta y veo otra sonrisa brillante y hermosa, el dueño de dicha sonrisa espectacular pone sus ojos azules sobre mi, luego al ver a mi invitada —que no invite para nada— se preocupa.

—¿Están ocupadas? No pretendo distraerlas, ni quitarles tiempo.

—No, no te vayas —se apresura mi amiga.

Julio por desgracia le hace caso a la petición de mi amiga.

—¿Están bien? —pregunta porque no entiende la situación.

—No, Luciana y yo fuimos invitadas a una reunión y se niega a ir.

—¿Necesitas algo? —le pregunto ignorando a Keilyn.

—Venía a dejarle unas cosas a Cristian, ¿aún no ha llegado?

—Y no creo que llegue pronto —aviso— Tiene una reunión con sus compañeros de trabajo. Algo tranquilo, pero no tanto como para llegar temprano. Puedes dejarlas en su oficina.

Julio asiente y lo dejo pasar a la casa. Él se conoce perfectamente cada centímetro aquí mejor que yo, así que no me preocupo que vaya a dejar las cosas en la oficina de mi tío sin perderse. Me vuelvo a la sala de estar y me siento en el mueble, donde estaba antes de que fuera interrumpida por Keilyn. Le doy otro mordisco a mi manzana, que se encuentra deliciosa, no tanto como el brownie que mi tío ha traído anoche. Veo a Julio asomarse en el umbral.

—Entonces, me voy.

—Un momento —le pido.

Él me espera y me sigue hasta la cocina. Corto una porción agradable de brownie.

—Mi tío anoche trajo esto —le comento—, iba a llevarte un poco, pero ya era muy tarde y no quería molestarte.

—Nunca eres una molestia para mí, no importa el lugar o la hora, me gusta tu compañía —Julio suelta muy tranquilo.

Siento mis mejillas calentarse como si el sol de verano me pegara directamente. Ni siquiera hace sol, todo está nublado y oscuro, incluso parece que va a llover. No sé qué decir después de esto, así que suelto lo primero que viene a mi cabeza.

—¿Quieres venir a la reunión conmigo... con nosotras?

—¿Una reunión de chiquillos? —pregunta divertido.

Volteo los ojos y niego.

—Olvídalo.  

Trato de salir de la cocina, pero Julio me detiene con sus manos sosteniéndome de la cintura.

—Solo estaba bromeando, lo prometo.

Su sonrisa es muy linda, pero algo que sí no había espetado son sus pecas. Nunca me di cuenta que tiene pecas en la nariz y un poco en las mejillas. Además, su cabello huele bien, no es un olor varonil, ni ninguna de esas colonias masculinas que hay en su habitación. Huele a coco, un olor rico y atrayente.

—¿Tengo algo en la cara? —pregunta.

—¿Cómo? No, estaba pensando en que no he visto a los gatitos en mucho tiempo.

Julio me suelta y se niega.

—Así son las personas ingratas, primero te hacen encariñar y luego se olvidan de ti.

—Dramático —susurro lo que hace que me regale una sonrisa—. Keilyn, acabo de cambiar de opinión. Prepárate.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro